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Etiqueta: movimiento feminista

Organizaciones de mujeres contra TLC con Israel y en solidaridad y defensa del pueblo palestino

Agosto del 2025.

Organizaciones de mujeres, nos manifestamos en contra de la firma del Tratado de Libre Comercio con el gobierno de Israel y en solidaridad y defensa del pueblo palestino.

Denunciamos y rechazamos rotundamente el proceso en curso para la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre los gobiernos de Costa Rica e Israel, impulsado por el Ministerio de Comercio Exterior (COMEX) desde marzo de 2023 y respaldado públicamente por el presidente Rodrigo Chaves.

Este TLC avanza mientras organismos internacionales, académicos y activistas denuncian crímenes de guerra y actos de genocidio contra el pueblo palestino, así como la ocupación ilegal de sus territorios. En junio de 2025, voces de la sociedad civil y de la Universidad de Costa Rica advirtieron que aprobar este tratado haría a nuestro país cómplice de tales crímenes.

Costa Rica, nación que abolió su ejército y se ha presentado al mundo como defensora de la paz y los derechos humanos, no puede estrechar lazos comerciales con un Estado señalado por graves violaciones al derecho internacional humanitario.

Las mujeres y las niñas sufren de manera particular este conflicto, tal como lo señala ONU Mujeres en un comunicado de julio de 2025: “Más de 28.000 mujeres y niñas han sido asesinadas, la mayoría de ellas son madres que han dejado a sus hijos y adultos mayores sin protección ni cuidados. Las mujeres soportan embarazos sin comida ni atención médica. Un millón de mujeres y niñas en Gaza se enfrentan al hambre masiva, la violencia y los abusos. Se enfrentan a la imposible elección entre morir de hambre en sus refugios o aventurarse a salir en busca de comida y agua, con el riesgo extremo de ser asesinadas”.

Numerosas manifestaciones al interior del Estado de Israel piden ya detener la avanzada de guerra emprendida por su gobierno contra el pueblo palestino; sobre todo, madres que no quieren perder a sus hijos en la guerra han integrado colectivos como Madres contra la ViolenciaMujeres de Negro101 Madres de Blanco y Mujeres por la Paz.

Más allá de sus posibles efectos económicos o comerciales, lo que está en juego es el sentido político de este tratado: un pronunciamiento que nos coloca del lado de un gobierno que normaliza la ocupación, el asedio y la violencia contra la población palestina.

Las mujeres del mundo hemos estado siempre en las primeras líneas de lucha por la paz, contra el armamentismo y la guerra. Nos solidarizamos con las mujeres palestinas en su lucha incansable por la supervivencia de su pueblo y, junto a ellas, exigimos el cese inmediato de la guerra.

Exigimos:

  • Suspender de inmediato la negociación y cualquier paso hacia la firma o ratificación del TLC con el gobierno de Israel.
  • Una posición oficial clara y coherente de Costa Rica en defensa de los derechos humanos y del derecho internacional.
  • El fin de toda acción diplomática, comercial o política que legitime el genocidio y la ocupación.

Porque creemos en la paz, no en la guerra.
Porque sabemos que el pueblo judío puede transformar sus dolores históricos en compasión humana.
Porque toda vida humana cuenta.

Llamamos a todas las organizaciones, colectivos y personas comprometidas con la justicia y la dignidad humana a alzar la voz, a movilizarse y a exigir que Costa Rica no sea cómplice de crímenes de lesa humanidad.

Organizaciones que suscriben este manifiesto

Colectivo Mujeres Por Costa Rica

Red Feminista contra la Violencia hacia las Mujeres

Alianza Latinoamericana de Mujeres con Discapacidad

En su 50 aniversario, MLM-CEFEMINA impulsa ciclo de actividades «Memorias para la Resistencia»

El Movimiento para la Liberación de la Mujer (MLM), hoy CEFEMINA, celebra cinco décadas de activismo feminista en Costa Rica con un ciclo conmemorativo que inicia el martes 1 de abril a las 3:00 p.m. en la Sala España de la Biblioteca Nacional.

El primer conversatorio, titulado «Resignificación del feminismo, del sufragismo a CEFEMINA», contará con la participación de Patricia Alvarenga Venutolo, Alexia Ugalde Quesada y Ana Carcedo Cabañas, con la participación de Guadalupe Urbina. Este esfuerzo busca “recorrer la historia del movimiento feminista desde el sufragismo hasta el nacimiento de CEFEMINA”.

Durante estos 50 años, el MLM dio origen al Centro Feminista de Información y Acción (CEFEMINA), organización que ha mantenido una participación activa en el movimiento feminista costarricense, tejiendo redes con diversas organizaciones de mujeres y acompañando numerosas luchas sociales.

«Este año celebramos esta historia construida con tantas manos, sueños, apuestas políticas y anhelos de transformación», señalan desde la organización, que invita a participar de este espacio para construir «Memorias para la Resistencia».

La actividad cuenta con el respaldo de la Biblioteca Nacional, donde se realizará el conversatorio.

8 de marzo: ¡Tomamos las calles en defensa del aborto legal!

¡Contra el gobierno y los grupos antiderechos, contra la violencia machista, la represión y el ajuste neoliberal!

Conmemoramos el origen del 8 de marzo (8M) “Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras”, el cual se remonta al año 1911 para recordar a las obreras fallecidas tras la explotación laboral que llevó a su patrón a asesinarlas. En Costa Rica las luchas por los derechos de las mujeres y otros grupos oprimidos por el patriarcado tienen una larga trayectoria. Actualmente vemos estancamiento en derechos que costaron sangre y sudor de compañeras del pasado, y retrocesos en otros derechos, por lo que este 8 de marzo al igual que cada año el movimiento feminista inunda las calles en contra de la desigualdad, el patriarcado y la violencia, y sostenemos nuestro derecho a la protesta y a la manifestación.

Las mujeres y disidencias sexogenéricas de Costa Rica nos levantamos en contra de las políticas misóginas implementadas desde el gobierno del acosador Rodrigo Chaves, así como desde otros poderes de la República, entre ellos el Judicial, al incumplir con la justicia para las mujeres, víctimas de femicidio y familiares afectades donde las cifras van en aumento. Instamos a la población a consultar los mapeos y cartografías sociales de los femicidios que buscan mantener viva la memoria de quienes nos han sido arrebatades.

Seguimos luchando por aborto legal, seguro y gratuito, por su despenalización y reivindicamos la consigna de educación sexual y salud pública para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.

En esta misma lucha, nos pronunciamos en contra de la violencia obstétrica y exigimos calidad de vida para las infancias y adolescencias, así como dignidad menstrual para todas las personas menstruantes y levantamos la lucha por los derechos de las personas seropositivas y contra el tabú que rodea al VIH debido a la discriminación.

Denunciamos la aprobación de recortes y ajustes neoliberales y antipopulares por parte de la Asamblea Legislativa en contra del bienestar de las mujeres, impulsadas y apoyadas desde el oficialismo junto con los demás partidos políticos tradicionales, grupos antiderechos, fundamentalistas religiosos, conservadores y ultraderechistas. A su vez la violencia política fomentada por este gobierno acosando sindicalistas, diputadas, cooperativistas y demás compañeras luchadoras. Es necesaria la aplicación de la Ley “10.235 “Ley para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en la política” y su reglamento en todas las instancias, así como la aprobación de la reforma a dicha ley con proyecto de Ley 23443 “Ley para Fortalecer los Mecanismos de Protección de los Derechos de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en la Política”.

Posicionamos que la crisis del agua en distintos sectores del país muestra cómo se ven afectadas las vidas de las mayorías trabajadoras y populares. Apoyamos de forma solidaria a los Comités de vecinos y vecinas que defienden el derecho humano fundamental al agua potable.

En esta misma línea de políticas nacionales, instamos a las diputaciones a aprobar el proyecto de ley 20.970 “Ley para prohibir todas aquellas «terapias» dirigidas a revertir o modificar con fines de pretendida «curación» la orientación sexual o identidad de género de las personas”, apoyar el proyecto de ley 23.809 “Ley de reconocimiento de identidades trans, no binarias, de género diverso e intersex”. Abordando temáticas relacionadas al cupo laboral, educativo y estudiantil dirigido a personas trans y no binaries.

Rechazamos la provocación del Gobierno sobre su “intención” de desconocer la jurisdicción del Sistema Interamericano de Derechos Humanos; así como los ataques a la institucionalidad. Nos pronunciamos en contra de la reestructuración del INAMU sin plena consulta hacia la sociedad civil, de los nombramientos absurdos en el AyA, contra los recortes en educación y cultura, en vivienda e inversión social, y en salud. Demandamos: ¡que se paguen todas las deudas a la CCSS, incluida la del Gobierno!

En el país, los índices de pobreza y desempleo generan que las responsabilidades familiares recaigan sobre las mujeres, entre ellas se encuentran las adultas mayores asumiendo el cuido y labor doméstica. Rechazamos todo proyecto de ley que implique jornadas de 12 horas diarias, como el proyecto de ley 21.182, “Ley para actualizar las jornadas de trabajo excepcionales y resguardar los derechos de las personas trabajadoras”, ya que implica mayor explotación laboral y la salida de mujeres de la fuerza laboral al no poder asumir las jornadas de trabajo.

Señalamos el reconocimiento de la inclusión del trabajo sexual como categoría ante la C.C.S.S., como un paso en el reconocimiento del derecho a la salud de las mujeres trabajadoras sexuales y demandamos acciones de protección estatal a quienes son víctimas de la trata de personas, explotación y violencia física y sexual.

Destacamos la violencia estructural que sufren las mujeres con discapacidad. Además, de la violencia en contra de las comunidades indígenas por parte de personas usurpadoras de tierras. Exigimos al Estado medidas concretas para combatir el aumento de la deserción escolar en nuestras comunidades, resultado del abandono estatal y la falta de acceso a una educación de calidad y oportunidades laborales. También, que se aborde la situación de las poblaciones afro que se ven obligadas a involucrarse en organizaciones criminales para subsistir. Demandamos el fin de la discriminación racial en todos los ámbitos de la sociedad. Es fundamental que se reconozcan y valoren los aportes de las mujeres afro e indígenas a la sociedad, y que se promueva activamente su participación y liderazgo en todos los niveles.

