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Etiqueta: maíz

Maíz pujagua: innovación tecnológica de un alimento ancestral – documental

El documental Maíz pujagua: innovación tecnológica de un alimento ancestral será presentado este jueves 20 de julio a las 9 de la mañana.

Canal QUINCE UCR y el Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA) invitan al lanzamiento del documental Maíz pujagua: innovación tecnológica de un alimento ancestral.

Auditorio UCAGRO, Facultad de Ciencias Agroalimentarias

Universidad de Costa Rica .- Vicerrectoría de Acción Social.

Información al teléfono: 2511-8831 o al correo: cita@ucr.ac.cr

El maíz: semilla, cultivo, alimento, vida en las tradiciones indígenas mesoamericana y chibchense de Costa Rica

Vania Solano Laclé, docente e investigadora de la Escuela de Antropología, autora del libro «El maíz: semilla, cultivo, alimento, vida en las tradiciones indígenas mesoamericana y chibchense de Costa Rica», relata los principales hallazgos de la relación entre el maíz y las culturas originarias. El libro consta de 4 capítulos, donde se abarca el proceso llevado a cabo con el maíz, desde su domesticación y selección hasta el almacenamiento, así como el trabajo de este grano, el maíz como alimento y patrimonio biocultural, entre otros temas importantes.

A su vez, el libro obtuvo el primer lugar en la categoría de publicaciones universitarias en pdf y gratuitas del Gourmand World Cookbook Awards 2022, por lo cual, se debe reconocer el gran trabajo realizado.

Compartido con SURCOS por Jaime García.

https://www.biodiversidadla.org/Recomendamos/El-maiz-semilla-trabajo-alimento-vida-en-las-tradiciones-indigenas-mesoamericana-y-chibchense-de-Costa-Ricahttps://www.kerwa.ucr.ac.cr/handle/10669/85671.2

El Tamal, de comida de dioses a comida popular

Vladimir de la Cruz

El Tamal, como plato de comida, especial de estas fechas de navidad y de año nuevo, en la gastronomía costarricense, es casi sagrado. Es lo que también podemos decir una comida típica, propia del buen comer costarricense, que se disfruta en todos los niveles sociales, desde los más bajos, dentro de sus posibilidades económicas, hasta los más altos.

Es una comida de todos los días, ya ofrecida así en supermercados, restaurantes, sodas y establecimientos de comidas rápidas, como en la hechura propia de las casas. Pero, en estas fechas cobra relevancia su consumo, como la actividad de tipo familiar que se genera en los hogares, para hacerlos o prepararlos.

El tamal navideño, de esta época, es el que tiene, comparado con el que se elabora durante los otros meses del año, la gran solemnidad de su preparación y su degustación.

El tamal generalmente va acompañado de un buen café, en una taza o jarro de lata, como todavía se usa para el café.

El tamal no es típico o exclusivo de Costa Rica. Lo hay y con variedades distintas en los otros países latinoamericanos. Eso sí, es un plato muy centroamericano Yo lo he comido en Costa Rica, pero también en Nicaragua, en El Salvador, en Guatemala, en México y en Venezuela.

El origen del tamal así es disputado no solo por cocineros y especialistas, en esta comida, como por países. Sé que lo hay también en Colombia, en Chile y en Argentina. En Nicaragua lo llaman Nacatamal, en Venezuela y en Colombia le dicen Hallaca, en Chile le llaman Humitas. Hay variedades de tamales en Puerto Rico, Cuba y Ecuador, incluso en Las Filipinas, probablemente introducido por los españoles cuando extendieron hasta allí sus dominios coloniales, desde 1565 hasta 1821, con el Virreinato de Nueva España al que pertenecimos nosotros. Con la Independencia de México, setiembre de 1821, la administración de las Filipinas pasó de Acapulco a Madrid.

A esto se suma la variedad regional, dentro de los países, para su elaboración, con los respectivos ingredientes, y con los nombres que reciben relacionándolos con las zonas, regiones o ciudades donde son hechos. Esto hace que el tamal pueda ser considerado también una comida latinoamericana, pero igualmente se da en otros continentes.

Esta variedad de tamales ha hecho que también se hable de mestizaje de tamales, como mestiza puede ser la comida y los ingredientes que se usan para su elaboración, la del tamal clásico, cuya base siempre es el maíz.

Para nosotros, el nombre de Tamal viene del vocablo náhuatl “tamalli”, que significa “envuelto”, de allí que, para el caso nuestro, el tamal está más enraizado en esta tradición histórica precolombina, porque además, se asocia directamente al cultivo y consumo del maíz, base de las culturas indígenas.

Nuestra cultura precolombina estuvo muy ligada a la producción de maíz. Con frecuencia en las excavaciones arqueológicas, en ollas de cerámica, y otros utensilios, se han encontrado restos de maíz, y hasta pequeñas mazorcas.

Para el caso nuestro se vincula directamente a la cultura maya y azteca, donde se sabe que era consumido en el sur de México y en Guatemala.

Entre los mayas existía en su cosmogonía el Dios del Maíz, llamado Cintéotl o Centeotl, el tercero de los dioses más importante en la jerarquía de sus dioses, nombre que en la lengua nahua significa “mazorca del maíz seco”, y en las figuras que nos recuerdan, en esta cultura, a este Dios se le representa generalmente con un tamal al lado, o con mazorcas de maíz, lo que para algunos especialistas y antropólogos, les permite señalar o interpretar que también el tamal es considerada una comida de dioses, o de vínculo con los dioses.

