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Etiqueta: respiradores

Un virus democrático y democratizador

Luis Fernando Astorga Gatjens,
luferag@gmail.com

Tenía que llegar un virus como éste que ha creado esta pandemia apocalíptica, para recordarnos a los seres humanos, que, en materia de contagio, la democracia es lo realmente que marca el signo de los tiempos.

Ese ser tan diminuto que no sabemos a ciencia cierta, si es un ser vivo o es naturaleza muerta e inerte, nos dice ahora que no va a respetar fronteras entre países, que no va fijarse si somos ricos o pobres, que no va a discriminar ni por género, ni por color de piel, ni por edad. A todas y todos nos puede afectar, en formar directa y dramática llevándonos incluso a la muerte, o nos puede convertir en portadores que lo podemos multiplicar entre seres queridos o personas con quienes tengamos un contacto, aunque sea efímero. Nos dice sin reparo alguno que su acción contagiosa es de naturaleza eminentemente democrática.

El Dr. Benjamin Neuman, profesor de biología de la Universidad de Texas, en un artículo en el portal “The Conversation” lo advierte muy claro: “La enfermedad covid-19, causada por el SARS-CoV-2, se desarrolla como una infección en los pulmones y causa estragos en el sistema inmunitario que pueden provocar daño pulmonar a largo plazo o incluso causar la muerte del infectado.” Aunque es similar a otros a otros coronavirus, el virus de la pandemia del presente tiene características genéticas que juegan un rol relevante en la facilidad y la capacidad de infectar a las personas. Es decir, en ese voraz esfuerzo de contaminación democrática, es muy eficaz y eficiente.

De ahí que la respuesta de la humanidad y de todas las sociedades humanas, debe ser igualmente democrática y solidaria entre los países, entre las sociedades y comunidades, y desde luego, entre las personas. Sin embargo, hay líderes políticos como Donald Trump, que desde la sinrazón y el egoísmo más exacerbado, quieren ganar la carrera para llegar primero a algún tratamiento eficaz o con la obtención de una vacuna que nos inmunice, pensando mezquinamente en su país y en su reelección presidencial. Nadie pudo caracterizar mejor esta conducta infame que el filósofo y escritor francés, Albert Camus: “Lo peor de la peste no es que mata los cuerpos, sino que desnuda las almas y ese espectáculo suele ser horroroso”.

Los gobiernos y sus líderes políticos deben ser democráticos, solidarios y justos en la solución a esta inmensa crisis y sus prolongadas e inexorables secuelas. Son tiempos extraordinarios que demandan soluciones extraordinarias y no deben haber ni vacilaciones y dudas en tomarlas.

Si algo requieren los Estados y gobiernos hoy para enfrentar a este contagio nivelador y democrático, es dinero para administrarlo, justa y eficientemente. Ya hablaremos sobre este crucial tema en un próximo artículo. Ese recurso se requiere, primero para atender a las personas contagiadas, para reducir el riesgo del contagio y para dar respuesta a las necesidades en bienes alimentarios y servicios básicos, priorizando a las personas y grupos más afectados.

Para atender a las personas enfermas se requiere crear las mejores condiciones para recibirles en hospitales y centros especializados. Y eso incluye, en primerísimo lugar, dotar con el equipo necesario (batas de protección, mascarillas N95, guantes, entre otros implementos) a las y los médicos que están en esa heroica primera fila y demás personal sanitario de apoyo.

Se requieren instrumentos de prueba para detectar el Covid-19 a tiempo. Es urgente que el país se dote del mayor número de ellos lo antes posible y aplicarlos de inmediato, como bien lo hizo Corea del Sur, alcanzando buenos resultados en reducir y detener la propagación de la epidemia. De la misma manera, se requiere que la CCSS se dote del mayor número de respiradores, que son claves para salvar vidas de personas infectadas. Ahora mismo se ha vuelto complicado porque hay estados poderosos utilizando todo tipo de métodos –incluso éticamente inaceptables–para comprar acaparadoramente este tipo de equipos, pero la Caja debe hacer el mayor esfuerzo para adquirirlos. Por otra parte, ojalá que las iniciativas de nuestras universidades públicas (UCR y TEC), alcancen buenos resultados en la fabricación inmediata de ese tipo de respiradores, con lo que se podrán salvar muchas vidas.

