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La decadencia de los Arias Sánchez

Oscar Madrigal

De las cosas llamativas de la política costarricense de los últimos años es la pérdida del caudal político de los hermanos Arias Sánchez. El capital político que estos personajes mantuvieron por más de 30 años lo han perdido.

Oscar Arias se dedicó sobre todo estos últimos 4 años a pasar desapercibido, sin enfrentar los ataques permanentes del presidente Chaves, escondido, acobardado, sin utilizar su fuerza política. Probablemente su cobardía tenía sus cálculos políticos, pero la realidad es que esa conducta lo llevó a ser hoy un político sin mayor influencia.

Hasta los gringos lo desconocieron, lo despreciaron, lo humillaron al revocarle la visa y su respuesta fue la de sentirse abatido y postrado.

El caso de su hermano Rodrigo Arias es aún más patético, penoso y ridículo. Gestionó durante los últimos 4 años para ser presidente de la Asamblea Legislativa, al inicio con el apoyo de Chaves. Pero luego, ha sido vilipendiado, humillado hasta el insulto, sin que haya habido de su parte una reacción fuerte y categórica. La imagen de Rodrigo Arias y por consecuencia de los hermanos, es de apatía, enfermedad, sin ningún ánimo ni fuerza para promover alguna acción política. El ejemplo más claro de decadencia de los hermanos Arias lo da Rodrigo.

Las cosas han llegado hasta el extremo de que los hermanos Arias Sánchez son actualmente de los políticos más desprestigiados del país.

La última salida pública de Oscar Arias no fue para defenderse de los ataques de Rodrigo Chaves sino para atacar solapadamente a Liberación Nacional.

Oscar Arias ha pasado callado 4 años, soportando los insultos de Rodrigo Chaves sin reacción alguna de su parte, soportando incluso que su influencia política se reduzca a muy poco. Y según parece, también su influencia económica, venida a menos.

¿Se han resignado los hermanos Arias a morir políticamente?

Se sabe que la ambición de esos personajes es casi infinita, por lo que es difícil aceptar ese supuesto.

¿Cómo los calló Chaves? ¿Con chantajes? No hay respuestas claras.

Pero todo parece indicar que asistimos al fin de la era de los Arias Sánchez.

En defensa de la democracia

Javier Francisco Cambronero Arguedas

Escribo desde la sala de mi casa, con la tranquilidad aún de que nadie me puede interrumpir o sacar de mi hogar a la fuerza, o hacerme sentir temor por lo que escribo y pienso. Vivo aún en una de las veinte democracias más plenas del mundo. Y eso no es fruto de la causalidad. Eso ha costa construirlo …y ahora debemos cuidarlo. He sido heredero de la Costa Rica edificada por mis padres y abuelos, y claro, ellos no fueron perfectos, pero de lo que no puedo dudar es que todo lo que hicieron, fue por nosotros; con sus errores y demás, este país es perfectible, y ellos nobles y honestos. Nací en un país donde la familia de mi mamá eran ardientes calderonistas. Y la de mi papa, fervientes liberacionistas. En eso, posiblemente no me debo diferenciar mucho de mi generación. En tanto, la Costa Rica en la que creen mis hijos y nietos, es un país multipartidista, el de la democracia bicentenaria y donde se requiere por parte de los gobernantes, mayor habilidad, mesura y prudencia para discernir el signo de los tiempos; sobre todo si se trata de política electoral. Pues por ahí andan unos pocos lobos con piel de oveja tratando de confundir a la gente noble y buena. ¿Si nuestra democracia es la mejor del mundo? No lo sé, a lo mejor sí, a lo mejor no. Pero de lo que sí estoy seguro es que nuestros antepasados no fueron tan tontos n sinvergüenzas como ahora nos quieren hacer creer. Ella ha sido instrumento transformador de la realidad, para que cada generación de costarricenses viva mejor que la anterior y disfrute a plenitud del conjunto de derechos y libertades de las que hoy disfrutamos, y que costó sangre, sudor y lágrimas de muchos. Nuestra historia no es lineal, es la suma de hechos consumados por un pueblo de hombres y mujeres estudiosos, sabios, trabajadores. Doscientos años de historia que nadie nos la robará; ni mucho menos nos confundirán ofreciéndonos la errada y pobre idea de que en el pasado todo fue malo, oscuro y malévolo. Como hijo de la educación pública costarricense, de mi padre afanoso trabajador y comerciante que alcanzó hasta séptimo año en su formación, de mi madre laboriosa mujer de hogar y que llegó hasta cuarto grado de primaria, no puedo callar ante la infamia y mentira levantada por quienes hoy nos gobiernan y desean golosamente seguir en el poder, arrebatándonos nuestros más grandes logros democráticos y republicanos. Damos hoy esta lucha por la patria que hemos de heredar a esta y futuras generaciones. Lucía, Víctor Emiliano, Leonora, Julián Gabriel, Camila y Leonel Mariano, esta patriótica lucha contras anarquistas, fascistas y “confundidos” es por ustedes.

Hay personajes que, en la historia, inmerecidamente han pasado desapercibidas. En esta caso, hago referencia al pensador florentino Brunetto Latini, quien en el siglo XII habitó Florencia, en Italia. Y que, con su sabiduría y aporte a la política, contribuyó a marcar derroteros de bien, decencia y humanismo, Brunetto abogó por la república y reconoció en ella, la mejor forma de gobierno para combatir tiranías, autarquías y monarcas injustos. A través de la Republica se incubaba la existencia de un conjunto de libertades y derechos en aquellas sociedades medievales, que poseían gérmenes democráticos. Mientras que el resto de Europa se desangraba en guerras, caos, violencia y muerte. Las ideas de Brunetto contribuyeron a que la paz prevaleciera y Florencia prosperara; allí el arte, la cultura, la música y el comercio, florecían en ese momento como en ningún otro sitio de Europa e Italia. Sus aportes a la política y la filosofía estaban imbuidos del sano y bien uso del lenguaje, disciplina y habilidad que privilegiaban para buen gobernar, para poder comunicar bien y desarrollar el difícil don de la escucha. Abogo para que, en la instrucción ofrecida en la época, partiera de las bases de las enseñanzas de los humanistas latinos de la Antigüedad. Sus ideas, poco a poco permitieron salir de la oscuridad a muchas de las sociedades medievales. Se tradujeron en prosperidad, progreso y buen gobierno para esos pueblos.

Desde días atrás he venido escribiendo y compartiendo algunas preocupaciones que me embargan sobre el futuro de nuestra democracia y su salud. Escribí el 4 de mayo de 2022 “En el poder político el traje también se lleva por dentro”. El 6 de diciembre de 2023 “Crisis educativa y golpe de timón”. El 14 de julio de 2024 “Songo le dio a Borondongo”. El 13 de setiembre de 2024 “Haca una sociedad más justa y equitativa”. El 14 de enero de 2025 “De cómo Tío Conejo no aparece en el cuento Domingo Siete”. El 26 de enero de 2025 “De aprendices y absolutistas”. El 30 de marzo de 2025 “De colmillos desafilados y felinos desdentados”. A través de estos escritos, he diseccionado el particular estilo de gobierno de Chaves Robles y las amenazas que desentrañan, que el poder político en Costa Rica continuara en las manos por el grupo que lo acompaña. A mí me embarga gran pena cuando algunos ciudadanos de a pie, defienden y confían ciegamente en lo que Chaves o Cisneros digan sobre esto o aquello. Y menciono “digan” porque en tres años y medio de allí no han pasado. Serán recodados ambos, por un periodo de gobierno absolutamente insulso e improductivo, lleno de retórica vacía, hueca, y mal intencionada muchas veces. Quienes sí deberían defender a este gobierno son los pequeños y endogámicos grupos de poder, que están detrás de él y que, desde la campaña política anterior, intentar permanecer ocultos tras el anonimato y las sombras. Por ejemplo, Calixto Chaves y otros financistas, poderosos empresarios con pérfidas intenciones, que ya no disimulan, sus ambiciones siguen siendo amasar mayor fortuna a través de los negocios que desde lo público, pueden llegar a establecer. Esos son los directamente beneficiados. Tras tres años y medio aun no comprendo la ceguera que acompaña a los acólitos de Chaves que lo presentan y creen en él y Cisneros como verdaderos mesías y redentores; que reescriben la historia patria a través de fugaz paso por el poder. Serán recordados por el cuatrienio de las fallidas y ruinosas Ruta de la Educación, la Ruta del Arroz, la Ruta del rebajo de los medicamentos, los récords en homicidios. El chavismo entregará un país más endeudado, pasando la deuda pública de 32 billones de colones en 2021 a 35,3 billones de colones en 2024; de simular inauguraciones de vías, como la punta sur hacia San Carlos, en mayo de este año, semejante más a inaugurar con carretillos trillos y trochas para perros y monteadores, con cutacha en mano. Así llega el chavismo al cierre de su periodo constitucional; exhausto, sin logros, vacío, profundo, amorfo y extremadamente peligroso.

