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Etiqueta: mestizaje

UCR, Voz experta: El mestizaje como base de la diversidad cultural costarricense

Por: Dra María de los Ángeles Acuña León, especialista en historia

En la historia de Costa Rica se investiga y reconoce la diversidad cultural que ha sido y se sigue construyendo en el transcurso de los siglos pasados, pero también en los años recientes y presentes. En el centro de esta riqueza cultural se encuentra el mestizaje, ese proceso complejo y continuo que ha dado forma a la genética e identidad costarricense. Gracias al mestizaje se mezclaron los modos de vida, las creencias, las tradiciones, las costumbres, los genes de nuestros ancestros indígenas, de los africanos y de los españoles que llegaron a esta tierra. En este contexto y durante el período colonial surgieron en primer lugar los mulatos, los mestizos, los zambos, pero también sus descendientes producto de la mezcla de las mezclas. Legados que en la coexistencia diaria se fueron fusionando, transformando e instaurando continuidades a lo largo de la historia de nuestro país, en esa innegable honda y complicada relación entre mestizaje y diversidad cultural y su fundamental interconexión histórica y social. 

El ecúmene ocupado por los españoles en la provincia de Costa Rica durante el período colonial corresponde al Valle Central y los valles de Esparza, Bagaces y Matina; fue en estos lugares donde los españoles se asentaron y formaron sus ciudades y poblados. La población indígena se ubicó en unos pocos pueblos ubicados en el Valle Central, sin embargo, un número importante permaneció en tierras de frontera: Talamanca y Guatuso.

Mientras que, durante el siglo XVII, se presentó un patrón de asentamiento disperso ya para el siglo XVIII se presentaron cambios importantes en la manera de establecer poblados, junto a las viejas ciudades españolas Cartago (1564), Esparza (1577) y los pueblos de indios (1575), surgieron pequeños centros de población, conocidos como villas nuevas, a saber Heredia (1734, Villa Vieja)  San José (1737, Villa Nueva), Alajuela (1796, Villa Hermosa) Ujarrás (1700) y Escazú (1796). Estas se formaron por el aumento en la densidad de la población y fueron habitadas por los nuevos sectores que emergieron en la sociedad colonial: los hijos del mestizaje, una progenie consecuencia de la convivencia de diferentes pueblos y culturas.

De ahí que, en el caso costarricense el siglo XVIII se considera como el siglo de los mestizajes; sus protagonistas fueron hombres y mujeres que se relacionaron en los campos y en las ciudades, entre sí y con los otros grupos de la sociedad, vinculados por lazos de sangre, redes sociales y vínculos culturales. El mestizaje se constituyó en un rasgo característico no sólo de la sociedad colonial costarricense de ayer, sino también de la sociedad contemporánea de hoy, donde la diversidad cultural, el dialogo intercultural y la inclusión son fundamentales.

Por tanto, fue en el siglo XVIII cuando surgió una nueva dinámica, el proceso de mestizaje tuvo un impacto transcendental en la configuración de la sociedad costarricense del momento, la cual emergió con un carácter multiétnico y pluricultural. Se incrementó la población de orígenes mixtos, a través de los mecanismos primarios del mestizaje, la endogamia, la exogamia, la legitimidad y la ilegitimidad, lo que influyó en los patrones de poblamiento, de composición étnica, cultural y de sociabilidad. Pero también significó la fusión de prácticas, de lenguajes, de costumbres, de creencias, siendo también ese mestizaje producto y productor de la diversidad cultural.

La población de Costa Rica durante el período colonial se mantuvo en ascenso, los españoles siempre en incremento y los indígenas bastante reducidos presentaron fluctuaciones en el desarrollo de los siglos coloniales. Los grupos de mezclados experimentaron un crecimiento continuo, entre los individuos producto del mestizaje inicial, son los mulatos los que presentan mayor presencia en los siglos XVI y XVII lo que les permitirá, constituirse en la base de los individuos clasificados como mezclados, ya sean clasificados indistintamente como mestizos o mulatos en el siglo XVIII.

En Costa Rica colonial las ciudades, las villasnuevas y otros pueblos, fueron los centros del crecimiento y fortalecimiento de las poblaciones de sangre mezclada y el escenario para el surgimiento de la diversidad cultural. Allí los diferentes grupos étnicos se interrelacionaron día a día y fueron construyendo una nueva situación, una sociedad multiétnica y una identidad cultural heterogénea que amplio y dio continuidad a la diversidad en ese contexto y período histórico.                 

