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Mujeres indígenas: Seguiremos en pie, somos semillas, descendientes de las abuelas que han luchado por más de 5 siglos

Nosotras las mujeres indígenas Malekus, Bribris, Brörán, Cabécares, Brunkajs, Chorotegas, Ngabes -Buglé y Huetares, seguiremos en pie, somos semillas, descendientes de las abuelas que han luchado por más de 5 siglos.

Este Día de la Mujer, “conmemorar” va más allá del discurso, es un llamado alzar la voz, seguir construyendo con amor en la sociedad sin discriminación, sin apartheid de género, en la política, en el hábito cultural y espiritual, honrar a las hermanas que no nos acompañan físicamente, pero que llevamos presente en esta lucha, en la lucha de cada una, en nuestros rezos y ceremonias, en nuestra vida diaria, en el fuego del fogón, en cada pensamiento y en cada palabra. Hoy 08 de marzo, levantamos la voz por nosotras, por las mujeres que aún no pueden levantar la voz, en espacios comunitarios; si hablamos: somos tratadas como locas, peleonas, histéricas. Vivimos bajo el yugo del neocolonialismo patriarcal y machista de la sociedad, abonado por el mismo Estado y sus instancias, que, en vez de brindar apoyo, nos oprimen, utilizan y discriminan.

Nosotras las mujeres indígenas, mujeres cuidadoras y portadoras de conocimientos ancestrales, portadoras de Clanes, de tejido espiritual, de cantos e historia sagradas, nos unimos a esta lucha común por nuestros derechos, para qué las empresas extractivistas dejen de llevarse nuestros recursos con falsas soluciones a nuestros Territorios ancestrales. Que el Estado todo, reconozca y cumpla su compromiso con nosotras, como actoras pensantes y sujetas de derechos, y no así como lo ha hecho históricamente, invisibilizándonos y cuando reclamamos nuestro derecho, nos persiguen y criminalizan.

Repudiamos el uso de nuestra imagen en revistas, en portadas de Informes de Derechos Humanos y Desarrollo, folclorizando nuestras raíces profundas y sagradas, que han resistido por más de 525 años, en este Estado costarricense.

Marchamos para denunciar las amenazas e inoperancia del Estado y sus Instituciones, su política represiva hacia las compañeras recuperadoras de Tierra – Territorio, criminalizadas por denunciar talas ilegales y contaminación de ríos, sólo por el hecho de ser mujeres luchadoras, pero aún más, por el hecho de ser mujeres indígenas, por tener un Clan, por vivir de la tierra, por usar vestidos al estilo ancestral, por exigir vida digna para nuestros Pueblos; Marchamos por nuestra autonomía, por el Buen Vivir, por cada decreto y proyecto que se nos impone, sin realizar la debida consulta libre, previa e informada en nuestros Territorios. Marchamos por las hermanas y familias de cada mujer asesinadas, desaparecidas y agredidas en este país, en Aby Ayala y el mundo, porque así como las mujeres son violentadas de muchas maneras, históricamente los pueblos indígenas también hemos sufrido asesinatos, desapariciones y exterminio.

Las mujeres Malekus, Bribris, Brörán, Cabécares, Brunkajs, Chorotegas, Ngabes -Buglé y Huetares, seguiremos en pie, como históricamente hemos resistido en este país; somos semillas somos descendientes de las abuelas que han luchado por más de 5 siglos.

08 de marzo 2025.

Mujeres del Frente Nacional de Pueblos Indígenas – FRENAPI.

No hay democracia sin las mujeres: Un Llamado a fortalecer la protección y la justicia para las Mujeres

Sábado 8 de marzo, 2025 Costa Rica.

Comunicado

Hoy 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, Costa Rica enfrenta una preocupante y creciente crisis de violencia contra las mujeres, evidenciada en un alarmante aumento de los femicidios. Solo en los dos primeros meses de este 2025, el país ha registrado un tercio de los femicidios ocurridos durante todo el año 2024.

