Pareciere que el gobierno progresista de Colombia, no previere la carga estadounidense contra la República Bolivariana. No se comprende una política internacional, exenta de diplomacia, que mantenga una posición pétrea, inmodificable, contraria a un complaciente resultado de solidaridad con el bravo pueblo. En momentos en que nuestro director de la política internacional goza de auge, manifiesta un contrasentido y de barrer bajo la alfombra, con relación a la suerte del nuevo gobierno en el país vecino. El bloque Chile, México, Brasil, Colombia, de compás de espera, mientras se definía el juego interno soberano de las autoridades del Estado de Derecho bolivariano, ante las acusaciones de “fraude”, en el resultado electoral, se fue desmoronando. Primero se rompe el eslabón derechista, pro imperio, de Chile. Luego la postura directa de Brasil de no aceptar una modificación de conducta del gobierno bolivariano, bajo consecuencias de efectos negativos. Y el ejercicio de México, deshace lo aparentemente compacto de una posición de fuerza para que el nuevo gobierno, en Venezuela, claudicara. Obvio que existe injerencia e irrespeto al soberano ejercicio interno de la institucionalidad del poder electoral constitucional bolivariano. Sus máximas autoridades se pronunciaron, con sendos actos administrativos de efecto erga omnes. Continua la pertinaz posición colombiana de imponer un derecho de petición de exhibición de las actas electorales (a puro micrófono, puesto que no existe petición formal de sujeto de derecho al respecto); pese al sobrado conocimiento del silencio administrativo negativo causado; con carácter de secreto de Estado, por predominar la seguridad y vigencia del Estado venezolano. Y surge la pregunta sobre qué haría el gobierno colombiano de obtener las originales de esas actas (¡?). Ese fijo e inflexible propósito, que no tiene asidero en el ejercicio diplomático comparado, deja mucho que desear a la suerte de la importante y fundamental relación con el país vecino.
En geopolítica operan son los hechos. Va para tarde el reconocimiento de Colombia, al nuevo gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. Los analistas alternos dan por seguro el triunfo electoral de D. Trump. El juego o maniobra del gobierno colombiano, ya de por sí, con la elección de D. Trump, se verá entorpecido en su autonomía rectora y soberana, en torno a esas relaciones con el nuevo gobierno venezolano; Una vez, éste posesionado, se alienta la amenaza de una invasión militar a Venezuela y ello traería consigo el fin del proceso de terminación del conflicto armado interno en Colombia. De tal manera que, como simple comentarista de provincia, aliento al gobierno de inspiración popular colombiano, a tomar ya una decisión soberana de reconocimiento al acto electoral que favoreció al actual presidente N. Maduro. Elemental, todo opera por sustracción de materia.
Coletilla
El triunfo de la derecha oligárquica hegemónica contrainsurgente en la Convención del partido Liberal, al reelegir como jefe de esa colectividad al expresidente Gaviria, no está desligado de los factores externos e internos que rigen a la política colombiana. Moldean, en lo determinante, el proceso electoral presidencial que avecina en Colombia. Queda a prueba la consecuencia de los liberales de base, en comunión con el pueblo liberal de gaitanistas raso. En la historia de las ideas liberales en Colombia, no se había llegado tan cerca a competir contra el poder oligárquico, como en esta etapa, de contar con un gobierno progresista-liberal. No sea este el momento de “divisiones tácticas” en el liberalismo.
Sobre la regularización de la jurisdicción agraria
Rayos y centellas lanza la derecha militarista y latifundista contra el proyecto de reglamentación de la jurisdicción agraria y la presunción de veracidad agraria. Un aspecto del conflicto social en Colombia lo expresa el conflicto agrario, en torno a la inequitativa tenencia de la tierra y el predominio de los factores de poder, en el agro, que delimitan el ejercicio de los derechos del campesino colombiano, hoy sujeto de derechos. Esta investidura denota singularización y particularización en el desempeño individual de hacer valer sus derechos ante el poder omnímodo del latifundista y terrateniente. El derecho agrario está inmerso dentro de la categoría de los derechos sociales; tal como sucede con el derecho laboral. De tal manera que en este predomina el principio universal de in dubio pro operario, significando que el derecho laboral se concibe a favor de los derechos del trabajador y que en caso de duda, sobre la existencia o no de un contrato laboral, predomina el carácter de ser contrato laboral y no contrato de prestación de servicio y/o malhadadas figuras que distorsionan su carácter o esencia y que el predominio del neoliberalismo o capitalismo salvaje, lograron sepultar su figura, sobre la primacía de los efectos de contrato civil y/o de servicios.
Configura una conquista reivindicatoria el carácter de sujeto de derecho al campesinado y en paso a esa constitucionalidad, la creación de la jurisdicción agraria. Misma a la que cobija todas las presunciones de legalidad (como la de veracidad) y el deslinde de la concepción civilista, pétrea, y de desarreglo de la función social de la propiedad privada sobre la tierra, que implica obligaciones. Se asiste a un derecho agrario y a una función agraria especializada con influencia pro- campesinado. Tácticamente no se profundizó debate en el carácter de clase de su concepción; ante el comportamiento mayoritario de intereses terratenientes y latifundistas en la piara congresional. El vetusto código civil, de inspiración napoleónica, en cuanto respecta al mantenimiento del statu quo predominante en el agro colombiano, con respecto a la institución de la usucapión o modo de adquisición de la propiedad por el transcurso del tiempo, resultó ser un elemento de aplicación de la reforma agraria blanca narco paramilitar, que trajo consigo el despojo legal de millones de hectáreas a millones de campesinos desplazados por ese engendro contrainsurgente de la oligarquía colombiana y del imperio. La “presunción” de buena fe hizo carrera como fuente de consolidación de derechos producto de la violencia y el despojo y bastó un transcurso corto de lapso de tiempo para que el victimario predominara sobre el derecho de la víctima. Buena parte de ese acumulado de las mejores tierras detentadas por los terratenientes- como mal habidas- son ofrecidas “en venta”, cual frustrante ironía mordaz y cruel; para que, con fondos del presupuesto nacional, es decir, de todos los colombianos y colombianas, les sean compradas y pagadas y así retribuidas, en aplicación de una caricatura de reforma agraria; que en la práctica deja, cual letra muerta, el mandato constitucional de procedencia de la expropiación.
Valga destacar que a los operarios de la justicia agraria les impone la aplicación de la concepción pro campesinado y sea la construcción jurisprudencial, la que satisfaga la sed de justicia social contra el oprobio de la institucionalización de la barbarie narco paramilitar en el campo colombiano.
Es desconsolador leer las noticias en estos días, y no por Zapote (que ya ni nos sorprende) o Valencia (que tanto quiero), sino por los magros resultados electorales en Brasil y Chile.
Definitivamente, y por más que los presidentes hablen de democracia, ni Lula ni Boric cuentan con el apoyo de sus pueblos.
Parece estar claro que la clase obrera brasileña le ha vuelto la espalda a su viejo líder sindical, que ha debido conformarse con pírricas victorias en al puro norte del país, lejos, muy lejos de los centros industriales de São Paulo, Minas Gerais, Curitiba o Porto Alegre, para no citar más. La gran mayoría de los municipios obreros vecinos de São Paulo, donde Lula fue el candidato más votado en las elecciones de 2022, quedaron en manos de partidos de centro-derecha y derecha.
En Chile, dice el periódico del Partido Comunista, “la derecha avanzó [y] el oficialismo retrocedió… casi la totalidad de los partidos oficialistas, de izquierda y el progresismo presentaron un retroceso… En términos políticos la derecha tiene razones para celebrar y sentir una positiva proyección a lo que serán los comicios parlamentarios y presidenciales del 2025”.
