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Etiqueta: políticas públicas

Foro Experiencias Latinoamericanas en Legislación y Políticas Públicas para la Economía Social Solidaria

Dirigido a organizaciones de la Economía Social Solidaria; funcionarios de gobiernos locales, instituciones autónomas y semiautónomas del Estado; y a actores del Poder Legislativo y Ejecutivo relacionados a la economía, educación y la gestión del territorio.

Lunes 17 de julio de 8:30 a.m. a 5:30 p.m 

Transmisión @proess

Auditorio de la Plaza de la Autonomía en la Ciudad de la Investigación, Sede Rodrigo Facio, Universidad de Costa Rica.

Seminario Internacional «Brechas de desigualdad en México, Centroamérica y el Caribe»

Mehmet Turgut Kirkgoz

CEPAL – México

El seminario internacional “Brechas de desigualdad en México, Centroamérica y el Caribe” es organizado por la sede subregional de la CEPAL en México, con el apoyo de la Junta de Pensiones y Jubilaciones del Magisterio Nacional, y tendrá lugar en San José de Costa Rica desde el 20 al 21 de junio del 2023.

La sede subregional de la CEPAL en México, ha emprendido la tarea de realizar investigaciones específicas sobre las desigualdades que afectan de manera particular a los países que atiende (Costa Rica, Cuba, Guatemala, El Salvador, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y la República Dominicana). En el período 2022 -2023 se realizaron más de 17 estudios en el marco del proyecto «Nueva ruralidad y brechas estructurales”, con el apoyo financiero del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).

Los temas abordados fueron pobreza y desigualdad de ingresos, protección social y acceso a servicios públicos, agricultura y sistemas alimentarios, innovación, productividad e inversión, así como datos para la medición de la desigualdad.

Con el propósito de acompañar a los países de la subregión en acelerar la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, estos estudios han derivado propuestas para cada tema analizado que contribuyan a mejorar la forma de hacer políticas públicas e incorporen el componente de la reducción desigualdad como un eje central de su quehacer.

El objetivo del seminario es analizar los desafíos que enfrenta la subregión de Centroamérica, México y el Caribe hispano en cuanto a la desigualdad y las brechas estructurales entre países y grupos de población, y proponer estrategias para abordarlas. En esta actividad se expondrán los resultados de estudios, realizados por funcionarios de sede subregional de la CEPAL en México y otros expertos , junto con experiencias y buenas prácticas del país anfitrión.

El temario provisional del seminario es el siguiente:

  1. Brechas de desigualdad en Centroamérica, México y El Caribe
  2. Pobreza y desigualdad de ingresos
  3. Bienestar y brechas de protección social
  4. Brechas rurales de desigualdad
  5. Brechas de innovación y sostenibilidad
  6. Brechas de inversión y productividad
  7. Datos para medir las brechas de desigualdad
  8.  Conclusiones

Calendario y más detalles en este enlace.

 

Fuente: https://www.cepal.org/es/eventos/seminario-internacional-brechas-desigualdad-mexico-centroamerica-caribe

Compartido con SURCOS por German Masís Morales.

Trabajo de los cuidados, uso del tiempo y políticas públicas

El 24 de mayo WebTV transmitió en vivo el taller sobre el trabajo de los cuidados, el uso del tiempo y la corporeidad de este. Esta actividad se realizó como pre encuentro del Tercer Encuentro Global sobre los Trabajos de los Cuidados que se celebrará del 7 al 9 de junio en la Universidad de Costa Rica.

El taller estuvo a cargo de la Dra. Ana Lucía Fernández (UNED), M.Sc. Irma Sandoval (UNA), la Dra. Nancy Piedra (UCR) y la M.Sc. Adriana Monge (UCR).

Compartimos el video del taller:

Comunicado público en apoyo a nuestros agricultores

El sector agrícola nacional es, sin temor a equivocarnos, el más vital para nuestra economía

Sin importar que tan urbana sea nuestra vida, nuestros cuerpos viven de la agricultura; nosotros venimos de la Tierra y retornaremos a ella, y es así que existimos en la agricultura tanto como existimos en nuestra propia carne.

Wendell Berry

San José, 29 de March de 2023

La Soberanía Alimentaria en un mundo globalizado, pero convulso geopolíticamente, es la mejor estrategia de Seguridad Alimentaria. No debemos renunciar nunca a este horizonte regulador del Estado Social y Democrático de Derecho. Nuestra agricultura, nuestro Sector Productivo Agropecuario como un todo, nuestra soberanía y seguridad alimentarias, la institucionalidad democrática misma y ese Estado Social de Derecho están en peligro y bajo ataque sistemático.

Por décadas, un viejo y fracasado Modelo Neoliberal que ha sido impuesto al país ha venido, sistemáticamente, acorralando la vocación agrícola costarricense en beneficio de unos pocos, amenazando la Paz Social, nuestras conquistas sociales; y agudizando así la Exclusión Social y sus efectos, la desigualdad y la pobreza estructural. Hemos estado a merced de las élites económicas que se disputan entre sí, sólo su propio beneficio y han venido usurpando el poder político para lograrlo.

Las actuales políticas públicas en materia agropecuaria, en especial con la llamada Ruta del Arroz promovidas por esta Administración, se pretenden justificar en un discurso de un supuesto “beneficio en el precio al consumidor”, pero de paso sacrifican al pequeño y mediano productor agrícola y a las MIPYMES relacionadas, dejando a su suerte a decenas de miles de familias. A pesar de esto, la promesa de bajar los precios ha sido un fiasco, pues a pesar de la exoneración de casi el total de aranceles para los importadores, el beneficio nunca llegó al consumidor. Los productos alimentarios de la canasta básica suben día a día.

Peor aún, a pesar de ser un país con capacidad de producción agropecuaria histórica, la política pública del presente gobierno promueve el desmantelamiento del sector productivo agrícola, en beneficio de los importadores, agronegocios monopólicos y otras élites económicas; que ha tenido como consecuencia el hacernos dependientes de la especulación de los precios internacionales por parte de las grandes potencias.

Lo hace, este gobierno en el peor momento, dado el escenario que vive el mundo, con potencias enfrascadas en reacomodos geopolíticos y guerras, no sólo bélicas, sino comerciales. Esto lo han advertido, incluso, los mismos organismos internacionales que promovieron el fallido modelo globalizador neoliberal, como el propio Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial; considerando que hay ejemplos exitosos, incluso de países pequeños, dentro del misma lógica globalizada, como el de Países Bajos -mayor exportador de productos agrarios del Mundo- después de los Estados Unidos.

Desde el Foro Encuentro Democrático apoyamos la lucha del sector productivo agrícola nacional e instamos vehemente al gobierno a sentarse en una, real y abierta, mesa de diálogo que revierta su draconiana política para el Agro, que ha resultado nefasta para la gran mayoría del pueblo costarricense.

Proponemos, desde el Foro Encuentro Democrático, una alianza plural de los diversos sectores productivos del país, en torno a la defensa estratégica y patriótica del Sector Agropecuario, del Mercado Interno, del ambiente y de un nuevo Proyecto Nacional, justo, democrático y con Inclusión Social. Sólo así se garantizará el rescate inteligente del Estado Social y Democrático de Derecho, del Neoliberalismo y su nueva demagogia populista y neoconservadora.

Coordinación del Encuentro Democrático
Tamara Briceño Escalante
Tatiana Herrera Ávila
Alfredo Chocano Dobles
Jaime Cerdas Solano
Hernán Salazar Calderón
Johana Hernández Mora
José Solano-Saborío
Jiddu Rojas Jiménez

Educación y mercado: ¿Ministerio de Educación como empresa?

Observatorio de Bienes Comunes

A través de las intervenciones de los funcionarios del gobierno de Costa Rica, se confirma cada vez más la afirmación de comprender la formulación y gestión de la política pública como una función de la administración empresarial, esto conlleva importantes cambios en la concepción de lo público y los alcances o límites de lo privado.

Entre estas dimensiones, encontramos la dimensión educativa, esta se caracteriza como ese proceso de formación que puede promover conocimientos, habilidades y formación ciudadana, pero también, puede posicionarse como un proceso de selección, capacitación y promoción de capacidades-habilidades para un mercado laboral dominado por intereses particulares.

