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Etiqueta: religión

Los datos y cálculos electorales… y la conciencia

Héctor Ferlini-Salazar

 

Desde cualquier punto de vista que se mire, el proceso electoral 2018 en Costa Rica ha significado un socollón político. El ascenso de una opción de gobierno con marca religiosa no estaba contemplada. En mi artículo “Cuatro claves para una elección”, publicada en SURCOS el 26 de enero, comenté que los temas de la corrupción y de los derechos humanos habían disparado las candidaturas de Juan Diego Castro y Fabricio Alvarado respectivamente; a la postre este último resultó ganador de la primera vuelta.

Los datos obtenidos, las declaraciones que provienen de representantes de las opciones electorales descartadas para la segunda ronda, y especialmente, el renacimiento de un compromiso ciudadano que se expresa en redes digitales con la creación de múltiples grupos con tono pluralista y en el activismo palpable que busca evitar un gobierno dirigido por una religión altamente conservadora, augura un gane amplio de Carlos Alvarado para otorgar cuatro años nuevos de gobierno al PAC.

Será, muy probablemente (si ese compromiso ciudadano se mantiene y aumenta conforme se acerque el 1 de abril), un triunfo contundente de Carlos Alvarado que enviará al país al menos dos mensajes: a) las opciones fundamentalistas no tienen hoy viabilidad política para llegar al Poder Ejecutivo en Costa Rica, b) las bancadas del PLN y del PUSC tendrán que tener mucho cuidado con las alianzas que hagan con Restauración Nacional en la Asamblea Legislativa si desean renacer como opciones electorales, pues habrá una ciudadanía que ya no estará atada a sus partidos. Tendrán que asumir con responsabilidad los grandes temas como el problema fiscal, el sistema de seguridad social (incluye educación, salud, recreación y otros), la protección de los derechos humanos, el agua, para citar los más apremiantes y que concentran la mirada ciudadana.

¿Pero qué ocurrirá si este compromiso ciudadano que hoy observamos en redes digitales se acaba el 1 de abril? Para responder quiero comentar tres experiencias vividas recientemente en mis constantes actividades en comunidades para trabajar el tema de la construcción de cultura de ciudadanía y democracia participativa. En la Zona Sur, durante un taller en setiembre, un participante dirigente sindical del sector de pequeña agricultura, aprovechó su comentario sobre el tema del encuentro para arremeter contra “la ideología de género y las guías de educación sexual”. En la Zona Norte, en octubre, en otra actividad, una compañera de larga lucha y compromiso con los derechos de las mujeres campesinas habló también contra las guías para promover la afectividad y la sexualidad integral. En Limón, en las semanas finales de 2017, otro participante de las actividades que promuevo en torno al tema de  construcción de cultura de ciudadanía y democracia participativa, dirigente comunal de larga trayectoria y participante de muchas organizaciones comunitarias, igualmente se pronunció en contra de los temas relacionados con la sexualidad. En esas fechas no se conocía el pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos acerca del matrimonio igualitario. Como vemos, todas son personas comprometidas con su gente y sus comunidades, ninguna tenía una argumentación consistente para sus discursos, pero los asumen plenamente y los defienden a viva voz porque los mensajes difundidos desde fuerzas políticas y medios de persuasión no son inocentes y están diseñados para ser incorporados. El compromiso social no siempre implica conciencia política.

¿Es suficiente entonces si se gana esta elección de Carlos Alvarado? ¿Se rendirán las fuerzas que impulsan esos temas y otras ideas como que el problema del déficit fiscal está en los programas sociales que gastan mucho y no en la evasión, la elusión y un sistema tributario injusto? ¿Qué vendrá después? Como lo propuse en el texto “La fuerza nace desde las comunidades” (2011), la construcción de una fuerza social transformadora que oriente al país por una ruta de justicia social, implica dos ingredientes claves: – Elevar la conciencia del pueblo, esto es, desarrollar un proceso educativo para lograr una clara comprensión de los problemas, sus causas profundas, y las soluciones. – Elevar la calidad organizacional, lo cual implica, más gente participando conscientemente en las organizaciones sociales y comunitarias con ánimo plural, y mejor articulación entre los grupos.

Esta tarea, que es la tarea de construir una sociedad nueva basada en la justicia y el respeto a los derechos de cada persona, no se hace desde las redes digitales que si son útiles como medios de difusión, pero la construcción de conciencia política implica un cara a cara, una comunicación directa para palpar la realidad de cada comunidad y de cada persona, desentrañar ideas, percepciones y vibraciones para comprender por qué una persona acepta y divulga determinadas ideas y estar en capacidad de construir una respuesta inteligente a partir de la credibilidad que provee la cercanía humana. Esas ideas, percepciones y vibraciones solo se comprenden en la vivencia concreta, no por la vía digital, y en esa vivencia concreta, se descubre los elementos que pueden generar rupturas culturales y construir, primero, conciencia social, y luego, conciencia política, es decir, reconocimiento del rol o papel que se tiene en la dinámica de poder y definir si se desea seguir con ese papel o se quiere transformar en unión con las personas cercanas. Por eso la fuerza nace desde las comunidades. No hay que ver esta frase con dramatismo y argumentar que “no tengo tiempo”, pues todas las personas tenemos una o varias comunidades: habitacional, laboral, familiar, deportiva, artística, estudiantil… donde podemos sembrar con inteligencia la semilla de la conciencia y cuidar que germine y se multiplique.

Hay que ganar esta elección porque se reconoce la calidad del candidato, porque se siente identificación con el programa, o porque se quiere evitar el triunfo del fundamentalismo religioso, pero luego la tarea sigue… desde las comunidades.

