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Etiqueta: modelo eléctrico

Conflictos por explotación de ecosistemas y el proyecto 23.414

Por Osvaldo Durán-Castro, sociólogo
Profesor ITCR-ecologista FECON

En el debate sobre cuál es el modelo eléctrico que requerimos en Costa Rica y en cualquier parte del mundo, uno de los argumentos a superar es el sentido común errado, pero políticamente vendido y creído, de que prácticamente todas las energías que no provienen de combustible o que se generan con su uso son renovables, sostenibles, limpias, verdes. Ya hoy, en cualquier debate serio se deben incluir los impactos de esas energías “limpias” en los ecosistemas y las personas. No reconocer la destrucción de los ecosistemas, empezando por los ríos en el caso de la generación de electricidad, además de ser técnicamente ignorante, es una completa irresponsabilidad.

Hace 4 años, cuando Costa Rica fue sede del Congreso Mundial de Energía Hidroeléctrica, de la Asociación Internacional de Energía Hidroeléctrica (IHA) (7 al 24 de septiembre de 2021), con el apoyo del Gobierno, el Ministerio de Ambiente/MINAE y el Instituto Costarricense de Electricidad/ICE, decenas de organizaciones de América y Europa, puntualizamos numerosos argumentos técnicos sobre los daños e impactos irreparables de las energías “limpias” como las hidroeléctricas, que hasta hoy no son de consideración para esa industria.

Si bien un componente de este debate es puramente técnico y científico, otro, igualmente pesado, es el relacionado con los derechos de las personas y de los ecosistemas. Cierto que hay enormes diferencias entre lo público y lo privado, por cuanto lo público generalmente cuida la atención de necesidades sociales relacionadas con energía, mientras que los modelos privados están fijados en el lucro. Pero, en general, coinciden en que todos sus proyectos, salvo excepciones muy calificadas, son pensados, construidos e impuestos sin ningún tipo de consulta a la gente que es impactada negativamente. Además, las industrias públicas y privadas, de nuevo salvo excepciones públicas, niegan y justifican los daños a los ecosistemas, desde los más leves hasta los más severos e irreparables, mediante los llamados estudios de impacto ambiental, que en muchísimos casos, no son más que una fabulosa industria intelectual y de ciencias naturales y sociales, asociada con la explotación energética de cualquier tipo. En Costa Rica un caso de antología en cuanto a irresponsabilidad técnica, tráfico de influencias, favores políticos, permisos amañados, presión e imposición a las comunidades, etc., fue el proyecto de hidroeléctrica San Rafael de la empresa H.Solís, que tras muchos años de lucha comunitaria y social local y nacional fue derrotado. Casi de inmediato las comunidades de Turrialba y nacionales sumaron a su historia la liquidación de los PH Bonilla 510 y PH Bonilla 1320 de la empresa Hidrodesarrollos del Río Platanares S.A. que, según se dijo, era la misma H.Solís. Estos y muchos otros casos son evidencia de que desde hace décadas empezó a crecer en Costa Rica un nuevo sentido crítico, ético y preocupado por modelos sustentables.

Precisamente por esas preocupaciones es que un foco de desacuerdo irreconciliable con el proyecto 23.414 es que supone un peligro directo de explotación indiscriminada de los ecosistemas nacionales. Entre las “Fuentes energéticas renovables” (artículo 3k) se mencionan “la energía del sol, el viento, la biomasa, el agua, las mareas, olas y los gradientes de calor natural y otras que surjan y sean reconocidas por el ente rector”, sin reparo de ningún tipo en sus impactos y como si éstos fueran inexistentes. En el mismo párrafo se agrega que son “fuentes de energía que están sujetas a un proceso de reposición natural”, lo cual revela que quienes redactaron el proyecto desconocen u ocultan deliberadamente toda la información científica sobre ecosistemas destruidos en el mundo como cuencas hidrográficas y sus ríos. ¿Acaso un río sobrevive con el 20 o 10% de su caudal que en los estudios de impacto ambiental siguen defendiendo ridículamente como “caudal ecológico”?