En este punto nos encontramos, el gobierno de Costa Rica, ha posicionado la educación como un proceso de formación de capital humano, que pertenece a un tramo de algo mayor llamado mercado. Por esta razón les invitamos a reflexionar sobre las implicaciones de este enfoque de política pública.

A propósito del tema de las políticas públicas

Eugenio Jiménez H.
eugenionotifica@hotmail.com

Estimamos pertinente, la invitación que hace don Alberto Salom Echeverría al debate, relacionado este, con el tema de las políticas públicas, en razón a una reciente publicación de SURCOS del 20 de enero del 2023, misma en la que nos vincula con su experiencia académica, aprendizaje y arrestos que le fueron procurados, en un evento de estudio denominado: teoría del Gobierno y las políticas Públicas, según nos informa.

Precisamente, – tal y como lo deja ver don Alberto- se trata de un tema tan apasionante como desconocido, y, a nuestro juicio, no solo en el ámbito académico si no, lo que resulta peor, en el ejercicio del gobierno de las distintas administraciones públicas que se han turnado en nuestra vida institucional, esto, a través de muchas décadas. En especial, hacemos referencia, a lo que parece ser una deliberada actitud de asumir la construcción y el diseño de la política pública, como algo ignoto, una “tarea sagrada” reservada para expertos, en la que sólo ellos, son los llamados a elaborarla y proponerla.

Ningún gobierno, como tampoco ningún partido político hasta la fecha, ha intentado forjar una escuela de formación de cuadros especializados en el diseño y construcción de la política pública. Las universidades en general carecen, en sus academias de ciencias sociales, de programas que procuren un mediano dominio de sus educandos relacionado con el tema. Esto tiene que ver, sin lugar a duda con la deficitaria productividad de muchas de las políticas públicas emanadas en distintas administraciones.

Precisamente, queriendo contribuir con el estudio de tan intricado asunto, en mi tesis de graduación de la Maestría de Estudio de la Violencia Social y Familiar, UNED ( 2015 ), denominada: “La Perspectiva de Género en la Política Pública dirigida al Combate de la Violencia Masculina contra las Mujeres, 2008- 2013”; me di a la tarea de hacerlo sobre el estado de situación de la política pública dirigida a la erradicación del flagelo de la violencia ejercida del hombre contra la mujer, en el período:  2008 -2013- en C.R.

En síntesis, un tema que invitó a plantearse y a intentar evaluar, acerca de los esfuerzos sociales invertidos, en la <<de construcción>> del modelo patriarcal, esto, en una de sus más abyectas expresiones: la violencia de género ejercida en contra de la mujer. El abuso y el exterminio de la mujer, por su sola condición de ser mujer. Ya habían transcurrido aproximadamente ocho lustros, desde la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer (México, 1975) de donde surgió el compromiso de que los gobiernos debían construir mecanismos internos para mejorar la situación de las mujeres. Costa Rica ha sido un Estado suscriptor de todas las Conferencias y Tratados sobre la condición de la mujer. El Consejo de Europa (1990 elaboró herramientas teórico-metodológicas para implementar la institucionalización de la perspectiva de género y, las presentó en la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, en Beijing. A partir de entonces, ciento ochenta y un Estados miembros de la ONU se comprometieron a integrarla en sus leyes, planes, programas y políticas. Esto significa, que los servidores públicos, están obligados a incorporar la perspectiva de género en todo lo que hacen en su condición de funcionarios. La cuestión más importante en este sentido es la especificidad del compromiso del Estado costarricense, como contra parte de la Convención -de incluir la perspectiva de género en todas sus políticas a partir de la ratificación de la Convención de Beijing, por ejemplo: Objetivo estratégico H.2. Integrar perspectivas de género en las legislaciones, políticas, programas y proyectos estatales. Objetivo estratégico F.6. Se propone fomentar la armonización de las responsabilidades de las mujeres y los hombres en lo que respecta al trabajo y la familia. Objetivo estratégico D.1. Adoptar medidas integradas para prevenir y eliminar la violencia contra la mujer. Destacando en el punto g), en cuanto a “Promover la integración activa y visible de una perspectiva basada en el género en todas las políticas y programas en materia de violencia contra la mujer; En el punto “k) Adoptar todas las medidas necesarias, especialmente en el ámbito de la enseñanza, para modificar los modelos de conducta sociales y culturales de la mujer y el hombre (p. 3)

Como consecuencia, se observa que, la incorporación del enfoque o perspectiva de género en la formulación, y por ende en la ejecución, de las políticas públicas, demandará un amplio y sostenido esfuerzo social que debe articularse de manera estratégica.

Pero, en la primera fase de inmersión de la citada investigación y, sobre todo, viviendo en esos momentos la sociedad costarricense un crecimiento del flagelo, en especial del femicidio, nos encontramos en esa primera fase, con respuestas públicas escasas y de corta visión, en especial, la producción de legislaciones de corte represivo y, respuestas a medias ante a una realidad que exigía – tal como hoy – ir más allá: remover patrones culturales, según las demandas del Orden Internacional como norte de una respuesta necesaria, tal y como se señaló líneas atrás.

Ese estado de la situación nos llevó a preguntarnos sobre el diseño y la naturaleza de la política pública en C.R. para enfrentar el flagelo de la opresión contra la mujer y nos dotamos de una agenda muy básica, consistente en: 1) Necesidad de un concepto de lo que debe entenderse por P.P. 2) Formulación metodológica. 3) Eficacia 4) Evaluación. ¿Qué clase de política pública disponía el Estado costarricense, hasta ese momento, después de varias décadas transcurridas de los compromisos adquiridos en el orden internacional? El reto, no era letra menor. Sobre todo, porque tal y como lo plantea El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, México, (INAPAM, 2011)  “La institucionalización del género en las políticas, requiere la adopción de una variedad de estrategias, desde la igualdad de oportunidades a las acciones afirmativas, a la transversalidad y a otros instrumentos, todas regidas por una amplia noción de igualdad que combata explícitamente las causas múltiples y entretejidas que producen y reproducen la desigualdad de género (p.1)”

En sus observaciones, dicha institución observa requisitos básicos y favorables para institucionalizar la perspectiva de género, en la medida que se quiera una correcta implementación de esas políticas y, señala al menos:

  • La voluntad política de las autoridades
  • El diagnóstico integral y profundo de las relaciones de género
  • Contar con estadísticas desagregadas por sexo e indicadores de género
  • Conocimiento de los procedimientos de formulación, ejecución y evaluación de las políticas públicas
  • Presupuestos públicos sensibles al género

Cuatro de los citados elementos, constituyen categorías de análisis – en la investigación- que en nuestro país se debían abordar con urgencia: perspectiva género, políticas públicas, indicadores y conocimiento de la citada perspectiva por parte de los funcionarios.

La Comunidad Europea (2008), propone por su parte una estrategia de cuatro etapas para la aplicación de la perspectiva de género en las políticas públicas, las cuales son: 1. Organización interna, 2. Aprendizaje de las diferencias, 3. evaluación de impacto del Género y 4. Rediseño de políticas.

La Comunidad Europea es muy enfática en que las acciones aisladas, las políticas aisladas no van a producir los cambios sociales y culturales necesarios para hacer efectivos los derechos de las mujeres.

Como se puede ver, la cuestión de la incorporación de la perspectiva de género es un elemento vital de la política pública moderna de todo país democrático, y se muestra tan compleja y desafiante como vital.

En la citada investigación, determinamos los elementos que pueden aplicarse como criterios específicos para comprender si una producción normativa nacional, llámese política, ley, reglamento, directriz o programa, contiene, está sustentado, y ha integrado a plenitud y de manera concreta y formal, la perspectiva de género. Esta determinación, se basó en mucho de lo expuesto y analizado por las diferentes fuentes de autoras feministas; también de la Comunidad Europea y de los avances del INAPAM en México, entre otros.