Esta situación de emergencia nacional nos exige un compromiso colectivo de todas las instituciones, sociedad civil y actores clave para frenar esta violencia y proteger a las mujeres en todo el país, porque sin las mujeres no hay democracia y sin democracia no podemos fortalecer la justicia social en Costa Rica.

Es evidente el debilitamiento de las políticas públicas que ha dejado en desamparo a cientos de mujeres que hoy temen por su vida. Datos oficiales del INEC en su informe sobre femicidios (2024) muestran que la tasa pasó de 0.97 en 2022 a 1.00 en 2024, lo que significa un incremento del 69.49% de femicidios con una alarmante inacción estatal.

Según datos del Semanario Universidad (2023) las mujeres en el sector agroalimentario representan el 15.6% del sector, no obstante, el acceso a tierra para mujeres solo representa un 8.1%, si pensamos en el sector laboral, la reducción de derechos persiste, en el país la participación laboral de mujeres para el 2020 se redujo en un 46%. CEPAL (2020) y para el 2024 la brecha salarial en mujeres fue del 33% respecto los hombres.

Las cifras son claras hay un retroceso en materia de derechos humanos de las mujeres, el número de femicidios ha aumentado, y muchas mujeres aún viven bajo el temor constante de ser víctimas de violencia. La realidad nacional refleja la urgencia de fortalecer las políticas públicas existentes, garantizar que los recursos sean destinados de manera efectiva y crear nuevas estrategias de prevención que involucren a la sociedad en su totalidad.

Es esencial reforzar el trabajo de las instituciones encargadas de la protección de las mujeres, como el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), así como fortalecer la colaboración entre el sector público y privado, garantizando que las políticas de prevención, protección y sanción  estén bien implementadas y sean accesibles a todas las mujeres, en especial a aquellas en situaciones de vulnerabilidad, como las mujeres con discapacidad, mujeres indígenas, mujeres negras, mujeres trabajadoras del sector público y privado, mujeres del campo, mujeres en el trabajo informal y las mujeres trabajadoras remuneradas del hogar.

Por lo anterior, desde las organizaciones sociales, productivas, académicas, grupos de la sociedad civil y comunidades, hacemos un llamado a una acción conjunta, centrada en soluciones reales y sostenibles. Un llamado urgente para que el gobierno de Costa Rica garantice protección y justicia para las mujeres.

Es fundamental que se continúe promoviendo la educación sobre igualdad de género y el respeto a los derechos de las mujeres desde una edad temprana, y que los sistemas de justicia respondan de manera ágil y efectiva a los casos de violencia, asegurando que las víctimas reciban la protección, reparación y justicia, porque la violencia de género no solo es un problema de seguridad, sino también de justicia social.

Debemos seguir trabajando por una cultura de igualdad, que no solo prevenga la violencia, sino que también elimine las estructuras que perpetúan la discriminación y la desigualdad en nuestra sociedad debemos seguir trabajando por una cultura de igualdad, que no solo prevenga la violencia, sino que también elimine las estructuras que perpetúan la discriminación y la desigualdad en nuestra sociedad.

En Costa Rica la democracia no existe sin las mujeres, no podemos permitir que se normalice la violencia y que se retrocedan derechos humanos conquistados para las mujeres en su diversidad. Exigimos acciones concretas en que puedan salvar vidas y justicia para todas las víctimas de femicidio, con reparación integral para sus familias.

Nos sumamos a las demandas de los diferentes movimientos de mujeres en Costa Rica, a marchar en todo el país este 8 de marzo, por los derechos humanos de las mujeres, porque la lucha contra la violencia género, es una tarea de todos y todas.

Solo mediante acciones concretas y presencia real del Estado, desde un enfoque integral, que involucre a la familia, las instituciones, las organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía, podremos garantizar un Estado de bienestar, un país realmente democrático.