Centeotl es una figura que se representa como hombre y como mujer, con identidad dual. En el libro Popol Vuh, del siglo XVI, de esta cultura, se narra que el hombre se creó a partir del maíz, de allí también que el maíz lo consideraran una fuerza vital. En la tradición maya el maíz se personifica en una mujer, mientras en la aristocracia maya reconocían al Dios del Maíz como una figura masculina. Los mayas ofrecían tamales a sus dioses para favorecer las lluvias y asegurar sus cultivos.

El tamal es un plato que se hace o prepara con masa de maíz cocida, que se envuelve en hojas, a veces de la misma mazorca del maíz, como se hace en algunos países, o de plátano como se hace generalmente en Costa Rica. En otros países usan hojas de maguey, bijao, que es un platanillo de hojas grandes, como lo hacen los campesinos en Venezuela.

Los mexicanos consideran que ellos son la cuna de los tamales, donde también se asocia su consumo a festividades religiosas.

Al consumo del Tamal, como de su preparación, se asocian también leyendas y tradiciones. Así, por ejemplo, se dice que no deben prepararse o elaborarse si se está de mal humor porque pueden quedar mal hechos, o sin buen gusto. De esto también dependía quien, hombre o mujer, preparaba los tamales.

En mi tradición familiar, tanto en la familia paterna como en la materna, se preparaban tamales para estas fechas, especialmente a mano de mujeres, mis abuelas. Por mis abuelos y bisabuelos paternos tenía la tradición colombiana combinada con costarricense, por mis bisabuelos maternos la tradición dominicana combinada con costarricense. En ambos casos dominaba la tradición costarricense para la elaboración de tamales.

Por mi familia directa materna, con dos tíos casados con nicaragüenses saboreaba siempre los nacatamales. Por mi padre que emigró a la fuerza a Venezuela, y por mi estancia en Venezuela como embajador, saboreaba las Hallacas. Por un amigo de mis padres, también mío, casado con venezolana, aprendí a comer las Hallacas dulces.

Por amigos de mis padres, especialmente de mi madre, su mejor amiga por muchos años, de origen salvadoreño, y por mi suegra, también salvadoreña, consumía también tamales dulces, y por viajes a México comí los tamales mexicanos, en diversas variedades y con diversos tonos de chile, que era muy frecuente ponerle a todo lo que entraba por la boca. Así, me acostumbré a comer tamales, no todos los días, pero de vez en cuando. La verdad es que los disfruto. Nunca en mi familia oí de preparar tamales a la usanza colombiana o dominicana, como sí oí al estilo nicaragüense, salvadoreño o venezolano.

En esta mezcolanza me gustan por igual los tamales dulces que los salados, y me quedo con los tamales costarricenses. Cuando los busco los prefiero comprar en tamaleras, donde se hacen tamales, asegura uno mejor calidad y sabor.

En estas fechas los he probado tres veces ya. Dos comprados, uno casero regalado. Todos muy buenos. Ayer martes terminamos, lo que habíamos iniciado el lunes, una elaboración de tamales, que nos salieron casi cien.

Junto a este tamal, que llamo “clásico”, existe el tamal de elote, elaborado con maíz tierno, sin ningún tipo de relleno y envuelto en la propia tusa, en las hojas del maíz, que es muy propio de regiones como Guanacaste, que se acompaña para su comida con crema, mantequilla o natilla, y el tamal llamado “mudo” que generalmente se rellena con frijoles molidos.

La carne adobada, los condimentos y verduras se colocan dentro de la masa y se envuelven para ser cocidos en una olla con poca agua a fuego rápido.

En el caso del tamal salvadoreño, también se le llama tamal de “azúcar”, tiene uvas, pasas o ciruelas, y hasta mermelada de piña se le puede poner, junto con quesillo, chicharrón, frijoles fritos, y la carne puede ser de pollo o de gallina.

El nacatamal nicaragüense, según las regiones en que se hacen, se puede rellenar con frijoles rojos o negros, queso, se endulzan, los que son tamales dulces, con azúcar o rapadura de caña, queso rallado, carne de gallina o de pollo. En Nicaragua a veces le ponen tocino.

En Nicaragua el Nacatamal tiene más significado de plato típico nacional, y es a todos los efectos una comida completa para desayunar, cenar y disfrutar en fines de semana. Junto al café se puede acompañar en Nicaragua con chicha de maíz, o tiste que es una bebida de tradición indígena chorotega, muy refrescante, que mezcla maíz, cacao, canela, arroz remojado.

Por la presencia de la migración nicaragüense el nacatamal se ha generalizado en Costa Rica. No compite con el tamal costarricense, pero se consume y promociona bastante. En general el nacatamal tiende a ser un poco más grande que el tamal costarricense, aunque los tamales ticos ya se consiguen de buen tamaño.

En el Estado de Louisiana, en Estados Unidos, en New Orleans, como en Baton Rouge, he comprado nacatamales y tamales, en puestos de venta administrados por centroamericanos, y los he comido en lugares similares. Probablemente en otras ciudades en Estados Unidos, con colonias latinas grandes, se encuentren ventas de tamales.

En el tamal guatemalteco empleaban carne de pavo, de tepezcuintle y de venado, especialmente los mayas, para la celebración del solsticio de invierno, el 21 de diciembre, que se preparaba para los Señores Mayas. En el caso guatemalteco también en diciembre hacen un tamal negro que se acompaña con chocolate.