En el ámbito educativo, esta administración disminuyó el aporte estatal de poco más del 7% del PIB a un 5,2%, agravando de esa manera las carencias que el sistema ya venía arrastrando y que no fueron acometidas con seriedad, dedicación y esmero. Como muestra, tan incapaces han sido que, en cuatro años, no fueron capaces de postular un solo educador o educadora para el Premio Nacional Mauro Fernández A. Diay una educación empobrecida limita severamente el salto cualitativo de muchas generaciones, hacia el futuro.

He hecho un esfuerzo para entender a los seguidores de Chaves y Cisneros, arropadas sus ideas e intenciones ahora en un partido taxi financiado por un exliberacionista -curioso, tanto que dan alaridos contra PLN y otros partidos- “que Chaves y Cisneros nos han abierto los ojos y oídos sobre lo que venía ocurriendo en CR”. “La verdadera dictadura de los Arias ha sido desenmascarada”. “Es que no lo han dejado trabajar”. “sus enemigos son la prensa canalla, los diputados, la contralora, la Sala Constitucional y ahora el Tribunal de Elecciones”. “Este gobierno esta haciendo historia porque aquí nadie roba y no hay corrupción”. “Que los corruptos fueron otros y eso se acabó el 09 de mayo de 2022”, “que la ola de homicidios y violencia es culpa de otros y de un poder judicial blandengue”. “Que la CGR estorba su trabajo y últimamente el TSE no lo deja anunciar “sus obras”. Veremos como desmenuzamos cada una de esas afirmaciones, que han contribuido a elaborar un relato de desinformación, mentiras y que han contribuido a cimentar un mensaje de odio y división. Y que amenazan seriamente nuestra democracia y régimen de libertades.

Estos elementos y otros diviesos más son los síntomas de una grave crisis de educación ciudadana, que carcome al país y que inició aproximadamente hace unos 25 años; cuando un conocido político nacional, contribuyó a cimentar un discurso venenoso que todo lo que oliera a política era nefato y corrupto. Que en este país había dos tipos de personas los corruptos -que son ellos- y los no corruptos -nosotros-. Esas peligrosas divisiones maniqueas, de separar la sociedad en dos bandos, ellos y nosotros; los corruptos y nosotros, es una manera reducida y perversa forma de dividir. Y esa división es malvada y deliberada. Por eso Chaves en sus estridencias, no viene a descubrir el agua tibia; se monta en esa retórica y un discurso que ya llevaba algún tiempo fraguándose en nuestro medio. Se enfoca sobre todo en el PLN, y en realidad ya Costa Rica a partir del 2000 iniciaba su tránsito del bipartidismo hacia el multipartidismo, lo cual debería conducir a afinar las capacidades de los gobernantes, pues los costarricenses, cansados del bipartidismo estaban ampliando el abanico electoral con lo cual habría mayor representación en otros partidos en la Asamblea Legislativa, de manera que la negociación se transforma en virtud para asegurar la gobernabilidad. Chaves y sus seguidores aún no entienden que no se gobierna solo. El PLN perdió el poder político desde 2014 y desde entonces sus fracciones parlamentaras cada vez son menores. En consecuencia, requerimos de una mayor sagacidad de nuestros gobernantes. Y aquí no defiendo al PLN, pues quienes me conocen saben que mi único familiar que fue liberacionista fue mi papá. El chavismo no contribuye a la creación de una nueva Costa Rica, pluripartidista; todo lo contrario, ese proceso ya inició desde años atrás y más bien Chaves y Cisneros representan una especie de contrarreforma antidemocrática. No les gusta la democracia, les molestan los controles y que se piense diferente a ellos. La democracia tiene sus propias reglas, y sigue siendo la mejor forma de gobierno conocida. A pesar de que un diputado afín a Chaves y a su candidata, ya nos esté amenazando de que mejor nos vayamos a vivir a otro lado, antes de que “ellos lleguen al poder otras vez” porque entonces se encargarán de hacerlo. Olvida este infame personaje, que el voto directo y secreto cumple cien años en Costa Rica. Esa opinión de que la política es nefasta y es de corruptos en nada ha contribuido a cimentar el civismo costarricense con mayor fuerza. Ha sido contraproducente y ha ocasionado que la gente se aleje de la política y renuncie a participar en ella y a asumir una actitud más activa sobre la res pública. No todas las personas que nos gobiernan o han gobernado han sido corruptas. La política es el arte del servicio y la búsqueda del Bien Común. No vamos a renunciar a soñar con mejores condiciones de vida para todas las personas. Por eso la educación cívica debe ser reforzada. La reforma impulsada desde 2010 ha contribuido a su debilitamiento y que se diluya; debemos construir ciudadanía y de esa manera cambiar programas de estudio y no seguir lo propuesto en programas de estudio vigentes. Creo más bien, que un año más en enseñanza secundaria, es necesario, semejante a los colegios técnicos y Bachillerato Internacional. Con predominio de formación cívica. Las ciencias y por qué no, otra lección más de filosofía.

Sobre la lucha contra la corrupción, qué podemos decir de este gobierno donde Chaves y varios su acólitos, seguidores de poses autoritarias, verborreas y confrontaciones estériles y amenazantes, no ocultan sus simpatías por Bukele u Ortega. Sobre este último el gobierno ha evitado tres años y medio señalarlo como dictador. Ahora que se abrieron los fuegos electorales, cómo entender que en la componenda Chaves-Cisneros, su candidata a través del partido del exliberacionista Calixto Chaves, es sujeto de diversas causas penales, así como el exvicepresidente y ahora candidato a diputado, el señor Brunner. ¿Que no han sido sentenciados y hay presunción de inocencia? Bendito Dios, eso es cierto, ¿pero hay mínimos de decencia y decoro que no deberían ser traspasados, por nadie y mucho menos por los que aspiran a gobernar? Las candidaturas de Pueblos Soberano suman 59 causas judiciales, ¡qué manera! Entre sólo 14 personas se concentra esa abrumadora y nada desdeñable cantidad, y quien encabeza esa lista tan particular es la flamante exministra de educación, con 8 causas. ¿Que algunas de estas causas van a ser subestimadas?, es muy probable, lo sé, pues el sistema funciona, y la presunción de inocencia sigue siendo algo invaluable en Costa Rica y así debe ser. Sin embargo, mucho cuidado han de tener los votantes sobre todo de Alajuela, San José y Heredia, para no dejarse engatusar por gente cuestionada. Los costarricenses no recordamos nada semejante en la historia política moderna del país. Y en el caso de Heredia, Marta Esquivel encabeza a pesar de que no le ha dado la gana devolver salarios que cobró a la CCSS. Los electores costarricense han de ser más exigentes para exigir mayor decoro y decencia a las Asambleas Nacionales de los partidos políticos a la hora de designar a las personas candidatas a los puestos de elección popular. Es muy probable que el cartel que presenta el partido chavista y su ungida, acumule mas causas que todos los demás partidos juntos. Cuando en realidad toda persona que aspira a un puesto de elección debería de llegar sin mácula.

