Lo que escribe el odio
Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense
Hace algunas semanas fue publicado en España el resultado de un año de seguimiento en redes sociales a los discursos racistas que permean sus contornos.
Es cierto. Detrás de una opinión que no es simple, se vierten los contenidos más espurios de ataque a las personas en razón de su nacionalidad, color de piel, identidad.
Le correspondió esta vez al atacante Lamine Yamal recibir calificativos como “moro de mierda” o “Mena”, según el Observatorio contra el racismo y la xenofobia de aquel país europeo. En el último año el jugador barcelonés concentró el 60% de los insultos racistas.
El otro jugador receptor de tales agravios es el brasileño Vinicius JR, contra quien incluso se han proferido insultos que han llegado a detener partidos y expulsar a quienes lanzaron los gritos desde las graderías.
Para que tengamos una dimensión real del significado del racismo hacia Yamal, la palabra “Mena” fue instrumentalizada por la derecha española para hacer referencia a cualquier persona con aspecto magrebí.
Ya su uso empezó a descuadrarse al vincular a los Menores Extranjeros No Acompañados que llegaban a países como España, Francia e Italia con peligro y delincuencia.
Rápidamente, como suelen ser las ideas del radicalismo de derecha, su significado alcanzó connotaciones racistas que pronto abordaron las canchas de fútbol.
Lo que el odio escribe y pregona es la barbarización del otro hasta restarle su humanidad. En tiempos donde justamente la humanidad vive uno de sus períodos más complejos, estos discursos deben ser erradicados y restados en su poder. Empezar por ejemplo a negarlos, eliminarlos como opción para que no vuelvan a tener espacio en ningún lugar con resonancia.
Esa es la tarea.