En Venezuela la Hallaca es un cotidiano típico plato nacional, como lo son las arepas. Tiene los mismos ingredientes que los tamales nuestros. La Hallaca venezolana es además de plato nacional casi un símbolo de la Patria. Pareciera que la Hallaca venezolana fue desarrollada más por influencia colonial, que indígena, cuando se establecieron los lazos comerciales, por la llamada flota del cacao, entre los puertos de La Guaira, en Venezuela y Veracruz, de México, allá por el siglo XVII.

En Cuba los tamales son también de tradición. Tanto que en la década de 1950 la Orquesta Aragón tocaba y entonaba un cha cha cha, “Los tamalitos de Olga”, relacionado con una tamalera de Cienfuegos y de La Habana, que vendía sus tamales en la esquina de Neptuno y Prado, en la zona de la Habana Vieja.

A la tradición indígena de los tamales los españoles durante la colonia, fueron los que le introdujeron la manteca, el azúcar, las aceitunas, las alcaparras y las carnes.

En la actualidad, con el desarrollo del turismo, se han impulsado tamales gourmet, en México, especiales para la atracción turística. Aquí, además de los ingredientes propios, usan rellenos dulces de guayaba, chocolate, piña y de otros sabores, salsas rojas o verdes, como en con el mole, muy presente en la dieta mexicana, de chile y especias.

Si hay algo importante en la elaboración de tamales es que se produce una comida que es totalmente ecológica. Nada de lo que en la preparación de tamales se emplea, ni lo que queda de ese trabajo, produce daños a la naturaleza. Todo es ecológicamente reciclable.

La ceremonia casera para la elaboración de tamales es igualmente una fiesta, especialmente en las casas de familias numerosas, donde muchos miembros participan, en las distintas tareas de preparación de tamales, durante todo el día de preparación, y a veces desde la víspera.

Una vez en mi hogar hicimos tamales, no hace mucho tiempo, lo que fue una fiesta, del día, “y de locos” también. Ayer martes repetí la hazaña con tres nietas, un nieto y una estudiante alemana de intercambio colegial que vive con dos de mis nietas. Desde el lunes tenía preparados los ingredientes que íbamos a usar, para aprovechar mejor el tiempo con los nietos. Una breve explicación introductoria de la historia del tamal y ¡manos a la masa!

Un espectáculo, una fiesta y un asombro cuando quedaron terminados y de buen sabor, cuyas piñas de dos tamales, cada una, se repartieron entre los participantes, y de saborear al final de la jornada el resultado del trabajo, de la fiesta y del alboroto que ocasionó la experiencia de preparar y cocinar tamales.

En la elaboración de tamales, en la casa, el último de los tamales, el llamado “tontón” de los tamales, es muy apetecido, porque allí se ponen todos los ingredientes que sobraron, y obviamente es un tamal más gordito, rellenito, más llenador y dependiendo de quien se lo coma de mayor disfrute.

Para la elaboración de tamales es fundamental la masa de maíz, entre más finita, a mi gusto, mejor. En una época, de adolescente, me enviaba mi abuelita materna al molino para la preparación de la masa del maíz. El maíz podía ser tierno o blanco. Ahora se facilitan las cosas porque se puede comprar directamente la masa ya casi lista y muy fina en supermercados.

El relleno es lo que finalmente distingue al tamal. Arroz, papa, arroz con achiote es lo usual, vainicas, garbanzos, pedacitos de chile dulce, culantro que permite darle sabor, pedacitos o rodajitas de zanahoria, aceitunas, alcaparras, pasas, uvas o ciruelas, rodajitas de huevo duro, guisantes o petit pois o chícharos, arvejas. Además, se puede usar, especialmente, manteca de cerdo para preparar la masa con cebolla picada, ajos, sal, pimienta.

A esto suma la carne que se le pone al tamal, generalmente carne de cerdo o de pollo, pero en las regiones costeras acostumbran a usar también el pescado y el camarón, como en algunas regiones de México.

Las hojas que se usan para envolver los tamales deben limpiarse y lavarse muy bien, remojadas, por lo general en agua caliente, cuando son recién cortadas. Las de venta comercial es suficiente limpiarlas bien. La manteca debe estar muy bien batida antes de agregarla a la masa. El caldo caliente es el que se debe agregar a la masa.

El tamal está listo, ya bien cocido, cuando se puede abrir, uno de la piña, que se despega con facilidad, de la hoja que lo envuelve. Y, listos para comer, cuando han bajado su temperatura y están duros. Lo que se necesita allí es ¡buen apetito!, y el cafecito… Esta es mi experiencia con tamales.

Espero que alguna vez los nietos recordarán este día, que pasaron conmigo, y con la cocinera de la casa, que fue la guía de esta preparación de tamales, y, espero, en los siguientes años en que los vuelva a involucrar en su elaboración, recuerden de lo que hacían con su abuelo, así como yo recuerdo a mi adorada abuelita Ofelia, Ita como cariñosamente le decía, en la elaboración de las comidas.

Festival Cultural del Maíz 2021

Este fin de semana en Pérez Zeledón

El próximo sábado 18 y domingo 19 de diciembre, podrá encontrar tamales, pozol, chorreadas, elotes con mantequilla, junto con otros platillos de la gastronomía tradicional como la sopa de mondongo, la olla de carne, el cafecito, en el XV Festival Cultural del Maíz en la comunidad de Mollejones de Platanares de Pérez Zeledón.

