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Carta abierta a los presidentes de los supremos poderes de la República: Costa Rica está en deuda con los pueblos indígenas

SURCOS comparte la siguiente carta abierta:

Carta abierta a los presidentes de los supremos poderes de la República

Sr. Carlos Alvarado Quesada, presidente de la República

Sr. Fernando Cruz Castro, presidente del Poder Judicial

Sr. Eduardo Newton Cruinshank Smith, presidente de la Asamblea Legislativa

Muy distinguidos señores presidentes:

Desde el Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE) de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), queremos unir nuestra voz a la de diversas organizaciones y personas que en días recientes han expresado su preocupación por el acoso continuo y las amenazas a la vida y la tranquilidad, que afectan a Pablo Sivas Sivas y a otros líderes y lideresas de los pueblos indígenas.

Debemos reconocer que Costa Rica está en deuda con los pueblos indígenas. En un país que presume de su Estado de derecho, el derecho, en lo que compete a los pueblos indígenas, ha sido irrespetado reiteradamente. Y no hablamos de derechos en abstracto, sino de obligaciones explícitas recogidas en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre pueblos indígenas y tribales, la ley 6172 “Ley Indígena” de 1977, y la Declaración sobre los defensores y las defensoras de los derechos humanos (declaración de la Asamblea General de la ONU, A/RES/53/1448, marzo de 1999). Por más de 20 años, la Asamblea Legislativa ha ignorado y mantenido en el congelador, un proyecto de ley destinado a garantizar una más eficaz aplicación de sus derechos, incluyendo el ejercicio de su autonomía territorial. Recordemos, además, que, en abril de 2015, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), le impuso a Costa Rica, Medidas Cautelares (MC 321-12), de acuerdo con las cuales el Estado costarricense tiene la obligación de velar por la vida e integridad de las personas indígenas.

Se ha irrespetado el derecho de los pueblos indígenas a su territorio y a su autonomía de gobierno, como se ha violentado su derecho a la paz y a una vida digna. En resumen, es claro que, a lo largo de muchos años, los sucesivos gobiernos, la Asamblea Legislativa y el Poder Judicial, de una u otra forma, por vías más o menos directas o indirectas, han sido cómplices de la violencia contra las comunidades indígenas, y, en particular, contra quienes lideran la lucha por sus derechos. La mayor parte de las veces, la prensa, con contadas y honrosas excepciones, ha sido partícipe de esta atrocidad.

Permanecen impunes, cubiertos por un manto de indiferencia y abulia, los homicidios de dos líderes indígenas: Sergio Rojas Ortiz, asesinado el 18 marzo de 2019, y de Yerhy Rivera Rivera, muerto el 24 de febrero de 2020. También permanecen impunes los reiterados actos de violencia e intimidación contra las personas, familias y comunidades indígenas que, valientemente, han querido hacer valer el derecho a sus territorios, el cual les es reconocido por todas las normas vigentes, pero que nuestra institucionalidad sigue negándoles. Todo lo cual evidencia el incumplimiento de las medidas cautelares dictadas por la CIDH.

Conocemos más de cerca el caso de Pablo Sivas Sivas, indígena Brorán del territorio de Térraba, como también el de Mariana Delgado Morales, indígena Bribri del territorio de Salitre, ya que él y ella son parte de nuestros equipos de trabajo, con los que han colaborado a lo largo de años, en calidad de “investigadores comunitarios”. Sabemos que Pablo ha sufrido hostigamiento y ha recibido graves amenazas. Sabemos que Mainor Ortiz Delgado, hijo de doña Mariana, recibió una brutal golpiza. Sabemos, asimismo, del ambiente de amenaza e intimidación, que permanentemente viven estas familias y sus comunidades.

Hemos investigado en profundidad los hechos de violencia acaecidos en el territorio de Salitre, y los hemos documentado amplia y rigurosamente, como podrán ustedes confirmarlo en el siguiente enlace que, respetuosamente, les invitamos a explorar: https://cicde.uned.ac.cr/investigaciones/5-15.

