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Etiqueta: Víctor Valdelomar Mora

La Orgía de los Gritos y las Plumas

(El precio social por salir del closet)

Por Víctor Valdelomar Mora

Hace unos meses vi a dos hombres caminar tomados de la mano por el centro de San José. Era la hora de salida del trabajo. Caminaban en medio del tumulto y no pasaba nada. Los vi alejarse y pensé que unos años atrás, probablemente, las personas se abrían detenido a mirarlos y una que otra, dirían comentarios condenatorios, por esa actitud desafiante a la moral pública “Que sean lo que quieran ser, pero puertas adentro” es la sentencia de un sector social que se niega a reconocer los derechos adquiridos por la comunidad de la diversidad sexual.

Recuerdo hace ya, por lo menos cincuenta años atrás, redadas policiales en centros nocturnos en los que se reunía la comunidad de la diversidad sexual.

El avance en su reconocimiento de sus Derechos Humanos ha eliminado estas prácticas discriminatorias. Además de que, hace treinta y cinco años, la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psiquiatría, eliminaron la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales.

Sin embargo, los prejuicios están muy arraigados en nuestra sociedad conservadora.

Hoy día persiste la defensa de la llamada “terapia de conversión”, que es una supuesta terapia para “hacer normal” a los homosexuales, a pesar de que la ciencia ya dijo que no hay nada que curar.

“La Orgía de los Gritos y las Plumas” es un espectáculo teatral que retrata las peripecias de un grupo de amigos gay luchando contra las ideas de un hombre alimentado de prejuicios que le permiten sostener su precaria hombría ante las firmes ideas del grupo gay.

Los creadores de esta pieza teatral (dramaturgo, director y actores) muestran sin complejos ni restricciones, un grupo gay empoderado, envueltos en sus conflictos sentimentales, pero dispuestos a reír de cada arremetida que intenta condenarlos …y por supuesto, invitar también a la risa del público que comprende el absurdo de esa condena.

Lo demás, sería contar la historia, pero el objetivo de este artículo es, precisamente, invitarlos a presenciar esta comedia de enredos, en Teatro El Refugio 506, el viernes 27 de junio y el viernes 4 de julio, a las 8 pm. Puede reservar su entrada al teléfono 6074 31 78.

“Eduardo Zúñiga: Sobreviviente de la burocracia teatral”

“En Costa Rica es necesario morirse
para recoger el reconocimiento de este pueblo
desdeñoso y pasivo”.

Yolanda Oreamuno.

Víctor Valdelomar Mora

El pasado 25 de julio, falleció el señor Eduardo Zúñiga en su casa de retiro en Cahuita de Limón.

Eduardo fue un compañero del quehacer teatral, siempre solidario y dueño de un humor, a veces negro, a veces crítico, pero siempre ingenioso.

“Cada uno de nosotros tiene su propia historia” La historia de Eduardo inicia finalizando los años ochenta, en un local en las cercanías del parque Morazán, en el que se inaugura el Teatro La Colina. Ahí se presentaron obras como “Felicidad” del dramaturgo mexicano Emilio Carballido, dirigida por Eduardo.

Para este momento, el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes provee a los teatros independientes de una suma simbólica que, en el caso del Teatro La Colina, les permitía cubrir el alquiler del local y la publicidad del espectáculo.

Memorable es la creación colectiva “Parada, por favor”. Pequeñas situaciones dramáticas de corte popular imaginada como una travesía en un bus de un barrio josefino. En este espectáculo hacen sus primeras armas la actriz Valessa Villalobos, Alexander Campos y Arnoldo Ramos, quienes posteriormente brillarán con luz propia en nuestro universo artístico.

Eduardo Zúñiga

Sin embargo, en el año 1986, el Ministerio de Cultura retira esta ayuda, probablemente, presionado por los constantes recortes presupuestarios de que es víctima desde hace décadas.

“La función debe continuar” es un refrán que aplica para cualquier labor del espectáculo. La opción para Eduardo era “tirar la toalla” y encadenarse a la maldición que todavía, hoy día, persigue a los jóvenes y veteranos teatreros: Hacer teatro sólo para pagar el alquiler del local y la publicidad del espectáculo.

Eduardo, entusiasta creador y excelente administrador, se dio a la tarea de incursionar en la escritura teatral y echando mano de su ingenio humorístico, popular e incisivo, a principio de los años noventa, inaugura El Teatro Chaplin. Espectáculos inolvidables como: “90210 de Colonia Kennedy” y “La noche de los gritos y las plumas”, entre otros, le dan la bienvenida a cientos de espectadores de todos los estratos sociales.

Actores y actrices nóveles, en su mayoría egresados del Taller Nacional de Teatro, pudieron hacer sus primeras armas en la actuación: Lorena Varela, Carmen Chinchilla, Francisco Salazar, Jaime, Castro, Rosibel Carvajal, entre otros.

Mientras se presentaba “La noche de los gritos y las plumas”, sucedió una situación interesante: la comunidad gay se quejó de una actitud burlista hacia ellos. Eduardo propuso llevar el espectáculo al centro nocturno “La Avispa” y pedir la opinión de los espectadores. El resultado fue, por supuesto, a favor del espectáculo.

Los espectáculos del Teatro Chaplin fueron polémicos durante su existencia. Echémosle la culpa a un asunto de “gusto” y no a juicios empíricos, o a una crítica teatral elitista.

Una auténtica valoración del trabajo titánico del teatro independiente seguirá esperando que San Juan baje el dedo.

De mi parte, sólo me queda decir: Disculpas, Eduardo. Más vale tarde que nunca.

Elenco Teatro Chaplin