 

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4º domingo t.o.: nuestro voto del próximo domingo y el Reino de Dios

Lect.: Deuteronomio 18:15-20; I Corintios 7:32-35; Marcos 1:21-28

 

  1. Tomar una decisión de voto para elegir a un presidente de la república y un congreso de diputados siempre es algo difícil. No es fácil liberarse de los bombardeos de las propagandas abiertas de los partidos y de las más o menos disimuladas que transmiten los medios de comunicación, –periódicos, radios y canales de TV—. En la actualidad unos y otros utilizando recursos técnicos más sofisticados. Pero esta vez la decisión, para muchos en Costa Rica, se torna más difícil porque en el escenario público se han mezclado argumentos religiosos con la política electoral. Ciertamente, en alguna medida esto se dio otras veces en el pasado, pero en esta ocasión ha sido un argumento más persistente y pegadizo, probablemente por tres razones: primero porque uno de los candidatos a la presidencia y varios de los que aspiran a curules de diputados, son pastores o predicadores de grupos cristianos neopentecostales; segundo, porque a estos se han asociado los obispos católicos y, en fin, porque la mezcla religión – política, ahora se relaciona con temas que causan mucha inseguridad y temor en gran parte de las personas: temas relacionados con la identidad sexual y con la estabilidad del matrimonio tradicional.
  2. Una homilía o reflexión sobre las lecturas de la liturgia no son el lugar para hacer un análisis socio político de esta situación, pero sí para intentar, —a partir del mensaje que contienen los textos, es decir, desde un punto de vista bíblico -teológico—, clarificarnos sobre la validez del uso de argumentos religiosos para resolver temas como los electorales.
  3. En la primera lectura de hoy, tomada del libro del Deuteronomio, el Dios del pueblo de Israel, al prometer que después de Moisés siempre suscitará profetas que transmitan sus palabras hace, al mismo tiempo, una severa advertencia: “si un profeta tiene la arrogancia de decir en mi nombre una palabra que yo no he mandado decir, (…) ese profeta morirá”. Más allá de la dramática amenaza, el texto interesa mucho porque constata, desde entonces, lo que muchos otros pasajes bíblicos posteriores narrarán, la existencia de “falsos profetas” o dicho menos radicalmente, la posibilidad que siempre existe de que quienes tenemos el encargo de predicar la palabra de Dios, caigamos en el error, —por ignorancia o por malicia— de presentar como “palabra divina” lo que no es más que expresión de nuestros intereses materiales, o de nuestros prejuicios ideológicos.
  4. De manera positiva, en la tercera lectura Marcos nos presenta hoy un pasaje luminoso que marca, desde el inicio del evangelio, toda la actividad de Jesús de Nazaret. La curación de “un hombre poseído por un espíritu inmundo”, provoca que “todos los presentes en la sinagoga se queden pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad!” Quedan sorprendidos porque estaban acostumbrados a escuchar las enseñanzas de los escribas o maestros de la ley, que se limitaban a interpretar y comentar los libros y las tradiciones del pasado. Más de lo mismo. Jesús, en cambio, habla por autoridad propia, no la de documentos, con una autoridad que le sale de dentro, habla de algo nuevo, de su experiencia del reino de Dios en su propia vida. Lo que Jesús habla no son meramente palabras muy bonitas y piadosas, o discursos políticamente correctos; lo que él habla, viene de su propia vivencia y es, además, refrendado por su acción poderosa que nace de esa vivencia de lo trascendente, de lo divino. Erradicar el mal que hace daño a las personas, a los enfermos, a los pobres, a los excluidos es, entonces, lo que da a conocer a quienes lo escuchan y lo ven que el reinado de Dios en la vida humana ha llegado en él.
  5. En la Buena Noticia, en el evangelio de Jesús, nunca encontraremos ni directa ni indirectamente, ningún argumento para votar por un candidato o candidatos pero no por otros. Porque, como dice san Pablo, “Después de todo el Reino de Dios no es cuestión de comida o de bebida, sino de justicia, de paz y de gozo en el Espíritu Santo. El que sirve a Cristo de esta manera es agradable a Dios y goza de la aprobación de los hombres. Busquemos, por lo tanto, lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación” (Rom 14: 17 – 19). Modernizando la expresión de Pablo, podemos decir, que el Reino de Dios no es política, ni economía, ni sexología,… sino la desinteresada construcción de la justicia, la fraternidad y la solidaridad en esos y en todos los ámbitos. El reino de Dios es una aspiración suprema, de plenitud humana, indescriptible, a la que Jesús nos invitaba a convertirnos, a sumergirnos en ella y a experimentarla, como él la experimentó, y desde ahí podemos empezar a vivir en la construcción de una nueva convivencia humana.

 

Nota:

Una destacada teóloga estadounidense, Kathryn M. Schifferdecker, Profesora Asociada de Antiguo Testamento, en Saint Paul, Minn., comentando el texto de la primera lectura de hoy, Deuteronomio 18:15-20, narra su experiencia enseñando en un Seminario en Addis Abeba. Uno de los estudiantes, pastor de mediana edad, con mucho sentido de sabiduría, le preguntó cómo distinguir los “verdaderos” de los “falsos profetas”. La pregunta representaba una inquietud urgente porque, decía, “hay mucha gente en las diversas iglesias etíopes que pretenden ser “profetas”, y quienes los escuchan necesitan criterios para saber si estos individuos son confiables o no. (Parecido a como se necesita en situaciones confusas como lo son las coyunturas político electorales). La Dra. Schifferdecker, comenta ¿Quién habla en nombre de Dios? Hay montones de gente que se presenta “hablando en nombre de Dios”: teólogos de la prosperidad, gurús de auto ayuda, predicadores de radio y televisión, blogueros religiosos de la abundancia, e incluso el predicador que proclama la palabra domingo tras domingo en un lugar y momento concretos”. Basada en muchos testimonios proféticos de la Sagrada Escritura, la profesora señala, al menos, cinco criterios para discernir quién es de verdad “profeta”, quién comunica la palabra de Dios. 1º El verdadero profeta no busca ser profeta. [Esto me recordó cuando hace poco una niña estudiante le preguntó al papa Francisco si él quería ser Papa. Francisco respondió que él no había querido ser Papa porque, a su juicio, si una persona quiere ser Papa es que no se quiere mucho”. Dios no la bendice]. 2º El verdadero profeta no busca ni la auto promoción, ni ganar bienes y riqueza; 3º El verdadero profeta busca discernir la palabra de Dios y no mezclarla con la suya propia; 4º El profeta habla nuevas palabras en situaciones nuevas. El Espíritu Santo lo mueve a lo nuevo, por caminos inesperados. Finalmente, tanto el verdadero como el falso profeta se dan a conocer por sus frutos. Puede verse: http://www.workingpreacher.org/preaching.aspx?commentary_id=2353

Jorge Arturo Chaves O.

