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Etiqueta: revolución verde

Agricultura 4.0: La Re-Revolución Verde (“Agricultura” guerrerista y genocida)

“Todas las criaturas vivientes deben tener una interacción
constante con su ambiente si quieren vivir en este planeta”
Saito, K (2017)

Por Óscar Rivas1

1 Me desempeño como Agricultor Orgánico desde el 2019 (actualmente en un proyecto propio llamado “Finca Macambo”) y en términos académicos tengo un grado de licenciatura en Pedagogía con énfasis en Didáctica.

Las últimas décadas han estado marcadas por la implementación discursiva de lo que llaman “IV Revolución Industrial” esto, desde el discurso dominante, se debe a la necesidad de “modernizar”, aún más, algunos sectores de la economía. Sin embargo, lo que realmente arrastra este discurso es la necesidad por parte de la clase en el poder de hacerle frente a la crisis de mercados, abrir nichos de consumo y encontrar fuentes para movilizar el capital; esto, abonado a otros aspectos, son muestras de las contradicciones sistémicas y una crisis objetiva que se agrava cada día más.

Esta crisis objetiva es una sola con la crisis subjetiva de la gran burguesía y es que como clase dominante y dirección del mundo está con el pasar del tiempo cada vez más desacreditada y, además, las vestimentas “democráticas” se empiezan a caer y se hace más visible la verdadera cara del sistema capitalista.

¿Qué tiene que ver esto con la Agricultura? Está íntimamente relacionada. Este aspecto es lo que se pretende explicar o por lo menos tener un acercamiento al tema debido a que la agricultura ha presentado y presenta una gran oportunidad en dos aspectos de suma importancia: el primero como mercado residual de las guerras y los conflictos y el segundo en términos de la utilización de esta para utilizar y seguir imponiendo el discurso de la necesidad de “modernización” en un campo que “no se ha adaptado aún a las nuevas necesidades y tiempos”. Esto no es algo nuevo ya que con la Revolución Verde lo han impuesto, pero que los términos actuales de esta visibilizan una Re-Revolución Verde ahora recargada y con tecnología de punta.

El discurso de la “Agricultura 4.0”, de la “Agricultura de precisión” trae consigo la práctica de llevar al campo a fondo la alta tecnología utilizada en las guerras, así como los venenos tuvieron su auge luego de que fueran utilizados en la primera y segunda guerra mundial para asesinar al enemigo. Hoy, está el agravante, de que esta alta tecnología, a modo de laboratorio, está siendo utilizada para aniquilar a un pueblo entero: el pueblo palestino. Mientras drones asesinos, alta tecnología represiva, máquinas “ultra-inteligentes” son utilizadas en aspectos genocidas, también se va creando la necesidad de “modernizar” el campo.

Lo anterior, no es resignifcar lo que ya venía sucediendo en la ruralidad, es llevar al paroxismo la tarea de socavar el suelo, imponerse o borrar la pequeña agricultura, y seguir profundizando un modelo que llevó a la quiebra a la pequeña producción agrícola donde le hicieron utilizar su parcela como laboratorio para el uso de venenos, le empeñaron su relación con la tierra y convirtieron al pequeño campesino en un asalariado más, lo que Marx plantea como un efecto de “proletarización creciente”1.

El despojo de la riqueza biológica 2 fue y es el despojo de la riqueza existencial y esto se ve más que reflejado en la lejanía cada vez mayor con la actividad base para sobrevivencia de la especie: la agricultura (entendiendo a esta como la propia palabra lo describe la cultura y la cercanía con la tierra). El gran capital agrícola (Agromafia) y el gran capital tecnológico son, hoy más que nunca, uno solo y justifican su necesidad de movilizar y realización del capital por medio de la Re-Revolución Verde, la IV Revolución Industrial llevada a la agricultura o lo poco que queda de esta. El propio Bill Gates (fundador y dueño de Microsoft) habla de la necesidad de invertir en el campo agrícola, y esta es la tendencia de la gran burguesía mundial. “Si la ciencia y la tecnología no son independientes de consideraciones políticas, tampoco lo son sus respuestas al problema de agotamiento de la biodiversidad domesticada y silvestre”3.

