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Etiqueta: pandemia

Sindemia más que pandemia. Factores socioculturales y económicos detrás de la crisis sanitaria. – ver video

El programa Alternativas realizo una charla con el tema “Covid 19, Sindemia más que pandemia. Factores socioculturales y económicos detrás de la crisis sanitaria” el día 04 de junio del 2021, se contó con la participación de Luis Paulino Vargas, Economista, catedrático, Universitario director a.i del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE), UNED, y Andrey Badilla, Investigador CICDE-UNED.

Como se indica en el tema de la charla, se tocaron temas referentes a la actual pandemia en Costa Rica.

Luis Paulino inicia dando una introducción al tema, menciona que desde hace un tiempo viene con la preocupación de observar por parte de las autoridades de gobierno, un abordaje del problema del covid 19, un abordaje que desde el primer momento enfatizo fuertemente el discurso de responsabilización individual. Menciona que el observaba ese énfasis tan unilateral en el tema de la responsabilización, y no podía dejar de pensar que era un abordaje insuficiente frente a esta problemática, indica que más que una cuestión estrictamente individual hay una cuestión social y procede a explicar su punto, y que todo configura una problemática social que tiene muchas facetas a la cual hay que agregarle elementos de carácter cultural que no podemos ignorar.

Por su parte Andrey, comienza rescatando varios de los aportes brindados por Luis Paulino, como lo es la completa invisibilizarían de los determinantes sociales de la salud, e indica que existen determinantes sociales que inciden en el buen desarrollo de las personas. Procede a exponer una presentación y explicar brevemente la diferencia entre una pandemia y una sindemia, y las principales consecuencias que tiene la sindemia en nuestro país.

El vídeo completo se puede encontrar en el siguiente enlace:

 

Imagen de cabecera tomada de salud.mapfre.es

Seminario Virtual: Costa Rica Post Covid ¿Hacia dónde vamos? Una mirada desde algunos actores sociales – ver video

El pasado 2 de junio de 2021 la Escuela de Sociología de la Universidad Nacional, la Facultad de Ciencias Sociales, UNA vinculación, la Vicerrectoría de Extensión y la rectoría de la UNA organizaron el segundo panel del seminario virtual Costa Rica Post Covid ¿Hacia dónde vamos? Una mirada desde algunos actores sociales.

Los efectos originados en la coyuntura del COVID-19 a partir del 2020 son diversos, con seguridad estos persistirán por largo tiempo, tanto en el entorno global como en nuestra sociedad.

Para este análisis se contó con la participación de: Olga Marta Sánchez Oviedo, del Colectivo Mujeres por Costa Rica; Héctor Ferlini Salazar, del Foro Confluencia Solidaria; y de Carlos Campos Rojas, del Movimiento de Ciudadanía que Construye Territorios Seguros. La actividad fue moderada por el sociólogo, comunicador y especialista en Relaciones Internacionales Abelardo Morales Gamboa.

Olga Marta Sánchez Oviedo analizó la actual crisis del COVID, los cambios que han surgido, la presencia de nuevos movimientos sociales y la expresión y presión por parte de la sociedad vulnerable, la desigualdad de género que se evidenció a raíz de la crisis sanitaria y finalizo con la pregunta “¿hacia dónde podemos ir?”. Mencionó que la ruta para salir de la pandemia va a depender de cómo se resuelva la correlación de fuerzas pues hay una tensión entre dos rutas: el modelo de desarrollo humano inclusivo y sostenible, y el modelo conservador regresivo. Finalizó su presentación con una serie de propuestas construidas desde el colectivo Mujeres por Costa Rica.

En su presentación, Héctor Ferlini-Salazar propone hacer la reflexión a la que invita el seminario, pero también hacer una visualización de qué es lo que podemos hacer. Inicia indicando que va a compartir la experiencia que se ha desarrollado en el Foro Confluencia Solidaria, menciona que el Foro ha venido impulsando un proceso de colaboración con personas de las comunidades con temas centrales como el tema del agua, derechos de los pueblos indígenas, el tema de las mujeres, la juventud, democracia participativa, y otros. Procede a compartir algunos conceptos iniciales básicos. También propone que la pregunta debe ser “Hacia donde queremos ir” enfocándose en valores clave. Para avanzar hacia una sociedad orientada por la solidaridad, la equidad, la vida digna sugiere que el concepto eje es formar estrategas en cada comunidad.

