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Etiqueta: Venezuela

Nueva batalla electoral y constitucional, parlamentarias en Venezuela

Lic. José A. Amesty R.

Foto tomada de Juventud Rebelde

El próximo 6 de diciembre 2020, se celebrarán las elecciones legislativas, para el periodo 2020 al 2025 en Venezuela, elección popular número 26. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, introdujo la figura del Poder Electoral, y le dio rango Constitucional, considerando al Consejo Nacional Electoral CNE, como su ente rector.

Veamos algunos elementos, (humildes meditaciones) que tendrán repercusión en el resultado final de esta contienda electoral, que desde hace varios años, tiene algunos elementos, que son reincidentes, y otros que son nuevos o con otros énfasis.

  1. El chavismo, más que un concepto teórico, es una teoría de acción colectiva, popular, llevada a la práctica. Sin el chavismo político y sociológico, en palabras de Reinaldo Iturriza, no sería posible entender no ya la revolución bolivariana, si no la resistencia heroica a los ataques políticos, económicos y mediáticos contra un proceso, ataques que comenzaron desde la victoria de Chávez, se recrudecieron con su muerte en 2013 y se intensificaron aún más, bajo la presidencia de Nicolás Maduro Moros.

Pero resulta, que el chavismo, como sabemos, va un tanto dividido, a la contienda electoral producto de las querellas internas y externas, no tanto políticas, sino económicas.

  1. Estamos seguros, que estas elecciones se celebrarán, como siempre, en un ambiente de calma, tranquilidad y con la garantía de un sistema electoral, avalado en algún momento por la Unión Europea, y el expresidente Jimmy Carter, quien lo considera el más seguro del mundo, confiable ante cualquier auditoría.

Lo diferente a unas elecciones presidenciales, es que en éstas, el abanico de candidatos es muy alto, y no hay posibilidad para arrasar, debido a las múltiples ofertas, agregándole además, por un lado, la división en la oposición, y por otro, otras voces dentro del partido PSUV.

  1. Sin duda alguna, aunque la incidencia de las condiciones económicas, independiente de su origen, no han debilitado el liderazgo del presidente Nicolás Maduro, sí afectará el resultado de las elecciones parlamentarias.

Aunque, cuando sufragamos por los candidatos de Nicolás Maduro, no estamos votando por la indolencia ni por la ineficacia. Ni por mafias ni por quienes han tenido la política por negocio. Tampoco por las desviaciones de quienes hipócritamente, se llaman chavistas para legitimar la trampa. Nominamos contra eso, para sobrepasar ese charco inmundo. Optamos por una Asamblea en sintonía con un presidente, que sostiene la dignidad de la patria y no ha traicionado el legado de Bolívar y Chávez.

  1. Por supuesto, la guerra económica y su hermano acompañante el bloqueo norteamericano, entendido como: hiperinflación y especulación cambiaria inducida, caída de los precios del petróleo, la corrupción (reconocida por el presidente Maduro), presente en todo gobierno donde se mueven cantidades millonarias en contratos públicos (desde México a la Argentina), entre otras calamidades económicas, sociales, políticas y otras, tendrán una influencia grande en la decisión final del electorado en Venezuela. Esto al margen, que ya conocemos que el pueblo venezolano, conoce el origen de estos males.
  2. Reconocemos que el gobierno venezolano tiene muchos defectos, como todos los gobiernos del mundo, pero el pueblo venezolano hablará a través de los comicios electorales, en las calles y dará un voto de confianza a Nicolás Maduro y los candidatos de la Revolución Bolivariana, para resolver una crisis económica inducida.
  3. Es claro que el chavismo, tiene más apoyo que el proyecto opositor, que tiene como objetivo la vuelta y la permanencia en el neoliberalismo, quien no respeta la soberanía política, económica, territorial y popular de un pueblo informado y politizado, que aun con la necesaria crítica y autocrítica, no quiere volver al pasado.
  4. Así mismo, el país continúa sometido a una feroz ofensiva mediática internacional de demonización, acompañada por la advertencia e insistencia de EEUU, que se deben suspender las elecciones. Sin embargo, el pueblo venezolano, concurrirá a las urnas, sin miedo y consciente, del entramado inmisericorde contra Venezuela, pero seguro de la victoria.
  5. No elegiremos a quienes representan a la Asamblea Nacional actual, que solo se ocupó de sabotear, de avalar agresiones al país, de conspirar y agudizar inmisericordemente las penurias del pueblo. Por esa oposición no se votará.
  6. No ejercemos el sufragio por quienes tras cada decisión del presidente Maduro, siempre le han buscado las cinco patas al gato, y luego, a pesar de que han sido acertadas, no han sido capaces de retractarse. No escogemos la ingratitud. Porque la duda ofende. Porque, más allá de la crítica, resulta sospechoso. Porque vacilar es perdernos, porque en estos momentos, en que está en juego la propia existencia de la República no se puede andar con guabineos.

Estos son solo algunos elementos, que marcarán la decisión del pueblo venezolano, pero como intuimos al inicio, el Gran Polo Patriótico, no pudo llegar a acuerdos con otros sectores, que apoyan el gobierno del presidente Maduro, lo que implica que tendremos una votación a favor dividida. Como en otras oportunidades, no sabemos el daño que esto nos puede causar. Los tentáculos del poder, sin entender mucho de política, impusieron sus criterios, imperó la apronta y muchos candidatos son producto de la amistad, la dedocracia y la familia.

Lo que favorece es que la oposición, concurre con varios sectores, y otro sector se opone al proceso, lo que implica una gran desventaja para este corrompido grupúsculo, conocido por sus trácalas y mañas.

Sí estamos seguros, que el pueblo no perderá la perspectiva. Por el lado de la oposición no hay nada que buscar.

El pueblo sabe que urgimos de una Asamblea Nacional, acorde con el proyecto de país que asumimos como horizonte. Una Asamblea Nacional, que no sabotee ni se detenga en intrascendencias, y que se ocupe de construir y fortalecer la institucionalidad de los nuevos tiempos, al cual ofrendamos con alegría nuestros esfuerzos y afectos más íntimos.