Además, la lucha de las mujeres es por las que están dentro de una cárcel descontando una condena, las mujeres que acompañan a sus familiares privades de libertad, las que cuidan, y sostienen el tejido social de los barrios y comunidades más estigmatizados del país.

Marchamos porque las hembras no humanas conforman un sector que también es violentado y asesinado diariamente. El objetivo es acabar con el consumo, opresión y cosificación especista y sexista a la que pertenecen los cuerpos disidentes y hembras, logrando la liberación de todas las especies.

Al mismo tiempo, alzamos la voz en contra de la violencia hacia las personas LGBTIQA+, por las mujeres lesbianas, bisexuales, pansexuales, no heterosexuales, asexuales, arrománticas, queer, trans y personas no binaries.

Manifestamos un apoyo a las mujeres centroamericanas que desafían regímenes autoritarios y represivos como los liderados por Nayib Bukele en El Salvador, Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua. Exigimos la liberación de todas las personas encarceladas por la represión, mientras reconocemos y valoramos la contribución de las mujeres nicaragüenses migrantes a la sociedad costarricense, a pesar de los obstáculos que enfrentan, como el desempleo, la precariedad laboral y el aumento de la xenofobia y el racismo.

Nos posicionamos firmemente en solidaridad internacional con las diversas luchas que enfrentan las mujeres y la diversidad sexual en todo el mundo. Por ello nos solidarizamos con la Marea Verde en Argentina que enfrenta el intento del presidente ultraderechista de Argentina, Javier Milei, de prohibir el aborto legal, una lucha histórica del movimiento feminista. Nos unimos con determinación a la Acción Global Feminista y al paro internacional del 8 de marzo, reconociendo la necesidad de unificar reclamos y denunciar las injusticias que persisten en nuestras sociedades. Condenamos la ocupación y el genocidio perpetrado por Israel en Palestina, que respalda el imperialismo estadounidense y europeo, y rechazamos la complicidad de jefes de Estado como Rodrigo Chaves en estos crímenes de guerra.

Este 8M llamamos a todas las feministas y al movimiento amplio de mujeres en nuestras diversidades y pluralidades, y las personas LGBTIQA+ a marchar unides en defensa del aborto legal y contra todas las formas de opresión.

¡Solamente articulades hacemos frente al gobierno y los grupos antiderechos, machistas y neoliberales!

Imagen ilustrativa.

Luchas de las Mujeres: amarse a sí mismas

«Ama a tu prójimo, como a ti mismo«
Mt. 22: 39, RV

Las mujeres y su movimiento histórico de liberación y justicia, reconocido hoy como “Movimiento Feminista” ha mostrado y contextualizado el mandamiento “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Nos referimos en concreto que no podemos amar al prójimo/próximo si no sabemos amarnos a nosotros/as mismos/as. El amor se muestra en autoprotección, autocuidado, que trasciende lo personal hasta llegar a transformaciones político-culturales en la sociedad y época en la que nos toca vivir y aportar.

Así, las denuncias sobre los daños causados por la cultura patriarcal y los modos de producción que justifican, esclavizan, invisibilizan y explotan a las mujeres son muestras concretas del amor impropio que no capacita para “amar a nuestro prójimo” porque eso no demuestra el amor a nosotras mismas, ha sido un mal amor impuesto, que genera desigualdades, injusticias y violencias de género.

La violencia integral contra las mujeres, ha sido utilizada por las clases sociales dominantes y las naciones estructuralmente machistas/patriarcales, con la intención de establecer reglas y normas que favorecen sus privilegios e intereses. En todas las sociedades explotadoras se crearon múltiples sistemas de opresión, expresados en contextos socio-históricos específicos donde las mujeres fueron forzadas, pero ellas simultáneamente desarrollaron una vitalidad asombrosa de resiliencia.

En el capitalismo, por ejemplo, se han utilizado poderosos recursos simbólicos para perpetuar las desigualdades y las diferentes formas de discriminación, además de dividir las luchas populares en pequeños temas y sectores sociales, centrados exclusivamente en algunas de sus demandas y reformas liberales específicas, para evitar su articulación en un proyecto común de cambio de sistema. Con esas intenciones han saboteado las luchas de los movimientos obreros, campesinos, indígenas, feministas, ecologistas, animalistas, LGBTIQ+, pacifistas, entre otros. Corresponde ahora unificar las divisiones sectoriales y sociales en un mismo sentir, porque la unión hace la fuerza.

En ocasión de estar en el mes de marzo y en el contexto de los quehaceres del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), desde la Iglesia Metodista Wesleyana Costarricense (IMWC), deseamos hacer una reflexión teológico-política, para mostrar, con base en el texto bíblico de Mateo. 22: 39 «Ama a tu prójimo, como a ti mismo» y Juan. 13: 34 «Amaos los unos a los otros, como Yo os he amado», como la conducta histórica de las mujeres ha sido modelo de protección y auto protección a través de sostener costumbres ancestrales.

Un ejemplo de ello ha sido, el trabajo arduo y extenso de denuncia sobre el patriarcado y sus secuelas en los hogares, en la calle, en el trabajo, en las ciencias y en las religiones

En Costa Rica, por ejemplo, del 2007, año en que se promulgó la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres (LPVcM), al 31 de diciembre de 2020, hubo un total de 385 femicidios, según el informe Nº 211-PLA-ES-AJ-2022 del 17 de marzo de 2022, del Subproceso de Estadística de la Dirección de Planificación del Poder Judicial, conocido por el Consejo Superior del Poder Judicial el 5 de abril de 2022. El año 2020, según el último análisis de la Subcomisión Interinstitucional de Prevención del Femicidio, en el país hubo 28 femicidios (45%), de un total de 62 muertes.

Al 13 de febrero del 2022, de un total de 48 muertes violentas de mujeres, 10 fueron clasificadas como femicidios: 7, como femicidios en otros contextos (Art. 21 bis de la LPVcM): 2 como femicidio ampliado, y 10 como homicidios. Las restantes 19 muertes están pendientes de ser clasificadas, a la espera de informes policiales y periciales o de revisión. Esos asesinatos fueron cometidos por su compañero o conviviente (79%) o por su esposo (21%). Según los asesinatos calificados como femicidios ampliados: Ex conviviente, 19%; Atacante sexual 26%; Otros, 36%; Padre, 7%; Amante; 6%; Pretendiente 4%; Ex esposo, 2%.

A esto se agrega el machismo estructural presente en el acoso laboral y el acoso callejero, en el tratamiento médico, en las burlas y otras manifestaciones que en los medios de comunicación se asoma, entre otros espacios.

Desde la IMWC, hacemos un llamado particular a los Tribunales de Justicia a revisar los parámetros para juzgar los asesinatos de género; a los liderazgos políticos, públicos y religiosos, para que asuman con toda conciencia el paradigma de justicia, de protección y autoprotección que las mujeres en particular y los movimientos feministas en general y de otros movimientos sociales de sujetos vulnerabilizados han mostrado en la historia humana, a fin de alcanzar una convivencia social humana, justa, equitativa para que retoñe y se geste una vida digna desde hoy y para las futuras generaciones.

Los modelos deben de ser feministas y de masculinidades diferentes que permitan generar conciencia crítica y la construcción de consensos científicos, políticos, populares, que son indispensables para avanzar en un proceso de vida plena de paz y armonía para toda la humanidad y la creación.

Así mismo, debe haber voluntad política social, cultural y religiosa que evite todas las formas de violencia de género que afectan particularmente a las mujeres, niñas, niños, adolescentes, personas en situación de vulnerabilidad, orientación sexual o identidades de género no hegemónicas.

La idea fundamental debe ser: desarticular la herencia patriarcal que naturaliza y reproduce las desigualdades, los estereotipos de género y las diferentes formas de violencia. Y articular la herencia amorosa del Maestro Jesús, basada en la igualdad, equidad y manifestaciones amorosas de solidaridad, acompañamiento y servicio de amor propio y de amor de los unos por los otros, incluyendo la Creación.

«Amaos los unos a los otros, como Yo os he amado«
Jn. 13: 34, RV

En el Día de la Mujer, hablemos los hombres de la sociedad patriarcal

Alberto Salom Echeverría

¿Desde cuándo y por qué se instituyó el día de la mujer?

El día Internacional de la Mujer fue oficialmente decretado por Las Naciones Unidas en el año de 1972, para que fuese celebrado cada 8 de marzo. Sin embargo, la celebración recuerda acontecimientos anteriores que tuvieron que ver con la lucha de las mujeres en Europa, en Los Estados Unidos y en otras partes del mundo, contra la desigualdad de que han sido objeto a lo largo de la historia. Las protagonistas de aquellas efemérides en un inicio fueron principalmente las mujeres socialistas, comunistas y anarquistas como parte de la clase obrera trabajadora; con posterioridad, obviamente se han sumado mujeres de muy variadas orientaciones ideológicas que convergen en la idea de alcanzar la igualdad en la convivencia entre el hombre y la mujer. Un punto álgido de esas batallas fue la lucha de las sufragistas quienes buscaron afanosamente alcanzar la igualdad de los derechos electorales entre hombres y mujeres.

Cada año, la ONU establece un énfasis; el año pasado, el lema central de la celebración fue por la “Igualdad de hoy por un mañana sostenible”. Estuvo dirigido a redoblar la lucha de las mujeres y las niñas contra el calentamiento global, así como también se orientó a mitigar y buscar la adaptación frente a los efectos del cambio climático. En el presente año 2023, el eslogan aboga “Por un mundo digital inclusivo: Innovación Tecnológica para la igualdad de género”. Esta vez, el objetivo consiste en explorar los efectos de la brecha digital de género en el crecimiento de las desigualdades sociales y económicas. Por otra parte, en concordancia con lo anterior, se pretende proteger los derechos de las mujeres y las niñas en los espacios digitales y abordar la violencia de género en línea y la propiciada por las nuevas tecnologías de la comunicación. (Cfr. ONU Mujeres. “Día Internacional de la Mujer 2023: Por un Mundo Digital Inclusivo: Innovación y Tecnología para la Igualdad de Género.” Diciembre 2022).

¿Por quién doblan las campanas?