Carlos Campos Rojas señala que es un momento critico para el país porque lo que se está jugando es la clase de país que vamos a tener. Indica que hay una situación de mucha confusión por la ausencia de liderazgo que existe actualmente. Menciona que se está afrontando una situación compleja, porque es necesario cuestionar sobre cuál base construimos esa sociedad y cómo avanzaremos como sociedad para salir de lo que ya no es una pandemia sino una sindemia. Con base en la experiencia del movimiento que represente, indica que la formación ciudadana es clave para que, la persona ciudadana, sea partícipe, en calidad de soberano, del gobierno participativo que define el Artículo 9 de la Constitución Política.

Puede ver las exposiciones completas en el siguiente video:

https://youtu.be/fEv6c8c3yx0

Video compartido con SURCOS por Abelardo Morales-Gamboa.

Desescalar la investigación social: enunciación y cuido

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Sobrepasamos ya algo más de un año desde que la Organización Mundial de Salud declarara el estado de pandemia. Entre olas, confinamientos, cierres de fronteras, hallazgos de la ciencia, vacunaciones, sistemas de salud exhaustos y combativos, se han develado certezas e incertidumbres sobre las dimensiones humanas que fueron falseadas, las preguntas sobre la construcción social de los afectos las solidaridades, las cercanías.

A la ciencia en su sentido más amplio se le ha demandado consecuencia: respuesta, exactitud, prontitud, pertinencia. Ha respondido desde todas las posibilidades y recursos disponibles.

Sin embargo, no debemos dejar de cuesitonarnos justamente por las condiciones de quiénes hacen ciencia en medio de la pandemia. ¿Que ha pasado con sus vidas? ¿Su subjetividad?

¿Sus redes de apoyo y acompañamiento? ¿Han tenido pérdidas cercanas? ¿Cómo enfrentan el dolor, el miedo? ¿Qué estrategias han diseñado para seguir adelante?

Junto a esas interrogantes sobre las personas y sus entornos, discusiones muy pertinentes y oportunas empiezan a referenciar lo que metafóricamente llamaríamos “desescalar” los acercamientos que se habían venido formulando para profundizar los distintos campos de conocimiento vinculados con el quehacer disciplinario, interdisciplinario y transdisciplinario en las ciencias sociales.

En este sentido: ¿es posible seguir con las mismas preguntas y las mismas metodologías de la denominada “normalidad” como si los procesos sociales y las subjetividades no hubieran experimentado ellos mismos cambios e impactos evidentes producto de la contingencia?

En el recién pasado congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) denominado “Crisis global, desigualdades y centralidad de la vida”, se discutieron y analizaron varios temas sobre la implicación de la investigación social en el periodo actual.

Entre las reflexiones compartidas destaca el dossier «Desafíos éticos de la investigación social en tiempos de pandemia (parte 2)», en el que las investigadoras de FLACSO Ecuador Tatiana Jiménez Arrobo y Vanessa Beltrán Conejo invitan a considerar los desafíos metodológicos del estudio de los procesos sociales en tiempos de excepcionalidad.

Hablan, desde su rol como investigadoras feministas, sobre la necesidad de “politizar la investigación” en el sentido de implicarse en el ejercicio de la mirada más allá del campo objetivo de los temas y objetos de investigación.

En sus palabras, lo anterior significa politizar las dimensiones subjetivas de quienes se colocan, en los procesos de investigación, como investigadores e investigadoras, porque ellos mismos, ellas mismas, están atravesados por miedos, preguntas, condiciones materiales y de salud tanto física como emocional, que intervienen en sus dinámicas como personas y como investigadoras.

He venido insistiendo en este y otros espacios, en la necesidad de hacer consciente el ejercicio de detenerse y respirar. Es decir, replantearse las formas de trabajo, las prácticas y hasta las propias discursividades, atravesadas como están por las lógicas de poder.

