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Etiqueta: seguridad alimentaria

Sector arrocero llama a manifestarse frente a la Asamblea Legislativa

Del martes 16 al jueves 18 de septiembre el sector arrocero costarricenses estará acampando al pie de la Asamblea Legislativa para defender la soberanía y seguridad alimentaria del país.

La convocatoria tiene como propósito respaldar el proyecto de ley N.° 24.211, “Fondo de sostenibilidad del sector arrocero”, iniciativa que busca fortalecer la agricultura nacional de este sector y garantizar la producción de arroz como alimento básico en la mesa de las familias costarricenses.

La organización hace un llamado a la ciudadanía para apoyar a las agriculoras y a los agricultores y acompañar esta manifestación pacífica en defensa del sector arrocero.

La más profunda crisis del agro en la historia reciente: actividades y sectores en lucha por la sobrevivencia

German Masís

En los últimos seis meses han proliferado en los medios de comunicación noticias sobre la profunda crisis que vive el sector agropecuario, poniendo a prueba la sobrevivencia y la resiliencia de los productores y sus organizaciones y en uno de los períodos en que el Gobierno se ha convertido tanto por su acción como por su inacción en elemento desencadenante del deterioro de la actividad agropecuaria.

Titulares como los siguientes, evidencian la coyuntura crítica:

-Productores de arroz se movilizan en defensa del proyecto FONARROZ

-Producción del sector bananero costarricense para exportación bajó un 20% al inicio de este año

-En plena bonanza mundial productores nacionales de café reciben pérdidas por el tipo de cambio bajo

-Productores de cebolla denuncian ante el MEIC que supermercados están etiquetando cebolla importada como nacional

-Esto es una fiesta, es una piñata, es una cosa rarísima, dice productor sobre importación masiva de cebolla

-Empresario agroexportador: caía del tipo de cambio ha llevado a empresas al límite

-Cebolleros ahogados por el impacto de las importaciones

-Agricultores están vendiendo en 200 el kilo de cebolla aunque les cuesta 420 producirlo, piden ayuda al Gobierno y los Diputados

-Producción agropecuaria nacional acumula 7 meses de caída en medio de políticas adversas del gobierno

-Recesión en el sector agro de Costa Rica, vamos para una crisis aguda

-Sector agropecuario asegura que aumento de arancel de EEUU golpeará a productores

-Costa Rica negocia tratado sin consultar al agro: “nos arriesgamos a una avalancha de importaciones”, según organizaciones agrícolas

-Productores de leche denuncia indignante flexibilización a favor de exportadores lácteos de EEUU

-Gobierno y Banco central esconden la realidad del sector agro en Costa Rica denuncian en el día del agricultor

-Importación de papa autorizada por el Gobierno afectará a productores nacionales

-Banco Central sugiere importar papa y tomate

-Datos lo demuestran, políticas del gobierno deprimen la actividad agrícola

-Impacto del cambio climático provocaría pérdidas en cosecha de café por C 11.500 millones en la zona de los Santos

-Cambio climático podría reducir en un 60% el área para la producción de banano

-Productores de aguacate celebran fallo que frena importaciones sin controles

-74.787 agricultores fueron expulsados de su actividad económica en los últimos dos años

Aunque el sector agropecuario ha transitado por otros períodos difíciles en los últimos 40 años, como en 1986 con las movilizaciones frente a la Agricultura de Cambio, la de las organizaciones agrícolas en 1992 frente a la salida definitiva del CNP de la comercialización de granos, o la de las mismas organizaciones en1997 frente al retiro de profesionales del MAG por la movilidad laboral y la reducción del presupuesto del MAG, que profundizaba el desmantelamiento de las instituciones del sector agropecuario, en los últimos meses hemos asistido al deterioro de las condiciones de producción y comercialización de actividades productivas no sólo para el mercado interno, sino también para la exportación.

En circunstancias probablemente inéditas, en el período reciente confluyen una serie de factores estructurales como las limitaciones tecnológicas y de capital de los pequeños productores, el aumento de los costos de producción, los problemas de comercialización tanto en los mercados tradicionales como en la relación con las cadenas de supermercados, la limitada asistencia tecnológica de las instituciones públicas dada su escasez de recursos, sin olvidar los efectos del cambio climático, junto a factores coyunturales, como la promoción de las importaciones agrícolas, la reducción de controles a la importación, la permanencia de altas tasa de interés, la sobrevaluación del tipo de cambio y la posible incorporación a la Alianza del Pacífico.

Mientras ese escenario se ha ido configurando, el Gobierno continúa con su política de acciones puntuales de modernización de la actividad agrícola, entre las que se encuentran:

-MAG e INA impulsan modernización del agro con capacitación en drones

-INA capacita a productores en buenas prácticas agrícolas en todo el país

-MAG y SENARA impulsan un proyecto de riego en la zona de Cartago

Con ocasión de un nuevo conversatorio con los candidatos presidenciales, “Sobre el Sector Agropecuario Nacional: por la seguridad y soberanía alimentaria costarricense”, cabe preguntarse acerca de los resultados de los foros con los candidatos a la presidencia para las elecciones del 2022 y del 2018 y podríamos apuntar que en estos se hicieron planteamientos dispersos y muy generales, que no apuntaban a una transformación de la actividad agropecuaria a nivel tecnológico, comercial, financiero, de seguridad alimentaria y que no revertía el abandono de los productores que se dedican a la producción para el mercado interno.

Al igual que ocurrió en las ocasiones anteriores, las diversas organizaciones y entidades costarricenses señalarán las vulnerabilidades, amenazas y desafíos de la pequeña producción agrícola y de la seguridad alimentaria del país, pero pasará poco o casi nada, porque la actividad agrícola hace mucho dejó de ser una actividad económica estratégica y la movilización de recursos hacia esta actividad es secundaria.

