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Etiqueta: universidad pública

La Universidad de Costa Rica se solidariza con el pueblo palestino

Vivimos un momento de profundo dolor en la historia de la humanidad. Las imágenes, las noticias y los testimonios que nos llegan desde Palestina son un espejo roto que refleja una realidad desoladora e indigna. Día tras día, informes inquietantes del sistema de Naciones Unidas y de diversas organizaciones humanitarias nos confirman que no se trata de exageraciones ni de percepciones aisladas: lo que ocurre es real, inmediato y devastador. No podemos —como seres humanos, como miembros de una comunidad global y como universidad comprometida con la verdad— mirar hacia otro lado.

En Gaza, la desesperación tiene rostro y tiene nombre. Rostro marcado por el hambre y la sed, por la infancia arrebatada a miles de niños; nombre de familias que han perdido todo, incluso la esperanza. Allí, el tejido social se desgarra bajo el peso de la destrucción, la escasez de ayuda humanitaria y la dolorosa inacción de una comunidad internacional que, con su tibieza, permite que la tragedia continúe.

No podemos ni debemos acostumbrarnos a este nivel de violencia. El término “genocidio” es grave, y por eso estremecen las palabras del Comité Especial de Naciones Unidas, que en noviembre de 2024 afirmó que la guerra en Gaza reúne las características de un genocidio. Expertos independientes, basados en pruebas contundentes, coinciden. Este no es un juicio improvisado: es una advertencia seria, que nos interpela a todas y todos.

Desde 1945, la humanidad intentó aprender de sus sombras. Se levantó un andamiaje jurídico —el Derecho Internacional Humanitario, la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, los principios universales de derechos humanos— con la promesa solemne de que nunca más el odio, el racismo y la deshumanización marcarían el rumbo de los Estados. Y, sin embargo, aquí estamos, contemplando el incumplimiento flagrante de esa promesa. El fracaso no es solo de las instituciones: es un fracaso de nuestra humanidad.

En la Universidad de Costa Rica creemos que el conocimiento y la conciencia no pueden permanecer en silencio. Nos debemos al pensamiento crítico, al debate ético y a la reflexión profunda. Hoy, más que nunca, es imperativo analizar las raíces de este conflicto y comprender sus impactos —humanitarios, sanitarios, socioeconómicos, políticos, culturales y ambientales— tanto en el presente como en las generaciones futuras. No se trata solo de cifras y estadísticas: se trata de vidas.

Como universidad pública, tenemos un deber moral ineludible: alzar la voz contra toda forma de violencia y opresión, y hacerlo desde nuestra identidad y vocación. Nuestra misión no es únicamente formar profesionales; es formar seres humanos con capacidad mirar el dolor del otro y responder con acción, con ciencia, con cultura y con compromiso social. La verdad, sustentada en el conocimiento y humanismo, es nuestra mayor herramienta para construir una sociedad más justa.

Por eso, hoy hacemos un llamado firme a solidarizarnos con el pueblo palestino, en Gaza y Cisjordania. Invitamos a toda nuestra comunidad a multiplicar las acciones académicas, científicas, culturales y sociales que promuevan el diálogo, la reflexión crítica y la construcción de propuestas para una convivencia pacífica y duradera.

Reiteramos nuestro compromiso con los principios universales de la dignidad humana, el respeto al derecho internacional, la defensa de la vida y el reconocimiento de los derechos inalienables del pueblo palestino. El conocimiento solo cumple su propósito cuando se pone al servicio de la justicia y de la paz. Y en tiempos como estos, callar no es neutralidad: es complicidad.

Dr. Carlos Araya Leandro
Rector Universidad de Costa Rica

Convocatoria a conversatorio: “Frente al genocidio y el silencio: ¿Por qué es urgente la solidaridad con Palestina desde la Universidad Nacional?”

