Avanzan estudios para prevenir mortal epidemia en Centroamérica

  • Epidemia de la enfermedad renal crónica de causas no tradicionales

 

Laura Ortiz C.

Periodista UNA

 

La Epidemia de Nefropatía Mesoamericana (MeN por sus siglas en inglés), es el nombre que se le da a la epidemia de la enfermedad renal crónica de causas no tradicionales (ERCnT) en la región. Esta es considerada como uno de los problemas de salud pública más importantes en Centroamérica, donde a lo largo de la costa del Pacífico en El Salvador, en los municipios de León y Chinandega en Nicaragua y en algunos cantones de la provincia de Guanacaste en Costa Rica, los casos de falla renal han venido en aumento. Asimismo, fenómenos similares se han reportado en Sri Lanka e India.

Del 18 al 20 de noviembre del año anterior, alrededor de 75 expertos de 18 países se reunieron en el país en el II taller internacional sobre este tema, organizado por el Programa Salud, Trabajo y Ambiente del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional (Saltra-Iret), y el Consorcio para la Epidemia de la Nefropatía en México y Centroamérica (Cencam), con el fin de discutir la evidencia sobre las posibles causas de la MeN, sus secuencias fisiopatológicas, y las similitudes y diferencias con otras epidemias de enfermedad renal crónica no relacionada con las causas tradicionales de diabetes e hipertensión en Sri Lanka y otras partes del mundo. La discusión también incluyó los métodos para evaluar diferentes aspectos de la epidemia, que abarcaron desde preguntas sobre su etiología hasta las intervenciones dirigidas a su prevención.

De acuerdo con Jennifer Crowe, investigadora del IRET-UNA, el informe científico completo de este encuentro está disponible en inglés, y se prepara la traducción a español-, en él se detallan los datos científicos relevantes para las hipótesis de las causas y las recomendaciones para investigación, intervención y búsqueda de soluciones.

Encuentro de factores

“Hubo consenso en que la MeN tiene un componente predominantemente ocupacional. Hay evidencia creciente sobre el papel causal del trabajo extenuante, el calor y la rehidratación insuficiente como factores de riesgo; y se ha progresado en la clarificación de las vías fisiopatológicas del estrés por calor que conduce a la enfermedad renal crónica. Por ende, se justifica realizar estudios de intervención para reducir estos factores en trabajadores de alto riesgo y, de hecho, ya se inició un importante estudio al respecto. Sin embargo, se considera que hay otros componentes que también pueden jugar un papel importante, posiblemente en combinación con estos últimos. La exposición a algunos agroquímicos específicos o a otros agentes tóxicos aún desconocidos, requieren ser evaluados como posibles factores de riesgo relacionados con el origen o la evolución de la enfermedad. Con base en los estudios realizados a la fecha, no existe evidencia sobre la exposición a metales pesados o alcohol como factor único o como factores de riesgo importantes para la MeN”, cita la declaración sobre los resultados del Taller.

El comité también coincidió en que se debe clarificar el papel de los agentes infecciosos, los anti-inflamatorios no asteroideos AINEs, la susceptibilidad genética, las interacciones genético-ambientales y los determinantes sociales, como factores contribuyentes para la aparición y la evolución de la enfermedad.

De acuerdo con Crowe, quien también forma parte de este Comité científico, los participantes en el taller también enfatizaron la necesidad de analizar los factores sociales y económicos que promueven la enfermedad, incluyendo las condiciones de trabajo, el desempleo, el empleo precario y la pobreza en general, a través de estudios tanto comunitarios como en lugares de trabajo. Se destacó la necesidad de proveer entornos de trabajo alternativos y mejorados, particularmente en ambientes con condiciones de altas temperaturas y exposición a agroquímicos, así́ como la necesidad para mejorar la atención de la salud de las víctimas de la epidemia.

El informe también menciona que se le dio alta prioridad a los enfoques regionales coordinados para estudiar la prevalencia y la etiología, y para evaluar las intervenciones. También al enfoque global de la ERCnT para entender las similitudes y diferencias de esta epidemia en diferentes áreas geográficas.

“En particular, es necesario realizar estudios estandarizados (incluyendo estudios sencillos de prevalencia) que permitan hacer comparaciones válidas entre países y regiones. Este es un paso muy importante para determinar si la epidemia de ERCnT en Centroamérica que hemos llamado MeN, es similar a las que están ocurriendo en otras partes del mundo. A su vez, el tener un mejor entendimiento sobre el grado en que la ERCnT está ocurriendo en múltiples localizaciones, podría proporcionar información importante relacionada con las causas probables de esta enfermedad mortal”, explicó Crowe.

Según Crowe, la enfermedad ha sido priorizada por la Organización Panamericana de la Salud y el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana y la respuesta académica es fundamental para disminuir el sufrimiento de algunas poblaciones, especialmente la de los trabajadores de la caña de azúcar, afectados a lo largo de Mesoamérica.

 

Para conocer el informe completo del II Taller Internacional de MeN puede ingresar al sitio www.saltra.una.ac.cr, ahí encontrará una versión en inglés que pronto se publicará en español. Mayor información con la investigadora Jennifer Crowe (8362-8722) o con la Oficina de Comunicación de la UNA (2277-3066).

 

*Imagen de portada con fines ilustrativos tomada de connectas.org

Enviado por Laura Ortiz C., Periodista UNA.

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