Esta actitud de “restablecernos” es la que proponen Jiménez y Beltrán acerca de considerar el lugar de la enunciación de quien investiga:

“Antes de la pandemia, ninguna de nosotras creía que el cuidado de sí era un elemento central en el diseño de nuestras investigaciones. Lo entendíamos como un privilegio de clase, asociado a procesos de reflexión poco comprometidos con la transformación social. Frente al riesgo de enfermedad, el aumento de las muertes por coronavirus, y el dolor generalizado que conlleva enfrentar la pérdida de seres queridos por pandemia, comprendimos que las preguntas en torno a los cuidados, la responsabilidad y el apego a principios éticos en nuestro proceso de reflexión eran, más que un privilegio, una necesidad. Fue en función de esas preocupaciones y lineamientos que ajustamos nuestras estrategias metodológicas y buscamos nuevas rutas para enfrentar las preguntas que nos habíamos planteado” (2021, 19).

Desescalar la investigación social no solo implica desprogramar lo andado y volcar la mirada a la nuevas realidades y necesidades producidas por la contingencia y la disrupción. Obliga afinar el sentido para situar las desigualdades de clase, género, nacionalidad y espacialidad como rasgos esenciales de una investigación al servicio de los sectores más vulnerables y excluidos.

Pero también señala el camino para considerar la propia subjetividad de quien investiga, acompañarle en el cuido y la escucha. Es esencial dar este paso para afrontar lo que sigue. Desde otras formas y posibilidades. Más cercanas a una ética del cuido y una política del afecto. Es esencial y necesario.

 

Imagen principal: Ilustración de la portada del libro «Emociones, afectos y sociología. Diálogos desde la investigación social y la interdisciplina». (2016). UNAM.

La situación de las familias, sus organizaciones, producción y territorios, impactados por el COVID y las políticas económicas

SURCOS comparte:

La pequeña producción en general y la agrícola es altamente vulnerable a los efectos de crisis económicas, de la pandemia, situaciones de impacto ambiental, pobreza.

No obstante, los diferentes esfuerzos que realizaron en los últimos años, las organizaciones gremiales y de la sociedad civil, los pequeños productores no son prioridad en las políticas públicas, ni el accionar de las instituciones.

La agricultura campesina, a pesar de arrastrar una situación crítica desde antes de la pandemia y la situación de temor general de la llegada del virus a las comunidades, se ha continuado con la producción de alimentos que consumen las familias en zonas rurales y en lo urbana acudiendo a pequeñas huertas, confirmando el papel vital que desempeña en la seguridad alimentaria en las comunidades.

La pandemia está generando serias dificultades para la producción, mercados afectados por las restricciones sanitarias, cierre temporal de espacios comercialización o desaparición de algunos, caída en el consumo, niveles de pobreza y desempleo en aumento, por ende, la comercialización de los productos de la agricultura, viéndose afectados de forma particular los circuitos cortos de comercio. 

Para responder a esta situación y defender los sistemas alimentarios, la productividad local, las organizaciones de la agricultura familiar, campesina y comunitaria están tratando de generar alternativas; estas iniciativas incluyen la elaboración de protocolos de sanitarios propios en los espacios de mercado, priorización del abastecimiento alimentario e incidencia en sus territorios para lograr que se mantengan las formas de producción y comercialización alternativas para llegar a los mercados territoriales y locales.

A toda esta situación se suma las políticas económicas que la actual administración ha tomado para superar las crisis económicas vivimos, ejemplo políticas fiscales que meten en mismo saco a grandes empresas y pequeñas donde estas últimas difícilmente pueden adaptarse dado los costos de implementar los requerimientos, normativas y no contar con políticas diferenciadas de atención, más bien los pocos programas que se tenían han sido suspendidos por las restricciones a raíz de la pandemia.

Concluimos en la urgente reflexión y reafirmación de lo que vivimos y entendemos como Economía Solidaria, de reforzar nuestras economías territoriales, obligados a defendernos, nos sentimos moral y políticamente responsables del futuro de nuestras familias.

Reflexión compartida con SURCOS por Carlos Hernández Porras.

Imagen: Semanario Universidad.

N!CE COUPLE. Cortometraje Queer Experimental busca financiamiento para finalizar su rodaje

SURCOS comparte esta información:

N!CE COUPLE. Cortometraje Queer Experimental busca financiamiento para finalizar su rodaje

¿Cómo ayudar?

Puede donar mediante la plataforma Go Fund Me el monto que usted desee, dependiendo del mismo se ofrecen distintas opciones de recompensas.

https://gofund.me/5f20aae1

También los productores se encuentran rifando una pintura del reconocido artista Fernando Carballo. La rifa se realizará el próximo 27 de junio. Para más información puede escribir y también realizar su colaboración monetaria al siguiente número: 72527108

Sinopsis

¿Cómo nace el amor en medio de una pandemia?

