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Etiqueta: sistema de salud público

Pronunciamiento de la Comisión de Salud Global de la Academia Nacional de Ciencias sobre la seguridad social y la Caja Costarricense del Seguro Social

Una sociedad democrática requiere de un sistema de protección y seguridad social sobre una base universal, equitativa y solidaria. Entre otros ámbitos, en el centro de esa aspiración se encuentra la salud y, en nuestro país, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), institución cuyo fortalecimiento demanda reflexión crítica y acciones efectivas que aseguren su sostenibilidad.

El seguro de salud de origen contributivo evolucionó hacia la universalidad con la ampliación progresiva de asegurados cubiertos por este régimen, y con el incremento también gradual de prestaciones en los diferentes niveles de atención. Además, se creó un régimen subsidiado de carácter no contributivo, con prestaciones similares a las del régimen contributivo, pero financiado enteramente por el Estado con recursos fiscales.

No obstante, se ha dado un reiterado incumplimiento del financiamiento a la CCSS por parte del Estado a lo largo del tiempo, lo cual ha generado una importante deuda acumulada. Ello compromete seriamente la sostenibilidad de la universalidad de las prestaciones y amenaza el acceso equitativo a la salud.

La actual administración, además, ha debilitado los principios de solidaridad y universalidad al promover la provisión de servicios en el mercado privado, pero sin regulación de precios por parte de la CCSS e ignorando regulaciones existentes, con el riesgo de generar exclusión. También se ha debilitado la gobernabilidad de la institución, y se suspendieron temporalmente inversiones estratégicas.

Si bien se han acumulado reservas financieras del seguro de salud, e impulsado importantes inversiones en infraestructura y personal, persiste la necesidad urgente de fortalecer políticas de prevención, así como mejorar la calidad y oportunidad de las prestaciones. Es necesario lograr un acuerdo nacional sobre el cumplimiento de las obligaciones económicas por parte del Estado que coadyuve a la viabilidad global del seguro de salud, así como analizar estratégicamente el modelo financiero de la CCSS para asegurar su sostenibilidad. Paralelamente, es fundamental garantizar el uso eficiente de los recursos de la institución.

Está en curso un envejecimiento en el país, en el cual los grupos en edad laboral van a disminuir, en tanto que el grupo de personas mayores de 65 años va a aumentar. Este patrón demográfico contribuirá a causar un desbalance estructural entre ingresos y gastos en la CCSS. Se requiere un debate plural y técnicamente riguroso sobre opciones que permitan enfrentar este problema, tales como el pago de la deuda estatal, una política tributaria progresiva, impuestos a productos nocivos para la salud, reducción de la informalidad, promoción de mayor y mejor inserción de las mujeres en el mercado laboral de la mano de políticas de cuido y aumento de la edad de retiro, entre otras alternativas.

La transición epidemiológica hacia enfermedades crónicas no transmisibles impone nuevas exigencias al sistema de salud, que hacen necesario fortalecer el primer nivel de atención, reducir inequidades territoriales y mejorar el acceso para poblaciones vulnerables. La investigación científica y tecnológica debe jugar un rol central para comprender y atender estos desafíos, mediante alianzas interinstitucionales nacionales e internacionales.

La gestión en la CCSS enfrenta serios problemas, tales como crisis de liderazgo, ruptura de la gobernanza institucional en cuanto a su autonomía conforme a la ley y turbulencias en la composición de la junta directiva de la institución, lo cual complica la toma de decisiones, nombramientos inestables de la máxima autoridad de la institución y de las gerencias, politización, debilitamiento de la rendición de cuentas y desmotivación del personal. Mejorar la gestión es una condición necesaria para que cualquier reforma tenga éxito. De lo contrario, la CCSS no podrá hacer frente a los enormes retos que tiene por delante.

El déficit de especialistas, agravado por la fuga de talentos y la sobrecarga laboral, exige nuevas estrategias de formación, incentivos adecuados y el uso de tecnologías como la telemedicina y la inteligencia artificial. Por otra parte, la crisis de las listas de espera, que refleja deficiencias en la planificación, podría reducirse significativamente con una mejor gestión. Es crucial reformar el sistema de contratación extraordinaria para enfocarlo en la eficiencia y así evitar incentivos distorsionados.