**Puede ver una reflexión que amplía estos conceptos en el siguiente enlace: https://youtu.be/4Of0p_52G4M

 

 

Tomado del blog http://losquequeremosser.blogspot.com/2018/01/4-domingo-to-nuestro-voto-del-proximo.html

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La espiritualidad, la religión y el Estado

Juan Carlos Cruz Barrientos

 

Haciendo un esfuerzo para sustraerme del tono de la discusión que ocupa la agenda electoral costarricense, me puse a buscar elementos racionales que me ayudaran a entender y a dimensionar el fondo de la discusión en la que las cúpulas de las iglesias católica y evangélica, han logrado enfrentar la fe con los derechos humanos, a tal punto que un día de estos le escuché decir a un buen católico que “estábamos frente a una contradicción entre Dios y los derechos humanos”.

Así las cosas, quiero compartir los resultados de mis hallazgos bibliográficos:

  1. La espiritualidad se refiere a una disposición principalmente moral, psíquica o cultural, con la intención de experimentar estados especiales de bienestar, como los que produce la idea de la salvación o la liberación. Se relaciona asimismo con la práctica de la virtud, lo que se traduce en querer ser una mejor persona.
  2. Espiritualidad y religión no son lo mismo. Mucho antes del surgimiento del cristianismo, desde los albores de la humanidad, ha habido hombres y mujeres que cultivaban la espiritualidad mediante prácticas de meditación, ayuno y autoconocimiento, contemplación, etc. para alcanzar la reconciliación consigo mismos, la calma mental y el equilibrio emocional.
  3. La espiritualidad alimenta el sentido de la vida para muchas personas independientemente de la religión que practican o de la ausencia de una religión. En todo caso, la espiritualidad es algo personal e íntimo.
  4. La religión difiere de la espiritualidad en que se trata de «algo eminentemente social». Una encuesta mundial de 2012 reporta el 59 % de la población mundial como «religioso» y el 36 % como no religiosos (incluido el 13 % de ateos).
  5. Por lo tanto, la religión constituye una expresión colectiva de la espiritualidad, regida por normas de comportamiento, prácticas rituales, sistemas de valores y visiones del mundo que se comparten. Muchas religiones tienen narrativas, símbolos e historias sagradas que pretenden explicar el sentido de la vida o el origen de la misma y del universo. Según algunas estimaciones, existen alrededor de 4200 religiones vivas en el mundo y muchas de ellas se disputan ser la “única verdadera”.
  6. A partir de sus creencias sobre el cosmos y la naturaleza humana, la trascendencia y otras, las personas pueden derivar una moral o una ética y un estilo de vida preferido acorde con ellas. En el caso de las religiones, aceptar esta moral y ética se impone como requisito para los feligreses y se deriva además en normas, preceptos y leyes religiosas.

Estando en la búsqueda de definiciones y textos que me ayudaran a diferenciar ambos conceptos, llegó a mis manos una cita del sacerdote jesuita, teólogo, filósofo y paleontólogo francés Pierre Teilhard de Chardin (1881- 1955), con cuya obra entré en contacto gracias a mi profesor de filosofía en Estudio Generales en 1973:

«La religión no es sólo una, hay cientos. La Espiritualidad es una.

La religión es para los que duermen. La Espiritualidad es para los que están despiertos.

La religión es para aquellos que necesitan que alguien les diga qué hacer y quieren ser guiados. La Espiritualidad es para aquellos que prestan atención a su voz interior.

La religión tiene un conjunto de reglas dogmáticas. La Espiritualidad invita a razonar sobre todo, a cuestionar todo.

La religión amenaza y asusta. La Espiritualidad da Paz interior.

La religión habla de pecado y culpa. La Espiritualidad dice, «aprender del error”.

La religión reprime todo, y en algunos casos es falsa. La Espiritualidad trasciende todo, te muestra la diferencia entre la realidad y la Verdad!

La religión no es Dios. La Espiritualidad es todo y, por tanto, es Dios.

La religión inventa. La Espiritualidad encuentra.

La religión no pide ninguna pregunta. La Espiritualidad cuestiona todo.

La religión es humana, es una organización con reglas. La Espiritualidad es Divina, sin reglas.

La religión es la causa de las divisiones. La Espiritualidad es la causa de la Unión.

La religión te busca para que creas. La Espiritualidad necesita que investigues que busques.

La religión sigue los preceptos de un libro sagrado. La Espiritualidad busca lo sagrado en todos los libros.

La religión se alimenta del miedo. La Espiritualidad verifica y se alimenta de la confianza y la fe.

La religión está viviendo en el pensamiento. La Espiritualidad es vivir en la conciencia.

La religión se ocupa de hacer. La Espiritualidad tiene que ver con el ser.

La religión se alimenta el ego. La Espiritualidad nos permite trascender.

La religión nos hace renunciar al mundo. La Espiritualidad nos permite vivir en Dios, no se da a él.

La religión es el culto. La Espiritualidad es la meditación.

La religión nos hace soñar la gloria y el paraíso en el futuro. La Espiritualidad nos permite vivir la gloria y el paraíso aquí y ahora.

La religión vive en el pasado y en el futuro. La Espiritualidad vive en el presente.

La religión en-claustra nuestra memoria. La Espiritualidad libera nuestra conciencia.

La religión cree en la vida eterna. La Espiritualidad nos hace conscientes de la vida eterna.

La religión promete después de la muerte. La Espiritualidad es encontrar a Dios en nuestro interior durante toda la vida.

