Freddy Pacheco León
Más bien, lo sucedido, fue síntesis del mal gusto y desprecio, a la memoria de don Juanito Mora.
Quizá porque desconoce particularidades de la gesta histórica de la Campaña Nacional, contra los invasores estadounidenses, y el papel heroico exhibido por el presidente de la República, don Juan Rafael Mora Porras, en Santa Rosa y Rivas, nuestro mandatario, ¡actuó como es!
Si otro presidente, José María Montealegre, cobarde como el que más, un día ordenó asesinar a nuestro héroe, cuando desembarcara en Puntarenas, no se vale, que otro presidente, el Chaves, no le importe despreciar su memoria, al convertir un acto que merece la mayor solemnidad, y el respeto debido, en otro de sus polvorines retóricos, especialmente inconsecuente y hasta vulgar.
Don Juanito es muy grande, como para pensar que su figura fuese degradada, por un fabricado bochinche politiquero y provocador, pero los que guardamos eterno agradecimiento al HÉROE, que nos garantizó la libertad y la verdadera independencia, sí sentimos mucha pena por la insolencia demostrada por el Chaves. Eso no se lo perdonamos.
Obviamente, lo que cabía era, al menos, un respetuoso minuto de silencio, en un ambiente donde, el presidente de la República se dirigiera a los hijos de Costa Rica, motivándonos a reconocer en el Presidente Mora, al compatriota más digno que hubiese nacido en este venerado país. Era el momento de narrar, cómo fue su vil asesinato, e invitar a conocer más de su gesta libertadora. Era el momento en que un estadista, se habría dirigido a los más jóvenes, exaltando los valores democráticos, el absoluto respeto a la institucionalidad, la bendición de vivir en una Patria, donde impera una Constitución Política que recoge gloriosos principios, como la abolición de la pena de muerte, la abolición del ejército, la independencia de los poderes legislativo, judicial y ejecutivo, y una cultura de paz, con la educación en un altar, y la dignidad humana como estandarte.
Palabras así, eran las esperables, en una sesión solemne de un Consejo de Gobierno, que, así lo entendíamos, se había trasladado al querido puerto de Puntarenas, a recordar la vida y muerte de don Juanito, ¡y no a gritar, como cualquier carajo vulgar, «estúpidos» a miembros del Congreso de la República!
Se empañó tanto la conmemoración, que, para no vivir algo similar en los próximos dos años, instamos, para que el Chaves y sus ministros, consideren NO volver a sesionar en Puntarenas. Don Juan Rafael Mora merece ser honrado, desagraviado, respetado.