Desde un espacio virtual dos jóvenes – Chris y Tommy – buscan conexión en medio de una ciudad recluida que lentamente se cierra durante el confinamiento.

Sujetos a la exposición de sus actos privados a través de la tecnología, construyen un universo que los mantiene expectantes y atraídos por la complicidad que plantean desde sus burbujas.

La posibilidad de un primer encuentro plantea una realidad que despertará sentimientos ambiguos desencadenando un final inesperado.

La idea del amor posromántico escenificado en la ciudad de San José de Costa Rica durante la crisis mundial del Covid-19.

Sobre el proyecto

El proyecto nació en el momento más fuerte del confinamiento – mayo 2020 – partiendo de un disparador: ¿Cómo ligas en medio de una pandemia?

La premisa dio inicio a un ejercicio junto con los intérpretes de entender la metodología en que la tecnología determinaba la forma de establecer nuevas relaciones amorosas en medio de una cuarentena.

Queríamos centrarnos en la Generación Z, una pareja queer particularmente,

en plena crisis existencial que fue incrementada por el aislamiento.

La búsqueda de la identidad sexual y el hecho de convivir con el mundo adulto – sin llegar a serlo aún – fue lo que nos movilizó a partir de emociones encontradas y una propuesta estética.

El guion se desarrolló a partir de un formato de interacción entre los actores – cada uno en aislamiento desde su casa – momentos de sofocación donde los intérpretes vivían el día a día de su dependencia emocional, a partir de situaciones límite como el aumento de casos, el bombardeo de noticias, el consumo de estupefacientes y fármacos; y la imposibilidad de tener sexo.

El concepto de híbrido audiovisual se acentuó en la escritura de un universo poético de un guion en proceso desde la creación de los personajes/individuos a través del juego del amigo imaginario. Una tercera voz que ronda en el ambiente de privacidad de cada uno.

¿Por qué lo queremos realizar?

El concepto de relaciones amorosas en una cuarentena entre “cuerpos de ficción” propone una nueva masculinidad pronta a descubrir una narrativa queer en Centroamérica. Darle visibilidad al mundo interior de dos jóvenes es lo que nos impulsa a contar una historia en busca de lo inesperado.

La propuesta nace de la documentación que cobra protagonismo en la sociedad actual.

Desde el inicio del proyecto éramos conscientes sobre los tiempos de realización que se verían afectados por la crisis en el medio audiovisual sumado a la pandemia del Covid-19 en 2020. La continuidad en tiempo y espacio iba a ser un factor en contra aun así la producción pacto y asumió el riesgo del guion en proceso hasta que los actores pudieran verse en vivo.

Sobre la productora

Aureola Mental Factory fue creada en 2018 por Gastón Ferrer – argentino; performer -escritor y realizador audiovisual – y Silvia García-Solís – costarricense; guionista y realizadora audiovisual – como una factoría de contenido con el objetivo de abstraer la experiencia de ambos artistas en un catalizador de diferentes lenguajes dirigiéndolos a nuevos procesos de investigación y creación.

Gastón Ferrer (Argentina). Director, performer y realizador audiovisual.

Comienza su trabajo escribiendo poesía, publicando en Montevideo, Uruguay un primer poemario escénico llamado “Agonía y desvelo”. Impulsado por su editor escribe los bocetos de su primera obra ‘’Carnaval” donde actúa y filma su primer video arte en 1999. En 2001 comienza su trabajo como director escénico en Barcelona en el arte performático, produce “Ciegos”’ su primera acción urbana en video donde propone una lectura cínica del mundo invidente en 2004.

Edita en Barcelona “Desideratum” Secuencia de un viaje su segundo ejemplar en clara referencia al relato corto y la ficción. Como actor participa en el corto independiente “‘Walking Shoes”’ y producciones para comerciales en TV.

En 2015 filma Isaterspeis su primer guion de ficción experimental para el festival MARFICI.

Reside en Costa Rica desde 2013 donde ha dirigido el videoclip “Patín del Diablo”’ “La Profanación” cortometraje para la ‘La Muerte del Teatro” y “La Ejecución”’ primer registro del posdrama llevado al audiovisual.

