El caso de Turrialba, Jiménez y Alvarado

Carlos Carranza

Estamos en un país hermoso, pero con grandes brechas económicas, sociales y territoriales. Hay una diferenciación con el Gran Área Metropolitana y lugares como el complejo turístico de Guanacaste (una parte de la provincia y el crecimiento acelerado de Zona Norte).

Muchas tareas hay que efectuar, pero hay tres para todos en el caso de Turrialba. El actual espacio urbano está saturado con grandes riesgos, con infraestructura inadecuada, con una relación muy limitada con las vías nacionales y con un rezago histórico único.

Además, es también necesario plantear un agotamiento de la matriz socio económica, que, si lo analizamos, ya tiene el peso de otras épocas. Nos referimos a la producción azucarera tradicional y una parte de la producción cafetera que no tienen ya el peso de otras épocas. Así mismo, la necesidad de contar con la modernización empresarial de la producción lechera. Hay que pensar en nuevas formas como el modelo de clúster y un nivel empresarial que lleve a formas corporativas con ventajas competitivas.

El crear nuevas matrices donde casos como Firestone y Rawlings son parte de un nuevo esfuerzo, pero se requiere otros para avanzar a las nuevas formas de economía de servicio con talento humano de primer orden.

Pensar en esto es un esfuerzo necesario para situar a esa subregión en nuevas condiciones con formas de economía de mercado, con producción que camine hacia la cuarta revolución y encamine a la quinta revolución económica.

Si no se toman acciones económicas y en la formación del talento humano con niveles de inversión y de atracción de las nuevas formas, el atraso puede ser mayor. La necesidad de un acuerdo cantonal y subregional es fundamental.

Dar los pasos correctos hacia el siguiente cuarto de siglo es primordial. Esto, con un programa subregional y un plan con prospectiva es fundamental.