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Brasil progesista

Foto: Luis Britto.

Luis Britto García

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El mapa de Nuestra América se  colorea de progresismos. Cuba, desde siempre, pero también México en América del Norte, Honduras y Nicaragua en Centroamérica; en América del Sur,  Venezuela, Argentina, Perú, Chile, Colombia, y ahora el colosal Brasil, el país más extenso y poblado de la región, séptima  economía del mundo, animador del Mercosur y afiliado al BRICS. Son triunfos difíciles, con fortalezas y debilidades. Concentrémonos en las de Brasil.

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Se acostumbra llamar progresismo a cualquier acomodo de la superestructura que disienta de la incondicional adhesión al ilimitado sacrificio de las clases trabajadoras y los recursos naturales al capital transnacional.  Su aparición o desaparición sigue una mecánica precisa. Los países ingresados al redil del progresismo huyen de experiencias neoliberales que los llevaron al borde de la ruina. Los neoliberalismos cavan su tumba política siguiendo sus propios axiomas; los progresismos preparan la suya cuando abandonan sus banderas para compartir o seguir las neoliberales.

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Impreciso o aproximativo será todo lo que se diga desde lejos sobre  sobre Brasil, ese universo de casi nueve millones de kilómetros cuadrados y 215 millones de habitantes. Intentemos fundarlo en testimonios creíbles. Cuando el Partido de los Trabajadores llega al poder en 2002, enfrenta Lula un compacto bloque de intereses privados nacionales y multinacionales que le vetan reformas profundas. Opta por el asistencialismo, por políticas indispensables como la distribución de alimentos subsidiados Fome Zero (Cero Hambre), oportunidades de educación universitaria para los pobres y grandes construcciones de vivienda popular (Minha Casa, Minha Vita). Pero a pesar del decisivo apoyo del Movimiento de los Sin Tierra, no realizó una Reforma Agraria que aniquilara o moderara la extrema concentración de la propiedad latifundista en un país cuyas principales exportaciones son agrícolas. Tampoco evitó la privatización de 45% de las acciones de Petrobras en la Bolsa de Nueva York, ni impidió que fueran privatizadas por el agronegocio porciones crecientes de las tierras e incluso de las aguas de la Amazonia. Como testimonia Theotonio dos Santos, siguiendo las recetas neoliberales “anti inflacionarias” de su Banco Central, “Lula continuó la política de altas tasas de interés manteniendo la emisión de títulos de la deuda federal para pagar intereses de la deuda que fue construida sobre la nada con el único propósito de transferir recursos a una minoría que vive de estos intereses inexplicables (…) con lo cual el pueblo brasileño dejaba transferir cerca del 50% del ´gasto público´ a este sector reducido de la población”

(http://www.alainet.org/pt/articulo/172474). Era la misma política del Carlos Andrés Pérez, que en 1990 pagaba intereses anuales del 100% a los capitales ociosos que invertían en Bonos Cero Cupón.
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Así, dejó el Presidente Obrero que su imagen se asociara a grandes empresas como Odrebrecht; no actuó con el necesario rigor contra los latrocinios de éstas,  y aunque jamás se  probó que hubiera incurrido en manejos ilícitos, parte del pueblo llegó a creer que existía una generalizada corrupción, y no reaccionó de manera contundente ante el amañado proceso que intentó inhabilitar a Lula  políticamente. Como resume Silvio Schachter, “El maridaje histórico de los empresarios con la política y los políticos, se materializa en los conocidos y crónicos casos de corrupción propios del sistema, pero para el PT  formó parte de una estrategia premeditada. En Brasil, la conciliación y alianza con los grupos económicos hegemónicos fue la fórmula mágica del PT para avanzar en el proyecto neo-desarrollista, conciliar el capital y el trabajo, al mismo tiempo que se garantizaba la gobernabilidad sin afectar las causas de la desigualdad, los privilegios de la élite, ni modificar ninguno de los pilares sobre los que se estructuran las relaciones sociales  de dominación” (“Bolsonario, la dictacracia y el suicidio populista” https://herramienta.com.ar/articulo.php?id=2932).

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A pesar de la crisis capitalista de 2008 y la baja del precio de las exportaciones,  el inmediato gobierno del PT presidido por Dilma Roussef presentó crecimientos del PIB superiores al 7% anual, acumuló superávits fiscales, redujo el desempleo y para 2012 mostró índices de aprobación popular de más del 60%. En general, los gobiernos del PT aumentaron en 54% el salario mínimo, disminuyeron el índice de GINI de  desigualdad a 0,522,  redujeron el desempleo a 4,5% y sacaron a unos 50 millones de la pobreza. Sin embargo, postergó  Dilma las iniciativas contra el latifundio y las oligarquías económicas, y cayó asimismo en la trampa neoliberal recesiva de las altas tasas de interés para contener una inflación que para el momento era sumamente moderada. Como añade Theotonio dos Santos: “Nadie imaginaba que, en lugar de continuar con la política aprobada por la abrumadora mayoría de la población, el segundo gobierno de nuestra compañera de muchas luchas adoptaría la política económica de la oposición brasileña”. Y, según añade Schachter: “En ese camino el PT decide abandonar su prédica socialista, los proyectos de transformación social radicales, moderar su discurso y ser un partido de la conciliación, del pacto social que garantizaría el orden institucional frente a un momento en que la desigualdad social amenazaba con quebrarlo”.

Foto: Luis Britto.