Con todo respeto, pero de la forma más vehemente, urgimos a la institucionalidad pública de Costa Rica, cuya representación al más alto nivel corresponde a ustedes tres, para que proceda a tomar las decisiones y adoptar las medidas que esta situación demanda con carácter urgente: en reconocimiento de los legítimos derechos de los pueblos indígenas de Costa Rica y en protección de su vida y su tranquilidad, en especial la de su líderes y sus lideresas, pero, igualmente, las de sus familias y de la de sus comunidades. Por favor, tengan presente que respetar la dignidad de nuestros pueblos indígenas, dignificará a Costa Rica entera.

Tenemos una enorme deuda con nuestros pueblos indígenas, la cual debe ser saldada a la mayor brevedad posible.

Atentamente

P/Consejo Científico del CICDE Dr. Luis Paulino Vargas Solís Director a.i. CICDE

UNED

Programa Alternativas: “Niñez costarricense: realidad y perspectivas”

Hoy 04 de diciembre a las 6:00 pm el Programa radial Alternativas discutirá acerca de “Niñez costarricense: realidad y perspectivas” con los siguientes invitados:

– Magaly Gutiérrez, licenciada en Educación Preescolar.

– Gabriel Rodríguez, licenciado en Trabajo Social.

– Gustavo Jiménez, sociólogo, docente e investigador de la Universidad de Costa Rica.

– L. Eduardo Alfano, médico cirujano, especialista en pediatría. 

– Cynthia Ramírez, licenciada en Trabajo Social. 

Puede sintonizar el programa en Radio 16, 1590am o por medio del Facebook de Radio 16

Un acto de sensatez, con impacto global

Armando Vargas Araya, Embajador de Costa Rica en Australia

Palabras en la actividad «Adiós a las armas. Países sin ejército permanente.  Seminario web en ocasión del 72 aniversario de la abolición del ejército en Costa Rica», Centro Nacional Australiano de Estudios Latinoamericanos, Universidad Nacional de Australia, Canberra, 1.° de diciembre de 2020.

El historial de 72 años sin un ejército permanente en Costa Rica, demuestra de manera fehaciente que es posible y positivo organizar un Estado sobre los principios de la confianza mutua, la paz y la no violencia. Aún más, es prueba coherente de que los estamentos militares, el dispendio en armamentismo y las guerras de agresión son incompatibles con la construcción de una cultura de paz. Las naciones pueden gozar de seguridad interna y defensa externa garantizadas por las instituciones de la democracia, el imperio del derecho internacional y los organismos multilaterales. La decisión de abolir el ejército es un acto de sensatez, de enaltecimiento civilizador y una apuesta al sentido común de cooperación humana.       

Al traspasar el cuartel Bella Vista al Ministerio de Educación para el Museo Nacional, el estadista José Figueres dijo el 1.° de diciembre de 1948: «Somos sostenedores del ideal de un nuevo mundo en América. A esa patria de Washington, Lincoln, Bolívar y Martí, queremos hoy decirle: ¡Oh, América! Otros pueblos te ofrendan sus grandezas. La pequeña Costa Rica desea ofrecerte su amor a la civilidad, a la democracia».

Ese día luminoso se hicieron realidad ideales largamente anhelados. Cuatro años después de lograr la independencia de Imperio Colonial Español, el primer Jefe de Estado Juan Mora Fernández advertía en 1825: «La fuerza pública –que en otros Estados es un elemento indispensable del Gobierno– a veces ha sido un instrumento ominoso de tiranía, una fuente oscura de anarquía y desorden, o una plaga que ha devorado a los hombres y sus propiedades. Nuestro Estado se apoya en el libre consentimiento de sus hijos. Nuestra milicia está compuesta de ciudadanos honestos, labradores pacíficos, artesanos y trabajadores dedicados honesta y constantemente a sus tareas particulares… quienes no tienen otra aspiración que cumplir con sus deberes domésticos y defender al Estado cuando la autoridad los llame». Y en 1891, el dirigente del liberalismo radical Félix Arcadio Montero propuso: «No habrá ejército permanente, cuando reina la paz. Para mantener el orden y velar por la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos, se establece la institución de la policía».

Aquel pueblo rural de 825 000 habitantes, auténtica república del café cultivado sobre las empinadas serranías del centro del país –donde la frecuencia de los obstáculos obliga a no apartar los ojos del camino y a mantener el pie siempre firme–, escogió el derrotero del trabajo y la paz. Así se hizo realidad la definición del historiador francés Fernand Braudel: «La montaña es el refugio de las libertades, de las democracias y de las ‹repúblicas› campesinas›.»