Estamos, por lo tanto, ante una “agricultura”4 genocida y no solo por ser mercado residual del genocidio al pueblo palestino, también porque se une a la alta gama de venenos que asesinan toda la micro y macrofauna, sobreexplotando tanto el suelo como a la población africana para fabricar todo lo que gira alrededor de la alta tecnología. Generando así un combo aún mayor de una actividad que se sustenta bajo el sufijo de muerte (-cida) solo que ahora maquillada de tecnológica y avanzada (caso similar a lo que pasaba con la gran maquinaria agrícola en los comienzos de la Revolución Verde).

Ahora bien, y como dice el refrán popular, “al que no quiere caldo dos tazas”. La agresión al campo con énfasis en la pequeña agricultura no queda ahí, el gran capital agrotecnológico no puede dejar cabos sueltos y responde también al crecimiento de actividades agrícolas alternativas traficando la tecnología como forma de generar “sostenibilidad” cosa imposible sabiendo el origen de la alta tecnología que como planteaba el párrafo anterior se sustenta en una actividad extractivista y sobreexplotadora. Esto último le ha servido para blanquear su imagen por los crímenes que llevan a cabo y presentarse como la cabeza de la “agricultura verde” y la “salvación del campo”. Hoy en día ya hay universidades que han metido en su currículo aspectos de la llamada “Agricultura 4.0” y están por profundizar en esta área, una vez más la corroboración de su influencia y quienes realmente tienen el poder.

En conclusión, se está imponiendo una “agricultura” donde se sigue viendo el suelo como mina por lo que se socava la base de la vida, se rompe con el metabolismo material con la naturaleza5, justificadora y perpetuadora de la actividad guerrerista y genocida, la re-imposición de la dependencia del pequeño agricultor a insumos (¡y ahora a tecnología!) externos, el blanqueamiento del exterminio a un pueblo entero bajo el discurso falaz de la “sostenibilidad”, volcar instituciones estatales enteras hacia el proyecto de la “Agricultura 4.0”, y utilizar a las naciones y sus suelos para ver como subsanan la crisis que ellos mismos generaron, subsanar en el sentido de clase: abrir nuevos mercados, continuar explotando el suelo y revertir el fenómeno de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia6.

La “Agricultura 4.0” es el proyecto del gran capital sionista genocida y fiel reflejo de un sistema que pone por encima el capital a la vida, un sistema capitalista cada día más barbárico.

1 Marx, K. 1970. Ideología Alemanda. Editorial Progreso

2 Rodríguez, S. 2013. El despojo de la riqueza biológica. EUNA

3 Ídem.

4 De ahora en adelante si la palabra aparece entrecomillada se hace en el sentido de recuperar su concepto, de ser un concepto en disputa. Entrecomillada para diferenciar entre la agricultura que queremos y pretendemos rescatar, y la concepción e imposición del gran capital en el área agrícola.

5 Saito, K. 2017. La naturaleza contra el capital. Bellatera Edicions.

6 Roberts, M. 2024. La ley de rentabilidad de Marx: aún más evidencia. Extraído de https://braveneweurope.com/michael-roberts-marxs-law-of-profitability-yet-more-evidence

Trabajo final de maestría analizó el enfoque educativo en los procesos de formación de la agricultura orgánica certificada y la multiplicación de experiencias

Juan Arguedas Chaverri comparte mediante SURCOS su tesis de maestría obtenida en la Universidad Nacional. La especialización es en Gestión Educativa y Liderazgo y su proyecto final para graduación se presentó en la División de Educación para el Trabajo del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE) de la UNA.

Presentamos el resumen ejecutivo e invitamos a descargar el PDF con el trabajo completo.

(Arguedas Juan, 2009). ANALIZAR EL ENFOQUE EDUCATIVO EN LOS PROCESOS DE FORMACIÓN DE LA AGRICULTURA ORGÁNICA CERTIFICADA Y LA DINÁMICA EN LA MULTIPLICACIÓN DE NÚMERO DE EXPERIENCIAS.

