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Etiqueta: Maquiavelo

Maquiavelo: filósofo y padre de las ciencias políticas

«La muerte de Nicolás Maquiavelo», Cesare Dell’Acqua, óleo sobre lienzo, 1848

Breve biografía del autor de «El príncipe»

Juan Jaramillo Antillón

Era el paradigma de un filósofo político y, como tal, él estudió de forma objetiva (y se puede decir que hasta científica) el arte de hacer política y cómo gobernar un Estado. Para esto, lo que hace es poner por escrito su experiencia de la cruda realidad que le tocó conocer y vivir en ese tiempo.

La teoría política de Maquiavelo es un saber pragmático de la época. No se trata de saber cómo debe ser el poder, sino cómo es y cómo funciona en la sociedad. No es un pensador inmoral, sino realista.

En su época, Italia estaba dividida políticamente en múltiples Estados, pero la realidad es que eran cuatro (Roma, Florencia, Venecia y Milán) los que dominaban el panorama.

Tal vez se comete una injusticia cuando a una acción o acto que es considerado oscuro, tramposo o amoral (o una persona que se comporta así) se le llama “maquiavélico”.

Eso era debido a que Maquiavelo, según la experiencia que tenía, describía lo que sucedía en la Roma Pontificial, en ese tiempo bajo el papado de Alejandro VI, uno de los Borgia, y en el tiempo de una gran crisis moral de la Iglesia Católica.

Esta fue la época en que Maquiavelo se desenvolvió como Secretario de una cancillería de Florencia. Describió los sucesos políticos del tiempo que le tocó vivir, y en el cual el Estado absoluto era el fin y, para ello, el medio era el poder.

Para Nicolás, el único objetivo del príncipe era hacer que el país fuera fuerte y se mantuviera unido, lograr establecer la paz y el orden y expulsar al invasor extranjero.

Para alcanzar este fin, cualquier medio sería satisfactorio. De ahí que se diga que fue invención de él que “el fin justifica los medios”, pues eso es lo que Maquiavelo argumenta cuando dice que un gobernante, al querer alcanzar sus más altos propósitos, no siempre debe considerar racional el ser moral.

El príncipe, asegura Nicolás, no debe preocuparse por ser calificado de cruel si utiliza la crueldad para mantener unidos y fieles a los súbditos.

Toda nueva dominación implica peligros y, para conjurarlos, no deben evitarse los actos de crueldad. Un príncipe debe ser a la vez amado y temido, pero más vale lo último. 1

La realidad es que él era un pragmático, y describió lo que vio en el gobierno de parte de los príncipes o jefes de Estado en sus escritos, en especial en su libro El príncipe, concebido como un manual para la educación de los gobernantes.

En él se aconseja cómo llegar al poder y conservarlo, y se basó en el desalmado y cruel César Borgia (hijo del papa Alejandro VI) y su manera de hacer política y gobernar, basado en la realidad de los problemas que existían en ese tiempo. Allí describe Maquiavelo los hechos tal como se presentan en la misma realidad y no como meras especulaciones de la política.

Era un estudioso no solo de los problemas políticos de su tiempo, sino también de la psicología y conducta de figuras como Alejandro VI, su hijo César Borgia, Catalina Sforza, Carlos y Luis (reyes de Francia), Maximiliano de Austria y Fernando de Aragón.

Es interesante que él señalara que “la naturaleza debe ser considerada como una totalidad viviente regida por principios propios o intrínsecos, es un mundo por sí misma, independiente de la imaginación humana y debe admitirse tal y como es, reconociendo su objetividad”.

Para Maquiavelo la superioridad de la ciencia era un hecho, pues se relacionaba más con la experiencia que las creencias.

En realidad, él era una persona correcta y culta, un hombre del Renacimiento, y por eso, a fin de cuentas, afirmaba que la política sin la guía de ciencia y sin las normas de la moral, era sólo egoísmo, codicia, crueldad y hasta podía llegar al terror.