He aquí cinco, entre muchos, beneficios producto de la abolición del ejército. 

– Mayor inversión de recursos económicos en programas educativos y sociales: 7,4 % del PIB en educación, 7,36 % en salud pública, expectativa de vida de 80,4 años. 

– Una cultura civilista y pacifista, que se transmite a todos los aspectos de la vida cotidiana: 11,2 homicidios por 100.000 habitantes (2019), comparado con 25,9 en Centroamérica. 

– Reconocimiento mundial como nación libre, democrática y pacífica: dos invasiones armadas externas repelidas, sin restablecer el ejército. En la crisis centroamericana de seguridad de los años 80, se logró resistir presiones hegemónicas para restaurar el ejército. 

– Estabilidad institucional y política: desde 1948 se han registrado 71 golpes de Estado en Latinoamérica, ninguno en Costa Rica. Dieciocho elecciones presidenciales consecutivas y contando. 

– Atracción de inversión extranjera directa: US$ 2.764 billones (2018), octavo mayor receptor de IED en Latinoamérica.

La abolición del ejército no fue un hecho aislado sino la consecuencia de una trayectoria nacional. Y por ello mismo, un proceso dinámico que requiere ajustarse a las condiciones cambiantes. Desafíos tales como el aumento del nivel de los océanos por el cambio climático, las amenazas a la salud pública por pandemias virales, la explotación de nuestras riquezas marinas por flotas foráneas, la destrucción indiscriminada de la biodiversidad, el terrorismo y el crimen concomitante (ataques cibernéticos), el debilitamiento del multilateralismo y nuevas formas sutiles de hegemonía. Definir y actualizar una Doctrina Nacional de Seguridad y Defensa es tarea compleja pues no hay ejemplos a emular. La desmilitarización no es un lecho de rosas.

La trayectoria de Costa Rica prosigue con el desarrollo de instituciones jurídicas y derechos humanos vinculados a la paz. En las cuatro décadas más recientes, la república se comprometió legalmente ante la comunidad internacional a cumplir una neutralidad estricta, amplió los derechos fundamentales para incluir el derecho a la paz garantizado a cada habitante, prohibió la fabricación e importación de armamentos de guerra, decidió educar a las nuevas generaciones en una cultura de paz y confianza mutua, acogió la sede de la Universidad para la Paz. En foros multilaterales ha promovido iniciativas como el Tratado sobre Comercio de Armas, el Plan Centroamericano de Paz o el Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares. Con razón, la candidatura presentada por académicos y parlamentarios escandinavos durante cinco años consecutivos prosperó, cuando al Pueblo de Costa Rica le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz 1987.

Estos 23 Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas no tienen ejército permanente: el Principado de Andorra, la República de Costa Rica, la Mancomunidad de Dominica, Granada, la República de Haití, Islandia, la República de Kiribati, el Principado de Liechtenstein, la República de las Islas Marshall, la República de  Mauricio, los Estados Federados de Micronesia, el Principado de Mónaco, la República de Nauru, la República de Palaos, La República de Panamá, el Estado Independiente de Samoa, la República de San Marino, las Islas Salomón, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Tuvalu, la República de Vanuatu y la Ciudad Estado del Vaticano. Quizá la hora sea llegada de reunir a estas naciones con objetivos como dar voz a posiciones contra la carrera armamentista y la guerra, fomentar el desarrollo de una cultura de paz y confianza mutua, promover estudios académicos e investigaciones comparativas sobre seguridad y defensa en países sin ejército permanente, compartir su experiencia con otros pueblos que opten por la misma vía pacífica, reconocer con un premio anual a quien se distinga en sus luchas por la paz y la comprensión mutua. La Grecia Clásica y la Federación Helvética han orientado los derroteros de la humanidad, como en el futuro podrían hacerlo también estas naciones ubicadas en el mar Caribe, Centroamérica, Europa, los océanos Índico y Pacífico.