En esa primera fase, consistente en el análisis del estado de situación en C.R. pudimos concluir (2015), que, entre la lista propuesta por INAPAM, de sus siete requisitos, en C.R. existían serias fallas en cuanto al menos cinco de ellos: Voluntad política, estadísticas desagregadas por sexo e indicadores de género, conocimiento de los procedimientos de formulación, ejecución y evaluación de las políticas públicas,  presupuestos públicos sensibles al género  y  recursos humanos coordinados y formados en género (Fuente: entrevista con jerarcas institucionales y miembros de ONG`S) 

El Concepto de política pública.

En un primer avance de la investigación sobre el tema en cuestión, concluimos acerca de la necesidad de que el Estado costarricense proporcione al conjunto de sus servidores y, en especial a sus jerarcas, conocimiento suficiente sobre un concepto apropiado y comparable de lo que en Costa Rica podríamos entender como PP.  Esto porque, la construcción y diseño de PP no es igual en todos los países. Primero que todo, porque se trata de una categoría propia y acuñada en los países de corte democrático institucional, en especial, con una raigambre social de derecho en su ordenamiento jurídico. Como punto de partida, creímos necesario, recurrir a la historia institucional, a la forma en que se han convenido y procurado las construcciones institucionales, lo que permitiría arribar a un concepto de PP como facilitador para la comprensión y resolución del conflicto social del cargo. De esa manera, con conocimiento de nuestro andamiaje institucional, podemos también con mayor claridad, incorporar y comprender los aportes teórico-sociológicos que, sobre el tema, distintas corrientes del pensamiento vienen contribuyendo. Sin eximirnos por supuesto, del deber de construir nuestra propia teoría.

Y, sobre este último aspecto, se hace – en dicha investigación – una sintética y rica exposición sobre los distintos aportes de figuras prominentes. Así por ejemplo, Mény y Thoenig (1989), Lehera (2004:7) Lindblom (1959), quien  señala, que los objetivos sociales no siempre tienen el mismo valor relativo, pues uno de ellos puede ser altamente valorado en una circunstancia y tener un valor nulo ante otra, y que  no es posible la jerarquización de los objetivos, pues normalmente el administrador debe elegir entre políticas que combinan los valores asociados de distinta manera. Denominando su postura como incrementa lista. Siendo el fundador, de lo que se conoce como el “método de las comparaciones limitadas sucesivas”, Incremental ismo o análisis incremental, mediante el cual la política pública se crea y se modifica paso a paso.

De esa manera, son muchas las concepciones teórico-metodológicas, que las ciencias sociales han aportado acerca del trasunto. Y no se trata en este documento de ser exhaustivos al respecto, interesa más bien explicar nuestra posición de frente al constructo de la PP, que fue lo que de una u otra forma nos invita don Alberto en su artículo, según lo entendimos. Quien tenga el interés en ahondar sobre la temática metodológica, puede consultar mi investigación en la UNED, directamente.

En esa primera aproximación concluimos que, una realidad política pluralista y democrática impone, sin mayor problema intelectivo, una vocación de ajuste y articulación negociadora, mediante la cual se posibilita a los actores sociales involucrados alcanzar – tras el objetivo común – diferenciados niveles de compromiso. Si bien es cierto que, en última instancia tocará al administrador público tomar la decisión final, este debe convenientemente haber agotado el máximo intercambio dialógico con los sectores sociales involucrados. Y, como cuestión metodológica, concluimos también que, el análisis incremental, resulta ser, un procedimiento idóneo en materia de política pública de género, y más en concreto, para el abordaje de la violencia masculina, en tanto los grandes marcos teóricos de esas políticas nacionales ya se encuentran debidamente construidos y vigentes, no solo se habla de la teoría  feminista histórica y acumulada sino, en especial,  de los productos alcanzados por el feminismo internacional sobre todo a partir de las conferencias y tratados suscritos sobre los temas de la mujer.

Se obtiene de allí, un andamiaje muy sólido y dinámico. Constantemente se renueva y reproduce. La comunidad Internacional no cesa en la construcción de nuevas agendas, la revisión de acuerdos y las nuevas propuestas sobre las conferencias de muchos años realizadas en el pasado y evaluadas de manera constante.

De esa manera nos permitimos arribar, a la construcción propia de un concepto de PP, el cual se fue mejorando, en el transcurso de la investigación, y que en un primer momento definimos como:

“Una decisión del Poder Ejecutivo en materia de gobierno, que busca la construcción de respuestas a determinados problemas sociales,  que es  su interés resolver en beneficio de sectores sociales demandantes en un lugar y tiempo determinados, y que cumple con un conjunto básico de requisitos formales de carácter jurídicos y políticos.”

Necesidad y aproximación a un Concepto de política pública en Costa Rica 

Para poder desentrañar, el diseño de política pública que se ha seguido en el país, estimamos se debía considerar, sobre todo, la evolución histórica del régimen político costarricense.  El Estado nacional y las formas de gobierno que el pueblo se ha dado, a lo largo de 200 años de vida institucional, – salvo en muy escasos y breves lapsos de tiempo -siempre han estado afincadas en un régimen de carácter republicano, es decir, entendido como un régimen político asentado en una distribución democrática de poderes públicos, con competencias bien delimitadas y sancionadas por un ordenamiento jurídico constitucional.

Las corrientes doctrinarias – metodológicas, que se analizaron anteriormente y que, explican desde distintos puntos de vista, las formas en que se pueden diseñar las políticas públicas, estimamos que no están destinados a una aplicación pura y, menos aún, podrían aplicarse de manera directa a la realidad política administrativa de cada país. Ante todo, se estima, que se debe considerar en la construcción de las políticas públicas nacionales, las particularidades históricas, jurídicas y socio políticas de cada nación.

De ahí que, bien se podría afirmar que en Costa Rica como en cualquier otro país, un modelo conceptual de política pública involucra una evolución histórica e institucional, evolución en la cual, la doctrina sobre los modelos conceptuales de política pública, expresados por los distintos autores ya citados, podrían aportar de manera distinta y variada y muy probablemente, de forma combinada en mayor o menor medida, con las formas de los diseños nacionales.

Esto, porque se considera que los componentes de cada modelo teórico no resultan ajenos a las realidades socio políticas, en la medida en que estas son realidades cambiantes y, en esos cambios los aportes doctrinarios bien pueden convertirse en insumos oportunos. No obstante, el norte lo debe dar el ordenamiento jurídico nacional a la luz de una determinada evolución política histórica e institucional en la forma de gobierno de cada nación. Sin que esto comporte una teoría jurídica acerca de la concepción de PP.

En Costa Rica quizá, no se encuentra sistematizada, de manera unificada una conceptualización acerca del diseño y naturaleza de las políticas públicas, pero sí se pueden encontrar voces autorizadas que han venido construyendo pensamiento en esa materia de suyo compleja. Así, entre otros, el Dr. Johnny Meoño Segura, (2014), quien ha dedicado gran tiempo de su actividad intelectual a aportar al esclarecimiento institucional nacional en múltiples aspectos, y,  en cuanto a la política pública expresa lo siguiente:

“En Costa Rica no ha habido un modelo o un patrón o parámetro incidente – por así decirlo – que concilie el modelo país estatuido en la Constitución Política, tanto en lo económico como en lo social y en su control político superior, con las claras y determinativas enunciaciones jurídicas. Más bien en punto a derechos de los habitantes y competencias de conducción, el sistema se orientará a un abordaje integralista o comprensivo, no incrementalista, de las políticas públicas o gubernativas para el desarrollo global del país.”

Agrega además Meoño (2014) que, “las competencias bien delimitadas, en la práctica, no han sido ni percibidas ni aplicadas por ningún gobernante ni por los cuadros tecnocráticos de MIDEPLAN -órgano movilizador de todo un ambicioso sistema de planificación nacional- ni de ministerios ni de entes autónomos para «bajar a tierra» – de manera unitaria e integrada –   los derechos constitucionales de los habitante que han sido plasmados visionariamente, en leyes muy buenas que los instrumentarían de manera eficaz.”

Y concluye Meoño (2014) en que, “ni políticos ni los funcionarios han actuado en esa dirección de abordaje global, estratégico e integral del desarrollo nacional dejando de lado el modelo claramente establecido en nuestra Constitución Política y las leyes; por el contrario, la improvisación en su manejo ha sido lo común sin que nadie más parezca darse cuenta de ello y del impacto negativo que ello ha tenido para el desarrollo nacional. (M. Segura, comunicación personal, 10 de junio de 2014).