¡Por una Costa Rica sin violencia y con justicia para todas las mujeres!

Pronunciamiento Ecofeminista

El modelo extractivista que rige el desarrollo en Costa Rica se sostiene sobre una lógica de explotación que somete tanto a la naturaleza como a los cuerpos de las mujeres. La misma mentalidad que permite la destrucción de bosques, ríos, mares y territorios en nombre del «progreso» es la que reduce a las mujeres a meros recursos dentro de un sistema económico que invisibiliza sus aportes y precariza sus vidas. En este 8 de marzo, denunciamos que la devastación ambiental y la opresión de las mujeres son dos caras de un mismo sistema patriarcal y colonial que debe ser desmontado.

El derecho a un ambiente sano es un derecho humano fundamental, pero su acceso no es equitativo. Las mujeres, especialmente en comunidades rurales, costeras y las mujeres indígenas en las recuperaciones de tierra, enfrentan mayores obstáculos para acceder a recursos naturales, tierras, mares y agua potable, a pesar de que son ellas quienes sostienen las economías de cuidado y la producción de alimentos. La justicia ambiental no puede lograrse sin justicia de género; por ello, exigimos políticas públicas que garanticen la participación activa de las mujeres en la toma de decisiones ambientales y que reconozcan su rol esencial en la conservación de la biodiversidad y la protección de los bienes comunes.

Las mujeres en Costa Rica han estado al frente de innumerables luchas por la defensa del agua, los bosques, los mares y la soberanía de sus comunidades, enfrentándose a megaproyectos mineros, monocultivos y la expansión turística descontrolada. Sin embargo, muchas de ellas sufren amenazas, violencia y criminalización por resistir. Casos emblemáticos como el de María del Mar Cordero, asesinada en 1994 junto a otros ambientalistas de la Asociación Ecologista Costarricense (AECO), evidencian los riesgos que enfrentan las defensoras del medio ambiente en el país. De igual manera, la canadiense Kimberly Blackwell, reconocida por su trabajo en conservación, fue asesinada en su casa en Costa Rica en 2011.

La criminalización y las amenazas contra defensoras ambientales en Costa Rica son estrategias de intimidación utilizadas para silenciar la protesta y frenar la denuncia contra industrias extractivas. Casos como el de Sonia Torres, enjuiciada por la minera Posesiones Gran Galaxie S.A., o Marta Blanco, demandada por Ríos Minerales, evidencian esta realidad.

Las agresiones también incluyen ataques directos, como el sufrido por Erlinda Quesada, quien fue blanco de una bomba casera, después de una acción en la Ruta 32, tras denunciar el comercio ilegal de madera. Asimismo, activistas como Anacristina Rossi, Patricia Sánchez Lurueña, Marianela Fournier, Marta Castro Bolaños, y Kiana Waltraud, han recibido amenazas por su lucha en defensa del Refugio Gandoca-Manzanillo y la denuncia de proyectos destructivos.

Estos casos reflejan el riesgo que enfrentan las mujeres que defienden el medio ambiente y la urgencia de garantizar su seguridad y reconocimiento, y reflejan la impunidad que rodea la violencia contra defensoras ambientales y la urgencia de medidas de protección.

Este 8 de marzo, exigimos garantías para la seguridad de las defensoras ambientales, así como el reconocimiento de su labor como un pilar fundamental para la sostenibilidad del país. No puede haber justicia climática sin protección para quienes arriesgan sus vidas por el planeta.

El cambio climático no afecta a todas las personas por igual. En Costa Rica, las mujeres de comunidades costeras y rurales son de las más golpeadas por la erosión, la sequía y los desastres naturales que ponen en riesgo su seguridad alimentaria, su vivienda y su salud. Sin embargo, las estrategias gubernamentales siguen ignorando este impacto diferenciado, perpetuando la desigualdad de género en la crisis ecológica. Demandamos políticas climáticas con enfoque de género que atiendan las necesidades de las mujeres, fomenten su autonomía económica y garanticen su acceso a recursos esenciales.