Después de la pausa realizada el año pasado por motivo de las restricciones sanitarias por la pandemia, este año 2021 la Asociación Cultural y de Bien Social Mollejones, ha tomado las previsiones necesarias para garantizar un evento seguro lleno de tradiciones, comidas y disfrute para las familias.

Durante ambos días podrá disfrutar de una agenda llena de actividades tradicionales ligadas al cultivo y consumo del maíz, así como el reconocimiento de saberes ligados a la cultura campesina.

El día sábado podrá disfrutar de actividades para niñas y niños, un concurso de dibujo, exhibiciones de costumbres como la aporrea de maíz en machina, carga de bestias en aparejo, carga en varillas, presentaciones artísticas como bailes folclóricos y retahílas campesinas, además se realizará el tradicional partido de fútbol en botas de hule y el concurso de trajes y vestidos elaborados en maíz, menciona Juan Araya, presidente de la Asociación Cultural, que “una novedad de esta edición será la muestra de elaboración de esteras, las cuales funcionaron en el pasado como camas o espacios para descansar en el campo”.

Para el día domingo 19 de diciembre, desde las 12:30 pm se realizarán presentaciones artísticas de bailes florklóricos y populares, así como el tradicional baile peseteado con el grupo musical Tormenta.

Para Karol Montero, funcionaria de la Dirección de Cultura, esta edición ha significado todo un reto para la Asociación, pues ha sido planificar un Festival que sea seguro, que cumpla con todas las medidas de prevención del Covid, a la vez que cuente con una programación atractiva que contribuya al disfrute y la salud mental de las personas participantes durante estos dos días.

La entrada a la XV edición del Festival Cultural del Maíz es gratuita, cumplirá con todos los protocolos de prevención y mitigación del Covid 19, y cuenta con el apoyo de Puntos de Cultura de la Dirección de Cultura del Ministerio de Cultura y Juventud y de la Municipalidad de Pérez Zeledón.

El salón comunal de Mollejones se ubica en San Isidro, al lado izquierdo de la carretera a Pejibaye, a 4 km de la carretera Interamericana.

Libro digital El maíz: semilla, cultivo, alimento y vida en las tradiciones indígenas mesoamericana y chibchense de Costa Rica

El CIICLA, UCR organiza e invita a la presentación del libro digital “El maíz: semilla, cultivo, alimento y vida en las tradiciones indígenas mesoamericana y chibchense de Costa Rica

Día jueves 17 de junio
Hora 4:00 p.m.

Se contará con la participación de

  • María de los Ángeles Acuña, directora del CIICLA
  • L. Laura Casasa Núñez, coordinadora Consejo Editorial del CIICLA
  • Alí García Segura, investigador de la Escuela de Filología, Lingüística u Literatura
  • Sc. Vania Solano Laclé docente e investigadora de la Escuela de Antropología, autora del libro

Facebook Live del CIICLA

Libro: Maíz, transgénicos y transnacionales

El jueves 10 de junio se presentó el libro de Silvia Ribeiro, “MAÍZ, TRANSGÉNICOS Y TRANSNACIONALES”, basado en el trabajo colectivo del Grupo ETC, que abarca un período de 15 años desde que se descubre la contaminación transgénica del maíz nativo en México, su centro de origen. Brinda elementos para entender el contexto histórico y la situación actual de la agricultura y la alimentación, las maniobras desde el poder corporativo y político a nivel nacional e internacional y las luchas de resistencia desde los pueblos campesinos e indígenas, los movimientos y organizaciones sociales.

El libro se puede encontrar en https://tinyurl.com/2nhvezsw

UCR Presente: El maíz criollo resiste gracias al esfuerzo de los campesinos

Un total de 32 productores y productoras de maíces criollos de la Región Chorotega asistieron al Encuentro sobre Maíz Criollo, donde compartieron sus conocimientos e intercambiaron semillas de las diferentes variedades. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

De la mano de los pequeños agricultores y agricultoras, la UCR, UNA y TEC efectúan una sinergia para conservar el maíz criollo costarricense

El maíz tiene más de 5 600 años de existir en el territorio costarricense. Su cultivo y usos se remontan a la época prehispánica; desde entonces, forma parte esencial de la tradición alimentaria de los pueblos. En la actualidad, este cultivo ancestral se encuentra amenazado por las reglas del libre comercio y, para salvaguardarlo, la academia y los campesinos unen sus conocimientos.

Con el objetivo de intercambiar saberes entre agricultores, técnicos y académicos, se realizó el Encuentro sobre Maíz Criollo en Nicoya, los días 22 y 23 de noviembre. Allí se presentaron los resultados de las investigaciones desarrolladas por la UCR, la UNA y el TEC. Además, se impartieron charlas para reflexionar sobre la situación actual que enfrenta este cultivo y se expusieron alternativas para fomentar su comercialización y rescatar su consumo.

La actividad fue organizada en el marco del proyecto FEES-Conare “Diversidad, valor nutricional y conservación del maíz criollo costarricense” y el proyecto del CITA-UCR “Fomento del consumo del maíz pujagua cultivado en Guanacaste, un alimento ancestral de alto valor nutricional, y estudio de sus usos tradicionales” y contó con el apoyo del Doctorado de Estudios de la Sociedad y la Cultura de la UCR.