En las viejas ciudades españolas, el mestizaje transformó el perfil y número de sus habitantes, las otras ciudades españolas de Cartago y Esparza, se vieron convertidas la primera en una ciudad de mayoría mezclada, imperando los mezclados, la segunda en una población mayoritariamente mulata.

Cartago, por su carácter de capital y núcleo urbano más importante de la Costa Rica colonial registro el mayor número de pobladores, albergó por tanto a toda la gama de individuos de diversos orígenes, etnias y culturas, ya para el siglo XVIII, los mestizos fueron los habitantes más numerosos en la ciudad de Cartago, seguidos por los mulatos libres, los españoles, luego los afrodescendientes en condición esclava, los indígenas en sus calidades de tributarios y naborías, los negros libres y los zambos. Por tanto, la ciudad-capital en el proceso de construcción de los mestizajes y recomposición de la sociedad colonial emergió, en el período colonial, como una población de orígenes mixtos, tanto biológica como culturalmente. Hoy en día reconocida como la cuna de la historia, la genealogía, la identidad y la diversidad cultural de los costarricenses.

Esparza, ciudad colonial que surgió del traslado de la predecesora ciudad de Aranjuez y en función del puerto de la Caldera, se mantuvo como sede administrativa de la zona comprendida entre los Ríos Tárcoles y Tempisque. En la zona adyacente a la ciudad hacia 1715 se construyeron dos ermitas, una dedicada a San José y la otra a Nuestra Señora de la Concepción, fueron origen de los asentamientos de Bagaces y Cañas, aquí surgió la hacienda ganadera como la unidad económica que dinamizó la región, donde vivieron algunos españoles, pocos indígenas, una mayoría de mulatos y otros afrodescendientes, dándole una especificidad étnica, cultural y de paisaje que aún perdura.

Pero las villasnuevas, Heredia, San José, Alajuela, Ujarrás y Escazú sin excepción, fueron por excelencia el universo de los mezclados. Presentaron sus variaciones, pero en su mayoría sus poblaciones fueron mestizas, con números importantes de españoles y una cantidad considerable de mulatos que engrosaron las filas de los mezclados. Estas villas fueron producto del proceso de migración de la población mixta artesana-campesina hacia la sección occidental del Valle Central o del repoblamiento ante el descenso de la población indígena. Además, fueron el escenario donde las distintas etnias, las variadas raíces culturales, las formas de vida convivieron y se reinterpretaron constantemente.

Pero también fueron reflejo de la relación entre el mestizaje y la diversidad cultural, en el fortalecimiento de una pluralidad cultural muy definida que se percibe y vive en especificidades, como la música, la gastronomía, el arte, los léxicos, las tradiciones, las festividades de las diferentes regiones que componen a la Costa Rica actual.

En Costa Rica el mundo colonial se materializó pleno de contrastes y distinciones entre los diversos individuos y grupos que lo constituyeron, un mestizaje y una diversidad cultural que con el paso de los siglos se amplió y fortaleció con la posterior llegada de inmigrantes de diversas partes del mundo como China, Italia, Alemania, Jamaica y otras islas del Caribe, Panamá, India, Líbano, Chile, Perú, Argentina, Brasil entre muchos otros.

Podemos concluir que ese mestizaje de los siglos coloniales y siguientes ha sido la base de la diversidad étnica y cultural costarricense. Donde el reconocimiento de esa herencia multi y pluri es clave para entender y mantener una sociedad más inclusiva donde se respete y reconozca esa amalgama de fusiones biológicas, sociales y culturales que nos constituyen y representan.

María de los Ángeles Acuña León
Experta en historia e investigadora jubilada del Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas (CIICLA)