¿Que este gobierno ha desenmascarado la corrupción de otros y que son paladines de la justicia? ¡por favor! Así como en el pasado ha habido tragos amargos asociados a casos de corrupción, ya la administración Chaves ha cosechado sus propios bochornosos casos. Hay otros hechos bajo investigación que también podrían ser configurados como tales. ¿A quién le va a echar la culpa ahora? Veamos: a) Caso Barrenador en la CCSS. Donde intentaron impulsar contratar a diversas cooperativas varios EBAIS del Área Metropolitana, con un perjuicio a la CCSS por 126 mil millones de colones, que nos costaría a todos los costarricenses. B) Caso Comején por favorecimientos a empresarios cercanos al gobierno en talas e incumplimientos ambientales en Caribe Sur, concretamente áreas protegidas de Gandoca Manzanillo. Estas conductas facinerosas presumiblemente son parte de favorecimientos a empresarios turísticos cercanos al gobierno, y otros que ahora aparecen en caso de Papagayo. C) Caso Richter en materia electoral, donde hay involucrados funcionarios de esta administración y políticos del PUSC, hoy algunos tránsfugas al chavismo. Pues hay favorecimientos en contrataciones del MEP y contribuciones no reportadas al TSE en elecciones del 2022 y para municipales de 2024. No nos debería de sorprender que investigaciones llevadas a cabo en el ICE y RACSA con posibles favorecimientos a empresas como CISCO y DATASYS sobre red 5G, por $42 millones y $160 millones respectivamente, sin mayor disimulo. Posible implicación de altos funcionarios del ICE y RACSA de esta administración.

¿Y sobre el mismo don Rodrigo Alberto Chaves qué podemos decir? Enfrentó días atrás un proceso de desafuero que no prospero en la Asamblea Legislativa, pues -gracias a Dios, nuestro sistema que, aunque imperfecto, funciona-, destaco el hecho de SI hubo 34 de 57 votos a favor de levantarle su inmunidad, ese es un número que habla por sí mismo. Esta misma semana el país ha sido testigo de cómo el Tribunal Supremo de Elecciones eleva ante el primer poder de la República, solicitud de investigación para levantamiento de inmunidad por 15 causas, de 27 que mantiene abiertas aún. Su carencia de humildad y tacto político no le han permitido entender que esto no es una monarquía, es un régimen republicano con presencia de varios poderes y una constitución que él mismo juró respetar. Ahora esta causa, es por beligerancia política. Su arrogancia y temperamental conducta, no le han permitido mirar más allá de sus narices. Intentó meter sus narices en un banco público para indagar sobre el estado de un crédito para un cliente. O sea accedió a información sensible de manera indebida e irregular, así como podría fisgonear en cualquier asunto de la vida privada d cualquier costarricense. En su berrinche destituyo la Junta Directiva de ese banco y al hacerlo con violencia y sin razón, ahora la sala constitucional restituyes a eso señores. De igual manera meses atrás lo había hecho con la Junta Directiva de la CCSS la cual los tribunales restituyeron, al haber sido destituida sin seguir los procedimientos ordinarios y dejarse llevar por enojos calenturientos poco aconsejables para una persona de su investidura.

Ha atacado la prensa desde el día uno de su administración; pero no olvidemos que el 1 de diciembre de 2022, Chaves otorgó un premio doña Olga Cozza de Picado, dueña de Teletica, como paladín de la libertad. Sin embargo, él y su séquito no han escatimado esfuerzos para basurear a ese medio. ¿Quién los entiende?

Han atacado Chaves y Cisneros a Asamblea Legislativa un día y otro también. Sin embargo, ese grupo de diputados, o al menos la mayoría, le han votado todos los préstamos que él ha solicitado. Y el mismo presidente en sus berrinches y poses de adolescente, ha decidido prescindir de un ministro de la presidencia que, en una democracia sana y madura, constituye el vínculo entre ambos poderes. En casi 4 años torpemente ha intentado avanzar con dos de su proyectos estrella: vender el Banco de Costa Rica, cuya estratagema se le cayó y ya algunos de sus amigos financistas se fueron del país. Y el otro el de jornadas 4X3 metido en procedimiento de vía rápida; éste chocará con pared, de lo cual estoy seguro. Nefasto proyecto que además atenta sobre todo contra las mujeres. Es en el escenario legislativo donde ha mostrado menos capacidades de gobernante, pues ante 10 vetos que ha ejercido sobre leyes aprobadas por los diputados, en cinco de ellas ha sufrido resellos. ¡Todo un récord! ningún otro presidente había llegado a ese nivel.

Que la cantidad de homicidios -esta administración ha roto el tristemente célebre récord año tras año- es culpa del Poder Judicial porque los jueces carecen de mano dura. Bueno, si las leyes y su aplicación no son las adecuadas -según el chavismo cisnerismo-; han tenido el control de la mitad del tiempo de los diputados, a través de las sesiones extraordinarias. Eso lo descubrió el chavismo, tiempo después, por favor ¡Entonces que no hayan tenido la capacidad para enviar proyectos bien redactados y/o viables, ¡es otra cosa! “Lo que natura no da, Salamanca no presta”.

Peligrosa la coyuntura de su segundo año de gobierno cuando mediante referéndum intento impulsar una ley para reformar normas de control presupuestario y lucha contra la corrupción. Deseaba debilitar a la Contraloría General de la República y normas de contratación. Gracias a Dios no lo lograron

Si efectuamos “una disección” de las manifestaciones de políticas de Cisneros y Chaves, veremos que su visceral obsesión anti-PLN, es pura pose. Esta misma semana presentan a una exvicepresidenta PLN para un importante puesto internacional. Y en las papeletas diputadiles del oficialismo, hay varias figuras exmilitantes del PLN. ¿¿Entonces??¡¡¡

Y para muestra un botón, hubo que recurrir a la Sala Constitucional para que se revelara que hay troles pagados desde la mismísima Casa Presidencial. Que manera de utilizar los recursos públicos, torpedeando nuestro régimen democrático desde Zapote. ¡Patético!

Em esta administración hemos visto como el narco-chavismo-cisnerismo ha utilizado tácticas como el miedo y la intimidación. Utilizan el grito y la mentira desparramar para una narrativa que hasta hace poco nos era desconocida. Utilizan la polarización como recurso y ello asfixia el discernimiento sensato de muchos.

Uno de los mayores errores de Carlos Alvarado, fue dejarse convencer por otros para que Chaves fuera ministro de Hacienda, en el gobierno del PAC, y allí no duró mucho. Desde que era ministro, temprano mostro simpatías por el desmantelamiento y ataque a la CCSS. No olviden que, siendo ministro de Hacienda, propuso que el impuesto de la renta se cobrara sobre salarios de 500 mil colones en adelante. Bajo su administración ha debilitado la CCSS, al ICE y su papel estratégico en el desarrollo nacional. Este gobierno, sobre el cual aquella muchacha pide continuidad…oh ingenuidad por Dios, ha entregado 27 mil bonos de la vivienda menos que las últimas cinco administraciones. Los recursos del IMAS orientados a la lucha contra la pobreza, llegó el año anterior a un 5% de hogares menos. El gasto social, paulatinamente en estos 4 años fue disminuyendo paulatinamente a pesar de que sus fuentes fundamentalmente están en FODESAF y leyes especiales. Movieron las bases de guardacostas en ambos océanos quien sabe con qué espurias e inconfesables intenciones; ha perseguido a quienes piensan distinto a ellos, me refiero a doña Patricia Navarro y al sr. Bulgarelli y su familia. Han permitido la operación de células sandinistas en territorio nacional que persiguen a opositores del régimen de Ortega. Y a raíz de la cercanía con la administración Trump que facilitó el ingreso de personas deportadas desde EEUU, deberían este gobierno preguntar por qué un costarricense -Randall Gamboa Esquivel. Habiendo sido detenido por autoridades migratorias en diciembre de 2024 en EEUU, lo enviaron al país casi como un vegetal.

