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Etiqueta: maíz

UCR: estudiantes premiados por investigaciones en maíz y arroz

Reciben reconocimiento a nivel regional

 

Katzy O`neal Coto, Periodista Oficina de Divulgación e Información

Colaboraron: Marilin Agüero, Griselda Arrieta Esponiza, Luis Barboza, Víctor Jimenez, Facultad de Ciencias Agroalimentarias

UCR estudiantes premiados
Marcela Turcios, Sofía Carvajal y Andrés Hernández, galardonadas por sus investigaciones relacionadas con los cultivos de arroz y maíz (foto Anel Kenjekeeva).

Estudiantes de Agronomía y Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR) fueron premiados en la LXI Reunión Anual del Programa Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento de Cultivos y Animales (PCCMCA 2016).

Los jóvenes investigadores participaron junto a científicos, investigadores, técnicos agrícolas, empresarios, productores y docentes de distintos países en esta reunión regional que se llevó a cabo del 5 al 8 de abril del 2016 en Costa Rica con participaron de alrededor de 240 personas.

El objetivo del evento fue conocer e intercambiar experiencias y trabajos de investigación del sector agropecuario por medio de conferencias magistrales, presentaciones de resultados de investigación y mini cursos impartidos por expertos.

Este año el encuentro se realizó bajo el lema “Agricultura sostenible: Promotora del Desarrollo Territorial” donde se abordaron temas como maíz, arroz y sorgo, recursos naturales, frutales, leguminosas y producción animal.

La UCR participó en la reunión con distintos proyectos de investigación del área de agroalimentarias, merecedores de premios y reconocimientos durante la actividad.

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Marcela Turcios Rogríguez, estudiante de Licenciatura en Agronomía, utilizó el programa ImageJ para generar imágenes digitales de las plantas de arroz (foto Anel Kenjekeeva).

Evaluación del arroz

Marcela Turcios Rogríguez, estudiante de Licenciatura en Agronomía de la UCR, fue galardonada con el primer lugar en el tema de arroz por su trabajo Desarrollo y validación de una escala de severidad de Pyricularia en arroz mediante imágenes digitales.

Ella desarrolló y validó una escala de nueve imágenes de hojas de arroz que muestran los diferentes grados de severidad de la enfermedad. Esta herramienta permite a los evaluadores tomar decisiones con respecto al manejo de esta enfermedad que afecta a los cultivos.

Su trabajo es derivado del proyecto de investigación: Evaluación de patogenicidad del hongo Pyricularia grisea aislado de Oryza sativa en la especie silvestre de arrozOryza glumaepatula (801-B3-089). Esta investigación se ejecuta en colaboración de los centros investigación PMGC-CIBCM, CIGRAS y CIPROC.

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Andrés Hernández Prydibailo es profesor de la Escuela de Agronomía e investigador en el Centro de Investigación de Granos y Semillas (CIGRAS) (foto Anel Kenjekeeva).

Germinación del arroz

Además Andrés Hernández Prydibailo, profesor de la Escuela de Agronomía y estudiante de maestría en la UCR, presentó el tema: Evaluación del vigor en semillas de arroz mediante envejecimiento acelerado e imágenes digitales, el cual ganó el tercer lugar en el tema de arroz.

Este proyecto fue desarrollado por el Laboratorio de semillas del CIGRAS, derivado del proyecto de investigación: Prototipo de alto rendimiento para cuantificar germinación de semillas (734-B4-229).

Su proyecto busca generar un prototipo que permita evaluar la germinación de las semillas de una manera más eficiente, pues hasta el momento este proceso se realiza por medio de conteos manuales. Este mecanismo permite calcular el porcentaje de germinación de un lote de semillas pero también genera otros datos de utilidad como la velocidad y uniformidad de la germinación y el vigor de la semilla.

Hernández explica que estos datos son de utilidad para agricultores y casas de semillas para estimar cuáles lotes de semillas podrían tener más éxito en la producción y cuáles incluso no vale la pena sembrar para evitar pérdidas.

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Sofía Carvajal Rojas, estudiante de Licenciatura en Biología de la UCR había participado en la reunión PCCMCA en el 2015 donde presentó un poster sobre el mismo tema (foto Anel Kenjekeeva).