En alguna parte se puede ver que él pensaba que el ideal es un príncipe sabio más que bondadoso o virtuoso, y cuya sabiduría política es una especie de conocimiento que debe ser técnica, positiva y, sobre todo, pragmática, para ser obedecido por el pueblo, porque el fin del poder político es lograr el orden y esto no es realizable si no existe un efectivo poder de mando.

Maquiavelo creía que el mejor régimen político es el que se logra con una República bien estructurada (con instituciones que gestionen y canalicen los conflictos), y que consiga integrar las dos fuerzas contrapuestas, el pueblo y los grandes (nobleza y clero), siendo estos dos últimos los que buscan dominar al pueblo. Espera que se consiga integrar a ambos sectores de la sociedad, permitiendo que el conflicto se mantenga dentro de la esfera pública.

En su libro Discursos señala que ninguna de las formas de gobierno, ya sean las buenas, como la monarquía, la aristocracia y la democracia, o las malas, como la tiranía, la oligarquía y el gobierno licencioso, logra equilibrar adecuadamente los intereses de los diferentes grupos en el régimen, los que los convierte en inherentemente inestables.

La monarquía con facilidad se convierte en tiranía, el régimen aristocrático, en oligarquía, y el democrático, en licencia.

Nicolás o Nicolai Maquiavelo nació en Florencia, Italia, en 1469 y murió en 1527.

Escritor, filosofo, político y diplomático, fue un de las grandes figuras del renacimiento. Era hijo de un abogado pobre, pero de una familia antigua de la aristocracia de Florencia. Como emisario de esa República, viajó y estuvo en las cortes de Francia, Alemania y otras ciudades italianas, y pudo apreciar la conducta y realizaciones de los gobernantes de los diferentes países o repúblicas en esa época.

Aconsejaba a los príncipes, que

no hay nada más difícil de emprender, ni de resultados más dudosos, ni de más arriesgado manejo en el campo de la política para un gobernante, que ser el primero en introducir cambios o disposiciones importantes, aunque vayan en beneficio de la mayoría, porque el introductor tiene por enemigos a todos los que se benefician de todas las instituciones viejas, y por tibios defensores a todos aquellos que sí beneficia el cambio; la razón de esto es el temor a lo nuevo debido a la incredulidad de los hombres, quienes no creen de verdad en cosa alguna nueva, hasta que la ratifica una experiencia firme, ya que han sido antes engañados muchas veces por los políticos.

La mejor descripción que se ha hecho sobre la tuberculosis y su evolución, la dio Maquiavelo.

Él afirmaba: “Los médicos dicen de la tisis que, en los principios, es fácil de curar, pero difícil de reconocer. Pero, en lo sucesivo, si no la conocieran en sus principios, ni le aplicaran remedio alguno, se hace, en verdad, fácil de conocer, pero difícil de curar”.

Sucede lo mismo con los problemas del Estado: si se conocen anticipadamente, los males que pueden manifestarse pueden resolverse, pero no habiéndolos conocido, se agravan y remediarlos es muy difícil. 2

Maquiavelo tuvo sus tiempos de sufrimiento.

Cuando la familia de los Medici regresó triunfante a Florencia, derrotando a la Republica, no le perdonaron a Maquiavelo el ser miembro de la misma y, por orden de ellos, fue cesado de todos sus cargos, acusado de traición y encarcelado.

Fue, además, condenado a muerte, pero milagrosamente, por el prestigio que tenía, fue indultado y se retiró un tiempo de la política. Ya no tuvo un papel importante en el gobierno, falleciendo tiempo después.

Referencias

Maquiavelo señalaba, cuando lo criticaban por aconsejar “la crueldad”, que él no presentaba la crueldad como un “valor humano”, sino como una realidad existente y que forma parte de la vida política a la que, por lo tanto, hay que tener en cuenta.