Una Experiencia de la Asociación de Pequeños Productores Orgánicos de Turrialba (APOT).

Antecedentes:

La Asociación Costarricense de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Organizaciones No Gubernamentales para un Desarrollo Rural Alternativo (Red COPROALDE) ha laborado durante 20 años en procesos de dinamización de agriculturas alternativas. En su actual trabajo ha ubicado la ausencia de estrategias adecuadas para diseminar masivamente una agricultura campesina-indígena sostenible, que reduzca costos en relación con la agricultura convencional, que aproveche y conserve los recursos disponibles, en las condiciones desfavorables que experimentan amplios sectores de pequeños agricultores.

COPROALDE reconoce que la Agricultura Orgánica se disemina poco, pese a los esfuerzos de muchos grupos. Se piensa que esto se debe al modelo educativo dominante en la formación de los agricultores orgánicos, bajo un enfoque de transferencia de conocimiento tecnológico y comunicación vertical, que asume a los profesionales como poseedores del conocimiento, que lo transfieren a campesinos que no lo poseen. Esto limita la generación y multiplicación del conocimiento para la promoción de la Agricultura Orgánica.

Lo anterior dio pie a una investigación que involucra a agricultores orgánicos en una región del país, a asesores gubernamentales y de ONGs que trabajan en el tema de la Agricultura Orgánica.

Objetivo:

El objetivo de la investigación es el siguiente:

Analizar el modelo de educación presente en la multiplicación de experiencias de agricultura orgánica en el cantón de Turrialba.

Se profundiza en los roles de los sujetos, métodos y técnicas usadas y mecanismos para la multiplicación, en los procesos de formación de la Agricultura Orgánica.

Metodología:

La investigación fue exploratoria, centrada en el estudio de los significados de las acciones humanas y de la vida social en una comunidad, con aproximación al fenómeno en una relación directa con las ciencias sociales y naturalistas. Respondió la pregunta “¿Cómo el modelo educativo tecnológico limita contar con un mayor número de experiencias de fincas y con mayor multiplicación de la agricultura orgánica?”. Para ello se cruzaron las variables formación y multiplicación con la agricultura orgánica.

Se trabajó con dos tipos de informantes:

Once agricultores orgánicos certificados, quienes juegan un rol de promotores en sus comunidades.

Cuatro asesores de agricultura orgánica, de ONGs y de instituciones estatales, que ofrecen servicios de asistencia técnica en este tema.

Se diseñaron varios instrumentos, un cuadro matriz de orientación para los indicadores, una hoja de cotejo, que previamente fue validada.

Luego de recolectar la información se analizó para ubicar los resultados, conclusiones y recomendaciones. Finalmente, se diseñó la propuesta para dar respuesta al problema ubicado por la organización.

Resultados y conclusiones:

El modelo educativo tecnológico en el enfoque de la Revolución Verde pretende aumentar rendimientos y producción de monocultivos a partir de productos de síntesis química. La forma es conductivista, y espera cambios conductuales medibles. Este modelo aplicado en la Agricultura Orgánica es el que prevalece en los asesores y limita un mayor número de experiencias, en manos campesinas.

La mayoría de los asesores en agricultura orgánica entienden el mercado global como único mecanismo válido para mejorar la economía y la calidad de vida campesina y se resisten a dejar su rol de trasferencia tecnológica.

Los principales esfuerzos para multiplicar y diseminar la Agricultura Orgánica en el país están dirigidos al mercado de exportación. Esto excluye al 75% de los agricultores orgánicos que no producen para este mercado.

Se necesitan otros mecanismos para la promoción y multiplicación de la agricultura orgánica entre campesinos, como el invitarse a diagnosticar, seleccionar las técnicas agrícolas y validarlas. Una limitante en la multiplicación es que el campesino no reconoce su propia fuerza para generar un cambio.

Desde el modelo educativo dialéctico, los agricultores pueden formar a otros agricultores, campesinos e indígenas, pues cuentan con conocimientos más amplios en agricultura. El rol de los asesores es de facilitadores, desde la lógica de aprender haciendo.