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Igualmente grave,  los dos gobiernos del PT habrían sido capturados progresivamente por “o mecanismo”, vale decir, por la práctica brasileña de la corrupción. Como señala Esteban Valenti  “En estos 13 años “O mecanismo” fue ganando partes enteras del PT, comenzando por con el Mensalao y de allí en adelante. Nadie puede creer y defender con seriedad que estando 13 años en el gobierno, el PT no sabía de esos esquemas, no conocía que los 13 mayores contratistas del país hacían ganancias exorbitantes con los sobreprecios de las obras públicas (Petrobras, Juegos Olímpicos, Mundial de Fútbol y todas las enormes obras de infraestructura). Que alguien se atreva a negarlo con un mínimo de seriedad” (Other News16/4/2018). Estratégicas “revelaciones” de escándalos como el de Odebrecht o Lava Jato arrojaron dudas sobre el PT y sus dirigencias. Fuera o no cierta esta percepción, abrió  el camino para que  se procesara a Lula para evitar su reelección,  y que  en 2016 Dilma Roussef fuera depuesta por un  golpe de Estado judicial activado por su vicepresidente Temer, su oportunista “aliado” de la centroderecha, sin que una decisiva protesta social trabara el ascenso al poder de éste ni su aplicación del resto del paquete neoliberal.

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En tal situación, cualquiera que pregonara principios éticos invocando los valores más tradicionales –religión, propiedad, familia, patriarcalismo, autoritarismo- podía convocar una especie de voto protesta. Así fue electo presidente el oscuro ex capitán  neopentecotalista Bolsonaro en un país donde el 64,6% de la población es católica, y protestante sólo 22,2%.  Pero es una minoría retrógrada que aplica los más modernos instrumentos del “marketing” ideológico con 20 televisoras, 40 radioemisoras, editoriales, disqueras y estrategias de boots, big data, fake news, empleo saturativo de redes sociales como whatsapp, adiestra grupos paramilitares como los “Gladiadores del Altar” y copió del PT los programas de distribución de alimentos subsidiados. Este mensaje alcanzó a casi la mitad del electorado. Advertencia para todos los países expuestos a la nociva mezcla de política y religión.  

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A Lula corresponde responder con un nuevo mensaje, humanista, igualitario, socialista, pero sobre todo con actos que correspondan a él.  Progresismo que se duerme se lo lleva la corriente.

Foto: Luis Britto.

 

Texto y fotos: Luis Britto

Compartido con SURCOS por Roberto Salom Echeverría.

Fuente: http://luisbrittogarcia.blogspot.com/2022/11/brasil-progresista.html

Va de nuevo: mentiras y verdades sobre Dekra y ARESEP

Luis Paulino Vargas Solís
Economista / Investigador CICDE-UNED

En relación con las tarifas de revisión vehicular, no sé cuántas veces he oído al presidente Chaves y al ministro Amador, afirmar que, reiteradamente, le plantearon a ARESEP que la reinspección debía ser gratis, pero que a la ARESEP “no le dio la gana”. Por todos los medios ha procurado presentar a la ARESEP como enemiga de la gente, y como una entidad que actúa arbitrariamente.

Todo lo cual violenta la verdad.

1) Ni el presidente ni el ministro son superiores jerárquicos de la ARESEP. Esta se rige por su propia ley, la cual le asigna potestades y responsabilidades que le son propias. Chaves y Amador, no solo irrespetan -una vez más- la legislación y la institucionalidad, sino que -igualito que con las universidades- quieren convertir la regulación de los servicios públicos, en territorio colonizado por la politiquería del gobierno de turno.

2) En su primera resolución sobre las tarifas de la revisión técnica, ARESEP no fijó tarifa para la reinspección. Cito textualmente: “…en el presente estudio no se están definiendo tarifas para la reinspección ya que no se dispone de información sobre los tiempos, costos y actividades que implica la realización de una reinspección frente a una inspección… En ese sentido, se está considerando que los costos de dicha actividad se estarían cubriendo con los ingresos a percibir mediante el cobro de la tarifa de inspección, la cual le permitirá al nuevo operador continuar con la prestación del servicio y mantener su equilibrio financiero, por lo cual no podrá cobrarse por el servicio de reinspección” (resolución RE-0087-IT-2022, Alcalce N° 175 a La Gaceta N° 156 de 12 de agosto de 2022).

3) Resumo: no se cobra por reinspección; se consideró que las tarifas de inspección cubrirán el costo de la reinspección; el MOPT (léase Luis Amador) no proporcionó suficiente información para decidir otra cosa sobre la reinspección.

4) El 17 de agosto de 2022, la señora Paula Víquez Barrantes, usuaria del servicio, interpone un recurso de revocatoria con apelación en subsidio, contra la resolución a que hice referencia más arriba. Esto obliga a reconsiderar lo atinente a las tarifas de reinspección y lleva a fijarlas dentro de un rango que, para vehículos livianos, queda comprendido entre un mínimo de ₡1.727 y un máximo de ₡1.917. Entretanto, la tarifa de inspección inicial, quedó fijada, para autos livianos, en el rango entre ₡6.445 y ₡7.156 (resolución RE-0101-IT-2022, Alcance N° 225 de La Gaceta N° 200, 19 de octubre de 2022). No se dice absolutamente NADA sobre tarifas para “reinspección por dos o más fallas graves”

5) La fijación de una tarifa para reinspección por dos o más faltas “graves” igual a la tarifa de la inspección inicial, es un decisión unilateral y arbitraria tomada por Chaves y Amador, complaciendo una solicitud expresa de la propia empresa Dekra (véase: “Dekra sí solicitó cobro oneroso por volver a revisar vehículos con dos faltas graves”, Universidad 22 de octubre de 2022). O sea: una graciosa y gentil concesión, por parte de los mismos que eligieron a dedo a Dekra, desechando a la empresa sueca que ganó el concurso realizado.

El fútbol, la economía y el pundonor

José Luis Pacheco Murillo

Ayer terminó el campeonato de fútbol de la primera división en nuestro país. Podría ser intrascendente esa noticia, sin embargo, por lo que representa el fútbol en la economía del país no puede pasar inadvertida.