A través de estos proyectos, los científicos de las universidades estatales han asumido el compromiso de contribuir con la conservación de las diferentes variedades de maíz criollo: el maíz amarillo (yema de huevo), el maíz blanco (maicena) y los maíces morados (pujagua y pujagua Congo), mediante la investigación de la diversidad genética y la conservación de semillas, así como el estudio de su valor nutritivo y usos tradicionales.

Con la utilización de marcadores moleculares, la investigadora Griselda Arrieta Espinoza del CIBCM confirmó que el maíz criollo costarricense de las regiones Chorotega y Brunca goza de un alto grado de diversidad genética. Esto demuestra que los agricultores han sabido mantener la calidad de su semilla a lo largo del tiempo. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

«Comer es un acto político»

Como parte del encuentro, en la Casa de la Cultura de Nicoya se realizó el conversatorio “Importancia de los maíces criollos”. Allí, el decano de la Facultad de Ciencias Agroalimentarias de la UCR, el Dr. Luis Felipe Arauz, subrayó que “comer es un acto político”, al citar las palabras de Ligia Salazar. Además, señaló cómo las reglas del libre comercio han afectado la producción local del maíz, ya que lo que importa a nivel mundial es producir barato en favor de los intereses comerciales. Frente a esta problemática, destacó que uno de los aportes del Gobierno fue dictar en el 2014 el Decreto del Maíz Criollo como patrimonio cultural costarricense.

Por su parte, el Ing. Nebio Bonilla, fitomejorador del INTA, aseguró que el maíz es la primera víctima del proceso de globalización y de mercados internacionales de precios que afectan también a otros granos básicos como los frijoles y el arroz. “La firma de tratados internacionales han dejado descubiertos a los productores, entonces los precios los golpean mucho”, recalcó.

La investigadora del CITA-UCR, Ana Mercedes Pérez, ha investigado las propiedades del maíz criollo, especialmente el pujagua rosado y el yujagua congo. Se demostró que estos tienen un alto valor nutricional, son ricos en compuestos fenólicos, polifenoles y antocianinas, los cuales son beneficiosos para la salud. Además, son excelentes fuentes de fibra y tienen una alta concentración de proteína. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

El funcionario indicó que frente a las reglas del libre mercado, las opciones son bajar costos y aumentar rendimientos para que la agroindustria pueda acercarse a los precios del productor o diversificar el cultivo y darle un valor agregado, tal como se está empezando a hacer en Nicoya. Para que los agricultores puedan seguir viviendo de este cultivo y hacer un negocio con este producto, se requiere organización y encadenamientos desde la producción hasta el consumo, asegura Bonilla.

El Dr. Arauz también señaló como una oportunidad, el registro voluntario que se establece en el proyecto de Ley de Semillas que aún no se ha aprobado en la Asamblea Legislativa. Arauz sostiene que al tener, en un registro, las semillas criollas como variedades conocidas, nadie podría reclamar derechos de obtentor sobre esas variedades. Desde su perspectiva, eso es una protección para los campesinos.

 Mercado del maíz en Costa Rica

El 95 % del maíz que se consume en el país es maíz amarillo, el cual se utiliza principalmente para la alimentación de aves, y el 5 % es maíz blanco. Del grano amarillo, se importan entre 800 mil y 850 mil toneladas anuales, mientras que del blanco cada año se importan aproximadamente 38 mil toneladas. La mayor parte de las importaciones (99.9 % del amarillo y 75 % del blanco) provienen de los Estados Unidos; en segundo lugar, se le compra a México o Guatemala.

Estos granos, producidos con subsidios, entran a Costa Rica con un 1 % de arancel y a partir del 1.º de enero del 2020 entrarán totalmente sin impuestos, por lo cual los precios son muy inferiores y convenientes para la industria en comparación con el maíz que se produce localmente. El precio que los productores costarricenses solicitan duplica, prácticamente, el del maíz importado y esto dificulta su venta.

Precio del maíz nacional: ¢12 000 por quintal (aprox.).

Precio internacional (puesto en bodega): maíz amarillo ¢6 500 por quintal (aprox.); maíz blanco ¢7 000 por quintal (aprox.).

El cultivo de maíz en Costa Rica se concentra en tres regiones: Chorotega, Huetar Norte y Brunca. La producción ha disminuido cada año debido a dos razones de peso: presión del mercado y aspectos climáticos que han golpeado al país. Desde el 2016, ha caído desde 2.80 toneladas por hectárea hasta 1.57 en el último ciclo agrícola del 2019.

  Fuente: Ing. José Valerín, gerente del Programa de Granos Básicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).

Salvaguardar la tradición alimentaria

La emprendedora de la marca de maíz pujagua Curubanda, Ligia Salazar, ha visto una oportunidad de encadenamiento al crear productos a partir de maíz Pujagua, como chips y premezcla para waffles, que permiten poner a disposición de los consumidores este alimento rico en nutrientes. “Estos son productos muy alimenticios, que podemos sembrar en Costa Rica, pero ¿cómo hacemos para darles ese valor agregado e ir más allá?, poniéndolo en un empaque atractivo y con etiquetas”.

Para el nutricionista y máster en antropología, Romano González, es necesario hablar de soberanía y seguridad alimentaria si queremos conservar la tradición alimentaria del maíz. Esta tradición le ha permitido a Nicoya ser una de las zonas azules del mundo y es importante mantenerla viva para proteger a las nuevas generaciones del cambio cultural y alimentario, que afecta radicalmente a las personas.