La actitud hostil hacia Venezuela de ambos, pero sobre todo de Lula, es de vieja data, pero no es arriesgado pensar que en las más recientes estas elecciones tuvieron una responsabilidad. Se oponen a la revolución bolivariana por oportunismo, pensando en los votos que hay que ir a ganar en condiciones tan adversas.
Pero la lección principal no está allí. Se trata de que, en ese juego de acercamiento a sus derechas, ambos gobiernos han decepcionado a sus electores. Las grandes expectativas se quedaron en muy poco y las reformas impulsadas no convencen a un electorado que quiere transformaciones.
El sociólogo guatemalteco Edelberto Torres Rivas, hablaba de “revoluciones sin cambios revolucionarios” para explicar el desencanto de este tipo de gobiernos. Ese ha sido, me parece a mí, la principal falla de la izquierda latinoamericana: su reticencia a ser realmente de izquierda, su tendencia a “mejorar” su imagen haciendo suyos no solo el lenguaje sino incluso las metas del enemigo, procurando ser simpáticos para las oligarquías frente a las cuales nunca resultarán suficientemente simpáticos.
Ahora, por cierto, los cambios van a ser más difíciles. Por ejemplo, el PC chileno (que está en parte dentro del gobierno y en parte fuera del gobierno) señala que con esos malos resultados los cambios van a ser más difíciles e, incluso, que es posible que haya cambios, se entiende retrocesos, en el gabinete.
Acaba de concluir la 16 Asamblea de los Brics+, celebrada en la ciudad de, Kazán-Rusia, durante los días 22 al 24 de octubre de 2024. Esta ha tenido una repercusión histórica —pre-durante y post-a la celebración de la misma. Esta generó expectativas en torno a la entrada de nuevos participantes en la misma. En esta, a su vez, hubo sorpresas; una de ellas fue el veto por parte de Brasil a Venezuela, para su no ingreso a los Brics+. Asimismo, «fue seguida con cautivadora atención por toda la Mayoría Global y con perplejidad por gran parte del decadente orden occidental».
Atendiendo a la pregunta del título del presente artículo, veremos que Venezuela tiene muchas posibilidades-caminos para ingresar al organismo integrador, aún y a pesar del veto de Brasil.
Antes veamos algunos elementos importantes:
La primera Cumbre del BRIC se celebró en Ekaterimburgo en 2009, donde los líderes electos de los primeros cuatro países (Brasil, Rusia, India y China) anunciaron oficialmente su adhesión al bloque económico del BRIC. Luego, en diciembre de 2010, Sudáfrica fue invitada al bloque, dando como resultado el surgimiento del BRICS.
Los primeros objetivos de esta etapa fueron:
– Fortalecer su posición en el mundo a través de una cooperación activa entre sí, por medio de las principales potencias con economías emergentes.
– Crear las condiciones para una cooperación efectiva y un fortalecimiento significativo del potencial económico y tecnológico de los países participantes.
Más adelante, en el año 2015, los BRICS se reunieron en la ciudad de Ufa-Rusia, lanzando el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de la institución. Comprometiéndose con los siguientes principios:
– Promover un desarrollo para todos
– Ser transparente y democrático
– Establecer estándares fuertes y asegurar su cumplimiento
– Promover el desarrollo sustentable.
El Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), comenzó a funcionar, realmente, en julio de 2014, y los miembros fundadores de los BRICS, aportaron 100.000 millones de dólares como capital autorizado del banco. Cada miembro fundador del BRICS, posee una participación igualitaria en el NDB y contribuye con una parte igualitaria a los activos del banco. Otros países se han convertido en miembros del NDB desde su creación.
Junto con el NDB, los BRICS pusieron en marcha el Acuerdo de Reserva de Contingencia (CRA), cuyo objetivo es proporcionar moneda líquida a los países que atraviesan dificultades económicas. A diferencia del NDB, el CRA no está sujeto a una estipulación de contribución igualitaria, y China aportó el 41 por ciento de los activos iniciales del acuerdo.
Ahora, ante lo expuesto, se pretende mostrar que los BRICS+, desde sus inicios, tienen una estructura, que luego con los años se ha venido fortaleciendo y evolucionando, como los veremos adelante.
A su vez, los BRICS, entre los objetivos señalados en el documento oficial de la asociación «Estrategias BRICS», se encuentran los siguientes:
Buscar un crecimiento económico inclusivo para erradicar la pobreza, abordar el desempleo y promover la inclusión social (objetivo clave de BRICS).
Consolidar los esfuerzos para garantizar un crecimiento de mayor calidad mediante el fomento del desarrollo económico innovador basado en tecnologías avanzadas y el desarrollo de habilidades con el fin de construir una economía del conocimiento.
Esforzarse por una mayor interacción y cooperación con los países que no pertenecen a BRICS, así como con las organizaciones y foros internacionales. Los miembros del BRICS trabajarán con la comunidad empresarial de sus países para implementar la Estrategia. La meta de BRICS es fomentar una cooperación más estrecha entre los círculos empresariales de los países del BRICS.
También entre los objetivos y metas del BRICS, está el desarrollo de cálculos en monedas nacionales para acelerar el crecimiento económico. Esta debe ser una de las áreas de cooperación para lograr conjuntamente el crecimiento económico.
Estos objetivos establecidos por los BRICS, darán un nuevo impulso a la cooperación económica global. Por ejemplo, el comercio y las inversiones de BRICS, con los países de bajos ingresos, han servido como el principal sistema de apoyo después de la crisis financiera mundial.
Igualmente, en el documento oficial, ya citado y titulado «Estrategias BRICS», se especifica las siguientes funciones:
Cambio Económico de BRICS, así como otras plataformas acordadMejorar el acceso a los mercados y facilitar las interconexiones de los mercados.
Promover el comercio y la inversión mutuos y crear un entorno empresarial favorable para los inversores y empresarios en todos los países BRICS.
Ampliar y diversificar la cooperación comercial y de inversión que contribuya a la creación de valor añadido entre los países del BRICS.
Fortalecer la coordinación de las políticas macroeconómicas y aumentar la resiliencia ante las crisis económicas externas.
Facilitar el intercambio de información a través de la Secretaría Virtual de BRICS y la Plataforma de Intercas.
8) Y finalmente, los países BRICS, reúnen características que se consideran claves para el potencial de crecimiento económico, como son la gran extensión territorial, la riqueza en recursos naturales y población absoluta, lo que puede traducirse en mayores oportunidades y competitividad.
– A estos factores de crecimiento se suman otros rasgos característicos de las economías emergentes:
+ Ingreso per cápita menor al promedio.
+ Potencial de crecimiento rápido.
+ Volatilidad de sus mercados.
Reiteramos que, ante lo expuesto anteriormente, los BRICS+ tienen una estructura administrativa, objetivos, metas, principios, funciones y características, que revelan que Venezuela sí cumple con los requisitos para poder ingresar a al organismo multipolar.
Además, según el escritor Luis Britto García señala que, «como alternativa, el Brics+ propone una divisa con respaldo de 40% en oro y recursos naturales, y un 60% en una canasta de monedas de los miembros, llamada 5-R por su composición en reales, rupias, rublos, renminbis y rands. Venezuela, el país con la primera reserva de oro de América Latina, y segunda de América a pesar del latrocinio efectuado por el Bank of England, podría contribuir a ese respaldo, que a su vez implicaría la desdolarización global, la dilución del efecto de las medidas coercitivas unilaterales y el fin del mundo unipolar.
Finalmente, para aclarar la posibilidad o los caminos que tiene Venezuela para ser parte de los BRICS+, en el ámbito práctico de las diferentes formas en las que el BRICS ha buscado ampliar su membresía, evaluando así, cuáles han sido los criterios y condiciones que se han aplicado hasta el momento en el proceso de admisión de nuevos miembros, que es el principal aporte de este artículo, los vemos:
Los BRICS han incorporado miembros en tres lugares institucionales diferentes:
– a) Los miembros que componen el acrónimo inicial.