Han atacado severamente la educación pública, la salud pública. Le han restado capacidades básicas al ICE que está en régimen de competencia. Han arruinado a los arroceros y han favorecido la importación masiva de papa, cebolla y otros. Pronto acabarán con la producción nacional de alimentos. Esto último para favorecer a algunos amigos cercanos al grupo económico que está tras Chaves y Cisneros. ¡Pero lo que no nos van a poder robar es la esperanza que esto puede cambiar!

Como sociedad sabremos reencontrarnos con la ruta del desarrollo, progreso y bienestar, pues nuestros jóvenes y niños merecen mucho más, más que circo y la continuidad de una engañosa y vacía propuesta, además de amorfa y peligrosa, antidemocrática, que amenaza con cambiar nuestra forma de vida para siempre.

Seria irrespetuoso de mi parte indicar por quién debiera de votarse en febrero; lo que SI estoy muy claro es por quién NO voy a votar.

Concluyo con estos versos del bellísimo poema de Jorge Debravo del poema Nosotros los Hombres …Vengo a buscarte, hermano, porque traigo el poema que es traer el mundo a las espaldas. Soy como un perro que ruge a solas ladra a las fieras del odio y de la angustia de echar a rodar la vida en mitad de la noche”.

Entre el Nobel, ruinas y semillas: la vida en tiempos convulsos

JoseSo – José Solano-Saborío

1973…. Hace 52 años se vio el máximo cinismo de la comisión noruega que otorga ese “premio”, Henry Kissinger, en el mismo año en el que planeó el Golpe contra Allende y ordenó su asesinato y el de miles de chilenos… ganó en ese año el “Nobel de la Paz”.

Le Duc Tho, contraparte vietnamita de la guerra que usaron de excusa, por lo menos tuvo la hidalguía de rechazar el premio conjunto con el que pretendieron disimular…. El Premio Nobel de la Guerra dado al asesino Kissinger… ¿O será más bien el Nobel al Poder?

El ciudadano común —ese que madruga, que sueña con un mejor futuro para sus hijos, que carga con esperanzas rotas y aun así insiste en levantarse— vive hoy bajo un cielo cargado de tormentas. Las guerras, sean en el Báltico o en el Medio Oriente nos recuerdan que la humanidad sigue atrapada en la vieja lógica de la pólvora. La amenaza de invasión gringa a Venezuela, con otras potencias jugando a la geopolítica en el Caribe, convierte a nuestra Latinoamérica en tablero de ajedrez de intereses ajenos, aunque seguimos siendo “un pueblo sin piernas, pero que camina…”, como nos dijo Residente.

La Paradoja de gente que ve esperanza falsa en Trump que se auto postula como pacificador global y hasta como Nobel de la Paz, militariza ciudades enteras y oprime a las minorías en su propio país. La paradoja es brutal: quien predica paz afuera, siembra miedo adentro.

En el sur, los jubilados argentinos se han convertido en símbolo de dignidad. Con pancartas y bastones, enfrentan la política económica ultra libertaria de Milei, que los condena a la precariedad mientras desprecia el legado cultural de figuras como Charly García y olvida las lecciones que dejó la dictadura de Videla. La represión contra ancianos que apenas reclaman lo mínimo es un eco doloroso de los años más oscuros de la historia argentina.

Ah… y Centroamérica, mientras, retrocede en sus avances democráticos. Gobiernos que concentran poder, voces críticas silenciadas, instituciones debilitadas: la región parece caminar en reversa hacia un déjà vu de caudillos y dictadores.

Acá, en Costa Rica, la democracia más estable de la región, el hartazgo del tico con partidos desgastados abre espacio a los cantos de sirena del populismo y la autocracia. El desencanto se convierte en terreno fértil para discursos que prometen soluciones fáciles, pero que esconden riesgos profundos para su Estado Social de Derecho.

Todo esto no son hechos fortuito ni espontáneos. Son síntomas de una humanidad que va, inexorablemente, hacia un cambio de era: la consolidación de nuevas élites globales, armadas con sus IA que disputan el poder con métodos cada vez más virulentos, mientras la gente común se siente atrapada en un tablero donde nunca mueve las piezas.

Sin embargo, incluso en medio de la tormenta, hay semillas de esperanza. La nueva generación —esa que marcha por el clima o se lanza en botes a enfrentar un genocidio en un mar de incertidumbre, que defiende la diversidad, que exige transparencia y que parece no teme cuestionar a los poderosos— tiene la oportunidad de superar nuestros errores. Nuestra tarea es no dejarles un terreno arrasado, sino al menos un espacio donde puedan construir.

Quizá nuestra generación retrocedió más su humanismo de lo que avanzó en tecnología. Pero si ellos logran dar un paso más allá, si se atreven a soñar donde nosotros nos resignamos, entonces habrá valido la pena resistir. Porque la historia no se mide solo en derrotas: también en la capacidad de cada generación de recomenzar la esperanza.

Yo, por el momento, con más pasado que futuro, solo quiero dar mis últimas luchas, por mi hija y los hijos de todos…

La paz orwelliana (“1984”) y distópica

Por Jiddu Rojas

Seamos claros: se acaba de otorgar un nuevo y cuestionado Premio Nobel de la Paz 2025, que es prácticamente una licencia para una próxima invasión militar del hegemon norteamericano contra una sitiada Venezuela.

Por favor, sin entrar a defender o no al gobierno de Maduro ni al cuestionado proceso electoral bolivariano, pero ¿cómo se puede pedir una intervención militar extranjera contra su propia patria? ¿Cómo puede ser una supuesta líder política tan cipaya y servil? ¿Puede ser la ocupación extranjera imperial mejor que el régimen actual, bajo constante ataque económico y mediático de Estados Unidos y Occidente?

Hasta Henrique Capriles Radonski, excandidato de oposición a Maduro, condenó públicamente la amenaza de intervención militar de Trump y Marco Rubio. Muchos otros sectores de la oposición venezolana también condenan esas amenazas.

Pero seamos honestos: más allá de las simpatías o antipatías hacia el gobierno de Maduro, ¿realmente alguien cree que al gobierno de Estados Unidos le interesan los derechos humanos de los venezolanos o la “democracia”? ¿O se trata solo de su petróleo, de sus tierras raras y de sus recursos naturales?

¿Premiar así a una líder de extrema derecha, acusada de golpista y de promover la posible intervención militar norteamericana y occidental? ¿Una ficha geopolítica de Trump maquillada que gana un Premio Nobel de la Paz? Esto es una clásica inversión axiológica (Franz Hinkelammert), al mejor estilo de la novela 1984: un montaje internacional, un show mediático y una burda maniobra geopolítica.

¿A quién beneficia esta polarización extrema: María Corina vs. Maduro/Diosdado? No ciertamente al pueblo de Venezuela, agredido por esta guerra híbrida internacional, cuyas víctimas económicas son las propias comunidades civiles.