Frente a la crisis ambiental y social, las mujeres han construido alternativas basadas en el cuidado de la vida, la agroecología y el manejo comunitario de los recursos naturales. Las redes de mujeres productoras, las guardianas de semillas y las defensoras de la soberanía alimentaria demuestran que es posible otro modelo de desarrollo, uno basado en la regeneración de la naturaleza y la equidad social. Apostamos por una economía feminista y ecológica que ponga en el centro la vida y no la acumulación de riqueza; una economía que valore el trabajo de las mujeres y su conocimiento ancestral para la protección de los ecosistemas.

Bloqueazul

Bloqueverde

Defensores de la Casa Común

Eco Bichotas

COVIRENA Caribe Sur

Costa Rica por el Océano

Grupo Organizado de Cabuya, Montezuma

Talamanca Siempre Verde

ProBae Cuencas Hidrológicas Ojo de Agua, Belén

Un día como hoy debemos comprometernos… Día Internacional de la Mujer

Por: Ph.D Álvaro Martín Parada Gómez
Académico-Universidad Nacional

El día Internacional de la Mujer nos convoca a denunciar las desigualdades en torno a los derechos de las mujeres persistentes aún hoy en nuestro país y en el mundo entero.

Las mujeres, que han sido las principales responsables de cuidar y reproducir la vida, han tenido que lidiar con el peso de un sistema político-económico construido desde su invisibilización, con una institucionalidad que legitima muchas veces la desigualdad.

En Costa Rica, tenemos largo camino por recorrer, las cuentas nacionales evidencian que el trabajo de cuidados no remunerado representa el 21,3% del PIB, y es realizado principalmente por mujeres. Ese trabajo, fundamental para el funcionamiento de nuestra sociedad, tiene consecuencias económicas, sociales, políticas y de salud para las mujeres, quienes por su causa presentan una mayor dependencia económica y junto a ello son sujetas de múltiples tipos de violencias que deben erradicarse.

Desde la Universidad Nacional, que ha sido además enriquecida y diversificada desde lo epistémico, cultural, administrativo, político y en el mantenimiento de sus espacios por miles de mujeres a lo largo de estas décadas, debemos continuar en la defensa y lucha por el cumplimiento efectivo de los derechos de cada una de las mujeres que integran nuestra institución, en este sentido, cada una de nuestras áreas sustantivas ha venido aportando y además desde el quehacer extensionista se ha logrado catapultar los hallazgos y experiencias hacia el trabajo conjunto con comunidades y localidades, donde se amplían las brechas de género.

Las mujeres que estudian, que colaboran en las gestiones administrativas y de limpieza, las investigadoras, las extensionistas y las que asumen nuestra mayor vocación que es la docencia, son imprescindibles en nuestra querida UNA y son merecedoras de entornos que respeten cada uno de sus derechos, al igual que todas las mujeres que habitan nuestro país.

Un día como hoy debemos sumarnos al cambio necesario para darle paso a una sociedad costarricense que respete y custodie la vida de las mujeres, y preocuparnos por la ola de feminicidios que nos azota. Un día como hoy, lejos de celebrar debemos comprometernos con el cambio necesario con la justicia y equidad de género.

Voces de fe contra la violencia de género

Denunciamos los femicidios, la violencia y la invisibilización de las mujeres en Costa Rica.

“No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (Hch 4,20).

Carta abierta a las Iglesias y comunidades de fe, en especial a las jerarquías de la Iglesia Católica, Iglesia Luterana, Iglesia Adventista, Federación de Alianza Evangélica, Iglesia Episcopal Costarricense, Comunidad Bahaí, Asociación Budista, Comunidad Musulmana, Comunidad Judía, Sociedad Bíblica de Costa Rica, Gedeones Internacionales, y a la comunidad costarricense en general.