Otro aspecto clave, mencionado en este encuentro, para conservar los maíces criollos es seguir investigando y hacer el mejoramiento de cultivos de la mano con los agricultores, para brindarles características que sean de valor para ellos. Hay que conocer y caracterizar los materiales (maíces criollos), pero lo más importante es utilizarlos y conservar así el material, tal como ellos —los campesinos— lo utilizan, indicó Bonilla.

 

Katzy O`neal Coto

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Sin abejas no hay agricultura: Costa Rica debe prohibir los neonicotinoides

Sin abejas no hay agricultura

La acción polinizadora de las abejas está probada como crucial para el ciclo vegetal de la flora. Esta importancia es señalada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), al calcular que más del 70% de los 100 cultivos que proporcionan la mayoría del alimento para humanos son polinizados por abejas. Sin abejas no hay alimentos, sin embargo estos vitales insectos están peligro a nivel mundial por causa de los plaguicidas neonicotinoides que aún se aplican en muchos países, incluido Costa Rica.

Desde hace más de una década se viene investigando la relación de los plaguicidas neonicotinoides con la rápida y preocupante disminución en las poblaciones de abejas a nivel global por su causa. En febrero del 2018 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria concluyó a través del estudio de la evidencia científica, que el uso de los neonicotinoides en la agricultura sí representa un riesgo para las abejas, tanto silvestres como las abejas de miel (https://www.efsa.europa.eu).

A raíz de este informe, la Unión Europea llegó a un consenso en abril del 2018 y ha decidió prohibir el uso de tres de estos compuestos: clotianidina, thiametoxam e imidacloprid, los cuales son utilizados en los cultivos de maíz, algodón y girasol, entre otros (http://www.elmundo.es). La comisión de Ambiente del Parlamento Europeo (PE) asegura que los insecticidas neonicotinoides suponen «riesgos muy agudos» para las abejas.

Una de las características más peligrosas de los neonicotinoides es que son persistentes, es decir los plaguicidas pueden permanecer en el suelo durante varios años, así las plantas que crecen en suelos previamente expuestos a estos plaguicidas pueden absorberlos a través de sus raíces y convertirse en un peligro para las abejas.

Esta decisión tomada por la Unión Europea debe ser considerada también por otros países consumidores de plaguicidas, como el nuestro que se ubica en el primer lugar de aplicación de venenos por hectárea de cultivo agrícola. Sobre estos tres plaguicidas, en el siguiente cuadro se resume su situación actual en Costa Rica tomando en cuenta la cantidad de productos registrados y los cultivos en que están autorizados (http://app.sfe.go.cr/) :

Plaguicida

Ingrediente Activo grado técnico (IAGT)

Cantidad de productos registrados Cultivos en que está autorizado su uso
Clotianidina No hay registros
Thiametoxam 5 Algodón, arroz, caña de azúcar, cebolla, cítricos, chayote, chile dulce, melón, Naranja, papa, pasto kikuyo, pasto peludo, piña, tomate y sandía
Imidacloprid 22 Algodón, arroz, banano, café, calabacín, caña de azúcar, chile dulce, Cítricos, melón, naranja, papa, papaya, pepino, piña, plátanos, ornamentales, rosa, salvia, sandía, tomate, verbena y yuca

Tal como lo señalan las autoridades europeas, la salud de las abejas está relacionada con la biodiversidad, la producción de alimentos y la salud ambiental. En Costa Rica se encuentran más de 650 especies de abejas de las cuales 58 son especies de abejas sin aguijón que se agrupan socialmente con géneros diversos y abundantes, como lo son: Cephalotrigona, Frieseomelitta, Nannotrigona, Partamona, Plebeia, Scaptotrigona, Scaura, Trigona, Tetragona, Tetragonisca, (Espinoza y colaboradores, 2015).

Se debe considerar por su parte que en el capítulo 2: Foraging and Pollination, específicamente en el apartado 2.3 sobre Foraging and Flight Range (pág 82-91) vienen una serie de ejemplos sobre el rango de vuelo máximo que pueden tener las abejas en el neotrópico, se cita, por ejemplo, un trabajo clásico de Janzen en donde los géneros de abejas Xylocopas y Euglosas. Las Euglosas por ejemplo son polinizadoras de orquídeas y presentan color verde metálico) pueden tener rangos de vuelo tan amplios como de 20 km siendo su óptimo entre 6,7 Km a 10,0 Km. Tomando en cuenta estos rangos de vuelo se puede dimensionar el área que puede afectar un cultivo que aplique los neonicotinoides señalados. Es posible el que pueda presentarse el impacto incluso dentro de áreas de conservación que se encuentran rodeadas de zonas agrícolas, (Roubik, D, 1989).

Siendo Costa Rica un país con una alta diversidad biológica y que se promueve como un país protector del ambiente, surgen interrogantes como: ¿se ha realizado la correspondiente evaluación de riesgo ambiental para garantizar la protección del ambiente al momento de registrar estos productos? ¿Qué acciones van a tomar las autoridades en Costa Rica a la luz de esta nueva información? Aún, sin tener respuestas de esas preguntas debería aplicarse el principio precautorio y prohibir dichos plaguicidas. Además, partiendo de que Europa se prohíben estos plaguicidas teniendo una sola especie de abeja europea (Apis mellifera) y que en el país tenemos más 650, muchas de ellas nuevas para la ciencia: ¿no deberíamos ir a la vanguardia de Europa y prohibir estos venenos?