Vamos a ganar esta nueva contienda electoral y vamos a seguir dando la discusión, para que las equivocaciones no nos desvíen del camino que nos incluye como pueblo, lo cual solo se puede lograr si tenemos Patria, por tanto, la conciencia del momento histórico que no se pierda. No podemos entregar el país a los traidores.

Más allá de esta nueva batalla, está la guerra cotidiana y esa sí tenemos la responsabilidad ancestral de no perderla. Con los vende patria no hay nada que discutir. Nosotros somos quienes tenemos que debatir el proceso. Con el partido PSUV y con el gobierno que somos y más allá del partido que no somos y del gobierno que no somos, la Revolución es del pueblo y a nosotros como pueblo nos corresponde hacerla.

Sí estamos seguros, que la sabiduría y lo preclaro del pueblo venezolano, no abandonará el proceso revolucionario iniciado por el comandante Chávez y continuado con el Presidente Nicolás Maduro. Saben que hay mucho que perder y mucho más que ganar, luego de las elecciones, y más allá del futuro de la Nación en manos de la Revolución Bolivariana.

 

Foto tomada de Prensa Latina.

El caribe no es de EUA

Marlin Óscar Ávila Henríquez

Para quienes logran salir del encierro informativo en que nos mantienen los medios en poder de la oligarquía nacional, y otros internacionales como CNN y Fox News, los motivos del conflicto político actual entre Washington, Caracas y Teherán, a pocas horas de convertirse en un conflicto bélico de incalculables dimensiones, son más que evidentes. Lejos de ser por una democracia cacareada por la ultraderecha internacional, tiene mucho más de motivos económicos y, ahora, electorales en Washington.

Si se inicia esa guerra entre el Pentágono, Irán y Venezuela, será con graves consecuencias para América Latina. Los gobiernos de Colombia y Brasil ya tomaron partido y seguramente están listos a activar bélicamente. Sin embargo, potencias mundiales como China y Rusia, también parecieran estar listas.

Simplemente, el mercado, que está respirando a medias, por resultados con la pandemia Covid19 va a tener una «embolia respiratoria» de la cual no saldrá con «anticoagulantes».

 Los tres países del llamado Triángulo Norte de Centro América, va a querer asaltar a Nicaragua. A Nicaragua le falta poco para ser asfixiada comercialmente por sus vecinos, Costa Rica y Honduras, teniendo atrás de estos gobiernos las embajadas de EUA.

Al iniciar las primeras acciones bélicas por el Pentágono en las fronteras marítimas venezolanas, aún sin expandirse los ataques más allá de esa zona, los barcos mercantes detendrán sus viajes a la zona del mar Caribe. El desabastecimiento será regional, en toda Mesoamérica. El Canal de Panamá será obligado a cerrar y dejar pasar únicamente a la flota marina de EUA, más sus aliados.

Washington enviaría otras flotas de marinos militares a las costas del Atlántico y del Pacífico centroamericano.

Colombia estaría convertida en un territorio completamente militarizado, donde por algún tiempo, el poder total estaría en los Marines gringos y las tropas colombianas sometidas a sus dictados.

Bolivia, Perú y Ecuador no tendrán ninguna voz, excepto obedecer a Washington. Los Carabineros de Chile, nuevamente, dispuestos a reprimir a su juventud, aunque se quede en la retaguardia de ese casi probable conflicto bélico. Argentina, de igual manera que México, actuarían para «apagar» el incendio provocado por Trump.

Seguramente los gobiernos narco mercantes y la DEA ya tienen definida su reacción para «después» consolidar su negocio. Para lo cual invierten en paramilitares, mercenarios y terroristas (Ver caso fallido de hace pocos días en Costa Norte venezolana). Esperan que, los precios de sus estupefacientes aumenten. Así que tienen en perspectiva una celebración continental.

Igualmente están los halcones del gobierno de Trump, quien con un «posible triunfo bélico» espera extender su inquilinato en la Casa Blanca.

Sin embargo, como en toda aventura de esta índole, esto podría tener resultados adversos. Aunque estemos encerrados por el Covid-19, la juventud latinoamericana podría reaccionar contra la invasión yanqui. Si China y Rusia reaccionan militarmente, la fiesta de los Narcos y la ultraderecha gobernante en nuestro continente podría tener su fin por donde menos lo esperaban.

Está posibilidad no solamente acabaría con el imperio estadounidense, pero con toda la ultraderecha dentro de países como Brasil, Chile, Ecuador, Bolivia y Centroamérica.

Posiblemente se establezcan gobiernos de transición mientras sucedan elecciones limpias y democráticas.

Es seguro que una u otra alternativa será dolorosa para nuestros pueblos. Los que sobrevivan, después de la mortal pandemia, podrían morir en la guerra bélica, de inanición o de la angustia que se vivirá. No sería una guerra de uno o dos meses. Podríamos vivir en guerra hasta un año, quien sabe.

La decisión de entrar en esta aventura está en manos (porque su cerebro parece achicársele rápidamente) del señor Trump.

Para los pueblos sin poder, no sería, como nunca lo es, nada bueno que reviente una guerra en nuestros mares del caribe. Sin embargo, con los gobernantes que tenemos actualmente, es muy probable que aquí se dé el inicio de la última guerra mundial.

Costa Rica ha estado jugando a la «democracia perfecta”, siendo integrante activa del club conservador de Lima. Últimamente, no ha estado muy beligerante en ese club, pero si ha estado aliada a Washington en los organismos multilaterales, particularmente en la OEA, donde su secretario, Luis Almagro, se ha ganado una muy negativa imagen internacional.

Por lo anterior, quisiéramos que nuestra cancillería se mantenga lo más alejada posible de tales conflictos y no nos arrastre a tomar partido por Washington nuevamente.

Esperemos que el vaquero de Donald Trump mantenga «enfundado su revolver» en los días venideros, puesto que sus contrincantes saben usar igual o mejor sus armas.

Exijamos a Washington que busque otros territorios para ejecutar sus duelos escandalosos, puesto que el caribe es nuestro y no de Washington.

