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Etiqueta: multipolaridad

China propone La Iniciativa para la Civilización Global

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

El pasado mes de marzo de 2023 se llevaron a cabo en China los Diálogos de Alto Nivel del Partido Comunista Chino (PCCh) con partidos políticos de todo el mundo. Esta actividad reunió líderes de partidos de todas partes, preocupados por los retos globales, la transición del sistema internacional y el futuro de la humanidad. En la actividad participó el presidente Xi Jinping, quien el día 15 de marzo presentó La Iniciativa para la Civilización Global, una potente propuesta al mundo que termina por complementar a la Iniciativa de Desarrollo Global y la Iniciativa para Seguridad Global dadas a conocer con anterioridad.

Durante su discurso el presidente Xi expresó la urgencia de unir las manos en el camino hacia la modernización y la necesidad de buscar nuevos modelos de desarrollo para la humanidad que trasciendan los viejos paradigmas que han mostrado no ser el camino adecuado para el bienestar de todos los pueblos. Además, mencionó los graves desafíos y crisis entrelazadas a las cuales se debe buscar y dar respuesta colectiva, dejando de lado los egoísmos y prejuicios ideológicos propios de siglos pasados. Los tres retos mencionados por el líder chino fueron; las brechas de desarrollo que se están ampliando en todo el mundo, o sea, hay más desigualdad y mala distribución de la riqueza, se sigue deteriorando con rapidez el entorno ecológico y la salud del planeta, y sigue persistiendo una mentalidad de Guerra Fría que, en lugar de ayudar a trabajar en la solución de estos problemas comunes, divide y crea desconfianza entre las naciones.

Frente a esto, cinco propuestas que hace el presidente Xi:

  • poner al pueblo en primer lugar y asegurarse de que la modernización y el desarrollo esté centrado en la gente;
  • adherirse al principio de independencia (soberanía) y explorar caminos diversificados hacia la modernización, siempre pensando en una civilización ecológica;
  • defender los principios fundamentales (valores comunes de la humanidad) y abrir nuevos caminos, para garantizar la continuidad del proceso de modernización;
  • es imperativo ayudar a otros a tener éxito, al buscar el éxito propio y asegurarse de que todos puedan disfrutar de los resultados de la modernización;
  • seguir adelante y garantizar un liderazgo firme sobre la modernización.

La modernización o el desarrollo debe cimentar sus raíces en las condiciones nacionales de cada país, por lo tanto, los modelos de desarrollo no se exportan ni se importan, no se imponen a la fuerza por presiones diplomáticas o préstamos con condiciones leoninas. Cada país debe explorar su propio camino hacia la modernización, aunque desde luego, se debe construir tomando la experiencia de otros países, así como buenas prácticas. Es un proceso que lleva la impronta de la historia y la cultura tradicional de cada pueblo, y también contiene elementos modernos para el beneficio compartido de toda la comunidad. El compromiso de China es no seguir el viejo camino de la colonización y el saqueo, ni el camino torcido que tomaron algunos países para buscar la hegemonía una vez que se fortalecieron.

La construcción de una gran comunidad global de desarrollo desde el punto de vista chino difiere totalmente del occidental, pues no busca imponer modelos ni ideologías, mucho menos sistemas políticos, al contrario, reconoce la pluralidad del mundo y a partir de ella busca consolidar un jardín para la prosperidad de todas las civilizaciones. Estamos hablando de una visión de la globalización radicalmente opuesta a la occidental, y mucho más sensata. Nos encontramos entonces ante una visión alternativa de esta, que toma lo mejor del viejo modelo y lo mejora de una manera dialéctica y con una visión real de inclusión, respeto y búsqueda de la prosperidad común. China ha tomado el liderazgo para redefinir la globalización desde una perspectiva realmente inclusiva, respetuosa de la soberanía de los estados, con apertura para los beneficios mutuos y las ganancias compartidas.