Con los neonicotinoides sale peor el remedio que la enfermedad. Las cosechas de aguacate, café, melón, naranja, etc dependen de las abejas. Sin estas maravillosas aliadas del agricultor no sería posible obtener cosecha alguna. Ya han pasado “tortas” en la zona de los Santos que por tratar de eliminar los ácaros se quedaron sin abejas y por lo tanto sin aguacates. Sin abejas no hay cosechas, sin cosecha no hay comida, sin comida no hay vida.

 

Referencias:

Espinoza, F. 2015. Guía Práctica de Identificación de Abejas Nativas sin Aguijón (Apidae, Meliponini) por medio de sus entradas. Centro de Investigaciones Apícolas Tropicales, Universidad Nacional. Departamento de Publicaciones UNA. Primera Edición. 67pp.

Roubik, D 1989. Ecology and Natural History of Tropical Bees. Cambridge University Press. USA. 514pp.

 

*Por Fabián Pacheco, encargado del Centro Especializado de Agricultura Orgánica del INA y Mauricio Álvarez, coordinador del Programa Kioscos Socioambientales de la UCR

 

Enviado por Kioscos Ambientales.

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Estudio detecta ingredientes transgénicos en alimentos de consumo humano y animal en Costa Rica

  • Harinas, cereales, tortillas, chips de papas tostadas, magdalenas dulces, embutidos, concentrados de consumo animal y granos de maíz
  • Ni las poco más de 28 mil firmas recogidas a la fecha ni las promesas de campaña han logrado avances en el etiquetado de estos productos

 

Un artículo científico reciente publicado en la Revista Agronomía Costarricense revela la presencia de los polémicos transgénicos en una amplia gama de alimentos, sin procesar y procesados, que contienen maíz y soya. Como señala el estudio “en un mercado sin regulaciones que indiquen contenido transgénico en el etiquetado”.

El estudio analizó 36 alimentos de consumo humano y animal, con o sin ingredientes de maíz o soya aparente en su fabricación, de venta en establecimientos comerciales de las provincias de Heredia, Cartago y San José. Entre los alimentos que fueron analizados están tortillas y chips tostados de maíz, chips de papas tostadas, harinas de maíz, cereales de maíz azucarados, magdalenas dulces, embutidos, concentrados de consumo animal y granos de maíz para moler o sembrar.

Más de 85% de las muestras analizadas (31/36) contienen secuencias transgénicas. Según el estudio “Los resultados demostraron que existen alimentos y piensos derivados de cultivos Genéticamente Modificados (GM) en el mercado local y que la significancia y viabilidad del etiquetado de los productos, para proveer información a los consumidores, debería ser abordado por las autoridades competentes. Sin embargo, todavía falta realizar estudios cuantitativos en los análisis de rutina, para detectar si el límite de material GM, establecido por la regulación sobre alimentos y piensos GM de la Unión Europea, se ha extralimitado”.

Las y los investigadores pertenecen a la Universidad Nacional de Costa Rica, específicamente al Laboratorio de Análisis Genómico, la Escuela de Ciencias Agraria y el Laboratorio de Biotecnología de Plantas. También participa un investigador del Laboratorio de Trazabilidad Molecular Alimentaria de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República de Uruguay.

Etiquetado ¿para cuándo? En el documento de “Posición del Partido Acción Ciudadana y su candidato Luis Guillermo Solís” asegura con respecto al etiquetado que: “hay evidencias de efectos dañinos a la salud de ciertos productos transgénicos en animales de experimentación, por lo que las personas consumidoras tenemos el derecho de saber si un alimento contiene o no ingredientes genéticamente modificados por medio de una indicación clara en las etiquetas. En países como Brasil esto se aplica con mucho éxito, a pesar de ser uno de los grandes productores de cultivos transgénicos”.

Sin embargo, y faltando pocos meses para el final del mandato y sin importar las más de 28 mil firmas entregadas, el Gobierno continúa negándonos el Derecho Humano y Constitucional (art. 46) a recibir información sobre lo que comemos, incumpliendo su promesa de campaña electoral para: “elaborar y aprobar un reglamento para que se realice el etiquetado que informe en los alimentos para el consumo humano o animal si contienen ingredientes genéticamente modificados.” Este es un derecho que ya es una realidad en más de 60 países de los cinco continentes (FECON, 13-3-2017).

Invitamos a las personas interesadas en hacer efectivo este derecho a unirse a esta campaña nacional con su firma y las de sus familiares y allegados, de manera física o virtual (en: goo.gl/RJc6tv), hasta que el Presidente Solís cumpla su promesa, para hacer así una realidad en nuestro país el derecho humano a elegir de manera informada los productos con los que decidimos alimentarnos.

Quienes deseen colaborar activamente con esta campaña, pueden solicitar los formularios de recolección de firmas a: etiquetadodetransgenicos@gmail.com

Informes: Jaime García, campaña de Etiquetado de Transgénicos tel. 8723-7343. Rodolfo Umaña Castro (rodolfo.umana.castro@una.cr, tel. 2277-3790, 2277-3959), autor de este artículo.

Ver artículo completo en: http://www.mag.go.cr/rev_agr/v41n01_053.pdf

Estudio detecta ingredientes transgenicos en alimentos

Enviado a SURCOS por FECON.