– b) Los BRICS plus.
– c) El Nuevo Banco de Desarrollo NBD.
En cada uno de los casos, los procedimientos seguidos no fueron similares, pero, sí, fueron experiencias que informaron e incidieron en la manera en que se dieron las posteriores negociaciones y deliberaciones, en relación con quiénes incorporar, dónde hacerlo y en qué momento.
Pero haciendo un resumen de la historia de estos tres lugares diferentes y sus procedimientos, para asociarse a los BRICS+, por parte de los países fundadores, serían los siguientes:
Todos los países han entrado, con el auspicio de uno de los países miembros, siendo casi siempre el miembro fundador proveniente de la región correspondiente el que asume este papel.
El tener vinculaciones económicas de importancia con varios de los miembros fundadores.
Siempre se ha procurado, durante el proceso de incorporación, el mantener una representación equitativa de todas las regiones, a las que pertenecen los países fundadores.
Otra posibilidad es hacerse socio del Nuevo Banco de Desarrollo NBD, cumpliendo todos los requisitos necesarios, y de allí ser potencial asociado a los BRICS+.
Es evidente, que Venezuela reúne casi la totalidad de las características y/o es poseedor de condiciones para ser miembro de los BRICS+; además de todos los rasgos, símbolos, lenguaje corporal y actitudes de parte de los miembros de los BRICS+ en Kazán-Rusia, hacia Venezuela que fueron igualmente obvios.
La Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional (UNA) ha emitido un pronunciamiento sobre las recientes elecciones presidenciales en Venezuela, realizadas el pasado 28 de julio de 2024. En la sesión ordinaria No. 15-2024 del Consejo de la Facultad, llevada a cabo el 2 de septiembre de 2024, se abordaron los hechos relacionados con la elección y las controversias posteriores. Según los datos anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), Nicolás Maduro resultó ganador con el 51,95% de los votos (6.408.844 votos), mientras que Edmundo González Urrutia, candidato de la Plataforma Unitaria Democrática, obtuvo el 43,18% de los sufragios (5.326.104 votos) con el 97% de las actas escrutadas. Sin embargo, indica el comunicado, el CNE aún no ha publicado las actas desglosadas por mesa de votación para corroborar estos resultados.
Por su parte, la oposición ha cuestionado los datos oficiales y ha presentado aproximadamente 24 mil actas recolectadas por voluntarios, que representan un 81,7% del total. Según el conteo opositor, González Urrutia habría ganado con el 67% de los votos frente al 30% de Maduro. El Panel de Expertos de la ONU emitió un informe preliminar en el que afirma que el CNE «no cumplió con las medidas básicas de transparencia e integridad» esenciales para unas elecciones creíbles. Además, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela convalidó los resultados el 22 de agosto de 2024, lo cual fue rechazado por la Organización de Estados Americanos (OEA), que señala la falta de imparcialidad tanto del tribunal como del CNE. La OEA instó a que se publiquen las actas de la elección desglosadas por mesa y que se realice una verificación imparcial de los resultados. Desde que se conocieron los resultados oficiales, se han registrado protestas masivas dentro y fuera de Venezuela exigiendo transparencia en el conteo de los votos. Estas manifestaciones han sido reprimidas por el gobierno, resultando en 27 personas fallecidas, cerca de 200 heridas y más de 2.400 detenidas hasta la fecha, dice el documento enviado a SURCOS.
La comunidad internacional ha llamado al gobierno venezolano a cesar la violencia contra la población civil disidente y a garantizar la transparencia electoral, situación que no se ha resuelto hasta ahora.
El escrito del Consejo de Facultad de Ciencias Sociales de la UNA expresa que la crisis política en Venezuela se atribuye a un deterioro de las instituciones democráticas, influenciado tanto por el modelo populista del chavismo como por las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. Esto ha exacerbado la polarización política y la crisis económica, lo que ha forzado a unos 7,7 millones de venezolanos a abandonar el país, muchos en busca de mejores condiciones de vida o para huir de la persecución política. En Costa Rica, para 2023, se reportaron 29.400 venezolanos, de los cuales solo 11 mil han logrado regularizar su estatus.
Acuerdos del Consejo de la Facultad En respuesta a este complejo escenario, el Consejo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA acordó los siguientes puntos:
Instar al gobierno de Venezuela y al Tribunal Supremo de Justicia a detener la represión y la persecución política contra los líderes de la oposición, así como a respetar los derechos humanos y la libertad de expresión de la población civil que exige el desglose de las actas por mesa de votación. Acuerdo firme y unánime.
Ratificar la importancia de que los partidos políticos respeten la voluntad popular y que el CNE ponga a disposición las actas de todas las mesas de votación para un conteo transparente. Acuerdo firme y unánime.
Instar a los gobiernos extranjeros a no reconocer a ningún candidato como ganador hasta que los resultados finales sean corroborados por los datos de las actas. Acuerdo firme y unánime.
Solicitar al Consejo Universitario de la UNA que se pronuncie oficialmente sobre la situación en Venezuela, exigiendo el respeto a la voluntad popular y a los derechos humanos. Acuerdo firme y unánime.
Fomentar la discusión informada sobre procesos electorales en la Facultad de Ciencias Sociales, reconociendo que la transparencia y la democracia son esenciales para la convivencia pacífica y el respeto al estado de derecho en América Latina. Acuerdo firme y unánime.
Comunicar este pronunciamiento a toda la comunidad universitaria y a las autoridades pertinentes, incluyendo al Dr. Arnoldo André Tinoco, Canciller de la República de Costa Rica. Acuerdo firme y unánime.
Este acuerdo fue firmado por la Dra. Marta Sánchez López, presidenta del Consejo de la Facultad de Ciencias Sociales, y «refleja el compromiso de la Universidad Nacional con los valores de soberanía, democracia y derechos humanos».
Información compartida con SURCOS por el profesor Carlos Carranza.
El 7 de septiembre se llevará a cabo un conversatorio con veedores electorales costarricenses de las elecciones 2024, este se realizará en la Sede de UNDECA.
Para tener una opinión informada, es imperativo contrastar diferentes versiones, especialmente cuando se impone una narrativa única.
Para lograr comprender lo que ocurre en Venezuela y en particular los acontecimientos antes, durante y después de las elecciones del pasado 28 de julio, la organización de este foro le invita a escuchar las experiencias de personas costarricenses que participaron como observadoras en el proceso.
Aprovechemos para formular preguntas y salir de dudas.
Fecha: 7 de septiembre del 2024.
Hora: 2:00pm
Lugar: Sede de UNDECA, 350 metros al Norte del Hospital de Niños, calle 20.
Estas, del 28 de julio no han sido las únicas elecciones cuyos resultados se juzgan como fraudulentos. Desde 1998 cuando Hugo Chaves llegó al poder la derecha local, los medios de comunicación de masas internacionales y la potencia hegemónica, coreada por los más preclaros conservadores del continente, lo han señalado: hubo fraude. Excepto el referéndum del 2007 y las elecciones parlamentarias del 2015, ambas perdidas por el chavismo.
