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Etiqueta: vulnerabilidad

FEUNA propone estrategia para combatir la exclusión educativa a nivel nacional

– Según el Ministerio de Educación Pública (MEP), la exclusión educativa se ubica en una cifra entre 54.000 y 91.000 estudiantes fuera del sistema educativo.
– Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional (FEUNA), propone una estrategia conjunta para combatir la exclusión educativa, y así apoyar al MEP desde las universidades públicas, el Estado de la Educación y otras entidades que puedan sumarse.

Ante la alarmante cifra de entre 54 mil y 91 mil estudiantes a quienes el MEP les perdió el rastro desde mediados de año, la FEUNA propone una ambiciosa estrategia para combatir la exclusión educativa a nivel nacional. Consiste en una propuesta conjunta para localizar y reincorporar a las personas estudiantes que se han visto forzadas a interrumpir sus estudios, específicamente en los ciclos de primera infancia, básico y diversificado.

Esta propuesta, presentada a las autoridades del MEP y a la propia ministra Guiselle Cruz el pasado 15 de noviembre, busca establecer un equipo de trabajo integrado por especialistas del Ministerio, las universidades públicas, el Estado de la Educación y otras organizaciones competentes, el cual sea responsable de planificar, ejecutar y dar seguimiento a una estrategia conjunta para combatir la exclusión educativa.

La estrategia ofrece recurrir al voluntariado estudiantil universitario, así como los proyectos comunitarios que ya desarrollan las universidades públicas en todos los territorios del país, como un pilar para lograr realizar visitas casa a casa y así promover la reincorporación de estudiantes al sistema educativo. Además, se contempla una activa participación de las comunidades y sus organizaciones de base, por ejemplo, las Juntas de Educación.

La propuesta, parte de la campaña de la FEUNA llamada La educación también salva vidas, cuenta con el respaldo del Consejo Nacional de Rectores (CONARE), y busca invitar a diferentes sectores, tales como entidades privadas, sindicatos, gobiernos locales, cooperación internacional, instituciones públicas, partidos políticos y la sociedad en su conjunto, para unir esfuerzos frente a esta grave problemática. De lo contrario, se corre el riesgo de ocasionar una nueva generación perdida como sucedió en la década de 1980; es decir, hipotecar el futuro del país y especialmente el de las poblaciones y territorios en mayor vulnerabilidad.

“Estamos a la espera de una reunión con el presidente de la República para conversar sobre el detalle de la propuesta. Agradecemos profundamente el apoyo manifestado por la señora Ministra de Educación, las cinco universidades públicas y el Estado de la Educación a esta propuesta. Como país no podemos permitirnos una nueva generación perdida que hipoteque nuestro futuro”, señaló Noel Cruz, presidente de la FEUNA.

Medidas adicionales para las personas con discapacidad ante el COVID-19

Luis Fernando Astorga Gatjens,
luferag@gmail.com

El Consejo Nacional de Personas con Discapacidad (CONAPDIS) ha venido demandando, a las autoridades de Gobierno y a distintas instituciones públicas, la necesidad de que implementen un conjunto de medidas adicionales de protección para las personas con discapacidad, en atención a la declaratoria de Emergencia Nacional por el COVID-19.

Este esfuerzo es tan necesario como oportuno. El pasado martes, 17 de marzo, la Relatora Especial sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, la costarricense Catalina Devandas, reclamó que se han tomado escasas medidas para proporcionar la orientación y los apoyos necesarios a las personas con discapacidad, para protegerlas del contagio de la actual pandemia del COVID-19 que afecta al mundo y a nuestro país. Devandas expresó que “este apoyo es básico para su supervivencia”, por lo que solicitó a los Estados la adopción de medidas adicionales de protección social, y atención de salud oportuna, de calidad y en lugares que garanticen su seguridad y privacidad, en función de que las personas con discapacidad cuenten con apoyo seguro a lo largo y hasta que termine la crisis.