2 Yo creo que esto también se aplica para muchos problemas que tenemos que resolver en nuestras vidas.

Bibliografía

Chabod, Federico. (1994). Escritos sobre Maquiavelo. México. Ed. Fondo de Cultura Económica.
Echandi, Gurdián Marcela. (2011). Panorama histórico-filosófico del Renacimiento en Italia. San José. Editorial UCR.
Geymonat, Ludovico. (1975). Storia del Pensiero Filosófico e Scientífico. Volume II. Milano. Garzanti Editore.
Magee, Bryan. (1999). Maquiavelo- Historia de la Filosofía. Barcelona. Art: Blume. R.L.
Navarro, Luis. (1952). Maquiavelo. Obras Políticas. Buenos Aires. Librería El Ateneo.
Wikipedia. (2025). Nicolas Maquiavelo. Vía Google. Wikipedia la enciclopedia libre. 1/2/2025.

Publicado originalmente en https://www.meer.com/es/92690-maquiavelo-filosofo-y-padre-de-las-ciencias-politicas
Compartido con SURCOS por el autor.

La política como el arte del engaño

Alberto Salom Echeverría

“El tema central de la teoría política de Maquiavelo fue la tarea de gobernar adaptada a las necesidades contemporáneas, más que como un producto de ordenación divina. Delineó métodos para tomar el poder, abogando por una combinación de fuerza, astucia y apoyo ciudadano.”

NICOLÁS MAQUIAVELO

Maquiavelo prescribió cualidades específicas para los gobernantes, Instándolos a encarnar una combinación de fortaleza y astucia.

Una introducción necesaria

El engaño es una condición humana, muy negativa, por cierto. El prócer José Martí dijo una vez: “Nos casaron con la mentira, nos acostumbraron a vivir con ella…” Cuando la vida en la acción política no resulta suficientemente consistente, cuando al gobernante de turno no le sirve decir la verdad, es porque no está acostumbrado a reconocer sus errores; entonces frecuentemente acude a la mentira como un escudo que debiera protegerlo. Es decir, el “engaño”. Es el más frecuente de los recursos del político astuto, como lo pregonaba y recomendaba el gran pensador florentino Nicolás Maquiavelo (1.469-1.527). Para el filósofo de la política, lo central era que el político consiguiera sus objetivos, al precio que fuera. Eran los tiempos del renacimiento en los que se buscaba unificar los reinos y constituir la República Italiana.

El propio Maquiavelo llegó a considerar, que para “El Príncipe”, con tal de alcanzar y afianzarse en el poder del Estado, era más importante “ser temido que ser amado, si es que no se puede hacer ambas cosas”. Ser temido para garantizar la obediencia, argumentaba.

La astucia recomendada por Maquiavelo no siempre es sinónimo del engaño, pero la mentira sí lo es. En las democracias, parte de la ideología dominante de las clases y élites preponderantes, es la mentira, útil para dominar y a la vez sojuzgar a masas poco educadas y necesitadas de “favores” para salir adelante…El clientelismo político. Entre más bajo se esté en la escala social, más proclive o inclinado se estará a depender de los favores del gobernante, de la naturaleza que sean, porque cualquier “migaja” es mejor que nada.

Las migajas sirven para apuntalar el engaño y consolidar la sumisión.

Entre más inepto sea un gobernante para llevar adelante políticas públicas que resuelvan los problemas de la ciudadanía, junto a ella, más importante se tornan los favores políticos o las migajas que se le puedan ofrecer a las masas más necesitadas. Esta es una premisa básica de las ideologías dominantes en los gobernantes corruptos y populistas.

La marcha que llevó a cabo el gobierno de Chaves Robles el 19 de este mes, dejó como impronta o huellas indelebles gran parte de lo que hemos dejado señalado de los gobernantes populistas proclives a la mentira y el engaño.

