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Etiqueta: solidaridad

Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas de Panamá – Comunicado

Señor presidente Cortizo pare el crimen a los pueblos indígenas. 

La Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas de Panamá (CONAMUIP), alzamos nuestra voz, en rechazo a los actos violentos la cuál repudiamos y denunciamos la represión cometidos hacia nuestros hermanos Ngábe-Buglé hiriendo a los niños y niñas, ancianos, mujeres y a familias enteras, solamente el hecho de estar en sus territorios ancestrales y que rechazan la hidroeléctrica Barro Blanco. con estos actos han atentado contra la vida y la integridad de esta población violando los Derechos Humanos.

 Estamos viviendo bajo la autoridad de un gobierno que responde a los interés de los saqueadores, entreguista, negociando a nuestra espalda con empresas extranjeras transnacionales que sustraen nuestros recursos naturales, tales proyectos hidroeléctrica, mineras, firmando concesiones con empresas maderera para devastar los bosques, la biodiversidad, contaminando el ambiental y envenenando nuestros ríos del cual bebemos a diario y es una forma de exterminio a nuestras culturas de los Pueblos Indígenas de Panamá. 

El presidente Laurentino Cortizo viajó a Escocia para participar en la cumbre de cambio climático, abandonando los problemas socio ambientales sin solución de violencia y violaciones a las normas de los derechos humanos de la Comisión Interamericana de Derechos humanos y las libertades fundamentales reconocidos a nivel nacional e internacional faltando a la declaración de la ONU. 

Hacemos llamados a todas las organizaciones de mujeres indígenas y no indígenas a todos los congresos de pueblos indígenas, campesinos, profesionales y organizaciones ambientalistas, que nos unamos para salvar VIDA.

 Exigimos al gobierno de Nito. que garantice la vida, la libertad, la justicia, la seguridad de los pueblos indígenas. 

Nuestra solidaridad con las hermanas y hermanos del pueblo Ngábe-Buglé 

CUIDEMOS NUESTROS RECURSOS NATURALES, NUESTROS BOSQUES, LA BIODIVERSIDAD, EL MEDIO AMBIENTE. PARA QUE TENGAMOS VIDA EN ABUNDANCIA.

Campaña de solidaridad

Marvin Rodríguez, un pulseador barvereño perdió su negocio, pertenencias y casa al sufrir un incendio en el Palmar, al límite de Barba y San Rafael.

Se solicita el apoyo con donación de alimentos, ropa, materiales o ayuda económica para que pueda seguir adelante.

Se pueden hacer donaciones económicas al Sinpe Móvil: 8602-3421.

Compartido con SURCOS por Rafael López Alfaro.

Mujeres por Costa Rica invita a marcha contra la farsa democrática en Nicaragua

Mujeres por Costa Rica:

Invitamos a participar en esta marcha del domingo 07 de noviembre contra la farsa democrática y la liberación de quienes han sido apresados injustamente. No es tiempo de ser indiferentes. La defensa de la democracia y la paz social es vital para eliminar las condiciones que generan las desigualdades y la pobreza.

Tomado de https://www.facebook.com/190805514859896/posts/956538044953302/?sfnsn=mo

Invitación a la Gran Marcha Azul y Blanco

Organizaciones sociales y políticas nicaragüenses, que formamos parte de la diáspora y el exilio, invitamos oficialmente a la Gran Marcha Azul y Blanco en Repudio al Fraude Electoral, que realizaremos en San José, Costa Rica, este próximo domingo 7 de noviembre de 2021, día en que el régimen de Daniel Ortega concretará la más vergonzosa farsa electoral de nuestra historia. 

La marcha comenzará a las 9 de la mañana. El recorrido de esta manifestación cívica iniciará en el parque Braulio Carrillo (mejor conocido como parque La Merced) y terminará en la Plaza de la Democracia, donde se leerá un pronunciamiento conjunto de todas las organizaciones que anhelamos un verdadero cambio para Nicaragua. También habrá una serie de presentaciones artísticas. 

En esta marcha participarán liderazgos, personalidades y políticos costarricenses que, con su voz, han hecho eco de nuestra lucha por la democracia, la justicia, las libertades ciudadanas, la exigencia de libertad para las personas presas políticas. A quienes agradecemos por su firmeza y defensa de una nueva Nicaragua, que aporte al desarrollo de la región en los diferentes ámbitos. 

Invitamos a todas las personas nicaragüenses, costarricenses y de otros países, así como medios de comunicación, nacionales e internacionales, a que nos acompañen a esta marcha histórica. Queremos mencionar que para esta manifestación se tomarán todas las medidas de seguridad y sanitarias debido a la pandemia por el Covid-19. 