Costa Rica debe avanzar hacia un modelo que supere el enfoque reactivo que prioriza la atención de las enfermedades y evolucionar hacia un modelo centrado en la producción social de la salud y la promoción de la salud. En última instancia la salud es un producto social y la consolidación de nuestra seguridad social debe fortalecerse con una amplia participación ciudadana e institucional.

Nuestro país debe renovar los pactos sociales que permitan consolidar la seguridad social en salud y en otros ámbitos de la vida nacional. Es esencial fortalecer los valores de universalidad, equidad y solidaridad que han sido el fundamento de nuestra salud pública.

*Este pronunciamiento fue elaborado por José María Gutiérrez Gutiérrez, Rolando Herrero Acosta, Edgardo Moreno Robles, Henriette Raventós Vorst y Catharina Wesseling, integrantes de la Comisión de Salud Global de la Academia Nacional de Ciencias. El texto tiene como base los análisis presentados en el foro organizado por esta comisión titulado “Seguridad social y la CCSS: situación actual y desafíos futuros”, celebrado el 19 de junio del 2025 con la participación como panelistas de María Luisa Ávila Agüero, Luis Rosero Bixby, Ana Sojo Martínez y Carlos Zamora Zamora.

El video de este foro se puede ver en el siguiente enlace:

Crónica de un cierre anunciado: el caso del ERP SAP

Por Alan Calderón Castro
Colaborador del Movimiento Asambleas Populares

La CCSS atraviesa por la peor crisis desde su creación. Por décadas la institución, piedra angular de nuestro estado social, ha sido sometida a un desmantelamiento solapado. La institución insigne de nuestro estado benefactor evidentemente es absolutamente incompatible con el Consenso de Washington, implementado durante décadas mediante políticas neoliberales por parte de la gran mayoría de los gobiernos de turno. Esto ha significado una erosión continua de la autonomía de La Caja, incremento continuo de la deuda estatal, desvío de fondos a usos prohibidos en La Constitución, asignación de nuevas funciones sin el financiamiento requerido, corruptelas por la intromisión de intereses privados (desde el caso Caja-Fischel, hasta el caso Barrenador) y un largo etcétera imposible de detallar en este breve artículo. Nuestras élites político-económicas, serviles a los intereses del capitalismo financiero internacional han visto una gran oportunidad de negocio con la privatización de los servicios de salud públicos, aun cuando esto sacrifique el bienestar de amplios sectores populares, poniendo en peligro nuestra estabilidad y paz social. A pesar de este proceso de larga data, sin embargo, argumentaremos aquí que la administración del presidente Chaves ha logrado articular un sabotaje salvaje contra La Caja que pretende ser terminal. Y ante este intento de doblegar a nuestra Caja, creemos ineludible y urgente llamar a la unidad activa de las organizaciones sociales en su defensa, así como al posicionamiento claro de los partidos políticos ante el sabotaje a La Caja, en la antesala de las elecciones generales 2026.

A continuación, la crónica de un cierre anunciado.

Apenas 4 meses y medio después de asumir la presidencia, el 18 de setiembre de 2022, Cháves afirma públicamente que La Caja está quebrada (ver aquí) para argumentar que era inadmisible la aprobación de un aumento salarial exiguo para todos los funcionarios de la institución, un aumento decidido por la Junta Directiva después de varios semestres de congelamiento de los salarios en el sector público. Paradójicamente Chaves se niega a transferir los fondos presupuestados por la anterior legislatura para abonar a la deuda estatal (ver aquí). Poco después, desde de diferentes instancias se demostró que eran falsas las declaraciones de Chaves en relación con la bancarrota de La Caja. La discusión sobre el tema continua por meses y el 7 de enero de 2024 en su comparecencia ante la Asamblea Legislativa, la Contralora General Marta Acosta afirma categóricamente que es falso que La Caja esté quebrada (ver aquí).