Costa Rica vive una ola de violencia sin precedentes contra las mujeres. Los medios de comunicación han dado a conocer los recientes casos de femicidio, desaparición, maltrato y otras formas de violencia contra las mujeres. Aunque hay casos que permanecen ocultos, ya sea por las instituciones, las personas familiares o la vecindad, muchas veces por temor a represalias o de la exposición pública.

Esta realidad responde a una coyuntura que fortalece y promociona valores del sistema dominante, caracterizado por el autoritarismo, la verticalidad, la imposición, el machismo, el racismo, la xenofobia y la homofobia, todos rasgos de “la militarización de la sociedad”, violencia patriarcal que se proyecta en las relaciones de pareja, familiares, laborales, deportivas, político/económicas y por supuesto en lo religioso.

Esta violencia alcanza todos los estratos sociales, lugares geográficos, Instituciones del Estado, organizaciones, partidos y liderazgos; que conllevan a “un” pensamiento único que desprecia, discrimina, persigue y reprime lo diferente y diverso.

Esta promoción sistémica y sistemática, se une a la campaña solapada pero abierta con discursos de odio, hacia personas extranjeras y de preferencia sexual diversa, lo que promueve y justifica la violencia, el femicidio y el etnocidio. Lo más lamentable es que muchas de estas destructivas acciones provienen de personas ubicadas en las estructuras de gobierno, cúpulas político/religiosas, que envían una señal equivocada, con lo que alientan a los responsables de la violencia, incluso usando la falsa y criminal premisa de la inexistente e imaginaria “Agenda de Género”. De esta forma, impiden avanzar y fortalecer derechos, apadrinan y son cómplices – por acción y por omisión – de la violencia y la impunidad femicida.

Las acciones en favor de la violencia y el silencio cómplice, nos esclaviza la consciencia como sociedad y nos vuelve esclavistas y opresores de nuestras hermanas y hermanos más débiles.

Un clamor de liberación debe brotar de nuestras voces, por esto, como personas de fe, condenamos enérgicamente los femicidios y su escalada, en el país. Y al mismo tiempo expresamos nuestra preocupación ante los factores que se mantienen como catalizadores del silencio y la inacción sobre las siguientes acciones:

  • La persistencia de las estructuras de poder patriarcal presentes en las organizaciones religiosas, las iglesias, instituciones públicas y privadas, en las comunidades, las organizaciones y las familias.
  • La responsabilidad personal de cada creyente en no practicar los valores evangélicos que nos liberan de toda opresión y nos envía a liberar.
  • La responsabilidad institucional, social, familiar, es también de las cúpulas religiosas (mayoría masculinas) que, desde su silencio, se hacen cómplices.
  • La indiferencia como personas creyentes, cristianas o de fe, a prestar atención a la pregunta “¿Dónde está tu hermana, donde está tu hermano?” (Gn 4,9).

Convocamos e instamos a las iglesias y comunidades de fe, en particular, y a la sociedad en general, a formalizar acciones propositivas y concretas como parte de su agenda de evangelización, capaces de promover relaciones humanas y ecológicas respetuosas, horizontales, inclusivas, en especial en este momento crucial para las mujeres, quiénes además son mayoría en la sociedad costarricense.

Proponemos:

Referirse a esta realidad de violencia en los momentos de Asamblea, en los Cursos de Formación Pastoral, Escuelas Dominicales; Oraciones cotidianas y liturgias, entre otras.

Invitamos a aprovechar el tiempo litúrgico de la Cuaresma, para visibilizar esta ola femicida, de violencia contra las mujeres y otras personas, teniendo en cuenta que somos personas creadas y amadas por Dios. Por eso, nos resuena en estos tiempos el llamado a «ser embajadores de Cristo, lo cual es como si Dios mismo les rogara a ustedes por medio de nosotros» (2Cor 5,20), es decir, como si el mismo Dios nos rogara a las personas de fe, ser el clamor de las mujeres que sufren violencia. Dicho de otra manera, es preparar el corazón para abrirnos a la gracia de Dios Padre-Madre. Es poder “tocar siquiera el borde del manto de Jesús y conseguir sanación” (Mc 6,56). Porque una sociedad marcada por la violencia no está sana.