«No somos seres humanos que pasan por una experiencia espiritual…somos seres espirituales que pasan por una experiencia humana…»

  1. En otro orden de cosas, tenemos la dimensión material de la existencia humana, que se refiere a las distintas maneras en las que se organiza una colectividad para satisfacer sus necesidades de alimentación, protección, afecto, reproducción, etc. Dicha organización se concreta en lo que hoy conocemos como el Estado-Nación, que se rige por leyes que organizan y regulan la vida social para el logro del mayor bienestar del mayor número de personas y, en esa medida constituye la representación jurídica de toda la ciudadanía.
  2. El Estado moderno difiere de otras formas anteriores de Estado porque, salvo algunas excepciones, ha separado e independizado la institucionalidad religiosa de la gestión de las políticas públicas y porque se rige por los convenios internacionales, entre ellos los de derechos humanos y no por preceptos religiosos particulares.
  3. Los DERECHOS HUMANOS, así con mayúscula porque son nombre propio, no son un capricho, ni una moda, ni una “calentura” como he leído en estos tiempos. Son una serie de estamentos sobre la convivencia humana acordados por el concierto de las naciones tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Los 30 derechos humanos fundamentales, recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos adoptada en diciembre de 1948, recogen una larga tradición de garantías para la vida humana que se vienen expresando desde la antigüedad. A lo largo de los años, esos 30 principios básicos se han venido profundizando, pero no hay nada que se diga hoy que no esté contemplado desde entonces.
  4. De manera que es deber del Estado adoptar las medidas necesarias que permitan a los seres humanos el goce y ejercicio pleno y efectivo de los derechos humanos. El Estado está obligado a respetar, proteger, garantizar los derechos humanos y crear las condiciones para reparar los efectos de la violación de los derechos humanos. No hacerlo, sería renunciar a ser parte de un sistema de naciones del cual nuestro país es fundador (2 de noviembre de 1945)

Una conclusión de mi búsqueda es que la espiritualidad tiene mucho que ver con el ejercicio pleno de los derechos humanos, no así la religión que podría incluso llegar a estar frontalmente opuesta a su cumplimiento igualitario. Basta mirar la forma en que se frena el alcance y disfrute de muchos derechos a diversos grupos de personas, particularmente las mujeres, con cuyos derechos se han ensañado las cúpulas eclesiásticas católica y evangélica.

 

Enviado por el autor.

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UNA: Estado confesional frena avance de derechos humanos

Programa Viernes Científico UNA

 

Con la conferencia “Derechos sexuales, reproductivos y religión en Costa Rica”, que abrió el XVI Congreso Latinoamericano sobre Religión y Etnicidad “Creencias religiosas y derechos humanos en América Latina y el Caribe”, realizado en la Universidad Nacional (UNA) en agosto pasado, la académica de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la UNA, Laura Fuentes, puso en evidencia lo que llamó la “acometida religiosa contra el derecho individual en la salud sexual y reproductiva”.

Para Fuentes -quien también fungió como secretaria ejecutiva del Congreso- el estado confesional, es decir, la declaración expresa de que la religión del estado costarricense es “Católica, Apostólica y Romana”, se convierte en justificación para exigir una legislación “acorde con los principios cristianos”, lo que le otorga a estos un peso considerable en las decisiones en el sistema jurídico y el sistema legislativo, en detrimento de derechos humanos sexuales y reproductivos, protegidos en convenciones internacionales. La idea –estima- es “resacralizar”, mediante las leyes, el control de la reproducción “género-sexualizada”, así como un concepto de familia reproductor del modelo heterosexual.

Derechos lesionados

La expositora coincide con el presidente de ALER Costa Rica, el filósofo Jerry Espinoza, en que uno de los ejemplos es la declaratoria de inconstitucionalidad de la fecundación in vitro por parte de la Sala Constitucional, la cual –advierten- se basa en la “Instrucción Donum Vitae”, emitida por la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano en 1987. Según el argumento religioso, la concepción inicia con la unión del óvulo y el espermatozoide y “a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de persona principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida”.

El criterio médico es diferente. Científicamente, a la unión de los gametos femenino y masculino se le denomina fecundación o fertilización, la que puede producirse en el seno materno o en laboratorio (in vitro); mientras tanto, la concepción ocurre, mucho después, cuando el óvulo fecundado se adhiere al endometrio.

Pero el peso del argumento religioso prevaleció, aún cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se pronunció en contra de Costa Rica en 2012, obligando al país a reparar los perjuicios causados a las parejas afectadas y a implementar nuevamente el procedimiento médico.

El sistema legislativo impidió que el país cumpliera. Con más de 700 mociones, legisladores cristianos frenaban cualquier avance jurídico, alegando que la Fertilización in vitro implicaba la pérdida de embriones, considerados seres humanos, según el argumento religioso.

De manera que para 2016, cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos impidió la anulación de un decreto de la administración del presidente Solís, que legalizó nuevamente la fecundación in vitro en Costa Rica, ya eran 60 parejas las que vieron lesionado su derecho humano a la procreación, durante años de enfrentamientos entre argumentos religiosos y derechos humanos.

Otros atropellos al derecho individual en salud sexual y reproductiva son la negativa al acceso al aborto terapéutico en casos de diagnóstico de embarazo como malformación incompatible con la vida extra-uterina, la anticoncepción de emergencia, que aún continúa sin registro en país, y los derechos de las parejas del mismo sexo. A mediados de 2000, el proyecto de Ley de Unión Civil entre personas del mismo sexo, fue archivado ante la oposición liderada por la Iglesia católica y las Iglesias evangélicas. Y el nuevo proyecto de “Ley de sociedades de convivencia”, enfocado a otorgarles derechos patrimoniales, acumula más de mil mociones en contra de parte de los legisladores evangélicos.

Pánico moral acalla a ticos

Es a esos legisladores a quienes el filósofo Alberto Rojas, de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión, llama “los cuatro jinetes de la cristiandad”, quienes quieren imponer una determinada versión del cristianismo, que perjudica derechos fundamentales, como fue el caso de la procreación mediante la fecundación in vitro y el de las uniones civiles de personas del mismo sexo, entre otros.

“Estos diputados sienten que ellos son la voz de una población con valores cristianos que adversa estos temas y su misión es impedir que lleguen a convertirse en leyes o política pública”.

No obstante, el académico estima que muchas personas reproducen el discurso oficial pero piensan y practican otra cosa. El altísimo porcentaje de prácticas sexuales fuera del matrimonio, el porcentaje de divorcios, la bajísima tasa de fecundidad, el porcentaje de matrimonios civiles no católicos; la posición de madres y padres frente a las clases de afectividad y sexualidad en los colegios y la muy lenta pero constante aceptación cotidiana de las personas de otra orientación sexual son indicadores –según Rojas- de que los costarricenses viven su vida a partir de otros valores o a partir de un cristianismo muy matizado, que no tiene nada que ver con los discursos oficiales.

La razón del distanciamiento entre lo que dicen y lo que hacen -en criterio del experto- está en el temor de ser socialmente rechazados y moralmente castigados, es decir de ese “pánico moral” que los acalla, de lo cual se aprovechan los “cuatro jinetes de la cristiandad”.

