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Etiqueta: maltrato infantil

Maltrato infantil: desafíos y compromisos en Costa Rica

El 25 de abril se conmemora el Día Internacional para la Lucha contra el Maltrato Infantil, una fecha que busca destacar la importancia de visibilizar y concientizar sobre la violencia ejercida contra niñas, niños y adolescentes en todo el mundo. Este día sirve como recordatorio de la responsabilidad compartida que tiene la sociedad en proteger a los más vulnerables y garantizar su bienestar y desarrollo integral.

Roxanna Rodríguez Araya, directora del Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (INEINA), de la Universidad Nacional (UNA), destacó que la violencia contra la infancia y la adolescencia es un fenómeno global que trasciende fronteras y culturas. En todas las sociedades se presentan casos de maltrato en diversas formas: física, psicológica, sexual o por negligencia. A menudo, estas conductas son normalizadas e incluso justificadas por los adultos, con lo que se perpetúa un ciclo de violencia que afecta profundamente la vida y el futuro de los menores.

En Costa Rica, diversos estudios han revelado la preocupante prevalencia del castigo físico como método de crianza, a pesar de las evidencias científicas que demuestran su impacto negativo en el desarrollo infantil. Esta situación pone de manifiesto la necesidad urgente de promover prácticas de crianza respetuosa y positiva, así como de brindar apoyo y recursos a las familias en riesgo.

A pesar de los avances, y esfuerzos realizados para combatir el maltrato infantil en el país –continúa la investigadora— aún se enfrentan desafíos significativos en la prevención, detección y atención de las víctimas. Los datos recopilados por instituciones como el Hospital Nacional de Niños y el sistema de emergencias 911 reflejan una realidad preocupante, con un número alarmante de casos de violencia reportados cada año.

Por ejemplo, en el año 2022 se registraron más de 11.000 reportes de agresión física, más de 3.000 casos de abuso sexual, más de 7.000 reportes de agresión psicológica y más de 19.000 reportes de negligencia contra personas menores de edad. Estas cifras, aunque son impactantes, representan solo una fracción de los casos reales, ya que muchos incidentes de violencia infantil no son denunciados debido al miedo, la vergüenza o la falta de recursos para solicitar ayuda.

En este contexto, es fundamental promover una cultura de denuncia y protección de los derechos de la infancia y la adolescencia. La sociedad en su conjunto, así como las instituciones gubernamentales, las organizaciones no gubernamentales y la comunidad académica, deben unir esfuerzos para erradicar el maltrato infantil y crear entornos seguros y protectores para todos los niños y niñas.

En el ámbito legislativo, es necesario fortalecer las leyes y políticas que protegen a la infancia, así como garantizar su adecuada aplicación y cumplimiento. Además, se requiere una mayor inversión en programas de prevención y atención del maltrato infantil, así como en la capacitación del personal que trabaja con niños y adolescentes para identificar y responder adecuadamente a situaciones de violencia.

En el ámbito educativo, es fundamental integrar la educación en derechos humanos y la prevención del maltrato infantil en los programas de estudio desde una edad temprana. Los niños y niñas deben conocer sus derechos y aprender a reconocer y denunciar cualquier forma de violencia que puedan estar experimentando.

Asimismo, es necesario fortalecer los servicios de apoyo y protección a las víctimas de maltrato infantil, así como brindar atención integral y especializada que aborde no solo las consecuencias inmediatas de la violencia, sino también sus causas subyacentes y sus efectos a largo plazo en el desarrollo y bienestar de los menores.

“En este Día internacional para la lucha contra el maltrato infantil, es importante reflexionar sobre nuestra responsabilidad individual y colectiva en la protección de la infancia y la adolescencia. Cada uno de nosotros puede contribuir a crear un entorno seguro y amoroso para los niños y niñas, fomentando relaciones basadas en el respeto, la empatía y el cuidado mutuo”, mencionó Rodríguez Araya.

Además, la especialista indicó que “desde el INEINA de la Universidad Nacional, hacemos un llamado a la acción a todos los sectores de la sociedad para unirse en la lucha contra el maltrato infantil. Instamos al gobierno, a las organizaciones de la sociedad civil, a las instituciones educativas, a los medios de comunicación y a la ciudadanía en general a trabajar juntos para proteger los derechos de los niños y niñas y garantizarles un futuro libre de violencia y abuso.

En última instancia, la erradicación del maltrato infantil requiere un compromiso firme y sostenido de toda la sociedad, así como una voluntad política para implementar medidas efectivas de prevención y protección. Solo a través del trabajo conjunto y la solidaridad podemos construir un mundo donde todos los niños y niñas puedan crecer felices, sanos y seguros.”

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Maltrato infantil deja cicatrices

  • La celebración del Día del Niño, el 9 de setiembre, se ve opacada por la realidad: familias costarricenses continúan utilizando el maltrato como forma de crianza, ignorando las serias consecuencias de éste en el desarrollo de la personalidad, según el especialista Pablo Chaverri, del Ineina

 

La realidad demuestra que familias costarricenses continúan utilizando el maltrato como forma de crianza, según lo confirman datos de una encuesta realizada, en mayo pasado, a 488 padres y madres del Gran Área Metropolitana, por el Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (Ineina) del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA).

En el estudio, investigadores del Ineina se consultó sobre prácticas de crianza, según informó Pablo Chaverri, especialista en ciencia cognitiva e investigador del Ineina, durante la charla “Factores que inciden en la violencia parental hacia la niñez”, impartida la mañana del 14 de junio pasado, en el auditorio Marco Tulio Salazar del Cide.

