Etiquetado frontal con advertencias nutricionales para productos alimenticios y bebidas con contenido no alcohólico, una ley urgente

Luis Bernardo Villalobos Solano
Ex Decano de la Facultad de Medicina, UCR

Las facturas de las omisiones en conocimiento y en legislación que deben resguardar la salud de las personas para consumir responsablemente y con información productos alimenticios y bebidas de contenido no alcohólico están llegando a los consultorios de esa gran estación de paso que es la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), como ya hemos mencionado en publicaciones anteriores. Esas desatenciones pueden coadyuvar problemas de sobrepeso, obesidad, hipertensión y otros males circulatorios y renales, entre otros que están dentro del grupo conocido como Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT). La situación, sin duda, aparte del sufrimiento de las personas afectadas y sus familias, tiene un costo para todos los cotizantes: Estado, patronos y trabajadores.

Veamos algunos datos reportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS:


-En 2022, una de cada ocho personas en el mundo eran obesas.


-Desde 1990, la obesidad se ha duplicado con creces entre los adultos de todo el mundo, y se ha cuatriplicado entre los adolescentes.


-En 2022, 2500 millones de adultos (18 años o más) tenían sobrepeso. De ellos, 890 millones eran obesos.


-En 2022, el 43% de los adultos de 18 años o más tenían sobrepeso, y el 16% eran obesos.


-En 2022, 37 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso.


Los trastornos relacionados con la nutrición parte de una manifestación grave de cambios en el estilo de vida y en el patrón alimentario-nutricional que han afectado a la población, en este caso de nuestro país y que se inicia hace más de 4 décadas afectando por consiguiente no solo a la niñez y adolescencia, sino que cobija prácticamente a todas las edades. De manera preocupante muy pocas personas no especializadas en el tema son conscientes de esta situación de lo que podríamos denominar ANALFABETISMO NUTRICIONAL.

En el caso de la niñez paga un monto alto ya que inicia con problemas de obesidad a los que se pueden sumar otras patologías tempranas como afecciones cardio-renales que se ven agravadas algunas veces por dificultades en el rendimiento escolar, así como acoso y ausentismo. Además, algunos de estas personas cuando llegan a la adolescencia pueden tener trastornos hipertensivos y otros relacionados como las cardio y nefropatías severas.

El incremento de el sodio y el azúcar, entre otros, agregados al alimento preparado son parte de los factores de riesgo presentes en la problemática descrita tal y como ha sido documentado en múltiples estudios que el lector puede consultar en varias fuentes confiables, tales como la OMS y centros de investigación especializados.

Ya ha sido muy documentado que el etiquetado frontal es una estrategia clave para la prevención del consumo de alimentos poco saludables que han sido relacionados con los trastornos nutricionales. Esta acción en favor de la Salud Pública podría promover que las empresas productoras de alimentos preparados puedan repensar la composición de la oferta acorde con una población educada que demanda productos saludables. La problemática y las posibles soluciones deben verse desde ambos lados del espejo: productores y consumidores. Sin consumidores saludables el negocio de la alimentación ya preparada se caería.

Por otra parte, el etiquetado frontal debe verse como una estrategia educativa en Salud Pública que promueve el derecho ciudadano a la salud. El etiquetado de los octágonos es uno de los que ha mostrado mayor eficacia y ha sido adoptado por varios países de la región de las Américas. Es un etiquetado simple muy accesible a todos los grupos poblacionales, independientemente de su nivel educacional.

Dentro de ese marco precedente, es importante señalar la importancia del proyecto de conocido como LEY DE ETIQUETADO FRONTAL CON ADVERTENCIAS NUTRICIONALES PARA PRODUCTOS ALIMENTICIOS Y BEBIDAS CON CONTENIDO NO ALCOHÓLICO . Expendiente N° 23.861, presentado por la Diputada Andrea Alvarez Marín que tiene como objeto:

¨establecer un marco regulatorio para el etiquetado frontal de productos alimenticios y bebidas con contenido no alcohólico. Lo anterior, como mecanismo de advertencia nutricional, promoviendo el acceso a la información de manera visible, rápida y de fácil comprensión para las personas consumidoras de ese tipo de productos, cuando se comercialicen en el país y las reglas aplicables cuando se importen de otro.

En nuestro país en muchas ocasiones se legisla de manera urgente cuando hay evidencia del problema que podría ayudar a resolver una determinada ley. Esta es una extraordinaria oportunidad. Las señoras y señores diputados tienen la palabra para promover esta importante política pública y ojalá pidan a las autoridades de salud todas las estadísticas relacionadas con esta problemática y verifiquen, incluso en su núcleo familiar y de amistades casos en los que esta ley podría contribuir casi de manera inmediata.

luis.villalobos@ucr.ac.cr 

Imagen: www.costaricasaludable.org