Hacia un estado secular

Como dijo Jerry Espinoza, presidente de ALER Costa Rica, el país es el único en América Latina que mantiene en su Constitución Política que el estado tiene una religión.

Avanzar hacia la laicidad del Estado, según Fuentes, podría contribuir a limitar el poder de la religión en el ámbito político, siempre y cuando cambien las prácticas políticas “contaminadas”, ya que actualmente los políticos afianzan su legitimidad en las iglesias y no en la soberanía del pueblo.

Lo que apunta al control directo sobre el cuerpo es lo que no pasa. Por ejemplo, una niña embarazada producto de una violación no tiene derecho al aborto terapéutico. “Hay cosas negociables y otras no. Hay núcleos duros del fundamentalismo cristiano”.

 

***Mayores detalles con la académica Laura Fuentes 2562-4062 o en la Oficina de Comunicación 2277-3067.

 

Imagen tomada de https://www.facebook.com/ALER2016/

Enviado a SURCOS Digital por Oficina de Comunicación UNA.

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La Iglesia Católica clerical no quiere moverse

Javier Solís

 

Desde que leí la novela de Émmanuel Carrèr, “Limonov”, en la que describe el proceso de la caída de la Unión Soviética y el papel jugado por Gorbachev, pensé que algo muy parecido podría sucederle al Papa Bergoglio en la Iglesia Católica.

Soy un viejo cura cercano a los 80 años, secularizado, casado, con hijos y nietos, y bergogliano desde el Concilio Vaticano II, cuya convocatoria por Juan XXIII presencié y cuyas sesiones viví intensamente en Roma como estudiante de teología. A los cinco años de hacer y decir en Costa Rica lo mismo que hace y dice Bergoglio hoy, tuve que decirme: aquí yo no quepo.

La prensa comercial internacional, que analizaremos más adelante, prácticamente dio por fallido el Sínodo convocado por Bergoglio. Pero no es así. Aún más, es probable que la meta a alcanzar por parte del Papa fuera el resultado que obtuvo. Gobachev pretendió renovar la Unión Soviética comenzando por una ingenua libertad de información y publicación, pero sin tocar la estructura constitutiva del estado y del PECUS. Al año, ya no era secretario general del Partido ni presidente. La impensable avalancha de revelaciones, los descubrimientos sobre la verdadera realidad del “socialismo” soviético, las condiciones de vida del pueblo, el régimen de represión y asesinatos, los privilegios de la “nomenklatura», el sistema de cárceles y manicomios y las desapariciones sistemáticas y…cayó el Muro de Berlín. El creyó que podría mantener el Partido y el Politburó para construir un país democrático. Un golpista entró en su despacho y le espetó en la cara: el Partido está disuelto y usted ya no es presidente. Hoy Gorbachev es una reliquia y la federación rusa es la finca de una oligarquía multimillonaria que se apropio de todo lo que antes eran las bienes estatales.

Los cardenales, obispos, monseñores y religiosos “rígidos” como se califica hoy a los “conservadores”, no han podido mantener en el Sínodo el control monopolístico de los datos de la tradición católica e imponerlos y mantenerlos como “doctrina” inmutable. Han tenido que aceptar que hay que debatir, “discernir”, que es el término acuñado por Ignacio de Loyola y hoy oficializado en la Iglesia por Bergoglio.  Hay que “discernir”, y del discernimiento surgirán quizá distintos caminos para la vida familiar. Ahí quedaron vencidos. Si ya antes del Sínodo y durante el mismo los teólogos, historiadores, canonistas, biblistas desempolvaron datos históricos, bíblicos, legales, culturales que contradicen la “doctrina” actual sobre el matrimonio católico, podemos imaginar lo que van a hacer después, sin la amenaza de ser perseguidos o silenciados o expulsados. La primera y revolucionaria verdad que va a relucir es que no hay tal indisolubilidad del matrimonio católico. Es decir, que el divorcio tendrá cédula de ciudadanía católica.

¿Por qué se metió Bergoglio por la rendija de la familia, usándola como mampara, a sabiendas de que es un hecho social irrefutable que la sociedad moderna no le hace caso a la Iglesia Católica en materia matrimonial? ¿Cree ingenuamente que cambiará la humanidad y que las parejas irán de la manita y los niños a misa los domingos? ¿No es consciente de que los clérigos, por deformación religiosa, por ley canónica, por morbo, por la misoginia reinante en el seno de la institución lo único que pueden recordar es de su vida familiar durante su niñez y adolescencia? De amor humano, a no ser amor altruista y caritativo, no saben nada. Quizá estudien en un libro de psicología una descripción del fenómeno humano del amor. Pero muy pocos habrán amado de verdad. Nunca se han enamorado. Lo tienen prohibido. La disponibilidad, falsa, para el servicio se los impide. Esos pastores “rígidos” -Bergoglio lo sabe- son incapaces de amamantar una nueva experiencia de vida familiar.

Pero hasta ahora, hasta dos días antes de terminar el Sínodo, Bergoglio no había explicitado las razones de su opción por la mampara de la familia. Dos días antes de terminar el Sínodo dijo concisamente que se debe configurar de nuevo la función del papado, es decir, del primado universal del sucesor de Pedro; que se debe configurar un mecanismo de unidad mundial de los seguidores de Jesús- fíjense muy bien en que no mencionó explícitamente a la Iglesia Católica, que no es la única iglesia cristiana. Conocemos sus preocupaciones y audacias en relación con las otras iglesias cristianas. Y, dentro de esa reconfiguración del primado papal, insistió en la colegialidad apostólica, es decir, inspirada en su origen de descendencia directa de los doce Apóstoles. Es el primer y único golpe directo al centralismo vaticano hasta ahora. Detrás de la mampara de la familia está la iglesia clerical. Ése es su objetivo.

Es decir, que tiene plena conciencia de que lo que debe verse al final del túnel de la pastoral familiar, es la forma de gobierno de toda la institución, que hoy es exclusivamente clerical. Quiso decir que la comunión a los divorciados y el reconocimiento de la legitimidad natural del amor homosexual es un camino. No es la meta, porque de todos modos la sociedad civil y política sigue adelante en contra del criterio de los obispos “rígidos”. Ahora lo saben. El objetivo final es el gobierno de esa multimillonaria, ostentosa, poderosa y avarienta institución, lejana de los pobres.