Esta marcha se suma a las que se realizarán en más de 20 países alrededor del mundo, así como distintas manifestaciones, foros y presentaciones. Nicaragua sí puede salir adelante. Nicaragua continúa en resistencia cívica en contra de la represión de la dictadura.

 

Compartido con SURCOS por Juan Carlos Cruz Barrientos.

Costarricenses envían apoyo y solidaridad al proceso constituyente chileno

Comunicado de prensa

El pasado 18 de octubre del 2021, un grupo amplio de costarricenses ha enviado una carta de respaldo y solidaridad al proceso constituyente que se desarrolla en el hermano país de Chile. Precisamente ayer se comenzaba en Santiago la redacción de lo que será la próxima Constitución Política chilena, la cual es un hito en cuanto a la conformación social de sus integrantes, la cual entre otras consideraciones respeta la equidad de género e integra a los diferentes pueblos originarios presentes en la geografía del país sudamericano.

Desde la integración de la Convención Constituyente, desde diversos sectores que se sienten amenazados por la finalización de sus privilegios, se ha desatado una furiosa campaña de desprestigio en contra del proceso y en especial de las personas que lo dirigen. Por lo que, este grupo de ciudadanas y ciudadanos, se han unido en el esfuerzo de ayudar a visibilizar y legitimar la Convención Constitucional. 

La misiva fue recibida por la Presidenta de la Convención Constituyente, señora Elisa Loncón, quién agradeció la solidaridad entre pueblos hermanos.

En la cara de solidaridad enviada por los/as costarricenses se menciona:

“Conociendo el proceso Constituyente que vive la hermana República de Chile, que surge del estallido social de octubre 2019, reivindicando derechos básicos, oponiéndose al sistema económico surgido de la dictadura de 1973 a 1990, a la desigualdad social y económica, al alto costo de los servicios básicos y en favor de cambiar la actual Constitución Política promulgada en 1980, durante la misma dictadura. Considerando el papel del Plebiscito del pasado 25 de octubre de 2020, respaldado por un 78% de las personas votantes, que habilitó la formulación del texto de una nueva Constitución y los mecanismos para su redacción. Y conociendo los resultados de la elección de los representantes del pueblo chileno a la Convención Constituyente, en mayo de este año, que incorpora fuerzas nuevas y representativas de la ciudadanía, satisfaciendo así la demanda de democratización de la política en Chile. Observando que Chile vive un momento histórico y que se trata de uno de los procesos constituyentes más innovadores que se hayan dado. Conociendo que la elección de la Convención Constitucional tiene una composición paritaria e incorpora la participación de los pueblos originarios, situando dicho proceso en la vanguardia del derecho constitucional comparado. Teniendo claro que el objetivo es no sólo elaborar y aprobar una nueva Constitución sino también que dicho proceso podría convertirse en una referencia para el mundo. Celebrando que, en este contexto, el proceso en Chile tiene entre sus referentes las experiencias constitucionales en otros países con el fin de nutrir su propia experiencia. Las ciudadanas y ciudadanos costarricenses, abajo firmantes, expresamos nuestra solidaridad: Al histórico proceso Constituyente en Chile que permitirá dar legitimidad al texto constitucional en un contexto histórico en democracia, distinto a aquel en que se aprobó la Constitución vigente desde 1980. Un saludo efusivo y grato reconocimiento a la Presidenta de la Convención Constituyente, señora Elisa Loncón y al Vicepresidente, señor Jaime Bassa, así como a las 155 personas que componen la Convención Constitucional. Un deseo de hermandad, para que el proceso culmine con una nueva Constitución fruto de amplios consensos políticos, económicos, intergeneracionales y territoriales, y que esa nueva Constitución sea una llave para la dignidad de las amplias mayorías del pueblo de Chile”.

DE LO HUMANO E INHUMANO EN LA PANDEMIA

COLUMNA LIBERTARIOS Y LIBERTICIDAS (11)
Tercera época

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

Contra toda opinión, presuntamente racional e incluso emotiva, alguna gente (no mucha, probablemente) habría pensado que, ante un peligro tan inminente y cierto de aniquilación para la humanidad entera, o al menos como una amenaza potencial de muerte para los individuos de la especie, como es lo que viene sucediendo en el caso de la presente pandemia del covid 19, lo que hace entrar en pánico a algunos sectores de la población, tendríamos una actitud generalizada ante los desafíos de la lucha cotidiana por la existencia entre los propios seres humanos que implicaría un importante cambio: la posibilidad de que en vez de adoptar, de una manera reiterada, la consabida tonalidad de la feroz lucha por sobrevivir, e ir mucho más allá, acumulando poder y riquezas, se daría algún tipo de impasse que abriría las puertas a la cooperación, la solidaridad y la protección hacia los más desfavorecidos de la fortuna. La verdad es que nada de esto ha ocurrido, y el sólo hecho de mencionar esa posibilidad haría sonreír a muchos, corriendo el riesgo quien así piense de ser tratado cuando menos de ingenuo e inocente, por no mencionar los innumerables epítetos a que tal enunciación podría dar lugar. En síntesis, los límites entre lo racional y lo meramente instintivo no han sido transpuestos, dado que seguimos aferrados a una racionalidad meramente instrumental, aunque acentuada con un importante componente instintivo. El utilitarismo mercantilista viene a ser más poderoso que cualquier otro tipo de consideración, a lo que se añade el llamado altruismo genético que lleva al individuo a proteger únicamente a aquellos que tienen sus mismos genes.