Todos estos esfuerzos exigen la superación de la mentalidad de Guerra Fría tradicionales que aún se mantienen en algunos países occidentales, de ahí que el presidente Xi planteara con contundencia que la práctica de avivar la división y el enfrentamiento en nombre de la democracia es en sí misma una violación del espíritu de la democracia. No recibirá ningún apoyo, y lo que trae es solo un daño interminable. Por ello, el intercambio y la cooperación entre las distintas civilizaciones que forman el mundo contemporáneo es importante, porque es el camino para una coexistencia más armoniosa y pacífica, donde la singularidad de cada civilización es lo que aporta la riqueza y la diversidad propias de la humanidad.

La Iniciativa de la Civilización Global presenta por el presidente Xi y en consonancia con una perspectiva de multipolaridad civilizatoria, como hace algunos años vienen hablando académicos rusos desde la Cuarta Teoría Política, propone lo siguiente:

  • apoyar conjuntamente por el respeto a la diversidad de civilizaciones en el mundo. A los países les incumbe defender los principios de igualdad, aprendizaje mutuo, diálogo e inclusión entre civilizaciones, donde el respeto mutuo permita superar enfrentamientos innecesarios y sentimientos de superioridad.
  • abogar en común por los valores comunes de la humanidad. La paz, el desarrollo, la equidad, la justicia, la democracia y la libertad son aspiraciones comunes de todos los pueblos. Los países deberían tener la mente abierta para apreciar las percepciones de valores de diferentes civilizaciones y abstenerse de imponer sus propios valores o modelos a los demás y de avivar la confrontación ideológica.
  • defender codo con codo por la importancia de la herencia y la innovación de las civilizaciones. Los países necesitan aprovechar al máximo la relevancia de sus historias y culturas en los tiempos actuales, e impulsar la transformación creativa y el desarrollo innovador de sus excelentes culturas tradicionales.
  • Es menester abogar mancomunadamente para fortalecer los intercambios y la cooperación cultural entre pueblos y a nivel internacional. Los países deberían explorar la construcción de una red global para el diálogo y la cooperación entre civilizaciones, enriquecer los contenidos de los intercambios y ampliar las vías de cooperación para promover el entendimiento mutuo y la amistad entre los pueblos de todos los países y promover conjuntamente el progreso de las civilizaciones humanas.

De esta manera, las puertas están abiertas para todas las naciones que deseen sumarse a los esfuerzos compartidos del liderazgo chino de cara a una nueva era de carácter multipolar en un mundo donde la tarea más ardua es la paz y las oportunidades para todos los países y la lucha contra el colapso eco-social. Los tiempos donde se discriminaba por ideologías deben dejarse de lado para abrir paso a una visión compartida del futuro que facilite enfrentar de manera colectiva los desafíos comunes de toda la humanidad. América Latina y el Caribe tienen una gran oportunidad, en la misma medida que el resto de las naciones del sur global, en optar por unos lazos de cooperación, entendimiento e intercambio para crear sus propios procesos de modernización y desarrollo. En otras palabras, de volver a construir nuestra propia historia, con dignidad y en el marco de una nueva era basada en un entorno internacional de verdadera pluralidad e intereses comunes.

El nuevo concepto de política exterior de Rusia

Mauricio Ramírez Núñez. Académico.

La Federación de Rusia, en un decreto firmado por el presidente Vladimir Putin el 31 de marzo de 2023 y con número 229, abre las puertas oficialmente a una nueva era en las relaciones internacionales dentro de un contexto de multipolaridad, como desde hace ya varios años lo vienen planteando junto con la República Popular China. Ese decreto lleva por nombre “Concepto de la Política Exterior de la Federación de Rusia”. No es casual que lo dieran a conocer en la actual coyuntura, después de la exitosa visita del presidente Xi a Moscú y en medio de la crisis de seguridad en Ucrania, donde, dicho sea de paso, en el plano militar y económico, los rusos siguen mostrando su superioridad.