Esta frase que he insertado arriba, es del afamado escritor estadounidense radicado durante mucho tiempo en Cuba, Ernest Hemingway. El autor ganó el premio Pulitzer en 1953 por su obra “El Viejo y El Mar”, un año después ganó el premio Nobel de literatura por la integralidad de sus escritos. Casualmente entre 1939 y 1940 escribe la novela “Por quién doblan las campanas”, probablemente su obra más conocida; la novela versa sobre la guerra civil española. La frase la tomó Hemingway del poeta metafísico John Donne, quien a su vez la escribió en 1624. Hace alusión a que cualquier muerte de un ser humano nos concierne a todos, porque cada uno de nosotros es parte de “un todo”. Por lo consiguiente, John Donne había expresado en sus meditaciones “Devotions Upon Emergent Occasions” la siguiente memorable expresión que hoy comentamos: “La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.”

Hoy, seguramente las campanas doblan por el sufrimiento humano a causa de la flagelación, los castigos e injusticias recibidas por las mujeres en el mundo. La celebración del día de la mujer está jalonada por una cuota de felicidad, por un lado, porque se festeja su existencia, sus luchas, sus éxitos y glorias. Las honramos como madres, los hombres las debemos enaltecerlas como nuestras compañeras en la vida, con ellas procreamos a nuestros hijos e hijas. Pero, no siempre ocurre así. Por eso, la fecha también deviene conmemorativa, ya que todos somos responsables de la violencia que se ejerce contra ellas, de las violaciones de que son objeto, de la desigualdad y la opresión en la sociedad.

Dice la ONU que merced a las desigualdades persistentes, en el mundo hay nada menos que 383 millones de mujeres y niñas que viven en la pobreza extrema. Además, cada once minutos en el mundo una mujer o una niña fallece a manos de algún miembro de su propia familia. ¿Quién está exento de semejante responsabilidad? En mi opinión todos estamos concernidos, especialmente los hombres, ya que el contexto es el de una sociedad patriarcal, en la que se reproducen incesantemente valores culturales “machistas”.

Celebramos que se haya formado una comisión de Derechos Humanos en la ONU, que a su vez promovió la existencia de un Consejo de Derechos Humanos. Celebramos en parte, igualmente que, la comisión haya considerado que su misión no concluye hasta que sea un hecho la igualdad real de la mujer y el hombre en la sociedad contemporánea. Sin embargo, no podemos celebrar plenamente, porque la sola existencia de la comisión habla de las injusticias que subsisten en el mundo contra las mujeres, la violencia, las violaciones y muertes por maltrato, así como la desigualdad.

Celebramos los hombres la existencia de la otra parte de la humanidad, pero, no podemos celebrar que nos hayamos arrogado “el derecho” de subsumir a toda la Humanidad en la palabra “Hombre”. Y somos los primeros que debemos exigir en nuestras sociedades una nueva cultura, para que aflore una educación en la que se inculquen nuevos valores para infundir una “Nueva Masculinidad”. Una “Nueva Masculinidad”, que signifique compartir la vida con la mujer en condiciones de plena igualdad, donde en el hogar se asuman las tareas por partes iguales, donde no existan “roles” femeninos y masculinos. Las tareas en el hogar deben ser asumidas sin distingos de sexo. Ambos miembros de la pareja son corresponsables por igual, de velar por la educación de sus hijos, así como de las tareas que ello conlleva. Ambos deben ser mutuamente solidarios en las tareas cotidianas del hogar. Hay más, la “Nueva Masculinidad” supone entender que el amor de la pareja parte de un respeto irrestricto por el otro, de una manera tal que permita reconocer que el disfrute sexual debe ser compartido; el hombre y la mujer tienen el mismo derecho al disfrute pleno de las relaciones íntimas de la pareja, sin que ninguna de las partes se desentienda de la otra. Por otra parte, los bienes que se produzcan dentro de la relación deben ser compartidos, como ya se estipula en el derecho de familia a nivel internacional.

Quizás lo más importante radica en que la educación y los valores que se inculquen a los párvulos contemplen todo lo anterior, y particularmente, una nueva manera de visualizar la vida, conducente a erradicar para siempre, la desigualdad, la opresión de las mujeres, el sometimiento, la discriminación en los trabajos por razones de sexo; y especialmente se debe velar porque impere el mismo salario por las mismas tareas con independencia del sexo de quien las realice. El mismo derecho deben tener las mujeres y los hombres al trabajo, a la educación, a la ciencia y la tecnología. Debe prevalecer el derecho de las mujeres a tomar parte en las decisiones de todo orden en la sociedad, en particular las que tienen que ver con el desarrollo sostenible para enfrentar el calentamiento global, o también, paliar o buscar adaptación al cambio climático. Para ello la ONU creó una comisión que atiende todo lo concerniente con la agenda 2030, para ´acelerar la igualdad real de género y el empoderamiento de las mujeres´. La discriminación, los abusos y la misoginia se han trasladado al mundo virtual, lo que vuelve a colocar a la mujer en condición de desventaja frente al hombre en la sociedad. La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, en 2023, señaló que la mujer es víctima en pleno siglo XXI de “…acceso limitado a la tecnología, a la violencia en línea…así como a la infrarrepresentación y el sesgo de género en las industrias tecnológicas.” (Cfr. ONU. “Promoción de los Derechos de la Mujer desde 1946: Cinco cosas que Debes Saber.” https:/news.un.org/es/story/2023/03/1519072).

¿Por quién doblan las campanas? Por ti. Porque las mujeres sufren y padecen descalabros en sus vidas ante la desigualdad y la violencia de las que son víctimas en la sociedad patriarcal. Pero en el largo plazo, todos perdemos; o sea los hombres incluidos, porque no hay verdadera opción al desarrollo que no comporte una igualdad real entre el hombre y la mujer, es decir un desarrollo inclusivo, sostenible y sustentable con la Naturaleza y, por lo tanto, con la vida de todas las especies existentes y sus hábitats.

En la lucha por una sociedad igualitaria e inclusiva de las mujeres, el hombre debe asumir su responsabilidad.

Para conquistar la igualdad real entre hombres y mujeres y crear sociedades que incluyan plenamente a las mujeres en las tareas del desarrollo sostenible, el hombre no puede considerarse exento. Por lo tanto, a los hombres nos asiste una doble responsabilidad: pagar las penas por los delitos contra la mujer por parte de aquellos que los cometen, pero al mismo tiempo, quienes desarrollen conciencia de todas las implicaciones que conlleva la conquista de una vida digna para las mujeres, debemos integrarnos a ese movimiento que nos es propio. Significa ni más ni menos que, bregar por alcanzar nuevas formas de convivencia social, con nuevos valores culturales que permitan iniciar la ruta para desterrar para siempre los privilegios varoniles de la sociedad patriarcal.

Se trata de una nueva cosmovisión de lo social, lo político y lo económico. En breve, estamos hablando de una “Revolución Cultural”, para educarnos todos con nuevos valores que orienten la necesidad de desmontar el paradigma machista y patriarcal por el que estamos regidos. Para alcanzarlo, hay que idear una nueva masculinidad en la que los roles tradicionales del “hombre que manda” tanto en la casa como en los diferentes planos de la vida social debe acabar. Pero no solamente se debe idear y ambicionar un nuevo paradigma, sino que en la medida en la que se conceptualiza esa nueva convivencia es urgente ir asumiendo en la práctica el nuevo papel solidario con la mujer ante la desigualdad que padece, confrontado la violencia instalada en la sociedad contra ellas, la falta de oportunidades a la educación formal. También debemos ser solidarios con las mujeres para que puedan asumir empleos de calidad; es urgente, además, educarnos para enfrentar conjuntamente la opresión y la subordinación de la que son objeto las mujeres en nuestras sociedades contemporáneas.

Esta, lógicamente es una tarea que compete en primer lugar a los movimientos femeninos y feministas que se han creado por todo el orbe, como se demostró este 8 de marzo en diversos países, tanto en nuestra América Latina, como en Los Estados Unidos, en Europa y en los demás continentes del orbe. Los hombres que estamos conscientes de la opresión que padecen las mujeres y sabemos de la desigualdad que acaece como resultado, es urgente que asumamos nuestro papel a la par de las abuelas, madres, compañeras de vida, de nuestras hermanas y amigas; o, simplemente a la par de la mujer que lucha por romper el indeseable, pero sólido cascarón del patriarcado que recubre la sociedad entera. Debemos convencernos que, no puede haber justicia plena, sin igualdad entre el hombre y la mujer; no puede existir equidad sin que acabemos con la desigual distribución de oportunidades en contra de las mujeres, sin que seamos capaces de abrir por igual para todas las personas, el acceso a la educación, a los empleos de calidad, al mundo de la ciencia y la tecnología. No habrá paz en tanto siga prevaleciendo la violencia contra las mujeres, las niñas, las personas que han alcanzado la ancianidad, las personas con discapacidad; en breve, no puede haber felicidad para uno solo de los sexos que componen la especie humana, mientras la otra mitad, las mujeres deben soportar el peso asfixiante del patriarcado.

La tarea se torna compleja por el hecho de que el patriarcado supone un molde cultural, que por lo tanto impone conductas inapropiadas, comportamientos arbitrarios, violencia de género por parte de la sociedad machista, que es la que carece de la consciencia de que otro mundo, otra sociedad más justa e igualitaria en la sociedad no solo es posible, sino que es deseable, urgente y alcanzarla por lo tanto nos compete a todos. El camino es complejo, pero hay que recorrerlo con esperanza y fervor; al mismo tiempo nos puede proporcionar felicidad saber que estamos a la par de nuestras compañeras luchando por derechos de ellas que les son inalienables y forman parte, por ende, de las justas aspiraciones para su plena realización como personas con dignidad. Entonces son luchas que nos implican a nosotros, los hombres, también. Llegará un día en que podamos celebrar el día de la mujer y en el que, la conmemoración de sus luchas forme parte consustancial de esa victoriosa y épica fecha: El Día Internacional de la Mujer.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

CONTRARREFORMA FEMINISTA

Oscar Madrigal

Vivimos momentos históricos de retroceso en varios campos, entre ellos los sociales. La contrarreforma neoliberal pasa de lo económico a lo social y a los derechos humanos, retroceso más acentuado en unos países que en otros. En Costa Rica lo sentimos en la administración fenecida de Alvarado contra los derechos laborales y los intentos por desfinanciar la CCSS, para citar dos ejemplos. Pero continuará.