Sector agropecuario convoca a candidaturas presidenciales para hablar de seguridad y soberanía alimentaria

El Grupo Liderazgo del Sector Agropecuario invita al conversatorio “Sobre el sector agropecuario nacional: por la seguridad y soberanía alimentaria costarricense”, un espacio para que las candidaturas presidenciales a las elecciones 2026 expongan sus propuestas sobre el futuro del agro y la producción nacional.

La actividad se llevará a cabo el martes 9 de setiembre de 2025, a las 10:00 a.m., en el Campus Tecnológico Local San José, Recinto Zapote, ubicado 75 metros al este de la Rotonda de las Garantías Sociales.

El Grupo Liderazgo del Sector Agropecuario incluye a la Corporación Hortícola Nacional, a UPA Nacional, a la UNAG y a UPIAV.

Los agricultores del siglo XXI frente a su realidad y su problemática

German Masís

El día de ayer en la columna de Opinión del periódico digital CR Hoy se publica un artículo titulado Los Agricultores del siglo XXI del académico Roberto Artavia, que es necesario comentar y aportar otros argumentos que expliquen adecuadamente la problemática en que se encuentran inmersos los agricultores pequeños y medianos desde hace varias décadas y el abandono de las políticas hacia este sector.

En su argumentación, el artículo aborda varios aspectos para explicar el tránsito hacia el Agricultor del siglo XXI, entre ellos la productividad, el papel de la inversión, la tecnología y el capital humano, la importancia que tienen las políticas, como algunas impulsadas en el pasado, el fortalecimiento de las instituciones y el advenimiento de la gran modernización tecnológica.

El artículo inicia haciendo mención a la baja productividad del sector, atribuyéndola primero a la baja productividad del trabajo agrícola, en relación con otras actividades económicas como la manufactura y los servicios y comparándola con la productividad agrícola lograda en otros países, comparaciones poco procedentes por las características de esas otras actividades y por políticas aplicadas en otros países como lo veremos más adelante.

Al respecto, hay que destacar que la prevalencia del aspecto de la productividad para explicar el desempeño de las actividades económicas, que es solo una de las variables determinantes del mismo, es insuficiente como lo han señalado diversos organismos incluyendo a la OCDE y que en este caso, se hace referencia principalmente a la productividad del trabajo, que en el sector agropecuario es muy heterogénea como lo menciona posteriormente el mismo autor, al comparar la productividad en las actividades de exportación y en de producción para el mercado interno, además que como es de conocimiento el análisis debe complementarse con la productividad por área productiva, fundamental en las actividades agropecuarias, que está también asociada a la escala de las unidades de producción: pequeña, mediana y grande, que tienen acceso y utilizan de manera diferenciada los factores de la producción.

Es importante también establecer adónde se originan las diferencias de productividad del trabajo y de las unidades de producción, el mismo autor adelanta que “en general las diferencias se deben a las inversiones en infraestructura, tecnología y capital humano”, que hay que recordar que son distintas, ya que las empresas sobre todo las grandes pueden y las realizan con frecuencia con su propio capital, mientras que las pequeñas y medianas(en el agro y en las pymes de otras actividades) tienen dificultades para realizar o las realizan parcialmente debido a las limitaciones de recursos.

A su vez, las posibilidades de inversión para mejorar la productividad en el agro en los aspectos mencionados por el autor, en las unidades productivas micro y pequeñas, son limitadas, por lo que deben recurrir a las instituciones del Estado, quienes en otras épocas les han ayudado a mejorar la infraestructura, la tecnología y la capacidad del recurso humano y que en algunos países, como en los países desarrollados(Estados Unidos, Europa y Japón), disponen de amplios programas de ayudas o subsidios financiados por el Estado, como el Farm Bill y la política agrícola común de los primeros, apoyos que generan grandes diferencias de productividad, producción y competitividad de la agricultura entre los países desarrollados y los países en desarrollo.

En el artículo se menciona dos momentos claves en el desarrollo económico y de la ampliación de las actividades productivas del país, interesa fundamentalmente referirse al segundo sobre la Administración Monge Álvarez, en la que, según el autor, “hizo de su gobierno la plataforma desde donde se diversificaron la producción y las exportaciones” y que en efecto fue el inicio de la política de promoción de exportaciones no tradicionales que se profundizó en la Administración siguiente. Agrega el autor, “políticas bien alineadas, como las minidevaluaciones del colón, inversiones selectivas en infraestructura, programas de capacitación y transferencia de tecnología, e iniciativas de crédito impulsaron un clima de inversiones propicio”.

Lo que no dice, es que en ese gobierno se inició el cambio en la actividad agrícola con el programa que se denominaba “Volvamos a la Tierra”, que significó el desestímulo progresivo de las actividades consideradas tradicionales y el estímulo de actividades no tradicionales para exportación, la desaparición de los programas nacionales por cultivo y el redireccionamiento de las políticas antes mencionadas y de los recursos técnico y financieros hacia las nuevas actividades.

Este cambio en la actividad agrícola, que fue ampliado en las Administraciones siguientes de Arias Sánchez, Calderón Fournier y Figueres Olsen, ligado a los programas de Ajuste estructural firmados con el Fondo Monetario Internacional, creó la diferenciación estructural entre la Agroexportación y la producción agrícola para el mercado interno, de la que se menciona poco en el artículo, pero que es crucial para explicar la situación actual del sector agropecuario.