“Las personas con discapacidad se ven afectadas de manera desproporcionada en situaciones de desastre, emergencia y conflicto debido a que las medidas de evacuación, respuesta (incluidos los refugios, los campamentos y la distribución de alimentos) y recuperación les resultan inaccesibles”. (DESA-ONU).

Muchas personas con discapacidad se consideran particularmente vulnerables ante el coronavirus y, por el hecho de la necesidad de asistencia personal, mayor limitación para la movilidad, acceso limitado a la comunicación, son de alto riesgo de contagio. El Gobierno y demás entidades públicas y privadas, que están atendiendo esta desafiante crisis, deben tomar muy en serio estos justos y acertados llamados a poner atención a la situación particular de este sector poblacional, que suma entre 670 640 personas (Censo, 2011) y más de 900 mil (ENADIS, 2018).

Como bien señala el ente rector en la materia: “esta vulnerabilidad se ve incrementada debido a que el 52.4% de la población total con discapacidad, se ubica en los dos quintiles de menor ingreso (214,370 mujeres y 138,627 hombres)”. Y la pobreza y la exclusión social, como es bien sabido, hacen que las personas sean más afectadas por las distintas crisis y ésta de carácter sanitario, las hace severamente vulnerables.

Esta vulnerabilidad se extiende, inevitablemente, a sus familias ya que muchas personas por su condición de discapacidad, demandan la atención directa y cotidiana de familiares. Como ha advertido el CONAPDIS: “la actual situación de emergencia nacional por el COVID-19 limita el contacto entre familiares y coloca en situación de riesgo, abuso o negligencia a las personas con discapacidad.”.

Con el propósito de asegurar el cumplimiento efectivo del derecho a la salud para este amplio sector de la población nacional, se demandan esas medidas adicionales, subrayando –eso si—que no es por su discapacidad “sino, porque muchas de ellas tienen condiciones de salud de riesgo y se encuentran en una situación sensible.”

Cabe aquí invocar el Artículo 11 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad sobre “Situaciones de riesgo y emergencias humanitarias” (CDPD, ONU, 2006) que indica lo siguiente: “Los Estados Partes adoptarán, en virtud de las responsabilidades que les corresponden con arreglo al derecho internacional, y en concreto el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, todas las medidas posibles para garantizar la seguridad y la protección de las personas con discapacidad en situaciones de riesgo, incluidas situaciones de conflicto armado, emergencias humanitarias y desastres naturales.”

El oportuno llamado del CONAPDIS incluye como interlocutores, en arreglo a la situación y ámbito que se atienda, al Gobierno, al Ministerio de Salud, a la CCSS, al Ministerio de Trabajo, al MEP y sus Centros de Atención Intergral (CAI), al IMAS, Municipalidades (Comités Municipales de Discapacidad), entre otras entidades públicas. Igualmente, el llamado debe llegar a la conciencia y a la acción de las entidades privadas y actores de sociedad civil, que puedan aportar a este esfuerzo inclusivo.

Es necesario pensar que lo necesario y bueno para este sector significativo de la población es bueno y necesario para toda la sociedad costarricense. Todas y todos estamos en la misma barca que enfrenta la tempestad de esta pandemia global. Rememos todas y todos en el mismo y solidario esfuerzo mientras se supera la crisis.

Publican primer boletín del Observatorio de Bienes Comunes

El pasado mes de julio, el Foro Económico Mundial dio a conocer un informe titulado “El Futuro de la Naturaleza y los Negocios”, en este informe se exponen desde su perspectiva algunas de las amenazas que enfrenta el planeta, pero también procura proponer alternativas que permitan minimizar las actuales condiciones de vulnerabilidad que afectan los ecosistemas, además su análisis se enmarca en las graves consecuencias de la Pandemia del COVID19.

¿Qué es el Observatorio de Bienes Comunes: Agua y Tierra?