Nicolás Maduro, fue el presidente sustituto de Hugo Chaves en el 2012; luego es electo en el 2018 y reelecto en el 2024 (según números del CNE). Cuenta con la virtud ser el heredero político del chavismo y el hombre de confianza de su mentor. No obstante, acumula a su haber una carga importante de señales que no le dan buena imagen: haber sido dirigente sindical, chofer de autobús y un cuadro político de bases. No es un intelectual con vida universitaria como lo fuera Rafael Correa, Tabaré Vázquez o Gabriel Boric. No acumula la trayectoria conspirativa de Daniel Ortega, José Mujica, Evo Morales o Gustavo Petro; tampoco la capacidad de organización obrera de Lula da Silva o la indígena de Evo, ni la destreza en la comunicación con la gente que engalanaba su antecesor Chaves o el mexicano López Obrador. Omito señalamientos morales pero es claro que con la derrota de Maduro en estas elecciones, la derecha internacional pretende hacer retroceder al progresismo latinoamericano. Por ello esa derecha, con muchos recursos económicos, montó un solemne fraude contra el chavismo, mediante un sabotaje informático al sistema electoral y a las instituciones estatales. Por su constancia y contundencia, minuto a minuto y durante semanas, este boicot informático pudo haber tenido un costo estratosférico.
Sin aludir a los daños económicos infringidos por la derecha desde que Chaves tomó el poder, en el periodo de Maduro se sufrieron otros deterioros al lado de la pandemia, la presión externa y el bloqueo de los Estados Unidos. Ese drama es acompañado con una comedia bufa, de mal gusto, escenificaba por Juan Guaidó, autoproclamado presidente entre el 2019-2022 acompañado con un parlamento de comparsa y el apoyo imperial y de un buen grupo de países. Hubo golpes de estado con tintes fascistoides frustrados, robos a mansalva de los depósitos en oro venezolanos en Europa y de una empresa petrolera en Estados Unidos, Citgo, entre otras barbaridades. Entre bloqueos, pandemia y sabotajes, el daño social y económico provocó que la gente saliera en tropeles y la imagen externa se deteriorara tanto que incluso en el progresismo no faltaron líderes que se abstuvieran de legitimarlo a riesgo de ser calificados de autócratas dictadores y sus prospectos. En otras palabras, si el oficialismo venezolano ganaba también se hacía retroceder al progresismo latinoamericano, dada la campaña desatada por todos los medios de comunicación de masas internacionales.
¿Cuál fue el pecado cometido? Venezuela no ha dejado de tener una economía capitalista, no obstante, el uso del excedente petrolero, cuando lo hubo, fue bien utilizado por Chaves para el bienestar de la población, lo que, junto con la cooperación con el gobierno cubano en educación, salud y seguridad crispó los nervios de los sectores económicos más reaccionarios venezolanos y de los países vecinos de Nuestra América. Aunque los proyectos sociales impulsados se asemejasen a los que ponía en ejecución las socialdemocracias latinoamericanas del siglo XX, con un sector privado tolerado y respetuoso de los derechos laborales de la gente que contratan y con un mercado con niveles de competencia soportada: es un capitalismo con elecciones periódicas y conteos con vigilancia independiente, con una acentuación expresamente antineoliberal. Aquí su pecado. Pero no el único.
Pero el bloqueo norteamericano ha sido inclemente. Entre el 2013 y el 2021 la nación vivió una crisis económica y social que acentuó los niveles de pobreza en los hogares, tanto que no obstante una mínima señal de recuperación en el 2022 respecto al 2021, la pobrezase ubicó, en 81,4% yla pobreza extrema(de familias cuyos ingresos no son suficientes para cubrir las necesidades de alimentación)en 50,2%. Estos niveles siguen siendo de los más elevados de la región latinoamericana, según Informe de Coyuntura Económica del I.I.E.S de la UCAB (2023)
Esto repercutió directamente en los flujos migratorios sobre todo de jóvenes: en el 2015 salieron 697.562 venezolanos, representando el 2,3 % de la población total; para el año 2017 pasó a tener casi 5,4 % de la población del país fuera de sus fronteras, con cerca de 1,42 millones de personas. En el año 2018, al entrar el país en una hiperinflación, aumentó a 2,3 millones de venezolanos los que aproximadamente representan el 7 % de la población nacional. De acuerdo con los registros de ENCOVI 2022, alrededor del 44% de quienes abandonaron el país se encuentra en el tramo de edad de 15-29 años y si ampliamos el espectro, el 86% se ubica entre los 15 y los 49 años (Ibid).En términos globales hay un total de 7.7 millones de venezolanos fuera del país (prácticamente la cuarta parte de su población).
Este retrato de la pobreza y migraciones de Venezuela es el que gustan exhibir los medios de comunicación internacionales y el que se repite en pasillos, debates intelectuales y políticos. La realidad de fondo pueda que nos diga otras cosas; por ahora, solo señalo que Venezuela flota sobre la franja petrolera del Orinoco, tal vez la reserva petrolera más grande del mundo y eso la hace profundamente tentadora para las potencias capitalistas: ese petróleo es requerido día a día por el norte “violento y brutal” (como lo calificara Martí) y por las naciones de Asia, al igual que los múltiples recursos minerales estratégicos con los que Venezuela cuenta con una enorme facilidad para abrir lazos diplomáticos, de cooperación y comercio con los gigantes asiáticos, en franca competencia con la potencia hegemónica hemisférica.
En su pasado, Venezuela como parte del patio trasero norteamericano había formado parte de los foros continentales convocados para respaldar y hacer coro a las políticas imperiales de los Estados Unidos. Con Hugo Chaves esto cambió rotundamente.
Durante su mandato (1998-2012) esa nación se autoafirmó como república soberana y esa conducta la irradió a las naciones vecinas con programas novedosos de cooperación e integración. Ese cambio radical es el que se ha venido castigado con bloqueos y sabotajes que exhiben, del hegemón continental, su injerencismo y su desprecio al principio de autodeterminación de los pueblos.
Los procesos de autoafirmación soberana en la región no son recientes: se han dado, desde el momento emancipatorio, como respuesta pensada, con construcciones conceptuales y acciones realizadas por patriotas en las excolonias hispanoamericanas; también, en el siglo anterior desde su inicio, con debates académicos y con expresiones violentas frente a la agresión del norte que había definido las naciones al sur del Río Bravo como su “patio trasero”. Su injerencia en los asuntos internos de estos países pretendía aplacar las luchas por justicia social y la participación democrática en sociedades que han sufrido décadas de represión política ejercida por élites corruptas y sanguinarias. Notoria fue la intervención en los conflictos centroamericanos, los que fueron interpretados por los estrategas del norte como el resultado de la amenaza cubana con respaldo soviético. Desde esa perspectiva se le dio apoyo económico, político e ideológico a la contra revolución en Nicaragua (y a la oposición al sandinismo en las elecciones de 1990), se aportó cooperación militar a El Salvador y Guatemala, se realizó la intervención militar en Granada en 1983; agrego los asesinatos de figuras destacadas portadoras de retóricas antihegemónicas y prácticas de apoyo a la insurgencia centroamericana: los presidentes de Ecuador y Panamá (1981), figuras religiosas y académicos en El Salvador. Además, como granjería, la plataforma de favorecimiento comercial a los países leales y de sanción a los amigos de los enemigos, denominada Iniciativa de la Cuenca del Caribe (1983). Cuba nunca fue beneficiaria de ninguna política norteamericana; más bien sufría bloqueo desde los años 60.
Como una salida negociada a la crisis centroamericana sin la intervención militar fue creado el Grupo de los Cuatro o Contadora en 1983 por Panamá, Venezuela, Colombia y México; luego sería reforzado por el grupo de apoyo en 1985 (Brasil, Argentina, Uruguay y Perú). Estos ocho crearon el año siguiente el Grupo de Río de diálogo político y cooperación subregional, sobre cuya base se constituirá, un cuarto de siglo después, la CELAC (2010).