Frente a las atrocidades cometidas por Israel en Palestina, la comunidad universitaria tiene la responsabilidad ética de abrir espacios de reflexión, análisis crítico y solidaridad activa. Por ello, les invitamos al conversatorio “Frente al genocidio y el silencio: ¿Por qué es urgente la solidaridad con Palestina desde la Universidad Nacional?”, que se realizará el próximo miércoles 11 de junio, de 3:00 a 6:00 p.m., en la Sala de Proyecciones de la Biblioteca Joaquín García Monge, con apoyo de la Federación de Estudiantes y el Sindicato de Trabajadores/as de la Universidad Nacional (FEUNA y SITUN, respectivamente).

Esta actividad busca visibilizar las violaciones sistemáticas a los derechos humanos que sufre el pueblo palestino, así como reflexionar sobre el papel que puede desempeñar la universidad pública costarricense en la denuncia del genocidio y en la construcción de una solidaridad activa y transformadora que busque parar de forma definitiva la barbarie contra la población palestina.

Contaremos con las intervenciones de Wajiha Sasa Marín, Gerardo Cerdas Vega, Irina Coronado López, Paolo Nigro Herrero, Esteban Chicas y Sofía León, así como representantes del SITUN, quienes desde diversas perspectivas compartirán análisis históricos, políticos, éticos y jurídicos sobre la situación actual en Palestina y el rol que nos corresponde como comunidad académica. El evento está abierto también a todas las personas interesadas en sumar su voz a la denuncia y a la solidaridad. La voz de las universidades no puede permanecer en silencio frente al genocidio.

Las paradojas de una democracia sin demócratas: se vale todo – Quinta parte

Esteban Rodríguez-Dobles
Docente, Historiador, Escuela de Estudios Generales

El 4 de diciembre de 2024, quien fuera director de la EEG Jairol Núñez Moya presentó su renuncia tras más de un año en el cargo (ahora actual Vicerrector de Docencia de la administración Araya Leandro); finalizando su informe de labores ante la Asamblea de Escuela, hizo la afirmación de que en la UCR “el enemigo está adentro”. Esto contradice gran parte de su discurso sobre hacer universidad. ¿Cómo se hace universidad fracturándola más? Nos necesitamos a todos en la Universidad.

La creación de un enemigo interno es una estrategia clásica de la política y se emplea para consolidar poder, movilizar apoyo popular y justificar medidas represivas. En la Revolución Francesa, Robespierre y los Jacobinos lo usaron, así como en la Costa Rica contemporánea Juan Diego Castro o Fabricio Alvarado han utilizado la idea de un enemigo interno.

En el contexto universitario reciente, la idea de anónimos, enemigos internos o ataques políticos, han sido empleados para evadir responsabilidades o al menos diluir la culpa señalando hacia esos que no guardan silencio, o buscan hacer control político, es decir quienes participamos de la vida democrática de la institución y nos importa la transparencia. Son estas torsiones del lenguaje las que convierten una crítica legítima o información innegable en discursos de odio.

Las relaciones de poder se reproducen en contextos democráticos, laborales, y educativos, muchas veces sin necesidad de coerción explícita. La dominación opera a través de dispositivos sociales, simbólicos y estratégicos, cuya eficacia reside precisamente en su invisibilización o en su aceptación como parte del sentido común.

El destacado sociólogo e historiador argentino Javier Balsa, quien ha estudiado la hegemonía y el discurso político, propone una tipología con 3 formas de la aceptación de la dominación:

Aceptación por hábito

Se fundamenta en la fuerza de la costumbre, en la repetición social de prácticas y jerarquías que se naturalizan como incuestionables. Aquí, la dominación se interioriza a través de esquemas de percepción y acción aprendidos que hacen parecer el orden existente como el único posible. Por ejemplo, en la EEG tenemos 45 años sin reformar el reglamento de esta unidad académica.

Aceptación por creencias compartidas

Esta forma de legitimación se basa en un consenso normativo o en la adhesión a una forma de ver el mundo que otorga sentido y legitimidad al ejercicio de la autoridad. En este caso, la obediencia se produce porque los dominados creen en la justicia, necesidad o conveniencia del orden instituido, o bien confían en la figura de quien ejerce el mando. La eficacia del poder reside en su capacidad de hacerse pasar por legítimo, justo o inevitable a los ojos de quienes lo padecen o reproducen.

