10 de setiembre – Día Mundial de la Prevención del Suicidio

Siempre, lo primero, es buscar ayuda

Ricardo Millán González
Catedrático, Universidad de Costa Rica
Miembro Correspondiente, Academia Nacional de Medicina

–Todavía me cuesta hablar de lo ocurrido. En ese momento, francamente, no tenía claridad mental y no lograba encontrarle una solución a lo que estaba viviendo. El divorcio fue muy duro, las deudas eran muchas y casi no estaba viendo a los chicos.

–¿Y qué pasó entonces?

–Las ideas de que ya no valía la pena seguir estando se hicieron más fuertes, más grandes. El dolor que cargaba era demasiado, y esa opción parecía una forma de deshacerme de ese malestar. No era que quería morir, solo deseaba no sentir eso más. No estaba durmiendo, la pensadera me agobiaba por las noches y el día lo pasaba con mucha ansiedad. Ya tenía un plan, pero pensando en ellos, en toda mi familia, fue que decidí llamar a mi amigo. Él me trajo a urgencias durante la madrugada. De ahí me refirieron para el control médico y psicológico.

–¿Cómo han ido las cosas desde entonces?

–Al principio era una lucha constante, de todos los días, aunque debo decir que empezar a dormir mejor me ayudó rápidamente. La ansiedad fue bajando, la tristeza se hizo menor. Durante el trabajo en psicología he entendido bien porqué llegué a sentirme tan mal. Ahora comprendo que estaba en uno de los momentos más difíciles de mi vida, pero que se trataba de algo pasajero, solucionable. Es decir, que, con ayuda profesional, con la cercanía de mi red de apoyo, podía salir adelante. Hoy esto es una página pasada, de la que me llevo muchas enseñanzas.

–¿Qué medidas ha podido tomar desde entonces?

–Estoy en contacto continuo con las personas significativas en mi vida. Me han recordado lo importante que soy para ellas, aunque en el momento no lo veía. Cuido mucho los hábitos, como eso que ustedes llaman higiene del sueño, es decir, esas costumbres para dormir mejor y amanecer más descansado; hago ejercicio y mantengo una alimentación más sana y balanceada. Esto, junto con la terapia y el tratamiento médico, definitivamente me han hecho sentir más estable.

¿Qué le diría usted a las personas que están pasando por un momento como el que usted vivió?

–Que a veces la situación es difícil, que la depresión misma hace que uno no encuentre la salida, pero que el apoyo profesional y de las personas cercanas nos ayudan a valorar las cosas desde otros puntos de vista, quizás entendiendo, aceptando, soltando, dejando ir, pero a la vez visualizando nuevas metas, proyectos o etapas que trae la vida. Ahora sé que hay líneas telefónicas de apoyo, que uno puede acudir a los hospitales públicos o privados solicitando ayuda, y que hablar de estos temas cada vez es menos juzgado.

–Entonces, ¿siempre buscar ayuda?

–Exacto, siempre, lo primero, es buscar ayuda.

Recomendaciones para quien está pasando por un momento difícil:

El suicidio es prevenible. Si usted está experimentando un mal momento o ha tenido ideas de hacerse daño, existen muchos recursos a los que se puede echar mano. Como se demuestra en la conversación, entonces, lo primero será siempre buscar ayuda con profesionales; también existen líneas de apoyo, grupos comunitarios o personas cercanas a las que se puede acudir. Hablar al respecto usualmente será liberador, permitirá valorar otros puntos de vista y podrá guiar sobre cuáles acciones se deben de tomar a continuación.

Si el malestar es mucho, a veces eso no permite buscar o encontrar soluciones. Es ahí cuando el apoyo resulta básico para poder forjar un camino hacia la recuperación.

Recomendaciones para quien brinda apoyo:

Si alguien busca apoyo en usted, qué importante que resultará escuchar, dejar hablar, poner atención, ver a los ojos, ser empático. En ocasiones, habrá que contener algún juicio de valor que se pueda experimentar, pero qué necesario resulta reconocer que ese momento se trata de la persona que acude buscando ayuda, no de nosotros mismos ni de nuestros criterios o forma de entender el mundo.

En esas circunstancias, estando usted en una posición de mayor tranquilidad que la persona en crisis, en caso de que no sepa cómo actuar, podrá guiar la búsqueda de una atención profesional, ya sea en psicología o en psiquiatría, en un servicio de urgencias, en un EBAIS o llamando a alguna línea de ayuda. Es decir, delegar la toma de acciones en una persona con experiencia en este tipo de situaciones.

Algunas fuentes de apoyo para una situación de emergencia:

A continuación se enlistan algunos de los lugares a los que se puede recurrir en caso de que usted o algún allegado se encuentre en una situación de crisis o de riesgo de hacerse daño:

  • Hospitales con atención de urgencias en psiquiatría: tanto el Hospital Calderón Guardia como el Hospital Nacional de Salud Mental cuentan con un médico de psiquiatría en el servicio de emergencias las 24 horas.
  • EBAIS, clínicas, hospitales de la seguridad social: otros centros podrían no contar con un especialista en psiquiatría, pero quizás exista personal de psicología. En todo caso, los médicos generales o de otras especialidades, ante una situación de emergencia, podrán gestionar el traslado a alguno de los otros dos centros mencionados.
  • Varios de los hospitales privados en Costa Rica cuentan con médicos psiquiatras de disponibilidad para atender emergencias.
  • Líneas de apoyo:
    • AQESTOY del Colegio de profesionales en psicología de Costa Rica: 800-AQESTOY (800-2737869)
    • Fundación Amy: 84285211
    • Asociación ACOTAR Costa Rica: 22337869
    • Línea de apoyo aquí estoy: 22723774
    • Fundación rescatando vidas: 22730381, 22681098, 22737974
    • En el siguiente link hay también otros recursos a los que se puede recurrir: https://me-qr.com/mobile/pdf/16984614

Una vez más: siempre, lo primero, es buscar ayuda.