Ahora bien, se considera importante acotar al análisis de Meoño (2014), la particularidad histórica en Costa Rica, consistente en una marcada cultura jurídica que igualmente, debe ser considerada como acerbo distintivo y particular en la elaboración de las políticas públicas. Esto es así desde que el ordenamiento jurídico nacional deviene de un largo proceso institucional y democrático, que ha obligado al Estado nacional a dotarse de un sistema jurídico y político sólidamente equipado, con instrumentos claramente dirigidos al control de legalidad y de eficiencia de la administración pública.

De esa manera y, considerando lo expresado por el Dr. Meoño Segura, (2014), se hace necesario señalar entonces que, la formulación de las políticas públicas en el país, tienen una competencia de origen bien delimitada, en tanto, corresponde por excelencia al Poder Ejecutivo su producción. El Poder ejecutivo en el país es el que de conformidad con la Constitución Política (en adelante CP) y la Ley General de Administración Pública (en adelante LGAP) lo compone el presidente de la República y el ministro del ramo (Art. 140, constitucional y arts. 21, 26.b, 27.1, 98, 99 y 100 de la LGAP).

Por eso, resulta lógico derivar que, la política pública concierne a la política gubernativa derivada de la potestad de imperio, es decir, tiene una raigambre muy específica en cuanto se propone hacer posible la gestión de gobierno; legitimando a la autoridad formalmente constituida, para la regulación y dirección de las instituciones públicas en determinado rumbo de gobierno.

Es precisamente esa capacidad de dirección gubernamental, la que se encuentra respaldada por el andamiaje normativo que se ha citado, el que permite esa dirección llamada a ordenar la actividad de los entes – no los actos – en el ejercicio de sus competencias para desarrollar y prestar servicios y disponer de bienes en abono a los derechos constitucionales del habitante. Se busca centralizar y articular un plan de gobierno, en aras de la gobernanza, entendida en el mejor sentido como un Estado nacional eficiente y democrático.

Esto, tiene que hacerlo el Poder Ejecutivo ordenando la actividad de tales entes, – no sus actos – imponiéndoles metas, programa, planes, medios y recursos (LGAP, art. 98). Es por lo tanto materia de gobierno. La especificidad, es un principio que debe regir y ser cumplido en el diseño de toda política pública en Costa Rica, para Meoño (2014), esa especificidad se da en dos niveles:

“i.- De mayor nivel o macro generales, que comprende aquellas políticas que emanan del presidente de la república. (Vía directrices al conjunto de la institucionalidad pública bajo su mando político, según LGAP art. 26.b).

ii.- Sectoriales o de menor especificidad, son las que emanan del presidente, juntamente con el ministro pertinente, encaminadas a instrumentalizar esos derechos constitucionales y las leyes que los perfeccionan o reglamentan, y que deben recaer sobre las respectivas carteras ministeriales como tales además de   las Instituciones autónomas que conforman la administración pública organizada por sectores o «ramos» de actividad (M. Segura, comunicación personal, 10 de junio de 2014)”.

De esta manera, los entes que componen la administración del Estado y los ciudadanos estarán sujetos a las políticas gubernativas emitidas, según el rango de su especificidad: por vía presidencial, preferentemente en un plan nacional de desarrollo formalmente promulgado, o bien, mediante, decreto ejecutivo (presidencia y ministro) que instrumenta específicamente las leyes orgánicas de cada Cartera ministerial y los entes y personas o habitantes que estas delimitan en su texto.

O también, a través de directrices que son las ordenanzas que el Poder Ejecutivo puede emitir a las Instituciones públicas para ordenar sus actividades, no sus actos, mediante metas y tipos de medios, o sea políticas del mayor nivel de detalle y ordenamiento, en todos aquellos campos del quehacer institucional en cuanto a emisión de regulaciones institucionales y prestación de bienes y servicios, que no puedan ser directamente ordenados o regulados vía decreto ejecutivo.

El ordenamiento de la actividad gubernamental requiere de una “rectoría o dirección” emanada desde los más altos niveles de la administración del Estado, que debe estar debidamente normada y arreglada a derecho. Sin una disposición así, el ejercicio democrático del gobierno y sus decisiones legítimas no serían posibles, en nuestro país.

El numeral 140 inc. 3 y 8) constitucional, así como los artículos 26,27, 98,99 y 100, de la LGAP son los que en el país le dan contenido legítimo a la dirección gubernativa o rectoría general, de la que se habla. No se busca sino, maximizar y asegurar las mayores capacidades regulatorias a las que está sujeta la actividad de las instituciones públicas, con el propósito de optimizar la satisfacción de derechos y necesidades de la ciudadanía, para lo cual fueron creadas, así en relación con sus:  fines, metas, instrumentos y recursos.

Para Meoño (2014) a manera concluyente, esto no se ha entendido aún, y por ello, los gobiernos han incurrido en constantes improvisaciones, señalando que, más bien han generado ineficacia, corrupción y clientelismo político-electoral además de amiguismo, sin llegar a alcanzar la Administración Pública como tal esos niveles de eficacia sociopolítica y administrativa prevista por los Constituyentes de 1949 y, más aún, por quienes reformaron ese artículo 188 en 1968. En su lugar, se dieron las disfuncionales leyes 4-3 de juntas directivas de entes autónomos (en 1970) y el régimen de presidencias ejecutivas en (1974), sin que los gobernantes se hayan preocupado -y menos la opinión pública, académicos, analistas y partidos políticos- de contrapesar esos regímenes clientelares e invidentes de esa necesaria autonomía administrativa de los entes descentralizados, despreciando las competencias ordenadoras en apoyo a la labor del Presidente de turno, que las leyes 5525 de planificación nacional de 1974 y la LGAP de 1978, vinieron a aportar (M. Segura, comunicación personal, 10 de junio de 2014).

Como se aprecia, para  Meoño  (2014),  la noción de política pública en Costa Rica,  solo es posible entenderla en el ámbito de las competencias del Poder Ejecutivo,  relacionada directamente con  la manifestación específica, concreta y orientadora, además de articuladora, de la competencia de  dirección o gobierno, cuyo norte se dirige al ordenamiento de las actividades de las instituciones vía imposición de metas y tipos de medios que, permitan instrumentar los alcances del artículo 140 inc. 3) Constitucional sobre – «ejecución exacta» – de Las leyes, y el inciso 8) sobre «el buen funcionamiento» de los servicios y dependencias administrativas.

Expuesto lo anterior se puede concluir, conforme el criterio de Meoño (2014) que, para la formulación de una política pública en Costa Rica, al menos deben concurrir los siguientes criterios que son de orden jurídico y político:

1.- Ser una decisión

2.- Provenir del Poder ejecutivo

3.- Ser explícita, formulada por escrito y verificable en su existencia.

4.- Ser emitida en la forma de un decreto, directriz, o un reglamento a una ley. Esto implica que, el Poder Ejecutivo interpreta, conforme a sus propósitos de gobierno, el cómo se debe aplicar esa ley; lo que a su vez explica que, la ley en sí misma no es política pública.

5.- Toda política pública está orientada a la satisfacción de una necesidad o hacer vigente un derecho (Principio de Especificidad).

6.- Incluye objetivos, metas, medios (presupuestos y recursos) e instrumentos.

7.- Dirige el funcionamiento de las instituciones en relación con los fines del gobierno.

8. Debe responder a un programa de Gobierno concreto que les provee de sentido y articulación con el conjunto de la institucionalidad.

Otros autores son del criterio de que, además, en las políticas públicas deben contemplarse otros aspectos, tales como:

9.- Establecer plazos que van más allá de los periodos de gobierno.

10.- Incorporar mecanismos de evaluación.

11.- Establecer obligatoriedad de rendición de cuentas.

12.- Incorporar mecanismos de revisión cíclica con el fin de realizar ajustes periódicamente, en la medida en que, las evaluaciones muestren cambios en la realidad que se desea modificar o bien, en los casos en que se detecten insuficiencias.