Silvia Garcia, Productora (Costa Rica)

En 2005 entró a estudiar arquitectura, misma que le llevó a iniciar sus primeros escritos sobre ésta para posteriormente desarrollarse como columnista para diferentes medios como 89decibeles, Traffic, VED, y decantar en la crítica de cine para Cine en trance y Cinema Tropical entre otros. Ha colaborado en diferentes largometrajes como La Sombra del Naranjo y Apego, así como cortometrajes y fue desarrollándose como comunicadora audiovisual para espacios como el festival Shnit y el festival de Cine Afro.

A partir 2018 funda Aureola Mental Factory, pensada como un espacio de creación colectiva interdisciplinaria donde produce la obra posdramática “La Ejecución de los Días” que viene a convertirse en cortometraje – La Ejecución – así como ha trabajado en la conceptualización de piezas performáticas #LaMuerteDelTeatro y Banquete Legislativo; los videoclips Patín del Diablo y Paredes. Actualmente se encuentra en el desarrollo y escritura de su primer largo desde AMFilms. En 2020 decide iniciar su trabajo como videoartista en búsqueda de nuevos lenguajes transmedia.

Primera dosis de la vacuna contra el COVID-19

Por Marcos Chinchilla Montes

Mi agradecimiento

Finalmente, vacunado con la primera dosis se comienza uno a sentir medianamente más tranquilo, sin aflojar en ninguna de las medidas. Esto es de vida o muerte.

Pero la vacunación no solamente es ese momento de aplicación.

En los años 40 del siglo pasado, fruto de importantes movilizaciones sociales, nuestro país fue desarrollando un vigoroso modelo de seguridad social que nos cobija hasta el presente; así que mi agradecimiento a mis abuelos, a Manuel Mora, a Carmen Lyra, a Calufa, a Luisa González, a Calderón Guardia, a Monseñor Sanabria, a los miles de mujeres y hombres que materializaron la institucionalidad pública que hoy tenemos y que ha sido clave para atender a la población en esta compleja coyuntura. A casi 80 años de esas conquistas, aquella generación ni se imaginaba que la semilla que estaban sembrando, sería un día fundamental para atender esta pandemia.

Mi agradecimiento sincero también a personas como Mario Devandas o Marita Arce, entre otros miles de personas, que fueron claves para que la Caja Costarricense del Seguro Social no fuera privatizada por los intereses de la burguesía neoliberal costarricense.

Honrar la memoria de quienes no llegaron a esta etapa de vacunación, son casi 4 mil las personas muertas; mi solidaridad con los otros miles que padecen de COVID-19 largo y que posiblemente nunca lo superen.

Mi indignación absoluta para con aquellos políticos y cámaras empresariales que nunca pensaron en clave de solidaridad y si de voracidad; poco les importó el valor de la vida humana, prefirieron ver a empleados y clientes contagiarse, antes que perder la oportunidad de llevarse un colón a la bolsa. A ellos le debemos buena parte de esa tragedia que vive nuestra sociedad.

Informe Final: «Condiciones sociolaborales de las personas docentes en el contexto de la pandemia del COVID-19 y sus implicaciones en la salud integral»

SURCOS comparte la siguiente información:

Asociación Nacional de Educadores y Educadoras (ANDE) y la Asociación Costarricense de Derechos Humanos (ACODEHU) presentan un informe final sobre las condiciones sociolaborales de las personas docentes en el contexto de pandemia y las implicaciones que esta situación tiene en la salud integral de las personas.

Existe la necesidad de conocer cómo se encuentran las condiciones sociolaborales y la salud integral de las personas docentes de cara a la crisis causada por el COVID-19, ante este escenario, el presente estudio busca responder a la interrogante: ¿Cuáles son las condiciones socio laborales de las personas docentes del MEP y las implicaciones en su salud integral en el contexto de COVID-19?

Esta investigación, se aborda desde el enfoque de Derechos Humanos y Género y se entiende la salud integral desde los determinantes sociales de la salud y la complejidad; mediante una estrategia metodológica de enfoque mixto, donde se triangula información obtenida de un cuestionario y de entrevistas grupales e individuales, cuyos participantes fueron personas afiliadas a la Asociación Nacional de Educadores y Educadoras (ANDE).

Los resultados apuntan a un detrimento de las condiciones sociolaborales de la población a lo largo del periodo de educación a distancia, que contribuyen a un agotamiento laboral por parte de la población participante.