Un filósofo mediterráneo adelantó: «Si la humanidad escribe el futuro, no con sangre, sino con el espíritu, Costa Rica, vaticino, contribuirá de manera valiosa al reencuentro, racional y razonable, de los hombres». Nuestra convicción es que, en el espacio de las ideas y la perspectiva de las iniciativas constructivas, no hay países grandes, medianos o pequeños: todos los Estados somos iguales. La guerra y la paz nos afectan a todos por igual. Benditos sean los hacedores de la paz.

Imagen ilustrativa, tomada de la BBC Mundo

El Remate del huracán Iota en Honduras

Marlin Óscar Ávila H.
14 de noviembre de 2020

Si Dios hizo este mundo, con todo incluido, incluso, creó a los humanos capaces de auto destruirse y de superar los más difíciles obstáculos para lograr mejores estadios en calidad de vida, la responsabilidad del humano no solamente está en nosotros en resolver los más difíciles problemas de la vida, sino la de convivir amigablemente con el mundo natural “en que todo está relacionado, que nada está afuera, por eso nos dicen, que todos vayamos juntos, que nadie se quede atrás. Que todos tengan todo y a nadie le falte nada. Que el bienestar de todos es el bienestar de uno mismo. Que ayudar es motivo de crecer y ser feliz. Que renunciar en beneficio del otro nos hace sentir fortalecidos. Que unirnos y reconocernos en el todo es el camino del ayer, hoy, mañana y siempre, de donde nunca nos hemos alejado…” David Choquehuanca, vicepresidente de Bolivia[1]

En Honduras, desde el huracán Mitch, que nos visitara varios días, a partir del 26 de octubre de 1989[2], hemos tenido tiempo (31 años) y recursos de miles de millones de dólares de ayuda internacional, incluyendo cienes de millones de alivio a la deuda externa [3], para construir y reconstruir la infraestructura necesaria que evitara las inundaciones destructivas e impulsar nuevas formas de desarrollo. Las autoridades, líderes políticos y grandes empresarios se dedicaron a robar esos recursos y los que han logrado obtener en siguientes quinquenios. Ahora sufrimos sus consecuencias de manera cruel y despiadada. Mientras tanto, rogamos al cielo y a ese Dios que no siga golpeando a miles de familias, en su gran mayoría, de la clase trabajadora, quienes nunca tuvieron acceso, y según planes partidarios, no los tendrán, en decidir su propio destino. ¿Qué creen que sería la respuesta de ese Dios? O, ¿se trata de un dios ingenuo?

Pero a nuestra clase política y gobernantes no les basta con lo ocurrido hasta este momento, se prepara para lograr acumular más riqueza a costa de nuestras desgracias, sin inmutarse un milímetro. Solamente con el paso del huracán Eta, la zona con mayor inversión industrial y agrícola del país, ha sufrido una destrucción que no se logra cuantificar. Los obreros quedaron sin vivienda y aún a esta fecha (once días después), hay familias en los techos, otra importante cantidad de personas siguen perdidas. Muchas trabajadoras llegaron a laborar el lunes 9, tal y como habían quedado después de inundadas sus viviendas: con la misma ropa, envueltas en lodo y en sandalias, para que los dueños de las fábricas les pagaran al menos el día que lograron llegar al plantel de trabajo. El martes y miércoles de esa semana, cuando la tormenta arreció contra la zona norte, la patronal no les permitió salir antes de la hora de salida por la tarde, cuando no había ni transporte público, fue así como llegaron a encontrar sus casas inundadas y sus hijos extraviados. Las autoridades de todo nivel no han aparecido, excepto para salir en medios publicitarios regalando un poco de comida “chatarra», pues pronto serán las elecciones políticas. La maquinaria y equipo pesado que se vieron con el huracán Fifí (1974) y otras oportunidades e, incluso con el Mitch, para abrir cauces y tapar diques, brilla por su ausencia. La política de privatización dejó a la mayoría, sino a todos los municipios y al gobierno central sin equipo alguno.

Quienes sobrevivan esta próxima semana, si por desgracia se cumplen los pronósticos del clima, verán cómo no hay límite en el cinismo y crueldad de quienes gobiernan, aún sobre los miles de víctimas del Eta, y las de la actual tormenta o huracán Iota, que se nos aproxima, se lucrarán con el dolor y desgracia humana. Mientras tanto, seguiremos rogándole a ese Dios, que nos resuelva lo que no resolvimos, en tiempo y forma, aun teniendo la inteligencia y recursos que debimos saber utilizar colectivamente. Para eso nos montaron el sistema educativo bancario, de ignorancia, acriticidad y dominación, que hemos tenido[4], para siempre tener ese Dios a quien exigir y mantener la ley y orden que ellos fabrican en su Congreso, la cual, de no obedecer, lanzan a su ejército contra el pueblo que les mantiene, mientras los privilegiados oligarcas y gobernantes aplican las leyes a su antojo.

