En el canal de Youtube “Los Dioses Están Locos”, se puede encontrar el video titulado “Cero Trata de personas. Somos partes del problema, seamos parte de la solución”, el cuál tiene como mensaje unirnos a denunciar las violencias y no hacer un silencio cómplice, y deja como reflexión ¿Nos unimos junto a otras organizaciones de la sociedad civil para luchar contra la trata y el tráfico de personas? No podemos desoír una problemática tan violenta como esta, es ahora.
Somos parte del problema, seamos parte de la solución.
La Federación Ecologista FECON y las Comunidades Ecologistas la Ceiba invitan al segundo encuentro de Rutas de recuperación justa – Diálogos virtuales, con el tema de análisis: “Recuperación de la Zona Marítimo Terrestre”.
Mas allá de un solo día o semana en específico, desde el FECOU creemos fuertemente que todos los días son de lucha por el bienestar del medio ambiente y de nuestras comunidades.
Durante el mes de junio traemos para ustedes las Jornadas de Estudios Ecologistas, donde repasaremos una diversidad de temas de interés local, regional y global en el marco del «Mes por la Tierra y contra el capital»
Se trasmitirá a través de nuestras redes sociales de FB, las distintas discusiones, debates y conversatorios que sostendremos con distintas personas, colectivas y organizaciones que se mantienen activas en sus campos de trabajo.
Esta semana durante la Jornada Por El Mar en memoria del defensor de la vida Jairo Mora Sandoval dedicamos nuestros esfuerzos para abordar casos relacionados con la vida marina y las comunidades costeras.
El día jueves 10 de junio se llevó a cabo un conversatorio con Alexa Obando Campos, puntarenense y especialista en estudios del medio ambiente, quien hablo acercará de la realidad de algunas comunidades costeras gracias a sus experiencias en el campo.
El programa de radio 107.1 fm “Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar” realizará un programa especial llamado “Ley para el Desarrollo Sostenible de la Cuenca del Río Sarapiquí y la Protección de su Cauce principal”, con la participación de José M° Villalta Flores-Estrada, Diputado, Frente Amplio; Jonathan Prendas Rodríguez, Diputado, Nueva República; José Millán Araujo, PRIGA, Universidad Nacional; Juan Carlos Chavarría Herrera, Departamento de Participación Ciudadana; Rossilyn Valverde Charpantier, Comisión Salvaguarda; y Orlando Brenes Varela, Vicealcalde, Municipalidad Sarapiquí. Y como moderador se encuentra Heriberto Valverde Castro, Alianza Nacional Ríos y Cuencas de Costa Rica.
Día: 05 de junio del 2021 Hora: 11 a.m. Se podrá sintonizar por medio de Facebook Live o radio.
Compartido con SURCOS por la Comisión de Salvaguarda del Río Sarapiquí.
Concejo Municipal pedirá explicaciones sobre alcance de proyecto de captación del manantial por parte del AyA
Señalan importancia de proteger el río La Fuente y atractivo turístico del balneario
Alertan sobre la situación a la Municipalidad de Alajuela y organizaciones de sociedad civil del distrito vecino de San Rafael
Oficina de prensa de Unión Belemita
Las preocupaciones en torno al proyecto de Acueductos y Alcantarillados (AyA) para aumentar la captación de mayores niveles de agua del manantial Ojo de Agua llegaron al Concejo Municipal de Belén
En moción aprobada por unanimidad en la sesión 28-2021 y que quedó en firme la noche del martes 18 de mayo, los ediles belemitas manifiestan sus dudas sobre el proyecto y solicitan información oficial al AyA y al MINAE sobre el impacto ambiental del mismo.
En el mismo acuerdo, el Concejo Municipal de Belén advierte de su preocupación a otras instituciones y organizaciones de la sociedad civil del vecino distrito de San Rafael. La Municipalidad de Alajuela, la asociación de desarrollo integral de San Rafael y la Asada de San Rafael, esta última de especial importancia por ser la que ha trabajado durante años en la protección del río La Fuente.