Después de la pandemia, los estadios volvieron a estar llenos, para el fútbol y para todos los deportes. Eso implica que el dinero se está moviendo y que la economía en general está en funcionamiento.

Pero también el deporte y en este caso el fútbol nos da enseñanzas importantes para la vida. No son solamente la táctica y la estrategia que podamos establecer para lograr un objetivo, sino y especialmente hay que tomar en cuenta el esfuerzo, la dedicación, la pasión y el pundonor. La táctica y la estrategia se pueden caer con tan sólo un incidente que haga perder a un jugador. Pero si a pesar de que haya superioridad numérica las cosas no se hacen con esa pasión y esfuerzo, simplemente quedan en el camino sin lograr el propósito.

Ayer el Deportivo Saprissa pese a ser el equipo con menos jugadores en la cancha fue el equipo que derrochó coraje y pasión y por eso logró el objetivo a pesar de perder el juego.

No cabe duda de que la mayoría creímos que ante la expulsión de un jugador que ha sido esencial para Saprissa, Heredia lograría el objetivo que no era solamente ganar, sino que tenía que hacerlo por más de dos goles, sin embargo, la falta de orden del Herediano y la garra y fuerza del Saprissa con cambios oportunos y acertados, nos hizo equivocarnos a todos. Saprissa lo logró.

Felicidades a la Junta Directiva, cuerpo técnico, jugadores y afición del Deportivo Saprissa, y ojalá, los demás equipos hayan aprendido algo de lo mucho que mostró este equipo ahora campeón.

Ahora viene el campeonato mundial en Qatar 2022, Dios quiera que nuestra selección haga un papel decoroso y que los seleccionados pongan el empeño, la pasión y el esfuerzo por lograrlo.

José Luis Callaci comenta la situación de Cuba y el apoyo necesario. Video

Presenta su agradecimiento y su reconocimiento a los integrantes de Europa x Cuba, por el apoyo a la justa causa del pueblo cubano, pues este pueblo caribeño es símbolo de lucha y persistencia, debido a las medidas inhumanas por parte de las grandes potencias. Podemos escuchar más sobre su opinión en el siguiente video.

Panamá ratifica el Convenio 190 de la OIT

Manuel Hernández

Panamá ratificó el Convenio N° 190 de la OIT, acerca de la violencia y acoso en el trabajo.

Panamá es el 21 país de la OIT que ratifica este convenio y el noveno de América Latina.

En muchas cosas nos está dando ejemplo.

Mientras tanto, la derechista Asamblea Legislativa de Costa Rica se decanta por un famélico proyecto de acoso laboral, construido en los astilleros de UCCAEP.

El proyecto de acoso laboral es una trampa de las patronales.

Hay que exigir la ratificación del Convenio 190 de la OIT.

La gobernanza ante la desigualdad y la pobreza en Costa Rica

Alberto Salom Echeverría

Reducir la desigualdad en América Latina, la región más desigual del mundo sí es posible y constituye hoy en día uno de los retos prioritarios para lograr el desarrollo humano en nuestros países. Sin embargo, esos retos requieren una sistemática y rápida atención. (Carvalho, Luiza, “Desigualdad en América Latina.” La Nación. 13 de setiembre 2010)

En nuestra región, la desigualdad afecta más a las mujeres, a la población indígena y a la afrodescendiente. Las mujeres reciben un menor salario que los hombres por igual trabajo, tienen mayor presencia en la economía informal y trabajan más horas que los hombres (doble carga laboral). En promedio, el porcentaje de la población indígena y afrodescendiente que vive en pobreza extrema (un dólar por día o menos) es el doble que el resto de la población. (Ibidem)

Los cambios estructurales

Decimos que un cambio es de naturaleza estructural, cuando se afectan variables que están en la base misma de una sociedad. Un cambio estructural se produjo en los países subdesarrollados de Centroamérica, por ejemplo, cuando las sociedades adoptaron políticas de largo plazo, para reemplazar las importaciones de insumos industriales y comenzaron a producirlas internamente. Para ello fue necesaria la intervención del Estado, para crear políticas proteccionistas, una combinación de impuestos a los bienes extranjeros y préstamos blandos a la inversión interna (políticas de subsidios). Asimismo, ahora está visto que, para variar la estructura de las sociedades contemporáneas de la misma región, en procura del bienestar del mayor número de personas, se requieren políticas públicas multidimensionales y de largo plazo como son: las educativas, de salud pública, tributarias y fiscales, ambientales, agroforestales, de equidad social, que promuevan la participación ciudadana, entre otras; si lo que se quiere es enfrentar la crónica desigualdad social, la pobreza y pobreza extrema. O sea, se apunta a cambios estructurales (largo plazo, multidimensionales), por oposición a los coyunturales (corto plazo, cambios puntuales) para obtener una sólida gobernanza.

¿Qué se necesita para que se produzcan políticas públicas de mediano a largo plazo y multidimensionales? Como se trata de un verdadero cambio en la manera de gestar la política pública, es preciso que exista una verdadera voluntad política, tanto para promover la participación de la ciudadanía cuanto, para impulsar las políticas con progresividad, o sea con una vocación de distribución de la riqueza socialmente producida en favor de los más pobres. Imaginemos que, el lanzamiento del primer Informe de Desarrollo Humano, concebido por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para medir innovadoramente el desarrollo de los países, valga decir, “más allá de sus niveles de crecimiento económico”, data del año 1990. Se trató de una nueva propuesta centrada en el ser humano que se compuso de dimensiones educativas, salud e ingresos. A partir de allí fue modificada sustancialmente la calidad del debate en los países del continente, ya que el mismo se orientó al fortalecimiento de políticas públicas para mejorar la vida de las personas. No obstante, como es fácil de anticipar, por lo que sabemos, en muy pocos países los gobernantes fueron capaces de impulsar nuevas políticas con esa orientación. Casualmente uno de ellos fue Brasil, durante las dos administraciones del presidente Lula entre el 2003 y 2010; donde se logró sacar de la pobreza y la pobreza extrema a más de 30 millones de personas y, por primera vez se redujo el índice de desigualdad, medido en términos de las diferencias salariales (coeficiente de Gini), agrupada la población por deciles según los ingresos de las personas.