Nos unimos a las diversas voces y sentires de personas creyentes de Dios en una sociedad multicultural, en la cual solo la inclusión de estos valores puede garantizar una convivencia pacífica, justa y respetuosa hacia las mujeres.

Estamos convencidas y convencidos, de que con sus y nuestras actitudes, podemos optar y señalar un camino distinto a la violencia contra las mujeres, que promuevan espacios y acciones que contengan valores permanentes, inclusivos, amorosos, respetuosos y equitativos.

Nos alegra la existencia en muchas de nuestras Iglesias y Movimientos, de grupos de personas, que cada vez son más con la misma Esperanza, que coinciden con estos pensamientos y propuestas. Seguiremos acompañando estos procesos, nos colocamos al servicio de las comunidades de fe, a fin de apoyar las acciones concretas que nos liberen del pecado de la violencia contra las mujeres y contra toda injusticia y discriminación.

¡Ni una menos!

Suscriben

Equipo de trabajo:

Voces de Fe contra el femicidio en CR

Red Ecuménica de Lectura Popular de la Bíblica de Costa Rica

Foro de Educación Religiosa

Servicio de Paz y Justicia – Costa Rica

Coordinación de Comunidades Cristianas de Costa Rica – COCRIC.

Coordinación Oscar Romero de Centroamérica – Capítulo Costa Rica.

Universidad Bíblica Latinoamericana. UBL

Departamento Ecuménico de Investigaciones. DEI

Movimiento Reflexión en Acción

Colectiva Coexistir. Cartago

Iglesia Metodista Wesleyana Costarricense

La liberación de Palestina es una causa feminista urgente

Feministas por Palestina

Este sábado 8 de marzo nos haremos presente en la movilización por el Día Internacional de las Mujeres convocada en el Parque Central, a la 1:30 p.m. en la esquina frente al Parque Nacional, para exigir que el gobierno de Costa Rica rompa relaciones comerciales y diplomáticas con el régimen sionista de Israel.

La ocupación israelí en Gaza ha desplegado una política de aniquilamiento a todas las personas que viven en este territorio. Según informó la ONU «se ha cobrado la vida de más de 10.000 mujeres, entre ellas unas 6.000 madres, que dejan a 19.000 niñas y niños huérfanos.» Las mujeres que han sobrevivido a los bombardeos israelíes y a las operaciones militares sobre el territorio ancestral de Palestina se han quedado viudas, viven como desplazadas y se enfrentan a la hambruna y la enfermedad. Este impacto diferenciado de la guerra sobre las mujeres palestinas sigue haciendo de la guerra contra Gaza una guerra también contra las mujeres.

Hacemos un llamado a todos los sectores de la sociedad a tomar la palabra y acción contra este crimen contra la humanidad y a exigir a tomar acciones por las mujeres y las niñas palestinas en Gaza.

Llamamos a que nuestra lucha feminista nos movilice a tomar una postura firme contra el sionismo y el avance de los neofascismos en Costa Rica. Sabemos que terminar con la ocupación y el genocidio palestino es una tarea colectiva feminista urgente. Acompáñanos con tu carteles y fuerza feminista en solidaridad con Palestina.

Viviendo la realidad de ser adulto mayor en Costa Rica

Carlos Hernández
COKOMAL / RedESS

En nuestro país, la población está envejeciendo rápidamente. Se estima que para el año 2050, el 20% de los costarricenses serán mayores de 65 años, lo que representa alrededor de 1.02 millones de personas en este grupo etario. Nos enfrentamos a desafíos serios y urgentes para garantizar una vejez digna, inclusiva y sustentada en principios de equidad.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), la población adulta mayor en Costa Rica, definida como personas de 65 años o más, ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas. En los cantones como San José, Cartago y Heredia, esta población representa un porcentaje considerable del total de habitantes.