Por otra parte, cabe afirmar que la convivencia entre la especie humana, individual y colectivamente considerada, y el resto de la naturaleza, si damos una mirada ligera al horizonte histórico de nuestro tiempo, se encuentra en muy malos términos. Estamos ante un fatal desencuentro que la mayor parte de las gentes se rehúsan a mirar, o a considerar siquiera.

Buena parte de esta actitud tan generalizada, la de continuar en nuestra cotidianidad cómo si nada estuviera pasando, podría responder a mecanismos de defensa inherentes al ser humano y relativos a la propia estabilidad emocional, pero también a innumerables prejuicios, los que van desde motivaciones “religiosas” o políticas de las más variadas que conducen a rehusar un tratamiento determinado, aunque en otros casos a negar la existencia de una crisis ambiental como la que enfrentamos a escala planetaria, algo que podría estar implicando la lenta consumación de un suicidio colectivo, claro que como un acto del que no se tiene conciencia.

El priorizar el crecimiento económico y el aumento de la producción de bienes y servicios, sin entrar en otro tipo de consideraciones podrían estar llevándonos al abismo, de una manera mucho más acelerada de lo que pudiéramos imaginar. Tal es el caso del llamado calentamiento global y su relación con la intensa deforestación de las décadas más recientes (Bolsonaro y sus amigos en Brasil), la contaminación de los mantos freáticos y del agua de los ríos que amenazan las reservas de este líquido destinadas para el consumo humano presente y futuro. Los tiempos decimonónicos del novelista francés Julio Verne (1828-1905), quien en sus “Veinte mil leguas de viaje submarino”, a través de su personaje el Capitán Nemo, nos hablaba de los inagotables recursos de los mares, son sólo ya un lejano recuerdo.

Las imposibles discusiones entre las más diversas gentes y los encrespamientos de la atmósfera social, cada vez más frecuentes y revestidos de una complejidad creciente a medida que se prolongan la llamada pandemia y sus efectos se tornan más visibles, pero sobre todo porque da la impresión de ser un fenómeno de naturaleza patológica que al parecer llegó para quedarse, con el agravante de que el virus registra numerosas mutaciones lo que hace más complejo producir inmunidad, precisamente por esa condición del tantas veces mencionado agente patógeno.

Convendría recordar al respecto, y a propósito de las discusiones sobre los alcances y posibilidades de la llamada “vacunación”, como un evento que podría no serlo en estricto sentido, algunas consideraciones al respecto del doctor Juan Jaramillo Antillón ( LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS MODERNO Editorial Universidad de Costa Rica San José CR 2000), cuando nos recuerda que “Con el descubrimiento del antibiótico penicilina, el mundo médico se llenó de un optimismo desbordante y llegó a opinar que la era de las infecciones se había acabado y, poco a poco, todas las bacterias patógenas serían destruidas por los nuevos descubrimientos. Olvidaban que las bacterias son los seres vivos más viejos existentes y que conviven con el hombre en su intestino, alimentándose ahí y, a su vez, ayudan a este ser a sobrevivir. Ellas participan en la producción de diferentes elementos esenciales como la vitamina B 12, otras vitaminas y enzimas digestivas para metabolizar alimentos; aparte de combatir bacterias extrañas cuando son ingeridas, colaboran los mecanismos inmunológicos defensivos a nivel linfático de la pared intestinal. Hoy no solo las bacterias no han desaparecido, sino que estas y los virus no responden en muchos casos a los antibióticos. Por otro lado, las bacterias anteriormente susceptibles de destrucción por antibióticos simples se han hecho resistentes como es el caso de los estafilococos, el enterococo, las neisserias, el haemophilus influenzae y otros más; con ello, están provocando gran morbilidad y mortalidad en personas y niños infectados. Posiblemente, la causa fundamental de esto sea el uso abusivo y descuidado de antibióticos, que se emplean para combatir gripes e infecciones simples y, como resultado ello, aparecen las resistencias. Los antibióticos están siendo dados a los animales como los pollos y el ganado de engorde para aumentar su crecimiento, pero, a la vez, al ser ingeridos por las personas están sustancias les crean resistencia o contribuyen a producir alergias” (op.cit p 55). Es decir que la ciencia por un lado ha puesto límites o ha amenazado a los agentes patógenos más diversos, por el otro ha creado resistencia a nuevos tipos de virus, muchos de ellos resultado de las constantes mutaciones que se producen en la naturaleza, razón por la que: “Como corolario de este problema entre seres humanos y bacterias, debemos tener en cuenta que a menos que nos ataquen produciendo enfermedades, debemos tratar de convivir con ellas en nuestro interior y en el ambiente. En este caso, nos usufructúan y nosotros las necesitamos para diversos procesos necesarios para sobrevivir. Lo anterior es un fiel ejemplo de cómo el hombre descubre y crea sustancias salvadoras y a la vez en poco tiempo estas se convierten en un arma de doble filo. De acuerdo con el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta en Estados Unidos, 50 millones, de las 150 millones de recetas hechas para antibióticos en ese país, eran innecesarias y contribuyeron a la aparición de resistencias” (Jaramillo Antillón, op.cit).