Trump queda doblemente expuesto, porque su incondicional “alfil” venezolano se convirtió en reina y le arrebató, sin querer queriendo, la corona y los laureles mediáticos que tanto necesitaba para frenar la caída de su popularidad interna. ¿Funcionará su pax imperial sobre los cadáveres de los niños, mujeres y civiles de Gaza, frente a la voracidad de la limpieza étnica de su socio Netanyahu, acusado internacionalmente de crímenes de guerra y de lesa humanidad?

Pero volvamos al Gran Caribe bajo la hegemonía norteamericana. No se trata de legitimar o no al gobierno de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello; se trata de no legitimar una inminente invasión militar de Trump a Venezuela.

Hagamos memoria: ¿qué salió de “bueno” para la humanidad de las invasiones a Granada, Panamá, Irak (Bush padre y Bush hijo), la antigua Yugoslavia, Afganistán, Somalia, Libia, Siria o Yemen, por parte de Estados Unidos y sus aliados europeos e Israel? ¿Blood for oil?

¿Qué resultado dejaron sus guerras “proxy”, como la de Ucrania frente a la invasión rusa? Miles de jóvenes muertos, un país devastado, dos pueblos hermanos enemistados y una gran venta de armas y nuevas tecnologías militares; además de, paradójicamente, consolidar la posición geopolítica de Rusia y del gobierno de Putin, pese a las sanciones occidentales.

¿Dejó de ser la Federación Rusa una amenaza militar o China Popular una superpotencia económica cada vez más consolidada? No. Tanto los gobiernos de Biden como los de Trump, con sus matices, parecen haber equivocado su política exterior belicista contra Rusia y China. ¿Se debilitaron los BRICS+ o se fortalecieron? La respuesta es obvia: se fortalecieron, igual que la búsqueda de un mundo multipolar.

En cambio, ¿ayudaron estas masacres imperialistas a consolidar un mundo más justo y multipolar, o solo reforzaron el viejo unilateralismo norteamericano y su dependencia del complejo militar-industrial?

Nada nuevo bajo el sol: el Premio Nobel de la Paz, después de figuras tan polémicas como Henry Kissinger, ya estaba devaluado. Pero para este complejo 2025, ¿realmente no había una persona más decente y coherente para recibirlo?

¿Qué hay de quienes han luchado pacíficamente contra el genocidio en Gaza?
Por ejemplo, Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los Territorios Ocupados, ha desarrollado una labor meticulosa y humanista frente a un genocidio televisado a vista de los poderosos.

Lamentable. Realmente lamentable. Será un craso error estratégico con consecuencias a largo plazo para la legitimidad democrática de los gobiernos del norte global.
Sus propios pueblos, más allá de la desinformación sistemática, comenzarán a sospechar más y más de sus gobiernos y de sus élites.

Como es arriba, es abajo, dijo Hermes Trismegisto. Este arrogante gesto geopolítico imperial traerá consecuencias. Se desenmascaran radicalmente ciertas instituciones nacionales e internacionales.

Las consecuencias de esta acelerada quiebra de legitimidad democrática, sumadas a la apatía colectiva, la desconfianza institucional y el crecimiento de la desigualdad estructural, pueden resultar letales para las democracias representativas, el ideal del Estado social de derecho y los ecosistemas del planeta.

Gracias, paz y justicia.
MEL. Jiddu Rojas Jiménez

Sedición, traición e instigación al delito

José Manuel Arroyo Gutiérrez

Muy pocas figuras penales tienen el privilegio de ser mencionadas en la Constitución Política, sin duda por la relevancia y gravedad que tienen para la estabilidad de la República y la convivencia democrática. Es el caso del delito de Traición contemplado en el artículo 3 (Nadie puede arrogarse la soberanía; el que lo hiciere cometerá el delito de Traición a la Patria); de igual manera se menciona el delito de Sedición en el artículo 4 siguiente (Ninguna persona o reunión de personas puede asumir la representación del pueblo, arrogarse sus derechos, o hacer peticiones a su nombre. La infracción a este artículo será sedición). Las prohibiciones se dirigen a no usurpar la soberanía, que reside en “la nación”, ni “al pueblo” como depositario natural y último de esa soberanía. En ninguno de estos dos supuestos se contempla una sanción a aplicar, razón por la cual hay que descender a la ley ordinaria (Código Penal) para completar su perfeccionamiento como conductas previstas en tipos penales específicos.

La Sedición se relaciona con una amplia gama de conductas particulares que están debidamente tipificadas en la ley. Conviene recapitular algunas para estar alerta. Tales son, por ejemplo, los casos de la Instigación Pública, art. 280 (para el que instigare a otro a cometer un delito que afecte la tranquilidad pública sin que el hecho necesariamente se produzca); la Apología del delito, art. 283 (el que hiciere públicamente la apología de un delito o de una persona condenada por un delito); la Traición, art. 284 (para el costarricense que tomare armas contra la nación o se uniere a sus enemigos…); la Conspiración para Traición del art. 288 (el que tomare parte en una conspiración de tres o más personas para cometer Traición). Asimismo la Sedición se relaciona con el delito de Rebelión, art. 301 (para quienes se alzaren en armas para cambiar la Constitución, deponer algunos de los órganos del Estado o impedir, aunque sea temporalmente, el libre ejercicio de sus facultades constitucionales o su formación o renovación en los términos y formas legales); además está el delito de Propaganda contra el orden constitucional, art. 303 (para el que hiciere propaganda pública para sustituir, por medios inconstitucionales, los órganos creados por la Constitución o para derogar los principios fundamentales que ella consagra.); el Motín (para quien se alzare públicamente en número de diez o más, para impedir la ejecución de leyes o de las resoluciones de los funcionarios públicos o para obligarles a tomar alguna medida u otorgar alguna concesión.). También está el delito de Conspiración, art. 307 (para el que tomare parte en una conspiración de tres o más personas para cometer el delito de rebelión); la Seducción de fuerzas de seguridad, art. 308 (para el que seduzca fuerzas de seguridad o usurpare el mando de ellas… para cometer una rebelión o motín…); y la Infracción al deber de resistencia, art. 309 (para los funcionarios públicos que no hubieren resistido una rebelión o motín por todos los medios legales a su alcance).

Todos estos delitos están sancionados con penas de prisión que pueden ir hasta los diez años de privación de libertad. Buscan tutelar bienes jurídicos fundamentales como la tranquilidad pública, la seguridad de la Nación, los poderes públicos y el orden constitucional. Se trata, por otra parte, de figuras dolosas que exigen el conocimiento y la voluntad expresa de realizar la conducta prohibida, y admiten las formas de participación básicas: la autoría-coautoría, la instigación genérica y la complicidad.

En Costa Rica hemos asistido en los últimos años, en el contexto de decisiones constitucionalmente legítimas, -tomadas o a tomar-, por la Asamblea Legislativa, el Tribunal Supremo de Elecciones, la Corte Suprema, la Sala Constitucional, el Ministerio Público, la Contraloría General y otros órganos constitucionales, a ver que los chavistas, con el Presidente a la cabeza, en medios de comunicación, redes sociales y hasta desde despachos ministeriales y curules diputadiles, han insinuado venganzas, amenazado con expatriar costarricenses e instigado a la desobediencia, la rebelión y el motín; han hecho llamados explícitos al odio y la violencia contra instituciones y funcionarios públicos; y lo peor, se han apoyado en el delirio de que ellos son los únicos que representan al pueblo y encarnan su voluntad, evidente falacia ad populum que no resiste el más mínimo análisis lógico, puesto que, por muchos que fueran (lo que está por verse), no les autoriza, porque es delito, arrogarse la exclusiva propiedad de la soberanía nacional, ni el monopolio de la representación popular. Esas aspiraciones son ebrias ambiciones de tiranuelos.