Maíz criollo

Sofia Carvajal Rojas, estudiante de Licenciatura en Biología de la UCR, obtuvo el primer lugar con el tema de maíz por su exposición: Diversidad genética del maíz criollo (Zea mays L) de las regiones Brunca y Chorotega, Costa Rica.

Este proyecto permitió determinar que el maíz criollo mantiene sus características genéticas en las regiones Brunca y Chorotega, aunque sus colores varían en cada región, pues hay maíz amarillo, blanco y morado.

Sofía destaca que el manejo que hacen los agricultores en sus cultivares y el uso para preparaciones de chicha y otras comidas tradicionales han permitido que el maíz se mantenga genéticamente. El maíz criollo es resistente a plagas y a sequías y de ahí que sea tan importante conocer su diversidad para generar futuros programas para conservación del maíz y de mejoramiento genético.

Su estudio es derivado del proyecto FEES 2014-2015: Estudio y conservación de la diversidad genética del maíz criollo en dos regiones de Costa Rica (801-B4-651) ejecutado en la UCR por el PMGC-CIBCM y la Escuela de Biología.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Guerra sucia contra los pueblos del maíz

Silvia Ribeiro*

Declaratoria del maíz como patrimonio cultural
imagen con fines ilustrativos.

El 19 de agosto 2015, el juez Francisco Peñaloza Heras, del juzgado décimo segundo de distrito en materia civil, canceló la medida precautoria que desde hace dos años mantiene suspendida la siembra de maíz transgénico en México en respuesta a una demanda colectiva por los daños que estos granos causan a la biodiversidad y la salud. Sin embargo, la suspensión sigue vigente, ya que su decisión fue inmediatamente apelada por Colectivas AC, representantes legales de la colectividad de 53 ciudadanos y 20 organizaciones que presentaron la demanda en 2013.

La forma en que el juez Peñaloza tomó la decisión, ignorando los argumentos de los demandantes y científicos independientes, pero basándose en los dichos de Monsanto y otras empresas, es otro escalón en la guerra sucia contra el maíz campesino y los pueblos del maíz.

En sincronía con su decisión, las trasnacionales de transgénicos desataron un aluvión de comentarios a la prensa asegurando que estaba liberada la siembra. Como denunció René Sánchez Galindo, abogado de la colectividad demandante, Monsanto inició una nueva campaña de mentiras, ya que es falso que la siembra de maíz transgénico estuviera liberada.

Las mentiras de la empresa de transgénicos no se limitan sólo a los aspectos legales de la demanda. Dedican mucho tiempo y recursos a falsear datos para ocultar lo que realmente pasa con los transgénicos en los países donde su siembra es masiva, como Estados Unidos, país sede de Monsanto.

La realidad, basada en estadísticas oficiales de ese país durante casi dos décadas (no en estudios puntuales financiados por las empresas que toman datos parciales) muestra que los transgénicos son más caros que los híbridos que ya existían, que en promedio su rendimiento es menor y que han provocado un aumento exponencial del uso de agrotóxicos, con efectos devastadores en suelos, agua, y surgimiento de más de 20 supermalezas resistentes al glifosato. La industria afirma que el maíz manipulado con la toxina Bt disminuyó el uso de agrotóxicos, pero omite explicar que las plagas se han ido haciendo resistentes al Bt, y que luego de una inicial disminución, el uso de agrotóxicos ha ido aumentado cada año. Por ello, las empresas están abandonando la venta de semillas de maíz Bt, para vender maíces transgénicos con rasgos apilados, o sea junto a Bt, tolerantes a uno o más herbicidas de alta toxicidad, como glifosato, glufosinato, dicamba y hasta 2,4-d, con lo cual el aumento del uso de tóxicos se multiplica vertiginosamente.