La ENAHO de julio de 2023 revela que un 51.7% de los adultos mayores necesita apoyo para el mantenimiento y adecuación de sus hogares, y que más de 215,000 personas adultas mayores viven sin ningún tipo de pensión, colocándolos en una situación de alta vulnerabilidad económica.

El papel de la economía solidaria en el apoyo a los adultos mayores

La economía solidaria puede ser una herramienta transformadora para enfrentar los retos asociados con el envejecimiento poblacional. A través de la promoción de cooperativas, asociaciones y redes de colaboración, se pueden crear espacios donde los adultos mayores participen activamente en la producción, intercambio y consumo de bienes y servicios de manera inclusiva.

Estas iniciativas no solo fomentan la sostenibilidad económica, sino también la integración social, al reconocer y valorar los saberes y la experiencia de los adultos mayores. Por ejemplo:

• Promoción de redes de apoyo comunitario: Estas redes pueden facilitar el acceso a alimentos producidos localmente y promover el consumo responsable, garantizando la seguridad alimentaria de los adultos mayores.

• Creación de programas de formación y mentoría: Aprovechando la experiencia de los adultos mayores, estos programas pueden contribuir a la transmisión de conocimientos a generaciones más jóvenes y ofrecerles oportunidades de aprendizaje y empleo.

• Fomento de proyectos intergeneracionales: Iniciativas que conecten a adultos mayores con jóvenes en actividades cooperativas pueden fortalecer el tejido social, promoviendo una cultura de respeto mutuo y aprendizaje compartido.

Reflexionamos

Es fundamental reconocer la invaluable contribución de los adultos mayores en Costa Rica. Las organizaciones sociales y la economía solidaria tienen un rol crucial en la promoción de una vejez digna e inclusiva. Esto no solo implica garantizar el acceso a servicios de salud y apoyo social adecuados, sino también permitir que los adultos mayores participen activamente en la sociedad mediante proyectos comunitarios basados en la solidaridad y la asociatividad.

Al integrar los principios de la economía solidaria en las políticas públicas y las iniciativas comunitarias, no solo se mejora la calidad de vida de esta población, sino que se construye un modelo más equitativo y humano de desarrollo, en beneficio de todas las generaciones.

Imagen: Laura Rodríguez Rodríguez / UCR.

La responsabilidad debe recaer sobre el agresor

Kattia Isabel Castro Flores

No seré yo quien señale y condene a Valentina por haber tomado varias decisiones erróneas. Alarmar a su familia y a muchas personas que nos preocupamos por ella no está bien.

Valentina es una menor de edad que se equivocó y generó el despliegue de recursos humanos y económicos importantes. Todos los juicios son contra ella y no faltan las personas que la quieran castigar con la mayor severidad.

Muy extraño que poco o nada se diga del hombre adulto que decidió entrar en comunicación con una mujer menor de edad con claras intenciones de tomar control sobre una situación en las que lleva las de ganar. Yo quiero que se ponga el foco sobre ese hombre aprovechado, que hace oídos sordos ante una ley que dicta que es un delito mantener relaciones sexuales con una mujer menor de edad. Ese hombre que al parecer monta todo el plan, teniendo pleno conocimiento de las consecuencias de convencer a una adolescente de mentir a su familia, de faltar al colegio para irse a un lugar lejano y exponerse a situaciones peligrosas. Quiero escuchar a las personas censurar y condenar a ese depredador sexual que expuso a esta mujer adolescente a semejante escarnio público que no se merece.

Con cuánta normalidad se canta y se baila la canción «Diecisiete años» que no es otra cosa que exaltar relaciones que deben ser censuradas porque dañan el crecimiento y desarrollo de las mujeres.