Estas fuentes “renovables” según el artículo 14 del 23.41 “Prioridades del Plan de Expansión de la Generación y la Transmisión” “pueden ser desarrolladas por cualquiera de los agentes de mercado, independiente de su naturaleza pública, privada o mixta…. Este es un punto particularmente sensible pues retoma todas las pretensiones y presiones contenidas en muchos proyectos de ley anteriores, todos orientados a romper los topes de generación para privados tanto por tamaño de proyectos como por porcentaje con respecto del Sistema eléctrico nacional, SEN. Esos topes hasta ahora son del 15% según la Ley 7.200, capítulo I, con proyectos de hasta 20 megavatios y de otro 15% con la Ley 7.508, capítulo II, con proyectos de no más de 50 megavatios. En versiones anteriores de otros proyectos privatizadores se establecían topes ideales de 50 megavatios para los primeros y de 100 megavatios para los de la Ley 7.508. Pero ahora, con el proyecto 23.414 se rompen todos los topes para los proyectos privados, ya sea de empresas nacionales o transnacionales, pues todos los agentes competirán en el mercado de subastas en igualdad de condiciones.

El otro punto crítico es que todos los sistemas de explotación, trasiego, almacenamiento y distribución de cualquier energía, requiere explotaciones y energías adicionales. La lucha emblemática en la Patagonia chilena contra una explotación hidroeléctrica de 2.760 megavatios en Aysén y tendidos eléctricos de 1.970 kilómetros para consumirlos principalmente en minas, para favorecer a corporaciones privadas, es uno de los mejores ejemplos para comprender los impactos interrelacionados entre distintas explotaciones energéticas. Ni qué decir de la mitología y el novelón global alrededor de consumo de “energías limpias” en carros eléctricos y dispositivos de almacenamiento energéticos, cuya producción resulta devastadora.

El proyecto incluye (artículo 3 j) como “Fuentes energéticas no renovables” “el carbón, la turba, el petróleo, el gas natural y el material radioactivo y otras que surjan y sean reconocidas por el ente rector”. Con esto queda claro que se busca, de nuevo, que en el país más “limpio” se pueda explotar petróleo o hacer fractura hidráulica del suelo para extraer gas y petróleo (fraking) o hasta jugar con materiales radioactivos. Más allá de los peligros por destrucción de ecosistemas de este tipo de extracciones, es claro que será imposible mantener cualquier propaganda de país “sostenible” si se abren los mercados para este tipo de explotaciones energéticas.

Si bien el artículo 16 establece que “estos proyectos solo podrán ser desarrollados por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) a solicitud del Ente Rector”, de seguido se crea la posibilidad de que puedan ser implementados por otros agentes del mercado si el ICE declara “imposibilidad de llevarlo a cabo”, gracias a que ECOSEN “desarrollará un proceso de contratación de estos proyectos”. Esta es parte de la letra del proyecto que crea opciones para contratos con empresas locales o transnacionales para incursionar en explotaciones energéticas hasta ahora detenidas en el país. El máximo nivel de fiscalización para estos proyectos será responsabilidad del MINAE que les dará “autorización”. Pero, si nos atenemos a fiscalizaciones y autorizaciones como las de Crucitas, Gandoca Manzanillo, la zona marítimo terrestre en Guanacaste y cientos más, pues ya sabemos la tusa con que nos rascamos y los resultados posibles.

No es que el proyecto 23.414 por sí solo inicie una era de conflictos sociales relacionados con energía; es que los agudizará. En un mercado abierto, con competencia igual entre lo público y lo privado y con todas las empresas nacionales y transnacionales, presionando para generar y competir en mejores condiciones en el mercado eléctrico, se multiplicará la amenaza de muchos proyectos. Ya mencionamos algunos como los provocados por la empresa H.Solís, pero podrían reanudarse otros sobresalientes como el PH Diquís. En el Plan de Expansión de la Generación 2020-2040 (ICE. PEGE. marzo 2023. P.125) se incluyen veintinueve proyectos de todo tipo entre públicos y privados. La lista la encabeza precisamente el PH Diquís por ahora “suspendido” (no excluido ni menos liquidado) con una potencia de 646 megavatios (el proyecto en operación más grande del país es el Reventazón de 305 megavatios). Otros dieciocho eventualmente serían desarrollados por empresas (algunas que son también generadoras) como JASEC, COOPEALFARO, COOPEGUANACASTE, COOPELESCA y la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (PEGE. P.128).

El mismo ICE señala que a esos nada pocos cuarenta y siete proyectos se pueden sumar otros de empresas distribuidoras y privados que puedan ser identificados y estudiados”, y llama la atención la explicación de que “Además de los nuevos esquemas que eventualmente puedan aparecer (vale preguntarse si como los del expediente 23.414) proyectos adicionales están bajo estudio por desarrolladores del sector privado y de las empresas distribuidoras. Las plantas genéricas que aparecen en el plan de expansión permiten tomar en cuenta la posibilidad de estos desarrollos” (PEGE. P.127).