Vale recordar que las políticas de esas Administraciones, junto al estímulo a las actividades no tradicionales de exportación, ejecutaron medidas dirigidas a desmantelar el esquema de apoyo institucional de transferencia tecnológica y de capacitación hacia los productores involucrados en las actividades agropecuarias consideradas tradicionales, que no eran otras que la producción de granos básicos, las hortalizas, los tubérculos y las frutas para consumo nacional, las cuales restringieron considerablemente la labor de las instituciones del sector: CNP, MAG, IDA, el SENARA y el PIMA y que las han llevado al bajo nivel de funcionamiento que presentan en la actualidad.

Lo anterior explica, la realidad que observa el autor, “los productores que tan amable y alegremente nos atienden en las ferias del agricultor tienen baja productividad, seguramente con algunas notables excepciones, lo que determina su ingreso y los condena a una vida dura, exigente y, muy probablemente, a la pobreza”. Lo paradójico es, que éstos productores amables, pero pobres, son los que proveen el 80% de la producción alimentaria nacional, garantizan cada semana la disponibilidad de alimentos a los consumidores de las ferias del agricultor y de los mercados locales y son los responsables directos de la seguridad alimentaria del país, pero han sido abandonados por las políticas agrícolas y por la institucionalidad del sector, que no dirige adecuadamente sus programas y acciones hacia este sector, por falta de recursos, escasez de personal técnico o simplemente por impulsar tecnologías modernas como el gobierno actual.

De ahí que las soluciones que se proponen a veces frente a la situación del agro no son las apropiadas. En ese contexto, el autor señala que “En esto no hay ningún misterio. La alta productividad del campo pasa por la agricultura de precisión y en ambientes controlados; por la aplicación de tecnología a semillas, a la fertilidad y la irrigación de los campos, a nuevas plataformas de infraestructura productiva, tecnologías digitales aplicadas al mantenimiento y control de las plantaciones, la cosecha, la logística y la distribución y exportación de los productos”, de manera similar a la posición del actual Ministro de Agricultura, que promueve la agricultura de precisión, tecnología de drones, georreferenciación y sistemas de riego automatizados, para todos los agricultores, (Surcosdigital.com, julio 2025), sin importar la baja condición económica de los productores, que muchos no tienen asistencia técnica, que no tienen acceso al crédito, que sus costos de producción se han elevado y que las importaciones de productos afectan sus precios y sus ventas.

Pero según lo expuesto en el artículo incorporar esas tecnologías es relativamente fácil, “implica alinear las instituciones, los programas, el crédito, la infraestructura, las políticas económicas y el «contrato social» del sector, implica modernizar y enfocar algunas instituciones, como el MAG, el Sistema de Banca para el Desarrollo, el INDER, y el mismo movimiento cooperativo”, o sea se trataría de revertir las políticas económicas y sectoriales de los últimos 40 años y sus efectos sobre la producción agroalimentaria para el mercado interno mediante una supuesta modernización y acción institucional que no parece tener sustento en la realidad actual.

La producción agrícola está en crisis y no podemos desconocer esa problemática, algunas actividades se encuentran en sus niveles mínimos de producción, como se ha revelado recientemente sobre la cebolla, cuya producción nacional ha disminuido mientras que las importaciones llegan a su punto más alto. Según la información, las toneladas métricas pasaron de 45.585 en el 20223 a 35.788 en el 2024, con una disminución del 21.5%, considera como una caída significativa.

Pero la cebolla no es el único cultivo cuya producción está bajando en Costa Rica. Las encuestas agrícolas desde el año 2020, han señalado que las extensiones de terreno con sembradíos de arroz, frijoles y maíz en Costa Rica alcanzaron nuevos mínimos. La cantidad de hectáreas sembradas de granos básicos en Costa Rica pasó de 154.658 en el año 1990 a 36.226 en el 2023, donde la disminución es del 75%. (Surcosdigital.com, abril-2025)

Finalmente, el documento cuestiona “¿por qué si en cada campaña electoral decimos que queremos acabar con la pobreza –en buena parte rural y agropecuaria– no tomamos las medidas necesarias para aumentar la productividad del campo a niveles que permita a los pequeños productores superar su situación?”. La respuesta según los argumentos expuestos antes es obvia, los pequeños productores no han podido superar esa situación, porque se dedican a la producción de alimentos para el mercado interno, actividad que no tiene estímulos como la exportación, ésta actividad está en manos de pequeños productores con poco acceso al capital y a la tecnología, que dependen de la asesoría técnica y de la transferencia tecnológica de las instituciones públicas que fueron desmanteladas técnica y financieramente hace muchos años, porque tienen que competir con importaciones baratas de otros países y porque los políticos y los gobiernos de turno no se han querido comprometer con una transformación de la producción interna y de la pequeña producción, aunque en campaña política prometan soluciones que nunca se cumplen.

Mensaje de la Arquidiócesis de San José al XVIII Congreso Nacional Arrocero

XVIII Congreso Nacional Arrocero, 2025

Pbro. Luis Alejandro Rojas A.
Arquidiócesis de San José
18 de agosto de 2025

Estimados miembros de la Corporación Arrocera Nacional e invitados especiales:

Con motivo del Décimo octavo Congreso Nacional Arrocero, 2025, el señor arzobispo de San José, Mons. José Rafael Quirós, agradece la atenta invitación para compartir este momento de encuentro anual de productores arroceros y de agroindustriales. En esta ocasión no podrá acompañarlos físicamente. No obstante, se une a este acto con su oración, rogando a Dios, Creador de todas las cosas, que, a semejanza de la parábola del Sembrador, la buena semilla caiga en tierra fértil y produzca el ciento por uno.