Tanto China con sus iniciativas de desarrollo y seguridad globales, bajo la filosofía de una comunidad de destino compartido, y ahora Rusia, con su nuevo concepto de política exterior, dejan claro que el camino en este nuevo sendero del sistema internacional debe ser en el marco del respeto mutuo, la cooperación y el respeto por las tradiciones e identidades de cada pueblo. Un modelo de desarrollo con responsabilidad ambiental, solidaridad y ganancias compartidas. Ambas doctrinas abogan por el fin de los hegemonismos y prácticas de suma-cero, donde el matonismo y la imposición de sanciones dividen y aíslan a los países, crean desconfianza, y por ello, ambos hacen un llamado a superar esa mentalidad de Guerra Fría y de épocas superadas, al menos al otro lado del mundo.

Este nuevo concepto de política de exterior de Rusia tiene que ver con su visión de mundo y planificación estratégica en un entorno de cambios profundos e irreversibles. De la misma manera que lo ha planteado China, Rusia deja claro en este decreto de una forma transparente y honesta, sin dobles raceros, los intereses nacionales de la Federación de Rusia en materia de la política exterior, así como los principios básicos, objetivos estratégicos, tareas principales y prioridades de la política exterior de este país. El enfoque va en la dirección de fortalecer el verdadero multilateralismo, la cooperación y los lazos con el sur global para construir una ruta común a partir de las diferencias y coincidencias que existan entre todas las naciones.

Cabe resaltar algunos de los puntos más notorios de dicha doctrina, entre los que destacan la lucha conjunta contra el modelo injusto del desarrollo mundial, que durante siglos garantizó un crecimiento económico exponencial de las potencias coloniales mediante la apropiación de los recursos de Asia, África y América Latina. Esto es algo que debe quedar en el pasado. Rusia no se considera un enemigo de Occidente y espera que las naciones occidentales se den cuenta de la inutilidad de su política de confrontación y sus ambiciones hegemónicas. Rusia prioriza la eliminación de los vestigios de la dominación de EE. UU. y otros Estados hostiles en los asuntos mundiales. Rusia aboga por la indivisibilidad de la seguridad internacional y se esfuerza por garantizarla por igual para todos los Estados sobre la base del principio de reciprocidad.

La política humanitaria rusa tiene como objetivo formar la percepción positiva de Rusia en el extranjero, fortalecer la posición de la lengua rusa en el mundo, contrarrestar la campaña de rusofobia llevada a cabo por Estados extranjeros hostiles. Para Rusia es de suma importancia profundizar los vínculos con los nuevos centros de poder y desarrollo global soberanos, entiéndase China y la India. Rusia aspira a transformar Euro-Asia en un solo espacio continental de paz, estabilidad, confianza mutua, desarrollo y prosperidad. Nótese la similitud con las propuestas de China en cuanto al camino para un nuevo desarrollo compartido, así como para la estabilidad y seguridad internacional.

Rusia se dedica a reforzar la cooperación integral y de beneficio mutuo con los Estados de la civilización islámica amistosa. Rusia se propone promover el ulterior establecimiento de África como centro distintivo e influyente del desarrollo mundial. Rusia tiene la intención de desarrollar las relaciones con los Estados de América Latina y el Caribe de manera pragmática, desideologizada y mutuamente beneficiosa. Al igual que China, Rusia aboga en esta nueva doctrina al fortalecimiento real y despolitización de las instituciones y el derecho internacional, para poder garantizar de nuevo un sistema fiable y estable a todos los países por igual, de ahí el importante llamado que hacen por el respeto a la carta de la Naciones Unidas como referente de ese mundo multipolar.

Otro de los aspectos que quedan claros tanto en la Iniciativa de Desarrollo Global de China, como en el Nuevo Concepto de Política Exterior de Rusia, es que son propuestas que de ninguna manera buscan ideologizar, imponer voluntades ni mucho menos condicionar la cooperación que estén dispuestos a aceptar los países que se sumen a estos procesos de desarrollo global y de ganancias compartidas. Lo que sí es evidente, es la convergencia de todos estos nuevos polos de desarrollo en que el modelo de occidente se agotó y es momento de pensar más allá de los esquemas tradicionales para poder sortear de manera conjunta los graves desafíos ambientales, económicos y políticos en los que ese viejo sistemas nos ha sumido a todos por igual: “la imposición de actitudes ideológicas neoliberales destructivas que van en contra de los valores espirituales y morales tradicionales se convirtió en una forma común de injerencia en los asuntos internos de Estados soberanos. Como consecuencia, la influencia destructiva se extiende a todas las esferas de las relaciones internacionales”, así lo afirma este nuevo concepto ruso, y es el motor que motiva este viraje de rumbo en la política mundial hacia un orden multipolar.

