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Etiqueta: violencia

LUZ PARA EL VIAJE

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En Guatemala decretaron tres días de duelo. Esa noche empezábamos una amena conversación con el poeta y diseñador visual Julio Cúmez, originario de San Juan Comalapa, una comunidad de artistas y artesanos de la palabra, ubicada en las cercanías a Quetzaltenango.

Una de las personas de la audiencia a nuestro programa informaba sobre lo ocurrido recién: un accidente en el sur de México, en el que habían fallecido varías personas migrantes, muchas de ellas, la mayoría, provenientes de Guatemala.

La noche del 9 de diciembre, mientras nos aprestábamos a conversar de arte y vida con Julio en nuestro espacio dedicado a esos temas, supimos que una herida más se le había abierto a la región centroamericana.

En un año que cierra con la imposición de Estados Unidos hacia México para contener los flujos migratorios y activar el programa “Quédate en México” como política migratoria disuasiva, los hechos recientes colocan de nuevo el pesado lastre de la acción securitaria e institucional sobre los cuerpos de las personas en contextos de movilidad.

Hacinados casi hasta la asfixia, cerca de 250 personas migrantes habían pagado entre 2.500 y 3.000 dólares para ser transportados en un camión cuyo contenedor les ofrecía una distribución inhumana, por decir lo menos.

De hecho, las hasta ahora contabilizadas 55 personas fallecidas, estaban colocadas en la pared que volcó haciendo contacto con un puente peatonal de hierro. Quienes salvaron su vida se apretujaban casi sin aliento, en el centro del contenedor.

Dimensionar la magnitud de una tragedia como ésta en un año en que la cifra de personas fallecidas en contextos de movilidad en tránsito ya alcanza más del millar, según cifras aportadas por OIM, implica necesariamente tener claras las dimensiones antihumanitarias de una política migratoria que un día sí y otro también se ensañan contra las personas migrantes.

En el sur de la región centroamericana quizá la narrativa no alcanza a avisorar lo que ocurre desde Honduras hasta la frontera entre México y Estados Unidos, donde los efectos de la imposición de una política migratoria dura se dejan sentir con toda su furia sobre las personas migrantes. Por eso lo verbalizamos e insistimos.

Quienes sobrevivieron al accidente del 9N en Chiapas refieren escenas de terror al observar la muerte desperdigada por entre las latas retorcidas del camión volcado y en la propia calle. Algunos de ellos serán repatriados a sus países de origen quizá con alguna fractura producto del percance. Muchos, pese al evento, lo intentarán de nuevo.

Y entonces volverán a engrosar las estadísticas del riesgo y el horror en un ciclo que no se detendrá hasta que la inclusión, el cese de la violencia y la igualdad vuelvan a existir en todos los países desde donde se origina la migración.

Al tiempo que terminamos de escribir estas notas se conoce de acciones de violencia contra grupos de migrantes que llegaron al centro de México en medio de las festividades en honor a la Virgen de Guadalupe. Muchos de ellos han sido llevados a la propia basílica: mujeres con sus niños pequeños que funcionaron como primer escudo ante las arremetidas de la seguridad mexicana, personas jóvenes, personas con alguna discapacidad.

Esto seguirá repitiéndose indefinidamente hasta que el modelo no cambie y la industria migratoria deje de lucrar con el dolor y la necesidad de la gente.

En Guatemala decretaron tres días de duelo. Esa noche Julio y yo hablamos de poesía, de arte. También encendimos nuestra luz interior para acompañar en su viaje definitivo a quienes lo emprendieron por última vez. Luz para ellos y ellas.

Imagen de cabecera: https://www.latimes.com (Lugar del accidente de un camión donde viajaban migrantes en Chiapas.)

Hablemos de soluciones para superar las violencias hacia mujeres, adolescentes y niñas – video

SURCOS comparte la siguiente información:

El pasado lunes 6 de diciembre a las 4:00 p.m. la ONU y la Embajada de Suiza en Costa Rica, llevaron a cabo el conversatorio: “Hablemos de soluciones para superar las violencias hacia mujeres, adolescentes y niñas”. Se contó con la participación de:

  • Allegra Baiocchi, coordinadora ONU
  • Rita Duca, jefa de misión adjunta
  • Tiffany Hall Campbell, sexóloga y trabajadora social
  • Úrsula Hauser, psicóloga y psicoanalista

Compartimos el enlace del video: 

https://www.facebook.com/nacionesunidascr/videos/1011469876067256

Compartido con SURCOS por Agenda La Cadejos.