En EEUU se filtró el borrador de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia que muestra una mayoría de 5 jueces, ultraconservadores, 3 de ellos nombrados por Trump, están a favor de revocar el derecho al aborto. Si el borrador se hiciera realidad cada uno de los Estados que conformar los EEUU tendrían libertad para decidir sobre los derechos reproductivos de las mujeres.

De esta forma se pondría fin a un derecho adquirido por las mujeres hace casi 50 años. La reacción del movimiento feminista ha sido enérgica contra la noticia ya que, según ellas, se obliga a las mujeres tener hijos contra su voluntad y bajo cualquier circunstancia, incluso es casos de incesto, violación o peligro para la vida de la madre. Sin embargo, según parece, la votación ya fue realizada en el mes de febrero pasado. Esto significaría la desaparición inmediata del derecho en 23 de los 50 estados.

Se recuerda que la eliminación de un derecho (asunto que ha sido históricamente casi único) se da en el país más rico del mundo pero con la mayor tasa de mortalidad materna del planeta según la OMS, sin acceso gratuito a la atención médica, que no tiene permisos por maternidad y no subvencionada las guarderías.

Lo que la gente se pregunta es ¿qué sigue? ¿La eliminación del matrimonio igualitario, la eliminación del estudio de género en las escuelas y colegios, el dominio de la cultura por lo religioso?

Es claro que todo avance en los derechos de las personas históricamente más desprotegidas, segregadas o discriminadas, como el caso de las mujeres y trabajadores, produce una reacción de las fuerzas más retrográdas y conservadoras. Los avances en los derechos humanos siempre están sometidos a los vaivenes de la política. Por eso es indispensable estar al lado de las fuerzas que aseguran ese progreso.

El movimiento feminista y, en general, el movimiento popular debe poner las barbas en remojo, cuando se avecina un nuevo gobierno de un Presidente que precisamente no se ha caracterizado por ser un gran defensor de los derechos de las mujeres y de las trabajadoras y trabajadores.

¿QUÉ PARTE NO ENTENDISTE?

Oscar Madrigal

El movimiento FEMINISTA es el fenómeno revolucionario más importante de los últimos 50 años. Si entendemos por Revolución el cambio en las relaciones de poder, el feminismo se propone cambiar las relaciones de poder de manera radical en casi todos los ámbitos de la vida: las relaciones de poder en el Estado, en la familia, en la Iglesia, en la cultura, en la educación… La lucha es contra la raíz de la discriminación generada por un enemigo poderoso que es el Patriarcado, que ha dominado por milenios la vida de la mujer.

Es una lucha por la Igualdad pero mucho más radical porque supera cualquier modelo de producción. Es también una lucha por la libertad y la sororidad, el lenguaje, tan negadas por centurias a las mujeres.

Las mujeres piden básicamente que las traten como iguales, simplemente que no las discriminen. Que les den libertad de disponer de su cuerpo, que les den igualdad en el trabajo, la familia, la cultura, que los ámbitos públicos y privados sean seguros para ellas.

Por eso están contra la violencia ejercida de mil maneras y por milenios contra ellas, por eso están contra los que no les permiten disponer de su sexualidad, de su cuerpo, están contra toda forma de opresión y dominio.

El enemigo es el Patriarcado que, en pocas palabras, es el sistema que reproduce el dominio sobre las mujeres. Contra todas sus manifestaciones lucha y se expresa el feminismo, contra los medios de comunicación que reproducen los estereotipos de las mujeres como objetos, sin valor, contra todos los que no valoran, económicamente hablando, el trabajo de la mujer, incluyendo el doméstico, contra las instituciones que una y otra vez rebajan el papel de la mujer a súbdita y vasalla. Contra todo esto se enfrentan las feministas con fuerza y rabia contenida por milenios.

La revolución feminista es una revolución en marcha; que inició hace varios siglos, desde las luchas para que la Declaración de los Derechos del Hombre las incluyera hasta las luchas por el derecho a elegir y ser electas, por condiciones de igualdad en el empleo y la educación, para solo mencionar unas pocas, ha continuado hasta convertirse en una revolución permanente.

La manifestación del 8 de marzo por la conmemoración del Día Internacional de la Mujer fue muy numerosa, con una participación muy activa, especialmente de mujeres jóvenes y profundamente convencidas de lo justo de sus luchas.

La Revolución Francesa en diversos movimientos sociales

Su repercusión desde el socialismo utópico hasta el movimiento feminista

23 SEPTIEMBRE 2021, 
Auguste Couder, Sesión inaugural de la Asamblea General, 5 de mayo de 1789

Con el socialismo utópico francés, particularmente, se constituyó una de las fuentes integrantes más importantes del socialismo científico, que influirá decididamente en el desarrollo del movimiento obrero europeo durante todo el siglo XIX y en la sociedad contemporánea del siglo XX. Tanto el utopismo de Saint Simón como el de Fourier nació de la propia Revolución francesa, de su observación durante los períodos de la Revolución, el Imperio y la Restauración Monárquica.

Durante este proceso la burguesía sustituyó la aristocracia feudal y las clases sociales a los estamentos del antiguo régimen, situación que se profundizó con el desarrollo industrial.

Para Saint Simón los regímenes sociales son una aplicación de un determinado sistema filosófico por lo que para implantar un sistema social nuevo debe establecerse el correspondiente sistema filosófico que lo justifique. Observó la división en clases de la sociedad y estableció el análisis de la misma por medio de leyes sociales y destacó la política como la ciencia de la producción.

Entre sus principales discípulos durante el siglo XIX están Bazard, Bucher, Bathélemy Prosper Enfantin, Benjamín Olinde Rodríguez, Chevalier, F. de Lesseps, quien construyó el Canal de Suez e intentó el de Panamá, Carnot y Leroux. Los sansimonianos criticaron fuertemente la propiedad y procuraron una evolución pacífica al nuevo orden social.

Fourier impulsó la idea que la sociedad que vivía era transitoria y que los valores de la Revolución francesa, «igualdad, libertad y fraternidad», solo tenían significado para un momento histórico determinado; también señaló que la sociedad humana se transformaba por los cambios que se sucedían en su economía y destacó que en las sociedades humanas había contradicciones insuperables pero posibles de armonizarse. Estableció incluso etapas de evolución de la sociedad humana en cuya última fase, la de la civilización, una de sus características era la de la «dominación del gobierno por los ricos y las rebeliones y revoluciones de los pobres».

Entre sus preocupaciones la mujer ocupó un lugar igual al hombre y vinculó su liberación e igualdad con la del hombre.

En Francia las ideas de Fourier trataron de plasmarse, con la escuela societaria, desde 1830 hasta 1850 y, en 1833, se había tratado de fundar un falansterio en Condé sur Vesgres.

Entre sus discípulos decimonónicos está Víctor Considérant. También a Emilio Zolá se le ha considerado como uno de sus más acérrimos seguidores. Algunas experiencias como esta trataron de desarrollarse en Estados Unidos, Bélgica, Argelia, Brasil. En Costa Rica en las primeras décadas del siglo XX, George Vidal, trató de impulsar una experiencia falansterial semejante, en la región de Puriscal, y, cuando se constituyó el Centro de Estudios Sociales Germinal, en 1909, en Costa Rica, tenían en su local una imagen de Zolá.

Los utopistas franceses junto con los ingleses constituyeron una fuerte corriente de opinión en el movimiento obrero y en los movimientos sociales europeos e internacionales, incluidos los movimientos cooperativistas y las vinculaciones que se impulsaron entre los intelectuales y el movimiento obrero, especialmente por la presencia de Roberto Owen en el movimiento utopista inglés.

Con el desarrollo de la Revolución industrial también surgieron las primeras organizaciones obreras y las primeras experiencias de lucha del proletariado y de los obreros fabriles.

Tuvieron como marco, desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta la primera mitad del XIX, a la Revolución francesa y el desarrollo de las distintas corrientes socialistas que, con ella, y resultado también del enciclopedismo, surgieron. Así, entre las primeras expresiones de luchas sucedieron las destrucciones de las máquinas, el ludismo, los incendios de fábricas, muy semejantes fueron los incendios de principios de siglo XX en el agro costarricense, el cartismo y la participación en movimientos políticos dirigidos por la burguesía.

El cartismo también promovió luchas políticas junto con las mejoras que solicitaban en las condiciones de trabajo. Entre las demandas políticas exigían el sufragio universal y secreto, igualdad de los distritos electorales, eliminación de los censos electorales y sueldo para los diputados. En esta lucha política incluso llegaron a plantear la lucha armada. Lograron algunas leyes importantes regulando el trabajo de niños y de mujeres.

A finales del siglo XIX en Costa Rica florecieron los Clubes Políticos de artesanos, trabajadores y obreros en los partidos oligárquicos, como una alternativa organizativa frente al Partido Independiente Demócrata de Félix Arcadio Montero, que en sus propósitos organizativos y lenguaje de tribuna evocaba planteamientos radicales y populistas, con hondo contenido clasista y muy cercano a los socialistas, llamando a organizarse en su partido a los «chaquetas, descalzos y descamisados», contra el «Olimpo y los levitas».

Los movimientos revolucionarios de principios de siglo XIX en los Balcanes; los de 1830 en Francia y el centro europeo, como los de 1848 son reflejo importante de las repercusiones de la Revolución francesa en Europa, en general, y del establecimiento de repúblicas burguesas.

En el caso concreto de Francia se evoca nuevamente el espíritu de 1789 y de 1793, que provocan la huida de Carlos X y el pronunciamiento de la Comisión Municipal de París, que reclama la abolición de la monarquía, un gobierno ejercido por mandatarios electos por la nación, la libertad de cultos, el establecimiento de una Guardia Nacional y que el Poder Ejecutivo lo ejerciera un presidente.

Estos movimientos en 1830 en Francia como en 1832 en Inglaterra enseñaron a los obreros la reivindicación de sus propias demandas.