Así mismo, se identifica una insatisfacción con el proceso de mediación pedagógica a distancia y los cambios que ha significado para el vínculo docentes-estudiantes y docentes familia-comunidad, que ha repercutido en el impacto a la salud integral de las personas docentes, particularmente, en lo que refiere a la salud mental y emocional.

El estudio concluye que la salud integral de la población docente se ha visto afectada en relación con la pandemia y aún más con las condiciones sociolaborales, al considerar que se identifican una serie de factores estructurales que ponen en riesgo el acceso a la salud integral.

Adjuntamos el documento oficial e invitamos a difundir:

UNA se suma a red nacional de vacunatorios

A partir del lunes 7 y hasta el 11 de junio del presente año, el Campus Liberia de la Sede Regional Chorotega de la Universidad Nacional (UNA), se sumará a la red nacional de vacunatorios, para la atención de poblaciones mayores de 16 años con factores de riesgo. Asimismo, se ejecutan acciones conjuntas entre el ayuntamiento nicoyano y el Campus Nicoya de la UNA, para que las instalaciones de este centro de educación superior estén disponibles en el momento que se requiera.

Francisco González, rector de la UNA, indicó que, en el contexto de este esfuerzo articulado desde Rectoría, se recibe con sumo agrado esta noticia enviada por Víctor Julio Baltodano, decano de la Sede Regional Chorotega de la UNA. Sobre todo, porque en las últimas semanas se han realizado contactos con diversas autoridades de salud, Comisión Nacional de Emergencias (CNE), Comisión de Vacunación y a lo interno de la UNA, para valorar la viabilidad de habilitar espacios físicos para labores de vacunación, tanto en el Campus Omar Dengo, en Heredia como en los campus de las sedes regionales de Pérez Zeledón, Corredores, Horquetas de Sarapiquí, Liberia y Nicoya.

González destacó que tan pronto se intensificó la vacunación en el país y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) comunicó la necesidad de requerir de otras instalaciones para atender a la población prioritaria dentro del esquema de vacunación planteado, la UNA inició las gestiones para ponerse nuevamente al servicio del país.

“Una vez más la academia dice presente ante los desafíos impuestos por esta pandemia. La responsabilidad es grande y directamente proporcional a nuestra misión, que nos compromete desde la docencia, investigación, producción y extensión universitaria. Recordemos que las instalaciones universitarias se financian con recursos públicos y en esta coyuntura, ofrece condiciones excepcionales para brindar este servicio”, explicó González.

“Somos y nos debemos a la ciudadanía desde distintos ámbitos y enfoques, compromiso que hoy reiteramos con hechos concretos”, concluyó González.

****Mayor información con: Maribelle Quirós, directora de la Oficina de Comunicación de la UNA (8720-4908).

 

Imagen ilustrativa.

Enviado por UNAComunica, Oficina Comunicación UNA.

Covid-19, Sindemia más que pandemia. Factores socioculturales y económicos detrás de la crisis sanitaria

El programa Alternativas realizará una charla con el tema “Covid 19, Sindemia más que pandemia. Factores socioculturales y económicos detrás de la crisis sanitaria”, con la participación de Luis Paulino Vargas, Economista, catedrático, Universitario director a.i del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE), UNED; Eva Carazo, Investigadora CICDE-UNED; y Andrey Badilla, Investigador CICDE-UNED

Día: 04 de junio del 2021

Hora: 6:00 p.m.

Se podrá sintonizar por medio de Facebook Live o Radio16 1590 AM

Costa Rica: Los derechos humanos que han sido y que ya no son…

  • Significativo retroceso del país en su liderazgo en derechos humanos

Luis Fernando Astorga Gatjens

El país vive hace tiempo una preocupante cuenta regresiva en materia de derechos humanos, desde antes de la pandemia, pero esta involución se ha acrecentado en los meses y años recientes.

Antes de este debilitamiento, el Estado costarricense se destacaba internacionalmente (y más aún, entre los países latinoamericanos) por su adhesión o ratificación de convenios y tratados de derechos humanos. Y hacía, mal que bien, esfuerzos por implementarlos aun cuando muchos planes e iniciativas, se quedaran en la intención y no en la práctica que permitiera mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.

Incluso en agosto del año 2009, fue creada la Comisión Interinstitucional para el Seguimiento e Implementación de las Obligaciones Internacionales de Derechos Humanos (CIIDDHH), cuya presidencia y secretaria técnica están bajo la égida de la Cancillería; la cual se ocuparía de esa importante tarea.