A pesar toda la campaña de descrédito y desinformación contra Rusia producto de la crisis de seguridad en Europa, más allá de los medios occidentales y sus analistas, subyace una nueva realidad que no se puede de ninguna manera pasar por alto o menospreciar, es el nuevo mundo que nace en Oriente, de la mano de civilizaciones milenarias como China, India y Rusia, con saberes, experiencias y visiones de mundo más sólidas y claras, que con el paso de los años han sabido levantarse de difíciles épocas de humillaciones, y ahora han encontrado un espacio en el concierto de las naciones y de toma de decisiones globales para alzar la voz y exigir un trato igual para todos.

Estudiar con apertura y sin prejuicios los esfuerzos de Rusia y China por la consolidación de un nuevo orden es necesario, pues si los tiempos cambian, nuestras posturas deben estar sujetas a mirar con pragmatismo, sin dejar de lado nuestros valores, aquello positivo que nos ofrecen esos cambios. Las posibilidades objetivas para nuestros pueblos de mejorar su calidad de vida y emprender el camino práctico de un nuevo paradigma para que todos tengan un espacio de respeto y dignidad tan negado por siglos de colonialismo, hegemonismo e imposiciones ideológicas de uno y otro lado han llegado. Es tiempo de entender la importancia de estar bien con todos, y mirar aquello que nos une como humanidad, superando las actitudes revanchistas y egoístas del desarrollo a la vieja usanza que solo han ocasionado pérdidas de todo tipo, en especial a nuestros países del sur global.

La histórica visita de Xi a Rusia y la multipolaridad

Mauricio Ramírez Núñez

Académico

El presidente de la República Popular China realizó una visita histórica a la Federación Rusa el pasado 20 de marzo. La primera desde que estalló la aguda crisis de seguridad en Ucrania en febrero de 2022. El presidente Xi Jinping fue recibido con todos los honores, respeto y cordialidad que ha marcado las relaciones entre ambos países desde hace ya muchos años. Dicha visita está cargada de un gran simbolismo, ya que Rusia fue el primer país que visitó tras ser elegido presidente de China hace diez años. Ambos mandatarios tuvieron un espacio para el intercambio de criterios sobre el buen estado de sus relaciones bilaterales, la situación geopolítica global y otros temas, donde hubo una gran convergencia respecto a los puntos de vista discutidos.

El presidente Xi expresó sus agradecimientos al líder ruso por las felicitaciones enviadas ante su reelección presidencial en el pasado XX Congreso del Partido Comunista de China en octubre de 2022. Dijo, además, estar convencido que el pueblo ruso seguirá brindando firme apoyo al presidente Putin. Los dos dejaron claro que trabajan en conjunto en favor de un mundo de carácter multipolar, así como por una democratización de las relaciones internacionales. Respecto a la situación en Ucrania, el presidente Putin dijo que Rusia aprecia a China por mantener consistentemente una posición imparcial, objetiva y equilibrada, y defender la equidad y la justicia en los asuntos internacionales trascendentales. Rusia ha estudiado detenidamente el documento de posición de China sobre la solución política de la cuestión de Ucrania y está abierta a las conversaciones por la paz. Rusia da la bienvenida a China para que desempeñe un papel constructivo al respecto.

Además de estas declaraciones, los dos presidentes concluyeron que se están produciendo cambios en la geopolítica mundial que no se llevaban a cabo desde más de cien años, lo que muestra que las relaciones entre Pekín y Moscú son una base sólida para la estabilidad internacional y del orden entrante. Algo que vale la pena resaltar fue el término que usaron para llamar a esta relación bilateral: una Asociación de Coordinación Estratégica Integral en la Nueva Era. Llama la atención en especial por los conceptos de estratégica, integral y nueva era, los cuales muestran al mundo que la multipolaridad ha pasado de la teoría a la práctica, y que la cooperación integral, entiéndase multidimensional y multinivel, en el marco del pragmatismo y el respeto a la soberanía de cada pueblo, es el ingrediente clave en ese proceso de democratización de las relaciones internacionales.