Aceptación instrumental o estratégica

Esta forma se apoya en cálculos pragmáticos y en lógicas de interés personal o de un pequeño grupo. La dominación se acepta porque proporciona beneficios materiales, porque reduce riesgos o porque resulta funcional a los objetivos individuales del sujeto. Esta forma de aceptación puede involucrar cinismo, resignación o conveniencia, y no necesariamente implica adhesión consciente o ideológica.

He pretendido con estos artículos, poner sobre la mesa el contexto histórico en el que se reprodujeron prácticas antidemocráticas que fueron acopladas en la cultura política universitaria. Demostrando los mecanismos empleados en el ejercicio del poder político, así como las formas en que se acepta la dominación de una minoría sobre la gran mayoría de la comunidad universitaria. Espero con ello contribuir a motivarle. Aún estamos a tiempo de recuperar el prestigio de la Universidad, toda crisis es también una oportunidad. Espero que a raíz de todo el escándalo nacional, pensemos bien por quiénes queremos ser representados próximamente en el CU.

Las paradojas de una democracia sin demócratas: el 106 – Parte cuatro

Esteban Rodríguez-Dobles
Docente, Historiador, Escuela de Estudios Generales

En el artículo de opinión anterior, veníamos enumerando una serie de prácticas que deterioran y debilitan la democracia en la UCR a partir de lo establecido en el artículo 106 del Estatuto Orgánico y con los siguiente 2 puntos concluimos con ello. Además, en este penúltimo artículo proponemos algunas medidas remediales para superar en parte la crisis de fragmentación de la institución y motivar a la comunidad universitaria a implicarse en el fortalecimiento de la cultura democrática de la UCR realizando propuestas de reforma al art.106.

3. Ambigüedad en el ejercicio de la autoridad disciplinaria

El artículo establece que la Dirección ejerce autoridad disciplinaria “conforme al Estatuto Orgánico y a los reglamentos”, pero sin detallar:

La existencia de garantías procesales claras.

La posibilidad de defensa o apelación ante sanciones.

La supervisión de dicha potestad por parte de un ente colegiado.

Esto puede generar espacios para prácticas autoritarias o para una aplicación desigual del régimen disciplinario, lo que entra en conflicto con los principios de justicia y equidad democrática.

4. Designación vertical de comisiones y delegaciones

Aunque la Dirección puede nombrar comisiones para diversos temas, no se establece que estas deban surgir de votación o acuerdo de la Asamblea de Escuela. Esto debe ser reconsiderado.

A continuación se compara el tipo de práctica que se estila en el artículo 106 y el efecto antidemocrático que genera:

5. Propuestas remediales:

-Establecer mecanismos participativos explícitos de la Asamblea de Escuela para la toma de decisiones clave.

-Garantizar espacios colegiados vinculantes y no meramente consultivos o procedimentales.

-Incorporar criterios de transparencia, deliberación y rendición de cuentas en las funciones directivas ante la Asamblea de Escuela más allá del informe anual.

Si queremos cambiar la cultura política dentro de la UCR, debería bastar la ética humanista y profesional, pero es imposible en un mundo con personas cuya ética es flexible. La necesidad de reformar el Artículo 106 es prioritaria como primer paso, dadas todas las razones que han sido expuestas y siendo testigo de los abusos que ha posibilitado el 106 en mi contexto profesional. El art.106 refleja una estructura jerárquica fuerte en la administración universitaria, funcional para con ciertos fines operativos, pero con riesgos claros para la cultura democrática plena y madura que debería ser ejemplar en la universidad.

En el último de estos artículos de opinión, terminamos por dar atención a las nada sofisticadas formas de dominación que se han incorporado en nuestro medio, para así entender llanamente la relación de esta democracia delegativa permeada en la universidad y las prácticas aceptadas consuetudinariamente. ¿Es posible un diálogo sin subordinación en la academia? ¿De qué puede servir el diálogo frente a una verticalidad con disonancia cognitiva?