Hablemos de soluciones para superar las violencias hacia mujeres, adolescentes y niñas

El próximo lunes 6 de diciembre a las 4:00 p.m. la ONU y la Embajada de Suiza en Costa Rica, realizarán el conversatorio: “Hablemos de soluciones para superar las violencias hacia mujeres, adolescentes y niñas”. Se contará con la participación de:

  • Allegra Baiocchi, coordinadora ONU
  • Rita Duca, jefa de misión adjunta
  • Tiffany Hall Campbell, sexóloga y trabajadora social
  • Úrsula Hauser, psicóloga y psicoanalista

La transmisión se llevará a cabo vía Facebook Live ONU Costa Rica o por el Zoom: https://undp.zoom.us/j/89472438768

 

Compartido con SURCOS por Agenda La Cadejos.

Carta sobre cierre COAVIF y atención de la violencia contra de las mujeres

Comunicado

Desde la Red Feminista Contra la Violencia Hacia las Mujeres hicimos esta carta abierta para exigir una solución duradera, sostenible y de la calidad para el servicio COAVIF: https://forms.gle/WF6oBEtyoeu2Gy8fA

Carta abierta

Señor
Carlos Alvarado, Presidente de la República
Señora
Marcela Guerrero, Ministra de la Condición de la Mujer
Señora
Irene Cañas, Presidenta Ejecutiva del ICE
Señora 
Elena Amuy, Directora Servicio de Emergencias 911
Señoras y señores Diputados Asamblea Legislativa

Estimadas señoras, estimados señores:

Resulta contradictorio que estando vigente una Declaratoria de interés prioritario la intervención, la atención y la prevención de la violencia contra de las mujeres (VcM) N. 41240-MP-MCM emitida por el Poder Ejecutivo y que obliga a todas las instituciones de Estado a actuar y colaborar de manera efectiva para prevenir esta problemática – nos encontremos con que uno de los servicios esenciales de atención en esta materia esté amenazado de cierre.

El COAVIF Centro Especializado de atención de la Violencia Intrafamiliar y VcM es un despacho especializado del Sistema de Emergencias 911. Desde este servicio se atienden todas las emergencias asociadas a la VcM: violencia sexual, de pareja, trata de personas, acoso sexual callejero, hostigamiento sexual y se brinda contención y orientación a las víctimas.
Desde su fundación este servicio ha, literalmente, contribuido a salvar vidas actuando de manera coordinada con otras instituciones de respuesta inmediata como la policía. Su origen está vinculado a un convenio tripartito entre el ICE, el INAMU y el Sistema de Emergencias 911 vigente hasta el año 2025.

Se ha informado que el ICE ha decidido, de manera unilateral, rescindir este contrato en el año 2022 lo que significa que los recursos con los cuales se financia el personal dejarán de estar disponibles.
Las razones que se han divulgado de parte del ICE no son de recibo pues afectan de manera directa el interés público al atentar contra un servicio de naturaleza esencial para la vida de las mujeres de todas las edades. Como entidad del estado, el ICE está obligada por las convenciones internacionales de derechos humanos y derechos de las mujeres a aportar desde su especificidad a la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas. Esta decisión llevaría a incumplir las obligaciones específicas de prevención de la violencia contra las mujeres que el Estado costarricense asumió al ratificar la Convención de Belém do Pará.

Si se demostrara que las condiciones institucionales del ICE obligasen a variar esta participación, su salida del convenio no puede ser de manera atropellada, unilateral y sin ofrecer alternativas que contribuyan a mitigar los impactos. Sobre todo, debe privar el interés y el servicio público y la protección de la vida de las mujeres.

Urge que las tres entidades que integran este convenio, así como la Presidencia de la República como garante del Decreto de Emergencia supra citado, dialoguen y encuentren una salida negociada urgente a esta situación.