No fue “descubrimiento”, no era tierra sin dueños

Magda Zavala

A 532 años de la llegada de los españoles, no como turistas o visitantes desinteresados, sino como conquistadores imperialistas, sin respeto al derecho de quienes aquí vivían hacía miles de años y eran los legítimos propietarios de muebles e inmuebles, de sus recursos naturales, de su tierra, de su cultura y sus lenguas, de sus creencias, no se vale practicar la distorsión o el olvido. Los recién llegados venían con una tecnología de guerra superior, visión política expansionista y sin intenciones de respetar a nadie. Así que se apropiaron de tierras y vidas (el holocausto del siglo XX de socialistas, judíos, gitanos, minorías sexuales y otras no logra aproximarse a la triste hazaña que dio muerte, desde 1492 hasta comienzos del siglo XVII, a 56 millones de personas). Muchos de esos conquistadores, sobre todo los de alta cuna, regresaron a España con los tesoros (los indianos de la famosa zarzuela), pasaron por la vía política y comercial, el oro y joyas, las semillas y los conocimientos de la civilización recién expoliada a la corona y enriquecieron el primer mundo. Otros, los que posiblemente jamás tendrían un futuro en España, se quedaron aquí, fueron los colonos y sus hijos, nuestros antepasados. Lo más sorprendente es que, al contrario de la conmemoración crítica de los 500 años, ahora nos vengan a vender la seudohistoria de la “leyenda negra” de fines autoexcusatorios, aprovechando el momento ultraconservador que vive la cultura planetaria y que usa, para efectos políticos muy convenientes, lo que se llama “la distorsión cognitiva”, donde la autopercepción manda y se impone, como dogma político, sobre lo real. Pues no, nadie pretenda, otorgándose carácter de investigador, convencernos de que la conquista y la colonia, con todos sus desmanes, no existieron, o que fue un momento de intercambio igualitario de bienes culturales. Primero que se lea los ríos de tinta escritos por los mismos conquistadores, por los cronistas, por los frailes, por los visitantes, por los indígenas, por las autoridades locales y muchos otros testimonios, de modo que llegue a ver las venas abiertas de este continente y a entender por qué fue necesaria la Independencia.

Cierto, las mayorías latinoamericanas del presente somos mestizos y gozamos de una valiosa herencia simbólica de las dos culturas, aunque debe decirse que de las tres principales (entre otras muchas), porque los afrodescendientes aquí estuvieron y están, con sus importantes raíces, formando parte de “este nosotros”, diverso y plural del presente. Reconocer nuestro mestizaje no puede tampoco hacernos olvidar que siguen presentes los herederos directos de los habitantes originales de América: las personas que aquí desarrollaron civilizaciones y culturas anteriores a la conquista, cuyos descendientes continúan aún invisibilizados, negados, privados de sus propiedades y asesinados, sin que muchas veces los tribunales señalen culpables.

En el presente, la mayor resistencia ante este pasado y, al mismo tiempo, la más grande reconciliación, es aceptar en toda su complejidad contradictoria, con todos sus claroscuros, incluidas las injusticias y violencias, esa historia que nos concibió de nuevo a partir de un 12 de octubre, y reparar, en lo posible, sus deudas.

12 de octubre de 2024

La UCR está comprometida con la afrodescendencia costarricense

El grupo Cultura Caribe en la Danza” es un proyecto de Acción Social que tiene como objetivo difundir las manifestaciones culturales limonenses por medio de la danza, con el fin de fortalecer la identidad cultural regional. Foto: Alexa Méndez.

Día de la Persona Negra y la Cultura Afrocostarricense

La Acción Social contribuye al rescate gastronómico y de las manifestaciones artísticas de la cultura afrocostarricense

Según el último Censo Nacional, realizado en 2011, las personas que se autoidentificaron como afrodescendientes o negras llega a un 8% de la población total. Esto representó un avance significativo, ya que en la estadística anterior del año 2000 ese porcentaje no llegaba ni siquiera al 2%, lo se que se considera un logro en materia de visibilización cultural.

Uno de los hitos que han contribuido a esa visibilización es la celebración del “Día de la Persona Negra y la Cultura Afrocostarricense, así aprobado en 2011 mediante Ley Nº 8938, ocho años después se convertiría en el Mes Histórico de la Afrodescendencia por Ley 9526. Inicialmente se denominó “Día del Negro”, así  propuesto por el Sindicato de Educadores Costarricenses (SEC) y sancionado durante el gobierno de Rodrigo Carazo Odio (1978-1982).

Como parte de su aporte, la Vicerrectoría de Acción Social (VAS), de la Universidad de Costa Rica (UCR), mediante la Sede Regional del Caribe tiene en ejecución 26 proyectos que inciden la calidad de vida, turismo sostenible, artes, conservación ambiental, acompañamiento educativo y rescate de la herencia cultural de esa zona.

Además, la UCR se unió al homenaje realizado a dos ilustres limonenses, ambos destacados en el diseño de un matasellos dedicado al Mes Histórico de la Afrodescendencia: la maestra y poetisa Prudence Bellamy Richards, quien fuera más conocida como la “Niña Pru”, y el abogado Alex Curling Dessler, quien fue la primera persona afrodescendiente en ser elegida como diputado de la Asamblea Legislativa.