Por ejemplo, se les preguntó si les gritan a sus hijos e hijas cuando no hacen caso, ante lo cual se obtuvieron las siguientes respuestas: un 55.7% dice que “a veces”, un 13.3%, “casi siempre”, y un 4,6%, “siempre”. “Si sumamos estas tres respuestas, nos damos cuenta que tenemos una amplia mayoría de padres y madres que reconoce que a veces, casi siempre o siempre, les gritan a sus hijos cuando no hacen caso”, afirmó el académico del Ineina.

Ante la pregunta “¿Me enojo fácilmente cuando (mis hijos) hacen algo que no me parece?, casi la mitad dice que “a veces” (48.8%), “casi siempre” (18%) y “siempre” (11.3%). Es decir, más de un 70% reconoce que se enoja con relativa facilidad cuando sus hijos hacen algo que no les parece, lo cual es un predictor de violencia física y psicológica hacia las personas menores de edad. “Sin enojo, difícilmente va a haber agresión física; parece muy obvio, pero investigaciones demuestran que si logramos controlar el enojo, también podemos controlar la reacción violenta”, advirtió.

“Validación” del castigo como forma de crianza

También se preguntó si consideraban que los niños “necesitan un par de nalgadas para aprender a comportarse”, expresión que, por cierto, todavía sigue siendo relativamente común.

Un 41.5% de la muestra respondió que “a veces”, un 5.1% dice que “casi siempre”, y 3.3% admite que “siempre”. Esto significa que casi un 50%, o sea, la mitad de las personas encuestadas, considera que por lo menos a veces, casi siempre o siempre, hay que darle un par de nalgadas a sus hijos para que aprendan a comportarse.

“Entonces, sí, asocian el castigo físico como un método válido de educación, de enseñar a nuestros hijos e hijas a tener un comportamiento adecuado”, lamenta Chaverri. Al respecto, citó un estudio realizado, en 2014, por Holden y otros investigadores, donde se utilizó grabación de audio en el ambiente familiar, el cual sugiere que cuando legitimamos un comportamiento o una práctica, es probable que se lo utilice con mucho mayor frecuencia de lo que se declararía en una encuesta.

Esta “naturalización” de la violencia no es casual. Entre los factores asociados a la ocurrencia del maltrato parental hacia la niñez, el investigador del Ineina resalta las tradiciones culturales legitimadoras de la violencia.

En un país de tradición religiosa, como Costa Rica, incluso algunos pasajes bíblicos podrían tener incidencia. Por ejemplo, Chaverri destaca algunos versículos del libro de Proverbios, del Antiguo Testamento, donde se puede leer: “Quien escasea el castigo, quiere mal a su hijo, mas quien lo ama lo corrige continuamente”, o, “No escasees la corrección al muchacho, pues aunque le des castigo, no morirá. Aplícale la vara del castigo y librarás su alma del infierno…”

Esta visión de la relación padre-hijo coincide con otro factor que influye en la violencia hacia la niñez, como es la percepción del menor de edad como “pseudo-persona”; es decir, como alguien incapaz de analizar, comprender, reflexionar y cambiar.

El abogado Rodolfo Vicente, investigador del Ineina, ha venido señalando que a pesar de que el país cuenta con una buena legislación que protege los derechos de la población infantil, los adultos aún siguen considerando a los niños como objeto. “Los adultos se niegan a entender que los niños son personas, iguales a ellos”, ha denunciado Vicente.

Las huellas de la violencia

Especialista en ciencia cognitiva, Pablo Chaverri destacó que estudios neurocientíficos sugieren que quienes son agredidos o abandonados durante la infancia muestran un déficit en su desarrollo cerebral, con consecuencias en el sistema inmune y en la salud física y emocional.

Algunas manifestaciones hacia dentro de la persona –internalización- pueden ser ansiedad, insomnio, pesadillas, déficit atencional, desconcentración, deterioro de la salud física, depresión y baja autoestima.

Entre las expresiones hacia fuera o más visibles en el comportamiento concreto –externalización- estudios refieren la agresividad, la desobediencia, el abandono de responsabilidades y la hiperactividad.

Los niños criados en familias violentas pueden aprender que el maltrato es una vía efectiva para resolver conflictos y replicarla con otras personas, así como en sus relaciones adultas y de paternidad futuras. Asimismo, se ha encontrado que tienen mayor riesgo de sufrir estrés postraumático, abusar de drogas y cometer violencia juvenil, así como huir del hogar.

En cuanto al rol de los docentes, Chaverri resaltó la importancia de tratar de leer estos síntomas en el contexto de lo que subyace a ellos, que muchas veces son situaciones de violencia.

Para el experto esto significa que la educación no se puede entender como un trabajo exclusivo del centro educativo o del maestro, ya que cuando trabajan en conjunto la familia, el centro educativo y la comunidad, es posible empezar a crear nuevas formas de entender las naturaleza sistémica de las consecuencias del maltrato y la necesaria participación de diversos sectores para incidir de forma positiva y evitar el maltrato infantil y las cicatrices que este imprime en las personas menores de edad.

***Mayores detalles con el académico del Ineina Pablo Chaverri 8842-4749 o en la Oficina de Comunicación 2277-3067.

 

*Imagen con fines ilustrativos.

Enviado por UNA Comunicación.

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