Es probable que la solución a la presente crisis sanitaria pase por la vacunación voluntaria, asumida en el sentido de la naturaleza experimental de un procedimiento al que hubo que acudir para evitar mayores males en lo inmediato, dejando de lado las posturas o teorías de la conspiración que no hacen más que agravarla. Seguirá existiendo el problema del acceso de los “no vacunados” a ciertos espacios públicos, y la interminable discusión entre la ética utilitarista de algunos, en este caso los que rechazan ese procedimiento y una que busque ocasionar el menor mal posible, siempre en el entendido de que existe un potencial riesgo de ser afectado por el agente patógeno causante de esta crisis, la primera en la historia de la humanidad con estas dimensiones tan aterradoras.

En tiempo de pandemia

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

  1. Estados Unidos, la primera potencia económica mundial, con una vacunación que supera el 70%, se apresta a aplicar el refuerzo de una tercera vacuna, mientras que en Haití el porcentaje de la población vacunada solo alcanza a un 0.24%. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud tiene que llamar la atención para que no se aplique esa tercera dosis con el propósito de favorecer el acceso a las vacunas a los países más pobres. No hay iniciativas de solidaridad sustantivas por parte por parte del mundo rico. Se confirma lo dicho por Joseph Stiglitz que el 1% más rico solo alcanza a entender que su destino está vinculado inexorablemente a cómo vive el restante 99% cuando ya es demasiado tarde.
  2. Un 45% de las vacunas contra el coronavirus han sido aplicadas en países ricos del G7 (Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Japón) aunque solo representan un 10% de la población mundial. El G7 acumula el 70% de la riqueza mundial y apenas producen el 30%, y ahora con ideas como la de aportar 500 millones de vacunas y cobrar el 15% a las empresas tecnológicas buscan presentarse como los “salvadores del mundo” (José Luis Cava).
  3. Hasta ahora, han muerto 4.550.000 de personas por casusa del virus Sars Cov-2, y en un período similar han muerto 5. 400.000 de niños por desnutrición en el mundo. Asimismo, 10 millones de niños mueren por año antes de cumplir los 5 años, la mayoría por causa de enfermedades curables. En América Latina hay más de 5.000.000 de niños con desnutrición crónica y 700.000 en riesgo de muerte (Julio Berdagué).
  4. El número de pobres ascendió a 209 millones de personas en América Latina en el año 2020, es decir 22 millones más que el año anterior, según datos de la CEPAL. Asimismo, se anuncian dramáticas catástrofes provocadas por un cambio climático que se intensifica, cuyas principales víctimas son, precisamente, los más pobres. Según el científico Noah Diffenbaugh, los países más pobres de la tierra son considerablemente más pobres de lo que hubieran sido sin el calentamiento global, mientras los más ricos son más ricos con el calentamiento global.
  5. Costa Rica ha obtenido merecidos reconocimientos internacionales por sus esfuerzos conservacionistas en defensa de los derechos de la naturaleza, así como de los derechos humanos. Sin embargo, el Estado continúa retardando el cumplimiento de la ley que otorga a los pueblos indígenas el derecho a sus territorios ancestrales, siendo los pueblos que más han contribuido a forjar una cultura de conservación y sostenibilidad bio-ecosistémica.
  6. La “pandemia” neoliberal de los años 1980 nos heredó una “generación perdida”, que no tuvo oportunidades para concluir los estudios secundarios. Y hoy, cuando contamos con mejores condiciones para evitar una segunda “generación perdida”, por negligencia o cálculos políticos no se han utilizado los dineros disponibles en caja, para facilitar acceso a internet y equipo a los estudiantes pobres del país. Hay un proyecto de ley con el rimbombante título de “alfabetización digital”, que al parecer fue un invento innecesario, y cuyo trámite está pendiente; solo pretende justificar lo injustificable: no haber ejecutado esos recursos por parte de las instancias que les corresponde.
  7. El gobierno se apresta a celebrar el bicentenario de la independencia, después de haber firmado un acuerdo de financiamiento con el FMI por 1.750 millones de dólares, entregando un pedazo de nuestra soberanía a un Organismo Financiero Internacional al servicio de los poderes fácticos financieros globales, y obligando a los sectores populares y a la clase media a sacrificarse para pagar este préstamo.

“No tengo miedo de caer enfermo. ¿Y de qué tengo miedo? De todo lo que el contagio puede cambiar. De descubrir que el andamiaje de la civilización que conozco es un castillo de naipes. De que todo se derrumbe, pero también de lo contrario: de que el miedo pase en vano, sin dejar ningún cambio tras de sí” (Paolo Giordano).

 

Imagen ilustrativa, UCR.

Atroz idea del Gobierno: privatizar y desnacionalizar la electricidad

(1 de 3) Por Osvaldo Durán-Castro, Sociólogo, profesor ITCR, ecologista FECON

Regresión de más de un siglo

¡Aberrante! Pocas veces esta palabra puede ser usada con tanta precisión, como en este caso para referirnos al “Proyecto de ley reforma al artículo 3 de la “Ley n° 7200 ley que autoriza la generación eléctrica autónoma o paralela”, expediente legislativo n° 22.601, que el Poder Ejecutivo presentó a la Asamblea Legislativa. Esta propuesta, encabezada por el Presidente de la República, remataría el modelo público de carácter social y solidario, y su institución rectora, el ICE, pues se orienta exactamente a favorecer la inversión privada de empresas generadoras tanto nacionales como externas. El proyecto además coloca al Gobierno de rodillas, como súbdito obediente, ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En este texto explicamos por qué el proyecto es un retroceso histórico de más de un siglo, y algunas de sus múltiples debilidades. Una revisión de algunos proyectos de privatización impulsados en anteriores administraciones y la complacencia del gobierno actual con la OECD, los revisamos en el artículo “Gobierno se somete a generadores privados de electricidad y a la OECD”, de próxima publicación.

La esencia del proyecto está explícita en el escrito del Gobierno: “El presente proyecto de ley se presenta ante la Asamblea Legislativa con el fin de eliminar la barrera a la participación extranjera en el sector eléctrico, al no existir una justificación ligada a esta restricción para la actividad económica atendida bajo la modalidad de servicio público”, y agrega que “la eliminación de esta restricción busca fomentar el comercio y la participación de la inversión extranjera en el país, así como las ventajas y efectos económicos, sociales y de desarrollo que de ellas derivan” (negrillas ODC).

Ese proyecto constituye un retroceso histórico inaudito que borraría uno de los avances sobresalientes de la sociedad costarricense, como fue la nacionalización de la electricidad y la posterior creación del ICE. De aprobarse, convertiría el mercado eléctrico nacional en un campo de competencia privada ya no sólo entre nacionales, y de éstos con el ICE, si no para favorecer directamente las inversiones transnacionales con plena igualdad de derechos al ICE, y obligando a la entidad estatal a comprar la electricidad que generen. Es decir, se perdería cualquier condición asociada a la nacionalización de la electricidad y su carácter de servicio social, para convertirla en un servicio público regido por la competencia privada, aunque el ICE siga presente como intermediario obligado entre los generadores y los consumidores finales, ya sea dentro del país o en el mercado regional, al que también los privados siguen presionando por incursionar.

Este tipo de apertura ilimitada es otro mecanismo o vía de privatización, prestación y venta de servicios públicos en favor del capital privado y desnacionalización, que se ha usado en paralelo a las concesiones de obra pública y las alianzas público-privadas. Todas conllevan el riesgo asociado de ampliar el tablero de corrupción, como ha ocurrido en muchísimos países del mundo, incluida Costa Rica. Con este proyecto el Gobierno abona directamente a la liberalización de la economía nacional entregando el servicio de electricidad al capital privado, lo cual será una pérdida para toda la sociedad costarricense.

Es una aberración que en Costa Rica el Gobierno acelere en reversa en tiempos en que urge proteger los beneficios colectivos y las economías nacionales, tal y como pide el Secretario General de la ONU, Antonio Gutiérrez. Aunque no nos detendremos en esa historia, vale decir que todos los componentes de los “modelos económicos fallidos” que vivimos hoy en el mundo, incluyeron, e incluyen, medidas de privatización y desnacionalización como las contenidas en el expediente n° 22.601 del Poder Ejecutivo. Debería el Gobierno recordar, o más bien conocer, lo que en el 2003 dijo Joseph Stiglitz, que fue jefe de economistas del Banco Mundial: “A todos aquellos que viven en México, Indonesia, Brasil, la India y otros mercados emergentes se les debería dar una consigna diferente: no luchen por la mítica economía de libre mercado, que nunca existió”. Lo que incomoda es que Stiglitz nunca lo expresara cuando él mismo impulsaba las políticas que empobrecieron y siguen llevando al hambre a millones de personas en todo el planeta.

“Ley Alvarado” para privatizar y desnacionalizar

El expediente n° 22.601 de la Administración Alvarado es mucho más intrépido que cualquiera de los intentos precedentes de privatización de la electricidad en Costa Rica. Suma un componente de desnacionalización que en aquellas propuestas no había sido expuesto de manera tan explícita con el objetivo de reafirmar los beneficios para el segmento de la élite nacional e inversionistas externos, que hasta ahora se han beneficiado con la generación privada de electricidad. La propuesta desconoce más de un siglo de avances sociales y colectivos en cuanto al servicio de electricidad frente a los intereses privados. Nos devuelve al año 1900 cuando la empresa The Costa Rica Electric Light & Traction Co., empezó a concentrar el servicio eléctrico de Costa Rica; aunque esta misma empresa fue desplazada por la American & Foreign Power Co., que concentró prácticamente todo el mercado. Esta propuesta de “ley Alvarado” desconoce la historia de luchas sociales para la nacionalización de la electricidad en Costa Rica, de fortalecimiento del servicio de electricidad con la creación de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz en 1941, pero sobre todo aniquila el Decreto Ley No. 449 del 08 de abril de 1949 que creó al ICE, del que cualquier gobernante, medianamente sensato, debería sentirse orgulloso y ser defensor.

Se podría decir incluso que la iniciativa pone en riesgo a las cooperativas y empresas de servicio público de electricidad, que contribuyeron, al menos en parte, a fortalecer el mercado eléctrico con sentido nacionalista y ampliando la cobertura a más regiones del país. (El principio de “solidaridad” en el caso de las empresas con formato cooperativo, habría que analizarlo a partir de los precios al consumidor final y del uso y reparto de sus excedentes). Digo que esas empresas reforzaron “en parte” el servicio público, pues hace años la Contraloría General de la República en un informe sobre “la eficacia y eficiencia en la asignación de fuentes de energía para la generación eléctrica”, advirtió “que los costos estimados de la energía de los proyectos de empresas distribuidoras públicas y cooperativas de electrificación rural, son en su mayoría superiores a los promedios determinados por la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA)” (CGR, 2016, p. 2). En esa misma línea, otro dato que debería revisarse con todo cuidado y seriedad es que, según explicó la Contraloría en el mismo documento sobre la eficiencia de proyectos: “no son competitivos Eólico Valle Central de la CNFL, S.A. y Los Santos de Coopesantos R.L, cuyos costos nivelados de la energía de 18,38 y 16,33 c$/kWh están muy por encima del rango utilizado de 7,09 y 12 c$/kWh. Ello, a pesar de que este tipo de generación es cada vez más competitiva y los mejores proyectos a nivel mundial alcanzan consistentemente los 5 c$/kWh sin financiamiento” (CGR, p.10).

Toda la argumentación del proyecto presentado por el Ejecutivo se subsume en un artículo que, aunque pareciera inofensivo, es la propuesta más regresiva que hayamos enfrentado desde 1990, cuando entró en vigencia la Ley 7.200 para favorecer a los generadores privados. Dice el “ARTICULO ÚNICO. – Refórmese el Artículo 3 de la Ley No. 7200, del 28 de setiembre de 1990, cuyo texto dirá: “Artículo 3.- Interés público. Se declara de interés público la compra de electricidad, por parte del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), a las cooperativas y a las empresas privadas, que establezcan centrales eléctricas de capacidad limitada para explotar el potencial hidráulico en pequeña escala y de fuentes de energía que no sean convencionales” (Negrillas ODC).

Las debilidades e imprecisiones de este proyecto en general (que revisaremos en un próximo texto), y particularmente del texto del nuevo artículo, hacen que no soporte el mínimo escrutinio técnico. Alguna de esas carencias las revisamos en seguida:

  1. Declarar de “interés público” la compra de electricidad generada por cualquier oferente privado, nacional o extranjero, colocaría al ICE en una condición peor que la que tiene hoy comprando y pagando electricidad de acuerdo con las obligaciones que le imponen las leyes 7.200 y 7.508 aunque no sea requerida por la sociedad costarricense. La determinación del interés público no debe reducirse a un antojo político y comercial. Debe responder a un proceso técnico para definir la necesidad para el país de cada proyecto en particular. Esto está asociado con la relación oferta-demanda, y es bien sabido que el país cuenta con una capacidad instalada y de generación que duplica y más la demanda nacional. Además, esa generalidad flexibiliza la rigurosidad para concluir sobre la viabilidad social y ecológica y la factibilidad económica, que debe establecerse científica y socialmente, también para cada uno de los proyectos.
  2. Esa idea general de “interés público” está copiada del proyecto “Ley General de Electricidad”, expediente No. 17.812, de los Gobiernos Arias Sánchez y Chinchilla Miranda, cuyo artículo 11 indicaba: “Se declaran de interés público y conveniencia nacional los proyectos de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica que desarrolle cualquier agente del mercado eléctrico nacional”. Para facilitar aún más la construcción de nuevas plantas generadoras, el proyecto proponía que “…los órganos e instancias del Estado y los gobiernos locales otorgarán trato prioritario sobre otros proyectos, a los trámites y gestiones necesarios para el desarrollo acelerado de estos proyectos. Los plazos serán reglamentados por el Poder Ejecutivo”. Ese proyecto de 2009 buscaba la igualdad de condiciones para la competencia entre el ICE y privados en el mercado eléctrico, y esta nueva iniciativa avanza sustancialmente promoviendo “eliminar la barrera a la participación extranjera en el sector eléctrico”.
  3. Declarar de “interés público la compra de electricidad” es otro mecanismo legal que obligará al ICE a adquirir la electricidad de cualquier competidor privado, aspecto que hace menos de un año se mostró espinoso cuando el ICE decidió no renovar algunos contratos de generadores privados por ser innecesarios para atender demanda nacional de electricidad. El pago a generadores privados llegó a 3.141 millones de dólares entre 1989 y 2021, según datos del ICE publicados por el Semanario Universidad. Aunque la amenaza de debilitamiento del ICE es el problema principal en este proceso, la misma institución ha tenido un papel destacado. De acuerdo con Mauricio Álvarez “El ICE viene actuando en esa dirección, pues ya convirtió a la transnacional española Unión Fenosa en la mayor productora de electricidad privada en nuestro país, con un total de 100 MW, al otorgarle un segundo proyecto (actualmente posee Torito, de 50 MW y La Joya, también de 50 MW)”.   Recordemos que los proyectos con la Ley 7.200 no pueden superar los 20.000 kW (20 MW) y los contratos bajo la Ley 7.508 tienen un tope de 50.000 kW (50 MW).  Entre ambas modalidades el tope de generación es el 30% de la capacidad del Sistema Eléctrico Nacional. Independientemente del uso que se le ha dado a esas leyes, establecen límites y cantidades claras.  Y este proyecto adolece del todo de esas precisiones elementales».
  4. Cualquiera que revise el proyecto y lea que el ICE deberá comprar la electricidad de “fuentes de energía que no sean convencionales”, lo primero que se pregunta es ¿Cuáles son esas fuentes? En el mercado eléctrico de Costa Rica podemos anotar como convencionales la hidroelectricidad, térmica, geotérmica, hasta la eólica y la generada con biomasa, si consideramos que ya tienen bastantes años de ser parte de la oferta nacional. ¿A qué se refieren con “no sean convencionales”?
  5. La misma finalidad del proyecto “eliminar la barrera a la participación extranjera en el sector eléctrico” es otra imprecisión inaceptable, pues no define condiciones para ejecutarla. Dada esa generalidad, el término “eliminar” permitiría eventualmente una apertura indiscriminada que sería imposible subsanar, corregir o definir por medio de un reglamento. De hecho, es común que muchos ajustes legales para favorecer la generación privada, hasta ahora, se hayan hecho por medio de decretos y directrices ministeriales, pero en este caso, es imposible determinar cómo se dará esa eliminación de barreras a la inversión privada, y sobre todo cuáles serán sus impactos en el mercado eléctrico y para la sociedad costarricense que finalmente deberá consumir esa electricidad a precios de mercado privado. Por eso el texto implica un conjunto de amenazas que ameritan su rechazo absoluto.

Forzar la Constitución para desnacionalizar

La otra línea de justificación, a la cual se le dedica la mayor parte del proyecto, es un conjunto rebuscado de argumentos para forzar la conclusión de que actualmente la inversión privada está poco menos que imposibilitada en Costa Rica. Estirando las ligas al extremo, el proyecto funde el argumento de la OECD -eliminar barreras de inversión privada- con una interpretación de la Constitución Política y de jurisprudencia constitucional de manera más que rebuscada. Dice el Gobierno que “eliminar la barrera a la participación extranjera en el sector eléctrico”, “Es una recomendación (de la OECD) que se relaciona con el principio constitucional de igualdad, en términos generales y de igualdad entre los nacionales y extranjeros, en términos específicos, y conlleva que no se discrimine entre unos y otros, salvo las excepciones y limitaciones que la Constitución y el ordenamiento establezcan. También se relaciona con la libertad constitucional de empresa o de ejercicio de la actividad comercial”.

Esa interpretación no sólo se usa para promover la privatización del servicio público de la generación, compra, distribución y consumo de electricidad, si no que busca desnacionalizarlo. Por eso hablamos de una regresión hasta antes del 8 de abril de 1949 e incluso hasta 1900 a tiempos del mercado eléctrico controlado desde el sector privado nacional y transnacional.

Este proyecto es un gesto de genuflexión ante el empresariado privado, y en el ámbito global, una reverencia neocolonial ante la OECD. Nadie antes, ni con los proyectos de ley de los partidos más antiguos y tradicionales como Liberación Nacional y la Unidad Socialcristiana, se llegó al extremo de buscar “el principio constitucional de igualdad…entre los nacionales y extranjeros” para que no se “discrimine entre unos y otros”. Siendo la nacionalización de la electricidad y la creación del ICE insignias notables del Estado social de Costa Rica, es imposible aceptar lo que proponen estos gobernantes, como la idea de no discriminar y de procurar “igualdad entre los nacionales y extranjeros” en el control de una actividad económica verdaderamente crucial para la sociedad costarricense, como es la electricidad. Si se piensa en los costos de la cobertura en regiones de difícil acceso, de nuevo cobra más que pertinencia la necesidad de fortalecer al ICE como entidad de servicio social, y preguntarse si los privados, como nunca ha sido hasta ahora, prestarían el servicio en cualquier región del país.

Cierto es que para algunas empresas privadas del sector eléctrico la apertura indiscriminada podría ser una buena oportunidad para aliarse con foráneos, como ya ocurre con los proyectos (BOT sigla en inglés) Construcción, Operación y Transferencia de la ley 7.508, pero en un escenario de competencia abierta hasta las demás empresas, como las cooperativas, podrían ser disminuidas, parcialmente absorbidas y hasta eliminadas del mercado. No es que los empresarios nacionales de la electricidad privada ameriten defensa, pues ya hemos documentado cómo han hecho fortunas vendiendo electricidad cara e innecesaria. Se trata de que la soberanía, como condición fundamental de un país y de una nación, debe considerar como principio la defensa de “lo nacional” ante la invasión de capitales foráneos, sobre todo en la prestación de cualquier servicio social prioritario, como es la electricidad.

El proyecto no establece ningún límite de inversión para el capital externo. No señala plazos ni condiciones de inversión y venta de la electricidad. No justifica, ni remotamente, que esta apertura se fundamente en una necesidad nacional de electricidad y además, como hemos demostrado, en Costa Rica no falta ni un peso de inversión privada para atender la demanda de electricidad.

Como ciudadanía, este proyecto nos debería regresar a los primeros años del siglo pasado, pero para emular los movimientos sociales que iniciaron la nacionalización la electricidad en Costa Rica con la dirección de la Liga Cívica Nacional, lo cual se logró en 1948 tras décadas de lucha social.

Carlos Alvarado Quesada, Presidente, Rolando Castro Córdoba, Ministro a.i. de Ambiente y Energía y Elian Villegas Valverde Ministro de Hacienda, deben pasar a la historia como destacados peones de la destrucción del Estado social costarricense, y del ICE en particular. Deberían ser recordados por promover la apertura del mercado eléctrico para su privatización y transnacionalización, devolviéndonos a los peores tiempos de vasallaje en las relaciones entre países.

Apoyo al atleta Sherman Isidro Guity Guity

El pasado martes 14 de septiembre del 2021, la Junta Directiva de SINTRAJAP en su sesión ordinaria N°-0036-2021, acordó lo siguiente: 

“Solicitar a la honorable Junta Directiva de JAPDEVA, se le asigne una partida de doscientos millones de colones de los recursos captados de los aportes del canon de APM Terminals, este monto corresponde a menos del 1% de lo captado hasta ahora para premiar y ayudar a Sherman Isidro Guity Guity,  insigne atleta e hijo predilecto de nuestra provincia, para que continúe su gran trabajo y sirva de ejemplo a otros niños y jóvenes de nuestra comunidad, para que le demostremos a nuestra juventud que hacer los esfuerzos por alcanzar los sueños tiene frutos positivos para ellos y sus familias. Para que JAPDEVA como institución encargada del desarrollo de nuestro pueblo se ponga una flor en el ojal, exaltando y reconociendo la excelencia de uno de nuestros mejores valores humanos en este momento”.

Se adjunta acta de la sesión.

 

Compartido con SURCOS por María Miranda.