La globalización, debo señalarlo, se venía consolidando desde el fin de la segunda guerra mundial. Sus tres pilares lo constituían los organismos del Bretton Woods creados en 1944 (el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), más el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) de 1947 y su engendro, la O.M.C. de 1995; fueron diseñados para impulsar la apertura comercial, el libre comercio y las políticas públicas favorecedoras de la inversión extranjera y de contracción del sector público. Al recetario se le llamó Consenso de Washington (en 1989), junto al cual se suscribió y firmó el Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos y Canadá con México (en 1992 y vigente desde 1994). Este TLC se constituyó en modelo hegemónico de las políticas públicas nacionales y de las negociaciones comerciales hemisféricas (el Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA). En los foros globales había euforia por el aperturismo: sonaban las voces del ideario neoliberal que toma la batuta cuando el llamado “socialismo real” entraba en franca decadencia pues la potencia antagónica había implosionado. Se vivía la ilusión del “fin de la historia” como libreto de un mundo unipolar.
Paralelamente, en el “patio trasero” se habían realizado encuentros para alcanzar acuerdos subregionales importantes: algunos con inspiración bolivariana. Con este cometido, durante la segunda mitad del siglo XX se contó con el apoyo de la CEPAL, un organismo de NNUU creado en 1948 y la inspiración de su secretario ejecutivo Raúl Prebisch. Sin embargo, los encuentros más pretensiosos y con membresía diversa se dan en la década de los 90; una de las cuales fue la Asociación de Estados Caribeños (AEC), creada en 1994 con 25 estados de la Cuenca excluyendo a EE. UU. En su reunión de mandatarios en la Isla Margarita en el 2001, el presidente Chaves, al lado de su homólogo cubano, enuncia la idea de crear la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA). Su contenido y definiciones se irán formulando paulatinamente incluso con el acuerdo bilateral en La Habana en diciembre del 2004 entre Cuba y Venezuela. Un año después, en la Cumbre de las Américas de Mar de Plata se le hace el funeral simbólico al ALCA que impulsara Clinton en 1994.
La presidencia de Chaves está marcada por la retórica antineoliberal, el antiimperialista, la inspiración bolivariana y fue calificada como “socialismo del siglo XXI”. Su relación con otros gobiernos progresistas fue vista como parte de la llamada “marea rosa” de América Latina, en la que se vio acompañado por (aquí los nombres y los años importan) Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016) en Brasil; Néstor Kirchner (2003-2007) y luego Cristina Fernández (2007-2015) en Argentina; Tabaré Vásquez (2005-2010 y 2015-2020) y José Mujica (2010-2015) en Uruguay; Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018) en Chile; Evo Morales (2006-2019) en Bolivia, Manuel Zelaya (2006-2009) en Honduras, Rafael Correa (2007-2017) en Ecuador, Daniel Ortega (2007-) en Nicaragua y Fernando Lugo (2008-2012) en Paraguay; obviamente con Fidel Castro y su hermano Raúl (2008-2018). Con esos acompañamientos, Chávez apoyó la cooperación en América del Sur y el Caribe, desde el ALBA-TCP (ahora denominada Alternativa Bolivariana de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos). Jugó un papel decisivo en la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), el Banco del Sur, Petrocaribe y la red de televisión regional TeleSUR. Además, en la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (2010) un sustituto clave de la Organización de Estados Americanos (OEA) pues excluye a EE. UU y a Canadá. En aquel primer ciclo progresista, el chavismo encabezó una insurrección cultural que le desordenó el “patio trasero” al imperio sobre la plataforma petrolera más grande del mundo.
Ese primer ciclo de progresismo declina, simbólicamente, con la muerte de su mentor. Con la presidencia de Maduro (a partir del 2013) se desatan los medios de comunicaciones y las redes exhibiéndole una imagen de ineptitud, improvisación y corrupción como partes de la batalla cultural para desmotivar a los vecinos en el ideario del progresismo latinoamericano. En la Casa Blanca después de Barack Obama (2009-2017) vendrá el portador del neoconservadurismo, el supremacismo y la irracionalidad Donald Trump (2017-2021) que será acompañado desde la O.E.A. por el nuevo secretario general Luis Almagro quien le hace coro. El péndulo se desplaza a la derecha. Algunos de los compañeros de viaje de Chaves dejaron el poder por golpe de estado, enjuiciamientos, deslealtad o enfermedad (la de Fidel Castro), en un periodo de anulación de la racionalidad: la pandemia es vista como una estrategia de dominación comunista y una señal del final de los tiempos, el cambio climático como un invento de los intelectuales y las medicinas como instrumentos de control por parte de las grandes farmacéuticas; con ello los monstruos salen del claroscuro: Jair Bolsonaro (2019-2022), precedido del golpista Michel Temer (2016-2018) en Brasil, Mauricio Macri (2015-2019) en Argentina y Sebastián Piñera (segundo mandato 2018-2022) en Chile; la golpista Jeanine Añez (2019-2020) de Bolivia, el giro a la derecha de Lenin Moreno (2017-2021) que había acompañado a Correa en su gestión progresista y que será seguido por Daniel Noboa (2023-).
Empero, la esperanza no puede abandonarse. Llega un segundo ciclo progresista con muchas debilidades políticas y mediática. Pueda que la excepción notable sea Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) en México; pero hay tropiezos: la fugaz gestión de Pedro Castillo (2021-2022) en Perú, frustrado por un golpe de Estado, el gobierno de Luis Arce (2020-hoy) en Bolivia con señales de debilitamiento en su frente interno y la gestión, aun de promesas y expectativas de Gustavo Petro (2022-hoy) en Colombia, Xiomara Castro (2022-hoy) en Honduras y de nuevo Lula da Silva (2023-hoy). A su lado, pero con el beneficio de la duda, la gestión confusa de Gabriel Boric (2022-hoy) en Chile. En general hay una derecha fascista envalentonada con Javier Milei (2024-) el abanderado de las peores causas, acompañado con la amenaza del retorno de Trump a la Casa Blanca. Ante las agresiones, Venezuela ha hecho esfuerzos para salir a flote en los espacios del multilateralismo integrándose a los BRICS+, pero la batalla cultural se recrudece. Pasa por sanciones, bloqueos, sabotajes; sufre un “presidente autoproclamado”; vive el desconocimiento y robo descarado de la propiedad soberana de recursos en el exterior. Ahora enfrenta una posverdad agitada por las redes y medios de comunicación.
En esta batalla cultural, el objetivo no es solo Venezuela y su petróleo: es todo el “patio trasero”. De ahí que los cuadros de pobreza, desabastecimiento y migraciones se exhiban perversamente: son parte de esa campaña publicitaria con lemas y notas del fundamentalismo religioso y del fascismo; una guerra donde los intereses hegemónicos no han abandonado la ofensiva ni la iniciativa: viven y disfrutan del asedio. Por ello, las elecciones del 28 de julio van a quedar en el entredicho; su verdad es lo que menos les importa, aunque ese resultado no nos puede ser indiferente: el hegemón está al acecho.
Nuestro país, Costa Rica, se ha distinguido siempre por su adhesión a la democracia, a la paz, al respeto a la soberanía de todos los países del mundo y es el abanderado de la neutralidad perpetua y no armada, es decir, le declaramos la paz al mundo.
Venezuela, es un país de nuestro continente, favorecido por la naturaleza con inmensas riquezas, que han despertado la codicia y la avaricia de quienes por un presunto “destino manifiesto”, se han auto otorgado el “derecho” de la usurpación, la dominación e incluso el robo de las riquezas ajenas.
En esta Venezuela, se ha venido realizando, desde hace varios decenios, un proceso político, patriótico, soberano, nacionalista y de inspiración bolivariana que en lo fundamental pretende la recuperación de tales riquezas para ponerlas al servicio del desarrollo y bienestar del pueblo venezolano. Esto ha provocado una criminal respuesta de las fuerzas hegemonistas de bloqueos, sanciones, despojos y más con la consecuente crisis que afecta principalmente al pueblo y ha impulsado un infortunado éxodo de venezolanos.