Como solución al problema de investigación se propone desarrollar un proyecto con el objetivo de “Difundir el enfoque de Agricultura Sostenible, Soberanía Alimentaria, con metodología CaC de la red COPROALDE, hacia sus miembros y hacia organizaciones afines”.

Se propone trabajar en las regiones Central, Brunca, Huetar Atlántica, Chorotega y Huetar Norte, con organizaciones y comunidades campesinas, indígenas y consumidores, involucrando a 16 comunidades, reforzando la formación de 25 promotores: 11 varones y 14 mujeres, incluyendo 18 nuevos promotores, (la mitad mujeres) y el involucramiento de 86 familias. Además, se reforzarán conocimientos y herramientas Campesino a Campesino a tres facilitadores de organizaciones, miembros de la red COPROALDE.

Sobre la llamada “Agricultura 4.0”

Óscar Rivas Monge
Mojojoy Agri-Cultura Orgánica

Fuera del contexto político-histórico el nombre “Agricultura 4.0” resulta llamativo. De hecho, gobiernos y grandes sectores del poder han llamado al momento histórico actual como “la cuarta revolución industrial”, lo cual se traduce en un nuevo “salto productivo” que dé con la apertura de otros mercados para ampliar y abarcar aún más la reproducción de la ganancia. Sin embargo, ya desde el propio movimiento económico objetivo, esto es imposible en un mundo que mueve sus engranajes en la acumulación de la ganancia en pocas manos, y que estructural e históricamente conlleva a la pauperización de los medios de vida y a la poca capacidad de consumo de la población.

Ahora bien, los límites ecológicos son también un impedimento para los fines del capital y organismos financieros internacionales, entes gubernamentales, no gubernamentales, así como a grandes empresas tales como Microsoft, que ha planteado volver la mirada hacia la agricultura, pero no cualquier agricultura: la “Agricultura 4.0” que convenientemente para sus fines ha utilizado el discurso de la “economía verde” con la justificación de insertar la tecnología en el proceso productivo agrícola. La inserción de tecnología (tal como la conoce el discurso dominante) no viene sola, sino también ideológicamente bajo el supuesto de que esta podría ayudar en los procesos de una agricultura más “sostenible” (que ha sido insertado por el BM y la FAO) sin olvidar que este concepto viene aparejado de los fines desarrollistas de los grandes capitales.

Si bien, la tecnología per se no significa algo perjudicial, esta inserción se da bajo los parámetros de mayor productividad y no una mejor producción -cosas diametralmente distintas- y que esconden, dentro de la propia palabra “tecnología”, el socavamiento o cuando menos el desplazamiento e institucionalidad del conocimiento campesino con la “Revolución Verde” y que con esto también se ha despojado de herramientas al sujeto histórico agrícola. Lo anterior siempre con la idea de que la tecnología implica la necesidad de más máquinas, automatización de procesos y hacer cada día más prescindible al ser humano de la producción.

Quienes participamos de los procesos agrícolas o al menos los que creemos rescatar todos los procesos de lucha por la agricultura orgánica en América Latina nos situamos y posicionamos en la reproducción de los procesos campesinos y su ¿propia? tecnología, que distan de ser máquinas y más lejos aún –como posicionamiento político y de su compromiso con la conservación del suelo y el ecosistema- de la industrialización. La recuperación de las herramientas elementales no menos complejas del campesinado es la única forma de generar independencia y autonomía. La “Agricultura 4.0”, por el contrario, introduce y genera dependencia al mercado y en vez de mediar para que el campesinado recupere su conocimiento expropiado, es una ventana de negocio para lo que el discurso, la gran agroindustria y todo aquellos que plantean la agricultura orgánica como negocio trafican como “algo verde”, pero que no es más que la estrategia de “parchear” la actividad de la maquinaria económica general que tiene inmersa a la humanidad en la peor crisis ecológica de su historia.