De gran interés para la Iglesia, serán las deliberaciones y acuerdos de todos ustedes, ya que el sector arrocero soporta un “temporal”, con abundante lluvia y rayería, que pone en alto riesgo la soberanía y seguridad alimentaria de nuestra población, con la llamada “Ruta del arroz”.

Rumbo que está conduciendo por senderos oscuros a los productores costarricenses del grano y abriendo brechas injustas entre productores nacionales e importadores. Para los neófitos en este asunto, la matemática se nos complica, al constatar que el erario requiere de captar el dinero necesario para invertir en educación, salud, vivienda popular, obra pública, seguridad ciudadana y más, y curiosamente los aranceles a la importación del arroz de cualquier origen se redujeron al 4 % para el arroz blanqueado y al 3,5 % para el arroz en bruto.

Entonces, ¿quién o quiénes se dejaron casi ₡27.000 millones al 2024, que habrían tenido que pagar al Estado si no se hubieran disminuido los aranceles en los decretos que dieron comienzo a la “Ruta del Arroz”?

Nuestra “matemática” es de acumulación, que acentúa el egoísmo; la “matemática” de Dios es la lógica del amor. En palabras del querido y recordado Papa Francisco, de feliz memoria; “la matemática de Dios es extraña: ¡se multiplica solamente si se divide!» 1 Es decir, en la lógica divina el compartir vence el egoísmo y acrecienta el bien común.

Se necesita volver al equilibrio entre producción nacional del grano en beneficio de nuestros arroceros y las importaciones para compensar los faltantes del arroz necesario, en aras de la seguridad alimentaria. Sumado a la urgencia de contar con políticas públicas en defensa del productor nacional y para el fortalecimiento del sector agroalimentario.

El pasado 2 de agosto, con motivo de la Celebración en honor a nuestra Patrona Nacional la Virgen de los Ángeles, el señor arzobispo de San José, en su homilía dijo: “Que nuestros agricultores tengan certeza que venderán sus cosechas, porque los costarricenses preferimos lo que se produce en nuestra tierra”.

En el pensamiento y en el corazón de Mons. José Rafael Quirós, procedente de una familia de agricultores de la Zona Norte de Cartago, también estaba el clamor de los paperos y cebolleros de nuestro país.

Por eso, no es justo que se siga inundando el mercado agroalimentario con productos de baja calidad y sin controles fitosanitarios, tal como lo ha denunciado la Corporación Hortícola Nacional y otras organizaciones de agricultores. Tampoco, es justa la voracidad de algunas cadenas de supermercados que compran al agricultor con precios ruinosos y venden desde la codicia del mayor beneficio en prejuicio de los consumidores.

Al respecto, la Encíclica Laudato Sí, manifiesta: “el mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social” (# 109).

Los criterios de una economía de mercado en la que se beneficia a unos pocos excluyendo otros, se encuentra distantes del espíritu evangélico del bien común, la solidaridad, la justicia social y el amor fraterno.

En palabras del mencionado Papa Francisco: “la realidad es superior a la idea”. No matemos actividades agrícolas exitosas como la siembra del arroz, papa, cebolla y otros productos, donde somos competitivos por área de siembra y producción. Sin ser experto en economía agraria, pero sí un cura observador en mis labores pastorales en Cipreses de Oreamuno hace varios años, el problema principal sigue siendo el mercado.

Mi experiencia frustrante, al sembrar con un grupo de feligreses en una asociación de agricultores que nació en la Casa Cural un día, fue arrancar la cosecha de zanahorias y por precio de mercado no retornó ni el costo de inversión.

Es una grosería que algunos políticos de turno pretendan enseñar a nuestros agricultores a sembrar. Ahí no está el problema. Mejor que los políticos serios resuelvan la injusticia social para los pequeños y medianos productores agrícolas que son víctima del mercado y las escasas políticas públicas para el sector agroalimentario. Solo un favor basta, que no estimulen las importaciones masivas de lo que producimos bajando aranceles aduaneros, y que tengamos dignidad como costarricenses al oponernos al ingreso de algunos productos agrícolas sin los respectivos controles fitosanitarios. Asimismo, que el consumidor obtenga un mayor beneficio en calidad y precio.

Particularmente, después de leer el Proyecto de Ley 24.211, denominado: Ley para la creación del Fondo de Competitividad y Auxilio arrocero (FONARROZ), considero que las señoras y señores diputados tienen un excelente texto legislativo para ofrecer medios y recursos mínimos que resguarden la seguridad alimentaria de la población costarricense “mediante el fomento de la actividad arrocera y la protección de las hectáreas de cultivo necesarias, priorizando a los productores de arroz micro, pequeños, medianos y grandes, para disponer de una base de producción de grano nacional y la capacidad de escalamiento, que garantice la disponibilidad del grano ante cualquier contingencia internacional”. Tal como reza el artículo # 2, respecto al objetivo de la ley propuesta.

Estamos en una encrucijada para los arroceros, paperos y cebolleros, o desaparecen como la mayoría de los frijoleros o los rescatamos de la presente situación injusta.

Al salvar a nuestros agricultores y sus familias, también redimimos el alma del costarricense que está apegada al campo y le da identidad cultural al tico. Los arquetipos de nuestra tierra en el inconsciente colectivo nos hacen vibrar cuando escuchamos: “Y cuando caen los fuertes aguaceros es como si yo fuera la semilla me huele a tierra fértil el sendero llenando de ilusión mi alma sencilla”.

Queridos arroceros y agricultores todos, que no desfallezca la esperanza de un mañana mejor. Gracias por la noble misión de labrar la tierra para depositar la semilla por el fruto de mañana. Y así, procurar que no falte el alimento de cada día en la mesa de la familia costarricense. Recuerden lo que dice el Salmo 126, 5-6: “los que sembraban con lágrimas recogen entre cantares”.