Siete de noviembre de 2023, la administración Chaves anuncia la Ruta de la Salud para disminuir las listas de espera en colaboración con empresas privadas del sector salud (ver aquí). Se propone la figura del copago según la cual los asegurados asumirían un porcentaje del costo por los servicios de salud requeridos, mientras La Caja pagaría el resto. De esta forma se pretendía privatizar parcialmente los servicios de salud, se hubiera socavado el derecho constitucional a la salud y el modelo solidario al depender el acceso a los servicios de salud de cierta capacidad individual de pago. Poco después de haberlo posicionado en medios como un mega proyecto, la Ruta de la Salud resultaría ser un mega fracaso aun cuando se trasladaron cuantiosos fondos públicos a empresas privadas del sector salud para intentar resolver el problema de las listas de espera (ver aquí).

Octubre de 2024, con la suspensión de su cargo a Marta Esquivel por orden de un juez Penal de Hacienda y Función Pública, atestiguamos el “destape” del caso Barrenador, una de las más vergonzosas corruptelas que ha involucrado a cooperativas del sector salud en contubernio con la presidente de la Junta Directiva de la CCSS Marta Esquivel (ver aquí). Cualquier dejavu con el famoso caso Caja-Fischel, aseguramos que NO es mera coincidencia. Este escándalo se venía cocinando desde meses atrás y aporta otra evidencia del sabotaje financiero contra La Caja perpetrado por la administración Chaves para darle fatal cumplimiento a su profecía sobre la bancarrota de La Caja.

Dos de junio de 2025, a pesar de varios pronunciamientos oficiales de instancias técnicas internas de la CCSS, y aún de la recomendación explícita de la empresa consultora contratada por la institución para darle seguimiento a este complejo proyecto, contra todas esas advertencias que recomendaban posponer hasta cumplir todos los requisitos técnicos, se pone en funcionamiento el nuevo sistema ERP SAP que viniera desarrollándose por años y que ha significado una cuantiosa inversión de fondos públicos. El resultado inmediato ha sido un descalabro de funciones operativas críticas de la institución, pago de facturas, control de inventarios, pago de incapacidades entre otras, que mantiene a hospitales y clínicas sin todos los insumos y equipamiento necesarios para cumplir a cabalidad con todos los servicios (ver aquí). Se han debido postergar decenas de cirugías y procedimientos por la falta de equipo o insumos, hay preocupación expresada públicamente por diferentes autoridades hospitalarias por la vida de personas hospitalizadas ante la crisis de desabastecimiento de insumos críticos (ver aquí y aquí). Visto en retrospectiva ¿acaso no cabe cuestionarse seriamente si en verdad ha sido falta de competencia técnica la causa fundamental para poner en operación un sistema informático que evidentemente no estaba listo? ¿No resultara acaso muy cómodo presentar el colapso probable de algunos servicios como consecuencia de involuntarios problemas técnicos? Nos parece entonces irrefutable: el lanzamiento adelantado del ERP SAP es parte del sabotaje.

Si bien hay otros indicios claros del sabotaje contra La Caja perpetrado por la administración Chaves en un intento por culminar décadas de desmantelamiento relativamente solapado, como han sido las reiteradas acciones de autoridades institucionales nombradas por el gobierno para la obstaculizar la construcción del Hospital de Cartago, ante las cuales la concreción final del proyecto demuestra la fuerza de la organización de las personas aseguradas cuando se unen y persisten en la defensa de su derecho a la salud, basta la crónica reseñada para concluir contundentemente que un objetivo de la agenda oculta de la administración Chaves ha sido finiquitar el cierre de La Caja, para satisfacción de intereses empresariales locales que ven ahí una enorme oportunidad de negocio con la salud del pueblo costarricense, y para honrar en última instancia los mandatos del capitalismo financiero internacional en su continua búsqueda de zonas de extracción donde colocar sus excedentes acumulados.