Hasta ahora la información que se divulga públicamente es escasa y poco clara. Más allá de declaraciones de buena voluntad, las alternativas concretas no se vislumbran.
Ahora bien, cualquier solución que se encuentre debe garantizar al menos los siguientes criterios:
1. Debe ser una salida permanente y sostenible. Esto quiere decir que el servicio se debe garantizar mediante la incorporación a la estructura institucional ya sea del ICE, como está actualmente, o al INAMU. Esto significa que el servicio debe contar con las plazas necesarias y suficientes asignadas, así como con el presupuesto operativo necesario.
Debe tenerse claro que éste es un servicio regular y esencial del Estado. No es un servicio que se pueda contratar de manera privada y continua en razón de las disposiciones que en materia de contratación rigen la administración pública. Tampoco puede ser un servicio que se pueda reducir, ya que exige una atención inmediata 24 horas al día, todos los días.
2. Se debe garantizar la calidad y especialización del servicio. No es suficiente con declarar que el servicio se va a mantener si no se aclara en qué condiciones.
Se debe considerar que este es un servicio prestado por profesionales con formación y experiencia en las dinámicas y comportamientos de una amplia cantidad de delitos asociados a laVcM. No se trata solo de responder una llamada. No son telefonistas que transmiten información.
La especialización y especificidad es la razón de ser del servicio. Esto incluye la valoración de los riesgos asociados a cada situación específica, las diligencias y acciones oportunas interinstitucionales que permitan mitigar y prevenir esos riesgos y orientar de manera adecuada a las mujeres y a los y las funcionarias que los atienden. Por esta razón la continuidad y estabilidad del personal actual de este servicio, que cuenta en su mayoría con más de 10 años de experiencia y formación en servicio, se debe garantizar como criterio de calidad.

Mantener el servicio en sus dimensiones y cobertura actual o fortalecerlo es otro criterio de calidad no negociable. La opción de reducir el personal tanto en cantidad como en nivel profesional tampoco es una opción. 

Exigimos dar al COAVIF una atención de prioridad y una solución responsable seria por la vida de las mujeres.

Compartido con SURCOS por Nayla Carvajal Sancho.

¿Existe el ciclo de la violencia electoral? *

Isabel Ducca D.

Si bien la violencia doméstica puede darse sin que exista un ciclo definido, su presencia ha sido más estudiada y visibilizada desde un ciclo que tiene sus propias reglas y que, con variantes particulares y específicas según los actores –agresores y víctimas-, se repite al infinito hasta que alguno de los actores muere o la víctima rompe el círculo y busca la ayuda requerida para recomponer su amor propio y la autoimagen que había sido destruida por las palabras y los actos del agresor.

Dicho círculo catastrófico de sumisión-dominación sigue principalmente las siguientes facetas: aumento de la tensión en la relación con la irritabilidad, hostigamiento emocional, sexual o físico de parte del polo dominante –generalmente un varón- hasta llegar al abuso emocional o físico con el consabido estallido de violencia. En la culminación de esta etapa, la víctima es literalmente castigada por algo que dijo, hizo, dejó de hacer o simplemente quien agrede imaginó la afrenta.

Evidentemente, hay amenazas de castigo, ocultas o evidentes, que pueden ser desde alzar la voz hasta advertirle los posibles castigos. Con la amenaza, la víctima entra en pánico y se paraliza. El propósito es ver sufrir a la víctima y castigarla para lograr la obediencia y la sumisión. La amenaza se hace realidad. Este momento es la culminación de la agresión y es en el que más atención se pone. Sin embargo, hay aspectos del ciclo menos visibles y muy difíciles de comprender para quienes estamos fuera. Se trata de los momentos de perdón y olvido.

¡Perdón y olvido! Si los seres humanos no tuviéramos que incorporar ese lema como parte de la dominación, no seríamos la base fundamental y el sustento de toda relación asimétrica o de explotación. En el manejo del ciclo, después de la agresión, el polo dominante, es decir quien agrede, sabe que cometió un acto despiadado y utilizó la fuerza contra un ser indefenso o más indefenso. Por eso culpabiliza a la víctima. La víctima se lo buscó: “Si no me sacaras de quicio, yo no sería capaz de eso…” La culpabilización de la víctima le permite al agresor quedar; impune: él no es el culpable, e invisibilizar su verdadera responsabilidad, llega a la irrealidad de convertirse en la víctima porque lo llevaron a esos extremos, sin quererlo. Pero además de culpabilizarla, se muestra arrepentido y suplica el perdón. Y viene la faceta del ciclo que más me interesa destacar: junto con el arrepentimiento surge la promesa de cambio. Se muestra cariñoso, tierno, caluroso y zalamero; vive pendiente de la víctima porque sin ella no podría ser feliz. La víctima cree en la promesa de cambio, ES SU ESPERANZA y no puede concebir que se trate de una manipulación.