El informe mencionado del PNUD identificó también que, la enorme mayoría de los sistemas políticos latinoamericanos, históricamente han reforzado la desigualdad, pues, como lo señaló Luiza Carvalho, imperan en ellos “…estructuras fiscales asimétricas, escasas capacidades regulatorias del Estado e instituciones que discriminan y reproducen las diferencias entre los grupos poblacionales, [y por añadidura prevalece en ellos] poca transparencia, clientelismo, corrupción y un débil compromiso ciudadano con la acción pública.” (Cfr. Ibid).

La desigualdad y la pobreza en Costa Rica: los datos duros.

La pobreza y la pobreza extrema en Costa Rica son crónicas y perseverantes. En tanto que, la desigualdad ha venido creciendo con altibajos, pero ininterrumpidamente desde el 2005; el coeficiente de Gini llegó a medir en 1916: 0,49, equivalente a los niveles de 1980. (El coeficiente va de 0 a 1, donde 0 indica una situación de mayor equidad entre los deciles. En cambio, conforme se acerca a 1, quiere decir que el ingreso se va distribuyendo de manera cada vez más dispar. Así, 1 querría decir que el 100% del ingreso estaría concentrado íntegramente, en el decil de los que reciben mayores salarios.)

Aunque en parte de los 90 y en el primer quinquenio del 2.000 se produjo una recuperación importante en términos de la igualdad (1994 el coeficiente fue de 0,387 -el menor en Latinoamérica y Los Estados Unidos-); en cambio, en 1916 habíamos regresado al nivel de 1980, 0,49 que marcó una desigualdad mucho más acentuada que en el promedio de América Latina. En Costa Rica habita hoy una población ligeramente superior a las cinco millones doscientas mil personas; pero como dijera un artículo de Valeria López del 2018 en el semanario Universidad, unos viven como en África, mientras otros han alcanzado un estilo de vida como el de los países europeos. (Cfr. López Sedó, Valeria. Versión digital https://semanariouniversidad.com/pais/costa-o-rica-la-odiosa-desigualdad-que-nos-devolvio-a-1980/). Peor aún, el coeficiente de Gini continuó subiendo en Costa Rica, hasta alcanzar su valor más alto desde el 2010: 0,524 en el año 2021, según la Encuesta de Hogares de Costa Rica (ENAHO). En el 2019, el ingreso neto promedio de los hogares más ricos había sido 13 veces superior que el del 20% de los hogares más pobres. Hay que hacer la observación de que, si se hiciera una medición no en términos de los salarios, sino del patrimonio (conjunto de bienes, derechos y obligaciones que son propiedad de una persona o empresa), muy probablemente la desigualdad sería escandalosamente más alta.

Por su parte, el indicador que mide la pobreza y la pobreza extrema no hace sino mostrar un considerable agravamiento de la situación social de las familias costarricenses en condición de vulnerabilidad, pobreza y pobreza extrema.

Los datos más recientes continúan mostrando la persistencia del fenómeno de la pobreza, cuando no su agravamiento. La Encuesta de Hogares del 2022 reveló que el índice general de pobreza se había estancado respecto del año anterior en 23%. Sin embargo, mientras en la zona urbana es de 21.1%, en la zona rural se marcó un crecimiento de las familias en condición de pobreza, ya que el indicador se estableció en un 28.3%, dos puntos porcentuales más alta que la del 2021. Se trata del segundo pico de pobreza más alto de la zona rural costarricense desde el 2010; el pico más alto fue el dato reportado en el 2014, que había alcanzado el 30,3% de familias que padecen la pobreza. Por otra parte, retomo el tema de la desigualdad para sugerir que, si observamos con mayor perspectiva los datos del coeficiente de Gini desde el 2010, de acuerdo siempre con el INEC, se puede ver con claridad que, la desigualdad no ha logrado reducirse, oscilando entre el valor más bajo del decenio que fue en el 2010, cuando se logró alcanzar un coeficiente de 0.507, hasta el más alto registrado en el año 2021 que fue de 0.524.

Por añadidura, los periodistas Patricia Leitón y Alejandro Durán, informaron que, de acuerdo con el INEC, hubo un aumento de la desigualdad entre la pobreza urbana y la rural en perjuicio de la segunda. (Cfr. Leitón, P. y Durán, A. “Porcentaje de hogares pobres se estanca y poder adquisitivo cae.” La Nación, 21.10.22. P-21A).

Finalmente postulo que, no habrá “Gobernanza”, hasta que no visualicemos ese modelo multidimensional, que integre una participación real de la ciudadanía, con las políticas sociales sin discriminación de ningún sector, con equidad de género, con una atención urgente a los discriminados de los sistemas de educación y de salud pública, una efectiva distribución de la riqueza y el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Se trata, como resulta obvio, de un modelo que trascienda con mucho un cuatrienio. Por el curso que llevan los acontecimientos, más allá de algunas promesas aisladas, lamentablemente no vemos esa orientación en la actual administración.

Epílogo.