El Observatorio de Bienes Comunes: Agua y Tierra es un esfuerzo más de articulación entre el Programa Kioscos Socioambientales y el CIEP que tiene como propósito contribuir en la problematización del contexto que nos interpela a todos y todas desde esta perspectiva, a través de la generación de información y espacios de diálogo sobre las dimensiones y relaciones presentes en los conflictos socioambientales relacionados al origen, propiedad y gestión de los bienes comunes. Pretende a través de monitoreos, campañas, talleres en comunidades, articulación con proyectos similares de acción social e investigación, generar información oportuna y vínculos de articulación para evidenciar el estado de los bienes comunes en Costa Rica, y favorecer una mayor conciencia sobre los desafíos que representa la gestión democrática de estos bienes para nuestra sociedad.

Este documento fue elaborado por el Equipo del Observatorio de Bienes Comunes.

Compartimos el documento:

El consistorio del diálogo social

“Algunos ciegos no solo son de los ojos, sino también del entendimiento.” (Saramago)

Manuel Hernández

El Gobierno de la República, después de infructuosos intentos, en mancuerna societaria con la Presidencia de la Asamblea Legislativa, el 11 del mes en curso, convocó a un proceso de diálogo social multisectorial, que será solemnemente inaugurado el próximo sábado.

Ese planteamiento oficial amerita algunos comentarios puntuales.

1.- Esta última convocatoria se produce al calor de la crispación política, las reacciones y la rabia legítima de amplios sectores populares, que en el foro público están manifestando su inconformidad contra la agenda de implementación de los proyectos de ley y otras iniciativas que el Gobierno estaba poniendo en bandeja de plata al FMI para “negociar” un instrumento de asistencia financiera por un monto de $1.750 millones.

La divulgada convocatoria, por tanto, no corresponde a una genuina vocación de diálogo del Gobierno, que a lo largo de más de dos años ha demostrado manifiestamente que no tiene esta franca voluntad.

La flamante convocatoria es una salida política coyuntural, bien calculada, con la finalidad de aplacar el escenario de agitación social que causó el fallido planteamiento de negociación del préstamo con el FMI.

2.- Con la finalidad de procurarle alguna credibilidad aceptable a esta nueva iniciativa, el Gobierno, por una parte, echó mano de la Presidencia de la Asamblea Legislativa, y por otra parte, recurrió a los solícitos auxilios del Programa del Estado de la Nación (PEN), convertido en socio protagonista de esta emergente empresa.

El Programa del Estado de la Nación ha asumido el rol de “ente facilitador”, que estará a cargo de la estructura de apoyo logístico, pero que las atribuciones que se arrogó el Director del Programa, motu proprio, exceden las competencias que de ordinario tiene una instancia a la que se le atribuya cumplir esa misión de “tercero neutral”.

3.- Tratándose del planteamiento sustantivo de PEN, en primer lugar, corresponde advertir la cuestión que va a ser el objeto del proclamado diálogo social; es decir, el mandato, el denominado “problema” a debatir y solucionar.

La cuestión objeto del proceso, en esta primera etapa, viene determinada, de antemano, con el mayor rigor, con pelos y señales, en términos macro económicos, tendiente a reducir la situación del déficit primario y el endeudamiento.

Cualquier propuesta de los actores participantes tiene que necesariamente circunscribirse a alcanzar las metas o parámetros económicos definidos anticipadamente.

Entonces, el proceso tiene una dinámica unidireccional, con un producto esperable que ya viene modelado, embutido, de suerte que cualquier propuesta queda totalmente subordinada al cumplimiento de este único objetivo.

Cualquier otra iniciativa “loca”, como lo manifestó el Director del Programa del Estado de la Nación, queda fuera de lugar; sujeta al escrutinio del panel de expertos, correligionarios de las escuelas de Friedman, Buchanan y Hayek, que le compete determinar la razonabilidad técnica de las propuestas y certificar que las propuestas o recomendaciones cumplan con los parámetros económicos predefinidos. Esto se llama control de calidad.

4.- No queda la menor duda que se trata de una propuesta estrictamente de carácter fiscalista, de corto plazo, que al final se reducirá a un ajuste de cuentas: aumento de ingresos y reducción de gastos.

Este planteamiento le permitiría al Gobierno, haya o no acuerdo, en definitiva, terminar el resto del período constitucional que todavía le queda, que prácticamente se agota el próximo año. Después vendrá la infaltable fiesta electoral.