El pasado 28 de julio, se celebraron en Venezuela elecciones generales, en las que se permitió con toda amplitud la participación de la oposición. Fueron elecciones muy supervisadas, con un sistema moderno y tecnificado, con una cantidad enorme de observadores y en fin con todas las garantías posibles de legalidad y transparencia. Los resultados dieron el triunfo al presidente Nicolás Maduro. De manera inmediata, la oposición declaró el desconocimiento de los resultados electorales y lanza la acusación de fraude.
El Gobierno de Costa Rica, solo unas horas después, declara oficialmente ante el mundo que “repudia la declaratoria del presidente electo por considerarla fraudulenta», en una pobre y vergonzosa injerencia de mala fe en los asuntos internos de una nación soberana; agraviando además, de manera vil esos principios y símbolos intangibles de nuestro patrimonio cultural que han distinguido a Costa Rica y de paso, haciendo añicos la diplomacia que en parte se había distinguido al reanudar relaciones consulares con el actual gobierno de Venezuela.
Por lo tanto, ante las poderosas e indestructibles fuerzas de la verdad y la justicia y por la dignidad de nuestra nación, nos oponemos a la posición del presidente de Costa Rica y le pedimos que respete los principios de paz, democracia, no injerencia y neutralidad que son característicos del ser costarricense.
El excandidato presidencial Edmundo González y María Corina Machado, se distanciaron de los daños ocasionados en la República Bolivariana de Venezuela por sus seguidores, tras desconocer el Consejo Nacional Electoral (CNE) durante una “video llamada” realizada al presidente costarricense Rodrigo Chaves.
El gobernante dijo en conferencia de prensa el miércoles siete de agosto que lo habían llamado “llorando” para pedir apoyo para la causa de ellos.
Posteriormente se miran en un video “colgado” en redes sociales, donde ambos venezolanos dialogan con el mandatario, sin que en ningún momento asumieran responsabilidad alguna por la intentona de golpe de estado, los daños materiales y los muertos ocasionados en Venezuela, luego de desconocer el CNE y los datos oficiales emanados de éste en relación con las votaciones del 28 de julio.
Tanto el actual Jefe de Estado, como ocho expresidentes sobrevivientes desde 1986 a la fecha de los partidos Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana y Acción Ciudadana, “desaparecieron” toda “oposición” y “profundas “diferencias” ideológicas y económicas, entre sí, cuando se trata de rechazar el proyecto de democracia participativa en Venezuela.
a). – La noche triste: Tras dos días de trifulcas, ella y él salieron para saludar a su público y evaluar “in situ” los resultados de otra “noche negra”, como en ocasiones pasadas, pero esta vez a causa de las elecciones del 28 de julio en la República Bolivariana de Venezuela.
No era para menos. González Urrutia y Machado habían posesionado el libreto escrito en Washington con las frases de “fraude”, “democracia” y “libertad”, replicadas decenas de veces acá y allá por las grandes cadenas de noticias. Solo vasta revisar la CNN, Tevé España, RCN de Colombia, sin faltar nuestros telenoticieros de canal 7 y Repretel.
Para González Urrutia y Machado esta vez las “protestas pacíficas” no dieron la sangre suficiente, como sí ocurrió en otras ocasiones, pues con bastante antelación el gobierno del presidente Nicolas Maduro sabía que estaban frente a un masivo “hackeo” para dañar la credibilidad del CNE, acelerar un “golpe de estado” preparado en Estados Unidos y coordinado internamente por la llamada derecha venezolana, denunció la vicepresidente ejecutiva, Delcy Rodríguez, en conferencia de prensa, el pasado 8 de agosto.
Según diversas fuentes consultadas, como El Tiempo de Colombia, ABC internacional de España, así como datos de la misma “oposición” venezolana, las “protestas pacíficas” nocturnas del pasado 28 de julio, solo tuvieron 24 muertos, en contraste, por ejemplo, con 43 fallecidos ocurridos durante la violencia desencadenada entre el 12 de febrero y el 29 de mayo de 2014.
Sin embargo, sumando datos oficiales y hechos reivindicados por los mismos opositores, hubo12 universidades atacadas en todo el país. 7 escuelas de educación inicial, 21 escuelas de primaria, 34 liceos, 6 centros de diagnóstico integral, un centro de salud de alta tecnología, 30 dispensarios médicos ambulatorios, una farmacia y 6 Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP.)
Además se reportó la destrucción de una radio comunitaria, 11 estaciones del Metro de Caracas, un tren incendiado en la estratégica ciudad de Valencia, al oeste de Caracas, 38 unidades de autobús, principalmente en la capital venezolana, 27 monumentos y estatuas en todo el país, incluyendo las del padre de la independencia de varios países de Suramérica, Simón Bolívar, del líder de la revolución bolivariana, Hugo Chávez, el cacique Coromoto, inspirador de la patrona de Venezuela, la virgen de Coromoto.
Intentaron acabar con la estatua del científico y filántropo del siglo XIX, José Gregorio Hernández, atacaron y quemaron en todo el país 10 sedes del gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), devastaron un centro de aguas servidas en Nueva Esparta, en el noreste venezolano, destrozaron a bala o bombas molotov 10 sedes gubernamentales, entre puestos policiales, cuarteles y el Ministerio de Vivienda en la ciudad de Chacao, un municipio que pertenece al Área Metropolitana de Caracas.
Asimismo, dañaron 10 sedes del Consejo Nacional Electoral, cuando intentaron un asalto coordinado entre el 28 y el 29 de julio, además 60 de más de 600 veedores (observadores) del proceso electoral provenientes de Europa y Latinoamérica fueron trasladados de urgencia de sus carpas hacia las instalaciones más seguras del CNE. Quemaron las alcaldías en las localidades de Carirubana, al suroeste de la conocida península de Paraguaná, estado Falcón, así como la de la población de Quíbor, considerada la ciudad de la artesanía, en el estado Lara.
Destruyeron la plaza pública de El Valle y la estación del Metro de El Valle, en Caracas, atacaron al zoológico de Maracay, ubicado en la parte central de la república, siguen bajo amenazas 5 mil líderes y lideresas populares o sus familiares, asesinaron a sangre fría a 2 soldados que cumplían la orden de “no caer en provocaciones” e hirieron a 120 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, mientras la nación bolivariana permanecía toda la noche del 28 de julio bajo un ataque cibernético originado desde Macedonia del Norte, según la versión oficial.
b).La doctrina del caos: A solo horas de iniciadas las “protestas pacíficas” en Venezuela los siguientes países consideraban que el “caso venezolano” no es un asunto para resolver internamente por sus autoridades y población, sino es necesaria la intervención de terceras fuerzas. Estos gobiernos fueron: Costa Rica Guatemala, Panamá, Perú, Paraguay y República Dominicana.
Los siete ejecutivos llamaron a una reunión urgente del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), con base en datos electorales dados a conocer por la Plataforma Unitaria (PU) en una página de la internet creada para esos efectos y ampliamente promocionada en el exterior por las siguientes multinacionales de la noticia: CNN, la VOA, DW, TV española, Francia Internacional, BBC, Univisión, entre otras, sin faltar el aporte criollo de Telenoticias y Repretel.
Los países citados lograron la reunión de dicho Consejo Permanente de la OEA y, desde él pretendieron imponer a un pais que no es miembro del organismo desde el 27 de abril de 2019, la revisión de las actas electorales con “observadores independientes”.
Esta activación de la alicaída OEA -un diplomático regional llegó a calificarla como “departamento de colonias” de Estados Unidos-, buscaba legitimar cualquier tipo de acción encaminada a desalojar del poder a los chavistas, para luego legalizar la intervención mediante un reconocimiento diplomático masivo del nuevo gobierno de Edmundo González Urrutia. ¡Perversión jurídica, pero eso no importa, cuando el fin justifica los medios, diría Maquiavelo!