Condena a la participación de Costa Rica en el TIAR contra Venezuela

SURCOS recibió el siguiente comunicado:

Comisión Nacional de Enlace

Comunicado político Nº 62

Condenamos que Costa Rica se sume a las acciones de guerra contra Venezuela como parte del grupo de dementes que conforman el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR)

El pasado 23 de septiembre se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York la trigésima reunión de ministros de relaciones exteriores, actuando como órgano de consulta en aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca.

El pronunciamiento de este grupo de dementes, entre los cuales se encuentra el ministro de relaciones exteriores de Costa Rica, Manuel Ventura, no significa otra cosa que sumarse a las acciones de desestabilización y guerra contra Venezuela. Es decir, la irresponsable administración Alvarado Quesada respalda las acciones encaminadas a la agresión militar contra la República Bolivariana.

Los considerandos del pronunciamiento de ese grupo de psicópatas se basan solo en especulaciones y mentiras descaradas y por supuesto como es práctica común no presentan ninguna prueba. Pero es en los por tanto donde ese grupo de representantes de la extrema derecha continental pone en evidencia su demencial visión de las cosas que arrastra a la región a un conflicto militar.

Es allí donde se utilizan los términos como “perseguir, capturar, extraditar y sancionar” a personas vinculadas al gobierno de Venezuela. Solo les faltó la palabra “matar”. Es el lenguaje de corte neofascista de la derecha latinoamericano que no significa otra cosa que la intensificación de las políticas de agresión. Podríamos denominarlo un PLAN CÓNDOR 2.0”.

Pero es en el punto cinco del pronunciamiento de ese grupo de dementes donde se esconde el veneno de esa resolución. Se dice en ese aparte: “instruir a los Representantes Permanentes ante la Organización de Estados Americanos de los Estados partes del TIAR que den seguimiento a la situación en la República Bolivariana de Venezuela y su impacto en la región con objeto de evaluar la formulación de eventuales recomendaciones, en el marco del Artículo 8 del TIAR, para lo cual podrán conformar una o más comisiones ad hoc. Dichas recomendaciones serán elevadas al Órgano de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores en su próxima sesión.”

Pero qué nos dice el Artículo 8 del TIAR: “Para los efectos de este Tratado, las medidas que el Órgano de Consulta acuerde comprenderán una o más de las siguientes: el retiro de los jefes de misión; la ruptura de las relaciones diplomáticas; la ruptura de las relaciones consulares; la interrupción parcial o total de las relaciones económicas, o de las comunicaciones ferroviarias, marítimas, aéreas, postales, telegráficas, telefónicas, radiotelefónicas o radiotelegráficas, y el empleo de la fuerza armada.”

Eso fue lo que signó el ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, un demente irresponsable que no tiene la menor idea de las consecuencias de lo que firmó. Es decir, al colocarse en el pronunciamiento el Artículo 8 del TIAR y el hecho de que Costa Rica avaló esa resolución, Costa Rica se suma a una muy cercana aplicación de ese artículo, especialmente el empleo de la fuerza armada contra Venezuela.

Es de tal gravedad lo acordado, que incluso el gobierno de Uruguay ha decidido denunciar y retirarse del TIAR, por cuanto “…esta resolución sienta un gravísimo precedente en materia de derecho internacional. Los que creemos en el sistema multilateral no podemos permitir que sucedan estas cosas”. Por el contrario, la administración de Carlos Alvarado nos arrastra a este escenario de confrontación militar en alianza con el gobierno de EEUU (Trump y sus halcones), con el gobierno paramilitar colombiano, con el narcomilitar gobierno hondureño y con los neofascistas de Bolsonaro y Piñera. Vaya alianzas de este gobierno del PAC.

Por tanto exigimos:

La renuncia inmediata del ministro de relaciones exteriores Manuel Ventura por la irresponsabilidad de sus actos que compromete a todo el pueblo de Costa Rica.

La denuncia y retiro de Costa Rica del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) vestigio vergonzante de la guerra fría y de las dictaduras militares latinoamericanas del cual Costa Rica no tiene por qué se parte.

La inmediata rectificación del gobierno de Costa Rica en materia de política exterior, de abandonar su estrategia de agresión a países y pueblos hermanos y que efectivamente contribuya desde mecanismos que promuevan el diálogo y la negociación, a fortalecer los principios de no intervención en los asuntos internos y el respeto a la soberanía de cada país con fin de ser un factor que propugne en la solución de los conflictos y el fortalecimiento de la integración regional y no como sucede ahora, el gobierno, es decir Costa Rica, convertido en una correa de transmisión de los intereses imperialistas en la región

Comisión Nacional de Enlace

San José, Costa Rica

25 septiembre 2019

 

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Grupo Internacional de Contacto: Declaración de San José sobre Venezuela

Este 7 de mayo, el Grupo Internacional de Contacto (GIC) se reunió en la capital costarricense: se trata de una iniciativa diplomática liderada por la Unión Europea (UE) y 8 de sus integrantes, lanzada en enero del 2019: véase los términos de referencia acordados a finales de enero del 2019 por el Consejo de la UE. Es de precisar que esta iniciativa asocia a cuatro Estados de América Latina (Bolivia, Costa Rica, Ecuador y Uruguay) en aras de encontrar una salida negociada a la crisis que se vive en Venezuela.

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Guaidó no existe

Fernando Bermúdez Kuminev

Organización Política Carmen Lyra

Democracias

“Intrusiones humanas deliberadas en el sistema informático, eliminación intencional de rastros digitales, imposibilidad de conocer el número de oportunidades en que el sistema fue vulnerado, valijas de votos abiertas o sin actas, improbabilidad estadística extrema respecto a los niveles de participación dentro del mismo departamento, papeletas de voto en estado de reciente impresión e irregularidades adicionales, sumadas a la estrecha diferencia de votos entre los dos candidatos más votados”.