La solución de los problemas estructurales de nuestro país, la reconstrucción económica y social, la desigualdad social, la desigualdad de género, la reactivación del tejido productivo, la generación de empleo, la protección social de los más vulnerables, queda postergada para la Segunda venida de Cristo.

5.- Por otra parte, el proceso de diálogo se disciplina con una parafernalia e inflexible regulación instrumental, procedimental, que le (auto) confiere al Director del Programa del Estado de la Nación un conjunto desproporcionado de potestades, a saber: la “potestad del lapicero”, la “potestad de vocería”, potestades procedimentales, potestad exclusiva de convocatoria a sesiones, la aplicación de la regla de salida, entre otras.

Estas potestades exorbitantes, cuya titularidad le corresponden en exclusiva a PEN, coloca a la instancia facilitadora en un status de participante protagónico, actor principal de la comedia política, que asume una posición de autoridad, que raya en el dirigismo autoritario.

6.- No deja de ser importante señalar que en un proceso de diálogo, para que sea confiable y democrático, lo primero que se negocia son las reglas del juego.

En este sui generis proceso, por contrario, las reglas de participación las determinó unilateralmente el propio Estado de la Nación.

Es decir, la misma instancia que tendrá a su cargo la administración y logística del proceso, definió a su arbitrio las reglas de participación, las cuales quedan sujetas a su estricta aplicación y exclusiva interpretación.

 

7.- Las reglas definidas unilateralmente configuran una verdadera camisa de fuerza, de tanta intensidad, que si el facilitador estima que los integrantes no están negociando de buena fe, o se retiran de la Mesa, a merced de la cláusula de salida, el PEN tiene la potestad de dar por fenecido el proceso. ¡Caput¡

En consecuencia, hasta ahí llegaría ese ejercicio tan democrático de participación y nos vamos todos tranquilos a la casa, con la satisfacción del deber patriótico bien cumplido, quedando habilitado el Poder Ejecutado, de frente a semejante esfuerzo de diálogo frustrado, a adoptar las políticas públicas y medidas económicas que a su total discreción correspondan.

8.- Aquella potestad de vocería implica que los comunicados únicamente los puede emitir el PEN, cuyo contenido queda limitado a los resultados obtenidos, omitiéndose constar los contenidos de las deliberaciones.

La estructura operativa tiene una plataforma de comunicación, que le corresponde informar a la ciudadanía el avance del proceso, “de manera oportuna y con un mensaje disciplinado.”

En las minutas de las reuniones únicamente se harán constar exclusivamente los temas discutidos, acuerdos o desacuerdos, pero en ningún caso se consignarán las opiniones de los participantes, creándose una cláusula de confidencialidad, totalmente inadmisible.

La “potestad del lapicero” no es más que una potestad de censura previa, en virtud de la cual todo documento debe ser “revisado”, de previo, por la instancia facilitadora y luego, si pasa su escrutinio, puede ser sometido a conocimiento de los integrantes de la mesa.

Queda así desnudado un proceso caracterizado por el verticalismo, el excesivo control, la opacidad, que por contrario, en aras de la transparencia, este proceso debería ser público y transmitido en tiempo real a toda la ciudadanía.

9.- No solo es que el Programa del Estado de la Nación definió el objeto muy calibrado del proceso, las reglas instrumentales, sino además, como si lo anterior no fuera poco, la participación de los sectores y las correspondientes cuotas.

10.- Por último, no están convocados todos los que son. Una serie de colectivos de nuestra sociedad, como pueblos indígenas, colegios profesionales, pensionados y jubilados, judiciales, entre otros, quedaron excluidos.

Mucho menos están convidados quienes en el ágora del espacio público recuperado, están exigiendo un verdadero diálogo social, real, efectivo y democrático, que tenga una vocación transformadora de nuestra injusta sociedad, que ya no soporta tanta desigualdad social.

Decía Voltaire: “Los pueblos a quienes no se hace justicia, la toman por si mismos, más pronto o más tarde”.