El matasellos irá acompañado por el sello postal del manatí, que es parte de la serie filatélica Hacia el Bicentenario, que gracias a una iniciativa de estudiantes de la Escuela Limoncito, ubicada en Limón, fue aprobado por el Estado como símbolo nacional de la fauna marina. Por su parte, la Sede Regional del Caribe gestionó la producción del sobre conmemorativo, que con la propuesta de la agrupación Limón Heritage, propuso incluir una imagen del barco Lizzy, identificado como el primer vapor en el que llegó el primer grupo de 126 ciudadanos jamaiquinos para trabajar en el ferrocarril.

El magíster Axel Alvarado Luna, coordinador de Acción Social de dicha sede, comentó que “el barco Lizzy quedó en el inconsciente colectivo de Limón y ha trascendido al Caribe costarricense, ahora inmortalizado en el Matasellos, recuerda a los pasajeros que trajeron consigo sueños de esperanza y también sus manifestaciones culturales. El aporte de estos migrantes antillanos fue tan rico como la Anexión del Partido de Nicoya, por lo que la Sede del Caribe, Heritage Puerto Limón y Correos de Costa Rica honramos el aporte de los primeros jamaiquinos que vinieron en ese barco”.

Estas ilustraciones del sobre “nos recuerdan como la Ciudad de Limón ha sido parte de nuestra historia y cuántas veces desde la educación, el arte, la política ha aportado a construir una Costa Rica mejor”, comentó la Lic. Ligia Oviedo, encargada del Museo Filatélico de Correos de Costa Rica.

Una Sede con corazón caribeño

De acuerdo con el investigador Alvarado, “durante la celebración del mes de la afrodescendencia la sede brinda colaboración a la asociación de pescadores artesanales del Caribe Sur, propiamente en los desfiles que realizan en Puerto Viejo y Cahuita. Ésta incluye desde apoyo en comidas y bebidas, participación de grupos artísticos del preuniversitario de música y del grupo de danza de la sede. Además, se participa y apoya en el Gran Parade del 31 de agosto en el cantón central de Limón, en donde generalmente se confecciona una carroza para el desfile”.

Asimismo, se organizan charlas y exposiciones relacionadas con la temática de la afrodescendencia. Y para el segundo ciclo, se iniciará con un nuevo proyecto denominado Kryol Kaana que consiste en una casa cuna en donde se impartirán clases de criollo limonense a 10 menores de edad entre los tres y cinco años de edad. La idea consiste en rescatar el idioma materno que por diferentes razones está desapareciendo del habla de la población afrodescendiente.

Uno de los proyectos de Acción Social que se sumará al Mes Histórico de la Afrodescendencia es el denominado “Cultura Caribe en la Danza” (EC-38), que tiene como objetivo difundir las manifestaciones culturales limonenses por medio de la danza, con el fin de fortalecer la identidad cultural regional.

Las coreografías reflejan la riqueza y diversidad de los aspectos identitarios limonenses y se realiza constante capacitación en técnicas de expresión corporal, estilos y tradiciones de las danzas, así como las de herencia africana. Asimismo, el grupo participó en el “Wolaba Parade, que se realizó en Puerto Viejo el 27 de agosto, como parte de las celebraciones de la afrodescendencia, trabajamos desde junio en talleres impartidos por portadores de tradición en danza calipso. Durante este desfile mostramos un par de coreografías en ese ritmo”, comentó Samantha Carrillo Arroyo, docente coordinadora del grupo.

La Sede Regional del Caribe, Correos de Costa Rica y la asociación Heritage Puerto Limón unieron esfuerzos para el diseño un matasello y un sobre conmemorativo al Mes Histórico de la Afrodescendencia, que rinde homenaje a dos ciudadanos que hicieron valiosas contribuciones al país: la docente Prudence Bellamy Richards y el abogado Alex Curling Dessler. Foto cortesía Correos de Costa Rica

“Este año ha sido de reactivación, ya que previo se hicieron muchas actividades virtuales, y nos hemos ocupado en acercar a la gente. La idea es continuar con la misión del grupo de la mano de la música calipso, y con el apoyo de talleristas estamos en esa tarea”, agregó Carrillo.

Lo “afro” en el alma costarricense

La visión “vallecentrista” ha limitado al Caribe lo afrodescendiente, pero la realidad es que está presente en todas las provincias, ya que trasciende el color de piel o los rasgos étnicos. Ésta se refiere a una multiplicidad de manifestaciones culturales que incluyen el idioma, la gastronomía, el arte y las enormes contribuciones que desde su llegada al territorio han hecho a la historia costarricense.