En el “paquete” de la familia está el componente revolucionario por excelencia: la condición de la mujer. El divorcio es la principal conquista de la mujer en toda la historia de humanidad. El epígrafe de Mateo “lo que Dios ha unido” no es una declaración de la indisolubilidad del matrimonio, sino un rechazo al poder absoluto sobre el vínculo matrimonial que tenía el marido en la tradición judía. Pero la iglesia patriarcal, machista y misógina ha tardado 2000 años en averiguarlo. Bergoglio lo sabe y quiere hacer algo. Pues se metió en el tema familia para que el “discernimiento” lleve a los monseñores y purpurados, hoy todavía poderosos, al tema mujer. No puede ser de otro modo, a no ser que los monseñores prefieran convertirse en una especie de logia masónica, con mucho dinero, pero sin fieles, como Gorbachev.

Otra razón para la escogencia del trillo de la familia para llegar a la estructura de gobierno de la Iglesia es el sexo. En toda la vida, todavía, institucional y doctrinal de la Iglesia Católica, el sexo es una actividad, una emoción y una experiencia corporal mala, pecaminosa, desordenada. Bergoglio sabe que desde niños y adolescentes los sacerdotes y religiosos y mujeres de vida consagrada reciben como principal componente de su condición de clérigos, es decir, de “separados, “consagrados”, “purificados”, “santos”, “reverendos” y muchos otros títulos con base en un hecho concreto y único: el rechazo total y absoluto de cualquier actividad sexual. La formación para el celibato y la virginidad está basada en la represión de la vida sexual y cualquier circunstancia, persona, objeto o recuerdo que pueda llevar a ella. “La mujer es siempre condición de pecado” nos repetían cansinamente en el seminario. Y con el sexo, el rechazo se extiende al amor. Un “consagrado” no se puede enamorar. Convengo en que hay algunas personas en la vida religiosa con especiales dotes personales, libertad y decisión para adoptar esa forma de vida. Pero son una significativa minoría. Fíjense hasta dónde llega esa deformación que los rígidos pusieron en el Sínodo como condición para darle la comunión a los divorciados y vueltos a casar que tendrían que abstenerse de relaciones sexuales, aunque siguieran haciendo vida conyugal y dormir en la misma cama. El problema no es el sacramento del matrimonio, sino el sexo.

Ahora bien. Esos clérigos son hoy la Iglesia Católica “tout court”. Todos ellos, el Papa incluido, se desenvuelven conscientemente como si ese universo cerrado formado por ellos fuera real y único. La inmensa mayoría no va a mover ni un dedo para que los saquen de su posición dominante y cómoda, “por designio divino”. Hay poquísimas excepciones, demostradas mediante una vida de entrega total, de servicio a los marginales; de honestidad intelectual y otros signos. Pero la inmensa, muy inmensa mayoría, inclusive sin darse cuenta, no pertenecen a la iglesia que hace dos años viene pintando Bergoglio y que se configuró en el Concilio Vaticano II (1962-1965) frente a la sociedad contemporánea. Los Papas Ratzinger y, sobre todo Wojtyla pusieron en práctica una estrategia para eliminar los resultados de ese concilio y reforzar la iglesia clerical. Por eso los creyentes o fieles, digamos, actuales o “inscritos” en ella no cuentan absolutamente para nada en su gestión ni desarrollo. Son zombis totalmente pasivos que van a misa, dan ofrendas, y consumen ritos de paso (bautismo, matrimonio y funeral). Son “observadores”, “auditores” sin derecho a la palabra y menos al voto. La Iglesia Católica es una institución totalmente clerical, dividida en dos bandos, como lo dice la doctrina de los rígidos, “la iglesia docente y la iglesia discente”. Los clérigos son los que saben y enseñan y los seglares son los que deben obedecer.

Esos clérigos son, por lo general, ignorantes en teología y Biblia. Han transformado la reflexión sobre los datos de la fe en ideología castrante y militante, en doctrina, en un catecismo sentencias cerradas, eternas, inmutables. Es el caso del sacramento del matrimonio, enfundado en una misoginia nada disimulada que reduce a la mujer a “complementaridad” del marido; y de una homofobia combativa y despectiva contra los homosexuales. El texto final del Sínodo expresa piedad por estas personas bajo la premisa implícita de que son malos, pecaminosos y sólo dignos de conmiseración. El clero, con sotanas de varios colores, tiene siglos de ignorar la letra y el espíritu del Evangelio y sustituirlo por definiciones dogmáticas, que son elaboraciones fantasiosas y míticas en flagrante contradicción con datos empíricos de la experiencia y de la ciencia moderna. Los dogmas proclamados por pontífices y concilios en los últimos 15 siglos no son más que formas del pensamiento mágico en abierta contradicción con los textos del Evangelio. En general, estas declaraciones son lo que los “rígidos” llaman “los principios no negociables”.

Lo que más leen esos clérigos son libros devocionales e historias de santos, para reforzar su espiritualidad de los ritos, los fetiches, los amuletos, los milagros y los “ornamentos”. Su conocimiento, por ejemplo, de la teología del sacramento del matrimonio, es totalmente primitiva. No pasa de los textos que leen en el rito. Su pastoral familiar o matrimonial se reduce, en los países católicos, a presenciar el acto contractual y remitir el acta al registro civil, puesto que el concordato o la ley les da facultades de notario público. Con ese bagaje llegan a ser obispos y cardenales. Miren al africano de Nigeria, Sarah, contra los homosexuales. Da vergüenza.

Hay dos capítulos importantes en la vida de estos clérigos: los templos suntuosos y los ornamentos rituales ostentosos. La sotana púrpura de un cardenal cuesta 5.000 euros. ¿Cómo van a ser la iglesia de la calle, de los emigrantes, de los pordioseros, de los ocupas o precaristas? Se les ensuciarían los zapatitos de cabritilla roja y la larga falda con ribetes y botones forrados en seda púrpura. Estas desviaciones son visibles y escandalosas, sobre todo, en el Vaticano, dicho personalmente y con palabras más gruesas que las mías por el propio Bergoglio. En el Vaticano hay unos 3.600 burócratas que pasan papeles de un escritorio a otro y mandan órdenes a la periferia, a los curas de a pie que andan por los tugurios, con los sidosos, con los del Ébola, por las alcantarillas de las megalópolis de México y Brasil.

