El futuro siempre tiene ideas transformadoras… (I)
A propósito de la ENADE 2024: Certeza jurídica, un Estado digital y transparente para un país más eficiente…
Caryl Alonso Jiménez
Es absolutamente incontestable el tema y marco de fondo que compartió el Encuentro Nacional de Empresarios 2024 (ENADE), que no solo define la ruta futura; sino, pareciera que le puso fecha…
Más allá de la provocación de lo que vendrá mañana… el evento anual tuvo, como siempre esa veta que exacerba optimismo, cálculo y hasta escepticismo… Pero se quedó una pregunta, ¿Para cuándo…?
Justamente, el jueves 10 de octubre, FUNDESA, como parte del Encuentro Nacional de Empresarios 2024, en un escenario anticipado para altos funcionarios públicos, presentó a los dos principales oradores del evento, Toomas Ilves, expresidente de Estonia (2010-2016) y Santiago Bilinquis, empresario y experto en innovación tecnológica, escritor y docente universitario, de Argentina.
Escuchar esa mañana experiencias, resultados alcanzados y escenarios de promoción de la certeza jurídica y procesos de transformación digital, reviste de singular importancia, y más cuando viene de líderes y protagonistas… Ese es el valor de las ideas transformadoras, pero, ¿Por dónde empezar?
En esta primera entrega y en una traducción libre y brevísima por el espacio, se recogen ideas claves que destacan la extraordinaria exposición en inglés del expresidente de Estonia, Toomas Ilves. Su exposición recorrió el marco de una radiografía de la realidad de ese país a finales de los años noventa. Aunque su principal exposición se centró en logros y avances alcanzados en las transformaciones digitales durante su gobierno, expresó que los resultados fueron consensos como factor clave para cualquier transformación. Estas fueron sus principales ideas esa mañana.
El Expresidente Ilves, reveló que debía partirse de decisiones políticas en tres aspectos que aunque no lo dijo exactamente así, se podía inferir que esos fueron los ruidos de fondo: (1) Alcanzar consensos políticos capaces de definir el horizonte y las consecuencias de las decisiones en certeza jurídica, (hacia dónde ir); (2), priorizar qué factores claves debieron implementarse para poner en marcha las transformaciones legales en Estonia, (¿Qué hacer?); y (3), qué papel debían jugar el Estado, empresarios, sociedad y políticos para construir la plataforma jurídica, en ruta para alcanzar un modelo sostenido, estable y predictivo (¿Cómo hacer?).
Dentro de ello abordó el tema de la educación particularmente en inversión de capital social, en donde las transformaciones digitales no son manuales de contenido básico, es la plataforma del cambio en modelos y sistemas pedagógicos que inciden en el dominio de capacidades. Pero también en acuerdos con el sector económico para armonizar capital social con productividad, en una ecuación de crecimiento y desarrollo.
Destacó los resultados alcanzados por Singapur, (su comentario está retratado en el Informe PISA 2022, que revela que los estudiantes de ese país ocupan los primeros lugares en matemática en los países de la OCDE y que las mujeres adolescentes aventajan a los hombres en el liderazgo y emprendimiento). Aunque tampoco lo dijo, vale decir que Singapur una es las primeras economías del mundo.
Resultó sorprendente escuchar esa mañana al Presidente Ilves, hombres de su talla que revelan la veta de estadista y mirada intergeneracional. Destacó que la construcción de Estados sólidos, con claridad y velocidad hacia a las transformaciones, productividad (cambio de los factores competencia), dependen del consenso político con los diferentes sectores de la sociedad, sin ello es imposible lograrlo.
Destacó que la transformación digital basada en certeza jurídica depende de decisiones políticas y liderazgo de gobierno, actores económicos, sociales y elites políticas.
Escuchar estadistas de la talla de Ilves, obliga hacer repasos y balances sobre resultados, y particularmente de lo que falta por hacer en la región. Principalmente sobre cuánto se deja de hacer para recuperar tramos perdidos en el tiempo.
Sorprendió que no hubiera ningún comentario a la experiencia de la región y Guatemala en los años del apagón mundial de la economía a causa de la crisis sanitaria del COVID-19. Se mandó a 3 millones de estudiantes y docentes (públicos, privados y universitarios) a conectarse por su cuenta. No se les pudo ocurrir una moratoria del pago de contratos.
Un amigo, en una visita al viejo continente me expresó que no se explicaban como las grandes ventanas de oportunidad se perdieron en la región por la orfandad de propuestas estructurales, algunas pudieron venir del legislativo y transformar la brecha digital. Un joven legislador sentado a la par, conmovido por la exposición me expresó que trabajaría en una propuesta: estoy seguro que lo hará, este tiempo es de transformaciones… y los jóvenes podrán provocarlas.
¿Se quiere transformar el nuevo escenario digital en la región? La sabiduría del presidente Ilves fue implacable: la educación es el primer camino, los niños y la juventud son el objetivo. Realmente, ¿Se quieren transformaciones…? ¿Para cuándo…?
Caryl Alonso Jiménez, certeza jurídica, Estado digital, Guatemala