Más allá de esto, casi imposible deducir qué será de lo que reste o quede en pie de esta nación, con un desgobierno cruel, en manos de su oligarquía, mafia corrupta, narco, inescrupulosa y criminal.

Cualquier gobernante vecino seguirá superando con creces lo que este país tiene como gobierno.

[1] https://www.youtube.com/watch?v=JmAFKehPY-M

[2] http://cidbimena.desastres.hn/ri-hn/pdf/spa/doc12140/doc12140-contenido.pdf

[3] https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/perdonan-la-deuda-externa-por-el-mitch-nid117527/

[4] https://freire.idoneos.com/319077/

¿Ocaso o aurora?

Arnoldo Mora

Dos acontecimientos, de origen y naturaleza diferentes pero que la historia y, sobre todo, la política, los ha ligado íntimamente en los últimos meses, razón por la cual este año pasará a la historia signado por los mismos, como son el inesperado surgimiento de una pandemia cuya universalidad planetaria y cuyas consecuencias económicas y sociales marcarán los rumbos que habrá de tomar la política mundial en el futuro; y, por otro lado, la derrota electoral de Donald Trump, un presidente norteamericano que evoca la figura y el abominable legado de Adolfo Hitler.

Ambos eventos, insisto, marcarán el futuro inmediato que tomará la historia de la humanidad, dada la repercusión que tienen debido, no sólo a su extensión planetaria, sino también a la revolución tecnológica de los medios de comunicación colectiva, que están haciendo desaparecer las barreras del espacio y del tiempo, convirtiendo de hecho a la humanidad en una sociedad, cuyas decisiones inciden directamente en el destino y la sobrevivencia de la especie sapiens. Como un invitado de piedra, el coronavirus se convirtió en el epicentro de ese terremoto electoral, que sacudió a la que ha sido considerada la mayor potencia política y económica del mundo en las últimas décadas, aunque hoy, como lo muestra la espernible figura de su presidente, da muestras de una creciente e indetenible decadencia, tanto política como moral; la incapacidad de contener las secuelas letales de esa epidemia, se han convertido en un factor determinante de la derrota electoral de esa detestable figura; como reza el dicho popular: no hay bien que por mal no venga.

La incidencia de la pandemia en las elecciones norteamericanas se comprueba en el hecho de que al inicio de año el triunfo de Trump parecía indetenible, como lo mostraban las cifras del crecimiento económico y de la disminución del desempleo; paradójicamente, el histriónico terrorismo con que el presidente ninguneaba a sus contendientes y a su propio entorno que osaba mostrarse mínimamente crítico, era del agrado de un vasto sector de una sociedad acostumbrada a ver en la conquista del Oeste la premonición de lo que debería ser el sojuzgamiento de todo el planeta.