En el Sistema Universal de Derechos Humanos, Costa Rica ha ratificado los dos Pactos Internacionales sobre Derechos Civiles y Políticos, y sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y casi todos los tratados temáticos. La excepción la constituye la «Convención Internacional de Trabajadores Migrantes y sus familias», que se mantiene pendiente de ratificación.

Sin embargo, al mismo ritmo erosivo cómo se ha venido desmantelando el Estado Social de Derecho, cuyo aceleramiento lo estamos presenciando en este duro presente, vemos que nuestro Estado busca evitar o eludir compromisos en derechos humanos, se muestra reacio o dubitativo en ratificar acuerdos y se aleja del cumplimiento efectivo de obligaciones en derechos humanos, particularmente en derechos económicos y sociales.

Para muestra dos botones, uno de cumplimiento efectivo y otro de ratificación:

Pueblos indígenas. En el año 1977 fue aprobada la Ley Indígena de Costa Rica Nº 6172, mediante la cual se buscó regular temas como la identidad, organización y territorio de los pueblos indígenas.

Mediante esta ley el Estado costarricense reconoce el derecho exclusivo de los indígenas a sus territorios. En la norma que que tiene ya largos 44 años, se encargó –en su momento– al Instituto de Tierras y Colonización (ITCO) y a la Comisión Nacional de Asuntos Indígenas (CONAI) de resolver el problema de tenencia ilegal de tierras por parte de personas no-indígenas.

Mediante esta norma el Estado adquirió el compromiso de devolver territorios a los pueblos indígenas, que están ocupados por personas no-indígenas, pero, ¿Qué ha sucedido? Dolorosamente nada o casi nada. Los intereses y presiones políticas de terratenientes usurpadores de esas tierras más la infinita postergación de las instituciones del Estado en encarar y resolver el problema, en un contexto de discriminación ancestral, es lo que domina un escenario de significativa afectación a los pueblos indígenas y su propio desarrollo.

El Estado no solo no ha cumplido esta ley sino que también un valioso acuerdo del sistema de Naciones Unidas: El Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo). El mencionado convenio expresa que “los pueblos indígenas y tribales deberán gozar plenamente de los derechos humanos y libertades fundamentales, sin obstáculos ni discriminación”. El convenio establece, asimismo, que los Estados “deberán adoptar medidas especiales para proteger a las personas, instituciones, los bienes, el trabajo, la cultura y el medio ambiente de los pueblos originarios”.

Tanto la ley indígena como el convenio 169 han sido papel mojado para el Estado y los gobiernos que se han sucedido desde los años ochenta del siglo anterior. Esta desesperante pasividad del Estado impulsó, en el último decenio, a los pueblos indígenas a desarrollar acciones de recuperación de tierras, pero ese mismo Estado pasivo, omiso e incumplidor sistemático, ha respondido con acciones represivas propias o siendo lento y negligente con respecto a acciones de violencia de finqueros que se afianzan a sus intereses y terrenos, que deben devolver. Los asesinatos (todavía sin resolver) de dos líderes indígenas recuperadores como Sergio Rojas y Jerhy Rivera, testimonian esta grave e indignante injusticia que debe parar ¡ya!

Acuerdo de Escazú. Este es un valioso e importante acuerdo, que tiene como escenario de nacimiento, la linda y risueña ciudad de Escazú, en marzo del 2018. Su nombre completo: «Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe».

El Acuerdo de Escazú tiene tres ejes primordiales, a saber:

  1. La implementación plena y efectiva en América Latina y el Caribe del derecho de acceso a la información ambiental,
  2. Asegurar la participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales y

iii. El acceso a la justicia en asuntos ambientales.

Asimismo, se orienta “a la aplicación y en el fortalecimiento de las capacidades y la cooperación, garantizando la protección del derecho de cada persona, de las generaciones presentes y futuras, a tener un desarrollo sostenible y a vivir en un medio ambiente sano”.

El importante convenio es un derivado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), celebrada en el año 2012 y de la “Decisión de Santiago”, adoptada en el año 2014 por 24 países. En el proceso constructivo desarrollado en el marco de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se creó una comisión copresidida por Chile y Costa Rica; la cual tras cuatro años de negociaciones propuso el acuerdo que fue aprobado en Escazú el 4 de marzo del 2018.

Este acuerdo ha sido firmado por 24 países latinoamericanos y de El Caribe, y ratificado por Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Uruguay. Como se puede apreciar brilla por su notoria ausencia en la ratificación, para vergüenza propia, Costa Rica.

El pasado 22 de abril, “Día de la Tierra”, entró en vigor en los 12 países ratificantes. Valga destacar que el acuerdo es el primero en materia ambiental en la región y también el primero en el mundo en contener disposiciones específicas para proteger a los defensores ambientales. Esto último es de un enorme valor ya que año con año en todo el mundo y, por supuesto en nuestra región, se asesina o amenaza de distintas formas a los defensores del ambiente.

En el caso de Costa Rica, hay que recordar que de manera “misteriosa” murieron cuatro defensores ambientales, en la década de los años noventa del siglo anterior, en el contexto de su lucha contra la pretensión de la trasnacional Stone Forestal de construir una astilladora, bajo el régimen de zona franca, en la zona más interna del Golfo Dulce (Punta Estrella). Las cuatro personas fallecidas fueron Oscar Fallas, María del Mar Cordero, Jaime Bustamante y David Maradiaga; los cuatro eran dirigentes de la hoy extinta Asociación Ecologista Costarricenses (AECO).

El valioso acuerdo no ha sido ratificado por la Asamblea Legislativa, donde como resortes inspirados por el neoliberalismo rampante, ya algunos diputados manifestaron su negativa a ratificarlo, sin argumentos de valor. Quizás esta inspiración negativa les venga de Unión de las Cámaras Patronales (UCCAEP). Esta entidad patronal ha manifestado su rechazo al acuerdo, ofreciendo argumentos falsos para sostener su postura de que el convenio amenaza la seguridad jurídica de las empresas. Es oportuno destacar que este acuerdo no incluye ninguna medida de carácter ambiental relacionada con las empresas que no esté ya vigente en el marco jurídico del país.

Hace algunos años es muy probable que la ratificación de un acuerdo de esta naturaleza hubiese sido ratificado por Costa Rica, en forma rápida. Su compromiso –hoy cada vez más desdibujado—en materia ambiental, así lo demanda. Pero lamentablemente los tiempos no son los mismos. En esta época de envolvente dominio de una plutocracia neoliberal cada vez más omnipresente y agresiva en el escenario político nacional, las cosas han cambiado, desgraciadamente, para lo peor en materia de derechos humanos.

Miro este retroceso del país en materia de derechos humanos, con creciente preocupación, en mi calidad de promotor y defensor activo en este campo. Entre el año 2001 y el 2006, participé en en la génesis y en todos los ocho períodos de sesiones del Comité Especial de las Naciones Unidas, que redactó la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (CDPD). La mayoría de las ocasiones lo hice en calidad de representante de las organizaciones de personas con discapacidad, pero también me correspondió representar al país, en calidad de asesor de la delegación de nuestro Estado en ese comité de la ONU.

En ese productivo proceso que remató con la feliz aprobación de ese tratado en diciembre del 2006, el país exhibió un notorio liderazgo; incluso en aspectos fundamentales del tratado como lo referente a capacidad jurídica de las personas con discapacidad (artículo 12, CDPD), su contribución fue decisiva a través de Jorge Quesada Ballestero, a la sazón, representante de Costa Rica en el Comité Ad Hoc y vicepresidente de su “bureau” o directorio.

Sin embargo, lo que estamos viendo en este desolador presente pandémico, es un país que pierde empuje y liderazgo en el campo de los derechos humanos, en su promoción y peor aún, en su implementación efectiva. El escandaloso ruido de los motores neoliberales que guían a la plutocracia (ese menos del 1 % de la población nacional), y que se amplifican a través de sus medios informativos, es lo que suena y resuena en los acólitos y receptivos oídos del timorato gobierno y la mayoría de los legisladores.

Los momentos en que Costa Rica brillaba en el concierto de las naciones en el campo de los derechos humanos, se ha convertido en una melodía tan triste como lejana, para la desventura del país y, más aún, para la de los ciudadanos que somos testigos del debilitamiento del Estado Social de Derecho y de una democracia (con minúscula) que es cada vez más adjetiva y, consecuentemente, menos sustantiva.

(29 de mayo, 2021)