Esos burócratas, que también tienen sus palacios en la periferia, son los que intrigan y sabotean contra el Papa en el Sínodo. Antes de pedir penitencia a los divorciados, hay que acabar con esa corte de monarquía absoluta del siglo 16, animada por el carrierismo, las intrigas, la conspiraciones, las mentiras y las calumnias. Creo que no se han dado cuenta de la rendija que abrieron con el discernimiento; y si se dieron cuenta, buscarán cómo cerrarla a cualquier costa en la próxima partida. Lo que sí me parece claro es que la masa clerical instalada en la Iglesia Católica no está por renunciar a “su” iglesia ni a convertirse al Evangelio. Bergoglio sólo cuenta con la periferia y un grupo de seguidores de Jesús.

Los rígidos tienen un aliado estratégico: el sistema internacional de prensa comercial, la que vende hechos de impacto, escándalos, disidencias. Este sistema cuenta con periodistas a tiempo completo que poco a poco se han convertido en “vaticanistas”. Pero no es porque han aprendido teología, Biblia o experiencia de fe. Algo de Derecho Canónico. A estos sólo les falta la sotana con faja y ribetes morados. Son parte del folklore vaticano de ceremonias de corte, ostentosas y teatrales. Conocen a todos los cardenales, monseñores y oficiales de la Curia vaticana, que les cuentan las intrigas, secretos de cámara, los ascensos que buscan y las debilidades de sus enemigos. Son, cada uno, un monseñor más, interesados en la intriga, la difamación, el boicot de los nuevos valores evangélicos y nuevos derechos humanos. Se llevan entre las patas al mismísimo Papa, como hicieron con Ratzinger y ahora hasta inventaron un tumor a Bergoglio para desacreditarlo y anular su creciente fuerza renovadora. Esos periodistas son clientes infaltables de cualquier sarao o akelarre al que asisten los monseñores de morado o de púrpura. Estos se sienten poderosos si ven sus intrigas aparecer en los periódicos italianos o mundiales. Los vaticanistas desafían a la Sala de Prensa vaticana y emiten juicios de valor descalificadores en contra del mismo Papa. Ellos pertenecen a esa iglesia clerical. Si se comenzara a construir el modelo de comunidad de los creyentes que pregona Bergoglio, pues se acabará el champaña y los escándalos, porque los pobres no hacen noticia. El fenómeno de la fe, del seguimiento de Jesús de Nazareth, la vida humilde, pobre y de servicio discreto de una minoría de curas, religiosos y mujeres consagradas no es noticia ni vende periódicos. Pero para desgracia de la humanidad sedienta del paradigma del Evangelio, la prensa internacional y doméstica, lo que publica es su producción basura.

Sólo esperamos que la minoría creyente que hoy se motiva con Bergoglio se convierta en un tsunami mundial y que los discípulos del Evangelio hagamos la de los intelectuales y disidentes rusos y acabemos con el Partido y el Politburó y tengamos la libertad de ser creyentes, al rededor de Bergoglio. Termino felicitando a Religión Digital. Es un cañonazo. Tenemos que convertirlo en el breviario cotidiano del clero humilde, servidor y testigo de Jesús.

(Publicado en http://www.periodistadigital.com/religion/, 27 de octubre 2015)

 

*Imagen con fines ilustrativos.

Enviado a SURCOS Digital por Javier Solís.

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Pensamiento Del Día Para No Quedarse Dormido En El Bus VII

Macv Chávez - Delirios De Una Neurona

He dejado de creer en el Dios de la religión gracias a las claras obras de sus seguidores; aunque muchos, de los pocos buenos hombres que conozco, me dicen que uno no está ahí por los hombres sino por Dios… pero yo no pienso así…

Ya no formo parte de lo que alguna vez consideré la más grande forma de cambiar y mejorar al mundo, y es así porque pienso que al final hasta el más dizque ateo tiene los mismos -y hasta los peores o mejores- actos que los que están dentro del dios de la religión…

Hoy pienso -y es mi razón de vivir feliz y de amar por- que Dios no está donde te dicen que está… Dios está y se manifiesta en la vida misma, porque la vida es un milagro inexplicable, porque puedes morir en cuestión de segundo o agonizando de una forma impresionante sin tener una fecha de último aliento, porque pasa cuando sucede lo que ocurre que acontece cuando la muerte así lo quiere y la vida lo permite… siempre es un viaje inevitable, un viaje seguro al más allá de acá…

Por eso, pienso que Dios está en el actuar de cada uno, y esto me llevó a decir: ¿Qué diferencia hay entre el amor de una noche de pasión y el amor que profesa el feligrés que canta, grita y se golpea el pecho –incluso agregaría hasta que se flagela-? ¿Qué diferencia hay?, si al final cada quien hace lo que se le venga en regalada gana, aunque muchas veces se dejan manipular por el ambiente o el momento solo para tener una justificación a sus miserables actos; esos que debilitan al ser, empobreciendo el amor profesado; esos que al final quedan como un suspiro o como un recuerdo o como un discurso político, ¿ese que nunca más será vivido?

Pues, yo, en lo particular, esta clase de amor a Dios, falso y de momento, de encuentro manipulador, de adiestramiento, de papel teatral, de arranque hormonal, de exageración moral, de círculo cerrado y vicioso, ¡no quiero!… porque no quiero andar diciendo que puedo cuando no puedo, que quiero cuando no quiero, que amo cuando no amo, que tolero cuando no tolero, que pienso y siento cuando no pienso ni siento, que “sí” cuando es “no”… que “no” cuando es “sí”… y tantas cosas más que se dicen sin ser lo que se dice…