Por más que su propaganda, o las de sus troles hayan querido desfigurar la realidad, por medio de montajes de otras manifestaciones propias o ajenas, por las que quisieron hacer aparecer la escuálida marcha como si hubiese sido la de una multitud, hoy se tiene suficiente evidencia proveniente de los medios de prensa que asistieron a cubrirla, que dieron cuenta de la escasa asistencia.

Se sabe, además, por la boca de los propios asistentes a la marcha, que iban ayunos de información de parte del gobierno. Abundaban las frases banales de parte de los asistentes y hasta de los guías adictos al gobierno. Por ejemplo, ante una pregunta de un funcionario de una empresa de tv, en el sentido de ¿” cuál es la razón por la que ustedes se hicieron presentes a esta marcha”? una mujer inmediatamente solicitó que le preguntaran a otra dama que parecía la que comandaba. La situación no mejoró ahí. En este caso obtuvimos por toda respuesta, “venimos a apoyar”. Cualquier persona que hubiese visto este reportaje vio lo mismo que estoy explicando.

Pero en cambio, no iban ayunos de un poquito de dinero (mucho paya algunos de ellos); cada asistente que se montó en un bus, recibió además la suma de diez mil colones, algunas camisetas y otras migajas que, a nadie le resolvieron ningún problema vital, pero vinieron a la capital, algunos saludaron al gobernante populista, y recibieron después su almuercito. Chaves se dio gusto apretando manos, abrazando gente humilde y otras lindezas por el estilo.

La verdadera razón de la marcha

Ni con toda esa parafernalia el gobierno que, de a poco se desgasta en su prestigio, logró su cometido de movilizar ni dos mil personas siquiera, para forzar una renuncia del fiscal general Carlo Díaz. Este era el verdadero móvil de la manifestación convocada haciendo acopio de ingentes recursos. No lo lograron.

En este caso, el engaño, el ardid empleado por el gobierno para convencer a grandes sectores del pueblo a repudiar al fiscal, no les sirvió. Nada consiguieron, como no fuera desprestigiarse más.

La verdadera razón de la convocatoria que ninguno de los asistentes conocía, como no fuera el consejo de gobierno y el mínimo grupo de adláteres y propagandistas que siempre acompañan al presidente, fue provocar la renuncia de Carlo Díaz. ¿Y por qué? El presidente Rodrigo Chaves Robles y parte de sus ministros acumulan más de un centenar de denuncias en su contra que, el fiscal general, como parte de sus funciones indeclinables, debe investigar. No puede negarse a hacerlo so pena de incumplir su mandato. El presidente no nombra al fiscal, lo nombra la Corte Plena del Poder Judicial, menos puede destituirlo. Imagínense ustedes, un presidente acusado en parte por ciudadanos comunes y corrientes y otra parte por instituciones, intentó movilizar multitudes para forzar la renuncia de aquel que tiene el imperativo de investigarlo. Craso error.

¿Sería que Chaves se proponía de esa forma destituir a un fiscal que, hasta ahora ha probado su idoneidad y valentía en el ejercicio del cargo, para presionar a la Corte Plena a que le nombrara otro u otra a su conveniencia? Muchos de los castigos que podrían sobrevenir de tantas acusaciones, en caso de que se demuestre su culpabilidad y dolo, suponen cuantiosos años de cárcel. A Chaves le falta poco para perder su inmunidad que le otorga la Constitución por ejercer la primera magistratura, por lo consiguiente, podrá ser juzgado como cualquier otro ciudadano. El temor que puede estar sintiendo el gobernante populista, fue lo que lo llevó a embarcarse en el error de pretender usar al pueblo mediante una manifestación que pretendía que fuera masiva, para que Carlo Díaz se viera inclinado a dejar el cargo. Nuevamente, craso error del gobernante.

El engaño, es un ardid muy empleado por gobernantes que temen enfrentarse a su pueblo con la verdad. Pero no dura para toda la vida.

Compartido con SURCOS por el autor.