En 1848 la Revolución Industrial se había desarrollado en Francia, Inglaterra, Bélgica, Suiza, en diversas regiones de Alemania (en la Renania, Westfalia, Berlín, Silesia y Bohemia). En este período se plantea alternativo al Tercer Estado en el Parlamento, el Cuarto Estado, compuesto por los asalariados que se nutría de una rica experiencia de lucha economicista por salarios y algunas por jornadas y mejores condiciones de trabajo.

La Revolución de 1848 en Francia hizo surgir organizaciones secretas de obreros socialistas y de burgueses liberales. En estas luchas destacan dirigentes como Alphonse Lamartine, Louis Blanc, Auguste Blanqui, Vidal, Etienne Cabet, Pedro José Proudhon, Lamennais y escritores como Víctor Hugo, Charles Baudelaire, George Sand, Michelet y Eugenio Sue, todos ellos conocidos en Costa Rica a finales del siglo XIX.

El 25 de febrero de 1848, con presión del Cuarto Estado, se proclamó la Segunda República francesa, que dio origen a una nueva jornada revolucionaria, que estableció el derecho al trabajo.

En el resto de Europa se habían producido movimientos y niveles organizativos significativos. Las luchas de la Asociación Patriótica Alemana, transformada en 1834 en la Liga de los Proscritos y, en 1836, luego de una escisión, hace surgir la Liga de los Justos, que en 1847 se pasó a denominar Liga de los Comunistas, para diferenciarse de la gran cantidad de organizaciones socialistas existentes; esta dirigida entre otros por Carlos Marx y Federico Engels, quienes redactaron su manifiesto inicial, conocido como El Manifiesto Comunista.

A partir de 1840 se dieron importantes movimientos organizativos y de lucha de la clase obrera en España e Italia.

Los acontecimientos de 1848 repercutieron en toda Europa: sublevaciones en Italia, Viena, en Hungría y Praga. A pesar de las derrotas políticas la clase obrera, en estos acontecimientos, había ganado en conciencia y en su fuerza organizativa. También se fortaleció el sentimiento de nación y se liquidó el feudalismo en Europa. Además del socialismo científico se desarrollaron en Europa, y luego en el resto del mundo, corrientes como el anarquismo o el comunismo libertario y el llamado socialismo cristiano.

Las revoluciones de 1847-1848 permitieron, finalmente sintetizar la experiencia de lucha del movimiento obrero y confirmó la necesidad del desarrollo de la teoría del socialismo científico.

La nueva Revolución social se afirmó como inevitable y se elaboraron las premisas objetivas y subjetivas de la Revolución. Se afirmó la necesidad de resolver por la vía revolucionaria las contradicciones clasistas de la sociedad, y se puso en evidencia la necesidad de construir un partido revolucionario para la clase obrera. Su ausencia se valoró como una de las causas que influyeron en las derrotas sufridas.

Otro elemento que se desarrolló en la teoría revolucionaria fue el estudio de períodos revolucionarios, de la base económica de la sociedad y del arte militar.

Los procesos revolucionarios de 1848 permitieron visualizar la victoria histórica de la clase obrera en un solo período revolucionario, sobrevalorándose el grado de madurez de la sociedad capitalista y minusvalorándose la complejidad del proceso revolucionario, que dependía de la especificidad del mismo.

En esta lucha de 1848 el movimiento obrero inició la lucha por la legislación del trabajo que entre otras demandas pedía reconocimiento del derecho a trabajar, creación de un Ministerio que atendiera los asuntos laborales, apertura de los Talleres nacionales para garantizar el derecho al trabajo.

El 26 de febrero de 1848 se lograron estas demandas como resultado de la acción obrera y, se ordenó, el 28 de febrero integrar una comisión para redactar la legislación social. De ella nacieron los Conseils de Prud’hommes, embriones de las actuales Juntas de Conciliación y Arbitraje, la contratación directa, la jornada de diez horas en París y de once en las Provincias, el reconocimiento del derecho de coalición, la libertad de asociación y de huelga, y el sufragio universal.

La reacción a estas conquistas no se hizo esperar: se cancelaron los Talleres Nacionales y el gobierno dictatorial de Louis Eugene Cavignac preparó el ascenso de Luis Bonaparte el 10 de diciembre, de este año, 1848, y se suprimieron las conquistas obreras; se elevó la jornada, se prohibió el derecho a la organización profesional y en sustitución del derecho al trabajo se impulsó un programa de asistencia y previsión social.

Organizativamente surgió la Asociación Internacional de Trabajadores, impulsada por Carlos Marx, conocida como Primera Internacional, en 1864, y a partir de allí un notable impulso a la organización internacional y local de los trabajadores.

Entre 1847 y 1900 se celebraron dos Congresos de la Liga de los Justos; dos Conferencias preparatorias de la Primera Internacional y siete Congresos de esta; seis Congresos y dos Conferencias de la fracción escisionista de la Internacional; dos Congresos internacionales socialistas; cinco Congresos de la Segunda Internacional y cinco Congresos de obreros de tipo corporativo.

La Revolución francesa y algunas de sus repercusiones en el movimiento feminista y sufragista

La sociedad que emergió con la Revolución francesa y con la Revolución industrial repercutió de modo notable en las relaciones familiares existentes.

De hecho, redujo la familia a unidades de padres e hijos. En estas se acentuó la exclusión de la mujer del trabajo, se fortaleció su dependencia del marido, se sometió a un trabajo servil, invisible, no remunerado y se le fortaleció el papel de reproductora de la fuerza de trabajo y se le disolvió socialmente.

De este modo, la revolución industrial facilitó la asociación de la mujer a la lucha social y la Revolución francesa lo hizo en su toma de conciencia. En este último aspecto con la enseñanza pública masiva se incorporó la mujer a la educación. La preocupación de la educación de la mujer en Costa Rica, prácticamente, se dio desde los primeros días de la vida independiente, en los gobiernos de nuestro primer jefe de Estado, de paso, educador, Juan Mora Fernández.

Entre 1789 y 1794 se fortalecieron los clubes femeninos que actuaron en el movimiento revolucionario y, se llegó a afirmar, cuando se promulgó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que como la mujer tenía derecho al cadalso también tenía derecho a la tribuna.

En la toma de la familia real, en el asalto al Ayuntamiento de París, y en la marcha sobre Versalles, tuvieron significativa participación las mujeres. En los días inmediatos al 15 de septiembre de 1821, bajo la presión de la independencia declarada en Chiapas, Ciudad Real y Tuxtla hubo movilizaciones de mujeres presionando en Guatemala por la Independencia.

En 1789 en Inglaterra Mary Wallstonecraft publicó la Vindicación de los derechos de la mujer. En los Estados Unidos entre 1775 y 1781 se dieron movimientos sufragistas. En la misma Francia, en 1791, Olympe de Gouges, redactó la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, que se presentó a la Asamblea Nacional el 28 de octubre de 1791.

Los movimientos revolucionarios de 1848 también revitalizaron el movimiento femenino. En julio de 1848, en Seneca Falls, en Estados Unidos, se logra la «declaración de sentimientos» en que las mujeres reclaman el derecho a administrar ganancias, tener bienes personales, el acceso a la enseñanza, el derecho al divorcio, la custodia de niños y el derecho al voto. En Costa Rica el derecho al divorcio se estableció en 1888, no como un resultado de luchas sociales, sino por iniciativa de los liberales que participaron en la Comisión Codificadora, que desde 1882 hasta 1888, revolucionaron y modernizaron la legislación nacional.

Por su parte, La Liga de los Justos resaltó el papel de la mujer y, en 1866, Carlos Marx pidió en el Congreso Internacional de Ginebra, de la Asociación Internacional de Trabajadores, que se abordara el problema de la mujer.

En 1869 en varios Estados de los Estados Unidos se logró el voto femenino. En Alemania la lucha de las mujeres había adquirido gran fuerza. En 1869 John Stuart Mills reclama el voto femenino y publica La subordinación de la mujer, al mismo tiempo que en Londres, Edimburgo y Manchester se creó la Unión Nacional y Social para el Sufragio Femenino.

Durante los días de la Comuna de París las mujeres jugaron relevante papel en las barricadas. En 1888 Auguste Bebel publica su libro La mujer y el socialismo, y en el II Congreso de la Internacional Clara Zetkin y Emma Iherer proclaman el derecho de la mujer a la igualdad en el trabajo.

La Comuna de París de 1871

La guerra franco prusiana de 1870 y la Comuna de París de 1871 marcan el inicio de un período histórico que se prolonga hasta la Revolución rusa de 1917.

Como resultado de la Batalla de Sedán, Luis Bonaparte, el emperador francés, fue hecho prisionero, y el 4 de septiembre de 1870 el pueblo parisino exigió la proclamación de la República.

El 17 de septiembre el ejército prusiano avanzó sobre París, por lo que el Gobierno Provisional integró batallones compuestos por obreros, artesanos y pequeños empleados.

El 26 de febrero de 1871 el gobierno de Thiers, por temor a los sectores populares y sus demandas firmó un tratado de paz con Alemania. Como resultado de este Tratado, Francia cedió la Alsacia y la Lorena a Alemania, además de pagarle 5 mil millones de francos. Esta situación provocó un gran malestar popular. Los problemas sociales se agudizaron y se fortalecieron ciertas políticas coercitivas que restringían derechos ciudadanos.

El 13 de marzo de 1871 se constituyó la Federación de la Guardia Nacional, muy ligada al movimiento obrero, y se eligió su Comité Central.

El 18 de marzo el gobierno de Louis Adolphe Thiers trató de desarmar la Guardia Nacional, lo cual provocó un estallido revolucionario en París, ciudad que rápidamente pasó a control del Comité Central, que hizo ondear la bandera roja en el Ayuntamiento. Así se constituyó el primer gobierno obrero en la historia y se intentó organizar un Estado de nuevo tipo.

El 26 de marzo se realizaron las elecciones universales al Consejo de la Comuna, la cual se proclamó el 28 de marzo. El 2 de abril la burguesía y los versalleses desataron la guerra civil.

La Comuna, entre las medidas más significativas que tomó, suprimió el Ejército regular y armó a los comuneros. El Consejo de la Comuna asumió tareas ejecutivas y legislativas, creó nuevas instituciones estatales entre ellas nuevos tribunales judiciales, sustituyó los representantes electos por sufragio universal y separó la Iglesia y el Estado.

