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CTRN e Iglesia Católica en Costa Rica: camino andado juntos por la justicia social

Mons. Daniel Francisco Blanco Méndez
Obispo Auxiliar de San José

Lourdes de Montes de Oca,
29 de abril del 2025

Mensaje de Monseñor Daniel Francisco Blanco Méndez, obispo auxiliar de San José con motivo del 80 aniversario de la Central de Trabajadores y Trabajadoras Rerum Novarum.

Doña Fanny Sequeira Mata, secretaria general de la Confederación de Trabajadoras y Trabajadores Rerum Novarum; estimados integrantes de la Mesa Principal: señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Andrés Romero Rodríguez, y Eliel Hasson, director de la oficina regional de la OIT; miembros de la Junta Directiva de la Confederación, estimadas señoras y señores:

Agradezco la atenta invitación para participar en el presente acto que festeja el Octogésimo Aniversario de la creación de la Confederación de Trabajadoras y Trabajadores Rerum Novarum.

Confederación que desde sus inicios lleva el nombre de la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, publicada el 15 de mayo de 1891 y que inspiró al movimiento obrero con principios de justicia social, el justo salario, el derecho laboral a la sindicalización, para plasmar valores evangélicos de fraternidad, bien común y solidaridad.

A 80 años de los inicios de la CTRN reconocemos la huella del II arzobispo de San José, Mons. Víctor Manuel Sanabria Martínez, benemérito de la Patria, que ideó un sindicalismo costarricense que se inspirara en principios de la doctrina social de la Iglesia, a favor de los trabajadores y sus familias.

En esa tarea contó con la colaboración del Padre Benjamín Núñez Vargas, que fuera presidente de la naciente Central Rerum Novarum, y de otros eclesiásticos, que aportaron con sus tareas y acciones, a la consolidación del movimiento sindical emergente, en unión con fieles laicos católicos que vieron una oportunidad para suscitar una sociedad más justa y equitativa a la luz de los principios cristianos. Así, se alcanzaron mejoras en las condiciones laborales desde la dignidad del trabajador, las luchas por la promulgación del Código de Trabajo, el fortalecimiento de la Caja Costarricense del Seguro Social y otras acciones.

Se dice que no sabemos para dónde vamos, si olvidamos de dónde venimos. De ahí, la importancia que reviste el presente acto al recordar los motivos e ilusiones que impulsaron a costarricenses amantes de la patria, por construir una sociedad más justa, equitativa y fraterna con los trabajadores y trabajadoras de nuestros campos y ciudades.

Esos costarricenses construyeron un proyecto de vida personal y social, inspirados en los valores cristianos, y en el pensamiento social de la Iglesia. Habían integrado a su escala de valores la paz como fruto de la justicia social, la verdad, el amor, la fe y la esperanza. Nunca tuvieron miedo ante corrientes contrarias.

Esos trabajadores contribuyeron a fortalecer un sistema de seguridad social, atento a robustecer un seguro de salud y un seguro de invalidez, vejez y muerte, con la recién creada Caja Costarricense del Seguro Social, para que fuera universal y solidaria con los más pobres.

El recordado Papa Francisco en su Encíclica Fratelli Tutti, todos hermanos, nos dejó estas hermosas palabras:

“Reconocer a cada ser humano como un hermano o una hermana y buscar una amistad social que integre a todos no son meras utopías. Exigen la decisión y la capacidad para encontrar los caminos eficaces que las hagan realmente posibles. Cualquier empeño en esta línea se convierte en un ejercicio supremo de la caridad. Porque un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad y de justicia para todos, entra en «el campo de la más amplia caridad, la caridad política». Se trata de avanzar hacia un orden social y político cuya alma sea la caridad social. Una vez más convoco a rehabilitar la política, que «es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común». Todos los compromisos que brotan de la Doctrina Social de la Iglesia «provienen de la caridad que, según la enseñanza de Jesús, es la síntesis de toda la Ley (cf. Mt 22,36-40)»” (Fratelli Tutti, 180-181).

Estimados sindicalistas de la Rerum Novarum, de las “cosas nuevas” de nuestro presente, no se dejen llevar por el pesimismo y la indiferencia ante las dificultades que nos toca vivir en el ambiente laboral, social, económico, cultural, político y ambiental. No se cansen de servir, no callen la verdad, superen el miedo y temores. No se dejen conquistar por el conformismo.

Que la herencia histórica de sus predecesores sindicalistas, que fortalecieron el Estado Social de Derecho, y otras reivindicaciones para la construcción de la justicia social, marque los derroteros del porvenir.

Finalmente, deseo felicitarlos por los 80 años de fundación de la Confederación de Trabajadoras y Trabajadores Rerum Novarum.

Asimismo, ruego a Dios que no falte la alegría en el desempeño de su misión y la esperanza en los años venideros en procura de una Confederación comprometida en continuar contribuyendo con la paz social, como fruto de la justicia y la defensa de los mejores intereses de los trabajadores.

Qué san José Obrero sea un modelo de entrega laboriosa para que el trabajo cotidiano sea camino de santificación y bienestar familiar para sus hijos e hijas.

¡Feliz Aniversario!

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