La urgencia del Diálogo Social, como un cauce de mediación democrática, de interlocución política, sigue siendo una asignación pendiente en nuestro país.

¡Luces, cámaras, acción!

15/10/2020

Formalización del empleo en Costa Rica – Propuestas de política laboral

SURCOS comparte este texto publicado por la Fundación Friedrich Ebert, titulado “FORMALIZACIÓN DEL EMPLEO EN COSTA RICA – Propuestas de política laboral” y cuyo autor es José Carlos Mora Guerrero. En su presentación, se indica:

“La problemática laboral afecta a la mitad de la población trabajadora en la informalidad. Situación que tiene impacto diferenciado en la calidad de vida de los trabajadores y de las trabajadoras.

La informalidad en el empleo incide en grupos sociales y demográficos vulnerables, como es el caso de mujeres, jóvenes, microempresas y personas de bajos ingresos. La transición hacia la formalidad ha sido relegada, pero el incremento de la informalidad provoca que no se pueda seguir ignorando esta realidad.

Las propuestas de políticas buscan disminuir la informalidad en el empleo, fomentar un mercado laboral más inclusivo y que más personas gocen de los derechos”.

Compartimos el documento para descargar en el siguiente enlace:

La informalidad del empleo en Costa Rica. Caracterización y recomendaciones

La Fundación Friedrich Ebert compartió con SURCOS un texto de José Carlos Mora Guerrero que analiza la informalidad del empleo en Costa Rica.

En la presentación se explica:

“Este diagnóstico y análisis del mercado laboral destaca como uno de los principales problemas a la informalidad del empleo, sus implicaciones sociales, las limitaciones de acceso a un empleo digno y la falta de garantías laborales.

La informalidad en el empleo incide en personas consideradas vulnerables y el incremento de la informalidad en los últimos diez años provoca que esta situación sea, en la actualidad, una prioridad para la política.

Las recomendaciones de política buscan disminuir la informalidad en el empleo, así como generar un mercado laboral más inclusivo y permitir que más personas gocen de los derechos que, por ley, les pertenecen”.

Le compartimos el documento en el siguiente enlace donde hay más información sobre la Fundación Friedrich Ebert y su trabajo.

Comunidades cercadas por monocultivos señalan abandono y vulnerabilidad en contexto de pandemia

El diagnóstico comunitario sobre territorios y poblaciones vulnerabilizadas en el marco de la pandemia, es una iniciativa del Decanato de Ciencias Sociales, la Escuela de Ciencias Políticas, el Centro de Investigaciones y Estudios Políticos, el Programa Kioscos Socioambientales y la Regional Chorotega del Instituto Nacional de Aprendizaje.

Comunidades cercadas por monocultivos señalan abandono y vulnerabilidad en contexto de pandemia

Costa Rica es reconocida internacionalmente por su imagen de país verde e iniciativas en temas de cambio climático y de protección del medio ambiente, incluso en 2019 obtuvo el galardón “Campeones de la Tierra” entregado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Sin embargo, muchos territorios y poblaciones viven diariamente fuertes afectaciones ambientales, sanitarias, laborales y comunitarias, vinculadas con los monocultivos, principalmente de piña, banano, caña de azúcar y palma africana.

Las empresas transnacionales del sector agroindustrial con una especie de empatía estatal, se han dedicado a contaminar mantos acuíferos, ríos, tierras, el aire, al tiempo que generan vínculos laborales violatorios de derechos, según han señalado durante años sectores ecologistas, comunitarios y académicos.

El Diagnóstico comunitario del COVID-19 en territorios y poblaciones vulnerabilizadas, impulsado por proyectos de Acción social de la UCR y el INA Región Chorotega, profundiza en la forma en la que estos conflictos históricos se manifiestan durante el contexto de la pandemia, “los problemas con las piñeras se han dado desde siempre. Están destruyendo el paisaje”– enfatiza Marta Mejía vecina de Medio Queso de Los Chiles, en la Zona Norte, reforzando que la transformación de los territorios y de las formas de vida, vienen sucediendo hace más de tres décadas con el impulso de este modelo de producción.