Vuelve y retorna a la normalidad, pues el polo dominante le ofrece los momentos más dulces, si acepta regresar y todo vuelve al ciclo. Siempre que escuchamos un caso de agresión, nos indignamos y nos preguntamos: ¿Cómo le cree que va a cambiar?

Hay dos componentes esenciales: la parálisis o minusvalía aprendida. La víctima cree que sola no puede salir adelante y, además, no se percibe a sí misma con derechos y virtudes. El otro componente es un modelo mental basado en dos actos lingüísticos: la promesa y la amenaza. Aunque no se den contemporáneos, son interdependientes, el uno depende del otro. La amenaza paraliza por el miedo que produce de recibir el castigo. La promesa paraliza por la esperanza del cumplimiento. Y en la realidad que vive la víctima únicamente la amenaza se cumple; sin embargo, la promesa es la que alivia la herida. Es el analgésico de la relación de dominación, opresión o explotación. La promesa permite olvidar o evadir el dolor de la realidad.

La minusvalía aprendida es una escuela social, cotidiana e invisible donde los y las alumnas incorporan la regla de tres: no valgo nada, no tengo derechos y me puede ir peor si hago algo que le desagrade al poder dominante.

Desde mi perspectiva, podemos salir del ámbito doméstico e ir al social. Y, por eso, afirmo que, sobre todo en los últimos cuarenta años, como parte del cinismo neoliberal, se da un ciclo de violencia electoral en nuestro país. Un campesino de Guanacaste, uno de los tantos que están luchando por no perder su derecho de posesión en la zona costera, lo sintetizó asÍ: “Se acuerdan de nosotros cada cuatro años…” Luis Paulino Vargas en un texto acerca de la democracia planteaba la presencia de las promesas, pero pasa desapercibida la existencia de las amenazas. Mi parecer es que no se dan la una sin la otra.

Por ejemplo, si pensamos en la Inquisición, con todos sus terribles rituales de tortura, lo que las poblaciones veían convertirse en realidad eran las amenazas: muertes, ejecuciones, hogueras, persecuciones, etc. Pero lo que amarraba a una religión sangrienta, sacrificial y opresora era la promesa de salvación eterna. El miedo al castigo paralizaba tanto como la promesa de salvación.

En nuestro país, el discurso de la prensa comercial y los políticos neoliberales acerca del Tratado de Libre Comercio estuvo marcado por una lluvia torrencial de promesas, entre las que cabe destacar: salir del subdesarrollo, ser como los países ricos, miles de empleos, inversiones extranjeras, defender los valores patrios y, sobre todo, defender el ICE. Cuando el cuento de Caperucita dejó de funcionar, trajeron a Zoellick a que le golpeara la mesa a Abel Pacheco y entonces apareció en escena la amenaza, nos sacarían del paraíso terrenal, pues nos dejarían fuera del CAFTA.

Ahora, en campaña todos y todas las neoliberales se ponen el disfraz de justicieras sociales y defensoras de los pobres, reparten bonos de vivienda para los más pobres y los seducen con la promesa del cambio.

La dulzura de la promesa no funcionaría si no estuviera quitándole el sabor amargo a la amenaza de que les puede ir peor, de que si luchan por sus derechos, que, a veces, desconocen totalmente, podrán recibir el castigo que estos políticos manejan muy bien: la represión popular.

¿No es el pueblo costarricense víctima de una minusvalía aprendida? Va de la promesa a la amenaza y lo único que se le hace real es la amenaza. Desconoce o no osa recordar sus derechos y sus potencialidades, pues cada vez que los recuerda y los quiere hacer realidad, aparece el castigo. En el año 2000, los bloqueos no eran ilegales. Ahora lo son. Las promesas llueven durante las campañas; las amenazas se reproducen cotidianamente durante los siguientes cuatro años; las leyes son cada vez más injustas y las instituciones más importantes están siendo destruidas paulatinamente.

Lo fundamental para romper cualquier ciclo en que se viven relaciones de opresión, es tomar conciencia y empezar a romper el círculo:

  • ¡No creamos en sus promesas de campaña!
  • Recordemos lo que han sido cuarenta años de neoliberalismo.
  • ¡No comamos cuento, pidamos cuentas!

* Este texto se publicó en diciembre del 2009, ¿conservará vigencia?

