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Etiqueta: Sylvia Montero Mejía

Carta a Rodrigo Chaves Robles

Sylvia Montero Mejía

Rodrigo Chaves Robles:

Comienzo haciéndole una aclaración.

No quiero romper la regla ortográfica que dicta el uso de mayúscula al inicio de una oración. Pero la verdad es que usted no merece ni mayúsculas ni mucho menos el título de presidente. Tampoco respetaré otras mayúsculas porque les quedan grandes a sus servidores.

Pues bien, chaves, ¡qué descaro el suyo!

Le ordenó hace unos meses a su ministro de seguridad, incondicional servidor, que facilitara las vías, que quitara los estorbosos puestos de control en nuestras costas y los escáneres en los puertos. Libre vía al narcotráfico. ¡Ese fue el acuerdo!

Y vuelve usted ahora a impartir órdenes con la certeza de que otra fiel “pieza”, (no digo “peón” porque esa es una palabra muy digna), el de transportes, las acataría. Le dio, sin duda, instrucciones precisas de que nada ni nadie obstaculizara la instalación de unas monumentales vallas en las principales vías de San José.

No cabe la menor duda de que sus asesores conocen y manejan muy bien esas tácticas propagandísticas. Saben cómo manipular a la gente, cómo torcer sus mentes y cómo condicionar sus reacciones para así lograr sus propósitos. Ya iniciaron sus troles su perversa campaña para el 2025.

Y no contento con abrirle nuestras costas al narcotráfico, les permite ahora a más pillos usurpar nuestras carreteras. Ha tenido el atrevimiento de manchar, de ensuciar, de embarrialar nuestras vías más transitadas, con vallas ofensivas e irrespetuosas financiadas por un negociante de controvertida trayectoria.

¡Qué descaro, chaves! ¡Es usted un perfecto desvergonzado!

¡El que tiene que irse es usted!

¡El que tiene que desaparecer de nuestro entorno es usted!

¡El que tiene que dejar de hacernos daño es usted!

Nos repugna su risa, detestamos sus palabras, aborrecemos sus insultos.

Pero como sabemos que no va a parar, no le decimos basta sino una y mil veces: ¡Que se vaya!

15 de enero de 2025

Se equivocaron de país

Sylvia Montero Mejía

De nuevo me pregunto: pero ¿qué se han creído estos ticos advenedizos que de un momento a otro y sin que nadie hubiese jamás sospechado de su existencia, decidieron adueñarse de nuestro país?

¿Pero qué creen de verdad? ¿Que nuestras instituciones democráticas están pintadas en la pared? ¿Que los tres poderes de la República pueden desaparecer y concentrarse en un tipo desquiciado, ávido de poder? ¿Que la salud y la educación pueden dejar de ser los pilares que han sostenido y distinguido a Costa Rica?

Además: ¿Que los entes contralores del gasto público y de la seguridad ciudadana son estorbos que hay que quitar del camino? ¿Que los funcionarios valientes que demuestran probidad pueden ser removidos sin justa causa? ¿Que los diputados que mantienen posiciones críticas pueden ser víctimas de insultos e insolencias? ¿Que la Sala Constitucional se la pueden brincar como niños jugando suiza?

Vuelvo a repetirles: se equivocaron de país. Aquí las cosas no son como ustedes quieren que sean. Aquí hay leyes que deben cumplirse. Aquí hay maneras de comportarse que siempre se han respetado. Aquí nunca se habían proferido insultos hasta que ustedes los convirtieron en su léxico diario. Aquí rechazamos sus maneras, su forma de hablar, sus gestos, su insolencia.

Sepan de una vez por todas que no los vamos a dejar robarse el país.

Que nuestra historia, fruto del esfuerzo de grandes próceres, de valientes gobernantes y de funcionarios que no se amedrentan, no la van a destruir ustedes, políticos de pacotilla, en cuatro lamentables años de gobierno.

Nuestra tradición democrática tiene, como se dice en química, un peso específico que se respeta.

Todos los que de una u otra manera hemos tomado parte en ella la vamos a defender, con la palabra y si fuera necesario con nuestro cuerpo. Ustedes no saben lo que significa la palabra pertenencia porque “cayeron” en Costa Rica, como cae un meteorito. No forman parte de ella. No tienen arraigo en este país. Lo único que les interesa es saquearlo, sacar provecho de él.

Pero, les repito hasta el cansancio: ¡no van a poder!

Costa Rica es más que un puñado de troles que montan en un camión para que vayan a gritar groserías. ¡Costa Rica es más que un grupo de ignorantes troles que ni hablan ni escriben, solo vociferan como su jefe!

Costa Rica somos todos los que la defenderemos hasta las últimas consecuencias.

Sépanlo: ¡aquí no lo van a lograr! Sobre la insensatez, la locura y el abuso siempre prevalecerán la inteligencia, la cordura y el respeto de los costarricenses.

Octubre 2024