La contratación de mano de obra barata y deficientes regulaciones ambientales así como el seguimiento de las instituciones pertinentes en torno al uso de la tierra y de agroquímicos, hacen de Costa Rica un escenario atractivo para los monocultivos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, estableció que el país es el número uno en el uso de estas sustancias por hectárea (FAO, 2020), es decir, Costa Rica es el país más fumigado con agrotóxicos en el mundo. Esta falta de regulaciones pero sobre todo la bondad gubernamental hacia el sector privado, no sólo pone en cuestionamiento el ideal de “país verde”, sino que además afecta a las personas trabajadoras, ya que los controles sobre el cumplimiento de derechos laborales y medidas sanitarias es ineficiente.

La pandemia no solo ha incrementado la vulnerabilidad en términos de salud para las personas trabajadoras de este sector, también ha tenido un importante impacto económico para estas comunidades empobrecidas cuya economía está supeditada a la agroindustria y sus cadenas de valor.

Mayor vulnerabilidad durante la pandemia

En tiempos de pandemia, las problemáticas se acrecientan, y el hecho de no tener condiciones laborales propicias, se suma al incumplimiento por parte de las empresas al acatamiento de las medidas sanitarias dictadas por el Ministerio de Salud. Según Evelia Pineda vecina de Los Chiles, “a las personas trabajadoras no se les provee con tapabocas, y no hay utensilios de limpieza e higiene en las plantaciones”, señala con preocupación.

La pandemia no solo ha incrementado la vulnerabilidad en términos de salud para las personas trabajadoras de este sector, también ha tenido un importante impacto económico para las familias, “he escuchado de problemas de pago a las personas trabajadores bajo la excusa de la pandemia”- señala Vicenta, vecina de Upala. Estos dos factores unidos resultan en una fórmula que condensa la desigualdad territorial de las regiones que históricamente han presentado mayores índices de empobrecimiento.

Algunas organizaciones comunitarias, han intentado ser vigilantes de estas empresas, no obstante, como señala Erlinda Quesada de la comunidad de Guácimo, “las empresas dicen que cumplen con los protocolos pero cuando se ha llegado a verificar si eso es verdad, el acceso no es permitido”, mientras continúan otras irregularidades usuales por parte de esas transnacionales, “las empresas esconden a los trabajadores porque no cumplen con las medidas sanitarias”, cuenta René Álvarez recuperador de tierra en Medio Queso, Los Chiles, situación que se presenta de forma similar en Upala, según indica Francisca Wilson “en los cultivos de naranja lo que hicieron fue regresar a las personas enfermas y no reportar los casos. La empresa no la cerraron.”

Según los datos recopilados por el proceso diagnóstico, muchas comunidades identifican una desatención por parte de las instituciones frente a la garantía de condiciones dignas y salubres de trabajo y de vida en general. Sobre esto, se señala que no se han vuelto a ver funcionarios públicos haciendo inspecciones, lo cual agrava las situaciones de irregularidad. En lo cotidiano, la falta de controles provocan que muchas personas trabajen en condiciones deficientes y estén expuestas, por ejemplo, a problemas respiratorios, lo cual puede convertirse en un agravante si se contagian de Covid-19. Sin embargo, no son solo los controles sobre la aplicación de las medidas específicas frente a la pandemia, también se hace hincapié en las afectaciones a la salud que estaban presentes antes de este contexto, relacionadas principalmente con el uso de agrotóxicos y limitación del acceso al agua para muchas comunidades.

Múltiples dimensiones de la problemática

En las plantaciones de monocultivos la mayoría de las personas trabajadoras son migrantes, indocumentadas que dependen del trabajo día a día para solventar mínimamente las necesidades básicas de sus familias, aunque el pago recibido no alcanza para una vida digna, así se trabaje de sol a sol.