Hoy la humanidad parece respirar con cierto aire de alivio ante la derrota de ese abominable sujeto… Pero no nos hagamos ilusiones; las causas que lo llevaron al poder hace cuatro años continúan; su presencia en la Casa Blanca no fue un accidente fortuito, sino un efecto cuya causa estructural sigue intacta; un 30% de la población norteamericana nunca reconoció a Obama como SU presidente debido a su ascendencia africana, incluso cuestionaron la autenticidad de su nacionalidad; el Partido Republicano fue controlado por una fanática secta religiosa, el Tea Party, violando el legado de los padres fundadores, que se refleja en una Constitución que establece el carácter laico o aconfesional del Estado; hoy ese partido alberga una peligrosa falange de energúmenos inspirados en una ideología pseudoteológica denominada “Destino Manifiesto”; jamás aceptarán el resultado de las elecciones, como lo prueba la violencia fascistoide que han desatado desenfrenadamente en las calles; el propio Trump, en el momento en que escribo estas líneas, se ha negado a reconocer el triunfo de sus adversarios; lo mismo ha hecho su Partido; ambos dicen que recurrirán a los tribunales y, eventualmente, a la Corte Suprema de Justicia, donde cuentan con mayoría. Pero aun perdiendo ampliamente estas elecciones, que han sido las más concurridas de la historia de ese país, los republicanos han mejorado su presencia en la Cámara Baja (representantes) si bien siguen siendo minoría, y parece que contarán con mayoría en la Cámara Alta o Senado. Todo lo anterior confirma que las tendencias fascistoides de un significativo sector de la población siguen incidiendo, de manera ominosa, en la escena política de ese poderoso vecino. Esto tiene raíces históricas; Franklin D. Roosevelt, el mejor gobernante yanqui del siglo pasado, no pudo declarar la guerra al eje nazi-fascista sino hasta después del ataque japonés a Pearl Harbor (1941) debido a la obstinada obstrucción del Partido Republicano, en cuyas filas abundaban los simpatizantes del Tercer Reich; el más admirado y más poderoso empresario industrial, modelo y emblema del éxito de la tecnología norteamericana, como era Henry Ford, se declaraba simpatizante de los nazis; otro tanto hacía Charles Lindbergh verdadero mito del imaginario colectivo de su pueblo…Los ejemplos podrían multiplicarse.

Pero lo realmente preocupante es que las raíces ideológicas siguen vigentes, hoy acrecentadas debido al apoyo reiterado de la Administración Trump; los promotores de crear esta atmósfera de odio y terror que se ensañan especialmente contra las minorías, como son los latinos y los afrodescendientes, son hordas de rubios supremacistas y policías racistas. Como consecuencia de este ambiente intoxicado de extremismos, el país se ha dividido en bandos hostiles, como sólo se había visto en tiempos de la Guerra de Sesión (1861-1865); hoy los “States” ya no son tan “United”. Eso explica las palabras del presidente electo, Joe Biden, llamando a la concordia y la unidad nacional. Pero más allá de las buenas intenciones del presidente electo, están las realidades políticas. Ese país sólo podrá despertar de esa espantosa pesadilla con ribetes neofascistas si surge un nuevo sujeto político jugando un papel protagónico, conformado por sectores progresistas de clase media y esas mal llamadas “minorías” que ya no lo son tanto y que, incluso, podrían llegar ser la mayoría; las estadísticas lo prueban: 18% de la población son latinos y 14% a afrodescendientes, que se caracterizan por tener el mayor crecimiento demográfico; lo cual explica, pero no justifica ni mucho menos, la criminal furia de los grupos racistas y supremacistas.

En las masas oprimidas radica su propia liberación; pero para ello deben crecer en conciencia política y conformar una organización que forje un proyecto nacional genuinamente democrático…Todo lo cual está por verse. De ahí que sigue flotando en el ambiente la gran interrogante que dio título a estas líneas: ¿estamos ante el ocaso que presagia una noche tenebrosa, o son los primeros rayos luminosos de la aurora que anuncia la llegada de un día radiante, no sólo para ese país sino para la humanidad entera?

Conferencia virtual: Justicia fiscal y género

La Internacional de Servicios Públicos, PSI, invita a la conferencia virtual «Justicia fiscal y género» con la profesora Gabriela Valle de la Universidad Autónoma de Coahuila. Este viernes 13 de noviembre a las 3:00pm hora de Costa Rica.

Será transmitida por Zoom y Facebook.

El mundo recupera la esperanza

Mujeres por Costa Rica

Con el triunfo electoral de Biden-Harris, el mundo recupera la esperanza de hacer cambios impostergables para el cuido de los ecosistemas del planeta y la superación de las condiciones de desigualdad que empujan a millones de personas a vivir en la pobreza y con hambre.

Celebramos la llegada de Kamala Harris.  Ella será la primera mujer, y la primera persona de ascendencia afroasiática en ocupar dicho cargo. Su agenda en favor de las minorías y con enfoque de género, revive esperanzas en momentos en que el supremacismo blanco amenaza los derechos civiles alcanzados desde la década de 1960.

Felicitamos a los movimientos de mujeres de los Estados Unidos y del mundo que se unieron en una sola voz para impedir la reelección y la consolidación de un gobierno negacionista de la pandemia, la ciencia, los derechos de las mujeres, las minorías étnicas y raciales y defensor del capitalismo salvaje.