Esa nueva era es la multipolaridad y el florecimiento del jardín de las civilizaciones, como ha llamado el presidente Xi. Sin embargo, aún existen algunas resistencias, especialmente por parte de occidente colectivo, que se empeña en defender un orden internacional de carácter unipolar, con una globalización mal administrada que vive sus tiempos accidentales; el colapso del Estado de bienestar, una mayor acumulación de riqueza en pocas manos, mayor exclusión social y brechas cada vez más amplias, a las cuales se les suman las digitales, que empiezan a detonar peligrosas fragmentaciones y polarización social, dando como resultado fenómenos políticos de carácter populista no siempre bien encaminados.

Por ello tanto China como Rusia avanzan con acciones en otra dirección. China ha planteado su visión de una comunidad de destino compartido, en el que el desarrollo no sea visto como una competencia donde unos ganan y otros pierden, sino que busque ganancias compartidas en la cual todas las partes ganen y se vean beneficiados. Para ello han puesto al servicio de la humanidad grandes proyectos como la Franja y la Ruta, la Iniciativa de Desarrollo Global y la Iniciativa de Seguridad Global, ésta última porque bajo la filosofía china, para que haya desarrollo justo debe haber paz y seguridad. Rusia por su parte, ha condonado más de 20.000 millones de dólares de deuda a países africanos y además se ha comprometido a suministrar gratuitamente alimentos a los países necesitados de África si no prorroga el acuerdo de transporte de granos en 60 días.

Tanto China como Rusia se auto perciben como naciones que han trabajado arduamente para superar las cadenas históricas del colonialismo y el imperialismo occidental, que, aunque con historias y caminos diferentes, se han enfrentado a estos y han logrado revitalizar sus respectivas naciones, un trabajo aún no acabado. Por esa razón se muestran conscientes ante los problemas en el sur global y vienen haciendo esfuerzos para dar facilidades al desarrollo a esta parte del mundo, que son dos terceras partes de la humanidad. Eso sí, no marcan la ruta ni imponen sus condiciones ideológicas, políticas o culturales, dejan el espacio abierto y respetan los valores y cosmovisión de cada pueblo para que elija su propio destino. La creación de los BRICS, la Franja y la Ruta o la Iniciativa de Desarrollo Global son ejemplos concretos de esa búsqueda no solo de caminos alternativos, sino de suministrar el acceso al sur global al desarrollo sin las condiciones históricas muchas veces abusivas de occidente.

En definitiva, el mundo requiere de un nuevo marco para la gobernanza global, la actual crisis en Ucrania muestra que el viejo andamiaje creado después de la Segunda Guerra Mundial ya no es garantía de paz, seguridad y estabilidad. Para avanzar en esa dirección China y Rusia lideran los esfuerzos internacionales para fortalecer y practicar el verdadero multilateralismo, superar la mentalidad de Guerra Fría que subsiste, rechazar el hegemonismo y la política de la fuerza, y buscan impulsar una recuperación económica global postpandemia para promover el fortalecimiento de la multipolaridad del mundo que permita una reforma adecuada para mejorar dicha gobernanza y su institucionalidad.

Estamos atravesando una crisis paradigmática que requiere de una nueva manera de comprender el mundo, algo así como una especie de “reseteo”. En estas crisis es natural que surjan retos, pero también oportunidades a la cuales de ninguna manera se pueden cerrar las puertas. América Latina y el Caribe son parte del sur global y deberían tomar nota de todos estos cambios que se están llevando a cabo, mirar sin prejuicios ideológicos de épocas pasadas a estos actores y pensar desde los propios intereses nacionales, con pragmatismo y soberanía, poniendo como centro el bienestar común del pueblo y no solo el de pequeñas élites que imponen su voluntad, sin tomar en consideración otra cosa que no sean sus intereses particulares.