Finalmente, felicitaciones por el décimo octavo Congreso Nacional Arrocero, 2025. Que la fraternidad, la esperanza y la alegría, en búsqueda del bien común se manifieste en estos días para el fortalecimiento de la Corporación Arrocera Nacional y del sector agroalimentario. ¡Qué Dios el Creador de todas las cosas les ayude!

1 Papa Francisco, Mensaje a los pobres, refugiados y detenidos. Visita pastoral a la diócesis de Bolonia, el 1 de octubre de 2017.

Alianza Nacional Agropecuaria cuestiona negociaciones aceleradas para ingresar al Acuerdo Transpacífico

Ingreso al CPTPP no trae beneficios para el agro costarricense

(San José, 31 de julio de 2025). La Alianza Nacional Agropecuaria (ANA), integrada por la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA), la Unión de Pequeños Productores Agropecuarios Costarricenses (UPANACIONAL), la Unión de Productores Independientes y Actividades Varias (UPIAV), el Frente Agroindustrial Cooperativo (FAC), la Corporación Hortícola Nacional (CHN) y la Unión Nacional de Productores Agropecuarios Costarricense (UNAG), manifiesta públicamente su profundo malestar y preocupación ante la forma en que se está desarrollando el proceso de negociación para la adhesión de Costa Rica al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés), mejor conocido como Acuerdo Transpacífico.

El sector agropecuario considera que el proceso actual carece de un análisis técnico amplio, transparente y participativo, además se está impulsando con una celeridad impropia de un acuerdo que podría comprometer seriamente el futuro de la producción nacional y la seguridad alimentaria del país.

Como Alianza Nacional Agropecuaria, nos preocupa que el bloque del CPTPP representa solo una mínima parte del comercio internacional de Costa Rica, lo cual deja ver el bajo potencial exportador que se tiene hacia esos mercados. A esto se suman graves limitaciones internas como el colapso del Puerto de Caldera, los altos costos logísticos, la apreciación del colón y la falta de políticas de competitividad, que agravan la desventaja de los productores nacionales frente a economías más eficientes y subsidiadas. Es importante resaltar que la posible liberalización de productos como arroz, café, papa, cebolla y lácteos, excluidos de tratados bilaterales con países que conforman el actual bloque transpacífico, amenaza directamente el sustento de miles de familias productoras, afectando las economías rurales y el abastecimiento nacional sin recibir a cambio beneficio alguno.

Por otra parte, el Ministerio de Comercio Exterior no ha presentado estudios que demuestren oportunidades reales para el agro costarricense dentro del Acuerdo Transpacífico, como sí se ha hecho en negociaciones anteriores, razón que suma a las preocupaciones del sector.

El tratado, en su forma actual, se percibe más como un acuerdo para facilitar importaciones de alimentos que como una estrategia real de diversificación exportadora, en un contexto mundial marcado por la incertidumbre climática, geopolítica y comercial.

Las organizaciones del sector agropecuario aclaran que no se oponen a los acuerdos comerciales, pero insiste en que estos deben negociarse de forma responsable, equitativa y estratégica. Por ello, exigen reorientar el proceso hasta que se realicen los estudios técnicos necesarios, así mismo se garantice la participación efectiva del sector productivo y se aseguren mecanismos reales de defensa comercial para el agro costarricense.

Como Alianza Nacional Agropecuaria, reiteramos la importancia de mantener las exclusiones y plazos de desgravación ya negociados con países con los que Costa Rica tiene acuerdos vigentes, como Canadá, Chile, México, Perú, Reino Unido y Singapur. De igual forma, reiteramos la importancia de que las posiciones expuestas por los sectores del sector agropecuario se vean reflejadas efectivamente en los compromisos que asuma el Ministerio de Comercio Exterior.

Mientras el agro se quema, el ministro juega a los drones

German Masís

Haciendo alusión a la parábola de la casa que se quema, mientras un miembro de la familia se encuentra jugando a las cartas, en esa circunstancia podemos ubicar lo ocurrido el sábado anterior en el programa Estado Nacional de canal 7, bajo el título “Importaciones aplastan al agro”, conducido por la periodista Lilliana Carranza y con la participación de Kevin Gómez de la Corporación Hortícola, del consultor Renzo Céspedes y del ministro de Agricultura Víctor Carvajal.

Según la justificación del panel, la presentadora argumenta que las importaciones de cebolla extranjera crecieron un 400%, mientras que en productos como papa, tomate y zanahoria, también se registraron aumentos significativos durante el año. Esta sobreoferta en el mercado ha golpeado duramente a los agricultores.

En un artículo anterior, denominado “La producción alimentaria nacional se debate en sus niveles mínimos: el caso de la cebolla”, mencionamos que mientras las importaciones de cebolla llegan a su punto más alto, la producción nacional disminuye de manera alarmante, por lo que los productores reclaman que esta actividad va a desaparecer. Agregamos que esta actividad, se encuentra ya probablemente en los niveles mínimos a los que puede llegar.

Y ese es precisamente el debate al que el panel de Estado Nacional no logró apuntar adecuadamente al centrarse en el tema de la importaciones, que aunque es el factor desencadenante, no logra explicar la gravedad de la situación productiva, resultado de la reducción de las áreas de producción, la pérdida de áreas productivas, la salida de los agricultores de la actividad, la destrucción de empleos agrícolas y el deterioro de la condición socioeconómica de los agricultores y de las seguridad alimentaria del país.