El nuevo mundo demanda el respeto a los derechos humanos, el reconocimiento del multilateralismo, la solidaridad internacional y el cuido de la naturaleza como la única vía posible para la construcción de una comunidad internacional que viva en paz.

 

El gigantesco significado de un pequeño estribillo

Luis Ángel Salazar Oses

«Si no hubiera vetado Carlos Alvarado, la red popular se lo lleva de arrastrado»

Sencillas y claras palabras que sintetizan la esencia de, nada más y nada menos, tres artículos fundamentales de nuestra Constitución Política, el 1, el 9 y el 11 que, respetuosamente, sugerimos estudiar atentamente.

El primero plantea que nuestra República es Democrática, el noveno que el Gobierno de la República es «popular… participativo…y lo ejerce el pueblo y tres Poderes» y, el décimo primero nos faculta como pueblo a controlar los resultados y a exigir rendición de cuentas a los gobernantes de turno.

Ahora bien, para que el pueblo que somos, ejerza estos legítimos derechos de gobierno supremo sobre el país que, por cierto ha construido con su sudor, con sus sacrificios, sus sufrimientos, lágrimas y vida misma y que, con sus mentiras una pequeña argollo corrupta le ha robado sistemática e históricamente, necesita despertar, informarse -estudiar-, unirse, organizarse, empoderarse, movilizarse y convertirse en Poder Popular, que no es más que el Pueblo empoderado que debemos ser para ejercer todas estas prerrogativas  que nuestra Constitución nos permite. Y, eso es lo que ha sucedido en la lucha absolutamente legítima y vital que hemos dado para exigir el veto que hoy celebramos convertidos en Poder Popular y que, de no haberlo hecho Carlos Alvarado «la red popular se lo lleva de arrastrado».

Este es el Poder Popular – «red popular» que, reiteramos, haciendo valer el artículo primero – «démos»: pueblo;  krátos: autoridad, poder-; el noveno -gobierno «popular», «participativo», ejercido por el Pueblo antes de los tres Poderes» y, el décimo primero – derecho del Pueblo que somos a ejercer control de resultados y rendición de cuentas, decidió soberanamente exigirle a Carlos Alvarado vetar la nefasta ley que autoriza el criminal arrastre y, este  Pueblo consiguió este propósito pues de no haber vetado Carlos Alvarado, este Poder Popular convertido en todopoderosa red se lo hubiese «llevado de arrastrado».

La moraleja es clara: ante el Poder Popular -red que todo arrastra- no hay gobierno que resista por lo que, si deseamos construir en nuestra Patria la real Democracia Humanitarista, Ecologista y Demócrata Participativa, lo que debemos hacer es convertirnos como Pueblo en fortalecido y estable Poder Popular -red todopoderosa que todo lo arrastra- y esta es la tarea que debemos emprender de inmediato como red que ya hemos empezado a ser, dejando en el basurero de la historia toda actividad que divida a nuestra Pueblo como los partidos políticos, los fanatismos religiosos, futboleros, discriminación racial, sexual, de género, patriarcalismos, en fin todo lo que nos ponga como estúpidos a pelear entre el Pueblo que somos, olvidando que el verdadero enemigo a combatir hoy como Poder Popular, es este criminal Sistema Capitalista, Homicida, Ecocida, Plutocrático y Cleptocrático, cuyos dueños -minoría cada vez más reducida-, quieren convertirnos en ciervos menguados y a Costa Rica en su feudo.

¡A fortalecer la red popular!, constructora de una nueva Costa Rica y un mundo en el que impere la justicia integral económica, política, social, y cultural.

Esta es la ineludible tarea que ya debemos asumir plenamente.