Imagen: http://extremaduraprogresista.com

La no violencia contra las niñas, jóvenes, señoras y abuelitas – material educativo

Aprendemos felices en comunidad

Para docentes, niñas, niños y sus familias: Vivir libre de toda violencia es una práctica que necesitamos cultivar desde los primeros años de infancia. Así lograremos que sea tan natural como respirar.

“Cada niña, cada joven, cada mujer adulta y anciana tenemos que defender y proteger el Derecho Humano de experimentarnos capaces y entusiastas en sentirnos satisfechas de nuestras decisiones. Para eso, necesitamos pensarnos libres de ser felices y libres respetándonos a nosotras mismas, a las demás personas y cada ser y elemento de la madre Tierra.”

En el documento adjunto podrán encontrar información ilustrada sobre la historia del 25N, además de la importancia de vivir sin violencia.

 

Compartido con SURCOS por María Trejos Montero.

Mujeres lideresas del movimiento nacional indígena de Costa Rica se pronuncian ante declaraciones racistas y misóginas

SURCOS comparte el siguiente comunicado enviado por Elides Rivera Navas

26 de noviembre de 2021

LAS MUJERES LIDERESAS DEL MOVIMIENTO NACIONAL INDÍGENA DE COSTA RICA

NOS PRONUNCIAMOS

Mano de Tigre y ACOMUITA

Contra las declaraciones racistas y misóginas del Alcalde Walter Céspedes del Cantón de Matina y exdiputado de la Asamblea Legislativa en dos ocasiones, militante del Partido Unidad Social Cristiana, quien violenta a la mujer indígena al considerarla como una cosa o un objeto de cambio o pago, actuación que realiza desde su investidura de Alcalde, mediante la cual vulnera y denigra directamente la dignidad de la mujer indígena. Como mujeres indígenas, lideresas y defensoras de los derechos humanos, repudiamos este tipo de acciones que pretende normalizar la discriminación y la violencia contra la mujer indígena, actuación que condenamos y reprochamos enérgicamente.

Las mujeres indígenas, decimos basta, de tanta violencia, exigimos con base en la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, mediante la cual el Estado se ha obligado a proteger los derechos humanos de la mujer, exigimos que se sancione al señor Walter Céspedes con la máxima rigurosidad y que renuncia a su cargo de Alcalde.

Además, solicitamos, al TSE, que inicie una investigación y que inmediatamente suspenda las credenciales del Alcalde Walter Céspedes, que sea inhabilitado para que no pueda ocupar cargos públicos. Solicitamos, al Partido Unidad Social Cristiana tomar medidas contra este tipo actos discriminatorios y racistas, que más que aportar a la democracia, al respeto, promueve la violencia y la discriminación contra la mujer que se profundiza contra la mujer indígena.

Por eso, en el marco del 25 de noviembre Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres, el Movimiento Nacional de Mujeres Indígena, exigimos respeto a nuestros derechos, exigimos vivir en un país libre de odio, y violencia contra las mujeres, violencia que se profundiza contra la mujer indígena y la memoria de nuestras ancestras violentando los derechos y dignidad de la mujer indígena.

Exhortamos a las autoridades competentes sancionar, actos y manifestaciones que denigran y vulneran la dignidad de la Muer indígena y que va en contra de los principios y valores, de las leyes e instrumentos internacionales ratificados y reconocidos por el Estado costarricense, que reconocen y los derechos de la mujer.

Mano de Tigre y Asociación Comunal de Mujeres Indígenas de Talamanca (ACOMUITA)

En defensa de los derechos humanos y dignidad de la mujer indígena

FOTO DE FAMILIA

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En un primerísimo plano la imagen nos devuelve las caras sonrientes y seguras de un grupo familiar completo. El puctum, como llama Barthes, dirigido a captar la necesaria esencia de ese lugar de añoranzas, recuerdos y proyectos.

En la fotografía pareciera no existir tiempo ni espacio. Es solamente un momento histórico que quizá refleje para siempre la forma simple en que se tatuó en la memoria el significado de eso que llamamos coloquialmente estar juntos.

No es este el espacio para discutir las esencialidades asignadas a los núcleos familiares, envueltos como están en procesos complejos, incompletos, a veces contradictorios. Pero valga la referencia sobre la imagen, el momento.

Recientemente fui invitado a conversar sobre migración centroamericana con un grupo de guías turísticos costarricenses. Propuse una serie de contenidos sobre las continuidades y las rupturas recientes en los procesos de movilidad humana.