La población costarricense tiene un 11.7% de herencia genética afrodescendiente. Ese porcentaje es mayor en el Caribe, llegando al 30%, 14% en la región guanacasteca, 8% en la zona Sur y 6% en el Valle Central. Por lo tanto, se puede asegurar que la genética costarricense es una mezcla de las etnias negra, indígena, blanca y de otras, fruto de las constantes migraciones desde la conquista española, quienes no eran totalmente blancos porque siglos previos de su llegada a América se produjeron migraciones hacia la península ibérica.

Durante el periodo de la Colonia, los españoles trajeron personas negras esclavizadas que fueron confinados en algunos sitios. Por ejemplo, en Cartago hubo una población afrodescendiente, cuyos poblados estaban divididos de los habitados por blancos con una Cruz de Caravaca, siendo uno de los más importantes la Puebla de los Pardos, sitio donde la leyenda ubicó la aparición de la Virgen de los Ángeles.

Incluso, estudios históricos han reconocido que el “Erizo”, Juan Santamaría, fue una persona afrodescendiente. De hecho, en 1793, en Alajuela de cada 100 personas 13 eran mulatos, 76 mestizos y solamente 11 se identificaban como españoles.

Según investigaciones de Quince Duncan Moodie, previo a la Independencia, el Censo de Monseñor Thiel determinó que CR tenía 52591 habitantes, de los cuales, de cada 100 personas: 17 eran mulatos, 1 negro, 16 indígenas y 9 españoles o “blancos”, y 58 se clasificaron como mestizos. Además, posteriormente, un tercio de las mujeres y más de la mitad de hombres negros estaban en matrimonios racialmente mixtos, aunque a ellas se les aplica la Ley del Vientre que determinaba que si la madre era esclava su descendencia también lo sería.

Además de sus sus contribuciones al desarrollo económico, la migración africana y caribeña enriqueció la cultura nacional, por ejemplo con los ritmos más populares que se bailan en la actualidad e instrumentos como el quijongo, que en África se llama berimbau, y la marimba, esencialmente en la música típica costarricense. Foto archivo VAS

 

Eduardo Muñoz Sequeira
Periodista, Vicerrectoría de Acción Social, UCR

Conferencia: Mestizaje y Racismo en América Latina – video

Dra. Mónica Moreno Figueroa

Les compartimos el enlace al vídeo de la transmisión en vivo de la conferencia magistral: “Mestizaje y Racismo en América Latina”, impartida el pasado miércoles 6 de julio por la Dra. Mónica Moreno Figueroa de la Universidad de Cambridge.

En la imagen de cabecera aparece Vania Solano Laclé, coordinadora del Observatorio para la Acción contra el Racismo de la Universidad de Costa Rica.

Enlace a la transmisión de Facebook Live:  https://www.facebook.com/ObcraUCR/videos/504307594802716

Compartimos el video en YouTube:

Mestizaje y racismo en América Latina

El Observatorio para la Acción contra el Racismo, le invita a participar en la conferencia magistral: “Mestizaje y racismo en América Latina”, impartida por la Dra. Mónica Moreno Figueroa de la Universidad de Cambridge, a realizarse el miércoles 6 de julio a las 4:00 p.m. en la sala de audiovisuales de la Facultad de Ciencias Sociales, 1er piso, UCR.

Para reservar su espacio ingrese al siguiente enlace: 

https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSctpH2gRVQkcxmjxzYM6idFQO3WIS0GNosL4erpM5XTJ8N7tQ/viewform

La actividad también será transmitida por las redes sociales: @fcsucr, @ObcraUCR y @cianucr.

 

Compartido con Surcos por Adriana Laclé.

Mestizaje y racismo en América Latina

El Observatorio para la Acción Contra el Racismo le invita el próximo miércoles 06 de julio a las 4:00 p.m. a la conferencia magistral llamada “Mestizaje y racismo en América Latina”, a cargo de la Dra. Mónica Moreno Figueroa, Associate Professor de la Universidad de Cambridge quien visitará la Universidad de Costa Rica durante la primera semana de julio de 2022. 

La conferencia contará con un espacio presencial en la Sala de Audiovisuales de  Facultad de Ciencias Sociales en el 1er piso, y también con transmisión virtual por medio del Canal WebTV de la Facultad de Ciencias Sociales y por medio de las redes sociales: @ObcraUCR y el Centro de Investigaciones Antropológicas: @cianucr. 

Si desea asistir a la actividad presencialmente reserve su cupo en el siguiente enlace: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSctpH2gRVQkcxmjxzYM6idFQO3WIS0GNosL4erpM5XTJ8N7tQ/viewform