Valentina tristemente actualiza el papel de Caperucita Roja que le toca crecer en una sociedad que la bombardea con mensajes que la sexualizan, la confunden y la dejan vulnerable frente a hombres adultos irresponsables y egoístas que se gozan con llevar a la práctica las fantasías de poder creadas por la porno sociedad donde las mujeres no somos personas sino objetos sexuales para ser usados y luego desechados.

Las mujeres adultas tenemos una responsabilidad muy grande, somos las ancestras de las hijas, nietas y sobrinas y debemos romper con las cadenas del amor romántico donde las mujeres «somos y existimos» solamente bajo la mirada de los hombres que ven nuestra belleza física, característica pasajera y fácilmente sustituible. Es urgente el reconocimiento de nuestra valía como mujeres. Se que podemos generar un cambio para evitar el sufrimiento de otras mujeres que como Valentina hoy es despedazada por una sociedad de doble moral que la responsabiliza de algo que le corresponde cargar a un hombre adulto irresponsable y agresor, el que muy probablemente debe estar siendo admirado por muchos otros hombres por su osadía.

No más violencia contra defensoras de Derechos Humanos en Honduras

La defensa de los Derechos Humanos no tiene fronteras

Comunicado

En el marco del 8M – Día Internacional de las Mujeres – manifestamos nuestra preocupación por la situación de vulnerabilización que sufren en Honduras las defensoras de Derechos Humanos Hedme Castro, directora ejecutiva de la organización ACI-participa y la periodista Wendy Funez, directora del medio de comunicación digital Reporteros de Investigación.

Lo anterior frente a las sistemáticas acciones violentas contra su integridad profesional y emocional por parte del funcionario Samuel Varela, director de Aduanas de Choluteca y candidato a la alcaldía en el actual momento de elecciones internas en el ámbito nacional.

Dicho funcionario impulsa una campaña mediática a nivel de redes sociales tendiente a socavar y deslegitimar su legítimo accionar; en especial al unirse para exigir justicia por el asesinato del defensor ambiental Juan López, coordinador del Comité Municipal de Bienes Comunes y Públicos de Tocoa Colón (CMDBCPT), acribillado el 14 de setiembre, 2024, y cuyo crimen permanece en impunidad.

Reiteramos nuestro reconocimiento a nivel nacional e internacional al conjunto de acciones impulsadas por las defensoras Hedme Castro y Wendy Funez en su trayectoria impecable y coherente en favor de los derechos humanos de las poblaciones más vulnerables, desde sus respectivos campos.

Instamos al Ministerio Público a actuar como corresponde para detener esta ola de violencia institucional, ejercida por dicho funcionario público.

A su vez, tenemos la certeza de que las autoridades correspondientes actuarán a favor de la justicia y garantizarán la seguridad física y reparación del daño emocional que han recibido ambas compañeras, en un contexto político que debe ser favorable para el pleno ejercicio de los Derechos Humanos dentro de un sistema político que se autodenomina socialista democrático.

Movimiento de Trabajadores y Campesinos (MTC)
Partido Revolucionario de las y los Trabajadores (PRT)
Casa El Migrante, Derechos Humanos (Costa Rica)
Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos
Asociación Costarricense de Derechos Humanos

Territorio, Mujer y Agua: Estética situada desde el hidrofeminismo

Universidad de Costa Rica, Escuela de Sociología, Programa de Economía Social Solidaria y Embajada de Chile en Costa Rica presentan Territorio, Mujer y Agua: Estética situada desde el hidrofeminismo

Clase magistral + concierto

Estéticas del agua
deltas para otra vida sensible
Natalia Contesse (Chile)

Lo sagrado femenino del agua
en Abya Yala
Guadalupe Urbina (Costa Rica)

Miércoles 12 de marzo 2025. 13:30 horas
Universidad de Costa Rica, Ciudad de la Investigación, Facultad de Ciencias Sociales, Sala de Audiovisuales.

Inscripción: https://forms.gle/STJF1j7ZCHpdXXAE8