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Etiqueta: protesta social

Protestas sociales: descontento acumulado

Silvia Monturiol Fernández

“Estas protestas sociales están manifestando la heterogeneidad y pluralidad de un descontento que no ha nacido en estas semanas, es un descontento acumulado, donde se combinan muchas cosas”, afirma el sociólogo Abelardo Morales, de la Escuela de Sociología de la Universidad Nacional (UNA).

El desempleo, el estrechamiento de las oportunidades de mejoramiento de la calidad de vida y la desesperación en algunos grupos sociales son –según Morales- parte de los elementos que han generado este descontento acumulado.

Pero también, -dice- hay un enorme desencanto social, no solo con el gobierno, sino con los poderes políticos, las instituciones y la sociedad misma. “Estamos en medio de la sociedad del desorden. La legitimidad y la representatividad de dirigentes, fuerzas políticas, instituciones y organizaciones están profundamente cuestionadas por altos niveles de desconfianza popular en el sistema social y político, y con fundamento”, destaca.

En su criterio, el país se ha fragmentado en numerosos grupos de interés, cada uno sin capacidad de influencia sobre la totalidad social, lo cual -agravado por la desigualdad social-, mantiene al país dividido en diversos frentes, que hasta el momento de instalación de los bloqueos, no dialogaban. “Se había perdido la capacidad de negociación. Estas protestas sociales se han enfrentado a un gobierno débil y errático en sus decisiones”.

Periferia olvidada

A diferencia de protestas anteriores en la Gran Área Metropolitana, protagonizada por empleados públicos y otros sectores con presencia urbana y centralista, las actuales protestas manifiestas en los bloqueos evidencian que hay una periferia olvidada.

“En esa periferia olvidada están los pescadores de las costas, cientos o miles de agricultores, pequeños comerciantes, mujeres, jóvenes, muchos de ellos en francos procesos de empobrecimiento”, recalca el sociólogo.

Reconoce que en los bloqueos de carreteras en la periferia hay muchos actores involucrados legítimamente, pero también hay otros agentes irregulares, lo cual no es extraño. “Cuando hay vacíos de liderazgo y de poder, emergen un conjunto de actores informales o irregulares, incluyendo a las mafias, que ocupan esos vacíos”, subraya el analista de la UNA.

“Eso ocurre en Centroamérica y, si los poderes y actores formales no toman conciencia de ello, podemos tomar el mismo camino. Puede ser un grave error criminalizar la protesta social con el argumento de la presencia de agentes criminales. Estos actores están en muchos espacios no solo de la periferia del país, sino también en la GAM, precisamente como consecuencia de la deslegitimación de la política tradicional”, advirtió.

Por otra parte, considera que mirar las protestas sociales como una reacción a la propuesta ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) y pensar que el descontento se va a resolver con el retiro de ese proyecto, es una simplificación o simple ceguedad ante la realidad del país. “El descontento es estructural y está originado por la situación económica, por los efectos de la pandemia, el descontento es político y moral porque está alimentado por la desconfianza”, insistió.

Se requiere más que un simple conversatorio

Al referirse al hecho de que se mantengan los bloqueos, pese al llamado a deponerlos de parte de José Miguel Corrales, de Rescate Nacional, el sociólogo de la UNA insistió en que esta protesta no es un movimiento social, sino que se trata de múltiples fuegos de un descontento que brota por aquí y por allá sin una articulación manifiesta, aunque con muchas articulaciones latentes.

Por esta razón, -dijo- no hay tampoco una relación aparente entre la persistencia de los bloqueos y la mecánica del diálogo, “menos si el diálogo continúa bajo los mismos parámetros en que dialogan las élites, es decir, diálogos pautados desde arriba, desde quien dice o cree tener la palabra, la ley, el monopolio del orden”.

En cuanto al papel que le correspondería asumir al gobierno, Morales considera que debe ser el de facilitador de un diálogo multisectorial, para el cual el gobierno debe ofrecer, lo más pronto posible, un esquema con objetivos y una metodología.

En su opinión, es muy claro que el gobierno no debe pretender ponerse él como el interlocutor de todos los sectores convocados. “Si el gobierno quiere hacer algo bien, deben preparar una plataforma de diálogo con una perspectiva de mediano plazo. No puede organizar un simple conversatorio para que se apacigüe la crisis actual, debe proponer un diálogo para ver problemas y salidas a mediano plazo. Debe ser un diálogo que nos sirva para aprender a dialogar y el primero que tiene que poner en práctica ese aprendizaje es el gobierno”, subrayó el sociólogo.

***Mayores detalles con periodista Oficina de Comunicación 8334-4150.

 

Imagen: UNA.

Enviado por UNA Comunicación.

Protesta y movilización social en tiempos de pandemia: algunas tendencias, características y preguntas

Este análisis que fue remitido a SURCOS y compartimos fue elaborado por los doctores en Sociología Allen Cordero y Manuel Barahona junto a la bachiller en Economía Priscilla Sibaja. Cordero es director de la Escuela de Sociología de la Universidad de Costa Rica y Barahona es catedrático jubilado de la Universidad Nacional. Sibaja realizó la asistencia de investigación. El contenido es responsabilidad de sus firmantes y se produce en el espacio académico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

Allen Cordero, Manuel Barahona, Priscilla Sibaja

Introducción

«Sin duda la etapa histórica que se ha abierto tanto a nivel nacional como internacional en virtud de la pandemia de Covid-19 presenta retos inéditos para la comprensión de la sociedad. Algunos de ellos muy urgentes y otros que se asoman e insinúan en el camino. Las dimensiones sociales en juego son contundentes. Algunas teorías y nociones buscan dar respuestas a la comprensión de esta situación, pero de seguro, será necesario echar mano de enfoques novedosos para intentar comprender lo que emerge, incluyendo elementos de continuidad y ruptura. Muchos retos teóricos, analíticos y descriptivos aguardan a quienes desde las Ciencias Sociales nos interesamos por los movimientos sociales.

Este artículo intenta un acercamiento a la comprensión de las tendencias y alcances en la movilización y protesta social en Costa Rica en la coyuntura abierta por la pandemia del COVID19 ocasionada por el SARS-CoV-2, al declararse en Costa Rica el primer caso positivo el 6 de marzo del 2020. Inicia con un breve estado del arte de la protesta social, resumido en el reflujo preexistente en la misma.

En un segundo momento, se revisan las cifras de la base de datos del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad de Costa Rica (UCR), sobre protesta social para el período marzo–septiembre de 2020, complementada con una sistematización propia de noticias sobre protesta social derivados de medios de comunicación y redes sociales.

Finalmente, se traza una tipología de los movimientos sociales, tratando de ordenar para el análisis los actores/actrices de los movimientos y sus móviles, ello con miras a dar cuenta de sus alcances en término de incidencia.

Se subraya que este es un análisis en construcción pues evidentemente mucho puede suceder en el futuro inmediato y mediato en términos de la dinámica de los movimientos sociales.

Hemos cerrado la revisión de materiales para este texto el domingo 4 de octubre en horas de la mañana en el contexto de la lucha contra el pago de más impuestos. Este movimiento empezó el domingo 20 de septiembre y ha sido el más fuerte desde el inicio de la pandemia, gestándose originalmente como una protesta de clases medias de Santa Ana y alrededores, revestida de banderas blancas y tricolores. Desfilaban en carros lujosos y decían que ya no podían pagar más. El movimiento continuó como una campaña política de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP) y los medios de comunicación tradicionales y más influyentes decían unos y otros que ya no podían pagar más. Para el pasado miércoles 30 de septiembre, el Movimiento de Rescate Nacional llamó a una jornada de desobediencia civil. Se convirtió en una verdadera jornada nacional. Incluso en las primeras horas de esta jornada las cámaras patronales le hicieron un guiño a la lucha. Por ahí del medio día de ese miércoles, la UCCAEP se deslindó tajantemente de las protestas, dijo que estaba de acuerdo con los objetivos, pero no con la forma. Los sindicatos mientras tanto no sabían qué hacer. Hoy, domingo 4 de octubre, este proceso altamente complejo no ha terminado y es claro que no se agota con el tema de no más impuestos. Para la próxima semana, el martes 6 de octubre, concretamente se ha anunciado nuevas jornadas de protesta ahora sí con participación sindical. Pero hemos decido hacer un corte acá, considerando que el material presentado es abundante para sistematizar y analizar. Esto con el objetivo de brindar elementos para tomar las mejores decisiones y orientar las acciones que correspondan».

Puede descargar el documento de la investigación en el siguiente enlace:

Protesta debe conducir a un proyecto viable de nueva sociedad

Gerardo Morales García

La protesta de la calle en estos momentos tiene, al parecer, como máximo objetivo bloquear las principales carreteras del país y medir fuerzas con la policía, que intenta desbloquear los puntos críticos.

El enfrentamiento con la policía ya deja un saldo bastante abultado de heridos y detenidos. Además de una buena cantidad de daños materiales a vehículos particulares y del Estado. Y la violencia crece conforme pasan los días y no se ve ninguna opción de diálogo y entendimiento.

El COVID-19 ha pasado a un segundo plano. No importa ya el contagio ni las alertas. Los fallecimientos siguen aumentando, pero eso ya no es el punto central de reflexión.

Hay algo preocupante en esta coyuntura. La lucha inmediata es contra el Ejecutivo, y en particular contra la figura del Presidente. No es contra un sistema económico determinado ni siquiera contra un modelo de desarrollo ni su sistema político. O al menos no explícitamente en tanto el adversario no son las cámaras empresariales, el capital, ni tampoco quienes evaden y eluden impuestos. Esos ven los acontecimientos desde sus casas y mansiones. Sin mayores sobresaltos.

Tampoco el objetivo es el rediseño del Estado o la estructura jurídica del Estado o puntos críticos de la democracia como sistema político. La consigna genérica es “no más impuestos” con la consiguiente ambigüedad de un discurso que puede ser defendido también por los responsables históricos de la desigualdad económica y social del país. No más impuestos piden también quienes deberían contribuir más con la economía nacional, quienes pagan salarios bajos y tributan lo mínimo. Los mismos que adeudan grandes sumas a la seguridad social y que ven, repito, los acontecimientos desde sus casas, porque el problema pareciera no ser con ellos.

Con esto quiero enfatizar que la agenda de la protesta y la estrategia puede repetir lo mismo de siempre: hay violencia creciente, daños al patrimonio del Estado, heridos, detenidos y hasta muertos. Pero no se pasa de ahí. El sistema que genera desigualdad sigue igual, los salarios siguen hacia la baja, la calidad de vida se deteriora y la pobreza se mantiene o crece con la pérdida de empleos.

Es decir, se protesta pero no se profundiza en un proyecto viable de nueva sociedad, de nuevos tipos de convivencia social, de nuevas reglas del juego. Eso no interesa porque a la larga la política de corto plazo, la reivindicación inmediata, no da para pensar en algo mucho más fuerte y viable.

En lo particular me duele que de pronto un movimiento contestatario se convierta en un callejón sin salida, en un movimiento ritual que no logra trascender su propio impulso. Y que el objetivo central sea la violencia per se y no algo que convoque realmente a un cambio radical del sistema. Presumo que nuestras revoluciones serán siempre conservadoras, donde el oportunismo y la consigna de corto plazo terminan generando más frustración en los sectores vulnerables, que nunca se benefician realmente con nuestras revueltas de bloqueos y quema de patrullas de la fuerza pública, fuerza pública a la cual le exigimos, en otros momentos, que nos cuide del crimen organizado y de la delincuencia.

Se que mi visión no es la ortodoxa de los revolucionarios profesionales, de los líderes que prometen el cambio con petardos y bulla pero que al final no logran conjuntar los intereses de la ciudadanía como en otros tiempos si lo pudo hacer un Manuel Mora con su capacidad organizativa y negociadora.

Como no me siento representado plenamente ni por el gobierno ni por los líderes que han asumido la estrategia del bloqueo y la quema de patrullas, no me queda más que esperar a que las partes se sienten realmente a negociar una salida que nos ayude a todos a respirar dignamente en algún momento. Y que más temprano que tarde podamos soñar realmente con un nuevo proyecto de sociedad. Un proyecto donde no se tenga que recurrir a préstamos de usura o a la reducción del Estado social.

Se qué hay muchos intereses en juego, desde los electorales hasta el simple revanchismo camuflado. Y que ya uno está bastante curtido como para no caer en el pecado de ingenuidad.

Y como todavía puedo pensar libremente, sin directrices de nadie, me tomo el derecho de expresar mi opinión en esta hora realmente difícil, con varias pandemias en desarrollo.

Las cosas van de mal en peor

Juan Carlos Cruz *

El gobierno corporativo empresarial, que no escucha a los sectores sociales, que sólo dialoga con los empresarios y que reprime la protesta social, arremetió tieso y parejo, esta madrugada, contra algunos de los tranques en Pérez Zeledón, San Carlos y Limón. Excusas sobran para justificar la represión ante la opinión pública, pero igual, esos pretextos para legitimar el uso de la violencia no van a resolver en problema de fondo: hay mucha gente desesperada, sin ingresos, comiendo una vez al día, personas enfermas que no están recibiendo atención en los centros de salud…. Y eso es una bomba de tiempo que le va a estallar en la cara al Gobierno, sin que esta vez le puedan echar la culpa a Albino ni a ningún cabecilla de los sectores sociales.

La desesperación de las madres de familia desempleadas y sobrepasadas por las necesidades de sus hijas e hijos, no se acallan con “condenas mediáticas a la violencia” y más bien, provocan reacciones aún más violentas. No creo que ni el más insensato de quienes asesoran al Presidente, estén pensando en que las campañas mediáticas contra los y las manifestantes van a surtir efecto esta vez. Ya no se trata de sindicalistas “defendiendo privilegios”, ni de empleados públicos “que sólo piensan en su bienestar”, esta vez se trata de un pueblo con hambre que clama por un mínimo gesto de empatía presidencial y algo de solidaridad por parte de un empresariado egoísta, mezquino y miope.

 

*Comunicador jubilado.

SINDEU: Condenamos los actos represivos y fascistas de la policía de Bogotá – no más asesinatos

A LA OPINIÓN PÚBLICA E INTERNACIONAL
SINDICATO DE EMPLEADOS DE LA U.C.R.
San José-Costa Rica, viernes 11 de setiembre del 2020
En el 47 Aniversario del Golpe de Estado a Salvador Allende

La protesta social es un Derecho Humano fundamental, es si se quiere, en esta materia, el primer derecho que le pertenece a los grandes colectivos sociales.

Lo que ha vivido Bogotá en los últimos días del 9, 10 y 11 de setiembre, es el uso indiscriminado de la fuerza, por parte de los cuerpos represivos de la capital colombiana.

Por supuesto que sí, en la acción para detener la protesta social, no hubo uso de armas de reglamento, sino armas pesadas dirigidas contra las y los dirigentes y los sectores populares que hacían uso del ejercicio democrático del Derecho a la Protesta Social. Peor aún, estas acciones revisten un carácter de autogolpe, pues deslegitimaron las directrices de la alcaldesa de Bogotá, la compañera Claudia López.

Las acciones de la policía califican como actos monstruosos, salvajes y fascistas, con visos claros a no reconocer el gobierno de oposición actual que conduce la alcaldesa López. Se dibuja así, una vez más, el desprecio que tienen los aparatos militares, a las instituciones democráticas de la hermana República de Colombia.

La sangre derramada en las calles de la capital, en Bogotá, producto de la represión policial, formarán parte de la impronta que marcó el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, pero también dicen y denuncian en este mapa de sangre, la clara injerencia del imperialismo norteamericano y el papel fantoche de los gobiernos títeres y narcotraficantes, ayer encabezados por Álvaro Uribe y hoy, bajo la complicidad y continuismo de Iván Duque.

Más de dos docenas de muertos (asesinados a mansalva), cientos de heridos y un buen número de miles de detenidos. ¿Dónde está el respeto a los acuerdos de paz?

Al terrorismo de Estado, al Estado narcotraficante y a la democracia fallida de las oligarquías colombianas, les recordamos solamente dos estrofas de su himno nacional:

¡En surcos de dolores el bien germina ya ¡
En su expresivo empuje la libertad se estrena…”
DIGAMOS ALTO AL ASESINATO DE LA POBLACIÓN CIVIL, CONDENEMOS INTERNACIONALMENTE ESTOS ACTOS DE LESA HUMANIDAD ¡¡¡ Viva Colombia soberana !!!, ¡¡¡ Viva la lucha popular!!!

 

*Imagen ilustrativa: https://actualidad.rt.com/

La Federación Sindical Mundial (FSM) denuncia ante la ONU y la OIT la represión en EE.UU

El Secretariado de la FSM emitió el siguiente comunicado de protesta a la ONU y la OIT ante la represión que ejerce el gobierno de EEUU contra los manifestantes.

La Federación Sindical Mundial (FSM), en representación de más de 100 millones de afiliados que viven, trabajan y luchan en 130 países de todo el orbe, expresa su enérgica protesta ante la represión brutal desatada por el estado de EEUU contra los trabajadores y el pueblo del país que está en las calles para protestar contra el racismo, la represión y la violencia policial durante los últimos días.

Estas marchas, que estallaron como una justa expresión de la indignación del pueblo y los trabajadores de EEUU tras el asesinato por policías de George Floyd, afroamericano de 47 años, están siendo reprimidas brutalmente por las autoridades estadounidenses, tanto federales como estatales. Al mismo tiempo, mientras que los asalariados, los desempleados y los pensionistas de EEUU sufren las consecuencias de la pandemia de COVID-19 en un país con carencias terribles de material médico, ventiladores e infraestructuras de salud pública, los líderes de EEUU prefieren intensificar la represión contra el pueblo que protesta.

Hasta el momento, se han registrado más de 5.600 detenciones que ocurrieron en cientos de protestas celebradas en más de 80 ciudades importantes en los dos tercios de los estados del país; al mismo tiempo, muchas quejas de organizaciones internacionales denuncian métodos de represión militarizada sin ningún precedente, mientras que las fuerzas policiales están utilizando equipamiento anti-disturbios de gran potencia y armas de uso militar que incluyen porras, gas lacrimógeno, aerosol de pimienta y proyectiles de goma contra manifestantes, transeúntes o incluso periodistas. Además, entre los miles de quejas presentadas contra la conducta de los departamentos de la policía durante los últimos días, se ha denunciado que en Nueva York, coches de la policía atropellaron a varios manifestantes.

Esta ferocidad sin precedente y la violencia brutal empleada por las fuerzas de represión estadounidenses constituyen una provocación contra el movimiento sindical internacional que se agrupa en las filas de la FSM; constituyen también una infracción manifiesta de cualquier noción de derechos civiles y de libertades democráticas según ratificadas y reconocidas mediante convenios internacionales.

En ese sentido, la FSM expresa su profunda preocupación por la necesidad de proteger a los trabajadores que protestan así como por la violación del derecho del pueblo estadounidense a reunirse, celebrar reuniones públicas y manifestaciones, especialmente si se toman en consideración muchas de las decisiones del Comité de Libertad Sindical de la OIT así como varios documentos internacionales fundamentales, como la Declaración Universal de Derechos Humanos de1948 y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966.

La FSM llama a las organizaciones internacionales a asumir acción directa e iniciativas concretas para investigar fenómenos de violencia racista y represión contra los trabajadores estadounidenses, investigando substancialmente las quejas contra la arbitrariedad policial. Por nuestra parte, nos comprometemos a internacionalizar el asunto y emprender cualquier iniciativa necesaria a nivel institucional para proteger la vida, la salud y los derechos de los trabajadores.

El Secretariado de la FSM

 

Enviado a SURCOS por Luis Chavarría, UNDECA.

Racismo en Estados Unidos: llamado conjunto de varios mecanismos de derechos humanos de Naciones Unidas

Nicolás Boeglin

Racismo en Estados Unidos: llamado conjunto de varios mecanismos de derechos humanos de Naciones Unidas

Ante las diversas protestas desatadas en Estados Unidos desde la muerte en manos de policías blancos del ciudadano norteamericano George Floyd en la ciudad de Minneapolis, varios mecanismos de derechos humanos de Naciones Unidas unieron sus voces este 5 de junio.

El contenido de ambos documentos en breve

En un primer texto colectivo, titulado «Statement on the Protests against Systemic Racism in the United States«, repudian el discurso de odio y de incitación a la violencia por parte de la máxima autoridad en Estados Unidos, recordándole las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos suscritas por Estados Unidos. En este comunicado conjunto, firmado por 44 mecanismos no convencionales de Naciones Unidas (véase texto completo), se puede leer que:

«The response of the President of the United States to the protests at different junctures has included threating more state violence using language directly associated with racial segregationists from the nation’s past, who worked hard to deny black people fundamental human rights. We are deeply concerned that the nation is on the brink of a militarized response that reenacts the injustices that have driven people to the streets to protest«.

En la parte final de su texto, los diversos mecanismos de Naciones Unidas en materia de derechos humanos recuerdan también la obligación para los Estados de remediar mediante medidas de reparación actos como el perpetrado contra la vida de George Floyd, a la vez que exigen a líderes internacionales que se hayan expresado sobre este asesinato atacar las raíces estructurales de racismo y de la discriminación racial, al indicar que:

«Reparative intervention for historical and contemporary racial injustice is urgent, and required by international human rights law. This is a time for action and not just talk, especially from those who need not fear for their lives or their livelihoods because of their race or ethnicity. Globally, people of African descent and others have had to live the truths of systemic racism, and the associated pain, often without meaningful recourse as they navigate their daily lives. International leaders that have spoken out in solidarity with protestors, and with black people in the United States should also take this opportunity to address structural forms of racial and ethnic injustice in their own nations, and within the international system itself«.

En otro comunicado conjunto, también con fecha del 5 de junio, titulado «UN experts condemn modern-day racial terror lynchings in US and call for systemic reform and justice» (véase texto completo) varios expertos en derechos humanos de Naciones Unidas estiman que:

«We strongly condemn the killings of Ahmaud Arbery, Breonna Taylor and George Floyd, and call for systemic reform and justice. The latest videos to surface showing white men chase, corner, and execute a young man who was out jogging, or showing an officer kneeling with his weight on a man’s neck for eight minutes shock the conscience and evoke the very terror that the lynching regime in the United States was intended to inspire,” the experts said. “Given the track record of impunity for racial violence of this nature in the United States, Black people have good reason to fear for their lives«.

Se lee también en la parte final de este comunicado la preocupación generada por mecanismos internos policiales en Estados Unidos que favorecen la militarización de los integrantes de las fuerzas policiales; así como por el hecho que la presión que significa la pandemia del COVID-19 es mucho mayor para la población afrodescendiente en Estados Unidos, al aumentar significativamente el riesgo de verse afectada:

» The experts also recommended that the government of the United States revisit and cease policies facilitating qualified immunity, provision of military equipment to, and military-type training of police, no-knock warrants and use of non-uniformed police in citizen interactions. Finally, civilian oversight boards, mandated body worn camera use, de-escalation training, and independent review of all extrajudicial police killings would enhance both transparency and accountability.

The recent incidents are set in the context of COVID-19, which has heavily and disproportionately impacted people of African descent who faced greater risk and lesser ability to quarantine. These risks, the experts said, have been exacerbated by increased abuse of police authority, over-policing, and excessive force in the enforcement of physical distancing restrictions
«.


Estos dos comunicados se dan a conocer en plena progresión de la pandemia del COVID-19 en Estados Unidos y una semana después de haberse oficialmente retirado Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS): remitimos a nuestros estimables lectores a la nota que elaboramos al respecto, titulada “Estados Unidos anuncia su retiro de la Organización Mundial de la Salud (OMS)” (disponible en este enlace). Como es sabido, Estados Unidos superó la dramática cifra de 100.000 muertes causadas por el COVID-19 el pasado 28 de mayo. Según los registros de la Universidad John Hopkins (véase enlace oficial a mapa del mundo), de las más de 6,9 millones de personas contaminadas a nivel global al 7/06/2020, Estados Unidos concentra en su territorio más de 1.931.000, seguido luego por Brasil con más de 672.000 personas afectadas.

Un llamado de atención a Estados Unidos raramente escuchado que reitera recomendaciones urgentes hechas… en el 2014

Los señalamientos y las recomendaciones que plantearon este 5 de junio los expertos de Naciones Unidas y los mecanismos no convencionales de derechos humanos en los dos precitados comunicados constituyen, sin lugar a duda, un verdadero desafío para las actuales autoridades norteamericanas.

Al respecto, merece mención recordar la letra del artículo 2 de la Convención Internacional para la Eliminación del Racismo y de todas las Formas de Discriminación, adoptada el 21 de diciembre de 1965 (véase texto completo), de la que Estados Unidos es parte desde 1994 (véase estado oficial de firmas y ratificaciones), y que se lee como sigue:

«Artículo 2

1. Los Estados partes condenan la discriminación racial y se comprometen a seguir, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, una política encaminada a eliminar la discriminación racial en todas sus formas y a promover el entendimiento entre todas las razas, y con tal objeto:

a) Cada Estado parte se compromete a no incurrir en ningún acto o práctica de discriminación racial contra personas, grupos de personas o instituciones y a velar por que todas las autoridades públicas e instituciones públicas, nacionales y locales, actúen en conformidad con esta obligación;

b) Cada Estado parte se compromete a no fomentar, defender o apoyar la discriminación racial practicada por cualesquiera personas u organizaciones;

c) Cada Estado parte tomará medidas efectivas para revisar las políticas gubernamentales nacionales y locales, y para enmendar, derogar o anular las leyes y las disposiciones reglamentarias que tengan como consecuencia crear la discriminación racial o perpetuarla donde ya exista;

d) Cada Estado parte prohibirá y hará cesar por todos los medios apropiados, incluso, si lo exigieran las circunstancias, medidas legislativas, la discriminación racial practicada por personas, grupos u organizaciones;

e) Cada Estado parte se compromete a estimular, cuando fuere el caso, organizaciones y movimientos multirraciales integracionistas y otros medios encaminados a eliminar las barreras entre las razas, y a desalentar todo lo que tienda a fortalecer la división racial.

2. Los Estados partes tomarán, cuando las circunstancias lo aconsejen, medidas especiales y concretas, en las esferas social, económica, cultural y en otras esferas, para asegurar el adecuado desenvolvimiento y protección de ciertos grupos raciales o de personas pertenecientes a estos grupos, con el fin de garantizar en condiciones de igualdad el pleno disfrute por dichas personas de los derechos humanos y de las libertades fundamentales. Esas medidas en ningún caso podrán tener como consecuencia el mantenimiento de derechos desiguales o separados para los diversos grupos raciales después de alcanzados los objetivos para los cuales se tomaron
«.


También merecen ser recordadas las últimas observaciones del órgano encargado de verificar el cumplimiento de las disposiciones contenidas en esta convención (el Comité para la Eliminación del Racismo y de otras Formas de Discriminación o CERD) con relación al informe oficial remitido por Estados Unidos, hechas en el 2014 (cuyo texto completo está disponible en este enlace). En ellas, se podrá leer que dos aspectos específicos relacionados a prácticas policiales en Estados Unidos dieron lugar a recomendaciones de carácter urgente por parte de los integrantes del CERD:

«8./…/Recordando su recomendación general Nº 31 (2001) sobre la prevención de la discriminación racial en la administración y el funcionamiento de la justicia penal, el Comité insta al Estado parte a que intensifique los esfuerzos por combatir eficazmente y eliminar la práctica de la caracterización racial por parte de los agentes del orden en los niveles federal, estatal y local, entre otros medios:

a) Adoptando y aplicando leyes que prohíban específicamente a los agentes del orden la elaboración de caracterizaciones raciales, como la Ley destinada a poner fin a la caracterización racial;

b) Revisando urgentemente las políticas que permiten la caracterización racial y las prácticas ilegales de vigilancia, supervisión y reunión de datos, incluidas las Directrices sobre la Utilización de Criterios Basados en la Raza por los Órganos de Policía Federales de 2003;

c) Poniendo fin a los programas y políticas coercitivos de inmigración que promueven indirectamente la caracterización racial, como la iniciativa Comunidades Vigiladas y el programa previsto en el artículo 287 g) de la Ley de Inmigración y Naturalización;

d) Llevando a cabo investigaciones prontas, exhaustivas e imparciales de todas las denuncias de caracterización racial, vigilancia, seguimiento y recopilación ilegal de información de inteligencia; obligando a los responsables a rendir cuentas; y proporcionando recursos efectivos, incluidas garantías de no repetición
«.


/

«8. /…/Recalling its general recommendation No. 31 (2001) on the prevention of racial discrimination in the administration and functioning of the criminal justice system, the Committee urges the State party to intensify efforts to effectively combat and end the practice of racial profiling by federal, state and local law enforcement officials, including by:

(a) Adopting and implementing legislation which specifically prohibits law enforcement officials from engaging in racial profiling, such as the End Racial Profiling Act;

(b) Swiftly revising policies insofar as they permit racial profiling, illegal surveillance, monitoring and intelligence gathering, including the 2003 Guidance Regarding the Use of Race by Federal Law Enforcement Agencies;

(c) Ending immigration enforcement programmes and policies, which indirectly promote racial profiling, such as the Secure Communities programme and the 287(g) programme; and

(d) Undertaking prompt, thorough and impartial investigations into all allegations of racial profiling, surveillance, monitoring and illegal intelligencegathering; holding those responsible accountable; and providing effective remedies, including guarantees of non-repetition
«.


En otras de sus observaciones, los miembros del CERD urgían a Estados Unidos en los siguentes términos:

«17./…/El Comité insta al Estado parte a que:

a) Vele por que todas las denuncias de uso excesivo de la fuerza por los agentes del orden sean investigadas de manera pronta y eficaz; por que los presuntos autores sean enjuiciados y, en caso de que sean declarados culpables, se les impongan penas adecuadas; por que se reabran las investigaciones cuando se disponga de nuevas pruebas; y por que las víctimas y sus familias obtengan una indemnización adecuada;

b) Intensifique sus esfuerzos para prevenir el uso excesivo de la fuerza por los agentes del orden velando por el cumplimiento de los Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley, de 1990, y se asegure de que la nueva directiva sobre el uso de la fuerza del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras se aplique y se haga cumplir en la práctica;

c) Mejore los informes sobre los casos relacionados con el uso excesivo de la fuerza y refuerce la supervisión del uso inapropiado de la fuerza y de la rendición de cuentas por esta práctica;

d) Proporcione, en su próximo informe periódico, información detallada sobre las investigaciones emprendidas en relación con las denuncias de uso excesivo de la fuerza por los agentes del orden, incluidos los miembros del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras, así como sobre sus resultados, incluyendo las medidas disciplinarias o las actuaciones judiciales contra los autores y los recursos puestos a disposición de las víctimas o sus familias
«.


/

«17. /…/ The Committee urges the State party to:

(a) Ensure that each allegation of excessive use of force by law enforcement officials is promptly and effectively investigated; that the alleged perpetrators are prosecuted and, if convicted, punished with appropriate sanctions; that investigations are re-opened when new evidence becomes available; and that victims or their families are provided with adequate compensation;

(b) Intensify its efforts to prevent the excessive use of force by law enforcement officials by ensuring compliance with the 1990 Basic Principles on the Use of Force and Firearms by Law Enforcement Officials, and ensure that the new CBP directive on the use of force is applied and enforced in practice;

(c) Improve the reporting of cases involving the excessive use of force, and strengthen oversight of and accountability for inappropriate use of force; and

(d) Provide, in its next periodic report, detailed information concerning investigations undertaken into allegations of excessive use of force by law enforcement officials, including the CBP, as well as their outcomes, including disciplinary or prosecutorial action taken against the perpetrator and remedies provided to victims or their families
«.


Cabe destacar la incuestionable pertinencia de estas recomendaciones hechas a Estados Unidos en el 2014 para prevenir en el futuro el racismo estructural y la discriminación racial que se evidencian en el actuar cotidiano de varias de sus fuerzas policiales.

A modo de conclusión

No cabe duda que la extrema precisión de estas observaciones de carácter urgente dadas a conocer por el CERD en el 2014, al parecer no atendidas debidamente por la administración norteamericana, haga que revistan una actualidad particular en esta primera semana del mes de junio del 2020.

Una ocasión propicia para reafirmar nuevamente cuán necesario es que sean implementadas las observaciones que emanen de los órganos de tratados de derechos humanos; y cuán imperioso resulta que sean ámpliamente divulgadas y analizadas en el seno de las sociedades, en Estados Unidos como en muchos otros Estados.

Compartido con SURCOS por el autor, publicado en su blog http://derechointernacionalcr.blogspot.com/2020/06/racismo-en-estados-unidos-llamado.html

Imagen: http://www.i-ambiente.es/?q=blogs/una-breve-historia-de-discriminacion-racial

El final del discurso del “libre mercado”, ceteris paribus – I parte

Marco Soto Umaña

Un abordaje de las diversas informaciones que pululan en la red, medios de información, organizaciones financieras, organizaciones internacionales, etc., abren un claro panorama de la situación actual y futura del sistema económico planetario existente y de la diversidad de formas en que política y económicamente se particulariza en cada nación, dado la diversidad de procesos históricos y proyectos de vida construidos.

El panorama no es muy positivo, se avecina una recesión de carácter global, que incidirá en cada país de manera diferente, dependiendo de sus características, de los procesos y contextos históricos particulares, de la aglutinación de fuerzas a lo interno, de la inserción al mercado global, ya sea de su total o parcial dependencia, del nivel de deterioro o destrucción del mercado y producción nacionales, causada por el modelo de desarrollo neoliberal, y por supuesto, del desarrollo de la institucionalidad propia, de cada país, es decir, el nivel de privatización, parcial o total logrado por los poderes fácticos nacionales.

Como mencioné, la incidencia de dicha recesión en cada sociedad en particular dependerá de una diversidad de factores, sin embargo, es previsible que economías que otrora fueran referentes de la ficción del “libre mercado”, de las famosas CONSTRUCCIONES elaboradas desde institutos como CATO para demostrar los logros de las “economías libres”, vayan cayendo como castillo de naipes.

Hace ya varios años, me avoqué a estudiar la realidad de Singapur, una economía netamente importadora de lo que consume y, cuestionaba en ese entonces, cómo sobreviviría Singapur en un contexto como el que se avecina, bueno, el momento llegó, esperamos, por el bien de todo un pueblo, que puedan sortear la crisis, sin llegar a, como lo vaticinaba en ese entonces, convertirse en un país fantasma.

El caso de Chile es interesante y preocupante, una economía totalmente privatizada, y peor, una institucionalidad totalmente desmantelada, con pocas capacidades de maniobra, y que ya se encontraba ante una situación de movilizaciones y protesta social, así como de represión sistemática.

En el caso particular de nuestro país, la situación, en principio, no es tan grave, partiendo de que los intereses y procesos privatizadores, no han logrado plasmar todo ese ideario en su totalidad, aún y a pesar de haber logrado, adelantándose a los acontecimientos, blindar las posibilidades en la toma de decisiones, que como ciudadanos tenemos con el instrumento del referéndum y la CRIMINALIZACIÓN DEL DERECHO A LA PROTESTA SOCIAL.

Repito, toda sociedad, depende en la coyuntura actual de sus propias capacidades y características internas, de las condiciones materiales, infraestructura, recurso humano, institucional, relativa capacidad auto alimentaria, etc., y Costa Rica reúne, considero, todas esas características, exceptuando, la social, esa base social con capacidad de EXIGIR cambios estructurales, esa aglutinación de fuerzas capaces de dirigir el barco hacia un puerto donde podamos embarcarnos todos y todas sin exclusión, y eso requiere un gran esfuerzo de construcción, dejando de lado posiciones extremas, parcelitas e intereses.

Hoy por hoy, la batuta la tienen los grandes intereses corporativos, los poderes fácticos, los que han construido la crisis, fueron llamados para arreglar lo que destruyeron, ahondando aún más el modelo, cargando sobre las espaldas del sector trabajador, público y privado, sobre los micro, pequeños y medianos empresarios, el peso de la crisis.

“Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”.

UCR, Voz experta: Reimaginar la acción colectiva en tiempos de distanciamiento físico

Dr. Alejandro Alvarado AlcázarFoto: Karla Richmond.

Por Alejandro Alvarado Alcázar, docente de la Escuela de Sociología e investigador del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS)

Una reflexión sobre algunas alternativas para trasladar la acción colectiva a otros espacios posibles en la actual coyuntura del COVID-19

Hasta el momento, las medidas sanitarias de distanciamiento físico y las restricciones a la circulación de personas sostenidas en Costa Rica para contener el contagio de la COVID-19 se han mostrado eficientes y eficaces. Gracias a estas medidas, se ha conseguido frenar el incremento intenso en los casos y reducir la cantidad de personas en riesgo de morir debido a la enfermedad.

No obstante, en materia social y económica estas mismas medidas han tenido impactos profundos sobre una mayoría de la población, particularmente entre la trabajadora. Para muchas de las personas que contaban con un empleo formal, las restricciones se han traducido en la pérdida total o parcial de sus puestos y en la consiguiente desmejora de sus ingresos. Por el contrario, para las personas que se encontraban insertas en el sector informal de la economía, el golpe ha resultado incluso más intenso, perdiendo prácticamente sus condiciones mínimas de reproducción.

Pese a que el gobierno ha introducido medidas como el bono PROTEGER en un intento de combatir los efectos perniciosos que la crisis ha tenido sobre los hogares, desde diferentes sectores (Martínez 2020 04 21) se ha reiterado la insuficiencia de estas medidas y la urgencia de políticas que participen a todos los sectores según sus posibilidades, particularmente económicas. Pero también han surgido las posturas de sectores que miran en la crisis un espacio de posibilidad para concretar su proyecto político-económico de recorte de lo público (Mora et al. 2020 03 19).

En este escenario, la acción colectiva se torna una herramienta fundamental para construir salidas a la crisis que supongan poner a la gente primero. Históricamente, la calle ha sido el espacio central para el ejercicio de la acción colectiva, sobre todo para aquellos sectores que no tienen lugar en la institucionalidad y que deben recurrir a otros mecanismos para hacerse escuchar. No obstante, las medidas de distanciamiento físico prácticamente han cancelado, en el corto plazo, las posibilidades de recurrir a las calles, lo cual plantea el reto de reimaginar la acción colectiva en tiempos de distanciamiento físico.

Desde luego ensayar ideas en estas circunstancias es un ejercicio complejo, pero para pensar la acción colectiva durante el confinamiento, se puede recurrir a las mismas experiencias que los movimientos sociales han desarrollado durante las últimas décadas.

En este sentido, una primera idea pasaría por la acción colectiva on-line, es decir, el recurso a métodos de acción que hagan uso de Internet. Sobre esto, los movimientos sociales tienen una importante experiencia, pues las manifestaciones on-line forman parte de sus repertorios desde hace décadas. Estas también ofrecen la posibilidad de coordinar acciones que en otros países se han colocado en el debate como las huelgas de pagos (Della Porta 2020 05 02).

Segundo, la construcción de formas de solidaridad situadas en torno a las comunidades. América Latina tiene una larga trayectoria en este campo, incluyendo las ollas populares y otras prácticas de apoyo mutuo gestadas precisamente en tiempos de crisis.

Tercero, la conformación de espacios de articulación progresistas que sumen la participación de los diferentes sectores, desde los sindicatos hasta las organizaciones indígenas, campesinas, estudiantiles, ecologistas, feministas, etc. junto a partidos y otros espacios políticos. Una articulación de este tipo podría generar propuestas que disputen la hegemonía política de las élites que hasta el momento mantienen bajo su control la orientación de las principales políticas en materia económica. Pero también podrían constituirse como espacios de solidaridad con aquellos sectores que debido a sus condiciones están sufriendo mayormente el impacto de la crisis.

Por supuesto, ninguna de estas propuestas es excluyente; por el contrario, pueden encontrar su mayor potencial en sus articulaciones posibles en la medida en que permitan imaginar formas de acción colectiva que consideren los ritmos de la crisis misma y las posibilidades con las que cuenten los movimientos sociales para su desarrollo.

Finalmente, en medio de los clamores generales por un retorno a la “normalidad”, la consigna surgida en las protestas populares de 2019 en Chile encuentra mayor sentido que nunca: “no volveremos a la normalidad porque la normalidad es el problema”.

Esto supone plantearse que cualquier “normalidad” futura posible será una disputa por la defensa de lo público y lo común y contra las desigualdades por encima de los intereses privados; una normalidad que ponga a la gente, particularmente a los sectores más marginados, primero y que defienda un sentido común en función de los intereses de las mayorías.

Crisis como la presente generan espacios para el cambio social, pero el signo de dichos cambios será precisamente lo que estará en disputa en el futuro cercano.

 

Alejandro Alvarado Alcázar
Docente de la Escuela de Sociología e investigador del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS)

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Foro: Criminalización de la Protesta Social y Derecho a la Huelga en Costa Rica

ACODEHU y el Colectivo de Solidaridad con Honduras invitan al Foro: «Criminalización de la Protesta Social y Derecho a la Huelga en Costa Rica» este próximo 31 de octubre a las 5:30 p.m. en la Casa Cultural Simón Bolivar.

Se contará con la participación de:

  • Walter Antillón Montealegre
  • Armando Navarro Martínez
  • Ana Cecilia Jiménez Arce

Más detalles en el siguiente afiche:

 

*Imagen de portada con fines ilustrativos tomada de Partido Revolucionario de las y los Trabajadores.

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