Ante este panorama, hacemos un llamado a todas las organizaciones sociales, a las Juntas de Salud, y a la ciudadanía en general, para construir una estrategia efectiva que evite el cierre anunciado de nuestra Caja. En la antesala de la campaña electoral que culmina en el primer semestre de 2026, es imperioso posicionar el tema del sabotaje contra nuestra Caja. Si hemos de sostener nuestra relativamente disfuncional democracia representativa, los partidos políticos no deberían poder evadir la exigencia que hagamos de medidas concretas para frenar el sabotaje y detener el desmantelamiento de la CCSS, porque en una auténtica democracia deben prevalecer los intereses de nacionales y los de los sectores populares que representamos la amplia mayoría de los costarricenses. Instamos a toda la ciudadanía a participar en las elecciones del 3 de setiembre de Juntas de Salud para escoger a aquellas personas comprometidas con la defensa de La Caja y dispuestas a involucrar a las comunidades en esta lucha.

Río Frío, Sarapiquí: Un día cualquiera

Jiddu Rojas Jiménez

Aquí se puede uno esperar hasta 5 o 6 horas en Emergencias-CCSS, sin ser atendido, o sea, sin ser valorado por un médico. Luego vendrá el tratamiento. Una señora dice que espera desde la mañana, para ver a un doctor. (Uno o dos heroicos médicos para 45 o 50 personas).

Es la «otra» Patria invisibilizada. Es como un «Apartheid» interno. Una nueva y feroz cotidianidad.

Aquí el Estado Social de Derecho, junto al Salario Mínimo (que molesta a Pilar), se fueron a pasear. Y hay ausencia de justicia social, pero abundancia de gente hermosa, trabajadora, valiente, luchadora, y llena de amor al prójimo y solidaridad.

Cuando pidamos en las próximas elecciones, defender nuestra institucionalidad democrática, recordemos esta falta de Estado Nacional y la indecente e injusta exclusión social de nuestro pueblo trabajador en la periferia rural. Ni hablar del caos económico neoliberal heredado, y de la destrucción sistemática del sector agro, así como de los remanentes de nuestra maltrecha soberanía alimentaria.

Mientras en la noche la inseguridad ciudadana campea, la violencia y el narco aparecen, y el transporte público interno local no existe…

Aquí se impone la cruel narrativa, en la que se nos venden dos «héroes»: el Ja-Guaro y el tal Diablo. Así de simple. Estos viles antihéroes, personajes de caricatura dignos del mundo distópico de Trump o Bukele, son ejemplos a imitar.

Lo demás, es el clientelismo político que sobrevivió al brutal monocultivo extranjero, a décadas de abandono de lo público, y a la falta de legitimidad democrática.

La piña tóxica sustituyó a las bananeras. Los tubérculos para los pequeños campesinos.

Pero la exuberante belleza natural y su imponente clima tropical, aún se impone; y el talante rebelde y luchador de sus hombres y mujeres resiste.

Resiste en una nube de confusión y distracción ideológica, entre el machismo atávico, el alcoholismo, el culto pandereta, los nuevos mitos antivacunas, las largas distancias, los malos caminos, la pobreza atroz, la desigualdad social, y el desarrollo social teratológico (E. Guevara), y el otrora llamado en la academia, desarrollo combinado y desigual.

Queda la nostalgia de las heroicas luchas populares y de los valientes dirigentes campesinos comunistas, en algunos nombres de las comunidades y barrios.

¿Será que, en estas nuevas circunstancias democráticas, sabremos honrar esa memoria, y construir un futuro más incluyente en igualdad y libertad? ¡El futuro es ya!

P.S. Entre hoy y anoche, mientras el suscrito iba a la letrina alrededor de 15 veces en una cabaña, en un hospital público de la CCSS, –bastión de nuestra salud pública y de nuestra imperfecta democracia–, partió físicamente, el Camarada Vladimir Barrantes, QEPD., hijo, padre, tío y abuelo de una heroica familia de campesinos comunistas moristas costarricenses, ligada a las más importantes luchas históricas nacionales e internacionales del partido de Manuel Mora Valverde, Carmen Lyra y CALUFA.