Con la Comuna de París se proyecta al siglo XX una tradición de organización y lucha revolucionaria, heredada, fundamentalmente, en los partidos comunistas. El himno de los comuneros, conocido como «La Internacional», se asumió luego como himno del movimiento comunista internacional. El propio Vladimir Maiakovski, poeta y escritor ruso, en su largo poema a Lenin, recuerda a los comuneros como parte del proceso revolucionario ruso.

La Revolución francesa y el Primero de mayo

Como resultado de la lucha de los obreros norteamericanos de 1886, en la cual se paralizaron cerca de 5,000 establecimientos y entraron en huelga 340,000 trabajadores se logró la jornada de 8 horas, ese mismo día, para 125,000 huelguistas.

Este movimiento se realizó el 1º de mayo, día en que se discutían los contratos de trabajo. El 3 de mayo se produjo un acto terrorista por el cual culparon a varios dirigentes obreros y ocho de ellos fueron condenados a muerte. Su lucha y muerte no fue olvidada.

El propio movimiento obrero norteamericano reanudó la lucha por la jornada de ocho horas; así la Federación Americana del Trabajo en el Congreso de San Luis, de 1888, replanteó nuevamente la lucha por esta jornada y convocó a la preparación de nuevas huelgas para el día 1º de mayo de 1890.

En agosto de este mismo año, 1888, la Conferencia Internacional Corporativa de París exigió a los gobiernos firmar tratados y convenios sobre las condiciones de trabajo. También convocó a la realización de un Congreso Obrero Internacional en 1889, para lo cual se encargó al Partido Obrero Socialista Francés.

El Tercer Congreso de la Federación Nacional de Sindicatos y Grupos Corporativos, reunido en Bordeaux-Le Bouscat, el 28 de noviembre de 1888, también se sumó a la convocatoria de un Congreso Internacional en 1889.

Estas resoluciones se confirmaron en el Congreso de Troyes, en diciembre de 1888, lo cual se acompañó de manifestaciones en 60 ciudades de Francia.

La falta de entendimiento entre las organizaciones obreras hizo que se realizaran dos Congresos Obreros Internacionales en París: el primero, el de Burdeos, se llamó «allemanista» y se realizó en la calle Lancry del 15 al 20 de julio y; el segundo, se llevó a cabo en la Sala Petrelle, calle Rochechouart, el cual se llamó «marxista», con una representación internacional más amplia.

Ambos Congresos se pronunciaron sobre los mismos tópicos, pero el de la Sala Petrelle concretó la convocatoria y declaración de la huelga el 1º de mayo de 1890 para continuar la lucha por la jornada de ocho horas de trabajo; además estableció que debía declararse esta fecha perpetua, y celebrarse cada año, para lo cual la clase obrera internacional, en cada uno de los países, haría un balance de las luchas realizadas en el año transcurrido y elaboraría un plan de luchas para el año venidero.

Así el 1º de mayo surgió como un día internacional de lucha de la clase obrera internacional. Además, se asoció en la memoria de esta celebración el recuerdo permanente de quienes cayeron en la lucha de 1886, los llamados Mártires de Chicago.

En el caso de Costa Rica cuando se inició en 1913 la celebración de esta jornada de lucha, por parte del movimiento obrero costarricense, se asoció no solo a ese espíritu internacionalista, de organización y lucha, sino que también se unió, tal celebración, a la fecha patriótica de la rendición de William Walker, jefe de los filibusteros norteamericanos durante la guerra de 1856-1857.

En este sentido habría que mencionar también a don Pedro Bariller, ilustre ciudadano francés que prestó valiosos servicios militares a la Patria durante esta guerra.

Algunas repercusiones de la Revolución francesa en la educación y la cultura, y en Costa Rica

Otro elemento por el cual debe valorarse la Revolución francesa es por la trascendencia del movimiento iluminista y sus repercusiones en América.

Juan Jacobo Rousseau era conocido por los grandes dirigentes de la Revolución americana. De manera particular, en México, Miguel Hidalgo y José María Morelos le conocían. Y, en Costa Rica, el Pacto Social fundamental Interino de Costa Rica o Pacto de Concordia, de 1º de diciembre de 1821, nuestra primera Constitución, evoca el espíritu roussoniano del pacto social.

El iluminismo francés repercutió en nuestras primeras letras en la Casa de Enseñanza de Santo Tomás y en la propia Universidad de Santo Tomás. Dos de sus rectores el Dr. Nazario Toledo y el Lic. Nicolás Gallegos eran profundamente admiradores de este movimiento intelectual, así como del liberalismo y progresismo que ello produjo. Además, propulsaron el culto por la ilustración. Con ellos se estudió a René Descartes, Voltaire, Diderot, D’Alambert, Cabanis, Condillac, Desttut de Tracy, Montesquieu, Lacroix, Letronne, Constant, Tocqueville y muchos más. El inicio de los estudios filosóficos en Costa Rica, del empirismo y el racionalismo como el positivismo de Littré y Comte, en cierto modo a ellos se les debe. También se conoció a Ernest Renán y a Hipólito Taine, que procuraron fundir el pensamiento científico y filosófico. Así, la Universidad de Santo Tomás, afirmó Abelardo Bonilla, consolidó el civilismo sobre el militarismo.

No menos trascendente es el impulso a la educación popular que se nos trasmite desde la Asamblea Nacional de 1792, con la presencia de Condorcet, hasta Bayona; de esta a Cádiz y, de Cádiz a las Casas de Enseñanza en América, que como la de Santo Tomás en Costa Rica, impulsan el proceso de la educación del pueblo. Por ello en 1824 el Estado costarricense apoya decididamente esta institución y la educación de primeras letras se verá estimulada, así como los primeros pasos en la estructuración del proceso educativo.

El proyecto organizativo y educativo de Juan Antonio Condorcet proponía como una obligación del Estado la educación del pueblo, para todos sus ciudadanos. Señalaba que la educación debía ser general y gratuita en todos los niveles escolares, laica y para ambos sexos. Estableció la escuela primaria con 4 grados, obligados, las cuales debían construirse en poblaciones de 400 habitantes. En este nivel propició el aprendizaje de la escritura, la lectura, la gramática, la aritmética, la geometría; los oficios relacionados con la producción del país, nociones de cívica y de base moral y social del régimen. La escuela secundaria la concibió de tres grados orientada al estudio de matemáticas, ciencias naturales, comercio, ética y estudios sociales. En ellas señaló la necesidad de bibliotecas y las colecciones naturales como instrumentos artesanales y científicos del aprendizaje. También concibió los Institutos de enseñanza media en cinco grados especializados por profesiones como la mecánica, la agricultura, la milicia, la obstetricia y la veterinaria y los Liceos como centros de educación superior en lugar de las universidades escolásticas.

Más tarde repercutirán en el desarrollo de la educación las leyes francesas que en este campo responden, además de Condorcet, a los nombres de Guizot, Fortoul, Duruy, Simón y Ferry las cuales reencarnan en nuestros grandes educadores como Mauro Fernández y Miguel Obregón Lizano.

En el campo educativo la reforma de 1886 fue el resultado del impacto de Francia. Dijo don Luis Felipe González Flores, que como España fue Francia, de las naciones europeas, la que más influyó en la cultura nacional, llegando a afirmar que Francia realizó durante el siglo XIX, una verdadera conquista intelectual.

La presencia de franceses en el país como Adolfo Marie, durante la década que inició en 1850, con la presencia de científicos, como Lucien Platt, quien enseñó las ciencias físicas y, de Eugenio Durrewelle, físico y químico. También habría que considerar aquellos que iniciaron la enseñanza del idioma francés en nuestro medio como Antonino de Barruel, Esteban Huard, Annete Sicre.

Más tarde, también bajo influjo de la escuela francesa, se impulsaron, en Costa Rica, instituciones de apoyo material y social a los escolares, bajo el nombre de Instituciones Circunescolares, a las cuales pertenecieron «El Abrigo de los Niños», «La copa de leche», «El pedazo de pan» y las «Ligas de Bondad», como refiere González Flores.

También se llevó a cabo la fundación de bibliotecas escolares, por el impulso de don Miguel Obregón al estilo de las que en Francia llevó a cabo el ministro Rouland. Igual iniciativa impulsó don Miguel Obregón con el Museo Pedagógico y las Cajas de Ahorro Escolar, que más tarde, con la Escuela Normal también recibieron el apoyo de don Joaquín García Monge. Otra influencia educativa francesa fue la educación de adultos, las bibliotecas populares, la instrucción gratuita, obligatoria y laica, lo cual repercutió en la Ley General de Enseñanza de 1886.

También se nota su repercusión en la organización de los establecimientos de enseñanza secundaria: el Instituto Nacional, el Instituto Universitario, el Liceo de Costa Rica y el Colegio de Señoritas.

La penetración de libros, en Costa Rica, inmediatamente después de la Independencia como El Contrato Social de Rousseau, El Espíritu de las Leyes de Montesquieu, La Lógica de Condillac, El Libro del Pueblo de Lamennais, La Inteligencia y la filosofía del Arte, de Taine, El Porvenir de la Ciencia y Estudios de Historia Religiosa de Renan, Curso de Filosofía Positiva y Sistema de Política Positiva de Comte; más tarde otros como los de Fustel de Coulanges y Fouillé, muestran, el influjo libertario y republicano de los nuevos tiempos y los aires frescos de la Revolución francesa y el impacto de sus primeros embajadores ideológicos y culturales en el curso de la formación idiosincrática costarricense.

La Universidad de Santo Tomás fue adalid de este espíritu liberal. Máximo Jerez y Antonio Zambrana, fueron agitadores de estas nuevas ideas, en la formación de importantes generaciones de jóvenes y hombres que durante la segunda mitad del siglo pasado empezaron a destacar en el orden público costarricense, los cuales se formaron bajo su ala protectora y sus aulas.

