José Luis Pacheco Murillo
Llegó el final de una saga noticiosa en relación con el director técnico de la selección nacional de fútbol, hoy exdirector, pues oficialmente quedó fuera de ese cargo.
Desde que finalizó el torneo de la Copa América se inició una novela en el sentido de que Paraguay quería hacerse con los servicios del señor Gustavo Alfaro, es decir, desde hace un mes que se viene planteando esa posibilidad y en todos los medios de comunicación fue una noticia diaria. Sin embargo, no se concretaba nada hasta que se definió el asunto con una “renuncia” del señor Alfaro de su cargo.
En realidad, ese tema podría pasar desapercibido si no fuera por el hecho de que en este asunto prevaleció un tema de dinero, y es aquí en donde pareciera que ese tema es el que se impone y resulta hasta chocante el escuchar los “salarios” que ganan en el ámbito futbolístico tanto jugadores como directores técnicos.
Aquí ganaba cerca de 50 millones de colones por mes y en Paraguay ganará más de 130 millones de colones por mes, tamaña diferencia que justificó para el señor Alfaro la decisión de “renunciar”.
Hubo opiniones románticas en el sentido de que había otros elementos más allá del dinero que harían que se quedara, pero no, estamos en tiempos en los que el dinero todo lo puede y así sucedió.
Desde hace un mes se sabía que esta sería la conclusión, y sin embargo, no se tomaron decisiones en el momento adecuado, es decir, desde hace un mes y ahorrarse muchos millones de colones o dólares.
Una prueba más de que hoy en día el dinero mueve voluntades y mueve las acciones que la gente debe tomar. “Todos tiene un precio” y así se mueve el mundo desgraciadamente.
Ya los factores ajenos al dinero no cuentan y, por lo general, la gente toma sus decisiones dependiendo del monto de dinero que se les ofrece sin importarles una palabra empeñada ni un compromiso asumido.
En realidad, durante todo el tiempo que estuvo como director técnico el señor Gustavo Alfaro la mayor enseñanza que dejó es que el dinero todo lo puede y por eso abandona su cargo sin más. No importa que se esté a medio camino para luchar por una clasificación al mundial, no importa los ofrecimientos que se le hicieron para que se quedara: “el dinero todo lo puede” y mejor decir adiós.
Ojalá y a los responsables de dirigir estas contrataciones entiendan que las negociaciones de contratación deben hacerse pensando en que no les importa nada de sentimentalismos, y que solo el dinero tiene preeminencia y por ello deben de restablecer cláusulas sumamente onerosas para que obliguen a permanecer, aunque sea tan solo para obtener una ganancia y actuar conforme a lo que ha hecho el señor Alfaro…solo por dinero.