José Luis Pacheco Murillo
El país entero se conmovió ante la súbita noticia de la muerte del señor Walter Espinoza Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Esa conmoción se debió a varios motivos principalmente: porque era un servidor público ejemplar, de esos que enorgullecen la profesión y el servicio, de esos que se entregan con alma, vida y corazón al servicio de los demás. Porque nos brindaba confianza con sus acciones y manifestaciones. Porque hacia lo necesario junto a sus subalternos por cuidarnos y por acabar con esos delincuentes del crimen organizado y del narcotráfico.
Además, porque se enfrentó con decisión firme a quienes querían afectar y debilitar al OIJ, ya fueran compañeros de trabajo, superiores como los Magistrados o incluso a diputados y Ministerio Público. Hacia lo necesario por defender la institucionalidad.
Funcionarios como el señor Espinoza Espinoza son los que hacen grande la función pública y los que nos hacen mantener una esperanza sobre esos servidores públicos que cumplen a cabalidad con sus funciones y van más allá para bien de su institución y del país.
Esa calidad de funcionario público se combinó con la calidad de Esooso y padre de familia, lo que era lógico pues, si era excelente para servirle a los extraños con mucho mayor razón se entregaba al servicio de los suyos, de los que amaba.
Escuchar a sus compañeros de trabajo referirse a su calidad humana, hace que esta noticia sea mayormente triste para ellos, su familia y el país.
Que su paso por la función pública sirva de ejemplo a quienes estuvieron cerca de él y para todos aquellos que tienen la posibilidad de hacer lo necesario para bien del país.
Que Dios lo acoja en su seno. Muchas gracias señor Walter Espinoza Espinoza y disfrute del descanso eterno. Solidaridad y paz para sus familiares, amigos, compañeros de trabajo.