Los anteriores análisis, ameritan ser complementados con un análisis con un enfoque de sociología política, mediante el cual se logre desentrañar al menos, algunas cuestiones como las siguientes: ¿Cuáles han sido en el pasado y en el pasado reciente, las fuerzas sociales y políticas en presencia, cuáles fueron los principales movimientos sociales que figuraron como protagonistas en las diferentes coyunturas y cuáles fueron las articulaciones políticas entre todas ellas que permitieron impulsar políticas públicas y le imprimieron a la sociedad costarricense cierta estabilidad, crecimiento y, dotaron al Estado de capacidad para crear instituciones de bien social y económico, como la “Caja”, el ICE, la banca estatal, el INS, el AyA, el CNP, RECOPE, las universidades públicas y las municipalidades con algunas potestades de acción en lo local, entre muchas otras? ¿Cuáles fueron las fracciones sociales hegemónicas en las diferentes coyunturas y cómo gestaron alianzas políticas y con qué contenido ideológico para viabilizar el auge de las capas medias de la población y una suerte de movilidad social desde los sectores populares?

¿Cuáles fueron las clases y sectores sociales que enfrentaron de un modo sistemático o coyuntural la alianza que le dio sustento a lo que José Figueres denominó como la “Segunda República”? ¿Cómo se amalgamaron ellas también y con determinados sectores subalternos, para consolidar en diferentes momentos, alianzas políticas cuyo vértice fue la oposición a la deriva estatista del bloque socio político anterior con todas sus secuelas? ¿Qué políticas llevaron adelante que les permitió resquebrajar el bloque dominante de la coyuntura 1953-1978, sustrayéndole incluso importantes bases del sector popular e introduciéndole contradicciones en su interior? ¿Qué fuerzas sociopolíticas y con qué apoyos impulsaron políticas desregulatorias y anti estatistas que luego dieron pie, a finales del siglo XX e inicios del XXI, a una segunda “ola de modernización”, esta vez con acento en la liberalización del mercado y el debilitamiento de la estructura del Estado y sus instituciones? ¿Cuál fue el papel de los apoyos externos, gobiernos extranjeros, organismos financieros internacionales, capital extranjero? ¿Cómo se anudaron con las fuerzas políticas dominantes? ¿Qué cambios de naturaleza ideológica indujeron en los partidos políticos que habían sido dominantes durante la segunda mitad de la centuria pasada? ¿Qué nuevas fuerzas políticas aparecen en la escena desde finales del sigo XX y cuáles fueron sus orientaciones?

¿Cómo y qué fuerzas políticas y sociales fueron capaces de debilitar y hasta de romper la hegemonía del bipartidismo tradicional y con qué orientaciones ideológicas? ¿Se debilitó el bloque sociopolítico dominante? ¿Qué contradicciones se produjeron al interior de las fracciones sociales y políticas dominantes? ¿Qué nuevas fuerzas políticas han emergido al influjo de las condiciones de crisis política creada? ¿Hasta qué punto se han debilitado los partidos políticos tradicionales e incluso las fuerzas emergentes desde las postrimerías de la centuria anterior? ¿Cómo se rearticulan los partidos de izquierda y con qué orientaciones y apoyos sociales? ¿Cómo están estructuradas las fuerzas sociales populares y de que manera se insertan dentro de los partidos políticos vigentes? ¿Qué está en juego en la actual coyuntura y cómo se posicionan las fuerzas sociales y políticas frente a ello?

No todas las interrogantes están sin respuestas en los análisis sociológicos, politológicos o económicos contemporáneos. Pero, sería esperable un examen riguroso y sistemático de toda esta compleja realidad. En la medida de nuestras posibilidades contribuiremos en ello.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

Súbito fallecimiento de director del OIJ conmovió al país

José Luis Pacheco Murillo

El país entero se conmovió ante la súbita noticia de la muerte del señor Walter Espinoza Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Esa conmoción se debió a varios motivos principalmente: porque era un servidor público ejemplar, de esos que enorgullecen la profesión y el servicio, de esos que se entregan con alma, vida y corazón al servicio de los demás. Porque nos brindaba confianza con sus acciones y manifestaciones. Porque hacia lo necesario junto a sus subalternos por cuidarnos y por acabar con esos delincuentes del crimen organizado y del narcotráfico.

Además, porque se enfrentó con decisión firme a quienes querían afectar y debilitar al OIJ, ya fueran compañeros de trabajo, superiores como los Magistrados o incluso a diputados y Ministerio Público. Hacia lo necesario por defender la institucionalidad.

Funcionarios como el señor Espinoza Espinoza son los que hacen grande la función pública y los que nos hacen mantener una esperanza sobre esos servidores públicos que cumplen a cabalidad con sus funciones y van más allá para bien de su institución y del país.

Esa calidad de funcionario público se combinó con la calidad de Esooso y padre de familia, lo que era lógico pues, si era excelente para servirle a los extraños con mucho mayor razón se entregaba al servicio de los suyos, de los que amaba.

Escuchar a sus compañeros de trabajo referirse a su calidad humana, hace que esta noticia sea mayormente triste para ellos, su familia y el país.

Que su paso por la función pública sirva de ejemplo a quienes estuvieron cerca de él y para todos aquellos que tienen la posibilidad de hacer lo necesario para bien del país.

Que Dios lo acoja en su seno. Muchas gracias señor Walter Espinoza Espinoza y disfrute del descanso eterno. Solidaridad y paz para sus familiares, amigos, compañeros de trabajo.

La hora de América Latina

Álvaro Vega Sánchez

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

La avanzada del progresismo en América Latina es un signo esperanzador. El liderazgo político de Manuel López Obrador y Luis Inácio Lula da Silva podría convertirse en las dos manos que acerquen a los pueblos al Sur del Río Bravo en un abrazo fraternal y amistoso. Ambos líderes, han enarbolado la bandera de la dignidad latinoamericanista y han abierto senderos para profundizar la integración y la unidad de nuestros pueblos. No sólo representan a los dos países más grandes de América Latina, México y Brasil, sino a dos pueblos con una trayectoria histórica de liderazgos progresistas, que son símbolo de la incansable lucha por la independencia y la soberanía económica y geopolítica.