Aunque los panelistas Gómez y Céspedes, hicieron lo posible por justificar la veracidad de las dimensiones de la importación de cebolla y su impacto sobre la reducción de los precios del producto y las pérdidas de los agricultores nacionales, el ministro de Agricultura hacía un esfuerzo por desacreditar las intervenciones de sus interlocutores y presentar lo que el Ministerio está impulsando por apoyar la producción hortícola, 3 años después del inicio de esta Administración.

En buena medida, quedó la sensación de que efectivamente ha habido un incremento de la importación de cebolla, motivado por las propias medidas que ha promovido el Gobierno, como el decreto de importación de cebolla y papa y la variación de los controles fitosanitarios de ingreso del producto, y también que el Ministro intentó evadir su responsabilidad en la adopción de dichas medidas y justificar que son inevitables ante la reducción de la producción nacional, resultado de las condiciones climáticas de final del año anterior y principios de este.

Sin embargo, en la discusión de las posiciones contrastantes sobre las importaciones, en donde una parte trata de demostrar la veracidad del hecho y el daño causado y la otra relativizar el hecho y su impacto, es difícil profundizar en las causas y en la evolución de la situación de esa actividad y de la producción agroalimentaria del país.

Exponíamos en el artículo antes mencionado, que la reducción de las áreas en la cebolla y otros cultivos, es una tendencia confirmada por los cambios en la Encuesta Nacional Agrícola de los últimos años, que pone en evidencia el deterioro de la actividad agrícola y el acercamiento a niveles de producción mínima en algunos cultivos.

Exponíamos que algunas actividades han llegado a peligrosos límites, cuyo descenso inminente, podría llevar al desabastecimiento de los productos, a la pérdida de capacidad productiva y de seguridad y soberanía alimentaria, a la salida de grandes grupos de productores, a su desempleo y empobrecimiento y cambio de uso de las tierras agrícolas, temas que debieran ponerse a la discusión con el ministro de Agricultura y otras autoridades del Gobierno, en un amplio debate nacional.

También decíamos que en los últimos meses la producción de cebolla, ha entrado en el círculo perverso de disminución de la producción nacional, aumento de las importaciones, pérdidas de los agricultores, aumento de los precios al consumidor y elevadas ganancias de los importadores, en que han ingresado otras actividades como el arroz y la papa.

En la presentación del panel del programa citado, se afirma que los productores agrícolas viven una crisis, (…) porque no solo han tenido que luchar contra las afectaciones por el clima, el alto costos de los insumos y las limitaciones para acceder al crédito, sino además con la creciente amenaza de las importaciones masivas.

Como corolario, expresa que el sector agrícola hace un llamado urgente para proteger la producción nacional, llamado que viene reiterándose desde hace varios años, en las marchas de agricultores del 2023 y en varios comunicados emitidos en los medios de comunicación el año anterior, llamado que ha sido ignorado por las autoridades del Ministerio de Agricultura y que en la actualidad debieran constituir un ultimátum a dichas autoridades que podría conducir a la paralización de la producción alimentaria nacional.

Así mientras que el agro se quema, por efecto de las importaciones y demás problemas de la pequeña producción hortícola, el ministro menciona los proyectos de riego, la agricultura 4.0 y transferencia de tecnología de punta, como el uso de drones, como si los productores y sus actividades no estuvieran a punto de ser abatidos por las llamas del mercado, la pérdida de cosechas y la escasa rentabilidad de sus actividades.

Los proyectos y las medidas mencionadas y otras incluidas en los informes anuales del MAG y en los informes anuales del presidente, debieran ser rechazadas de plano por las organizaciones agrícolas por su carácter paliativo y de bajo efecto en las condiciones de producción de los pequeños productores y hacerlo explícito en la actividades de discusión como la del sábado.

En plena campaña electoral, es necesario volver a poner la problemática agraria entre las prioridades máximas de la agenda política nacional, como se hiso hace 4 y 8 años, exigiendo propuestas y compromisos válidos de los diferentes líderes y grupos políticos, a condición de apoyar o rechazar algunas propuestas políticas y hasta la posibilidad de participar o no como sector en las próximas elecciones.

Semillas y Saberes alerta sobre el ingreso de Costa Rica al Tratado Transpacífico

Esta producción radial fue realizada por la Comisión Institucional de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad de Costa Rica y transmitida por Radio 870 UCR.

En un nuevo episodio del programa radial Semillas y Saberes, conducido por Marcela Dumani, se abordaron las consecuencias del posible ingreso de Costa Rica al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP). La entrevista central estuvo a cargo del abogado y economista Renzo Céspedes Vargas, quien cuenta con más de tres décadas de experiencia en comercio internacional.

Durante el programa se explicó de forma detallada el funcionamiento del tratado, sus orígenes, los países que lo conforman, y sus graves implicaciones para sectores productivos sensibles como el arroz, el café, la leche, la piña, la palma aceitera y el sector hortícola costarricense. Se alertó que esta adhesión, de concretarse, afectaría severamente la seguridad alimentaria, la soberanía productiva nacional y el bienestar de más de medio millón de personas vinculadas al agro.

Uno de los aspectos más discutidos fue la imposibilidad de renegociar condiciones específicas para proteger a sectores estratégicos, dado que las reglas del bloque están predefinidas. También se abordó cómo este modelo de apertura comercial desregulada se suma a otras políticas internas que ya han debilitado al agro, como la “ruta del arroz” o la eliminación de aranceles sin medidas compensatorias.

Céspedes hizo un llamado a la ciudadanía para informarse, generar presión social y dialogar con diputaciones y gobiernos locales para evitar que el país entregue su soberanía productiva a intereses que no consideran las particularidades de la economía nacional.

Escuchá el programa completo aquí:

Seguridad Alimentaria: La vida humana, entre la ambición neoliberal y la solidaridad de los pueblos

El programa Alternativas invita al público a sintonizar el panel titulado “Seguridad Alimentaria: La vida humana, entre la ambición neoliberal y la solidaridad de los pueblos”, que se transmitirá el viernes 11 de julio de 2025 a las 18:00 horas.

Esta edición contará con Ericka Céspedes Arguedas, quien es ingeniera agrónoma con énfasis en riego y drenaje; Irené Barrantes Jiménez, especialista en derechos humanos de las mujeres; Trino Barrantes Araya, poeta en construcción, historiador insurgente y secretario general del Partido Vanguardia Popular; y Guido Sibaja Fonseca, productor agroalimentario.

El programa se emite mediante las redes de Alternativas como se muestra en el afiche.

Además, se retransmitirá por Radio Guanacaste 106.1 FM, Radio Soberanía y Radio Revolución.

Las gentes del mundo se reúnen y manifiestan para cantar una sola canción de justicia por el planeta

Carlos Manuel Muñoz Jiménez

El secreto

En el libro “El vendedor más grande del mundo” de Og Mandino, al final, el gran secreto de cómo vender es heredado a Pablo (de Tarso) que llega cansado y abatido por las peripecias que ha sufrido por parte del imperio romano como consecuencia de su mensaje cristiano. Resulta que el secreto del vendedor más grande del mundo únicamente está destinado a aquella persona que demuestre ser capaz de compartir un mensaje a pesar de todas las dificultades, pues la cualidad del vendedor más grande del mundo es -ni más, ni menos que esta-: la de ser capaz de compartir su mensaje de forma decidida.

Lo que la ciencia está revelando

Según la prestigiosa revista científica Nature Communications, el Ártico tendría su primer día sin hielo marino en 2027, por lo tanto, las generaciones futuras están a pocos días de no conocerlo, tampoco conocerán los osos polares que viven en el hielo marino.

Recientemente otra revista referente mundial como Bloomberg, alertó que el mundo ya superó los 1,5 grados de calentamiento global, lo que, como he expuesto en los artículos previos de esta serie (publicados en Surcos Digital, Costa Rica), implica una catástrofe climática y humana (ver en Bloomberg: El mundo ya habría superado meta de calentamiento global de 1,5 °C).

Los Acuerdos de París, consistían en no sobrepasar los 1,5 grados en 2030, pero este límite ya se ha superado debido a la falta de compromiso de los países y sectores industriales globales de disminuir el uso de combustibles fósiles. Y, además, por el hecho de que es un tema oculto para la opinión pública y la ciudadanía en los países del tercer mundo. Sin duda, si fuera de conocimiento público ya la sociedad habría dado un vuelco decisivo.

La revista Nature Communicatios, en la misma línea, el 10 de enero de 2025, comentó que: Hasta ahora, el umbral se ha superado sólo durante un año, pero la humanidad se acerca al final de lo que muchos pensaban que era una “zona segura” a medida que el cambio climático empeora.” (Earth breaches 1.5 °C climate limit for the first time: what does it mean? January, 2025)

El planeta cambió para siempre. Esto afectará la agricultura

En Costa Rica llovió a mediados de febrero, algo inhóspito, y, dicho en palabras de los campesinos que saben, -significa que la tierra no está bien-, esto provocará la disminución de la producción agraria de productos básicos.

Los ciclos de las estaciones son fundamentales para esta sociedad del siglo XXI, son los ciclos con los cuales los agricultores en todo el planeta siembran la comida que comemos, sin ciclos, sin estaciones, no se puede asegurar ninguna cosecha, como lo advierte Juan Bordera, científico español (¿El final de las estaciones?, 2024). Este año ya hemos visto los precios de la escasez en la papa, la cebolla, el tomate, la vainica, los huevos, entre otros.

Vivimos un tecnocidio. Mientras estamos alertas en los teléfonos a ver las actualizaciones de las redes sociales, las estaciones del planeta cambian dramáticamente. Son estas mismas las que permiten y han permitido que la agricultura se pueda sembrar año con año desde el Neolítico, lo que permitió la gran revolución agraria humana y la construcción de nuestra civilización, eso, como estamos siendo testigos, no volverá nunca más, la humanidad lo ha modificado para siempre. Pero en esto no estamos alerta.

Pronostican el inicio de una hambruna

Según la cadena Euronews, en el mes de enero de este año, más de 150 premios nobel y del premio mundial de la alimentación, solicitaron un esfuerzo para evitar una crisis mundial alimentaria e instar a que se tomen medidas para hacer frente a hambrunas., los más de 700 millones de personas que sufren de hambre en el mundo podrían aumentar como resultado del cambio climático y el crecimiento demográfico, a menos de que se hagan esfuerzos de producir más y distintos alimentos.

Inquietan las noticias de la producción mundial del maíz, en relación a la preocupación que existe por la disminución en la producción de este grano por mal tiempo y plagas (Bloomberg, 2024).

Las repercusiones de una caída del maíz son globales ya que su cadena es muy amplia e importante, desde su uso como alimento humano como la masa, las tortillas y todos sus derivados, hasta su uso fundamental como alimento para animales de producción.

Otro panorama alimentario, fue la escasez de huevos en Estados Unidos, como consecuencia de un brote de gripe aviar que provocó el aumento del precio del producto a casi el doble y enfrentamientos en supermercados (BBC News Mundo: Porqué se ha disparado el precio de los huevos en EEUU y hasta los supermercados racionan su compra).

Este año el clima está manifestando más fuertemente, debido al fenómeno la niña, y eso, con todo lo anterior podría causar grandes pérdidas de alimentos a nivel global.