Las empresas aseguran también que es posible la coexistencia de maíz transgénico con el maíz campesino. Existen múltiples estudios científicos y estadísticas en muchos países que demuestran lo contrario: donde hay cultivos transgénicos, siempre habrá contaminación, sea por el polen llevado por viento e insectos (a distancias mucho mayores de las previstas por las leyes) o por el trasiego en transportes, almacenamiento, puntos de venta, donde no hay segregación de transgénicos y otras semillas. Muchos estudios en México, incluidos los de la propia Semarnat, muestran cientos de casos de contaminación transgénica de maíces campesinos, aun cuando su siembra es ilegal. Legalizar la siembra aumentaría brutalmente esa contaminación que amenaza directamente la biodiversidad y el patrimonio genético agrícola más importante de México, legado por los millones de campesinos e indígenas que lo crearon y lo siguen manteniendo.

En Estados Unidos la contaminación transgénica es omnipresente. Monsanto hizo de ello un negocio: demanda a las víctimas de contaminación transgénica por uso de sus genes patentados, lo cual le ha redituado cientos de millones de dólares en juicios o acuerdos fuera de juicio. Recientemente Monsanto declaró que no va a demandar a agricultores en México. Sería absurdo creerlo. Por supuesto lo harán, cuando tengan las condiciones para ello. Ya desde 2004, Monsanto publicaba en periódicos de Chiapas avisos que advertían que el que usara ilegalmente sus genes patentados en importación, siembra, guarda, comercialización o exportación podría sufrir cárcel y multas mayores. Además instigaban a que si usted conoce alguna situación irregular, se contactara con Monsanto para evitar ser acusado de cómplice. Si no siguió adelante fue porque no tenía el marco legal para ello, tema que ahora presionan por corregir.

Las trasnacionales mienten cuando afirman que los transgénicos son inocuos a la salud. De partida, los cultivos transgénicos tienen un nivel hasta 200 veces más alto de residuos de glifosato, herbicida que la OMS declaró cancerígeno en marzo 2015. Y casi cada mes se publican nuevos artículos con evidencia de daños de los transgénicos a la salud o al medioambiente.

Por ejemplo, el 14 de julio de 2015, la revista científica arbitrada Agricultural Sciences publicó una investigación del doctor Shiva Ayyadurai, que muestra que la soya transgénica acumula formaldehído, sustancia cancerígena, junto a una disminución drástica de glutatión, antioxidante esencial para la desintoxicación celular. El estudio analizó 6 mil 497 experimentos de 184 instituciones científicas en 23 países. El estudio pone de manifiesto la invalidez del principio de equivalencia sustancial que se aplica para evaluar transgénicos, alegando falsamente que son equivalentes a los convencionales. Existe gran desconocimiento de cómo la transgenia afecta la biología del maíz y qué impacto tiene en la biodiversidad y en la salud de la población de México, donde el maíz se consume más que en ningún otro país.

La guerra recrudece, pero también crecen las muchas resistencias, como la moratoria popular de no permitir transgénicos en nuestros campos y mesas, y eso, no va a terminar.

*Investigadora del grupo ETC

 

 Fuente: Compartido a SURCOS Digital por Jaime García; publicación del diario La Jornada de México.

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¿Megaexperimento transgénico con los estadounidenses?

¿Y también con los costarricenses?

Transgénicos amenazan campesinos, soberanía, salud y biodiversidad2
Imagen con fines ilustrativos.

 

Por Antonio Turrent Fernández, Presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad AC. Investigador Nacional Emérito; aturrent37@yahoo.com.mx

 

En 2014, más de 93% de 37 millones de hectáreas (Mha) de maíz y 34 Mha de soya fue sembrado con semilla transgénica en Estados Unidos (EU). Es, sin duda, un gran éxito de los consorcios multinacionales de semillas transgénicas (Cmnst) que, encabezadas por Monsanto, controlan el mercado de esas semillas y también el de sus versiones no transgénicas. Ambos granos se consumen en ese país como forrajes, insumos industriales, son base de alimentos procesados y también, productos clave de exportación.

La transgenización de estos cultivos en este país se aceleró por el evento transgénico de tolerancia al herbicida Roundup® (que contiene glifosato como ingrediente activo, más coadyuvantes) en la soya, y con eventos apilados de tolerancia a ese herbicida y de resistencia a algunas plagas, en el maíz. Además, por ser el glifosato eficiente como desecante del follaje de los cultivos, se asperja ampliamente antes de las cosechas motorizadas. El uso del glifosato, como parte de la tecnología transgénica, ha sido uno de los motores del éxito de Monsanto, también dueña de su patente. El glifosato ha sido promocionado por Monsanto como inofensivo para la salud humana y para la ecología.