Conversamos sobre fronteras, interrupciones y necesidades de las personas para emprender eso que tan glamorosamente algunos llaman “el proyecto migratorio” y que justamente puede ser definido como un acto último para sobrevivir, huir de la barbarie y la depredación de la violencia y los modelos económicos de los gobiernos regionales.

Ese éxodo que ha continuado a pesar de la clausura, la intensificación de las respuestas securitarias y como hemos comentado recientemente, la producción de hipérboles discursivas que colocan el acento en estigmatizar a la persona migrante tanto, al punto de compararla con el terrorismo y el narcotráfico, ha significado un hiato en la construcción de Centroamérica, un desgarre constante en su piel.

Como ejercicio final de la conversación con los guías turísticos propuse una pregunta que también he formulado en otros momentos en el marco de estas reflexiones: ¿qué objeto se llevaría consigo si tuviera que dejar su hogar de forma obligada? ¿Por qué?

La mayoría de sus respuestas tenían que ver con hacerse acompañar de una imagen, una foto de la familia. Las justificaciones fueron variadas, pero acudían a nombrar la fuerza que da ese concepto para seguir adelante: motor, motivación, razón.

Como hemos dicho ya en varias oportunidades, la vera del camino que van construyendo las personas centroamericanas en contextos de movilidad se convierte en un museo de fósiles en el que cientos de miles de objetos y pertenencias son encontrados. Entre ellos, si, fotografías familiares que alguna vez aprisionaron contra sus pechos para tomar valor y salir adelante.

Las narrativas de los medios de comunicación empresariales nos devuelven a menudo lecturas homogenizantes sobre las movilidades humanas. Una forma de cuestionarlas es preguntarse por esas subjetividades y biografías significantes que son más que estadísticas. Es un paso necesario, absoluto, hacia la empatía.

 

Imagen: https://departamento19.hn

La violencia estructural contra las mujeres periodistas

Se invita al foro “La violencia estructural contra las mujeres periodistas”, analizando los alcances de la sentencia para los derechos humanos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 26 de agosto del 2021 – caso de la periodista Bedoya Lima y otra VS Colombia.

El foro se realizará este miércoles 24 de noviembre a las 10:00 a.m.

Participan las foristas:

  • Marielos Monzón, Guatemala
  • Rocío Alfaro, Costa Rica
  • Zuliana Lainez, Perú
  • Marcia Aguiluz, Costa Rica

 

 

UCR, Voz experta: La violencia contra las mujeres en un mundo en emergencia

Por Montserrat Sagot, directora del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM)

La violencia contra las mujeres ha sido identificada como un problema social de grandes dimensiones que emerge de una organización social estructurada sobre la base de la desigualdad de género en sus intersecciones con otras categorías como la clase social, la edad, la etnicidad, la localización geográfica y la sexualidad. Es también una manifestación extrema de la discriminación, una violación a los derechos humanos, un problema de salud pública, de seguridad ciudadana y un instrumento letal para mantener la subordinación de las mujeres y de otros cuerpos feminizados.

De acuerdo con la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, esta forma de violencia debe ser entendida como “una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres” e incluye “cualquier acción o conducta, basada en el género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.

Desde inicios de la década de los años 80 del siglo XX la violencia contra las mujeres fue identificada por el movimiento feminista como uno de los principales problemas sociales que afectan a las mujeres y las niñas de la región. En 1981, durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que tuvo lugar en Bogotá, el 25 de noviembre fue declarado el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. La fecha fue escogida en conmemoración del asesinato de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de República Dominicana, asesinadas en 1960 por orden del dictador Rafael Trujillo.

Al escoger esa fecha, las feministas reunidas en Bogotá quisieron resaltar la noción de que la violencia contra las mujeres involucra una combinación de actos violentos cometidos en la vida cotidiana y en el contexto de las relaciones interpersonales, como la violencia de pareja o intrafamiliar, y también crímenes sistémicos promovidos por la existencia de jerarquías sociales, así como por estados represivos y autoritarios. En ese sentido, esta forma de violencia se definió como una expresión dramática de la desigualdad entre lo femenino y lo masculino, que ocurre tanto en la esfera pública como en la privada, y que puede implicar a los Estados (directa o indirectamente), así como a perpetradores individuales o colectivos (privados o institucionales).