Desde el sentido y el posicionamiento ético-político sabemos que plantear la “tecnologización” de la agricultura alejará aún más al campesinado de esta. Lo vulnera y lo vuelve un sujeto inútil y dependiente, cuando lo urgente es regresar y fortalecer a la agricultura familiar-comunal donde la conservación, el manejo de recursos a baja escala y el eje colectivo-comunitario, son esenciales para dar con una actividad productiva armoniosa con la naturaleza.

La “Agricultura 4.0” genera más analfabetismo en cuanto a la propia actividad campesina, aún más si consideramos que ya les expropiaron el conocimiento productivo. Si a esto se suma la imposición del manejo tecnológico como discursivamente inicia la imposición de estos nuevos modelos, estos no les serán familiares. No se puede olvidar que sin un campesinado consciente es imposible un cambio real en el sector agrícola, por más esfuerzos que hagan otros sectores de la población. Vale recalcar que más del 50% de la alimentación mundial cae sobre la espalda de la pequeña producción agrícola.

Desde lo personal me ubico por una agricultura orgánica situada en el reconocimiento y rescate de las tecnologías campesinas negadas por los discursos de quienes poseen y quieren sacar ganancia imponiendo la gran maquinaria. Me posiciono por el desarrollo agrícola desde lo local y con insumos locales más accesibles desde lo económico y que generan menos contaminación, en contra de la idea productivista que solo piensa vorazmente en la ganancia y que hoy ha llevado a lo ya expuesto. Me posiciono a favor de una agricultura que reivindica al ser humano y que, por lo tanto, ayuda a subsanar el gran desempleo en el país y en el mundo.

El fetiche construido por el modelo económico actual de que lo tecnológico (grandes maquinarias-digitalización) se auto-posiciona como algo “verde” esconde tras la llamada “era digital” otra de las formas en que el extractivismo y desarrollismo se expresa e impone, más contaminante y en términos humanos que se sostiene de la sobreexplotación de niños y niñas en Asia y África, así como de la destrucción de ecosistemas enteros para la obtención de los materiales necesarios para crear computadoras, drones, etc. Generando todo lo contrario a lo que dicen promover y llevando al máximo la lógica de destrucción de la naturaleza y el ser humano.

Les invito a la reflexión.

El capital es trabajo muerto que, al modo de los vampiros, vive solamente chupando trabajo vivo, y vive más cuanto más trabajo chupa”. – Marx

Continuar la gestión de esperanza y alternativa

Hace siete años, en el programa Umbrales, de la Universidad Estatal a Distancia, Jorge Luis Hernánez, investigador del Centro de Investigación de Cultura y Desarrollo (CICDE), comentaba acerca del comportamiento de las organizaciones campesinas y los pequeños productores del país. 

En el espacio, Hernández habló sobre lo que significa la seguridad alimentaria en Costa Rica, en el contexto de un acceso deficiente a productos alimenticios y las necesidades de la población. Guiar y orientar a las comunidades para dar un criterio acerca de la inseguridad que se vive, es una tarea que requiere del análisis de los actores que participan en este tema, comentaba en la entrevista.

Según el autor, la situación empeora conforme avanza el cambio climático, cuestión que implica el desarrollo oportuno de alternativas que busquen otras formas de revolución verde, como las agriculturas locales. 

Para ver la entrevista completa puede acceder al siguiente enlace: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=1038069499573874&id=100001125002979&sfnsn=wa

Fuente: facebook.com / semanariouniversidad.com

 

Compartido con SURCOS por Jorge Hernández.

Semillas: Patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad

En un video compartido por María Elena López hace conciencia sobre la importancia de las semillas como base de la formación de comunidades y culturas: “A partir de la semilla nacieron comunidades, alimentos, culturas y tradiciones y las semillas se constituyeron así en patrimonios de los pueblos al servicio de la humanidad (…)”; y sobre la problemática que ha traído los derechos de propiedad intelectual sobre las mismas: “Los Estados Unidos dieron el primer paso para impulsar el desarrollo de la agricultura industrial, entregando a un puñado de corporaciones el control de la agricultura; así comenzó uno de los problemas más grandes y graves de nuestros tiempos, la Revolución Verde (…)”.

 

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