Las paradojas de una democracia sin demócratas: el 106 – Tercera parte

Esteban Rodríguez-Dobles
Docente, Historiador, Escuela de Estudios Generales UCR

Al parecer fue en el 3er Congreso Universitario (1971-1974) que la figura de Decano y sus amplias atribuciones produjese cambios para que las funciones de la dirección de las unidades académicas tuvieran más independencia y versatilidad sobre sus propias decisiones y acciones, sin embargo a lo largo de los años produjo el efecto de crear una multitud de feudos. Con base en el Artículo 106 del Estatuto Orgánico de la Universidad de Costa Rica, este establece atribuciones para la figura de la dirección de escuela, pero también son visibles las claras tensiones o limitaciones al ideal de democracia universitaria, especialmente desde una perspectiva crítica que valore la horizontalidad, la participación colectiva y la transparencia institucional. Para sintetizar tanta información a continuación se enumeran una serie de prácticas que deterioran y debilitan la democracia en la UCR a partir de lo establecido en el artículo 106 del Estatuto Orgánico:

1. Concentración de poder en la figura de la Dirección

El artículo otorga a la persona directora amplias competencias unilaterales, entre ellas:

Aprobar los planes de trabajo docente y la distribución de tareas.

Proponer el nombramiento de personal académico interino.

Ejercer autoridad disciplinaria inmediata sobre el personal y estudiantado.

Suspender actividades sin necesidad de consulta colegiada.

Esta concentración de atribuciones por tanto deriva en decisiones verticales, poco participativas o discrecionales, especialmente si no existen mecanismos de fiscalización efectiva por parte de la Asamblea de Escuela. ¿Cómo puede ser posible que no exista en los Estatutos Universitarios un límite a la cantidad de puestos a ocupar? Justo en este momento en la EEG desde el 1 de enero de 2025 una sola persona ejerce al mismo tiempo funciones en subdirección, dirección a.i, coordinación de sección, miembro de Comisión para asignación de dedicación exclusiva y miembro del Consejo editorial de una revista. ¿Cómo interpretar esta concentración de funciones? Por la razón que sea, perjudica la democracia universitaria pues impide la formación de nuevos liderazgos o la selectividad de los mismos.

A pesar de la importancia académica y electoral que tiene la EEG en la UCR, entre las últimas elecciones que se han dado para ocupar cargos en la dirección y la subdirección, al menos en 3 ocasiones han sido procesos con una sola persona candidata. ¿A qué se debe esto?, ¿es desafección a los puestos de mando?, ¿el bloqueo de liderazgos alternativos?, ¿o una cultura política corrupta y clientelar? Son una multitud de cuestiones que solo las planteamos como dudas, pero sin embargo sugieren el complejo deterioro de la vida democrática dentro de las Asambleas de Escuela.

2. Falta de contrapesos institucionales explícitos

Aunque se menciona la participación de la Asamblea de Escuela, el artículo no explicita claramente:

Mecanismos de rendición de cuentas periódica más allá del informe anual.

Formas de participación vinculante de la Asamblea de Escuela o representación estudiantil en decisiones clave.

Procedimientos democráticos para la formación de comisiones o para el nombramiento de personal interino. (A pesar de estar contemplado en el artículo)

Con ello, la ausencia de procedimientos deliberativos explícitos puede reducir los espacios efectivos de cogobierno, donde estudiantes, administrativos y académicos tengan voz en temas sustantivos. Una democracia universitaria robusta requiere espacios de deliberación permanente y no dependientes del criterio personal de una figura administrativa.

Hace más de 100 años, en la Universidad Nacional de Córdoba tras un importante movimiento ciudadano, se instauró en 1918 un sistema democrático en el que toda la comunidad universitaria —estudiantes, docentes y personal administrativo— tuvo derecho al voto, ello ocurrió gracias a un proceso colectivo de la Reforma Universitaria que contempló la participación horizontal.

Las paradojas de una democracia sin demócratas: antecedentes – Parte 2

Esteban Rodríguez-Dobles
Docente
Historiador
Escuela de Estudios Generales UCR

Parte 1

Con este segundo artículo terminamos de establecer el contexto histórico que enmarcan los escándalos relacionados con las acciones de diferentes funcionarios y cuerpos colegiados, posteriormente abordaremos aspectos más específicos.

Para el ciudadano que no tiene tiempo de reflexiones sobre la calidad de la democracia, hoy el Estado y sus instituciones son vistos por una gran parte de personas como un estorbo y una carga económica, con funcionarios con sueldos multimillonarios, un modelo que sirve a unos pocos, con un rígido sentido burocrático, parasitario y corrupto. Esta indignación contra las instituciones públicas, este desencanto por el sistema democrático tiene sus antecedentes en una multitud de situaciones.

Las filtraciones de Wikileaks en noviembre de 2010 nos mostró el negocio militar de la guerra en Irak y Afganistán, a ello se sumaron los Panama Papers (2016) y los Pandora Papers (2021), develando los mecanismos de elusión y evasión fiscal, detallaban operaciones offshore de políticos, empresarios, celebridades y criminales. En la filtración de Pandora fueron más de 11.9 millones de archivos procedentes de 14 despachos legales especializados en servicios offshore, exponiendo a más de 300 políticos y funcionarios públicos de más de 90 países. Según datos del Ministerio de Hacienda, se identificaron 120 entidades costarricenses, entre personas físicas y jurídicas; los límites de lo verdadero y lo falso perecieron estar dando paso a un ethos individualista, tiránico y revanchista.

Tomemos en cuenta además que Costa Rica experimentó una seguidilla de escándalos indignantes de corrupción en obra pública. Casos como La trocha fronteriza o Ruta nacional 1856 Juan Rafael Mora Porras (2011), El Cementazo (2017), el caso Diamante (2021), empujaron al proceso electoral de 2022 a una segunda vuelta donde el cuestionado José Figueres Olsen (PLN) y Rodrigo Chaves Robles (PPSD), también altamente cuestionado, se enfrentaron por la presidencia de la República. El resultado era previsible, el cambio aunque incierto dejaba atrás al bipartidismo, al supuesto comunismo y al PAC, todo con el apoyo popular aunque significara un balazo en el pie, fue un cambio al fin. No todo cambio es para bien.

Es en este marco donde las acciones cometidas por funcionarios de la OEPI, el Consejo Universitario de 2024, y la administración Araya Leandro durante 2025, tienen una mayor repercusión y significado, pues han dotado de armas a los propios detractores de la universidad pública y a los enemigos de la autonomía universitaria.

Señala el filósofo francés Eric Sadin, que dada la acumulación de estas evidencias y decepciones producto de un sistema político global corrupto, estas cosas produjeron un ambiente propicio para un tipo de individuo que se ha convertido en un tirano, vota para castigar, de manera que vivimos en la era de la tiranía de los individuos con smartphone, una especie de totalitarismo de la multitud en la internet, apáticos con la democracia, y afines a un recambio que responda a los intereses personales y no a un proyecto colectivo sostenible, ¿estamos ante el fin de un mundo común? ¿Estamos ante el fin de un proyecto común de universidad?

Es como si existieran realidades paralelas, semejante a lo que acontece a lo interno de la UCR por parte del arayismo. ¿Pueden estas paradojas incidir en las prácticas de la vida democrática de una institución como la UCR? En el siguiente artículo continuaremos problematizando.

Imagen: Esteban Rodríguez-Dobles.

Más allá de las paredes universitarias, el FEES materializado en las comunidades y en los territorios

Dra. Lilliam Quirós Arias
Académica UNA

La universidad pública, utiliza los recursos del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) para formar profesionales de alta calidad, con un amplio sentido humanista y con valores éticos que fortalecen su accionar en los ámbitos laborales. Pero en lo fundamental, los recursos del FEES, se invierten directamente en cientos de comunidades que son impactadas por las acciones que emanan de la extensión, la investigación y la docencia formal e informal, que por su naturaleza solamente pueden ser realizadas por las universidades públicas.

Estudios recientes muestran el gran reconocimiento con que la población costarricense califica el aporte de las universidades, muy por encima del desempeño de las instituciones públicas y otras organizaciones. Este reconocimiento solo se logra, no con el acercamiento a las comunidades en rondas electorales, ni promesas falsas cada cuatro años; este reconocimiento ha sido posible gracias al trabajo sistemático y apoyo constante de la academia a la atención de las principales problemáticas que afectan las comunidades, los territorios.

En su accionar la universidad pública, aporta su conocimiento y comparte con los saberes locales en temas que revalorizan los territorios; como el fomento a los sistemas de producción y las buenas prácticas agropecuarias sostenibles y resilientes, el uso de tecnologías de bajo impacto ambiental; la recuperación de los saberes locales, la identificación de fuentes de contaminación del agua, del aire, del suelo y de la biota, en relación con su estado natural, el uso de sustancias tóxicas, el estudio la salud humana, la cultura; entre otros.

La academia con su impronta en la búsqueda de espacios democráticos e inclusivos de los actores en el territorio ha generado condiciones para comprender la relación sociedad – naturaleza; dimensionando la preocupación por las poblaciones más vulnerables y desatendidas, aportando conocimiento que contribuye al fortalecimiento de políticas públicas que impactan los territorios con miras al desarrollo sostenible. Cada profesional formado en la universidad pública, -que solo se puede lograr con los aportes del FEES-, se constituye en un activo invaluable para la transformación social a través del ejercicio directo o de profesionales ubicados en los diversos espacios laborales; son los llamados a transformar el conocimiento en un bien social, un bien para la colectividad, a través del vínculo con las comunidades.

Sin duda el FEES se materializa en el fortalecimiento de capacidades de las comunidades. Si partimos del hecho de que la educación es un proceso que se da a lo largo de la vida basado en premisas esenciales como: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser. En esa búsqueda constante la universidad pública está presente a través de su amplio accionar en las comunidades; en su rol como academia, la universidad como un ente vivo lucha de forma constante por erradicar la marcada exclusión que ensombrece la educación.

Indudablemente, la universidad se materializa en cada acercamiento a las comunidades, la presencia de la universidad genera orgullo en aquellos espacios que tiene el privilegio de atender. No es necesario decir una sola palabra, porque el reconocimiento es dado por la comunidad. Ese camino ha sido trazado, por cada profesional que lleva la universidad a todos los rincones del país, por cada proyecto que involucra a la comunidad, especialmente a las más vulnerables; consciente de que, de esa alianza, de esa valoración social depende la universidad pública.

En este momento crítico por el que atraviesa la educación pública, tenemos plena confianza que las comunidades defenderán la universidad pública de los gobiernos de turno, para que las futuras generaciones tengan derecho a una educación, digna y de calidad.

En el marco de la presentación del presupuesto nacional de educación en la Asamblea Legislativa, más de 60 organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles y productivas han convocado a una movilización nacional multisectorial para el próximo miércoles 28 de agosto en defensa de la educación pública y en contra de los recortes presupuestarios, de esta manera, la unión de las fuerzas vivas reactivará el proceso del Pacto Nacional por la Educación Pública.

Las y los jóvenes del presente y del futuro, defenderán la educación pública sea cual sea su posición; porque de esto dependerá que muchos otros jóvenes logren culminar su sueño, de formarse en una universidad pública, y aportar a las comunidades de donde provienen u otras más lejanas, todas espacios y territorios de vida.

Ante la crisis educativa que venimos experimentando en las últimas décadas, demandamos que se respete lo establecido para la educación pública en nuestra Constitución Política, por

ello, ante el irrespeto de que ha sido objeto la educación pública por parte del Poder Ejecutivo, solicitamos al Poder Legislativo honrar lo que establecen las leyes aprobadas por la misma Asamblea Legislativa.

Para defender el aporte del FEES a la educación pública, basta con soñar un país donde se pueda alcanzar uno de los objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS 4): “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. Sea más que una esperanza, un anhelo; especialmente para los grupos más vulnerables el derecho a la educación.

¡La educación es un derecho fundamental que debe ser defendido!

Las carreras STEM se perfilan como las carreras del futuro

Fernando Villalobos Chacón.

Dr. Fernando Villalobos Chacón
Decano de Sede Regional Pacifico UTN.
Candidato a la Rectoría UTN
Presidente del Concejo Municipalidad de Esparza
Presidente Asociación Regional de Desarrollo AREDE MIDEPLAN.
Doctor en Mediación Pedagógica y PhD en Administración Pública.
Epistemólogo e Historiador. Estudios en Alta Gerencia, Gestión del Liderazgo y Derecho. Académico Universitario,
ex director de Docencia UTN. Académico, Gerente público.
Científico Social. Político. Escritor. Poeta. Conferencista
Contácteme: fernando.villalobos.profesor@gmail.com
Cel. 88 12 59 56

En el umbral de una nueva era, las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) se erigen como el faro que guía hacia un futuro repleto de promesas y desafíos inimaginables.

Las universidades, epicentro de este despertar intelectual y tecnológico, no solo están formando la próxima generación de pioneros y visionarios, sino que están redefiniendo los contornos mismos de nuestra realidad. Al adentrarnos en este viaje, descubrimos cómo estas instituciones están tejiendo el tejido de un futuro que, hasta hace poco, solo habitaba en los sueños más audaces de la ciencia ficción.

Imaginemos un mundo donde los desafíos más formidables de nuestra época, como el cambio climático, las pandemias y la crisis energética, no son sino meros escalones hacia un progreso sin precedentes.

En este mundo, las universidades son los bastiones de innovación que no solo enfrentan estos desafíos, sino que los convierten en oportunidades para forjar un mañana más brillante. Mediante programas educativos que desafían los límites del conocimiento, investigación de vanguardia y colaboraciones sin fronteras, están moldeando líderes STEM capaces de pensar más allá de las soluciones convencionales, abordando las complejidades de nuestra sociedad con creatividad y eficacia.

Este nuevo amanecer en la educación STEM es también un canto a la diversidad y la inclusión. Al abrir sus puertas a una rica variedad de talentos, sin importar género, etnia o condición socioeconómica, las universidades están enriqueciendo el caldo de cultivo de la innovación. Cada nueva perspectiva añade una capa de profundidad y complejidad a la solución de problemas, tejiendo un tapiz de ideas que es tan diverso como resiliente.

En el corazón de esta revolución se encuentran las tecnologías emergentes, que están siendo integradas en los currículos con una visión que va más allá del presente, preparando a los estudiantes para liderar en el futuro.

La inteligencia artificial, la robótica, la nanotecnología y la bioingeniería no son solo herramientas en este nuevo mundo, sino pinceles con los que los futuros líderes pintarán posibilidades aún no concebidas.

La metodología de enseñanza en sí misma ha sido transformada, adoptando un enfoque práctico y colaborativo que refleja los retos interconectados del mundo real. El aprendizaje basado en proyectos, la educación experiencial y el trabajo en equipo interdisciplinario preparan a los estudiantes no solo para enfrentar el mundo tal como es, sino para imaginarlo como podría ser.

Las alianzas entre universidades y la industria están catalizando esta transformación, asegurando que la educación STEM no solo sea relevante, sino revolucionaria. Estos vínculos crean un puente entre la teoría y la práctica, permitiendo que las ideas fluyan libremente del aula al mercado, impulsando así el emprendimiento y la creación de empleo en sectores clave para el futuro de nuestra economía global.

Las universidades no son simplemente instituciones de aprendizaje; deben ser las alquimistas del siglo XXI, transformando la curiosidad y el conocimiento en el oro de la innovación y el progreso. Estamos en la cúspide de una era donde la preparación en STEM es el pasaporte hacia un futuro que rebasa las fronteras de lo posible, un futuro donde los desafíos actuales son los cimientos sobre los que construimos un mundo más sostenible, inclusivo y equitativo.

En este amanecer de la era STEM, las universidades no solo están preparando a los líderes del mañana; están imaginando y construyendo el mundo del mañana.

¿Está preparada la Universidad Pública costarricense para el desafío?

La sonrisa de Maritza

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Ese día estrenaban camisetas. En su hombro derecho lucia estampado con grandes letras blancas su nombre: Maritza. Su apellido: Matarrita. Me dice que antes de entrar al proyecto de producción de ostras pensaba dedicarse a otra actividad de la pesca artesanal, pero terminó involucrándose desde el principio en la ostricultura, una de las acciones productivas acompañadas por la siempre necesaria Universidad Nacional.

Es un medio lluvioso y cálido. A un lado del local destinado para la preparación y producción de ostras, conversamos con Maritza sobre su trabajo. “Trabajamos de 7 de la mañana a 4 de la tarde, pero a veces debemos quedarnos más tiempo. Tenemos que limpiar todo el lugar y los instrumentos que utilizamos para la manipulación de las ostras. Luego llego a mi casa a seguir trabajando: limpiar, cocinar, hacer el oficio”.

Bajo una lluvia pertinaz es casi medio día en Isla Venado, una de las Islas del Golfo de Nicoya donde la Universidad Nacional acompaña procesos productivos, económicos, ambientales, turísticos y le brinda a las mujeres y hombres herramientas para fortalecer sus capacidades. Lo hace desde su mandato claro como Universidad pública costarricense, pero además lo realiza como la Universidad Necesaria, líder en la extensión social en Costa Rica.

Precisamente acompañamos hace poco una gira académica de trabajo por dos días, organizada por la Vicerrectoría de Extensión de la UNA, en la que conocimos los distintos proyectos que atienden las necesidades de estas comunidades costeras.

Conversacion con Maritza Matarrita, mujer productora de ostras en Isla Venado. Fotografía producida por Ericka Vásquez, Decana del CIDE (UNA).

De hablar fuerte y con convicción, doña Maritza es una de las mujeres incluidas en acciones puntuales desarrolladas por el proyecto “Cuerpo: emoción, palabra, voz y movimiento”, desarrollado por la Escuela de Psicología, el Instituto de Estudios Sociales en Población y la Escuela de Danza, de la Universidad Nacional.

Pensada como acción para estimular la creatividad, contribuye al mismo tiempo a generar mecanismos de autocuidado en las personas, como doña Maritza: “una necesita relajarse de tanto trabajo y estrés – me dice- todavía tengo la bolita que Sofia y Natalia (académicas del proyecto) nos dejaron para hacer ejercicios de relajación; me han servido mucho”.

Mientras dice estas últimas palabras, la lluvia arrecia. Con sus compañeras del grupo han preparado una pequeña degustación de ostras para las personas participantes de la gira. Me pregunta si voy a probar y deja ir una sonrisa de satisfacción, la misma que seguramente la acompaña cuando ve el fruto de su trabajo cotidiano y el de sus compañeras.

Durante los dos días de visita a los distintos proyectos en Isla Venado, constatamos la cuantía de la Universidad Pública en estas comunidades. Abstraídos del furibundo ataque mediático y político a lo que hacemos pero sobre todo a lo que representamos para estas poblaciones, pudimos comprobar una vez más que como universidad vamos por el camino correcto y que las personas de estas zonas esperarán siempre la llegada de proyectos de investigación, extensión y docencia con los cuales fortalecerse para la vida. Por eso con igual pasión debemos defender el presupuesto constitucional asignado para nuestro quehacer.

El valor de estas acciones no es estrictamente económico, aunque sí urgente. Su verdadero aporte está en dejarle condiciones a Doña Maritza para que un buen día pueda reducir su doble jornada laboral y sentarse al fin a pensar en sí misma, sus sueños, sus esperanzas.

Reírse con la vida.

Hacia la transformación en el modelo de planificación

La Universidad Nacional – UNA trabaja en la transformación del modelo de planificación universitaria, por ello, analiza el papel de la universidad pública en función de los problemas vigentes y de los que están por venir.

Para más información al correo maestpps@una.cr o al teléfono 2562-4146 / 8893-9950

Facebook @eppsUNACR

 

Compartido con SURCOS por Efraín Cavallini Acuña.