La guerra

Con la Tercera Guerra Mundial en latencia, también, nos encontramos en un momento delicado respecto a una posible alza de los precios de los alimentos que se tranzan a nivel internacional (aceite, arroz, frijoles, maíz, trigo, etc.), pudimos ser testigos de las consecuencias de una guerra en Ucrania (uno de los grandes productores mundiales de trigo), con el aumento del precio del trigo, y del pan.

Pudimos ser testigos de lo que implica una guerra entre superpotencias militares como Irán, EUA e Israel, en tan solo 12 días, escalaron las tensiones internacionales, subió el precio del petróleo, con los respectivos peligros de una guerra atómica, y la respuesta estratégica declarada por parte de Irán del cierre del Estrecho de Ormuz, por donde transita el 20% del petróleo mundial.

Las fricciones diplomáticas entre grupos de países, políticamente, nos permite anticipar un futuro con menos ayudas humanitarias, y potencias interesadas en el negocio de la guerra, se hizo evidente el desenmascaramiento de países europeos como Alemania, Francia y Reino Unido desobedeciendo el Derecho Internacional Humanitario, brindando apoyos militares al estado de Israel liderado por el genocida Benjamín Netanyahu.

Las juventudes no pueden confiar su futuro a este presente

Los jóvenes que estarán viviendo en el 2045 no pueden confiar que esta sociedad, la que cambio el clima para siempre, les va a disponer de recursos básicos para su vida, sobre todo alimentarios, de vivienda o de trabajo, ni de justicia social, ambiental o política. Los científicos mundiales advierten que esta sociedad a la deriva, está malgastando los recursos del futuro cercano.

El crecimiento económico infinito en un planeta con límites finitos no tiene sentido, como lo ha demostrado el científico español Antonio Turiel, quién ha llevado un mensaje profético en los últimos años; también ha enviado un mensaje honesto a las juventudes españolas.

Muchos jóvenes alrededor del planeta, los vemos en las redes, están en contra de la explotación del planeta de forma indiscriminada, manifestándose en contra de leyes que justifican que el ser humano perjudique a las demás especies. Son testigos de un autoritarismo humano sobre la Madre Tierra, están en contra de la injusticia.

La flotilla Madleen fue una emisaria global de esta indisposición juvenil, jóvenes activistas arriesgando inclusive sus vidas en pro de romper el cerco en Gaza para la entrada de alimentos o “break the siege” como se dice globalmente.

El planeta, según los datos globales, posee cuatro veces el nivel de radiación que tenía la última extinción de los dinosaurios (Ver en Petrocalipsis: Antonio Turiel), el aumento continuo de la temperatura planetaria como consecuencia de una falta de compromiso humano nos podría llevar a escalas de extinción a 4° (cuatro grados) de calentamiento global, el último ser humano podría respirar en el año 2100.

Nuestro presente es común en todo el planeta

Voces de personas, organizaciones y pueblos del mundo se están reuniendo en una sola canción de justicia. A pesar de la embestida del desinterés climático, del autoritarismo y neo-fascismo mundial, millones de voces en el mundo de todas las edades, razas o creencias, se alzan en pro de un presente de esperanza para la humanidad y para el planeta.

En un sentido similar, en su escrito “De las democracias fallidas a Javier Milei”) el argentino Alberto Crocce (ver en albertocesarcroce.wordpress.com), educador popular, miembro de la Escuela Latinoamericana de Actoría Social y Juvenil, se expresa indicando lo siguiente:

La gran pregunta que me hago todos los días es qué podemos ofrecer nosotros, los que seguimos creyendo en algunos valores humanistas y sociales, para construir una realidad diferente que vuelva a hacernos soñar con los valores que la democracia nos había enamorado.”

Pareciera que es la gran pregunta a responder y la gran respuesta por accionar, sin duda, ¿cómo construir otro presente más justo que tenga raíz en las gentes y no en las élites políticas?

Diez consignas globales:

  1. Demandar Justicia, Igualdad y Paz para con la naturaleza como primer requisito indispensable para una vida justa y en armonía.

  2. Erradicar la guerra.

  3. Erradicar y sustituir por completo el uso de combustibles fósiles como fuente de energía, para así lograr sobrevivir al cataclismo planetario de la crisis climática (Ver Noticias ONU: COP 29, noviembre de 2024).

  4. Terminar con este sistema económico que explota irracionalmente los recursos del planeta, dañando al planeta y reduciendo peligrosamente los recursos para las generaciones futuras humanas y animales.

  5. Establecer un sistema de vida humano con valores verdaderamente justos.

  6. Establecer un sistema de producción agroalimentaria local, autónoma y solidaria capaz de adaptarse al nuevo clima.

  7. Impedir cualquier tipo de discriminación y violencia por motivo de nacionalidad, edad, género o creencias, al contrario, frente al éxodo que vive el mundo de poblaciones obligadas a dejar su hogar por causas como la crisis climática, las guerras, la hambruna, los conflictos sociales y políticos, etc., establecer nuevas formas de adaptación humana.

  8. Exigir la participación en la toma de decisiones climáticas locales y globales, exigir derechos climáticos.

  9. Construir movimientos sociales, que no tengan raíces en las élites políticas, que realmente representen al pueblo y tengan cupo en puestos de la dirigencia política de los países.

  10. Generar grandes movilizaciones a nivel mundial para obligar a los actuales gobiernos del mundo a tomar estas medidas de forma inmediata.

Lo que los gobiernos del mundo no pueden o quieren hacer, lo deberán hacer los pueblos.

Rosario, 7 de julio de 2025.