Quiero decir algo que sé que podré cumplirlo, porque no existe mayor muestra de Dios que la verdad, mayor muestra de fe que la obra… porque es mejor llamar a las cosas por su nombre, desde cómo tú lo ves y no cómo los demás lo ven… y analizarlo para saber si se está en lo correcto o si se debe corregir, porque somos seres sociales que debemos guardar el respeto a los demás, aunque no estemos de acuerdo con sus prácticas ni ellos con los nuestros… pero es parte de la libertad el respetar, porque la libertad está en saber actuar y respetar con responsabilidad; por tanto, yo no puedo estar diciendo “sí” a algo cuando sé que “no podré cumplirlo” porque simplemente “no quiero”, porque simplemente “no me interesa”, porque simplemente no me da la gana, porque simplemente no deseo tenerlo ni hacerlo, porque no es lo que busco y quiero… porque simplemente puedo tener un buen deseo -de esos que casi todo el mundo los ha tenido- ante el sacrificio de un inocente, ante la discriminación de un diferente, la injusticia de un sin defensa, entre tantas otras cosas, malas o incorrectas, que se dieron a causa de la falta del actuar de otros e incluso de uno mismo para no destinar un tiempo a reparar, cambiar o mejorar alguna cosa…

Y sí, yo sé que no soy perfecto ni pienso serlo, no tengo vocación de diablo ni de santo, ni pretendo serlo, recién empiezo, aún me falta vivir más en el cielo, en el infierno, en el paraíso, en el purgatorio, caminando en la soledad del ego solo para conocerme más y más y para no caer en la miseria humana, ni en la locura… porque quiero andar encontrándome, sí a mí, para amar mi ser con todo el amor que se pueda amar, con la finalidad de reflejándolo en un amor a mí pero impreso en los demás, amando desde la vida hasta la muerte y con sencillez, humildad, sabiduría…

Pero, mientras esto no suceda en esos que profesan tanto el amor de Dios, mientras ellos sigan profesando lo divino en palabras y no obras concretas, obras que muestra la existencia de la supremacía de Dios, del Dios de la religión, yo prefiero y quiero seguir siendo un simple humano… un humano que siempre está en la búsqueda de la verdad, en esa búsqueda que me enseña a ser cada día mejor, usando la razón en el control de los impulsos del cuerpo que suelen ser parte de nuestra naturaleza animal, porque suelen ser vacíos, simplemente porque se ausenta la conciencia…

 

Enviado a SURCOS Digital por el autor.

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2º Domingo t.o.

Lect.:  1 Sam 3: 3b-10; 1 Cor 6: 13. 15…  Jn 1:35-41

Jorge Arturo Chaves O
Jorge Arturo Chaves O.

 

1- Un pequeño esfuerzo de análisis, ayudado con la imaginación, nos permite ubicar mejor el texto del evangelio. Dos discípulos del Bautista, Andrés y Juan, se sienten atraídos, o quizás simplemente curiosos, por la actuación de aquel que hasta poco antes había sido también miembro de su grupo, Jesús, el de Nazaret, y que ahora está empezando a predicar por su cuenta y del que comienzan a hablarse muchas cosas. Incluso un comentario del mismo Bautista hace que Andrés y Juan se pongan a seguir a Jesús en el camino. Jesús se vuelve entonces y les pregunta qué quieren. Esto lleva, como acabamos de oír, a que se acerquen a conocer y a compartir un poco el modo de vida del Maestro. Lo que debería llamarnos la atención es que esos dos discípulos del Bautista, ya tenían su propio grupo, su propio inspirador, y sus propias prácticas religiosas. ¿Por qué siguen buscando entonces?

2- Este relato nos da pie para pensar en dos maneras muy distintas de vivir lo religioso y la búsqueda de Dios. Una, que podríamos llamar «acomodada», no problematizada, casi no reflexiva, que simplemente hereda una religión de la familia y el ambiente, y adopta un conjunto de creencias y prácticas que ayudan a ir por la vida con cierta seguridad. En esa actitud, prácticamente, no se busca nada más.

3- La otra manera de vivir lo religioso es la que nos refleja este relato de hoy. Andrés y Juan no están solo buscando tener cierta seguridad existencial o psicológica con la ayuda de lo religioso. Su meta no es contentarse con pertenecer a un grupo cuyos ritos y doctrinas les den tranquilidad y les prometan felicidad. Lo que uno puede adivinar es que están buscando algo más y más profundo: una experiencia viva de Dios. Esa búsqueda los hizo dejar el judaísmo tradicional en el que nacieron, la religión del Templo, los llevó después a unirse al movimiento de crítica radical del Bautista y, ahora, esa misma búsqueda los empuja a dejar al Bautista y a seguir a Jesús en cuya forma de vida creen descubrir un camino que les lleve hacia la experiencia de un Dios vivo, no un dios de libro o de creencias.

4- Algunos católicos podrían preguntarse: en nuestro caso actual, ¿para qué seguir buscando si ya estoy en la religión verdadera, ya estoy en relación con Dios?, ¿qué más tengo que buscar? Y una reflexión parecida podría hacerse un musulmán o un judío piadosos. Pero pensar así es empequeñecer la imagen del Dios de Jesús, empequeñecer nuestra propia condición humana y volver la espalda a la cambiante realidad social y cultural. El Dios de Jesús no es un objeto más del universo al que podamos llegar jamás a conocer plenamente. Ninguna teología, ni todas juntas, ninguna iglesia o religión puede jamás entregarnos un libro diciendo que ahí está todo lo que necesitamos saber de esa realidad que llamamos Dios. Si nos dijeran: «vean Dios es así o asá», encerrándonos en doctrinas y conceptos, nos estarían hablando de algo que no puede ser Dios.

5- Por otra parte, el corazón humano, movido por el mismo Espíritu de Dios, se siente siempre impulsado a buscar más. Ese impulso es el que hace avanzar el conocimiento científico, pero también es el que nos hace crecer en el conocimiento de nosotros mismos y en nuestra vida espiritual. Esa búsqueda permanente es la que nos dio en el pasado valiosos aportes a la humanidad y a los cristianos y a todas las personas religiosas. Nos condujo a formular preguntas y a obtener respuestas adecuadas para otras épocas. Pero, de igual manera, una nueva cultura y una nueva sociedad como la que nos ha tocado vivir, nos plantea nuevos interrogantes, nuevas realidades que nos empujan a seguir buscando nuevas respuestas, nuevos caminos para llegar a nuevas maneras de acercarse a la experiencia del Dios de Jesús, una experiencia viva y no solo encerrada en libros y en creencias. Ω

 

Tomado del Blog Los que queremos ser de Jorge Arturo Chaves O.

http://losquequeremosser.blogspot.com/

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