Con la penetración de libros también habría que mencionar el desarrollo de las bibliotecas. Tampoco casualmente se asocia a este esfuerzo la distinguida figura del educador Miguel Obregón Lizano, a quien se le deben la Biblioteca Nacional, la de Alajuela, la de Cartago y la de Heredia, quien además fue el primer bibliotecario de la Universidad de Santo Tomás, inaugurada esta Biblioteca un quince de septiembre de 1884, día que se celebraba la Independencia de Centroamérica. Más aún, cuando fundó la Biblioteca de Alajuela lo hizo el 14 de julio de 1889, el día del centenario de la toma de la Bastilla.

La creación de la Universidad de Costa Rica, por el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia se hizo justamente un 26 de agosto, coincidente con la fecha de la Promulgación de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

La bandera nacional actual, nuestro símbolo patrio mayor, se hizo en 1848 tomando por referencia a la bandera de Francia, nosotros con los colores colocados en franjas horizontales y la de Francia en verticales.

Cuando se inauguró la Biblioteca de la Universidad de Santo Tomás, el entonces ministro de Instrucción Pública, el Benemérito Dr. José María Castro Madriz, lanzó «el grito que se arrancaba de su pecho de gran patriota: ‘Viva la Republica’».

Y, agregó: «Sí, la República iba a vivir en las universidades silenciosas que son las buenas bibliotecas, focos de luz y cultura, maestras de los hombres y de los pueblos» y, como agregó, don Miguel Obregón, «termómetros que miden el mayor o menor adelanto de los pueblos».

Por ello dos fechas para inaugurar bibliotecas, la de Independencia patria y la toma de la Bastilla.

Tampoco de modo casual el libro de don Miguel Obregón sobre Nociones de Geografía de Costa Rica, se editó en París en 1889 y se agregó luego a la Geografía de Henry Lemonier y Franz Schrader.

No menos significativa ha sido la repercusión del llamado Código Napoleónico, el Código Civil de 1804, en la formación del pensamiento jurídico y de las instituciones legales costarricenses, como en su mentalidad jurisprudencial.

Usualmente se piensa en la legislación civil napoleónica, sin embargo, hay que considerar también la legislación comercial y penal como la respectiva de procedimientos, tanto civiles como penales.

La codificación napoleónica unificó legislativamente y consolidó las conquistas de la Revolución y estableció las nuevas bases jurídicas de las relaciones privadas de la moderna sociedad capitalista.

La codificación napoleónica se proyectó a los países de la Europa central como a todos los países del continente americano, donde la llegaron casi a copiar textualmente, al Quebec canadiense y a la Luisiana estadounidense, donde hoy continúa teniendo vigencia.

Paralelismo histórico con Napoleón, en esta magna obra codificadora, la podemos encontrar en el jefe de Estado Braulio Carrillo Colina, con la promulgación, en 1841, de su Código General, que marcó no solo el sello de la definitiva independencia de España sino la estructuración del Estado costarricense.

La «dictadura» que procuró desarrollar cuando impulsó su continuidad en el poder no es menos comparable que con el bonapartismo que condujo al Imperio Napoleónico.

La influencia francesa en este Código de Carrillo quizá se aprecia mejor en la parte del Derecho Civil y no será sino hasta el último tercio del siglo XIX cuando penetra con fuerza el influjo del Derecho Penal francés en nuestro medio y se fortalece más aún en el Derecho Civil.

Ya en el siglo XX será el Dr. Guillermo Padilla Castro quien marque este influjo en el derecho penal costarricense.

Finalmente, la Escuela de Derecho, de la Universidad de Costa Rica, desde 1969 ha logrado la capacitación de gran cantidad de profesionales destacados en las diversas ramas del Derecho en Francia.

Cuando en 1943 se preparó la promulgación del Código de Trabajo, Enrique Benavides Chaverri, en una serie de artículos de comentarios sobre el Código de Trabajo, dedicó uno al «Derecho del Trabajo y la Revolución francesa». En él destacó que la Revolución francesa acabó con el trabajo de las ciudades medievales, las antiguas corporaciones y su minuciosa legislación. Destacó, también, que la Revolución «liberó» al trabajador para disponer sobre sí mismo como persona y estableció la libertad para fijar con el patrono las condiciones de su trabajo. Indicó, además, que el Estado en esta relación se abstuvo de intervenir limitándose a garantizar a cada individuo el ejercicio de los derechos consagrados en la Constitución y las Leyes. Luego recordó la Ley de Chapelier, los artículos del Código Civil sobre el arrendamiento de mano de obra, la ley de policía y las prohibiciones penales relativas a la asociación como parte del derecho obrero francés.

Las libertades que, particularmente, desde la Constitución de 1824 se consagraron en los textos constitucionales fueron el acicate fundamental para desarrollar el país por los cauces de la reforma y el pensamiento liberal; del progreso material, cultural y social, así como para exaltar las virtudes ciudadanas y las libertades fundamentales del hombre costarricense, lo cual culminó con la obra de don Ricardo Jiménez, en 1888, llamada Curso de Instrucción Cívica para uso de las Escuelas de Costa Rica, así como con el despliegue de la República Liberal a partir de estos años y del movimiento codificador que acababa de cerrarse en 1888.

Con ánimo de fortalecer el espíritu cívico nacional propuso, don Miguel Obregón Lizano, en una ocasión, imitar la experiencia francesa de premiar a los niños escolares con estampas de nuestros prohombres públicos e «insignes patriotas centroamericanos».

También habría que decir que en otras manifestaciones de nuestra cultura se aprecia el influjo de la Revolución y la cultura francesa que ella generó.

En la literatura y el dramatismo literario de finales del siglo XIX, en las obras de Alejandro Alvarado Quirós, Rafael Ángel Troyo, José Fabio Garnier y Francisco Soler, se aprecia este influjo. No de modo tan casual en 1869, se reprodujo en la Imprenta Nacional la novela Dannae, de Adolfo Gramnier de Cassagnac, dedicada a Chateaubriand; se reprodujeron cuentos de Maupassant y del Grupo de Medan, por Baudrit y Alvarado Quirós.

En el caso de Alejandro Alvarado Quirós, Primer Rector de la Universidad de Costa Rica, destacado hombre público y antiimperialista, con su ensayo sobre La Democracia expone el sentido del progreso generado por el espíritu.

El caso extremo de nuestros literatos quizá lo fue Alfredo Castro quien sus obras dramáticas las escribía primero en francés y luego las traducía, por cuanto encontraba en el idioma francés mayor expresión y libertad literaria.

En el campo científico se encuentran, por citar dos destacados intelectuales costarricenses con profunda huella francesa, a Elías Jiménez Rojas y a nuestro gran sabio Clorito Picado; Jiménez Rojas con vínculo y simpatía importante con el socialismo francés de Jean Jaurez y también con el pensamiento anarquista de Kropotkin, con quien llegó a tener correspondencia.

Tampoco, casualmente, en Costa Rica, el Centro de Estudios Germinal, en los primeros años del siglo XX, alimentó el culto y admiración por los hermanos Eliseo y Elie Reclus, teniendo en su salón principal la foto de Eliseo, el gran geógrafo, del mismo modo que en las sociedades teosóficas y sectores cultos se leía a Camille Flammarión. También tenía el Centro Germinal una foto de Emilio Zolá, furierista connotado y cuya literatura pesaba en el mundo intelectual costarricense.

La propia denominación de Germinal evoca a la Revolución francesa, que asocia, dicho nombre, con las insurrecciones de la primavera de 1795, de Germinal y Pradial, las cuales se consideran las últimas acciones de las masas obreras de las barriadas populares de París, cuando carecían de apoyo de la burguesía e incluso de la pequeña burguesía, insurrecciones que se expresaron como un movimiento contra «los ricos», los comerciantes, los acaparadores, los especuladores y en cierto modo contra la misma Convención Nacional. Fue un esfuerzo final de la clase obrera por influir decididamente en el camino ulterior de la Revolución francesa, para acabar, además, con los termidorianos, tras la caída de Robespierre, desde el 28 de julio de 1794 hasta el 26 de octubre de 1795, y servir a los intereses de los montañeses, desde 1792 hasta 1795, cuando también fueron sacados de la Convención Nacional, por lo que tuvo un carácter de lucha de desposeídos contra poseedores.

En el Germinal francés tuvieron importante papel las mujeres y en el Germinal costarricense lo tuvo Carmen Lyra, quien también se nutrió de la educación francesa y se incorporaba decididamente a las luchas populares de esos años, a principios del siglo XX.

También se podría decir que la Revolución francesa repercutió en los primeros comunistas del país. En las primeras lecturas y estudios de quienes llegaron a fundar este Partido Comunista estaban los escritos de Babeuf y su Manifiesto de los Iguales, las enseñanzas de Germinal y Pradial del francés revolucionario de 1795, La Guerra Civil en Francia de Marx, sobre las jornadas revolucionarias de 1848, las experiencias de la Comuna de París. Llegaron a considerar, según ha contado Arnoldo Ferreto, uno de sus dirigentes históricos, que la dictadura jacobina, para ellos, fue el momento más importante de la Revolución francesa.

Finalmente hay un influjo significativo en nuestros símbolos patrios. Sobre los colores de nuestra bandera y pabellón nacional, cuando se elaboró, se refiere que expresamente se inspiraron en los colores de la bandera francesa.

La primera impresión de la música del himno nacional se realizó en Francia, dedicada esa primera edición al francés G. Lafond, quien también hizo estudios sobre diversas regiones de nuestro país con un marcado interés de realizar una obra canalera, especialmente en la región transístmica fronteriza de Costa rica y Panamá, a mediados del siglo XIX.

También hay influencia en la elaboración de los monumentos patrióticos de Juan Santamaría y el Monumento Nacional, conmemorativos de la Campaña de 1856 que se encargaron a artistas franceses, quienes vincularon en ellos parte de la tradición popular y libertaria francesa: el gorro frigio, símbolo de la libertad, el combatiente popular, las mujeres republicanas.

Reflexionar sobre la Revolución francesa es entonces pensar en nuestra realidad histórica, social y concreta, desde la lucha por la Independencia, no solo en lo que la Revolución se proyectó a nuestro medio sino también en cuanto a lo que aún falte por revolucionar.