Tenemos la certeza que sólo la democracia –real y efectiva–, la solidaridad y el apoyo mutuo, serán capaces de contener y minimizar los estragos de hoy, mañana y pasado mañana, que ya provoca y provocará por semanas y meses, este virus que nos alecciona sobre la Democracia como no ha sido capaz ningún líder político en la historia.

Enviado por el autor.

Consideraciones para el Consejo de Rectoría Ampliado de la Universidad de Costa Rica

Juan Armando Navarro Martínez
Abogado – SINDEU

Hay tres consideraciones que no se les ha prestado atención, sobre lo que establece el Proyecto de Ley de Reducción de Jornadas en el Sector Público, Expediente Número 22.081 de la Asamblea Legislativa.

La primera puede ser blindarse en las acciones que la Universidad está realizando como: los respiradores no invasivos; el suero contra el COVID-19; los protectores faciales; repartir medicamentos de la CCSS a pacientes; participar en los operativos de tránsito; mantener el respaldo al sector productivo agropecuario en un momento donde la soberanía alimentaria importa más que antes; la participación indiscutible de profesores y estudiantes que están día a día en primera línea, trabajando en las instituciones que el artículo 2 del proyecto de ley tiene como excepciones;  mantener la continuidad de los estudios de toda la población estudiantil en todo el país; redistribuir presupuestos internos y aportar de sus finanzas para la atención de la crisis; entre muchas otras acciones que se están realizando en la Universidad de Costa Rica para enfrentar la pandemia; estas, ya son razones suficientes para exigir que la Universidad de Costa Rica (y a las Universidades Públicas) integre la lista de excepciones de instituciones que están combatiendo la pandemia.

Esto tiene fundamento en los principios de realidad, equilibrio, razonabilidad, sana crítica, equidad, igualdad y no discriminación, entre otros; así como, la diferencia que se daría entre la aplicación de los artículos 128-139 de la Ley General de Administración Pública sobre la eficacia del acto administrativo y, por otro lado, lo que establece el artículo 6 de la misma ley, sobre la jerarquía de las normas. Lo cual quiere decir que, pese a la eventual existencia de un acto administrativo que contemple todos los contenidos de los artículos 128-139 citados, este acto nunca podrá irrespetar la jerarquía de las normas que, por considerable importancia, está en la parte general de ley.

Pese a lo expuesto, la segunda consideración debe generar una discusión mayor que lo antes mencionado, está en la aplicación que estable el artículo 1 del proyecto de ley. Este se refiere a que se aplica a las instituciones públicas comprendidas en el artículo 26 de la Ley de Salarios de la Administración Pública, Ley número 2166, que con la aprobación del Plan Fiscal quedó, así redactado en el inciso 2): La Administración descentralizada: autónomas y semiautónomas, empresas públicas del Estado y municipalidades. (Así adicionado por el artículo 3° del título III de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, N° 9635 del 3 de diciembre de 2018).

Por varias razones, eso excluye a la Universidad de Costa Rica de la aplicación. Lo primero es que el artículo 26 de la Ley citada, es parte del capítulo III ORDENAMIENTO DEL SISTEMA REMUNERATIVO Y DEL AUXILIO DE CESANTÍA PARA EL SECTOR PÚBLICO, únicamente; esto ya está siendo aplicado por el Rector mediante resolución R-73-2019.

El artículo 1 de la misma ley, refiere a la aplicación general de la ley: La presente ley se dicta para garantizar la eficiencia de la Administración Pública y constituirá el sistema oficial de retribución para todas las clases de puestos clasificados en el Manual Descriptivo de Puestos, conforme lo dispone el Capítulo X del Estatuto de Servicio Civil. Evidentemente, la Universidad de Costa Rica no tiene ninguna relación o responsabilidad administrativa con el Manual Descriptivo de Puestos ahí mencionado.