Ante semejante despropósito sólo queda un camino: las autoridades públicas, de toda calidad y rango, tienen que cumplir sus competencias y obligaciones con diligencia y voluntad férreas. Durante el régimen surgido a partir de 1948, no se habían vivido semejantes desafíos. Los ciudadanos conscientes, comunes y corrientes, tenemos que denunciar, organizar y resistir. La indiferencia o el temor sólo envalentonarán a los acosadores de todo pelaje. Esta democracia sólo sobrevivirá llamando a cuentas a quienes se han creído intocables y por encima de la ley.

Costa Rica a las puertas del divorcio

Mauricio Ramírez

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

Hay momentos en la vida de los pueblos en que el clima político deja de ser una simple disputa de ideas y se convierte en un campo emocional roto, donde ya nadie escucha, donde cada palabra es un arma y cada diferencia una traición. Costa Rica atraviesa hoy una de esas etapas. Lo que vivimos no es una discusión democrática más: es el peligroso preludio de un divorcio nacional. La polarización no es una estrategia electoral, es el síntoma de un quiebre social más profundo, el de una comunidad que perdió la capacidad de convivir.

Cuando una pareja se separa (algo cada vez más común en nuestra sociedad), no lo hace por un desacuerdo puntual, sino porque se ha quebrado algo más profundo: la confianza, el afecto, la voluntad de entenderse. Exactamente eso ocurre hoy entre el oficialismo y las oposiciones. Ya no se discute sobre proyectos o presupuestos, sino sobre la legitimidad del otro para existir en la esfera pública. En ese ambiente, la democracia deja de ser un espacio de deliberación y se transforma en una lucha por la supervivencia simbólica.

La comparación no es exagerada. En un matrimonio, el divorcio permite a cada parte tomar su camino, cambiar de casa, recomenzar. Pero en un país no existe esa salida. Todos habitamos el mismo territorio, usamos las mismas instituciones, compartimos un destino común. Y esa imposibilidad de “irse” hace que el conflicto sea más peligroso, más visceral. La lucha por el poder se transforma en una pelea por la casa: quién manda, quién se queda, quién tiene derecho a hablar.

Las recientes declaraciones del diputado oficialista Jorge Rojas, invitando a las oposiciones a abandonar el país porque, de lo contrario, los seguidores del chavismo los van a “desterrar”, son una señal inequívoca de ese divorcio. Ya no se trata de diferencias ideológicas, sino del lenguaje propio de una implosión en ciernes. Cuando se niega al otro la posibilidad de estar y disentir, lo que se anuncia no es el triunfo de una parte, sino el colapso de la comunidad política y el fin del pacto social.

Costa Rica, por décadas, fue ejemplo de moderación, equilibrio y respeto entre visiones distintas. Ese fue nuestro orgullo: que podíamos discutir sin rompernos. Pero algo se fracturó. En nombre de la libertad individual, por ejemplo, hemos desmantelado todos los vínculos que nos unían: la religión, la familia, los partidos políticos, la noción misma de comunidad, incluso la identidad nacional. Hoy la “libertad” se usa para justificar el aislamiento, la desconfianza hacia el régimen democrático y el desprecio mutuo. Hemos liberado al individuo de todo, incluso de su responsabilidad y conciencia colectiva.

En esa deriva, la palabra “libertad” ha sido prostituida hasta volverse sinónimo de aislamiento. Ya no significa participar, sino desprenderse; no implica responsabilidad, sino ruptura y ataque. Y una sociedad formada por individuos que sólo se representan a sí mismos, incapaces de reconocerse en algo común, está condenada a dividirse, a perder su alma cívica y ser liderada por tiranos.

El resultado de esto es un ciudadano sin raíces, sin memoria histórica, sin comunidad, sin un “nosotros” que lo contenga. Ortega y Gasset advirtió sobre ese fenómeno en La rebelión de las masas: cuando el individuo común, despojado de toda pertenencia espiritual y cultural, se cree autosuficiente y se convierte en una masa amorfa, sin proyecto, sin norte, movida más por impulsos destructivos que por ideas. Esa masa, incapaz de crear, pero llena de resentimiento, termina por volcar su frustración contra todo lo que la trasciende: las instituciones, la tradición, la cultura, la historia. Ya no busca construir, sino arrasar.

Costa Rica vive hoy ese proceso: el del divorcio de su propia idea de nación. Entre el oficialismo y las oposiciones no hay ya un lenguaje compartido, sino dos mundos que se desprecian mutuamente. No es una diferencia de matices, sino de principios; no es un desencuentro, sino una fractura. Y el peligro es que, al no poder separarnos físicamente como en un matrimonio, el conflicto se quede encerrado en la misma casa: este país pequeño, donde cada habitación —la Asamblea, los medios, las redes, la calle— se convierte en un campo de batalla.

Si no reencontramos un sentido de comunidad, si no reconstruimos el nosotros que alguna vez nos sostuvo, el divorcio será irreversible. No quedará patria, sino ruina compartida y caos social.

Óscar Aguilar Bulgarelli: “No hay golpe de Estado, hay defensa de la ley y de la democracia”

El historiador y analista nacional Óscar Aguilar Bulgarelli se refirió al reciente acuerdo del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) de solicitar a la Asamblea Legislativa el levantamiento del fuero presidencial al mandatario Rodrigo Chaves Robles, tras considerar que ha incurrido en beligerancia política, lo cual está prohibido para el cargo según la legislación costarricense.

Aguilar explicó que el procedimiento aplicado por el TSE se encuentra claramente establecido en el artículo 270 del Código Electoral, aprobado en 1996, el cual determina que, ante una acusación de beligerancia política, el Tribunal puede rechazarla o remitirla a la Inspección Electoral para su investigación. Si esta instancia considera que existe mérito, eleva el caso nuevamente al Tribunal, que puede entonces solicitar el levantamiento del fuero presidencial.

“Así de fácil: es un procedimiento legal”, afirmó el historiador, señalando que las denuncias contra el presidente no son recientes, sino que se remontan a diciembre del año pasado. “Las últimas fueron presentadas en marzo de este año por un grupo de ciudadanos en el que también participé”, añadió.

Aguilar recordó que el mandatario ha sido denunciado reiteradamente por acciones contrarias a la neutralidad política y cuestionó las declaraciones de la diputada Pilar Cisneros, quien calificó la solicitud del TSE como un “golpe institucional”. “¿Qué entenderá esa señora por eso? —preguntó—. Golpe institucional sería que las mismas instituciones se dieran un golpe de Estado a sí mismas. Cuando se acata la ley no hay golpe. El problema es cuando no acatan la ley, como el presidente y como usted, doña Pilar”, expresó.

El historiador insistió en que las denuncias tienen sustento legal y no responden a motivaciones partidarias. “Nada tiene que ver con el Partido Liberación Nacional ni con acusaciones políticas. Todo eso son tonteras, maneras de ocultar la verdad. La verdad es que han violado la ley, y la ley está para cumplirse”, señaló.

Aguilar citó también el artículo 166 del Código Electoral, que establece que si, tras las investigaciones y audiencias correspondientes, el Tribunal determina que se ha cometido delito, puede solicitar la destitución del presidente. “Ahí sí, pero es cumpliendo la ley. Ahí no hay golpe”, enfatizó.

El analista advirtió que la ciudadanía no debe caer en la indiferencia frente a estos hechos, porque ello pondría en riesgo la democracia costarricense. “Si los costarricenses seguimos siendo indiferentes, vamos a matar la democracia”, manifestó.

Aguilar afirmó que el mandatario ha violado el Código Electoral en al menos 25 ocasiones, de las cuales el TSE solo ha señalado 15 en esta acusación, además de tener “más de un centenar de causas abiertas en la Fiscalía”.

Concluyó su intervención reiterando que el país no enfrenta un golpe de Estado, sino una defensa de la ley y del principio democrático.

“Aquí no hay golpe de Estado. Aquí hay defensa de la ley. Aquí hay el principio de que el ciudadano tiene una ley que lo protege para que no nos roben la democracia. Eso es lo que estamos haciendo.”