Por otro lado, para las mujeres, el contexto pandémico ha profundizado las desigualdades y las violencias, pues les han tocado asumir dobles y triples jornadas laborales dentro del hogar, “al principio fue difícil, porque la mujer está acostumbrada hacer todo en la casa, y ahora tiene que también ver a los niños y a su compañero en casa, el cual no hace nada, es terrible”, cuenta Yamileth vecina de Upala, ama de casa y agricultora. Aunque también, se reconoce que las mujeres han sido resilientes, generando nuevas formas de intercambio y producción, más solidaridad y menos lucro.

Sin lugar a dudas, el panorama que nos arroja el diagnóstico nos desafía como sociedad y como universidad, a seguir construyendo alternativas para la transformación.

Jornadas Solidarias: colectas solidarias para poblaciones vulnerables

Las Jornadas Solidarias son un espacio autoconvocado y organizado por personas autónomas que se solidarizan con las poblaciones más vulnerables y en mayor riesgo.

Desde el mes de marzo han estado apoyando a personas que se encuentran en condición de calle, cuarterías con orden sanitaria (donde viene niños, adultos mayores y mujeres embarazadas) así como casos de familias en pobreza extrema.

Los aportes solidarios se reciben en especie y en efectivo a través de depósitos por SINPE móvil.

Como aporte reciben alimentos preparados, así como diarios de alimentación básica (libre de crueldad animal) e implementos de higiene y limpieza.

Puede seguirlos en el siguiente enlace:
https://www.facebook.com/Jornadas-solidarias-101317718332080/

“Seguimos creyendo que solo la solidaridad nos puede sostener en medio de esta crisis”.

#TernuraRadical
#Solidaridad
#Autonomía
#Autogestión

Un virus y una pandemia

Claudio Monge P.

Un virus recorre el mundo… de Fábrica o natural, algún día quienes estén vivos para entonces, lo sabrán. Los Gobernantes del Mundo se han pervertido a tal grado que, hoy dudamos de su honestidad con justificada duda. Quienes son cómplices o espectadores complacientes de la destrucción de nuestro Planeta, y de las «LIMPIAS» étnicas y ETÁREAS, por consiguiente, son secuaces de esa poderosa MAFIA PLANETARIA. Lo cierto es que este COVID/19 sí mata, y su letalidad se ensaña con la población de Salud vulnerable; muchos de los cuales sobrepasan las expectativas de vida gracias a la SEGURIDAD SOCIAL ESTRUCTURAL y al acceso a la Salud Pública solidaria y de calidad.

Es probable que la vacuna ya esté coronando como el huevo más esperado por la Humanidad, y que como siempre, aquellos mismos que entronizan el pánico en el corazón de los pueblos harán clavos de oro con su comercialización para sus insaciables arcas. Ellos estornudan y los pueblos nos contaminamos. Su Dios es la acumulación fácil de todas las riquezas naturales del Planeta y de la explotación de la Humanidad.

Cuando sus peleas superiores por los mercados y las riquezas los desplazan, son capaces de TODO para sacudir al mundo entero y reorganizarlo a su favor. Algo así como apaguen la luz y vamos de nuevo.

En conclusión, para no alargar esto: el capitalismo neoliberal es la PANDEMIA MISMA. Harán sus comandantes lo que sea para masacrar a la CLASE TRABAJADORA robándole sus derechos. Rebajarán jornadas laborales, se robarán hasta un 75% de sus salarios, atacarán a las UNIVERSIDADES PÚBLICAS, destruirán los Seguros Sociales, debilitarán la Educación Pública, serán los vendedores de los Bienes del Estado y al mismo tiempo sus compradores, masacrarán a las Organizaciones de los Trabajadores y sembrarán odio y división en el SOBERANO atizando dogmatismos y fanatismos religiosos.

Y para derrotar a esta PANDEMIA debemos cuidarnos del VIRUS, y en su momento retomar las calles y todas las formas costarricenses de lucha para no perder la HERENCIA HISTÓRICA que nos ha costado la vida de INSIGNES PRÓCERES y de cientos de PATRIOTAS.

¡La pobreza es el peor de los VIRUS, y el CAPITALISMO SALVAJE Y DESPIADADO ES LA PEOR PANDEMIA!