Sin embargo, la “jugada” diplomática no salió. La política exterior de Costa Rica, Uruguay, Argentina, Ecuador, Guatemala, Panamá, Perú, Paraguay y República Dominicana deberá conformarse, a lo sumo, con memorizar el nuevo libreto de la segunda versión mejorada de Juan Guaidó, reconociendo el polémico González Urrutia, como presidente electo en Venezuela.
Controvertido, porque según un reporte atribuido al periodista francés, Ignacio Ramonet, publicado en su página de Facebook, compromete a González Urrutia y Leopoldo Castillo, quienes en el pasado estuvieron destacados en la embajada venezolana en El Salvador, con actos violentos en la región a favor de las causas estadounidenses. https://www.redbetances.com/home/1-latest-news/4142-2024-08-03-22-12-36.htm) El excandidato presidencial ha negado cualquier vínculo con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos durante su estadía en San Salvador.
En todo caso, el revés diplomático sufrido por Costa Rica, Uruguay, Argentina, Ecuador, Guatemala, Panamá, Perú, Paraguay y República Dominicana estuvo muy cerca de rozar en hazmerreir. Un cable de la agencia EFE reproducido, por el periódico “Perspectivas Suizas”, dio cuenta de que la resolución que exigía a las autoridades de Venezuela publicar de inmediato las actas de las elecciones no alcanzó los apoyos necesarios para ser aprobada por el Consejo Permanente de la OEA, luego de que se abstuvieran naciones como Brasil, Colombia y México.
Es al investigador e intelectual francés, Thierry Meyssan (nacido el 18/51957), que atribuyen haber delineado la estrategia del “caos” o el “patear el tablero”, que pretendieron aplicar en cuestión de horas en todo el territorio venezolano, en ocasión de las elecciones pasado 28 de julio.
Hace 70 años, decía en la 2ª parte de un artículo aparecido en la Red Voltarie, titulado “El proyecto militar de Estados Unidos para el mundo” (consúltese https://www.voltairenet.org/article197560.html),que los estrategas estadounidenses sufren una obsesión que no tiene nada que ver con la defensa de su pueblo. Lo que les obsesiona es mantener la superioridad militar sobre el resto del mundo. Durante el decenio transcurrido entre la disolución de la URSS y los atentados del 11 de septiembre de 2001, estuvieron buscando diferentes maneras de intimidar a todo el que se resistía a la dominación estadounidense”, puntualizaba.
Citaba el almirante Arthur K. Cebrowski cuando predicaba que había que reorganizar los ejércitos de Estados Unidos de manera tal que fuese posible procesar y compartir una multitud de datos de forma simultánea. Eso haría posible algún día el uso de robots capaces de indicar instantáneamente las mejores tácticas, añadía.
El asistente del almirante Cebrowski, Thomas P. M. Barnet, afirmaba – según nos dice Meyssan en su artículo, tras hacer mención de los hechos del 11 de setiembre de 2001 – que, para mantener su hegemonía, Estados Unidos tendría que dividir el mundo en dos partes. Quedarían de un lado los Estados estables (los miembros del G8 y sus aliados) y del otro lado estaría el resto del mundo, considerado simplemente como un “tanque” de recursos naturales.
La observación realizada por el articulista de crear una especie de ejes buenos y ejes del mal son los que sustentan la “teoría del caos” y “botar el tablero”. “Barnett se diferenciaba de sus predecesores, nos va a decir el articulista, en un punto fundamental: ya no consideraba que el acceso a esos recursos fuese crucial para Washington, sino que afirmaba que los Estados estables sólo tendrían acceso a esos recursos recurriendo a los ejércitos estadounidenses. Para eso habría que destruir sistemáticamente toda la estructura estatal en los países que serían parte de ese “tanque” de recursos, de manera que nadie pudiese oponerse en ellos a la voluntad de Washington, ni tampoco tratar directamente con los Estados estables. La destrucción de las estructuras estatales equivale a regresar a los tiempos del caos…”, advertía.
De lo que hay pocas dudas, independientemente de los cambios de paradigmas del imperialismo, de si recurre al “caos” o el “terror” como armas de subyugación, es que, tras caer la antigua Unión Soviética, el modelo de producción impuesto globalmente “despertó” y sigue despertando las células dormidas del nazismo y el fascismo, reforzado por el sionismo que arrasa con todo a su paso.
Recientemente el maestro y filósofo costarricense, Arnoldo Mora, en sendos artículos aparecidos en el SemanarioUniversidad y SURCOS digital, consideraba al fascismo como amenaza a tomar en serio. Sostiene que la característica fundamental de los movimientos fascistas actuales, donde quiera que hayan surgido y cualesquiera que hayan sido las circunstancias que los hayan provocado y alimentado, es que consideran las libertades democráticas y las instituciones que las sustentan, como el causante principal de todos los males que se ciernen sobre las masas populares; de ahí, que el demagógico lenguaje que emplean tiene como objetivo conquistarse el apoyo de esas masas gracias al carisma de un líder mesiánico en quien éstas depositan toda su confianza; todo lo cual se da dentro de un contexto de crisis de la democracia formal debido a que la democracia social ha sido socavada, advirtió. (Véase: https://surcosdigital.com/la-amenaza-del-fascismo/;https://semanariouniversidad.com/opinion/la-amenza-del-facismo/).
Por su parte,el investigador e historiador costarricense, Carlos Delgado Rodríguez, nos abría los ojos en cuanto el interés para que los pueblos no alcancen el nivel de masa política organizada.
Al ahondar sobre la situación en Venezuela nos va a recordar que la derrota del campo popular (clases subalternas interesadas en la construcción de un nuevo orden que supere al capitalismo) desde hace décadas, ha sido acompañada por la disolución de las organizaciones políticas que se planteaban las transformaciones revolucionarias dentro del capitalismo; lo que aún queda está disperso y debilitado en cada país y en el campo internacional, afirma.
La dificultades actuales – añade – son agravadas en nuestros países por masas que son precisamente un conglomerado de gente que no adscribe ningún proyecto político específico. Dejan de ser masas cuando suscriben un proyecto revolucionario para ser pueblo político, organizado, clasista, que aspira a una gran transformación social. (Consúltese artículo de 2/8/2024 “Venezuela y la crisis de las elecciones del 2024”, revista SURCOS: https://surcosdigital.com/venezuela-y-la-crisis-de-las-elecciones-del-2024/)
c.-) Los “tiempos difíciles”. A manera de conclusión. Son tiempos difíciles que a muchos nos llenan de optimismo. El horizonte nos emerge allá, en forma amplia, amplísima. Claro, las fuerzas del sionismo, el fascismo y el nazismo se mueven también recicladas, unas veces sin disfraz alguno, como supuestos “magos” de la economía o pentecostales que hablan en lenguas extrañas y tienen teléfono directo con Dios. Otras veces , con discursos paternalistas prestados por las ONGs y la Fundación Soros con tono de “progresismo”, “izquierda vegetariana” o “izquierda carnívora”, para que no haya pueblo articulado, precisamente, porque ambos enemigos saben que los pueblos, al que desde hace tiempo tiraron en un rincón, más temprano que tarde revertirán su despojo a ser dignos en conquista plena de libertad, regresarán al camino de sus orígenes y entenderán, por fin que, utilizarlos por unos pocos cada cierto periodo para recortar a sus viejos las jubilaciones, mal administrar sus dineros, dejar que mueran sus parientes por falta de sanidad y enceguecer más a la justicia tirándole más ácido sobre los ojos, eso no puede llamarse democracia en ninguna parte del planeta.
Odian, aunque bien disimulan, el olor a macana y pala de quienes tienen años de estrangular a lo largo y ancho del continente porque producían lo que nos comíamos, a esas madres que hoy dieron de mamar y mañana no saben si tendrán leche, porque durante el día no tuvieron nada para comer, el pequeño y mediano comerciante y empresario que ve cómo el gobierno de turno lo aconseja que inicie un nuevo emprendedurismo porque quienes tienen la contabilidad en sus países de origen, los dejaron en la calle.