Pensamientos sueltos

JoseSo (José Solano-Saborío)

Chocheras de Poder: Pilar y el sillón mullido de sus contradicciones políticas

Ya no soy un chiquillo, me acerco ya al “sexto piso” y celebro que, hasta ahora, no me han dado ‘chocheras’ de viejillo… a la que si parece que le dieron es a doña Pilar Cisneros, ahora que decidió al llegar a la etapa más madura de su vida, el meterse en una aventura política extremista, de clara inclinación populista de derecha autocrática, al ser la caja de resonancia del máximo líder de esa tendencia que ha conocido el país, cuidado y, más bien, no es ella la creadora del personaje ’mesiánico’ de Rodrigo Chaves Robles, lo que contradice la imagen seria y objetiva de la antes presentadora y directora de Telenoticias, que tenían la mayoría de costarricenses.

Pilar Cisneros llegó al Parlamento con la autoridad mediática que le dio la pantalla, y con ella trajo un rosario de contradicciones que hoy ya no son anécdotas sino piezas centrales de su trayectoria política; la diputada que advertía del peligro de “un Chávez” terminó siendo una de las principales voces que amplifican al líder al que antes temía.

En una entrevista difundida en medios y en su paso por programas como el de Claudio Alpízar, Cisneros dijo con sorna que quienes la esperaban entrando en política debían “buscar un sillón bien mullido, para que esperen sentados porque nunca me verán en política”, una frase que hoy choca con su activismo legislativo y su rol como jefa visible del oficialismo.

Esa capacidad de virar resulta especialmente inquietante cuando se observa que quienes la cuestionan públicamente la acusan de incoherencia ideológica y déficit técnico; analistas y comentaristas han destacado el contraste entre su desempeño actual y la imagen profesional que cultivó como periodista, criticando su conocimiento sobre mecanismos electorales y su papel como oradora sin teleprónter.

La cercanía evidente con la agenda ejecutiva se ha traducido en decisiones prácticas: desde iniciativas para retransmitir las conferencias presidenciales por canales propios hasta gestos de defensa frontal de la gestión gubernamental, incluida la compra simbólica de un trípode para “ayudar” en las transmisiones o el pago de troles en redes sociales, actitudes que alimentan la percepción de que su paso del periodismo a la política fue menos una conversión de convicciones que una alineación estratégica con un proyecto de poder concreto.

Los medios que han seguido su carrera han documentado un patrón de promesas rotas y declaraciones previas que hoy suenan contrarias a su práctica política; la narrativa de “yo no voy a entrar en política” figura hoy como un eje de esa acusación sobre una carrera marcada por contradicciones públicas que antes eran puntos de credibilidad profesional y ahora son munición para quienes la califican de oportunista.

Las controversias no se limitan al discurso: Cisneros figura entre los señalados en la investigación por supuestas irregularidades en el financiamiento electoral vinculadas a la campaña de 2022, una contradicción más que la Pilar periodista hubiera indagado y denunciado con vehemencia y, ahora, más bien la lleva a defender y negociar en la Asamblea Legislativa, la inmunidad presidencial, por ese y otros de los casos que siguen su curso en la Fiscalía y en la Corte.

Sus ataques a instituciones y críticas duras al Poder Judicial han provocado respuestas públicas de esas mismas instituciones, que han cuestionado sus cifras y su relato sobre presupuestos y eficiencia, lo que alimenta la tesis de que su storytelling mediático muchas veces se sostiene más en la contundencia retórica que en la verificación documental.

Cisneros encarna hoy la mayor contradicción: fue la periodista que advirtió sobre el caldo de cultivo para un populista y es la política que, con micrófono y redes, orienta y dirige la narrativa del gobernante al que aquella advertencia parecía destinada. Esa mutación merece, más que insultos o risas, un escrutinio riguroso porque lo que está en juego no es solo la coherencia personal de Cisneros, sino la salud de las instituciones cuando figuras públicas cambian de rol y de lealtades sin saldar las preguntas que dejan detrás.

Porque, como dijo Rubén Blades, parafraseando a Lord Acton, “el poder no corrompe, el poder desenmascara”.

Ahí se los dejo…

Rodrigo Chaves no es la causa, sino el síntoma

Pedro Alberto Soto Sánchez

Rodrigo Chaves no es la causa, sino el síntoma de un mal profundo: un sector del país que confunde el matonismo con valentía y la franqueza con el insulto y la descalificación. Su discurso se nutre de antivalores arraigados en nuestra cultura: la desconfianza hacia el otro, el choteo y la burla como mecanismos de deslegitimación, las medias verdades, las mentiras completas, la envidia y la sospecha permanente.

Sobre esa base, el presidente construye una narrativa tan simplista como peligrosa: que un grupo corrupto, encabezado por el PLN, engañó y estafó a los costarricenses durante más de siete décadas.

Según ese relato, el pueblo costarricense habría sido básico, ingenuo y manipulable hasta que él, el tecnócrata del Banco Mundial —con un historial de acoso—, llegó para revelar la “verdad oculta” y redimir a la nación.

Esa caricatura histórica no se sostiene. Sí, la corrupción ha estado presente en la administración pública, como en cualquier sistema político, pero la historia de Costa Rica es mucho más compleja. Gracias a la contribución de socialdemócratas, socialcristianos, la Iglesia católica, la izquierda y los movimientos sociales progresistas el país edificó un sistema institucional sólido que, durante décadas, fue referente en América Latina.

Cierto es que el modelo tuvo defectos y un “pecado original”: anuló la participación crítica de amplios sectores sociales, consolidó el clientelismo y persiguió —primero con cárcel, muerte, exilio e ilegalización, y luego con la deslegitimación ideológica y cultural— a la izquierda y a los movimientos progresistas. Pero reducir toda esa historia a un largo engaño es una estrategia perversa: permite deslegitimar los avances alcanzados para justificar su desmantelamiento.

El presidente del “cambio” no vino a rescatar al país; vino a continuar la tarea que iniciaron los herederos de los reformadores sociales del siglo XX, quienes durante sus gobiernos (Figueres Olsen y Calderón Fournier) debilitaron los pilares del Estado social y promovieron privatizaciones que beneficiaron a intereses particulares sobre el bien común. Oscar Arias también prefirió la ruta de favorecer intereses de los grupos privilegiados.

La política debería ser el arte de construir consensos y alianzas para mejorar la vida de las personas, en especial de quienes más lo necesitan. Chaves, en cambio, la ha convertido en un espectáculo diario, un escenario para sembrar prejuicios, propagar rumores y alimentar la confrontación.

Costa Rica se sigue gobernando para quienes no dependen del Estado porque ya controlan el sistema financiero, reciben atención preferencial de las instituciones, tienen seguros privados, universidades propias y monopolios de importación. Son los mismos sectores que antes financiaban a los partidos tradicionales y que ahora se cobijan bajo la bandera del supuesto “pueblo soberano”.

El pueblo costarricense merece más. Trabajadores y empresarios merecen más: justicia, inclusión, educación, salud, seguridad, respeto y bienestar. La política no debe ser una guerra, sino un acuerdo social: un nuevo pacto de concordia que permita ampliar derechos y generar mayores oportunidades para la mayoría.

Juguemos a agentes 007

Rafael A.Ugalde Q.
Periodista, abogado y notario por la U.C.R.

Si bien es cierto el Colegio de profesionales en abogacía ya no es aquel ente -por diversas circunstancias innecesarias mencionar ahora- punto de referencia obligatorio en la confrontación de ideas nacionales para dar a los costarricenses posibles soluciones sobre el derecho humano a una jubilación digna a los y las abogadas, la mora judicial, afectación a sus litigantes por la justicia lenta y prolongada ,etc., ciertamente esperaba de este ente una reacción, como sucedió valientemente, respecto al intento de convertir a todos los notarios en una especie de “agentes encubiertos” a lo largo y ancho del territorio nacional.