13.- Elaborarse de conformidad con un esquema técnico estandarizado, con fases bien delimitadas de: formulación, implementación, ejecución, evaluación y ajustes.

Conforme  lo observado, las políticas públicas  deberían corresponder a expresiones de liderazgo y rectoría muy concretos por parte del poder  ejecutivo tanto en el ámbito global del país, como en el sectorial y, muy importante, en su ejecución regional o territorial, pues las mismas políticas gubernativas deben desagregarse o realimentarse de las distintas realidades territoriales nacionales y, finalmente, en el ámbito propio de instituciones públicas que son las que en primera y última instancia, han sido creadas por vía de ley para llevar a la población los beneficios o impactos precisos de esos derechos constitucionales, sea vía prestación de bienes y servicios o de ejercitación de regulaciones del comportamiento del habitante. Al respecto, Lehera (2004) señala: “Las políticas públicas de excelencia tienen características que favorecen una mejor discusión política; la principal es que son comparables formalmente: Ellas son un marco, una estructura procesal que permite la especificación de las intenciones u objetivos que se desprenden de la agenda pública (p.7).”

Partiendo de los aportes de los autores antes examinados, sumando además el propósito de la investigación, como conceptualización propia acuñada en ese trabajo, se produjo finalmente un concepto de política pública, más acabado que dice:

“Es una decisión del Poder Ejecutivo en materia de gobierno. Busca la construcción de respuestas a determinados problemas sociales que son su interés resolver en beneficio de sectores sociales demandantes o no, en un lugar y tiempo determinados. Debe cumplir además con una serie de requisitos jurídico- políticos y técnicos formales, por lo que ha que ha de formularse de manera explícita y muy concreta, e incorporando la perspectiva de género (Elaboración conceptual propia a partir de los diferentes autores citados, con acopio de los aportes de la intelectualidad feminista y sus logros alcanzados con las demandas internacionales ya examinadas).”

Finalmente, la investigación permitió construir una tabla, en la cual se formulan los requisitos sustanciales que creemos, que en nuestro país deben cumplirse para el diseño y formalización de las políticas públicas. Dicho instrumento – que no pretende ser definitorio – fue avalado, por el experto Meoño Segura, como un instrumento efectivo para la formación académica y, para los funcionarios públicos, en la tarea concerniente, al estudio e implementación de la política pública. Acerca de las deficiencias que al momento de la investigación se detectaron en políticas públicas, en especial de género Y violencia en contra de la mujer, y, respecto al aporte del instrumento creado para el servicio analítico académico e institucional, que podría contribuir a determinar la construcción en nuestro país de una correcta política pública, por lo extenso del tema, remitimos a nuestra investigación radicada en la UNED. Esperamos haber alcanzado la altura que marca don Alberto, en su sugestiva intervención. Gracias.

Las políticas públicas

Alberto Salom Echeverría

Un Marco de Interpretación de la Política en Acción

Una introducción, en verdad necesaria.

Desde que incursioné a hacer estudios de posgrado en la Universidad de Costa Rica, y matriculé en Gobierno y Políticas Públicas, un posgrado regentado por las escuelas de Ciencias Políticas y Administración Pública, me sentí gratamente atraído por una buena parte de la teoría, ya por entonces abundante sobre el Gobierno y Las Políticas Públicas. Mis profes fueron excelentes y exigentes con todo el grupo de estudiantes, todas las personas muy disciplinadas y con buen nivel académico. No estoy hablando de mí, porque no suelo autocalificarme. Por cierto, desde este ensayo le mando un abrazo afectuoso de agradecimiento imperecedero a todas las personas académicas con las que tuve contacto durante los estudios de posgrado, pero hoy especialmente rindo tributo a dos excelentes profesores que lamentablemente fallecieron: uno de ellos el Dr. Luis Garita, fue Rector de la UCR, fue mi tutor de la tesis, quien murió trágicamente en un accidente. Lo sentí en el alma. El otro el Dr. Roger Chunrside, de gran calado teórico también. Los quise mucho.

¿Por qué me sentí tan atraído por la teoría del Gobierno y las políticas Públicas? Aquí empieza mi propio marco interpretativo, el cual es de mi única responsabilidad. Eximo a todo el elenco de profesores de lo que yo haya dicho, o de lo que escriba en adelante. Pero eso es lógico, cuando uno se gradúa, como se lo dije siempre a mis estudiantes de la Universidad Nacional, adquiere su propia personalidad académica, por así decirlo. Al menos esa debe ser la pretensión. Si la carrera seguida fue buena, nada puede honrar más al profesorado y a la misma disciplina científica (en este caso interdisciplina; a eso voy), que cada graduando adquiera su propio criterio, no solo frente a quienes fueron sus maestros, sino también ante los teóricos. Respeto irrestricto por todas las personas concernidas en la disciplina, la interdisciplina o en las diversas corrientes de la multidisciplinariedad; justamente por ello, la independencia de criterio que se haya logrado adquirir, es lo que le da más realce y mérito a todo el elenco académico y a la misma teoría. En este sentido, cada cual se hace cargo de su propia formación. Insisto, la independencia de cada graduando es el punto más alto al que se puede aspirar. Así entiendo la academia universitaria y de ese modo la traté de difundir, ya como académico, ya como rector de la UNA.

¿Qué fue lo que más me hechizó del estudio del Gobierno y las Políticas Públicas?

Primero: No se trata de una disciplina, como lo es la Ciencia Política, la Sociología, la Economía, la Administración Pública o el Derecho. Me encontré ante la confluencia de varias disciplinas, cuando menos de las ciencias sociales. Las citadas, insoslayablemente están implicadas. Por eso se trata, sin lugar a duda, de un esfuerzo multidisciplinar o quizás interdisciplinar. Conste, según mi criterio, ninguna de las disciplinas que concurren desaparece. Todo lo contrario, para que haya verdaderamente interdisciplinariedad, multidisciplinariedad y pueda llegarse inclusive a la transdisciplinariedad, el requisito es que cada disciplina mantenga y cultive su vigor, su propio ámbito de conocimiento. Pero, obviamente debe producirse fruto de la concurrencia de varias disciplinas, hasta que aparezca un área común entre todas ellas con respecto a la realidad social. En este caso, la realidad costarricense. Deseo recalcar por su relevancia que, el área común no puede significar oscurecimiento de las disonancias entre las diversas disciplinas, ni mucho menos, ignorancia de las decantadas diferencias entre ellas; ni siquiera es requisito que se aminoren los enfrentamientos teóricos a lo interno de cada ramal del árbol de la ciencia. Todo lo contrario, el debate más bien ha de reverdecer, porque es lo propio del saber.

No hay ciencia sin preguntas punzantes, no hay verdadero desarrollo científico, si no se resaltan las contradicciones, fruto de las diferentes maneras de apreciar y entender la realidad. La unanimidad de criterios en la búsqueda del conocimiento, como lo entiendo, es el opuesto de la ciencia. Me apresuro a aclarar que, en mi vida he buscado la conciliación (lo digo en serio, aunque algunas personas que me han visto actuar puedan creer que no es así); pero, entiendo la conciliación solamente después de que se han ventilado las divergencias, sobre la materia en cuestión, con amplitud y rigor científico. La verdad, siempre tan escurridiza, es relativa y fluye fruto de una exploración valiente de tesis contrapuestas.

Segundo: Apenas comenzando a incursionar en el tema de las políticas públicas, nos percatamos que hay dos ricas vertientes para abordar el tema, la teórica y la práctica. Joan Subirats, a quien ya citamos en el anterior ensayo, describe la relación biunívoca (de correspondencia) que se ha logrado establecer entre la teoría de las políticas públicas y su intervención en las sociedades pluralistas. Se nos aclara primero que, la política no es sólo preocupación por los mecanismos de poder y legitimidad, ni tampoco exclusivo interés por el mundo de la representación política, como lo había pregonado la disciplina de la ciencia política, cuando se ha visto influida por el racionalismo. Por esa razón, en las Políticas Públicas se trata de analizar ´la política en acción´, conectando con otras disciplinas, como se ha hecho mediante la intervención pública en sociedades pluralistas. Podríamos ahondar diciendo que para aclarar los procesos que acaecen en sociedades plurales, es menester conjuntar la perspectiva de distintas disciplinas, ya no solo, como quedó dicho, respetando las diferencias, sino más bien aprovechándolas. Un solo enfoque epistemológico no daría abasto para desentrañar todos los secretos de la intrincada realidad en estas sociedades. (Cfr. en: Lindblom, Ch. “El Proceso de Elaboración de Políticas Públicas”. Colección estudios serie de administración general, Instituto Nacional de Administración Pública Madrid. Editado y traducido por Eduardo Zapico Goñi, ministerio para las administraciones públicas, 1991).

Como puede verse hay una distancia entre el esquema racional legal, en el que opera la división de poderes, donde “unos deciden y otros ejecutan”, frente al supuesto de las políticas públicas. La diferencia estriba en que, aquí ya no solo se trata de un enfoque pluralista, sino de una realidad en la que, “…los poderes y recursos se distribuyen de manera desigual, [en donde] los procesos decisionales son … el resultado de interacciones múltiples en las que participan muchos actores (políticos electos, funcionarios de todos los niveles, pero también partidos, grupos de interés, expertos, académicos, medios de comunicación…) de manera simultánea.” (Cfr. Ibidem). Además, retengamos aquello de que se “burocratizan los procesos políticos” y se “politizan los procesos burocráticos”, y por añadidura “se socializan unos y otros”. Con frecuencia las fronteras entre la administración y la política, o más precisamente entre políticos y burócratas se tornan borrosas, se disipan y se vuelven más confusas.

Me resulta muy elocuente y, bastante coincidente con mi manera de pensar el siguiente párrafo extraído del mismo Subirats, que dice así: “Cuando hablamos, por tanto, de “Política Pública”, nos estamos refiriendo a “procesos”, “decisiones”, “resultados”; …, pero sin que ello excluya conflictos entre intereses presentes en cada momento, tensiones entre diferentes definiciones del problema a resolver, entre diferentes racionalidades organizativas y de acción, y entre diferentes baremos y perspectivas evaluadoras. -Agrega Subirats- estamos pues ante un panorama lleno de “poderes” en conflicto, enfrentándose y colaborando ante opciones y cursos de acción específicos.” (Cfr. Ibid.) Yo No hubiera podido decirlo mejor.

Como puede verse, tiende a superarse el paradigma racional-legal; se trata de un nuevo enfoque de la ciencia política que pretende abandonar la rigidez en el análisis de la realidad, alejándose del método formal-institucionalista.

Tercero: Se requiere por lo consiguiente, un enfoque mucho más flexible de la realidad social, más empírico; por eso se habla de la “política en acción”. Los líderes políticos y dirigentes de los gobiernos deben ser capaces de tener una lectura muy amplia de la vida y de la realidad de su propio país. La única fuente de donde emana el poder ya no es la de los poderes formales establecidos. Se va acabando aquello tan propio del renacimiento europeo, pero que continuó permeando la política en todas partes, incluso en las democracias occidentales, de “l´etat c´est moi”. Famosa frase atribuida al Monarca Luis XIV, pronunciada paradójicamente en su lecho de muerte, el 13 de abril de 1655, antes del surgimiento del parlamento en París, Francia. La frase pone de relieve el absolutismo monárquico. Se le atribuye también haber expresado -extraigo la frase de un relato en inglés que dice- “I die, but the state will always remain”. En traducción libre, la frase significa: “Yo muero, pero el Estado siempre permanecerá”.

Las políticas públicas también suponen en medio de toda esta realidad tan compleja, que los gobernantes se abran para aceptar y estimular la participación de la ciudadanía. Mi particular opinión es que todavía no se ha desmenuzado bien cómo, en que forma es que los diferentes sectores sociales participan, tanto en el proceso de toma de decisiones, como en la ejecución misma de estas y finalmente en la evaluación. Nada de esto es, ni debería ser del único resorte del jefe del poder ejecutivo y su equipo, suponiendo que tenga un conjunto congruente y con ideas claras y un plan de acción para enfrentar los desafíos, cosa que no siempre ocurre.

¿Cómo funciona el proceso en Costa Rica hoy? Sería bueno un rico intercambio y evaluación de lo que está ocurriendo, porque si el gobernante, las personas que fueron nombradas para comandar los ministerios, los presidentes ejecutivos de las instituciones autónomas, sus diputados, embajadores, etc., carecen de cohesión y por añadidura no comprenden esta dinámica social, me temo que la van a pasar muy mal; muchos dirigentes políticos, no solo en esta administración, siguen creyendo que el ejecutivo es la única fuente de donde emanan las líneas de acción gubernamentales. El conflicto del presidente Chaves con el poder legislativo, con el judicial y con la prensa, en lugar de resolverse, parece agigantarse y prolongarse, de acuerdo con la mayoría de las fuentes de información. El presidente no ha tomado conciencia de lo grave que le puede resultar al país, sus poses demasiado verticalistas, como si le asistiera el derecho a dictar “ordenanzas” hacia los demás poderes del estado y con la prensa, en lugar de promover el diálogo constructivo.

Por otra parte, es muy grave confundir la participación ciudadana con las visitas del presidente a las localidades, donde en la mayoría de los casos, si no en la totalidad, Rodrigo Chaves se presenta como un protagonista que imparte instrucciones, pero escucha y recoge muy poco de las preocupaciones de la gente. No se ha tenido el cuidado de abrir y facilitar otros canales de acceso de la ciudadanía al ejecutivo y a sus diputados. El tema de la participación ciudadana es vital en el análisis de las políticas públicas.

Otra observación bastante delicada estriba en que, a estas alturas del gobierno, la agenda del ejecutivo no está para nada clara. Quizás a eso se deba que las distintas fuerzas organizadas de la sociedad no han encontrado cómo participar en la agenda pública; algo que desde la óptica de las políticas públicas también resulta de vital importancia. Desconcierta más bien que, el arsenal de promesas hechas por el presidente Chaves cuando era candidato a la presidencia, no solo no se han cumplido, sino que no encuentran lugar en la agenda del ejecutivo. ¿Qué pasa con la promesa de bajar el precio de las medicinas, para poner un ejemplo? ¿En qué quedó la grandilocuente promesa, formulada en el último debate con José María Figueres transmitido por Radio Monumental, de acabar con los monopolios privados? ¿Y qué hubo de su insistencia en ese mismo debate de eliminar las trabas al emprendedurismo, o a mejorar la red de transporte público, mejorar la recolección de materiales reciclables y los alcantarillados para lo cual dijo que intervendría el A y A. En el discurso de toma de posesión reiteró su oferta de emitir decretos ejecutivos para atacar el aumento del costo de la vida. ¿En qué estado se encuentra esta oferta, uno de los “leit motiv” de su campaña? (Cfr. Semanario Universidad, 29 de marzo del 2022).

Todo este conjunto de promesas incumplidas es algo grave, desde la perspectiva de las políticas públicas, puesto que no hay nada que vulnere más la institucionalidad democrática de un país, que engañar a la ciudadanía con promesas cuyo trámite en muchos casos el postulante desconocía, o el país carece de contenido económico para llevarlas a cabo.

Epílogo:

En mi concepto, no queda suficientemente esclarecido, si el arsenal de herramientas proporcionadas al análisis por las políticas públicas es aplicable solamente a lo que se llaman sociedades democráticas que, en una buena parte de los profesionales, las asemejan a las sociedades de mercado. El análisis de sociedades con gobiernos de partido único, o de regímenes políticos con un ejecutivo ampliamente preponderante, o bien bajo el mandato de un dictador, no me queda claro si en la teoría de las políticas públicas, pueden ser objeto de análisis. En el caso del eminente Charles Lindblom, solo en muy pocas ocasiones, menciona ese tipo de sociedades en el libro aquí citado. Ciertamente como lo advierte Joan Subirats, “No es quizás el libro más importante o relevante de la densa bibliografía de Lindblom, pero sí es un libro fundamental para adentrarse en una aproximación al mundo de la política que se ha revelado como muy fecunda en estos últimos treinta años” Aún más, el mismo Subirats, en la parte final de su prólogo al libro de Lindblom, afirma: “…Para mí representa un verdadero honor firmar este pequeño prólogo a este libro de Charles E. Lindblom, con el que esperamos -y esto es lo más relevante de mi argumentación- que el lector español en general, y aquellos interesados en conocer mejor el funcionamiento del sistema político pluralista y de la forma de proceder de sus administraciones públicas, encuentre elementos de reflexión y de análisis que nos permitan mejorar la capacidad de respuesta de esas administraciones en relación a las demandas sociales.” (Cfr. Id.).

En su enjundioso trabajo, Lindblom deja claro que el libro incursiona en el análisis de sociedades en las que el “juego del poder” se da en sociedades democráticas, donde hay una gran cantidad de poderes en conflicto, hay burocracia, empresa privada (y por tanto mercado) y un sinfín de otros grupos de interés. Ciertamente Lindblom aclara que, normalmente la empresa privada ostenta una posición privilegiada, concretamente en la sociedad estadounidense que es la que analiza. Personalmente añado que, en una gran parte de sociedades de este tipo, el predominio de la empresa privada en el juego del poder es mucho más preponderante de lo que generalmente se reconoce. Hasta el extremo de que los procesos electorales se ven empañados en gran cantidad de ocasiones por esta circunstancia, aun cuando los votos en las elecciones se contabilicen con competencia y probidad. De manera que la desigualdad económica y social, tan común hoy, mina la consistencia de una sociedad democrática e interfiere en el supuesto pluralismo y en su funcionamiento en general.

¿Por qué razón, me pregunto, así como lo hace cualquier otra disciplina, las políticas públicas tendrían que privarse de analizar cualquier sociedad, aún aquellas donde el mercado sea casi inexistente e impere un ejecutivo de un poder avasallador? En todas las sociedades existen poderes ocultos, que como lo adelanté, son tanto más invisibles, cuanto mayor sea su intromisión tras bambalinas en el juego democrático. Sin embargo, ahí están las políticas públicas en sociedades supuestamente plurales, desde los Estados Unidos de Trump, pasando por el Brasil de Bolsonaro, hasta la Nicaragua de Ortega que formalmente tiene mercado, empresa privada; aunque ciertamente un juego electoral bastante amañado y corrupto. Si no reconocemos los poderes ocultos que se mueven tras bambalinas, no entenderíamos cómo de la noche a la mañana a finales de la década de los ochenta del siglo XX, saltaron en pedazos las sociedades del llamado “socialismo real”, empezando por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, donde se suponía el poder omnímodo del ejecutivo, el ejército y del régimen de partido único. El debate apenas comienza.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

Las políticas públicas de la teoría a la práctica

Alberto Salom Echeverría

Las políticas públicas un campo de estudio Interdisciplinario.

¿Qué son las políticas públicas? ¿Es un ramal de la ciencia política y de la administración pública? Hoy mucha gente, por moda quizás, habla de las políticas públicas, pero se entiende poco de qué se trata, o en qué ayuda al conocimiento científico de la realidad social. Hoy presentaré una introducción y en la siguiente semana profundizaré la descripción de lo más relevante.

Dos premisas que, considero fundamentales para entender el estudio de las políticas públicas:

1-La primera consiste en afirmar que, la realidad, cualquiera que esta sea (física, natural, social, etc.), por intrincada o difícil que nos parezca, puede ser conocida por el ser humano y desentrañados sus secretos. Entre más se desarrolla la ciencia y la tecnología, más nos es dado conocer las propiedades de un objeto o realidad. Se podría argüir ante esta afirmación que, es una obviedad y por tanto lo expresado resulta insulso. No es así; debe saberse que en la filosofía del conocimiento tuvo lugar una intensa discusión que todavía perdura, entre los postulados de una de las corrientes de la filosofía idealista en la época moderna, llamada “idealismo alemán” (originada en Kant y seguida después por Fichte, Schelling y Hegel principalmente) y, la filosofía del materialismo epistemológico primero (cuyo representante principal fue F.A. Lange, de acuerdo con la tesis del pensador José Ferrater Mora) y, luego la polémica fue asumida principalmente por la corriente del materialismo dialéctico e histórico (cuyos principales exponentes fueron K. Marx y F. Engels). (Cfr. Ferrater Mora, J. “Diccionario de Filosofía”. Alianza Editorial, Madrid, cuarta edición. 1982).

El filósofo Kant postuló que en la vida hay una distancia entre lo que aún no se conoce que lo llamó “la cosa en sí”, frente a lo que ya ha sido conocido, la “cosa para nosotros”; dicho de otro modo, la “cosa para sí. Para el filósofo idealista, el punto de partida de la reflexión filosófica no es por lo tanto el mundo exterior, sino por el contrario es el sujeto, o sea el yo. El sujeto es pues la conciencia. Ahora bien, ¿Cómo puede el sujeto conocer el mundo exterior? Antes de responder es imprescindible de acuerdo con el gran pensador español Ortega y Gasset reconocer que hay en la filosofía idealista moderna, una especie de extrañamiento de la realidad. Ortega la denominó “Ontofobia” (“horror a la realidad”). Quiere decir que en el idealismo moderno hay siempre una especie de desconfianza que lo vuelve cauteloso, afirma Ferrater Mora. Ahora sí, como quien quiere ponerle el cascabel al gato, enseguida aclara que se trata de una desconfianza hacia todo lo real, o “mejor dicho hacia todo lo que pretende ser real”, tal como lo inteligible o los supuestos modelos de la realidad sensible. Concluye enfatizando que lo que se afirma no es que los objetos externos no existen, “…se afirma únicamente que la existencia de los objetos externos no es cognoscible mediante percepción inmediata.” (Ibidem).

En cambio, para la corriente materialista moderna, uno de cuyos principales pensadores fue Ludwig Feuerbach, o más concretamente para el materialismo dialéctico representado por Friedrich Engels y Karl Marx, el punto de partida de la reflexión es, la relación dialéctica entre el sujeto pensante y la realidad externa. A diferencia del idealismo, esta filosofía no hace una compartimentación entre el sujeto y el mundo exterior. La evidencia aquí de que la realidad es “cognoscible” nos la da el hecho de que ella puede ser transformada, como lo pone en evidencia la historia del mundo y, lo sabemos ahora, del universo. La historia de la humanidad y de la misma naturaleza se transforma por medio de un constante devenir de fuerzas contrapuestas. En el caso de la historia humana, para el materialismo dialéctico el enfrentamiento es entre fuerzas sociales, dos clases principales enclavadas en un mismo modo de producción, de cuya lucha incesante resulta una síntesis dialéctica, que no es otra cosa que una superación cualitativa (ya no solo cuantitativa) de las circunstancias preexistentes por medio de una revolución social. Una revolución es por eso mismo, un salto cualitativo. En la naturaleza, de acuerdo con la dialéctica materialista y en oposición a la metafísica, “…la dialéctica parte de que las contradicciones internas son propias a los objetos y fenómenos de la naturaleza. En la naturaleza todo se mueve, cambia. La fuente de ese movimiento son las contradicciones internas. (Cfr. “Ley de la Unidad y la Lucha de los Contrarios.” https://www.filosofia .org).

Para darle más sustento a lo expresado, acudiré a ejemplos de la realidad social contemporánea. En la sociedad actual, interconectada globalmente, merced al desarrollo de las comunicaciones, profesionales de las ciencias sociales como son los economistas, sociólogos o politólogos, tropiezan de frente con fenómenos de una gran complejidad como el de la desigualdad social o el calentamiento global con todas sus flagrantes manifestaciones que nos azotan y afligen. No cabe duda de que, se ha desarrollado un amplio conocimiento acerca de algunas de las causas que provocan estas enormes calamidades con las que vivimos hoy. Además, los gobiernos aisladamente o en conjunto, por medio de organismos internacionales, invierten enormes recursos en procura de su solución; pero, en lugar de aminorarse los fenómenos con el arsenal de políticas públicas puestas al servicio del desarrollo, por el contrario, prácticamente en todas partes se acrecientan enormemente las dificultades. La desigualdad social se agigante entre las clases más opulentas y las más deprimidas. A escala global, el cambio climático y el calentamiento global también siguen un curso ascendente provocando verdaderos estragos en todo el planeta.

Parece que estamos encerrados en un círculo. ¿Será así? Nos hace falta, en la nueva y cada vez más compleja realidad, completar la premisa que dejamos sentada arriba. 1- Primero la completamos señalando que la humanidad jamás logrará abatir estos males, por más comprensión que se tenga del fenómeno, si no entendemos que, como lo pregona la dialéctica, junto al conocimiento de la realidad, que se logra mediante el estudio serio de esta, debemos agregar la transformación de ella. O sea, hay que combinar la ciencia con la dimensión política. Ambas dimensiones, teórica y práctica es lo que se denomina en la tradición marxista la praxis. Tanto en Georg Lukács (n.1885-m.1971), filósofo húngaro, como en Antonio Gramsci (n.1891-m.1937), filósofo y político italiano, ambos teóricos marxistas, la llamada praxis humana constituye el fundamento de toda posible teorización. No quiere decir que se subordina lo teórico a lo práctico; en rigor, la praxis es en el marxismo más bien la unión de la teoría con la práctica. (Cfr. Ferrater Mora, J. Op cit. T.3 Alianza Editorial, Madrid.1982).

Lo expresado implica la voluntad humana de enfrentar fenómenos en cuyo origen se encuentran los intereses de las clases poseedoras egoístas aferrados a sus privilegios. Los científicos en ambos casos nos han advertido que: por un lado, el Planeta continúa calentándose irremediablemente, porque los gobiernos de los países más grandes, donde radican las empresas que emplean hidrocarburos altamente contaminantes, no se han comprometido seriamente a iniciar la transición hacia sistemas productivos que utilicen energías limpias. Por el otro porque, en todo el mundo, casi ningún gobierno se compromete a implementar políticas públicas que logren, entre otras cosas, revertir la lógica utilizada de recaudar tributos fáciles afectando a las mayorías, en lugar de implementar políticas tributarias progresivas. (Paga más el que más tiene).

2- En vista de que el origen de los problemas más intrincados en el mundo globalizado es multicausal, es menester tener en cuenta la premisa según la cual los fenómenos de la Naturaleza y de la sociedad humana son asequibles, quiere decir, los podemos conocer, siempre que tengamos en cuenta la siguiente premisa que abordaré a saber, que la ciencia, el conocimiento humano, debe comprender los fenómenos que estudia como el producto de una multicausalidad. La ciencia debe pasar del conocimiento meramente disciplinar a la multi, inter y transdisciplinariedad. Vamos a ello.

2- El conocimiento de la realidad se torna cada vez más complejo, a pesar del progreso impresionante científico y tecnológico. Esto hace que desde una perspectiva puramente disciplinar, resulte imposible conocer toda la profundidad de los fenómenos multicausales. La realidad actual nos exige ir de la disciplina a lo interdisciplinario, cuando se juntan varias disciplinas; de ahí a lo multidisciplinario, conjunción de muchas especialidades para abordar lo fenomenológico desde distintas perspectivas y de maneras distintas. Finalmente llegamos a lo transdisciplinario. Ocurre cuando se abarcan varias disciplinas, pero de manera transversal; por lo que el conocimiento está sobre todas las disciplinas, su ámbito de acción es superior al de cada una de ellas en particular.

En la realidad social, la desigualdad y la pobreza están afectadas por variables, sociales, políticas o culturales. Económicas como ocurre cuando se concentra la riqueza producida socialmente en pocas manos. Sociales cuando los servicios públicos que el gobierno brinda a la población se deterioran, como la salud, la educación, el agua, la electricidad, empobreciendo más a la población vulnerable, mientras los segmentos sociales más acaudalados acuden a servicios de mayor calidad por los que pueden pagar. Las variables políticas apuntan más bien a la circunstancia de que el gobierno de turno carece de voluntad para lograr que los sectores más pudientes paguen sus impuestos en lugar de evadirlos o eludirlos. Además, esta resistencia de las capas dominantes a cumplir con su responsabilidad social solidaria, por lo general es una conducta arraigada en el comportamiento de estos grupos y clases que tiene que ver con la forma como socializan en sus hogares, en su relación con los demás y en la forma como entienden el mundo privilegiado en el que viven.

Las políticas públicas, responden a un saber comprensivo y holístico de una realidad social. Por lo tanto, no es un saber disciplinario, sino multi disciplinario. Dice Joan Subirats en la introducción que escribió al libro de uno de los clásicos de las políticas públicas Charles Lindblom, “El Proceso de Elaboración de Políticas Públicas” (escrito en 1980): “…la política no es sólo preocupación por los mecanismos de poder y legitimidad, ni tampoco exclusivo interés por el mundo de la representación política, a través del análisis exhaustivo de partidos o elecciones […] El mundo de las políticas ha permitido analizar la política en acción, conectando con otras disciplinas, como la economía, el derecho o la sociología, en la voluntad de explicar procesos de intervención pública en sociedades pluralistas.” (Cfr, Lindblom, Charles. “El Proceso de Elaboración de Políticas Públicas”. Colección de estudios serie administración general. Instituto Nacional de Administración Pública. Ministerio para las administraciones públicas, Madrid, 1991).

Se parte entonces, de un supuesto pluralista, en el que en el proceso participan muchos actores, y en el que prevalece la desigualdad de distribución de los recursos. Los actores son desde políticos electos, funcionarios de todos los niveles, y también partidos políticos, grupos de interés, expertos académicos, medios de comunicación, de una manera simultánea. En este proceso, -aporta Subirats- se burocratizan los procesos políticos, se politizan los procesos burocráticos, se socializan unos y otros. Continuaremos…

 

Compartido con SURCOS por el autor.

Sobre pertinencias y empatías

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Hace unas semanas asistí a un taller organizado por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) de Costa Rica, sobre el tema de la pertinencia de las carreras que se ofrecen en la educación superior pública del país.

Sobre la discusión desarrollada y el concepto discutido, debo decir que intuyo que las instituciones de Educación superior pública del país hemos caído en la trampa de la racionalidad del mercado y la búsqueda del éxito económico, sobre cualquier saber o conocimiento compartido.

Me preocupó que ninguna carrera relacionada con el arte fuera referenciada porque en el fondo “no produce”. De igual manera las Ciencias Sociales fueron exiguamente visibilizadas, dada su escasa relación con la competitividad y eso que casi míticamente ha empezado a llamarse la cultura (o la religión) STEAM.

Esta reflexión la comparto hoy que debemos preguntarnos qué es lo verdaderamente pertinente en una sociedad que aún a tientas trata de sobreponerse a una de sus peores crisis civilizatorias de la historia. Pareciera que esa racionalidad instrumental que antepone los criterios mercantilistas a lo demás se ha impuesto como proceso sociocultural.

Y en esa imposición pulveriza la empatía como acción humana fundamental.

Leo con estupor en los diarios costarricenses una noticia de la cual no termino de asombrarme: la ex ministra de educación costarricense Sonia Marta Mora fue condenada al pago de una multa por haber autorizado a una funcionaria de su Ministerio a tomar una licencia para cuidar a su esposo enfermo en fase terminal. Eso pasó hace unos años.

El criterio institucional, la racionalidad administrativista que ha supuesto la gestión de lo público en los últimos 40 años, consideró improcedente el actuar de la exjerarca y la condenó al pago de una multa.

Excesivo.

Increíble y excesiva la forma como la institucionalidad salda sus cuentas dejando en segundos planos lo verdaderamente importante en su accionar: los seres humanos. De esta entronización de la racionalidad capitalista en las esferas estatales ya había dado cuenta la economista costarricense María Eugenia Trejos en un agudo análisis sobre el tránsito de la racionalidad neoliberal en el marco del estado costarricense.

Entre lo que el pensamiento racional considera como pertinente y la ausencia de empatía ante el dolor, se nos muestra el lado más odioso de la promesa neoliberal.

Dicho esto, se impone urgentemente humanizar las políticas públicas, dotarlas de nuevas formas de sensibilidad, de nuevo músculo en el que el ser humano retorne a su centro, pensarlas con el corazón, actuarlas con el corazón.