Vivimos tiempos donde el derrotero global y planetario apunta a un perfil geopolítico multipolar e intercultural. El mismo, representa un desafío para construir alianzas, sólidas y estratégicas, entre países y regiones que contribuyan al desarrollo con justicia y paz social. Para ello, es fundamental que se creen y consoliden bloques regionales que permitan generar condiciones para un nuevo marco de cooperación y relaciones comerciales, culturales y políticas, que propicien y fortalezcan sistemas políticos democráticos estables, países gobernables y una convivencia humana planetaria más digna, es decir, más equitativa, hospitalaria y afectiva.

La crisis de los regímenes democráticos actuales, debido a los índices crecientes de desigualdad, pobreza y criminalidad, obedecen, en gran medida, a un modelo de globalización geopolítica y económica que se ha venido configurando sobre un patrón de dominación socialmente empobrecedor y excluyente, culturalmente devastador, por lo discriminatorio y xenófobo, y política y económicamente neocolonial hegemonista.

Esta “segunda ola progresista”, a la que asistimos hoy en América Latina, es una valiosa oportunidad para contribuir a afianzar los vínculos de cooperación y solidaridad regionales. En un contexto geopolítico agitado por una sucesión de conflictos bélicos con participación directa de potencias militares, como Estados Unidos y Rusia, América Latina tiene que asumir el desafío de afianzar un rumbo propio para no dejarse arrastrar por estos vientos bélicos, y convertirse en fácil presa de intereses geopolíticos que no favorecen su desarrollo como región.

América Latina cuenta con los recursos suficientes para convertirse en una de las regiones, humana y ecológicamente, más prósperas del mundo. Para ello, es fundamental, como señalan los pensadores de la decolonialidad, superar, entre otras, la colonización epistémica (Enrique Dussel). Reconocernos, desde nuestras raíces ancestrales, como pueblos con valores, dignidad, conocimientos y capacidades suficientes para levantarnos sobre nuestros propios pies. En esta búsqueda, por afirmarnos como región, hay que leer y releer la novela decolonial por excelencia Tenochtitlán del insigne y laureado escritor costarricense, y adoptado por México, José León Sánchez. Nuestra visión de mundo está en nuestras novelas, dijo Ernesto Sábato.  

Es la hora de América Latina. El tiempo oportuno para articular y ofrecer, como región, una alternativa al modelo dominante de globalización neocolonial. Mostrar que sí es posible, según lo expresado por el Papa Francisco, construir fraternidad universal y amistad social. Que la cultura de la violencia, el odio, el miedo y la insolidaridad tiene todavía un frente de resistencia cultural y político en una región latinoamericana decidida a apostar por la promoción y defensa de los derechos humanos y la convivencia pacífica, digna y solidaria entre los pueblos.

Y que el ruido ensordecedor de las bombas no ha opacado las voces de la no-violencia activa por la paz con justicia social, para hacer posible que los niños y niñas sigan sonriendo y sembrando esperanza, mientras sus madres y padres abonan el jardín sin “junglas” de la hermandad universal.

“Los niños estaban ahí escondidos cuando entró el soldado castellano y elevó la espada para rematar al anciano… Orinó con un chorro caliente de orines sobre el rostro ya sin ojos de esmeralda del señor Huitzilopochtli…y salió. El anciano miró a los niños. Luego se dirigió hacia un viejo arcón empotrado en una de las paredes pintadas de rosa y verde con la historia de las batallas de Tezcatlipoca y sacó una manta de cabuya.

La ciudad está perdida…les dijo, pero yo les regalo esto…y les enseñó un puñado de granos de maíz´[…]

“Un grano de maíz para que tengan vida y puedan ver el camino ahora que va a caer la noche. Un grano de maíz para que puedan vivir… El otro grano de maíz no es para alimentar el cuerpo, sino el corazón…Llévenlo a su lado…Cuando lleguen al otro lado de la laguna busquen un lugar y siémbrenlo. Mientras un grano de maíz pueda germinar sobre la tierra extensa de Anáhuac, México Tenochtitlán, nunca, nunca, nunca… ha de morir.” (Sánchez A., José L. (2012) Tenochtitlán. La última batalla de los aztecas. México, Random House Mondadori.  p. 400-4001)

¿Salvarán los cambios políticos a Liberación Nacional?

Vladimir de la Cruz

El Partido Liberación Nacional, de los actuales partidos activos, en la vida nacional, es el más viejo y el que más ha impactado el desarrollo institucional del país desde 1951, cuando se fundó, y desde 1953 cuando empezó a ejercer gobiernos. Si se retrotrae su historia a sus raíces desde la Junta de Gobierno, 1948-1949, cuando su fundador, José Figueres gobernó, a la fuerza, de facto, con los Decretos Ley que aprobaron, en ese período de Gobierno, que sentaron las bases de la Costa Rica de la segunda mitad del siglo XX, más importancia se le puede reconocer en el desarrollo institucional nacional al Partido Liberación Nacional, que dirigió el país en 9 ocasiones, 9 gobiernos, 1953, 1962, 1970, 1974, 1982, 1986, 1994, 2006 y 2010 de los 18 gobiernos que ha tenido el país desde entonces, incluido el actual.

El resto de los gobiernos se los han repartido 3 coaliciones en 1958, 1966 y 1978, de tradición opositora liberacionista con ribetes socialcristianos, 3 del Partido Unidad Social Cristiana, 1990, 1998, 2002, dos del Partido Acción Ciudadana, 2014 y 2018 y el actual Gobierno de Partido Progreso Social Democrático, 2022-2026.

De esa acción de gobiernos liberacionistas se desarrolló el Estado asistencialista, benefactor y el Estado Social de Derecho que se construyó especialmente hasta 1978, fortaleciendo un conjunto de instituciones públicas poderosas, claves y estratégicas para el desarrollo nacional, como han sido la Universidad de Costa Rica, las universidades públicas que se impulsan en los Gobiernos de Figueres y Daniel Oduber, 1970-1978, la Universidad Nacional, el Instituto Tecnológico, la Universidad Estatal a Distancia, el Instituto de Vivienda y Urbanismo, el Consejo Nacional de la Producción para sirvió para asegurar precios justos a los productores nacionales, asegurar sus cosechas para el consumo y para regular precios para los consumidores, la Banca pública estatal que se puso al servicio de distintos sectores empresariales, comerciales y productivos y del público, la Caja Costarricense del Seguro Social, que fundada en el gobierno de Rafael Ángel Calderón Guardia, 1940-1944, se desarrolla, amplía y universaliza sus servicios por el impulso que le da Liberación Nacional, el Instituto Costarricense de Electricidad, el motor del desarrollo y de la economía nacional, y el Instituto Nacional de Seguros, por citar algunas de las instituciones que durante los gobiernos liberacionistas se fortalecieron, al menos hasta 1978.

Fue la Liberación Nacional el que impulsó y fortaleció la clase media nacional, que a pesar de los embates económicos con que se ha venido golpeando a toda la población del país, sigue siendo fuerte, poderosa y sobreviviente, una parte de ella y la otra, sectores amplios de la clase media amenazados en su estatus de vida, con tendencia a ser excluidos y expulsados de esta clase media, reduciendo su tamaño, y a pasando, parte de ella, a formar parte de la composición social de los sectores pobres del país.

Con el Gobierno de Rodrigo Carazo, 1978-1982 se empezó a desmantelar el Estado, se empezaron a privatizar instituciones que eran empresas públicas. A partir del Gobierno de Luis Alberto Monge se impulsaron los Planes de Ajuste Estructural y al inicio de la década de 1990 se impuso la política de Tratados de Libre Comercio, que han atendido todos los gobiernos desde entonces, entre otros cambios importantes que afectaron estructuralmente el desarrollo institucional del país.

El proceso de desmantelamiento estatal no ha cesado. La apertura bancaria, o la desnacionalización que se impuso en el Gobierno de José María Figueres, 1994-1998, culmina no solo con el sector bancario financiero nacional gobernando el país, sino que conduce ahora a deshacerse de más instituciones bancarias públicas, como es el intento de vender el Banco de Costa Rica y el Banco Internacional de Costa Rica.

La descentralización por la privatización de servicios en las instituciones estatales ha debilitado su esencia, camino cada vez más seguro hacia su total privatización y desaparición de las mismas. Es la pinochetización fina, que se ha venido haciendo de la atención primaria de los servicios públicos esenciales, para imponer la privatización de todos los servicios públicos.

La educación pública la han debilitado, la han disminuido en su papel estratégico. La tendencia es hacia la privatización de toda la enseñanza.

La salud pública la han debilitado, fortaleciendo la atención de la salud en manos privadas, y sometiendo a la Caja Costarricense del Seguro Social a depender en diversos servicios de esa salud privada, con grave desatención a los asegurados. Las listas de espera son su mejor emblema.

Al ICE le llevan ganas desde hace muchos años. Del Consejo Nacional de Producción mantienen sus viejos edificios por avenida 10 como símbolo del abandono que se hizo de los productores y consumidores nacionales. Las Universidades son sujetas de ataques constantes en sus finanzas y en su autonomía institucional y funcional, como de reducirles su papel hasta donde puedan. El sector cultura, desarrollado institucionalmente desde el Gobierno de José Figueres, 1970-1974, lo tienen en capilla ardiente, casi artículo mortis en algunas de sus expresiones.

En este breve escenario se han fortalecido unos pequeños grupos nacionales, pero la inmensa población se ha empobrecido. Los índices de pobreza y pobreza extrema crecen. De la misma manera los índices de riqueza se concentran cada vez más en menos manos. A mayor riqueza nacional, concentrada en pocas manos, según los datos, se produce mayor pobreza y pobreza extrema, se reduce fácticamente el volumen de la clase media. Esto es más dramático en las regiones rurales y en las regiones de polos turísticos de desarrollo, donde esto se evidencia más.

La pobreza, la pobreza extrema, el trabajo informal, el desempleo creciente, el desempleo de mujeres cabeza de familia, el ausentismo forzado del proceso educativo, en parte por la pandemia, la no recuperación de los empleos perdidos por la pandemia, las casi 1000 instituciones escolares y educativas paralizadas sanitariamente son apenas una ligera foto del país más feliz del mundo que tenemos…

El asunto es que el Partido Liberación Nacional es parte causal de todo esto. Las banderas sociales que Liberación Nacional tenía las arriaron hace mucho tiempo. Liberación Nacional perdió su memoria histórica, ya ni celebran sus fechas emblemáticas, en las campañas electorales carecían de historia y de conquistas institucionales impulsadas por ese partido. En las últimas campañas electorales se olvidaron de los sectores sociales, que fueron sus bases de apoyo histórico. La renovación de sus liderazgos partidarios se hizo cada vez más alejado de las bases y del pueblo. Se incrustó en Liberación Nacional una verdadera mafia administrativa, desde las instancias cantonales que impusieron cambios que controlaron la vida interna de ese Partido, descabezando a sus líderes históricos, y desmemorizando al Partido.

Las tres derrotas consecutivas electorales que arrastra Liberación Nacional, 2014, 2018 y 2022, a pesar de que en el 2014 y en el 2022, lograron inscribirse para la segunda vuelta electoral, no les alcanzó porque carecieron de mensaje, de identificación con sectores sociales, no pudieron levantar una sola propuesta social frente a un pueblo electoral necesitado de soluciones a los graves problemas que los aqueja, volcándose más fácilmente por nuevas opciones políticas, aunque les fallaran, porque los partidos tradicionales ya les habían y estaban fallando, y era preferible confiar, ensayo y error, en nueva opciones por peligrosas que pudieran ser. El canto de sirenas fue válido hasta el 2022.