En la actual situación de masiva desinformación cualquier persona podría pensar que el párrafo anterior se refiere al proceso electoral venezolano del 20 de mayo de 2018, sin embargo es parte del informe preliminar de las elecciones del 20 de noviembre de 2018 en Honduras, un país hermano de la región que pertenece al Triángulo Norte, donde el índice de desnutrición es 17% de la población del país, 3% más que en Venezuela: Honduras de donde anualmente junto a más de cientos de miles de personas de Guatemala, El Salvador y México migran hacia Estados Unidos por la crisis ambiental, social y económica que viven en su país desde hace más de 3 décadas, ¿no hay ahí una crisis humanitaria y presidentes ilegítimos?

En Costa Rica los consorcios mediáticos de datos, mal llamados “medios de comunicación” utilizan estrategias de comunicación asertivas para favorecer sus intereses corporativos, logrando una impronta sobre un país que, pese a ser uno de lo que más procesos electorales ha vivido en el continente, insisten en considerarlo hoy como una “dictadura”. Venezuela en 20 años ha vivido más de 20 procesos electorales -incluyendo consultas populares como el referéndum constitucional de 2007 y el referéndum revocatorio de 2004-, y mientras en democracias como la costarricense, aun cuando han pasado más de 70 años desde la guerra civil, apenas se anotan 18 elecciones -incluyendo un referéndum para la aprobación del TLC-.

Pero pasemos de lo cuantitativo a lo cualitativo ¿qué hace que las votaciones parlamentarias de diciembre de 2016 sean reconocidas, “legítimas” y las de 2018 no? En 2016 ganó mayoría la oposición y naturalmente aceptaron el resultado, cosa que también hizo el oficialismo el cual reconoció su derrota; sin embargo, en 2018 la oposición perdió las elecciones presidenciales y desconoció el resultado, al igual que lo había hecho con anterioridad en todos los procesos electorales cuando perdió. De este comportamiento descaradamente oportunista, podemos señalar que de los más de 20 procesos electorales que se han vivido en Venezuela en estos 20 años la oposición reconoce únicamente aquellos donde gana.

Entonces es urgente poder definir con claridad que en estos momentos no compete -como lo señalan las cartas fundacionales de los organismos internacionales- a otras naciones aceptar o desconocer las instituciones y gobiernos de los países de la comunidad internacional; dicha acción corresponde a la determinación de sus pueblos ¿o acaso nos enteramos que en Honduras recientemente hubo elecciones presidenciales profundamente cuestionadas y las desconocimos como con Venezuela? o ¿que en Arabia Saudita no hay elecciones porque el poder se concentra por una cuestión familiar? ¿O hemos estado muy pendientes de los procesos electorales del este europeo?

El buró prófugo

Octubre, noviembre y diciembre fueron meses en los cuales apenas se mencionó, dentro de la matriz desinformativa, la situación que se vivía en Venezuela. Como un ejercicio reiterado y programático vuelve a ocupar la atención de los medios internacionales cuando hay ejercicios de desestabilización social y política. Ante este esquema no era de extrañar que lo que planeaban los grupos opositores -nacionales e internacionales- para enero 2019 sería un posible golpe fuerte.

La noticia llegó el 5 de enero cuando en su discurso inaugural de la Asamblea Nacional, un hasta entonces ignoto político, pero con características empáticas (joven, sin corbata, rasgos trigueños) llegó a la presidencia del parlamento. El súbito y sonriente Juan Gerardo Guaidó Márquez se autoproclamaría estratégicamente el presidente de Venezuela, para ser la punta de lanza del gobierno paralelo que comenzó a fraguarse con la conformación de un tribunal supremo de justicia en el exilio desde 2017, creado y auspiciado desde Washington con el apoyo de senadores republicanos como Marco Rubio y el vicepresidente Mike Pence; mismos personajes que madrugaron para reconocer y apadrinar en primera fila el título de Guaidó Márquez como “presidente encargado” de Venezuela.

Guaidó Márquez ofreció como una de sus primeras resoluciones tras su auto-proclamación, la ley de “amnistía” para las fuerzas armadas, en un fallido intento por agenciarse el respaldo militar. Esta ocurrencia no puede pasar desapercibida en una sociedad que posee antecedentes de terrorismo tan graves como el de Óscar Pérez, un ex-policía entrenado, que secuestró un helicóptero y se dirigió al Tribunal Supremo de Justicia para dispararle y posteriormente enrumbarse al Poder Judicial y lanzar granadas -de origen colombiano y fabricación israelí- contra la edificación. O los hechos ocurridos el 4 de agosto de 2018 donde se intentó asesinar al presidente Nicolás Maduro Moro y al alto mando militar venezolano –al cual hoy se le pide se suma a sus filas “paralelas”- mediante la utilización de dispositivos de agresión no tripulados.

Como parte de este entramado de conspiraciones y acciones terroristas contra la institucionalidad venezolana y sus representantes, están los hechos desenmascarados por parte de los cuerpos de seguridad y corroborados en las acciones cobardes de los prófugos de la justicia Venezolana, entre los que se encuentra una amplia gama de políticos de oposición como Julio Andrés Borges Junyet, el cual una vez descubierto su involucramiento en el atentado terrorista de agosto y levantada su inmunidad parlamentaria, decidió refugiarse en Washington. Desde el 29 de enero funge ya no como diputado, sino como representante de negocios del autoproclamado “presidente” en la capital estadounidense.

Lo mismo podemos mencionar para el “embajador” ante Estados Unidos Carlos Andres Vecchio DeMarie, el cual se encuentra prófugo de la Justicia Venezolana desde 2014 después de que se emitió su orden de captura por los delitos de “incendio intencional, instigación pública, daño a propiedades y asociación para delinquir” junto a Leopoldo López Gil, por los hechos ocurridos contra la sede de la Fiscalía en Caracas. López hoy reside preso en su vivienda.

El presidente 2.0

En definitiva no podemos obviar y mucho menos ser ingenuos al no considerar las redes sociales como un campo nuevo dentro de la contienda política, y Venezuela es un caso paradigmático en este ámbito.

Poco o nada se ha mencionado en Costa Rica sobre las nuevas estrategias de guerra utilizadas en América Latina. Un ejemplo claro han sido los golpes de estado “blandos” dirigidos y ejecutados por los parlamentos latinoamericanos, para destituir estratégicamente gobernantes distantes de Washington, los casos más notorios, pero prácticamente silenciados en nuestro país son los Fernando Armindo Lugo Méndez, destituido por el Parlamento Paraguayo después de un juicio político en 2012; y el caso de Dilma Vana Roussef, destituida por la cámara de diputados de Brasil en 2016.