Humanismo y política

Arnoldo Mora

Dentro de una concepción democrático-liberal del Estado, la razón de ser del parlamento es, ciertamente, aprobar leyes para el buen funcionamiento de la República; pero el principal acto de legislar es aprobar, reformar o improbar anualmente el presupuesto enviado por el Poder Ejecutivo; de esta manera, el Poder Legislativo ejerce su función de primer poder de la nación, al ejercer un control efectivo sobre lo más importante de los otros poderes, cual es la dotación de recursos para que estos poderes ejerzan sus funciones constitucionales. En efecto, es en el presupuesto que se demuestra la voluntad política real del Estado en cuanto a sus prioridades; sin recursos económicos, ninguna declaración tiene valor real; si las cifras contenidas en el presupuesto dicen lo contrario, estamos ante un vulgar acto de demagogia o de doble moral. Eso mismo acaba de hacer la mayoría de los actuales diputados al cercenar drásticamente los recursos para los Ministerios de Cultura y Educación y a las universidades públicas. Al proceder así, esos diputados están erosionando las bases mismas de la democracia, al privar al Estado de los medios indispensables para ofrecer a los ciudadanos la posibilidad de cultivar los mejores valores del espíritu, sin los cuales el ser humano corre el riesgo de embrutecerse.

Al tomar estas nefastas decisiones, los diputados no hacen sino reforzar la imagen altamente deteriorada que una creciente porción de sus compatriotas tiene de ellos. Acaban de estrenar un espernible mamotreto como recinto parlamentario, que costó millones de millones del pueblo.

Hace miles de años, nuestros antepasados primitivos eran más cultos que el grupúsculo que ha perpetrado ese “culturicidio”, pues en las Cuevas de Altamira y Lascaux nuestros ancestros demostraron ser más dignos de llamarse humanos. ¿Qué estarían pensando los prohombres que forjaron nuestra República? No me cabe la menor duda que, desde sus tumbas, los maestros humanistas, como Joaquín García Monge, Roberto Brenes Mesén, Omar Dengo, Rodrigo Facio, Alberto Cañas, por no alargar la lista con los grandes escritores, artistas plásticos, actores y músicos, estarán reprobando tan grave golpe inferido al desarrollo de nuestra cultura, en un momento en que la decadencia moral y cívica se convierte en una epidemia peor que el Covid-19.

Las futuras generaciones señalarán con dedo acusador a quienes, abusando del poder que el pueblo les confirió, han llevado a cabo este atropello a nuestros mejores valores. Esto no obstante, abrigo la esperanza de que en el próximo presupuesto extraordinario, el Poder Ejecutivo dará oportunidad a quienes hoy han cometido este lamentable error de enmendarlo. Por su parte, los hombres y mujeres que honran con su esfuerzo y creatividad la ciencia y la cultura deben continuar la lucha y organizarse más sólidamente que nunca.

Es función prioritaria del Estado fomentar los valores humanísticos; sólo así ese animal bípedo que somos nosotros, mereceremos el calificativo de HUMANOS; el ser humano no nace, se hace en cada una de sus acciones, el humanismo no es un eslogan: es una norma de vida.

Policía detiene a comunicadora Stella Chinchilla

La comunicadora popular Stella Chinchilla fue detenida por la policía la noche de este 29 de octubre, cuando hacía su labor informativa en una movilización social en Cartago.

A propósito de esto la organización de derechos humanos ACODEHU publicó esta declaración:

El Ministerio de Seguridad Pública y la Fuerza Publica, están socavando el derecho a la Protesta Social.

Lamentables los hechos de la tarde de hoy, y los últimos días de parte de la fuerza pública de este país, sin control alguno por parte de las instituciones del Estado, que guardan silencio, ante los atropellos y violación de los Derechos Humanos a los sectores de la población que intentan manifestarse contra el Gobierno de Costa Rica.
Hacemos un llamado a la Defensoría de los Habitantes, a la Asamblea Legislativa- a la Comisión de Derechos Humanos y organizaciones sociales, para que se impugnen las acciones y el comportamiento de la Fuerza Pública, en contra de la libertad de expresión, de organización y de movilización de las y los ciudadanos que expresan su malestar por algunas de las actuaciones del Gobierno del Dr. Carlos Alvarado.
Somos conocedores de algunos de los atropellos a las personas, que están siendo criminalizadas,
Judicializadas y lastimadas con acciones policiales propias de gobiernos autoritarios.
Cómo ACODEHU, denunciamos esta situación y hacemos un llamado al Gobierno de Costa Rica, para que se retome el camino del diálogo, y el respeto a los Derechos Humanos, como elementos fundamentales para el ejercicio del sistema democrático en Costa Rica.
ACODEHU.
29 OCTUBRE 2020.