Además, es claro que existe en proceso Contencioso Administrativo que pretender dirimir la diferencia absurda entre incluir a las Universidades Públicas en un reglamento, cuando no se incluyó en la ley. Existe jurisprudencia de la Sala Constitucional que se cita en los votos 495-92 y 1313-93, en la cual se establece que, la autonomía de las Universidades Públicas es superior y diferente a la que se dispone en los artículos 188 y 190 de la misma Constitución, la cual es la que hace referencia a las Instituciones Autónomas. De manera que, en caso que una ley o jurisprudencia indique que se aplica a las instituciones autónomas, debe entenderse que no incluye a las Universidades Públicas, salvo que la norma lo haga bajo texto expreso.

Está de más decir que, esto es materia fundamental del primer mes en la carrera de derecho y en varios cursos del derecho, principalmente en el curso de Introducción al Derecho, cuando se ve la pirámide de Kelsen sobre la jerarquía normativa (del texto Teoría Pura del Derecho), en este sentido, no tengo duda que si se le pregunta a un estudiante de la Facultad de Derecho de esta Universidad, emitirá contundente respuesta diciendo que el reglamento tiene un rango inferior a la ley y no la puede equiparar o sustituir.

Entonces ¿por qué el Rector resuelve el pago de la cesantía como indica el título III del Plan Fiscal desde el 15 de marzo de 2019 y ahora dice La Nación del 10 de julio de 2020, sin que exista resolución institucional, que la Universidad pagará la anualidad del título III del Plan Fiscal y no lo que indica la Convención Colectiva de Trabajo? ¿Por qué aplicar el título III del Plan Fiscal en momentos diferentes?

La tercera consideración es la captura del jerarca. Es de suponer que, con la amenaza de miedo y control, el Gobierno está utilizando la pandemia como forma de infundir temor y control para que la clase trabajadora no se movilice, todo lo contrario, que se paralice, sea obediente y haga únicamente, lo que dice el Gobierno sobre como “enfrentar la pandemia”.

En el caso del Rector, debe estar amenazado por la PGR y la CGR que, si decide no aplicar el título III del Plan Fiscal de manera ilegítima, como le indican, que harán el informe correspondiente para enterar al Ministerio Público de la supuesta irregularidad del jerarca, situación que le podría significar eventualmente repercusiones penales por emitir resoluciones contrarias a la ley (prevaricato).

Pese a que los contenidos del Proyecto de Ley 22.081 son de todas formas ilegales, es posible que en el caso que exista algún intento de consolidar la aplicación del contenido del proyecto, en el momento en que sea ley, si es que ocurre, sea la claudicación del jerarca frente a las presiones, temor y control del Gobierno.

Sólo una observación de lo expuesto. La clase trabajadora no se ha dejado intimidar, sigue organizando la lucha, ha exigido respeto, se ha movilizado y continuará haciéndolo. El Consejo de Rectoría Ampliado debe ver en toda la Comunidad Universitaria la articulación de la lucha y la defensa de la Universidad de Costa Rica. Las personas trabajadoras están dispuestas a articular esa lucha frente a los ataques del Gobierno y demás, Poderes de la República. Lo mínimo esperable del Consejo de Rectoría Ampliado es determinar el rechazo al Proyecto de Ley 22.081 y resolver de inmediato la movilización de toda la Comunidad Universitaria para la defensa de la Educación Superior Pública y de Calidad.

No permitamos más robos al empleo público, de cualquier manera, que propongan las estructuras de poder, la eliminación de derechos laborales en razón de la pandemia, es un manifiesto ilegal, inconstitucional e inmoral.

UNIDOS SOMOS MÁS Y MÁS FUERTES

Respiradores construidos en la UCR, para pacientes con COVID-19, pasan primera prueba clínica y próximamente se iniciará su fabricación

Dos prototipos distintos fueron probados en un simulador de funciones del cuerpo humano con tecnología de punta

Respira UCR es el nombre del proyecto mediante el cual se han construido dos respiradores asistidos para pacientes con COVID-19, gracias a la participación de un equipo interdisciplinario de especialistas. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Lo que empezó hace poco más de una semana como un proyecto para la construcción de un respirador asistido, para personas enfermas con COVID-19, ha avanzado y hoy cuenta con dos prototipos: uno ambulante tipo ambú y otro fijo para su uso intrahospitalario.