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UCR: estudiantes premiados por investigaciones en maíz y arroz

Reciben reconocimiento a nivel regional

 

Katzy O`neal Coto, Periodista Oficina de Divulgación e Información

Colaboraron: Marilin Agüero, Griselda Arrieta Esponiza, Luis Barboza, Víctor Jimenez, Facultad de Ciencias Agroalimentarias

UCR estudiantes premiados
Marcela Turcios, Sofía Carvajal y Andrés Hernández, galardonadas por sus investigaciones relacionadas con los cultivos de arroz y maíz (foto Anel Kenjekeeva).

Estudiantes de Agronomía y Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR) fueron premiados en la LXI Reunión Anual del Programa Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento de Cultivos y Animales (PCCMCA 2016).

Los jóvenes investigadores participaron junto a científicos, investigadores, técnicos agrícolas, empresarios, productores y docentes de distintos países en esta reunión regional que se llevó a cabo del 5 al 8 de abril del 2016 en Costa Rica con participaron de alrededor de 240 personas.

El objetivo del evento fue conocer e intercambiar experiencias y trabajos de investigación del sector agropecuario por medio de conferencias magistrales, presentaciones de resultados de investigación y mini cursos impartidos por expertos.

Este año el encuentro se realizó bajo el lema “Agricultura sostenible: Promotora del Desarrollo Territorial” donde se abordaron temas como maíz, arroz y sorgo, recursos naturales, frutales, leguminosas y producción animal.

La UCR participó en la reunión con distintos proyectos de investigación del área de agroalimentarias, merecedores de premios y reconocimientos durante la actividad.

UCR estudiantes premiados2
Marcela Turcios Rogríguez, estudiante de Licenciatura en Agronomía, utilizó el programa ImageJ para generar imágenes digitales de las plantas de arroz (foto Anel Kenjekeeva).

Evaluación del arroz

Marcela Turcios Rogríguez, estudiante de Licenciatura en Agronomía de la UCR, fue galardonada con el primer lugar en el tema de arroz por su trabajo Desarrollo y validación de una escala de severidad de Pyricularia en arroz mediante imágenes digitales.

Ella desarrolló y validó una escala de nueve imágenes de hojas de arroz que muestran los diferentes grados de severidad de la enfermedad. Esta herramienta permite a los evaluadores tomar decisiones con respecto al manejo de esta enfermedad que afecta a los cultivos.

Su trabajo es derivado del proyecto de investigación: Evaluación de patogenicidad del hongo Pyricularia grisea aislado de Oryza sativa en la especie silvestre de arrozOryza glumaepatula (801-B3-089). Esta investigación se ejecuta en colaboración de los centros investigación PMGC-CIBCM, CIGRAS y CIPROC.

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Andrés Hernández Prydibailo es profesor de la Escuela de Agronomía e investigador en el Centro de Investigación de Granos y Semillas (CIGRAS) (foto Anel Kenjekeeva).

Germinación del arroz

Además Andrés Hernández Prydibailo, profesor de la Escuela de Agronomía y estudiante de maestría en la UCR, presentó el tema: Evaluación del vigor en semillas de arroz mediante envejecimiento acelerado e imágenes digitales, el cual ganó el tercer lugar en el tema de arroz.

Este proyecto fue desarrollado por el Laboratorio de semillas del CIGRAS, derivado del proyecto de investigación: Prototipo de alto rendimiento para cuantificar germinación de semillas (734-B4-229).

Su proyecto busca generar un prototipo que permita evaluar la germinación de las semillas de una manera más eficiente, pues hasta el momento este proceso se realiza por medio de conteos manuales. Este mecanismo permite calcular el porcentaje de germinación de un lote de semillas pero también genera otros datos de utilidad como la velocidad y uniformidad de la germinación y el vigor de la semilla.

Hernández explica que estos datos son de utilidad para agricultores y casas de semillas para estimar cuáles lotes de semillas podrían tener más éxito en la producción y cuáles incluso no vale la pena sembrar para evitar pérdidas.

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Sofía Carvajal Rojas, estudiante de Licenciatura en Biología de la UCR había participado en la reunión PCCMCA en el 2015 donde presentó un poster sobre el mismo tema (foto Anel Kenjekeeva).

Maíz criollo

Sofia Carvajal Rojas, estudiante de Licenciatura en Biología de la UCR, obtuvo el primer lugar con el tema de maíz por su exposición: Diversidad genética del maíz criollo (Zea mays L) de las regiones Brunca y Chorotega, Costa Rica.

Este proyecto permitió determinar que el maíz criollo mantiene sus características genéticas en las regiones Brunca y Chorotega, aunque sus colores varían en cada región, pues hay maíz amarillo, blanco y morado.

Sofía destaca que el manejo que hacen los agricultores en sus cultivares y el uso para preparaciones de chicha y otras comidas tradicionales han permitido que el maíz se mantenga genéticamente. El maíz criollo es resistente a plagas y a sequías y de ahí que sea tan importante conocer su diversidad para generar futuros programas para conservación del maíz y de mejoramiento genético.

Su estudio es derivado del proyecto FEES 2014-2015: Estudio y conservación de la diversidad genética del maíz criollo en dos regiones de Costa Rica (801-B4-651) ejecutado en la UCR por el PMGC-CIBCM y la Escuela de Biología.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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