El joven periodista, Vinicio Chacón, que no conozco, pero leo siempre sus ponderados trabajos en Universidad, nos ofrece una buena síntesis sobre cómo un oficio de la Dirección Nacional de Notariado DNN-UPLCFT-OF-0256-2025, con fecha del 11 de setiembre de 2025, nos amenazaba, en la práctica, con despojarnos de la función notarial y aplicarnos la ley contra drogas y terrorismo, si no cumplíamos con nuevas obligaciones; ver en https://semanariouniversidad.com/pais/direccion-de-notariado-y-colegio-de-abogados-reculan-en-imposicion-de-curso-para-notarios-sobre-reportes-de-operaciones-financieras-sospechosas/)

Confieso que el texto de la ordenanza de marras la leí seis veces, luego llamé a varios colegas para ver sí aún entendía lo que leía o, por el contrario, debía correr hacia el neurólogo o el siquiatra, porque había perdido en solo horas la capacidad de razonar. De feria – dicen que las “verdes” siempre vienen acompañadas – me llegó dicha resolución en la hora de almuerzo. Perdí la lengua en salsa.

La orden, desde el principio, no sé por qué me olió a comisionado acostumbrado a botar puertas en otros países, a capitán o capitana, coronel o coronela, que cumple disposiciones superiores sí o sí y es quien grita a sus subalternos “firmes carajo”: ¡apunten… fuego…1 Daba diez días para inscribirse en la plataforma del Instituto de Control de Drogas (ICD) y obligaba sí o si, a llevar un curso sobre el tema.

Lo refrescante de todo este intento de confundir la función notarial, el principio de rogación, el carácter de asesor neutral y objetivo de todo notario, etc.; (en las universidades serias como la U.C.R era y posiblemente sigue siendo una especialidad dura y de dedicación de muchas horas extras), es que los jerarcas de la DNN y el colegio de los profesionales en leyes dicen ahora que la orden “no constituye una disposición normativa”

No está descartado, por tanto, que a futuro tengamos una “disposición normativa” con nueva retórica insistiendo en el mismo objetivo de incorporar a los notarios y notarias obligatoriamente a tareas que corresponderían a los bancos costarricenses, a los países consumidores de estupefacientes y promotores de terrorismo y a los distintos órganos policiales. De momento, me parece valiente por parte del Colegio y la DNN, tratar de salvar la integridad física de los profesionales, víctimas en muchos países de las bandas y policías corruptas, a que me referiré más adelante.

Si bien es cierto el notario en el ejercicio de las tareas encargadas por el Estado es un funcionario público sujeto al “deber de obediencia”, evidente queda también en la Ley General de Administración Pública que esta sujeción tiene sus límites claramente precisados por aquellos diligentes Padre de la Patria que se quemaron el “coco” desde antes de 1978, dotando de regulación las relaciones entre la administración y los administrados.

El artículo 107.1 de la ley indicada señala que todo servidor público estará obligado a obedecer las órdenes particulares, instrucciones o circulares del superior, con las limitaciones que establece la normativa ut supra. De inmediato nos ordena no obedecer cuando el acto no provenga de un superior jerárquico sea o no inmediato.

Esta excepción tiene que entenderse en estrecha relación con el artículo 108 de la misma ley, cuando nos ordena el deber de desobedecer sí se presentan las siguientes circunstancias: a) Que la orden tenga por objeto la realización de actos evidentemente extraños a la competencia del inferior; y b) Que el acto sea manifiestamente arbitrario, por constituir su ejecución abuso de autoridad o cualquier otro delito.

He de confesar a este paciente lector que toda mi formación profesional es de carácter civilista, desde que estaba en la hoy escuela José María Zeledón de Miramar. Una vez la maestra me metió en un grupo llamado los “Cruz Verde” para que pusiera orden en la fila de niños que recibíamos pan con queso amarillo mandado por la Agencia Internacional para el Desarrollo (antigua y entonces diligente AID de Estados Unidos), me dio un brazalete y una gorrita, diciéndome: “quien se porte mal no tendrá pan con queso”.

Hasta allí llegó mi mandato como flamante “sheriff”. La gorrita me pareció una calamidad, porque dicho símbolo de autoridad y orden había que acomodarlo cada rato en la cabeza, el brazalete me quedaba nadando en el flacucho brazo derecho y, como si fuera poco. me parecía muy cursi; a la vez, en mi inocencia muy adentro de mi, había algo que me castigaba y no sabía qué era, cuando me preguntaba cómo me sentiría sí un compañero con el que religiosamente juego en el recreo grande y hacemos bulla en el aula, se quedara sin su pan con queso amarillo, porque su amigo lo “canto”.

La infiltración de los cuerpos policiales y el intercambio de información sensible de la población civil por parte de policías, militares y mafias deja miles de inocentes de todas las profesiones asesinados en Latinoamérica (F. New York Times).

Reconozco la labor loable de los policías rasos en el combate contra el narcotráfico y el terrorismo. Ellos, como los notarios, nos parecemos únicamente en que no viajamos con caravanas atrás, sirenas, estudios de inteligencia previo a un viaje derivado de los altos cargos ocupados, ni vamos a la casa con chofer asignado, atrás o muy cerca alguien hace de guardaespaldas, ni tenemos anillos de seguridad ni nada de eso. Somos rasos, en eso, solamente nos parecemos.

Por experiencias acaecidas en países vecinos, cuyos gobiernos han tratado arbitraria y sin mayor rigor científico revolver el ejercicio de profesiones liberales con actividades policiacas o militares, sabemos ya como dicho coctel siempre termina en tragedia. Miles de familias destrozadas, cientos de funcionarios públicos, abogados, médicos etc. eliminados y más de un millón de jóvenes víctimas del hambre, porque perdieron su manutención, mientras los burócratas responsables de tales ocurrencias, verdaderamente criminales, salvan de todas responsabilices al Estado, a fin de resguardar sus pellejos.

Durante un reciente juicio en que salió condenado el expresidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez, quedó demostrado que el antiguo Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) colombiano -de paso, recordemos que, países de la región fueron asesorados y compraron servicios a él – no solo recopilaba importante información de carácter militar y policiales, sino además compartía sus datos sensibles sobre jueces, periodistas, abogados y funcionarios públicos en general con el ejército, narcotraficantes y paramilitares.

Esto permitió la infiltración de los poderes judiciales, el ejecutivo, el legislativo y casi todas las entidades por las cuales pasó el DAS; y si a ello agregamos el programa espía Pegasus, que en México, por ejemplo, negaron su existencia los gobierno conservadores antes de 2018, sus consecuencias hasta la fecha es una verdadera tragedia para todos los profesionales que ejercieron su trabajo vestidos de civil y sin ninguna capacitación policial.

Me temo que de algún lado vino la orden de enviar al matadero a estos inocentes profesionales esposos, padres e hijos, como parte de una planificada campaña de “sensibilización” sobre la inseguridad en las calles y la violencia generalizada como culpa solamente del narcotráfico y el terrorismo y no producto también del deterioro de las condiciones sociales y económicas defendido por los neoliberales.

A nuestros jueces asesinados, traslados de su región por amenazas recibidas, así como a aquellos abogados y notarios muertos en su función honesta, mi admiración como un simple ciudadano vestido de civil. Nota importante: Este reconocimiento a ellos es a título personal y en ningún caso– quede muy claro – sustituye el lazo negro como agremiados puestos en los edificios correspondientes cada vez que uno de ellos o ella cae, ni el sentido pésame a vuestras familias, seguramente ya recibido de las manos de los jerarcas administrativos.