La inquietud del Concejo Municipal no es para menos, tras darse a conocer el año pasado el Proyecto del AyA en medios de comunicación, la preocupación por el futuro ecológico del río La Fuente cobró realce, siendo que este río, que cuenta con el reconocimiento del programa bandera azul ecológica, podría ver afectado parte de su caudal, que proviene del lago del Ojo de Agua, mismo que se abastece del continuo correr de las aguas de las piscinas.
Afectación al principal patrimonio turístico de Belén
Además, los belemitas temen el hecho de que, al dejar de correr el agua de las piscinas, el balneario pierda su atractivo turístico, repercutiendo así en la economía local que se ha visto influida por la presencia del balneario.
Para el regidor Ulises Araya, el AyA no ha sido suficientemente claro, dado que la única información conocida sobre este proyecto, ha sido revelada a través de medios de comunicación y no se dispone de mayor información sobre el impacto ambiental que se tendría. Además, el proyecto parte de una concepción antropocéntrica y por eso no se estaría contemplando el rebalse natural del manantial para asegurar la supervivencia del ecosistema del río La Fuente.
‘’El AyA afirma que captará en un primer momento el agua de las 5 pm a las 6 am y en una segunda etapa estaría captando toda el agua de manantial, dejando sin uno de sus principales afluentes al río La Fuente que ha existido aquí desde hace cientos o miles de años, esa es una visión altamente antropocéntrica, donde no importa la salud del ecosistema’’ afirmó Araya.
El proyecto del AyA
En una nota publicada en el diario La Nación, el AyA informó que se pretende bombear 150 litros de agua por segundo (l/s) de la captación del balneario y luego colocar 1,4 kilómetros de tuberías hasta la estación de bombeo de Puente de Mulas, en Belén en donde se captaría el líquido.
La entonces jerarca del AyA Yamileth Astorga, explicó que el agua atendería hogares en la zona Oeste del Gran Área Metropolitana, principalmente los Hatillos.
San Antonio de Belén, 22 de mayo del 2021
En el siguiente enlace se podrá encontrar la moción original aprobada por el Concejo Municipal y el enlace del acta del Concejo Municipal 28-2021, en donde se podrá apreciar la presentación y discusión de la moción en el Artículo 24 de la misma (https://www.belen.go.cr/documents/20181/108094/28-2021.pdf)
Para más información pueden contactar al regidor Ulises Araya Chaves al teléfono 8470-4094.
Señor presidente de la República de Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada, despachopresidente@presidencia.go.cr
Señora presidente de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, Silvia Hernández Sánchez, silvia.hernandez@asamblea.go.cr
Los habitantes costeros de las provincias de Guanacaste, Limón y Puntarenas, representados por la abajo firmante Asociación Nacional de Habitantes de las Zonas Costeras de Costa Rica (ANHACO), y simpatizantes; expresamos lo siguiente:
Solicitamos respetuosamente convocatoria en urgencia a Sesiones Extraordinarias de la Asamblea Legislativa, el Proyecto de Ley de Protección a las Personas Ocupantes de las Zonas clasificadas como Especiales – Exp. 22.309, el cual ofrece una protección adecuada a este sector vulnerable de la población costarricense.
Deploramos la vergüenza a la que ha sido sometida la población costera (área pública de 50 metros y restringida de 150 metros), zonas fronterizas, y demás zonas especiales; por más de cuarenta años debido a las múltiples interpretaciones legales sobre los derechos de propiedad en las áreas antes descritas dentro del territorio nacional. Situación que es muy preocupante para la imagen y seguridad jurídica del país, así como para los habitantes de esas zonas. Además de la situación histórica que enfrentamos, cargada de incertidumbre por la pandemia.
Se debe dar una protección inmediata a los ocupantes de las zonas clasificadas como especiales, frente a las acciones de desalojo y demolición que buscan algunas entidades públicas, a pesar de que no se ha llevado a cabo el debido proceso de expropiación conforme a la ley, ni se ha realizado correcciones a la caprichosa delimitación topográfica de dichas zonas.
A continuación, añadimos la ley para proteger a las personas ocupantes de las zonas clasificadas como especiales. Expediente 22.309
En el Día Mundial de las Abejas, decretado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y a celebrarse el 20 de mayo, el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (Iret-UNA), y el Centro de Investigación de Apícolas Tropicales (Cinat-UNA), hacen un llamado vehemente para garantizar la protección de las abejas y del ambiente a través de una petición primordial: “PROHIBIR EL FIPRONIL Y LOS NEONICOTINOIDES, debido al daño e impacto sobre las poblaciones de abejas y la biodiversidad en los ecosistemas”.
Costa Rica es un país que goza de una gran diversidad biológica la cual representa el 6 % de la diversidad mundial; donde el grupo de los polinizadores (insectos, aves, murciélagos) juegan un rol muy importante en su conservación. Dentro del grupo de los insectos, las abejas constituyen un enlace primordial en la polinización de plantas silvestres y plantas cultivadas, que por coevolución brindan alimento y refugio a las abejas, mientras que éstas realizan el trabajo de la polinización. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) indica que aproximadamente el 80% de las especies de plantas con flor son polinizadas por animales, especialmente insectos. Las abejas son los polinizadores más importantes, visitan cerca del 90% de los 107 tipos de cultivos a nivel global. Además, 87 cultivos de importancia para la alimentación en el mundo requieren de los servicios de la polinización.
Costa Rica cuenta con más de 650 especies de abejas, de ellas 58 son especies de abejas nativas sin aguijón (Apidae, Meliponini). A estas últimas se les considera fundamentales en la conservación de la diversidad de plantas autóctonas en los ecosistemas del trópico, y junto con las otras especies de abejas brindan su valioso servicio ecosistémico para la producción de muchos cultivos de interés en la seguridad alimentaria y en el orden económico, tales como aguacate, chayote, café, tomate, melón, sandía, entre muchos otros.
Sin embargo, a nivel mundial se ha venido reportando una declinación de las poblaciones de abejas, al punto que no existe registro entre el 2006 y 2015, de un 25% de las 20.000 especies conocidas, en relación con el número de especies contadas antes de la década de 1990. Dentro de las principales razones a las cuales se atribuye esta reducción, se mencionan la deforestación, extensión de la frontera agrícola, el uso de pesticidas, el cambio climático y enfermedades.
El modelo de producción agrícola tradicional implica el uso de fertilizantes sintéticos y también productos químicos para el control de plagas y enfermedades. Se ha demostrado que las abejas melíferas (Apis mellifera) y abejas nativas son vulnerables a los productos químicos utilizados en el manejo sanitario de los cultivos, ya que se exponen a ellos mientras realizan sus vuelos en búsqueda de alimento. Esto conlleva a una serie de problemas fisiológicos, por ejemplo, pérdida de la orientación para regresar a su colmena, el aprendizaje y la comunicación, afectación en el desarrollo de las colonias, el sistema inmunológico se ve afectado negativamente y esto provoca una mayor probabilidad de adquirir enfermedades.
Dentro de los productos químicos utilizados en la agricultura, los insecticidas son de especial atención, particularmente los neonicotinoides (imidacloprid-tiametoxam-tiodicarb-clotianidina) y el fipronil, los cuales han sido estudiados en su afectación sobre las abejas, éstos actúan sobre el sistema nervioso central provocando su muerte en dosis altas y en dosis subletales alteran su comportamiento y aprendizaje. Por otra parte, son catalogados como plaguicidas altamente peligrosos (HHP por sus siglas en inglés) por ser altamente tóxicos para las abejas. Los neonicotinoides actúan de forma sistémica, esto quiere decir que una vez que son absorbidos por la planta, se trasladan a través de ella por medio del sistema vascular hasta llegar a los tallos, hojas, flores, nectarios extraflorales; así como al polen, néctar y fluidos de gutación; lo cual facilita la presencia de sus residuos en la colonia (por ejemplo, en los productos de la colmena como miel, polen y cera). Al mismo tiempo, estos plaguicidas representan una amenaza ambiental al permanecer por largo tiempo en el suelo y ser muy solubles en agua, afectando la diversidad en ecosistemas terrestres y acuáticos. De igual manera, el fipronil actúa de forma sistémica, tiene una persistencia de extrema a mediana en el suelo; y aunque tiene baja solubilidad en el agua, ha demostrado ser altamente tóxico para invertebrados acuáticos. Al uso de fipronil se atribuye la intoxicación masiva de abejas melíferas en Francia en la década de los 90´s debido a su bioacumulación También se ha demostrado que es altamente tóxico para las abejas sin aguijón.
En 2018 los estados miembros de la Unión Europea acordaron prohibir el uso al aire libre de tres pesticidas neonicotinoides (clotianidina, imidacloprid y tiametoxam), tras las advertencias de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que concluyó a través del estudio de la evidencia científica, sobre sus riesgos para las abejas, tanto silvestres como las abejas melíferas. De igual manera, en diciembre de 2013 la Unión Europea acordó prohibir la utilización del pesticida fipronil para el tratamiento de semillas de maíz y de girasol, a raíz de una propuesta de la Comisión Europea por el riesgo grave del insecticida para la población de abejas.
La mortalidad de abejas en Costa Rica en los últimos años ha sido manifiesta y preocupante, no sólo por el valor que representa a nivel del servicio ecosistémico que brindan las abejas, sino también por la repercusión en el sector apícola nacional. Según la Cámara Nacional de Fomento a la Apicultura, entre 2010 y 2020 se perdieron 2.200 colmenas sólo en la zona de Los Santos; y en el año 2020 se registraron aproximadamente 30 eventos de intoxicación masiva de abejas. Uno de los casos de intoxicación de abejas documentada más recordado en nuestro país, se dio en la zona de Esparza, Puntarenas, afectando a más de 2 millones de abejas a causa del insecticida fipronil, según lo confirmó el Servicio de Salud Animal (SENASA).
Considerando los preocupantes efectos que tienen estos plaguicidas sobre las poblaciones de abejas y por tanto su negativa afectación en la polinización y diversidad de plantas y cultivos en general, es que en el Día mundial de las abejas, decretado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y a celebrarse el 20 de mayo, hacemos un llamado vehemente para garantizar la protección de las abejas y del ambiente a través de una petición primordial: “PROHIBIR EL FIPRONIL Y LOS NEONICOTINOIDES, debido al daño e impacto sobre las poblaciones de abejas y la biodiversidad en los ecosistemas”.
Actualmente, la Universidad Nacional a través de un esfuerzo conjunto entre el Iret y el Cinat, realiza un estudio para caracterizar el uso de plaguicidas en cultivos que requieren la presencia de colmenas de Apis mellifera para su polinización, así como la exposición ambiental y los efectos tóxicos que puedan sufrir abejas melíferas y abejas nativas sin aguijón ante esos insecticidas. Sin embargo, consideramos que ya se cuenta con evidencias valoradas y asumidas por otros países pertenecientes a la OCDE, para tomar medidas en cuanto a este grupo de sustancias.
Solicitamos al Servicio Fitosanitario del Estado, Ministerio de Salud y Ministerio de Ambiente y Energía, como autoridades encargadas de los registros de agroquímicos en Costa Rica y por tanto directamente relacionados con la regulación de plaguicidas de uso en la agricultura; atender nuestra petición en apoyo a la protección de la principal protagonista en la relación ecológica de la polinización, sin la cual se compromete la seguridad alimentaria en el país y en el mundo.
**Para más información comuníquese a la Oficina de Comunicación al 8998-2182.
Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)
Durante 40 años seguidos, el proyecto sociocultural en marcha en Costa Rica validó un esquema basado en la actitud individual como base para la construcción de su modelo socioeconómico: se apeló al éxito como fin último de la acción social y muchas concepciones relacionales e identitarias fueron modificadas: del usuario de los servicios del estado se pasó al concepto de cliente, del micro empresario al emprendedor, del trabajador al colaborador.
La creencia en una estructuración societaria organizada de esta manera supuso una serie de condiciones contenidas en las formas de respuesta de las personas ante coyunturas y contingencias: responsabilidad, orientación, criterio.
Por otro lado, el sentido de colectividad, ese al que podríamos acudir hoy bajo la premisa del cuido mutuo, solo fue y es apelado desde la maquinaria industrial de la comunicación de masas y la polifonía de las redes sociales.
La épica de la gloria deportiva, por ejemplo, siempre fue propicia en todos estos años para conjuntar de nueva cuenta esa comunidad imaginada y activar los dispositivos de una identidad nacional que aunque frágil y repleta de remaches, aún funcionaba. Hoy ni siquiera la apelación a la sangre roja del costarricense pareciera tener sentido. Pero en realidad poca cosa pareciera tener sentido en una experiencia fallida de comunidad como la que estamos experimentando durante estos días.
En otras reflexiones sobre la noción de comunidad ampliada y su resquebrajamiento en el caso costarricense, hemos adelantado que existen hoy otras figuras que aglutinan y dan sentido de comunidad: el número de tarjetahabientes que existen en el país se asemeja o supera inclusive al total de la población nacional. Si esto no es una forma de denominar esa otra colectividad basada en la organización del mercado, ya nada podría explicar el comportamiento aparentemente errático endosado preliminarmente a una falta de responsabilidad individual.
Desde el proyecto civilizatorio puesto en marcha a partir de los años ochenta en Costa Rica, la pertenencia a una base social común solicitó peajes de entrada: éxito individual, capacidad de consumo, competencia rampante, a toda costa, a cualquier costo.
De esta manera, una comunidad real y sustentada sobre valores como la protección, la horizontalidad y el apoyo fue disuelta del discurso y las prácticas cotidianas.
Por ello cuando acciones organizativas y orgánicas desde lo colectivo se han levantado, han sido opacadas y silenciadas. Algunas enfrentadas desde la fuerza del estado, otras instrumentalizadas como las de ciertos derechos de poblaciones y comunidades específicas. En los últimos años una subjetividad política joven trató de levantarse, pero rápidamente fue estigmatizada y procesada por un discurso academicista y adultocéntrico que la descalificó ad-portas.
Los derechos colectivos están hoy más que nunca conculcados y truncados. El derecho legítimo a manifestarse fue proscrito. Los defensores de la territorialidad indígena son amenazados permanentemente y en los últimos dos años han sido asesinados dos líderes en medio de una inacción gubernamental sin precedentes. Y una vez más las poblaciones migrantes han sido utilizadas como chivo expiatorio de los males sociales, económicos y sanitarios que aquejan al país.
El discurso ha sido hábil para responsabilizar a la población de una tremenda desidia para acatar órdenes sanitarias y guardar un comportamiento ejemplar. Pero ni lo uno ni lo otro ha sido evidenciado con vehemencia para hacer ver la responsabilidad de los actores económicos, las hegemonías y sus presiones hacia la acción gubernamental.
Es claro que luego de décadas de una permanente individualización de la experiencia colectiva puesta en marcha por la maquinaria comunicativa y cultural hegemónica, la noción de cuido mutuo a partir de una acción personal responsable, fracasó absolutamente. Y ha fracasado porque sencillamente no hay colectividad imaginada que cuidar.
En el año 2020 el politólogo francés Bertrand Badie mencionaba en una entrevista para la Revista Nueva Sociedad, que la humanidad había transitado en un periodo de tiempo muy corto en tres extinciones visibles: la de la crisis financiera de 2008; la del espionaje planetario que supuso la eliminación de las libertades y la extinción sanitaria, a partir de 2020. Para el caso costarricense, en específico, se ha abierto una clausura de un proyecto de sociedad iniciado en el siglo XIX y que el rasgo sociocultural homogenizante de los últimos cuarenta años se ha encargado de diluir. Asistimos a nuestra propia extinción y en eso continuamos siendo creativos y excepcionales.
O como diría Roque Dalton: «País mío, no existes».
Tomarán décadas para volver a levantar de nuevo una idea solidaria e incluyente de ese país en el que todos y todas nos sintamos pertenecientes. Y esta no es una tarea de la postpandemia: es urgente iniciarla ya.
El Comité de vigilancia de recursos naturales del Área de Conservación Osa, Covirenas de ACOSA, cuida la zona Pacifico Sur en Osa y el Humedal Térraba Sierpe. Además, en conjunto con el movimiento comunal de las comunidades aledañas promueven la conservación del humedal y la zona del Parque Corcovado que tiene el 2.5 de la biodiversidad mundial.
Según Rebeca Quirós de Covirenas de ACOSA, la situación de la pandemia afectó a la zona ya que no existen fuentes de empleo, ni visitas turísticas y, por ende, ingresos económicos. Este hecho ha llevado a que se dé la caza ilegal en el bosque, delitos ambientales, entre otras actividades que afectan la biodiversidad del lugar.
Debido a este incremento de actividades ilícitas los guardaparques no tienen los recursos necesarios para enfrentar la problemática. Por eso desde el Comité se unieron para dar apoyo con guardaparques voluntarios e inspectores ambientales adhonorem.
Desde el Comité buscan tener prioridad en contar con apoyo para disminuir la cacería, tala y pesca ilegal. Debido a las denuncias ambientales realizan en conjunto con funcionarios patrullajes, operativos de control y protección. Así como implementar espacios de educación ambiental, monitoreo biológico y de investigación.
En Covirenas buscan ser ganadores del premio Latinoamérica verde para visibilizarse y obtener apoyo nacional e internacional en la protección de la biodiversidad del lugar. Los premios Latinoamérica Verde son uno de los festivales de sostenibilidad más relevantes del mundo, que cada año premia y da visibilidad a los 500 mejores proyectos ambientales de Latinoamérica, convirtiéndose así en la vitrina que dinamiza la economía verde.
SURCOS comparte la siguiente campaña de apoyo a la iniciativa de ley:
La gran cuenca del río Sarapiquí abarca una región nacional e internacionalmente reconocida por su exuberante y extraordinaria riqueza natural, la cual ha permitido por décadas el desarrollo de la actividad ecoturística y científica, generando grandes beneficios a la calidad de vida del costarricense.
Hoy en día, reconocemos las amenazas y afectaciones que ponen en riesgo este gran tesoro natural, fuente de vida y trabajo. Para tal efecto se ha creado una COMISIÓN, en adelante conocida como COMISIÓN DE SALVAGUARDA DEL RIÓ SARAPIQUÍ, cuya tarea primordial y objetivo central es la redacción del proyecto “Ley, para La Promoción del Desarrollo Sostenible de La Cuenca del Río Sarapiquí y La Protección de su Cauce Principal”. Dicho proyecto de ley se presentará a finales del presente año 2020 a las autoridades correspondientes para que sea elevado a la Asamblea legislativa para su debido conocimiento.
Por todo lo anterior le hacemos un vehemente llamado para que apoye esta histórica jornada ciudadana en favor del Río Sarapiquí y de una Costa Rica mejor para todos.
La salud y el bienestar del río Sarapiquí están en nuestras manos. Unámonos todos para que este gigante de agua dulce lo puedan disfrutar las futuras generaciones como hemos podido disfrutarlo nosotros.