Abonando en favor de la generación privada el Plan de expansión del ICE señala que “La optimización del Plan de Expansión considera la capacidad disponible en proyectos genéricos, y optimiza la instalación, independientemente del régimen de propiedad y de las condiciones contractuales de las plantas y proyectos…” incluyendo las opciones de generadores independientes/privados (PEGE. P.128). Precisamente por estas posiciones anti-públicas del mismo ICE, es que es urgente sumar muchos más actores sociales en defensa del modelo público, solidario, con fijación de precios justos y enfocado en el bienestar de la población, que son los principios que desaparecerían si se aprueba el expediente 23.414, con la complacencia de gente dentro del mismo ICE.

Lo que defendemos es un modelo eléctrico público dirigido por el ICE, con crecimiento planificado según necesidades colectivas de toda la sociedad y no asociados con el lucro privado. Con precios de consumo final fijados según las necesidades reales de la población, sobre todo de las poblaciones rurales más alejadas e indígenas que son las que tienen acceso más difícil y costoso. El modelo de electricidad que necesitamos fortalecer es el que respete los ecosistemas de todo tipo de acuerdo con su capacidad limitada de carga para la generación de energía y el que entienda que los ríos no son sencillamente mercancías por explotar indiscriminadamente. Igualmente, asociados a los ríos están todos los ecosistemas y los derechos de las comunidades que viven y los aprovechan para actividades de sobrevivencia y subsistencia, como la agricultura, la pesca, la recreación, el turismo, etcétera.

Como se puede comprender, impedir la aprobación del proyecto de “armonización” 23.414, no significa la defensa incondicional del ICE. Dentro del ICE y desde hace décadas hay muchos cómplices de su desmantelamiento y favorecimiento de los negocios privados tanto en electricidad como en telecomunicaciones. Ingenuidad es lo menos que debemos cobijar.

Ley de Armonización Eléctrica y trabajo del ICE para democratizar internet

Información y fotos compartidas por Miguel Ureña Cascante

Las fotos que acompañan este texto fueron tomadas este 17 de julio por cuadrillas del ICE, en un campamento en Buenos Aires, Puntarenas, dónde se instalan las torres para llevar internet a asentamientos indígenas y sus escuelas.

El ICE por años ha asumido la inversión y costo de instalar los postes, torres y demás accesorios, para hacer mejor habitable y accesible servicios en áreas donde los inversionistas privados ni siquiera valoran construir infraestructura vial, pluvial o satelital, mientras el ICE; que es de todos los costarricenses, lo hace, aunque resulte más caro el costo que el beneficio, conforme al modelo solidario.

El proyecto de Modernización del Sector Eléctrico que administra el ICE que se ventila en la Asamblea Legislativa, tiene todo el tamiz de privatizar una vez más las joyas de la abuela.

¿Qué podemos hacer?, pues ingresen al Facebook Live de SURCOS colocado abajo y se informan con fundamento, para que formen su opinión al respecto, dirán quizás, solos no podemos, pero una comunidad informada, es una comunidad poco vulnerable.

Miguel Ureña Cascante: https://www.facebook.com/share/v/ZpRuoGXKp2vYHZ4a/?mibextid=oFDknk

Pronunciamiento sobre el Proyecto de Ley 23.414, “Armonización del Sector Eléctrico”

Movimiento Ríos Vivos – FECON. El Movimiento Ríos Vivos, somos un movimiento integrado por personas habitantes de diversas comunidades rurales y campesinas de la zona sur del país, quienes por más de diez años hemos defendido los ríos y el agua como bienes comunes e imprescindibles para el desarrollo de la vida. Así también, la Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente (FECON), somos una federación de organizaciones ecologistas de todo el país, con más de 35 años trabajando por la defensa ambiental y la justicia social. Hoy nos pronunciamos con profunda indignación y total rechazo ante el Proyecto de Ley 23.414 “Armonización del Sector Eléctrico”, por las siguientes razones:

  1. Este proyecto propone un peligroso traspaso de funciones entre entidades, así como una gran concentración del poder, al querer trasladar la rectoría del sector eléctrico, del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), al Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE). El MINAE no cuenta con la experiencia ni las capacidades para desempeñar un papel de supervisión, planificación y administración del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), con la eficiencia y efectividad que el ICE tiene actualmente y tendría mucha dificultad para adquirirlas, en un contexto de aplicación de la regla fiscal y en donde se han venido haciendo recortes a los diferentes ministerios y proyectos sociales, en los presupuestos nacionales de los últimos años. Además, este traslado podría exponer la gestión del sistema eléctrico a decisiones basadas en consideraciones políticas, en lugar de criterios técnicos o científicos. Asimismo, podría crear conflictos de interés entre los objetivos ambientales y energéticos del país.
  2. Este proyecto busca favorecer la participación del sector privado en el Sistema Eléctrico Nacional, al eliminar los topes máximos de capacidad de generación de los proyectos eléctricos privados, al permitir la generación y venta de electricidad en el Mercado Eléctrico Nacional (MEN) y al permitir la exportación y venta de electricidad en el Mercado Eléctrico Regional (MER), sin restricciones, por parte de empresas privadas y cooperativas. Así también, promueve la participación de empresas de capital extranjero, en el Sistema Eléctrico Nacional.
  3. El enfoque de este proyecto está basado en una lógica mercantilista, desde la cual nuestros ríos se visualizan como fuentes de energía para la hidroelectricidad.  Sin embargo, tal y como lo hemos demostrado años atrás, los proyectos hidroeléctricos provocan crueles afectaciones ecosociales, como la destrucción de hábitats naturales, el desabastecimiento de agua para la población, la disminución del agua para usos agrícolas, el acaparamiento de los servicios ecosistémicos que generan los ríos por parte de grupos económicamente poderosos, entre otros. Así también, generan heridas a nuestra cultura y formas de recreación, como también disputas sociales y divisiones familiares. Este proyecto, lejos de “armonizar”, aumentaría la conflictividad social y ambiental a lo interno de nuestras comunidades y promovería la apropiación de recursos demaniales por parte de algunos sectores económicos, erosionando recursos patrimoniales que les pertenecen a todas y todos los costarricenses.
  4. Tomando como ejemplo el caso del Proyecto Hidroeléctrico San Rafael, en Pérez Zeledón, en ese caso fue posible observar como la megaempresa constructora H. Solís (conocida por el caso de corrupción La Cochinilla), obtuvo los permisos y concesiones de la Municipalidad de Pérez Zeledón, la Dirección de Aguas, la ARESEP, la Setena, así como la firma de contrato con el ICE, necesarios para construir ese proyecto, de una forma totalmente irregular. Esto además fue señalado múltiples veces por nuestras organizaciones y las comunidades que iban a ser afectadas directamente por ese proyecto, pero las instituciones ignoraron por completo esos señalamientos, así como la voz y las necesidades de esas comunidades que serían gravemente afectadas por la hidroeléctrica en cuestión. Afortunadamente, el proyecto no obtuvo la Declaratoria de Conveniencia Nacional por parte del ministro de Ambiente, pero resulta evidente lo peligroso de que se priorice el lucro de las empresas privadas, por sobre el bienestar de las comunidades y que se plantee un proyecto como el 23.414, que de aprobarse, vendría a promover eso.
  5. Este proyecto busca desmantelar al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), al buscar trasladar “…los activos, sistemas, bienes muebles e inmuebles y demás recursos con los que se opera el sistema y mercado del Instituto Costarricense de Electricidad…” a una nueva figura que nombran el Ente Coordinador del Sistema Eléctrico Nacional (ECOSEN). Así también, pretenden trasladar las funciones de supervisión, operación, planificación y administración del Sistema Eléctrico Nacional y del Mercado Eléctrico Nacional, que actualmente cumple el ICE, al ECOSEN. Debilitar al ICE sería un error, ya que esta institución ha sido un pilar vital para el desarrollo social y democrático de nuestro país, pues el acceso a energía eléctrica de forma continua y a precios solidarios, promueve la garantía de otros derechos humanos como la educación, la salud, el trabajo y la paz social, entre otros.
  6. No es cierto que una mayor participación privada en el sector eléctrico vendría a “garantizar el menor costo posible para los consumidores”, pues en Costa Rica ya gozamos del privilegio de contar con la electricidad más barata de la región. El informe de Global Petrol Prices de septiembre del 2022, coloca a Costa Rica como el país con el costo de producción eléctrica más bajo de Centroamérica (1). Esto se debe en gran parte a la eficiencia del ICE, quien genera el 65,5% dela electricidad nacional (2).

Con fundamento en lo anterior, reafirmamos nuestro rechazo total al Proyecto de Ley 23.414 e instamos a las comunidades, organizaciones socioambientales, integrantes de sindicatos y las personas costarricenses en general, a que tal y como lo hicimos en el 2000, defendamos al ICE y a un modelo de energía eléctrica donde, por encima de los intereses lucrativos y particulares, gane el respeto por la dignidad humana, la solidaridad, la accesibilidad y el bienestar común de todas las personas y de los ecosistemas.