Son tiempos difíciles, nada fáciles, por cierto, pero de victorias también para los pueblos. Desde América, pasando por África y Asia, sobran ejemplos. Un pueblo que conoce su libertad y la dignidad que le arrancaron, no necesita intermediarios ni caros “mesías” porque nunca más será esclavo de nadie, aunque los sionistas, los nazis y fachos llenen de bombas sus territorios o siembren el “caos” para seguir con su política de despojos y desprecios.
Ello me recuerda las palabras de un martiano de tal estatura política, moral y ética, que después de su desaparición física no podrán borrarlo de la memoria de los pueblos. Dijo: “En los tiempos difíciles el número de vacilantes aumenta; en los tiempos difíciles —y eso es una ley de la historia— hay quienes se confunden, hay quienes se desalientan, hay quienes se acobardan, hay quienes se reblandecen, hay quienes traicionan, hay quienes desertan. Eso pasa en todas las épocas y en todas las revoluciones. Pero también en los tiempos difíciles es cuando realmente se prueban los hombres y las mujeres; en los tiempos difíciles es cuando se prueban, realmente, los que valen algo. Los tiempos difíciles son la mejor medida de cada cual, del carácter de cada cual, del coraje y el valor de cada cual, de la conciencia de cada cual, de las virtudes de cada cual y, sobre todo, de las virtudes de un pueblo; y las virtudes patrióticas y revolucionarias no le faltaron ni le faltarán jamás a este pueblo”. (Ver Fidel Castro Ruz en: “La pupila insomne”, 10 /6 / 2020, https://lapupilainsomne.wordpress.com/2020/06/10/en-los-tiempos-dificiles-es-cuando-se-prueban-realmente-los-que-valen-algo-por-fidel-castro/)
Es absolutamente falso que desde Cuba habrían viajado a Venezuela especialistas en ciencias de la informática o de otra área, con el propósito de modificar los resultados de las elecciones presidenciales en ese país.
Esta acusación infundada y fabricada por el ex alto funcionario colombiano Francisco Santos no viene acompañada de evidencias, porque estas no existen.
El promotor de esta mentira es conocido por su participación activa en campañas de tergiversaciones y por su involucramiento en diversos escándalos políticos. En diciembre de 2021, inventó que el comandante de un grupo armado guerrillero colombiano Iván Márquez estaría en Cuba, lo cual fue rotundamente desmentido por la realidad.
La construcción políticamente motivada de una matriz de mentiras que atribuye a Cuba responsabilidades en los resultados alcanzados por los contendientes en las elecciones en Venezuela es asumida como una verdad por quienes tradicionalmente participan en las campañas de tergiversaciones sobre Cuba.
(resumen de una intervención en la revista televisiva “En voz propia”)
Puede ver con estos enlaces la primera y segunda parte de esta serie.
Los presidentes de Brasil, Colombia y México hicieron una declaración en la que marcan un camino para la solución de la crisis venezolana. Ese camino contempla tres elementos esenciales: Primero y principalísimo, la defensa de la soberanía, la aceptación de que la salida corresponde solo a los venezolanos, sin intervenciones ni amenazas externas; segundo, que ese camino debe resguardar la vía pacífica y la renuncia de toda violencia; y tercero, que la solución debe ser transparente y democrática.
Los EEUU, por su parte, tenían y tienen otro guion, que consiste en una solución sin diálogo (ellos reconocieron a las 24 hora el supuesto triunfo de la oposición) y con la violencia interna y externa como método.
Fracasado el primer impacto de shock que tenían previsto los EEUU y la oposición interna, ahora han tomado un camino un poco más prudente, que consiste en presionar a esos tres países para que “intercedan” ante Maduro y los convenzan de rendirse pacíficamente. A cambio, está la intervención armada y el subsiguiente holocausto.
Una solución como la presentada por los presidentes de esos tres países es la vía de solución momentánea. El asunto es que el enemigo, EEUU y sus fichas, no están interesados en aceptarla. Ellos piden simple y llanamente la rendición.
Pero además de esa solución inmediata, debemos pensar en la necesidad de una solución de raíz, a largo y mediano plazo. Explico con un ejemplo: En 1990, luego de diez años de gobierno sandinista en Nicaragua, se realizaron elecciones con las condiciones impuestas por EEUU. Fueron elecciones en estado de guerra, guerra caliente, me refiero. Los gringos dijeron: si gana Ortega, seguimos con la guerra; si gana Chamorro, se acaba la guerra. Y el pueblo ya estaba harto de la agresión armada y entonces votó por Chamorro. ¿Fueron libres y democráticas esas elecciones? Por supuesto que no. El pueblo fue a votar con una pistola en la espalda.
Lo mismo ocurre en Venezuela. ¿Se puede declarar libre un proceso eleccionario? Por supuesto que no. Los venezolanos van a votar con un revolver a la espalda, que es el bloqueo, los embargos, las amenazas, la violencia derechista, las estrecheces que son producto de la agresión económica.
Para que haya elecciones verdaderamente libres, debe haber en Venezuela un proceso de normalización, proceso que solo puede comenzar por el cese del bloqueo y los embargos, así como el cese de las amenazas militares y de la violencia.
Y esto tiene que ver con todo el continente. La revolución bolivariana es parte en un fenómeno continental que revienta por partes y con diversa intensidad aquí o allá y que no se va a detener sino, al revés, se va a acelerar, y en este contexto América Latina solo pueden avanzar en paz y democracia si EEUU y las oligarquías locales aliadas suyas renuncian a las amenazas y a las sanciones.
Sin esa perspectiva no puede haber un abordamiento serio coherente de la crisis venezolana. Y eso lo olvidan muchos, entre otros algunos partidos progresistas y de izquierda del área.
Y es aquí donde debemos hablar del Frente Amplio, que ha asumido en esta crisis un papel lamentable y vergonzoso. La declaración de José María Villalta equiparando a Nicolás Maduro con el presidente Chaves es sencillamente un insulto a la inteligencia de todos los costarricenses, pero especial de aquellos que desde dentro o de cerca hemos colaborado con su partido y él sabe que pensamos diferente.
No es la primera vez que el Frente Amplio asume posiciones similares. En materia internacional, ese partido, más por acción que por omisión, ha asumido las posiciones del statu quo, que son las posiciones de Estados Unidos.
Desde hace años, lenta pero sostenidamente, el Frente Amplio se aleja de las posiciones de izquierda y asume posiciones de centro. Hoy es un partido de centro-izquierda, algo así como el Partido Socialista Obrero Español, el del presidente Pedro Sánchez. La diferencia quizá es que el PSOE tiene una gran estructura de base y un gran movimiento de masas (dirigen la principal central sindical obrera del país, la UGT) mientras que el Frente Amplio casi no tiene estructura de base y carece de todo lazo con el movimiento sindical. Es un partido parlamentario, que entiende la política como un pleito de palacio.
Ahora se ha montado en la ola reaccionaria contra Venezuela y lo hace pensando en las elecciones del 2026, que tenemos a las puertas. Pero esa política no va a tener resultados positivos. Creo que el Frente Amplio va a cosechar en el 2026 un fracaso similar al que obtuvieron en las pasadas elecciones municipales por la razón de que las causas de este fracaso no han sido estudiadas debidamente ni corregidas.
Pero bueno, hasta ahora yo he sido del criterio de que, en un medio tan derechista como el nuestro, un partido centrista es una buena noticia. Al tal partido se le pueden perdonar muchas insuficiencias. Pero deben de tener cuidado, porque tanto va el cántaro al agua que se quiebra. El mío, al menos, ya se quebró.