Y es en el marco de estos procesos de destitución y colocación de agentes aliados, donde se muestran los principales elementos tácticos empleado en las redes mediáticas: la des-información y la construcción de realidades paralelas, virtuales, las cuales terminan gestando hechos concretos.

En Venezuela antes del 5 de enero de 2019 nadie sabía a ciencia cierta quién era Guaidó Márquez, más allá de ser miembro de uno de los partidos minoritarios del parlamento venezolano. Pero esta situación tuvo un giro descomunal en el momento en que, a través de redes sociales y medios informativos internacionales, ha intentado construir un poder paralelo en su propio país, donde aún en los días en que se escriben estas líneas la institucionalidad completa no le reconoce más allá de para lo que fue electo, ser diputado.

Desmontemos un poco mejor esta situación, Guaidó Márquez el día que se le ocurrió autoproclamarse recibió un apoyo inmediato a través de las redes sociales -en este caso twitter- de quienes lo habían predestinado meses atrás, así como de otras naciones latinoamericanas y europeas que se han opuesto tradicionalmente al proceso bolivariano.

Todos y cada uno de estos apoyos, al igual que su accionar han sido desarrollados y ejecutados en las redes sociales, comunicados de prensa, estrategias para la continuidad, plan a seguir, todo ha sido posteado y re-twiteado miles de veces a nivel internacional. Sin embargo, la realidad concreta ha sido que ni la Organización de Naciones Unidas, ni la Organización de Estados Americanos lo han reconocido a él ni a ninguno de sus supuestos diplomáticos en las instancias correspondientes, demostrando que su accionar violentaría los protocolos internacionales y que actúa de forma ilegítima. Mientras exista el estado de derecho, tener más visualizaciones en twitter que Nicolás Maduro no hace a Guaidó Márquez presidente, aunque así lo quieran hacer parecer en las realidades virtuales.

Lo que es más preocupante y precipita cada vez más hacia la carta desesperada de una posible intervención militar extranjera a Venezuela, es que, contrario a lo que persisten en figurarse sus aliados más allá de las fronteras, en el territorio nacional Guaidó no cuenta con el apoyo deseado, no posee bases, no posee instituciones y no posee credibilidad.

La toma fallida

Estar alejado mediáticamente de la realidad concreta que se vive adquiere resonancias estremecedoras y consecuencias, cuando menos, inquietantes.

Errores que pueden proceder de la ingenuidad y la torpeza, cuando no de la mala fe.

Costa Rica, en este seguimiento ciego y torpe del discurso mediático y de la realidad virtual, contraviene su tradición diplomática de neutralidad y respeto al derecho internacional y decide reconocer a un gobierno autoerigido y aceptar credenciales de una embajadora espuria otorgándole derechos precipitadamente, lo cual desemboca en la toma de la sede diplomática por un grupo de civiles armados y con recursos parapoliciales, quienes violentan el derecho internacional, desalojan a una embajadora oficial, e irrespetan los “acuerdos” tomados recientemente. Ante tal desaguisado el gobierno costarricense responde: “les dimos la mano y nos tomaron el codo”. En esta sarta de desaciertos inducidos ¿sabrán el presidente Alvarado Quesada y su canciller Ventura Robles quienes son realmente sus compañeros del Club de Lima?

La torpe y traicionera acción del “gobierno” paralelo venezolano por imponerse, el juego mediático de silencios, omisiones y tergiversaciones sobre lo sucedido en la frontera colombo-venezolana este 23 de febrero, las acciones diplomáticas de algunos países ajenas al derecho internacional e irrespetuosas de acuerdos, los sonados discursos amenazantes con la invasión armada son la forma en que toma cuerpo las realidades virtuales que consumimos diariamente.

Mientras tanto generan en el diario vivir una anulación de lo que está sucediendo en nuestro país ¿quién está tomando las decisiones? ¿Existirá justicia contra estos delitos contra el derecho internacional? ¿Hasta dónde está dispuesto a perdonar el presidente Alvarado Quesada?

En medio de este sainete de presidentes, embajadoras parece no haber seguridad jurídica para ninguna persona o país en Costa Rica, el presidente es incapaz de respetar la soberanía de otros países, ni como la suya propia.

 

Enviado por el autor.

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Pepe Mujica propone ruta para Venezuela: pluralismo y elecciones libres

El expresidente uruguayo José Mujica llama a la ONU y a Europa a comprometerse en la solución política para Venezuela. Propone «elecciones libres con participación de todos» y reconocimiento de que hay «muchas oposiciones» por lo que el pluralismo es la vía para más democracia.

Puede escuchar la propuesta en el video de siete minutos en el siguiente enlace:

https://drive.google.com/file/d/1GerOMVDp7LT_D9SkGQUAqsPtcMd2fFm1/view

 

Compartido con SURCOS por José Alfredo Pineda Dubón.

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Para Duque y Guaidó: una derrota sin batalla

Por Carlos Meneses Reyes

Una Derrota Sin Batalla. Novela del escritor ocañero Enrique Pardo Farelo, con el seudónimo de Luis Tablanca, por la persecución política desde siempre en Colombia, fue publicada en el año de 1935 y reeditada en 1983 por la Imprenta Departamental de Cúcuta. El autor fue Secretario de Hacienda Departamental, proponiéndose tomar, drásticas medidas, ante el despilfarro de la cosa pública y la corrupción galopante, que convirtió los cargos públicos en un nido de ratas. Transcurrió durante la llamada hegemonía de un partido único: el conservador, similar a la hegemonía imperante en el día de hoy, de un partido fascista de hegemonía, el Centro Democrático (CD), dominante dentro del Bloque de Poder contrainsurgente, al que se han plegado liberales, socialdemócratas, reformistas. En un escenario de sistema electoral censista predominantemente corrupto y elitista, de igual fisonomía al imperante hoy en día en Colombia.

Entre las medidas propuestas por el autor estuvieron la supresión de algunos cargos, como la de Administrador de la Fábrica de Licores, la de la gerencia de la Empresa de Teléfonos, adscribiéndole sus funciones al entonces Superintendente de Rentas.

Anhelante en la búsqueda de una Educación gratuita (hoy reivindicada como popular) hubo de suprimir las becas departamentales, convertidas en botín clientelista y nido de ociosos; eliminar los auxilios de las bandas municipales para que las asumieran los municipios, acorde con la participación ciudadana.

La novela consiste en ameno relato “de la más exacta radiografía de la picaresca política colombiana y aun americana de todos los tiempos” y en la que expresa sus experiencias de funcionario público. El nombre del personaje es JUAN. Lo tomo en referencia a Juan Guaidó, con la salvedad que al JUAN protagonista de la novela lo movía el sentimiento altruista y regenerador a diferencia del ladino, astuto y disimulado, personaje de la contrarrevolución bolivariana. JUAN en su calidad de empleado oficial nunca podría salir del atolladero en que se encuentra y su nombre quedaría manchado para siempre. Se tejieron y circularon las peores calumnias contra él. La trama de la novela transcurre en el desarrollo de abolengos, jerarquía, privilegios de castas y de favoritismos. Séquitos de aduladores, comitivas de auto elogios y lisonjas. Tocaditas en el hombro y falsas sonrisas. Imperio del clientelismo. Todo un andamio de simulacros. JUAN es desplazado por el desenfreno popular. El Juan de hoy, el Guaidó, sucumbe cual figura retórica que demostró todo lo contrario de lo que pretendía demostrar ser. Producto del tejemaneje de la dictadura mediática, en franca ironía por la aplicación de la práctica política de los millennials; de esa mentalidad del consumismo y el mercado. JUAN asimila que sus gestiones fracasan estrepitosamente. Queda solo en la Capital. Pero viene el carnaval (¿festejo de qué?). JUAN invita a Rosita, que llegó “del país vecino” (Venezuela), se cubre la cara con un antifaz. Ella lo abandona y le roba la billetera. Al otro día JUAN renuncia al cargo y regresa a su pueblo. No supo o no logró encarar la situación. Piensa que ha fracasado lastimosamente que huye sin haberle hecho frente al enemigo. Lo encaró acometiendo retos peligrosos y comprometedores, pero sin afectar correctamente al enemigo. Deduce que ha sido víctima “de una derrota sin batalla” Se consuela: “mi derrota es un triunfo porque la batalla era imposible”… JUAN hizo “como las caballerías cuando tascan el freno y sintió espuma amarga en la boca, pero se la tragó y amablemente repuso…”. Juan consulta al duendecillo: ¿con quién es posible dialogar? Cuando le dice que es imposible luchar solo sin masa popular combativa y organizada y sin milicia popular en las calles.

Opositores y lobbies pelean en Washington por hacer parte del Gabinete de Guaidó. Deambulan por pasillos, edificios del Departamento de Estado, instalaciones y oficinas políticas, con sus curriculum vitae debajo del brazo. Cual carta de presentación: el ser lacayos, sumisos al imperio y a las leyes de mercado…Destituidos por corrupción… De compañías anónimas de teléfonos de Venezuela… Promotores de la libre competencia y de la invasión financiera extranjera… De la Universidad Católica Andrés Bello (jesuitas en guerra con el Papa Francisco)… Analistas del Bank of América para la colocación de Bonos de Venezuela, en competencia con el imperio financiero y siniestro de la Casa o la familia Rothschild, gurús especializados en la compra de Bonos de Venezuela: hacia una Venezuela sin Chavismo… Ministros de Carlos Andrés Pérez, al igual que el embaucador Embajador posesionado en Bogotá, de un presidente o gobierno inexistente… Ex candidatos presidenciales… Ex Alcaldes de Caracas… Antiguos dirigentes estudiantiles, que junto con Guaidó, en noviembre de 2010 participaron en un seminario secreto de cinco días en un hotel de la Ciudad de México, organizado por Otpor, la organización de Serbia dedicada a «cambio de régimen», financiado por Washington, donde se planeó para desestabilizar el gobierno de Venezuela, que también incluyó el asesinato de Hugo Chávez y luego de Nicolás Maduro…Impulsores de las guarimbas (terror callejero) de 2014, desplazados por la Milicias Populares… Desertores de la Asamblea Nacional (AN) en desacato-por orden judicial- por obtusa visión política y violadores del Reglamento Interno de esa Corporación, como gestores para que Juan Guaidó ocupara en el mes de enero la presidencia de la AN y se proclamara auto presidente en violación al orden legal y constitucional imperante… Los ahora desertores de la Guardia Bolivariana… codeándose con gigantes corporativos, como Exxon, Mobil y Máster Card…Se sumaron a los donantes de Atlas, que se “prestigió” con figuras destacadas entre los libertarios ultraderechistas, favoreciendo cientos de ONGs conservadoras y pro-imperio.

LA MITOMANIA PUESTA EN ESCENA

Con el reconocimiento de más de 50 países- de 169 en el mundo- de un gobierno inexistente y de un auto proclamado presidente, queda en entredicho el Constitucionalismo moderno y asestado fuerte golpe, en particular, al Constitucionalismo Latinoamericano que propende en sus recientes Constituciones Políticas (Venezuela. Ecuador, Bolivia) por el Buen Vivir en armonía con la Naturaleza. Pero ese desafuero jurídico no repercute con el mismo espectro que la respuesta política genera. La sensación de desagrado y disgusto radica en que tres presidentes: el de Colombia (Duque), Paraguay (Abdo) y Chile (Piñera), junto con el rango de secretario de la OEA, (Almagro) se den a la tarea, en contravía, al ejercicio de sus funciones soberanas. Entronizan cual mentira patológica, lo irrito de sus actuaciones conspirativas contra un estado Soberano y un gobierno único constitucional existente, garante de total institucionalidad. Han pisoteado los principios fundamentales de sus sendas constituciones políticas. Ajustaron un concepto propio de Libertad. Acuñan y pronuncian un concepto extraño de Dictador. Descartan el ejercicio armónico en la conducción estatal de las ramas de poder con esencia independiente. Desconocen el efecto de las decisiones judiciales y hacen caso omiso a las condenas vigentes por desacato a la AN de Venezuela que la mantienen sin validez, ni fuerza obligatoria y de nulidad de toda nulidad sus actuaciones, por obtuso comportamiento y visión de incapacidad política de los Diputados mayoritarios. Personalizaron o individualizaron toda la problemática que implica los pasos históricos que enmarcan los últimos veinte años de vida republicana venezolana y el proceso de aplicación de soluciones alternativas a un orden neoliberal y privacionista impuesto a ultranza. Aplican la “vigencia” de una Constitución Bolivariana desconociendo sus principios fundamentales de autodeterminación nacional en ejercicio del poder originario que emana de la Asamblea Nacional Constituyente. Erigen a un presidente “provisional” o “interino” a sabiendas que no existe tal situación en el orden constitucional vigente en Venezuela, al no existir falta absoluta del presidente Nicolás Maduro Moros. (Artículo 233 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela). De darse la falta total del presidente surge es un encargado que en modo alguno tiene funciones de mandatario en el ejercicio del poder. Por ello y mucho más es dable concluir que han colocado en entarimado el montaje de una mentira patológica, que como tal se define como una invención. Lo demostrable de los acontecimientos lo corroboran. Surgen en contradicción a los acontecimientos probables; siendo la existencia de ese tal gobierno interino fácilmente refutable. Por tratarse de una mentira colectiva lo consciente subsume lo inconsciente del individuo patológico que la crea. Una prueba más de como la extrema derecha se aferra al poder con la mentira y la falsía.

DEL DELITO DE AGRESIÓN

La conducta asumida por el presidente de Colombia al permitir el territorio propio del Estado colombiano para poder agredir con la incursión de una llamada caravana humanitaria que pretendió pasar a la fuerza las fronteras del Estado de la República Bolivariana de Venezuela enmarca dentro de la tipificación del Delito de Agresión o acto contra la paz, contemplado en el artículo 5 del Estatuto de Roma. Lo preparado y sucedido en la frontera de Colombia con Venezuela el día 23 de febrero de 2019, es un crimen estipulado como tal en el Derecho Internacional Humanitario. Aclaraciones ampliamente difundidas por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CRIC) resaltaron la inconsistencia de esa campaña, al no mediar el consentimiento del Estado receptor. La definición y comportamiento consecuente de no aceptación del Estado de Curazao para la entrada inconsulta de las ayudas en alimentos y medicamentos; tal como estaba concebida, contribuye a la tipificación del delito enunciado. La clara posición del gobierno de México sobre el presupuesto de autodeterminación de los pueblos para rechazar el procedimiento aplicado, contribuyen al entendido de una situación que ha de asumir la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI). Tanto el presidente de Colombia como sus aúlicos de Chile y Paraguay y el Secretario General de la OEA, planificaron, propusieron y realizaron los actos de agresión aludidos; desde cualquier punto de vista, como formas incompatibles con la Carta de las Naciones Unidas. Se multiplicaron las acusaciones de un casus belli, por la insistencia de introducir los cargamentos a Venezuela.

Internamente, el presidente Duque incurre en violación directa de la Constitución Política de 1991; según la cual le corresponde como presidente conservar el orden público (Articulo 189-4 ibidem) y no alterarlo, como en realidad sucedió el día 23 de febrero de 2019 en la zona fronteriza colombiana con Venezuela y Brasil. La consecuente realización de esa conducta conllevó a que luego de tal alteración optara por cesar en la agresión cometida, ordenando recoger los camiones cargados, en el supuesto de hecho que contenían lo enunciado. Se supone o sospecha, aunque no está demostrado, que eran alimentos y medicamentos. Lo presunto radica en que llegaron en aviones militares de carga norteamericanos que como tales valijas son cargas mortíferas. La presencia de aeronaves de carga militar asimila al concepto de tropas en tránsito por el territorio colombiano, como indicio de una violación más al no contar el presidente Duque con la orden así sea, del cuestionado Congreso colombiano. La inducción del Presidente Duque para que el comandante del Ejército colombiano suscribiera declaración en torno a la operación llamada humanitaria conjuntamente con el Comando Sur de las tropas de USA, es una clara muestra de deliberación del alto mando militar en asuntos de política internacional. No le correspondía delegarla al presidente de la República como comandante en jefe de las fuerzas armadas colombianas.

Lo expuesto es solo una muestra de las múltiples implicaciones que la agresión cometida y la fracasada incursión a territorio venezolano genera la autocracia, cuando los actos personales de un gobernante se realizan sin ningún tipo de limitación, modificando el estatus constitucional a su antojo.

Tanto para Juan Guaidó como usurpador de autoridad y funciones públicas, como para el presidente Duque; toda la aventura de esta derrota sin batalla se les volvió un bumerang.

Enviado por el autor.

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Solicite al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos que visite Venezuela

Compartimos la siguiente petición creada para solicitar firmas con el objetivo de pedir al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos que visite Venezuela.

El texto de la petición está en inglés y dice lo siguiente:

OPEN LETTER TO THE UNITED NATIONS SECRETARY GENERAL ANTONIO GUTERRES

AND TO THE HIGH COMMISSIONER FOR HUMAN RIGHTS MICHELLE BACHELET

from Alfred de Zayas,  23 February 2019

Dear Mr Secretary General of the United Nations,

dear High Commissioner for Human Rights,

As former UN Independent Expert on the Promotion of a Democratic and Equitable International Order (2012-2018) I would like to urge you to once again make your voices heard and make concrete proposals for mediation and peace in the context of the Venezuelan crisis.

The most noble task of the United Nations is to create the conditions conducive to local, regional and international peace, to work preventively and tirelessly to avoid armed conflicts, to mediate and negotiate to reach peaceful solutions, so that all human beings can live in human dignity and in the enjoyment of the human right to peace and all other civil, cultural, economic, political and social rights.  I am particularly worried by the Orwellian corruption of language, the instrumentalization and weaponization of human rights and now even of humanitarian assistance.

I look back at my UN mission to Venezuela in November/December 2017 as a modest contribution to facilitate the cooperation between the United Nations and the Venezuelan government and to open the door to the visits of other rapporteurs.  See my report to the UN Human Rights Council
https://dezayasalfred.files.wordpress.com/2019/02/report-venezuela-dr-alfred-de-zayas-1.pdf and the relevant recommendations.

I believe that it would be timely and necessary for both of you to issue a statement reaffirming General Assembly Resolutions 2625 and 3314 and the 23 Principles of International Order that I formulated in my 2018 report to the Human Rights Council.  See para 14 of
https://dezayasalfred.files.wordpress.com/2019/02/report-alfred-de-zayas-23-principles.pdf

It would be appropriate to recognize the fact that the government of Venezuela has put into effect some of the recommendations contained in my report — and in the six page confidential memo that I personally gave to Foreign Minister Jorge Arreaza upon my departure.  http://vtv.gob.ve/venezuela-onu-medicamentos-alimentos/

Indeed, first the Venezuelan government released 80 detainees — including Roberto Picón and 23 others whose release I had specifically requested — that was on 23 December 2017, followed by other releases in the course of 2018.  Alas, there has been practically no information about this in the mainstream media, although it is easily accessible in the internet.  See also the comments of Venezuela on my report

https://dezayasalfred.files.wordpress.com/2019/02/comments-by-the-government-of-venezuela.pdf

in particular paragraph 46

(xvi) As a result of this on 23 December 2017, 80 people arrested for acts of violence during the protests in the country were released; and on 1 June 2018, 39 more people were released.

and paragraph 46

(xviii) In this regard, the Venezuelan Government values the willingness and disposition of the Independent Expert, who was pleased to inform the competent authorities of the requests he received from some relatives of the persons deprived of their liberty. His recommendations were accepted.

Shortly after my visit Venezuelan authorities met with the UN agencies and made additional cooperation accords, thanks to the valuable efforts Peter Grohmann, the UNDP representative in Caracas.

Now the government of Venezuela has formally asked the United Nations for humanitarian assistance in connection with the current crisis.  We must not let them down.

I think that the US should turn over all the humanitarian assistance and medical supplies it has flown into Colombia and have them distributed as soon as possible with the help of the United Nations and other neutral organizations, including the International Committee of the Red Cross.

Another item of information that is sorely missing from the mainstream media is the delivery last week of 933 tons of food and medicines at port La Guaira — coming from China, Cuba, India, Turkey etc.  https://www.ghm.com.ve/llegaron-al-pais-933-toneladas-de-medicinas/

https://www.uniradioinforma.com/noticias/internacional/556699/venezuela-recibe-933-toneladas-de-medicinas-y-materiales-medicos.html

Moreover an additional 300 tons of medicines and medical supplies provided by Russia arrived by air.

https://www.dw.com/es/maduro-anuncia-arribo-de-300-toneladas-de-ayuda-humanitaria-de-rusia/a-47576323

As I know from my conversations with Venezuelan ministers during my visit in 2017 and the recent conversations I have had with Venezuelan Ambassador to the UN in Geneva Jorge Valero — Venezuela has always welcomed and repeatedly asked for assistance from neutral and friendly governments so as to overcome the adverse human rights impacts of the financial blockade and the sanctions. Such help should be offered in good faith, without strings attached.

I believe that this is the moment for the UN High Commissioner for Human Rights to accept the invitation of the government of Venezuela, extended to her in December 2018, to visit Venezuela personally.  Her presence in Venezuela should ban the growing danger of a military intervention by foreign entities. She should endorse the efforts at mediation launched by Mexico and Uruguay at the Montevideo mechanism.

There are ominous parallels with the run-up to the Iraq invasion in 2003 — an illegal war, as Kofi Annan said on repeated occasions — https://www.nytimes.com/2004/09/16/international/annan-says-iraq-war-was-illegal.html

It is obvious to any first year law student that the constant threats against Venezuela are contrary to article 2(4) of the UN ‘Charter.  What many do not realize is that the threats, the economic war, the financial blockade and the sanctions violate the principles contained in Article 3 of the OAS Charter

“e. Every State has the right to choose, without external interference, its political, economic, and social system and to organize itself in the way best suited to it, and has the duty to abstain from intervening in the affairs of another State. Subject to the foregoing, the American States shall cooperate fully among themselves, independently of the nature of their political, economic, and social systems; f. The American States condemn war of aggression: victory does not give rights; g. An act of aggression against one American State is an act of aggression against all the other American States; h. Controversies of an international character arising between two or more American States shall be settled by peaceful procedures; I. Social justice and social security are bases of lasting peace…”

Moreover, they violate numerous articles of Chapter 4 of the OAS Charter,

“Article 17

Each State has the right to develop its cultural, political, and economic life freely and naturally. In this free development, the State shall respect the rights of the individual and the principles of universal morality.

Article 18

Respect for and the faithful observance of treaties constitute standards for the development of peaceful relations among States. International treaties and agreements should be public.

Article 19

No State or group of States has the right to intervene, directly or indirectly, for any reason whatever, in the internal or external affairs of any other State. The foregoing principle prohibits not only armed force but also any other form of interference or attempted threat against the personality of the State or against its political, economic, and cultural elements.

Article 20

No State may use or encourage the use of coercive measures of an economic or political character in order to force the sovereign will of another State and obtain from it advantages of any kind.”

Dear Mr Secretary General, dear High Commissioner for Human Rights: The world looks up to you in the hope that you can avert even greater suffering to the peoples of Venezuela. They need international solidarity as expressed in the report of Virginia Dandan, the then independent expert on human rights and international solidarity. https://www.ohchr.org/Documents/Issues/Solidarity/DraftDeclarationRightInternationalSolidarity.pdf

I remain respectfully yours

Professor Dr. Alfred de Zayas, Geneva School of Diplomacy

Si desea firmar la petición, ingrese en el siguiente enlace:

http://chng.it/44nbn5X2YR

Enviado por Walter Antillón.

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