#RíosParaLaVida #ElICEnosevende #ElICEsedefiende

Contactos:

-Maleza Barrantes 8583-0253

-Osvaldo Durán 8380-0955

Referencias:

  1. Dato tomado de la revista empresarial centroamericana Estrategia y Negocios:  https://www.revistaeyn.com/centroamericaymundo/que-paises-pagan-la-factura-de-energia-mas-alta-de-latinoamerica-FH13145000
  2. E. Rojas, Estadísticas del subsector eléctrico de los países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), 2021, Ciudad de México, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2022. (https://www.cepal.org/es/publicaciones/48602-estadisticas-subsector-electrico-paises-sistema-la-integracion-centroamericana)

Agro defiende el modelo eléctrico gestionado por el ICE, es labrar la tierra fértil de la patria: ¡No al proyecto de armonización del sistema eléctrico nacional!

Como organizaciones de productores agrícolas nacionales, sabemos que, como pueblo, venimos de un proyecto país solidario, con políticas públicas pensadas para el bienestar social y no para la concentración de la riqueza en pocas manos.

De la mano de ese estilo de desarrollo, muchos campesinos vimos graduarse de la educación pública a nuestras hijas e hijos, atestiguamos la vida de familiares salvada en quirófanos de la “Caja del Seguro”, presenciamos a vecinos orgullosos de poder dar techos a su familia con el INVU, impulsamos nuestras milpas a producir, con el apoyo de un Consejo Nacional de Producción, cosechando así seguridad alimentaria y fuentes de empleo agropecuarias.

De forma simultánea a todo esto: pudimos leer de noche en nuestras casas, porque de la mano del modelo eléctrico gestionado por el ICE, llegó la electricidad a nuestros pueblos lejanos, y con ella, gracias al Instituto, muchas veces también caminos vecinales, que permitieron sacar de las montañas, nuestros productos agrícolas.

Hoy ese modelo está siendo desmantelado, por quienes ven en el individualismo extremo, y en el fanatismo del mercado, la receta para seguir concentrando riqueza en pocas manos, a la vez que se condena al empobrecimiento, a cada vez una mayor cantidad de compatriotas.

Hoy quienes impulsan esa demolición del estado social, intentan socavar una columna clave para la calidad de vida de nuestro pueblo. Nos referimos al modelo eléctrico gestionado por el ICE, que tantas bondades ha traído a quienes habitamos estas tierras, sobre todo, en esa Costa Rica rural, que de no ser por la misión y visión solidaria del ICE, posiblemente aún tendría enormes deficiencias en acceso a la electricidad.

A través del mal llamado proyecto de ley de armonización del mercado eléctrico nacional, expediente 23.414, se pretende afectar gravemente al modelo eléctrico gestionado por el ICE.

Este proyecto de ley, de ser aprobado, despoja al Instituto del centro neurálgico para monitorear y operar el sistema eléctrico nacional, teniendo como consecuencia, que las decisiones del despacho de energía dejen de ser estrictamente técnicas y se sumerjan en criterios políticos y conflictos de intereses, al ser trasladadas al MINAE, y adscritas a un nuevo órgano con presencia de intereses privados.

Pero también, cambiarían las reglas del juego en la producción y venta de energía, creando las condiciones para arrebatarle al ICE paulatinamente, la parte más rentable de sus ingresos, sin la cual difícilmente pueda el Instituto con el paso de los años, seguir invirtiendo en mantenimiento y desarrollo de infraestructura clave para la electrificación rural.

En 1949, los gobernantes que trabajaron para desarrollar al país, crearon el Instituto Costarricense de Electricidad por razones de bienestar. Hoy setenta y cinco años después de su creación, este lleva energía a los hogares, negocios e industrias; de la mano de un modelo eléctrico nacional, que gestionado por el ICE, ha proporcionado bienestar al pueblo de Costa Rica sin distingo de procedencia social, sabiendo además dinamizar la economía a través de distintos encadenamientos productivos.

No faltará quiénes se pregunten: ¿por qué los productores agropecuarios hablan del ICE y del proyecto de armonización el sistema eléctrico nacional? La respuesta es una verdad a cielo abierto: nuestras familias han crecido con un modelo de desarrollo en el que el ICE ha sido piedra angular de progreso y bienestar. Desde su fundación en los orígenes de la Segunda República, el ICE ha sido motor de desarrollo económico y social, pero, además, dinamizador el sector productivo nacional. Es el ICE un bien estratégico del Estado Social, que quieren desmantelar, y del pueblo de Costa Rica, que quieren empobrecer aún más.