Corresponde a EU 25% del consumo mundial. Ya les es ubicuo como contaminante. Está en los cuerpos de agua, en el agua potable, en las cosechas transgénicas y no transgénicas, en la orina de los humanos, en la leche materna, en la sangre, etcétera. La publicidad sobre su inocuidad, la permisiva regulación del gobierno estadounidense y su eficacia en la operatividad agrícola transgénica han impulsado lo que parece un megaexperimento con la población estadounidense (como conejillos de indias) y con la ecología. En este experimento, los Cmnst disfrutan de su conquistadabonanza, mientras los sujetos experimentales, inopinadamente asumen el riesgo de lo incierto.

A partir de la década de 1990 la incidencia de 22 enfermedades degenerativas se ha incrementado en la población estadounidense con tasas varias veces mayores a las históricas. El autismo infantil pasó de la frecuencia histórica de uno de cada 2500 niños en 1985, a uno de cada 50 en 2013 ¡Un incremento meteórico en menos de tres décadas! Las muertes debidas a enfermedades cardiacas, demencias, diabetes, obesidad y otras han experimentado incrementos similares. ¿Cuáles son sus causas? El sentido común indicaría que se trata de procesos multifactoriales inconexos. Sin embargo, después de una revisión de 286 artículos científicos, A. Samsel y S. Seneff publicaron en 2013 un texto de gran polémica que pone en duda la inocuidad del glifosato. Los autores sugieren que la contaminación ubicua de glifosato es factor muy central de lo observado en la salud estadounidense. Esta publicación da justo en la línea de flotación del emporio glifosato-transgénicos-Monsanto. Seguramente que los autores recibirán el tratamiento represivo especial en el que todo se vale, que en su momento recibieron otros autores, como Chapela, de California; Sèralini, en Francia; Carrasco, en Argentina, y Carman, en Australia, por publicar resultados contrarios a los fundamentos del emporio (Samsel A. y S. Seneff. 2013. Entropy, vol 15, pp. 1416-1463; doi:103390/e151041416. Ver artículo aquí: http://goo.gl/nmSedd).

En el citado artículo, se resaltan las altas correlaciones entre las incidencias de las enfermedades antes referidas y las cantidades de glifosato aplicadas a los cultivos transgénicos de maíz y soya en EU, así como varios mecanismos de acción del glifosato como posible factor causal, que derivan de sus propiedades a) como herbicida actuante sobre el microbioma bacteriano del tracto digestivo; b) como agente secuestrante de minerales vitales, como el zinc, fierro, cobalto, manganeso, y c) como supresor de citocromo P450.

El megaexperimento transgénico con la población estadounidense es muy relevante para México por dos razones por lo menos: 1) muy visiblemente, los planes corporativos de las Cmnst incluyen la reproducción de ese experimento en México; cuentan con el apoyo del gobierno mexicano y con la complicidad de contados científicos locales colaboracionistas, y 2) habrá que añadir al megaexperimento transgénico estadounidense el efecto del consumo directo y generalizado en México de grano de maíz transgénico, demostradamente asociado con cáncer mamario, daño a riñones e hígado, inflamación del estómago y crecimiento excesivo del útero de hembras en modelos experimentales de mamíferos. Sorpresivamente, sin base de investigación científica independiente en México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ya dio el banderazo de salida a la gran aventura sin retorno.

 

*Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2015/02/11/opinion/020a1pol

 

Enviado a SURCOS Digital por Jaime García.

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No toquen nuestro maíz

No toquen nuestro maíz

La Red de Coordinación en Biodiversidad anuncia que el libro «No toquen nuestro maíz», será presentado el jueves 7 de agosto en el auditorio de la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica, a las 5:00pm.

La actividad es parte del foro «Atisbos de 20 años de lucha» en celebración de dos décadas de la Revista Biodiversidad Sustento y Culturas.

Asimismo la Red de Coordinación en Biodiversidad invita a leer una reseña de este libro en el siguiente enlace:

http://www.jornada.unam.mx/2014/08/03/sem-leer.html

 

Información enviada a SURCOS por Henry Picado Cerdas.

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