Si bien esta violencia es un fenómeno universal e histórico, hay ciertos contextos que propician las condiciones para un aumento de sus manifestaciones. En contextos de crisis y emergencia generalmente se incrementan la desigualdad, el autoritarismo y el conservadurismo, y la violencia se convierte en un elemento esencial de discursos y prácticas punitivas y disciplinarias. Es decir, la violencia contra las mujeres se exacerba por las crisis y las emergencias.

Las situaciones de emergencia siempre profundizan las desigualdades preexistentes y las jerarquías de poder, que son los elementos que están a la raíz de las diferentes formas de violencia. Las rupturas sociales que cambian los patrones de la actividad humana, como el aislamiento, las restricciones en el movimiento, la pérdida de empleos, los problemas económicos, tienen un impacto más severo en las mujeres y las colocan en condiciones de mayor riesgo. Asimismo, bajo estas condiciones, se incrementan las oportunidades para la explotación y el abuso.

En América Latina la emergencia provocada por el COVID-19 fracturó los lazos existentes en las comunidades y las familias, aisló a muchas mujeres, las dejó encerradas con sus agresores y redujo los limitados recursos de apoyo disponibles. Por eso, la pandemia también generó muchas oportunidades para el incremento de la violencia doméstica y sexual, los asesinatos y las desapariciones de mujeres y niñas. También se generaron las condiciones para el incremento de otras formas de violencia como el ciber-acoso y la violencia sexual callejera para las mujeres que por sus condiciones de vida o laborales no podían darse el lujo de confinarse.

Los datos disponibles en diferentes países muestran que, si bien se produjo un descenso de la violencia contra los hombres, como resultado de las medidas confinamiento y de restricción de movilidad, las diferentes manifestaciones de la violencia contra las mujeres más bien se incrementaron. Situaciones similares han sido reportadas con anterioridad en otros tipos de emergencias como huracanes, terremotos, así como en los procesos de desplazamiento forzoso.

En el caso de Costa Rica, según datos de Infosegura, en el 2020 los homicidios de hombres decrecieron un 3 %, pero los de mujeres aumentaron un 38 %.

En el caso de Costa Rica, según datos de Infosegura, en el 2020 los homicidios de hombres decrecieron un 3 %, pero los de mujeres aumentaron un 38 %. El Consejo de Ministras de la Condición de la Mujer de Centroamérica reportó que durante la pandemia la violencia física contra las mujeres se incrementó en toda la región con cifras que van desde el 12 % hasta el 38 %, dependiendo del país. Solo en El Salvador, entre enero y abril del 2021, desaparecieron 306 mujeres y niñas. En Perú, más de 2 000 mujeres han desaparecido desde que inició la pandemia y de esas, casi dos tercios son menores de edad. En Colombia y Brasil se reportó un incremento de más del 50 % en casos de violencia intrafamiliar en el 2020.

Los datos anteriores nos indican que la independencia, la libertad, el bienestar y la integridad de las mujeres son parte de las víctimas silenciosas de la pandemia. Sin embargo, los gobiernos del mundo, incluyendo el de nuestro país, no tomaron ninguna medida específica para proteger a las mujeres y las niñas bajo las nuevas circunstancias de peligrosidad creadas por la pandemia. Tampoco se tomaron medidas para amortiguar el impacto diferenciado por género de la emergencia, lo que colocó a las mujeres en condiciones de mayor riesgo frente a las diferentes formas de violencia.

Si queremos prevenir y enfrentar estas formas de violencia es necesario transformar los factores estructurales que la provocan: las desigualdades, el autoritarismo en los espacios públicos y privados, la masculinidad asociada al control y la dominación, la impunidad, el racismo, la xenofobia, los fundamentalismos y las jerarquías de poder que naturalizan las normas tradicionales de género. Es imperativo también promover la construcción de ambientes no violentos y colaborativos en todos los espacios familiares, comunales e institucionales. En este aspecto, las instituciones educativas tenemos una gran responsabilidad. Tenemos también una gran responsabilidad en promover procesos de construcción del conocimiento que ayuden a visibilizar estas formas de violencia, a entender sus causas y a plantear alternativas para incrementar el bienestar, la justicia, el acceso a oportunidades y recursos, lo que ayudaría a reconstruir el tejido social, a recuperar un sentido de empatía y solidaridad, y a eliminar la precariedad de la vida.

 

Montserrat Sagot
Directora del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM)