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“Eduardo Zúñiga: Sobreviviente de la burocracia teatral”

“En Costa Rica es necesario morirse
para recoger el reconocimiento de este pueblo
desdeñoso y pasivo”.

Yolanda Oreamuno.

Víctor Valdelomar Mora

El pasado 25 de julio, falleció el señor Eduardo Zúñiga en su casa de retiro en Cahuita de Limón.

Eduardo fue un compañero del quehacer teatral, siempre solidario y dueño de un humor, a veces negro, a veces crítico, pero siempre ingenioso.

“Cada uno de nosotros tiene su propia historia” La historia de Eduardo inicia finalizando los años ochenta, en un local en las cercanías del parque Morazán, en el que se inaugura el Teatro La Colina. Ahí se presentaron obras como “Felicidad” del dramaturgo mexicano Emilio Carballido, dirigida por Eduardo.

Para este momento, el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes provee a los teatros independientes de una suma simbólica que, en el caso del Teatro La Colina, les permitía cubrir el alquiler del local y la publicidad del espectáculo.

Memorable es la creación colectiva “Parada, por favor”. Pequeñas situaciones dramáticas de corte popular imaginada como una travesía en un bus de un barrio josefino. En este espectáculo hacen sus primeras armas la actriz Valessa Villalobos, Alexander Campos y Arnoldo Ramos, quienes posteriormente brillarán con luz propia en nuestro universo artístico.

Eduardo Zúñiga

Sin embargo, en el año 1986, el Ministerio de Cultura retira esta ayuda, probablemente, presionado por los constantes recortes presupuestarios de que es víctima desde hace décadas.

“La función debe continuar” es un refrán que aplica para cualquier labor del espectáculo. La opción para Eduardo era “tirar la toalla” y encadenarse a la maldición que todavía, hoy día, persigue a los jóvenes y veteranos teatreros: Hacer teatro sólo para pagar el alquiler del local y la publicidad del espectáculo.

Eduardo, entusiasta creador y excelente administrador, se dio a la tarea de incursionar en la escritura teatral y echando mano de su ingenio humorístico, popular e incisivo, a principio de los años noventa, inaugura El Teatro Chaplin. Espectáculos inolvidables como: “90210 de Colonia Kennedy” y “La noche de los gritos y las plumas”, entre otros, le dan la bienvenida a cientos de espectadores de todos los estratos sociales.

Actores y actrices nóveles, en su mayoría egresados del Taller Nacional de Teatro, pudieron hacer sus primeras armas en la actuación: Lorena Varela, Carmen Chinchilla, Francisco Salazar, Jaime, Castro, Rosibel Carvajal, entre otros.

Mientras se presentaba “La noche de los gritos y las plumas”, sucedió una situación interesante: la comunidad gay se quejó de una actitud burlista hacia ellos. Eduardo propuso llevar el espectáculo al centro nocturno “La Avispa” y pedir la opinión de los espectadores. El resultado fue, por supuesto, a favor del espectáculo.

Los espectáculos del Teatro Chaplin fueron polémicos durante su existencia. Echémosle la culpa a un asunto de “gusto” y no a juicios empíricos, o a una crítica teatral elitista.

Una auténtica valoración del trabajo titánico del teatro independiente seguirá esperando que San Juan baje el dedo.

De mi parte, sólo me queda decir: Disculpas, Eduardo. Más vale tarde que nunca.

Elenco Teatro Chaplin

Eduardo Zúñiga, teatro, Víctor Valdelomar Mora