Ambos prototipos fueron sometidos a ensayos este 1.o de abril con modelos robóticos y otros recursos de alta tecnología, en el Centro de Simulación en Salud de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Costa Rica (UCR). Los resultados fueron exitosos. El fin era verificar que estos aparatos fueran seguros, prácticos y que cumplieran con su capacidad ventilatoria.

Los resultados obtenidos en el experimento fueron muy satisfactorios, ya que se probó que “los dispositivos cumplen con los requerimientos mínimos de un ventilador asistido”, aseguró el Dr. Ralph García Vindas, director de la Escuela de Física de dicha universidad y uno de los impulsores de la iniciativa.

Uno de los dispositivos es eléctrico y el otro neumático, es decir, que funciona con un motor de gas comprimido. La ventaja que presentan es que ambos pueden ser usados de forma no invasiva en los pacientes.

La prueba de simulación clínica se realizó en presencia de docentes de la Escuela de Enfermería y de un terapeuta respiratorio, para garantizar la fidelidad del procedimiento.

El Dr. Elian Conejo y el Dr. Eduardo Calderón participaron en las pruebas clínicas de dos prototipos de respiración asistida en el Centro de Simulación en Salud de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Costa Rica. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Al respecto, el director del Centro de Simulación en Salud, Dr. Jaime Caravaca Morera, destacó que el papel de esta instancia es el de colaborar en el experimento para garantizar la seguridad de las personas, con herramientas de última tecnología que permiten certificar las mejores prácticas.

“Hoy verificamos el alcance, en materia de ventilación mecánica, que recibiría una persona con el diagnóstico de COVID-19”, expresó el especialista en enfermería. El objetivo era probar que todos los parámetros respiratorios fueran alcanzados con dichos dispositivos, de acuerdo con los estándares internacionales establecidos.

Esta es la primera prueba de un conjunto de ensayos que se realizarán con «modelos anatómicos de alta fidelidad que reproduzcan las características de un ser humano», detalló. Agregó que estos modelos robóticos les permiten asegurar y garantizar que los resultados que están obteniendo tendrán una similitud del 95 % con los que se podrán obtener con seres humanos.

Este centro de la Escuela de Enfermería de la UCR está acreditado por la Sociedad Americana del Corazón, que rige las normas referentes al soporte cardiaco y respiratorio de las personas.

Caravaca explicó que la prueba era importante para tener mayor certeza de si se avanza por la ruta correcta o si es necesario realizar modificaciones a los prototipos.

Los prototipos fueron probados con modelos robóticos y otras herramientas de alta tecnología disponibles en el Centro de Simulación en Salud de la Escuela de Enfermería de la UCR. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

A partir de esta prueba, surgieron dos mejoras señaladas por los expertos de la Escuela de Enfermería, las cuales tardarán unos cuantos días en ser incorporadas.

“Ya estamos próximos a la fabricación de los respiradores. La idea es que ambos dispositivos sean completamente seguros y que les podamos incorporar la mayor cantidad de mejoras posibles”, señaló García.

Hasta el momento, una gran cantidad de empresas y personas han mostrado interés en la producción de los respiradores, dijo el físico. Para esto, el equipo interdisciplinario de la UCR espera contar pronto con el permiso de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y con la Comisión COVID-19 para poder continuar con el proceso, el cual involucrará pruebas con seres humanos.

En el proyecto Respira UCR participan investigadores de las áreas de física, ingeniería mecánica y artes plásticas de la UCR. Ellos mejoraron un sistema de emergencia que automatiza un respirador manual tipo ambú (especie de balón). Este respirador inicialmente se propuso para la atención primaria de quienes padecen la enfermedad producida por el nuevo coronavirus.

Los expertos vieron la necesidad de construir un respirador de bajo costo, liviano, autónomo y pequeño para facilitar su transporte, dada la escasez de este tipo de dispositivos en el mercado y ante el aumento de casos de personas diagnosticadas con COVID-19.

 

Patricia Blanco Picado
Periodista, Oficina de Divulgación e Información
Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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