Hacer un alto en el camino para retomar la gesta independentista, de hace 200 años, nos obliga a pensar en la revolución de hoy, en valorar si el proceso independentista está acabado o sigue inacabado, por las demandas de los pueblos del continente, con las cadenas del atraso social, de la marginación y exclusión, con la brecha social cada vez más amplia, con la acumulación de riqueza en cada vez menos manos y la de pobreza de manera más amplia, que coloca a las mayorías sociales bajo formas opresivas de dominación y alejadas de la democracia real y efectiva, alejadas de la felicidad del pueblo que se procuraba con los movimientos revolucionarios independentistas, por lo que aún es necesario seguir luchando por profundizar la verdadera independencia, la liberación nacional y el progreso social; por la más y mejor democracia, por el respeto, fortalecimiento y ampliación de los Derechos Humanos fundamentales y las Libertades del Hombre y el Ciudadano.

En cada una de estas luchas está presente lo mejor de la tradición revolucionaria francesa y el porvenir de la humanidad.

Si la Revolución francesa marcó el fin de la aristocracia feudal y el inicio del sistema burgués capitalista contemporáneo, también produjo los embriones de las nuevas exigencias sociales, por cuanto la Libertad por sí sola no restablece el equilibrio social.

Los fundamentos de la Revolución se asentaron en los principios educativos del nuevo orden, en la instrucción pública y en la difusión del conocimiento necesario para la formación de un espíritu cívico.

Hija de la Ilustración la Revolución francesa produce la igualdad, la libertad y la soberanía popular e «hija del entusiasmo popular, produce la fraternidad y la esperanza en la regeneración de la humanidad».

1789 fue un momento de la lucha por la liberación del hombre. Posibilitó la razón para continuar la emancipación de todos los hombres. Por ello siempre la Revolución está viva como lo es temida.

Siguen siendo válidas las palabras del revolucionario norteamericano Tomás Paine, cuando afirmó, con el triunfo de la Independencia de las colonias británicas: «Puesto que las Revoluciones han comenzado, han de continuar».

(Segunda parte de la conferencia dada el jueves 29 de julio del 2021 en el ciclo de actividades y conferencias «Camino a la Celebración de la Independencia de Centroamérica», organizadas por la Biblioteca Nacional, la Cátedra Enrique Macaya, de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica, y el Instituto de Estudios en Democracia del Tribunal Supremo de Elecciones).

 

Publicado el 23 de setiembre de 2021 en https://wsimag.com/es/cultura/67066-la-revolucion-francesa-en-diversos-movimientos-sociales

Compartido con SURCOS por el autor.

Pronunciamiento del Movimiento Feminista y de Mujeres: lecciones para un diálogo pendiente

Las abajo firmantes articuladas como organizaciones feministas, organizaciones de mujeres y feministas independientes, ante la coyuntura nacional actual manifestamos:

  1. Sí queremos diálogo. Existe una amplia coincidencia general entre las y los actores sociales y la ciudadanía en la urgencia de un diálogo nacional inclusivo, abierto y, sobre todo, con resultados vinculantes. El camino democrático no es solo electoral, debe ser una construcción continua hacia una sociedad más justa, igualitaria y equitativa, donde toda la diversidad de mujeres seamos tomadas en cuenta y ¡No podemos permitir que nos dejen atrás ni que nos hagan a un lado!
  2. El diálogo que queremos y creemos necesario debe tomar en cuenta las lecciones inmediatas y no reproducir los mismos errores. Los intentos realizados de diálogo, hasta el momento fallidos o limitados, nos permiten reconocer algunas lecciones para no repetir errores y crear las condiciones para que exista un verdadero diálogo.

La participación y representatividad han sido elementos cruciales que han afectado negativamente los procesos anteriores. Al respecto varias lecciones: a) que no es posible ignorar el movimiento y la protesta social que se manifiesta en las calles en procesos de diálogo que pretenden relevar algunas de sus demandas. Asimismo, no se puede reprimir, criminalizar y judicializar aquellas personas que se oponen a la línea de Gobierno y ejercen su derecho humano a la protesta social. b) que no es posible definir la legitimidad a priori de las representaciones sectoriales, excluir sectores o no reconocer su autonomía en la elección de sus representantes, c) que no es posible excluir a las mujeres, al movimiento feminista y mucho menos impulsar un diálogo sin asegurar la paridad de género.

Para un diálogo con resultados, la participación de algunos actores como el Legislativo es esencial. Además de la representación al más alto nivel del Ejecutivo, debemos exigir la presencia de todas las representaciones legislativas. La agenda legislativa debe ser parte del debate, incluyendo los proyectos que en estos momentos se discuten y que incluyen recortes que pretenden afectar programas sociales esenciales como salud, educación, cultura y recursos naturales. No es aceptable ni contribuye a generar confianza en un proceso de diálogo cuando de manera paralela se impulsan y toman decisiones que van directamente a profundizar la crisis que ya vivimos.

  1. Necesitamos un diálogo social, no puede reducirse al tema fiscal. Más que un diálogo fiscal, en Costa Rica urge un diálogo social: sobre el país que queremos y podemos construir empezando en lo inmediato con las salidas posibles a la actual crisis y que tenga una amplia representación, un debate sin excluir grupos ni mucho menos las mujeres.

Por consiguiente, la agenda debe ser construida amplia y no limitada al tema fiscal. La reducción de brechas de desigualdad económica, social y de género debe estar en el centro del debate. Interesa no solo capitalizar al Estado en lo inmediato, sino consensuar cuáles serán los parámetros y objetivos de la inversión pública en el corto y mediano plazo.

El objetivo central del diálogo y negociación debe ser el direccionamiento de inversión para reducir las brechas de desigualdad, pobreza y exclusión mediante la redistribución de la riqueza y el fortalecimiento del Estado Social de Derecho.

  1. El diálogo debe ser vinculante. Es decir, debe abrirse espacio no solo para intercambiar impresiones sino para alcanzar una negociación real. Se trata precisamente de llegar a acuerdos ciudadanos básicos con el compromiso de que se van a respetar. Para ello es indispensable, además de consensuar una agenda, acordar un marco ético para el diálogo, con mínimos de representatividad, respeto, escucha, resolución de conflictos, entre otros.

No debe haber condicionantes previos establecidos por el Ejecutivo para la realización o no de los diálogos: ante la ausencia de consenso el Poder Ejecutivo o Legislativo no debe imponerse. La ausencia de consenso no debe ser interpretada por el Ejecutivo o el Legislativo como un cheque en blanco para imponer su agenda.

  1. Debe existir voluntad política para incluir en la discusión otras opciones distintas al convenio propuesto por el Poder Ejecutivo con el FMI. El endeudamiento con agencias internacionales no es el único camino. Sectores de la ciudadanía, academia y otras personas expertas en la materia han coincidido que no es posible continuar por la senda del mayor endeudamiento y se han señalado alternativas de financiamiento que deben ser sometidas a discusión.
  2. El diálogo y la negociación no son posibles si excluyen a las mujeres. En relación con la participación de las mujeres debemos ser enfáticas en lo siguiente:

Exigimos nuestro derecho a la autonomía y el reconocimiento a nuestra diversidad en la selección de nuestras representantes en una mesa de Diálogo Nacional. No es posible que seamos las mujeres, las únicas a las cuales se pretenda señalar a priori los mecanismos de selección de sus representantes.

A lo largo de la historia y en la actualidad las mujeres somos actoras activas y propositivas. Para esta crisis hemos sido de los pocos agrupamientos ciudadanos que hemos pensado, formulado y hecho públicas propuestas de visión-país, no solo del tema fiscal. Por lo cual, exigimos que sean incluidas en las agendas de diálogo y negociación.

No es posible que se pretenda invisibilizar la participación decisiva que las mujeres tenemos en todas las esferas de la vida pública y privada o se desconozca y minimice nuestra capacidad técnica, profesional y política. Por ello, cualquier diálogo viable demanda de la participación paritaria entre mujeres y hombres en todos los espacios de diálogo, negociación, mesas técnicas, y otros.

Tampoco es viable un diálogo que no reconozca que las personas somos afectadas de manera diferente por la crisis y que el cierre efectivo de cualquier brecha social debe estar guiada por los principios de justicia, igualdad y equidad. Las mujeres no somos un grupo ni un sector a incluir: somos la mitad de la población de Costa Rica y somos de las más afectadas en la actual crisis. Lo ha señalado de manera reiterada el INEC al demostrar que somos las mujeres a quienes más ha afectado el desempleo, la pobreza y la exclusión que se han ensanchado en esta crisis y como consecuencia de políticas neoliberales que están desmantelando el Estado Social de Derecho. Aún así, seguimos siendo las mujeres quienes sostenemos la vida cotidiana en las familias asumiendo cada día más labores de cuido de personas menores de edad, adultas mayores, personas enfermas y/o con discapacidad. También, somos las que asumimos las labores domésticas, de educación, salud y de entretenimiento que el Estado ha dejado de asumir por la crisis sanitaria de la Covid – 19. La brecha de cuidados se ha ensanchado y complejizado en esta crisis y este es un tema de interés social prioritario.

Las mujeres todas, desde nuestras diversidades, tenemos mucho que compartir sobre nuestras vivencias diarias de dificultades económicas, acceso a la tierra, como la protección de los bienes comunes, salud, educación y que son vitales para comprender las funciones que debe de abordar un Estado que prioriza la justicia fiscal, ¡porque la justicia fiscal es justicia social!

El diálogo y la negociación son parte de la vida cotidiana de nosotras las mujeres. Creemos en el diálogo, estamos convencidas de que la construcción de consensos es viable sobre la base de la mutua comprensión de que Costa Rica es una sola. Un barco cuyo destino está en las manos de todas y todos, para conducirlo a un puerto de bienestar compartido, dignidad humana, igualdad, derechos humanos y democracia.

*Para información sobre el comunicado o sobre el proceso escribir a alarcon.shi@gmail.com*

Para firmar ingrese aquí

Video expone historia del feminismo

En el video de once minutos se expone un enfoque acerca de la historia de los movimientos feministas. El documento explica que existen distintas corrientes y establece relaciones con el desarrollo de la historia de la humanidad. El material puede ser de mucha importancia para los trabajos de grupo.

https://www.dropbox.com/s/57qhjhleq2odcbz/historia%20del%20feminismo.mp4?dl=0

 

Compartido con SURCOS por Isabel Ducca Durán.

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