Liberación Nacional fue cómplice del descrédito con el que se empezó a cuestionar a los políticos, a los dirigentes políticos, a los líderes tradicionales de los partidos, a los partidos políticos, a la Política como tal, al sistema político, al sistema democrático que lo han desacreditado facilitando las tendencias políticas autoritarias anti todo. En su propio seno se han comido a sus dirigentes históricos y las bases de su propio Partido.

Las medidas que han impulsado no son salvadoras. De no desmantelar la estructura mafiosa que controla el Partido para la escogencia de sus dirigentes y candidatos, desde las asambleas cantonales, no van a salir adelante.

El Partido dejó de ser un Partido Político hace mucho tiempo. Su Directorio Político era simbólico, de papel. En los últimos 20 años, me atrevo afirmar, que no se ha pronunciado públicamente de manera importante sobre ningún tema nacional.

La cabeza del Partido terminó siendo su cola, mientras las fracciones legislativas de Liberación Nacional se convertían de hecho en varias cabezas que trataban de gobernarlo.

No se sentía por ninguna parte que el Directorio Político fuera un baluarte de dirección política partidaria, hacia fuera del partido y hacia adentro.

En su Directorio llegó a mantenerse representantes de expresidentes que públicamente se habían retirado del Partido. Se aceptó a personas que se habían ido del partido, que se les habían enfrentado políticamente y electoralmente, de nuevo en el Directorio, como si nada hubiera pasado.

El Partido fue tomado por sectores bancario-financieros más que por políticos, respondiendo en ese sentido a esos otros intereses, más que la visión política que debe tener una organización que se precie de ser un partido político. Se ha impuesto una visión financiera de hacer negocios con el partido. 

El discurso manejado contra los líderes históricos, los poquillos que le quedan, es errado. Los nuevos que han sido nombrados no son menos tradicionales que los que se han convertido en blanco de los ataques, y quizá si el pensamiento político que los otros tienen.

A Liberación Nacional le faltan líderes políticos. Deberían tener espejos de los líderes socialdemócratas europeos y latinoamericanos que están en la lucha política, al lado de sectores populares.

A Liberación Nacional lo ha perjudicado mucho los vínculos con la corrupción y la narcomafia con que se ha vinculado a dirigentes suyos, de todo nivel, sin que el Partido haya podido hacer nada. No hay en este momento ninguna propuesta para modificar los Estatutos de manera que se permita actuar contra este tipo personas, y dirigentes de distinto rango, que se enquistan en el partido y sus estructuras internas, como públicas en las que participan, municipales, diputadiles o partidarias. Si eso no lo corrigen están manteniendo al paraguas que les filtra agua por todo lado.

Liberación Nacional dejó de ser un Partido pensante, ideológico, teórico doctrinario, visionario del país. En cierta forma dejó de ser un Partido político, como existían los partidos socialdemócratas. Carece de una perspectiva política, ideológica o teórica, y social para trazar el camino de la Costa Rica de los próximos años, carece de banderas sociales y políticas. Carece de identidad con sectores sociales.

Las renuncias de Laura Chinchilla, de Fernando Zamora y de Claudio Alpízar, parecieran ser las más importantes de los últimos meses en ese Partido. Por ahora son solo dirigentes y destacadas figuras del Partido.

Vienen las elecciones municipales dentro de un año. Este será el reto de Liberación Nacional, mantener las casi 50 alcaldías que tienen en su poder hoy.

El alcance de la última Asamblea Nacional solo ha trascendido en el nombramiento de dos de sus principales dirigentes del Directorio del Partido, apoyados por José María Figueres y Oscar Arias. Pareciera que esa Asamblea no dio para más.

Si es así, no ha habido más que un cambio cosmético, y en esa foto siguen siendo los más importantes dentro de ese Partido, guste o no, José María Figueres y Oscar Arias.

Sectores sociales y productivos convocan a ‘’Encuentro Análisis de la Coyuntura Nacional’’ en la Universidad Nacional

El Observatorio Económico y Social Universidad Nacional, sectores de Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular y Desarrollo Comunal, y la Federación de Estudiantes Universidad Nacional FEUNA, realizarán el próximo sábado un encuentro de análisis de coyuntura el cual tiene como objetivo ofrecer mediante la participación diversa de panelistas y del público en general, insumos para la discusión de Análisis de la Coyuntura, Nacional que permita, por medio del diálogo social de sectores y mesas temáticas de abordaje, precisar elementos que fortalezcan una ruta de trabajo estratégico frente a los siguientes temas:

  • Ambiente y Energía.
  • Economía Agroindustrial y Agropecuaria en el contexto Alianza Pacífico.
  • Educación pública.
  • Seguridad Social: Contexto de la salud pública en el país, énfasis en la CCSS.

Dicha actividad se realizará el sábado 5 de noviembre, a partir de las 8:00 am en el Auditorio Institucional Cora Ferro Calabrese, campus “El Higueron” de la UNA ubicado en San Pablo, Heredia y se proyecta una participación de 300 representantes de diversos sectores, entre ellos personas jóvenes vinculadas a las universidades públicas, sindicatos, sectores productivos agrícolas y agroindustriales, organizaciones asociativas, cooperativas de electrificación, sector educación, sector salud, sector ambiente y energía, sector de desarrollo comunal, sector derechos humanos y liderazgos diversos de fuerzas vivas de todo el país, además contará  con la participación especial del ex presidente ejecutivo de la CCSS Álvaro Ramos, quien será parte del panel de seguridad social.