Nuestras organizaciones agrícolas, están además convencidas que este proyecto de ley, que no armoniza, sino que desmantela el modelo eléctrico nacional, hunde sus raíces, en causas similares, a las de las amenazas que se ciernen sobre la “Caja del Seguro”, la educación pública, y los productores agrícolas: la receta económica excluyente que han impulsado durante décadas, incluido este gobierno.

Por ello, urge articular y construir el entramado social que logre un contra peso democrático. Por ello desde nuestras parcelas hoy decimos a nuestro país: defender el modelo eléctrico gestionado por el ICE, es labrar la tierra fértil de la Patria.

Las organizaciones agrícolas decimos: ¡No al proyecto de armonización del sistema eléctrico nacional!

Aura Martínez Pérez. Presidente Corporación Hortícola Nacional. 

Guido Vargas Artavia. Secretario General UPA Nacional.

José Oviedo Chaves. Secretario General UNAG. 

Jaime Rojas Mena. Secretario General UPIAV. 

Guido Sibaja Fonseca. Productor Agropecuario. 

Cirugía radical, abusiva y mortal al modelo eléctrico costarricense

Walter Hernández Vargas (*)

El 5 de junio, el actual ministro del Minae afirmó que, ¨el modelo del ICE ya no es compatible con la necesidad energética del país¨ y ¨se requiere de una reforma completa del sistema eléctrico¨ y que se perdió esa visión de desarrollo y solidaridad. (1)

Cierto que el ICE, por una u otra razón ha estado en la picota recientemente, debido a decisiones erróneas de personas con nombres y apellidos, que le ocasionaron serias pérdidas, por inversiones fallidas, compras sospechosas y ruinosas… Además, tuvo otras pérdidas involuntarias, pero no del todo inevitables, debidas al Diferencial Cambiario, que cada día erosiona, las finanzas y presupuestos de todas las instituciones públicas, a pesar de que el antídoto, lo ansíen unos y lo esconden otros.

Don Allan Benavides, de la ESPH, publica luego un artículo donde afirma que llegó la hora de transformar al ICE y menciona posibles ¨cambios¨, para el uso de fuentes renovables, y un ¨replanteamiento del sistema tarifario¨.

Continúa diciendo ¨cosas bonitas del ICE¨ como para romper el hielo, y luego, nos plantea en qué consiste su gran idea:

¨Dijimos en una oportunidad, desde la Cámara de Empresas de Distribución de Energía y Telecomunicaciones (Cedet), y mantenemos la propuesta, que el Centro Nacional de Control de Energía (Cence) debe ser dirigido por una empresa nacional de naturaleza pública descentralizada del ICE; este rol debe salir de manos del Instituto, que ya finalizó su trabajo. Hoy es la sociedad civil la que debe decidir sobre estos temas¨. (2)

Su ¨transformación¨, no se refiere a una reingeniería de toda la institución, ¡sino a una peligrosa cirugía! ¡Se trata de extirparle el CENCE al ICE! ¿Será este, un zarpazo directo a la yugular del Sector Eléctrico del ICE? Apenas como para desangrar a la institución. En medio de la crisis fiscal, plantea crear una empresa nacional descentralizada. ¿Porqué?

¿Qué es eso de que ¨hoy es la sociedad civil¨, la que debe de decidir? Si vemos que es el gobierno el que pretende tomar decisiones. Nadie está invitando a los ciudadanos para que en un plebiscito tomen la decisión.

Este señor, ¨se cura en salud¨ y dice que nadie piensa en privatizar el mercado eléctrico,  que desde la trinchera, el ICE debería de liderar el uso de fuentes renovables, (¡Como si no fuera líder mundial en el tema!) y que debe replantear el sistema tarifario para que estimule la llegada de nuevas empresas al país (no dice cuáles), y que los gremios, que tampoco define, (¿CEDET, Acope y ACOGRACE?), deben de promover estos cambios. Termina diciendo que ¨confía en la disposición de la presidenta¨ del ICE para avanzar en estas propuestas.

Estos señores, del CEDET, saben que el ICE no es un Monopolio, porque el ICE comparte el mercado con generadores privados, con ESPH, Jasec, y cooperativas.

Pero por ley el ICE tiene el deber de controlar el Sistema, protegerlo contra grandes apagones y servir de respaldo cuando a algún operador tenga sobredemanda o alguna avería que no le permita dar abasto, ello implica responsabilidad y un costo.

Por eso el ICE ha ejecutado una gran inversión en Embalses, represas y plantas térmicas de emergencia, para que la capacidad instalada, sea mayor a la demanda. Pero el fondo del asunto no es lo que el ICE puede hacer. El fondo del asunto es… cómo pueden algunos empresarios aprovecharse de los recursos del ICE, para generar grandes ganancias para los generadores privados y una significativa disminución de costos para grandes empresarios o grandes consumidores. ¿Si lo que se busca es reducir costos, por qué no cortar con la cara regulación del Sector de Energía, que paga a la ARESEP, más de 6310 millones de colones por año? (3)

Tratan de confundir al lector, porque el ICE, sí sabe de energías renovables. Las tarifas eléctricas, en gran parte dependen de la ARESEP y de otras variables, que encarecen el costo de la energía, como el pago que el ICE hace a generadores privados, debido a leyes y contratos que lo amarran, pero que, pronto cesarán.

Esto, pone ansiosos a millonarios que por años y años han recibido millones y millones, (¡Se afirma que hasta 150 mil millones en el año 2018!) gracias a concesiones, a precio ridículo, por el uso de las aguas de los ríos. Probablemente ya han recuperado con creces, su inversión. Aunque el Ministerio de Hacienda, quizás nunca les ha cobrado un cinco por impuestos de renta, no desean perder sus jugosas ganancias.

¿Qué amenaza u oportunidades tienen los otros productores de energía? El reducir las compras al ICE para cubrir su demanda con energía importada, aunque la misma sea de plantas térmicas que contaminan otro país. ¿No es hipocresía? ¡Le pedimos al ciudadano que pague el Etanol, para descarbonizar Costa Rica, y le abrimos la puerta a los empresarios privados, para que comprando energía más barata por medio del CENCE, contaminen otros países y dañen la salud de otras poblaciones! ¿Podremos seguir sintiéndonos orgullosos de nuestro Modelo Eléctrico, que es afamado mundialmente, si nuestro apoyo, a las energías renovables no se sostiene, porque en nombre de la ¨Reactivación Económica¨, ¿se busca reducir los costos de las grandes empresas o aumentar sus ganancias?

Error grave, sería atentar contra una institución, que es motor del progreso nacional y que, con sus más de 13 mil empleados, genera encadenamientos productivos beneficiosos para miles de empresas proveedoras y comerciantes nacionales.

Las organizaciones sindicales del ICE en el Diario Extra hacen un justo contra ataque al ministro del Minae, exponiendo que se equivoca, porque el ICE, sigue sirviéndole a la comunidad nacional, y lo hace en forma destacada a nivel mundial, y sin olvidar para nada, la solidaridad. (4) Ni la isla de Chira, ni los pueblos de Talamanca, ni la Isla del Coco, pueden decir que el ICE, los tiene olvidados.

Cierto que la competencia por el mercado y los clientes le puede hacer bueno a las empresas. Pero, no todo es dinero. Se logró la apertura del mercado de Telecomunicaciones, pero… hoy los clientes estamos, de una u otra forma, pagando un costo mayor a 3 veces la inversión por su infraestructura.

La compra/venta de bloques de energía es un término, propio de eso que el ministro del Minae llama ¨modernidad¨. Parecido a lo que hace la Empresa Uber. Que aporta una plataforma digital, y con ella da empleo. Pero se aprovecha de, vehículos, licencias, teléfonos, infraestructura vial y de Telecomunicaciones, que pertenecen a otros y sigue el mal ejemplo de las que no quieren pagar renta o tributar. De igual forma, algunos desean aprovecharse de la infraestructura y tecnología del ICE para negociar bloques de energía al mejor postor.

Como si eso fuese poco, pretenden justificarse, difamando al ICE, para extirpar, el CENCE y ponerlo al servicio del capital empresarial, sea de los que compran o venden energía. ¿Pretenden hacer fiesta, con lo que no les cuesta?

Hace años, están con esta idea de aprovecharse del ICE, y por eso se escribió el artículo: Pagará el pueblo el Rescate de los Grandes Consumidores de Energía. En este país, sobran empresarios que desean un subsidio o una exoneración y hasta les reciente o molesta que, a los muy pobres, se les cobre barata la electricidad, menos a ellos. (5)

¿Cuánto le costó la infraestructura del CENCE al ICE? Es el centro de control de energía más avanzado de Centroamérica y costó $59 millones de dólares puede albergar a cerca de 200 trabajadores. (6)

El CENCE, es sin duda, uno de los activos más caros, preciados, estratégicos y neurálgicos del ICE. No solo por lo que ya ha logrado. Si no por todas las cosas que facilita y controla. Su potencial para la distribución y la comercialización de energía, con ayuda de la Línea SIEPAC, es enorme.

En entrevista con El Financiero, el Sr. Presidente afirma que el ¨mercado eléctrico costarricense migrará-siguiendo las tendencias mundiales- del actual modelo centralizado a uno de red.¨ (7) Que debe de ¨existir una rectoría del Estado. No puede estar a la libre porque se pierde la seguridad energética¨. ¿Acaso, el ICE, no le pertenece al Estado? ¿Qué más seguridad energética, desean, si llevamos 8 años sin un apagón general?

Se continúa afirmando que: ¨lo que sí es cierto es que la institución se despedirá de los proyectos hidroeléctricos, por el impacto ambiental que generan, y priorizará la generación de energía eólica o solar¨.

Así que ampliar el porcentaje de participación privada, sería una ¨modernización sustantiva para que los privados no tengan límites de participación, de acuerdo con el director ejecutivo de Acope.¨ Esto termina de aclarar, porque don Allan Benavides, de la ESPH, afirma que hay empresas interesadas en venir. ¡Se ven los ¨dólares en el aire¨!

Cuando logren convertir la electricidad en una mera mercancía, y su despacho obedezca más a criterios de precios de oportunidad y competencia entre empresas privadas, el satisfacer la demanda nacional como prioridad será cosa del pasado y si hubiese comunidades sin flujo eléctrico, no se podrá responsabilizar a nadie en específico, porque lo importante será hacer dinero y respetar los jugosos contratos. Podría pasar como pasa hoy con la banda cambiaria que el BCCR pone para el dólar. Los bancos, de a callado negocian entre ellos, la oferta y la demanda al mejor postor. Así, es inútil cualquier fórmula matemática y objetiva. Y las decisiones del BCCR para intervenir en la compra y venta, dis que, para regular el mercado, devienen en subjetivas, discrecionales y manipulables.

No sería extraño entonces, que manden al ICE a detener plantas generadoras, para así, dejar que empresas extranjeras o de capital mixto, tengan la oportunidad de vender electricidad generada con eólicas, o plantas solares adicionales a las existentes (Privatizando las ganancias, y socializando los costos).

Cuidado, si con esta ¨modernización¨ y ¨rescate financiero al ICE¨ que anuncia el señor presidente, más bien lo que se logra es arruinarlo, poco a poco, como a Sansón, que luego de seducirlo con halagos y caricias, enceguecieron, ataron y forzaron a moler el trigo ajeno. (8) Dejar al ICE, con la Gran deuda en dólares y con escasos ingresos para darle mantenimiento y respaldo al sistema, mientras empresarios privados se aseguran grandes ganancias. Va a necesitar algunas firmas.

¿Serán los miembros del gobierno capaces de firmar y ejecutar esta cirugía tan seria al ICE? ¡Todavía la fiscalía, no ha terminado de llamar a cuentas por la concesión de la explotación del oro en Crucitas!

Hoy JAPDEVA, agoniza ante la Concesión a APM Terminals (9). Y qué será de su infraestructura, y de sus empleados. ¿El CNP, está en riesgo de cierre, y a quién le van a dar la explotación del Licor? Y no faltan los que se frotan las manos ante la posibilidad de echarle mano a los valiosos oleoductos, tanques e instalaciones públicas de RECOPE.

A aquellos que promueven esta iniciativa, hay que pedirles que hagan eco de las palabras del ministro del Minae, cuando se opuso al Proyecto Diquis, y le presenten al país un proyecto que sí cuente con: ¨… estudios u otras valoraciones de impacto social y económico que justifiquen la declaratoria de conveniencia nacional… un análisis de costos y beneficios, un análisis objetivo. Que un proyecto lo impulse una entidad del Estado, no lo hace de interés público automáticamente». (10)

Vamos a ver, si la estrategia de rescate financiero del ICE, que el mismo señor presidente anunció el 12 de junio, como fruto suyo y del equipo de gobierno, verdaderamente es de conveniencia nacional, o si satisface el interés privado antes que el público (CP. Art. 11). ¡El ICE, no celebra los 70 años, por seguir las tendencias mundiales, sino por tener como claro norte el servicio a la Patria!

 

Lic. Walter Hernández Vargas.

Profesional en Ciencias Económicas.

 

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