El Liceo Rural Tsikriyók: una institución educativa con alma indígena

Por Uriel Rojas

En las entrañas del Territorio Indígena Cabagra, se encuentra el Liceo Rural Tsikriyök, una institución baluarte en la conservación de la cultura bribri – cabécar.

Este Liceo se ubica cantón de Buenos Aires y para llegar hasta este centro educativo se debe ingresar por una entrada que se ubica en Brujo de Buenos Aires y transitar por un camino de tierra que lo lleva a cruzar un Cerro, el cual es el símbolo de identidad del centro educativo, ya que en épocas de verano crece en este lugar, una planta que produce una flor amarilla, que es de gran simbolismo en la cultura indígena local y dio origen al nombre de la institución.

En la actualidad, este Liceo cuenta con 102 estudiantes, los cuales provienen de 6 comunidades aledañas, enclavadas en las montañas de este territorio.

Además de las asignaturas ordinarias, en este liceo se fortalece la cultura indígena de sus estudiantes y para eso realizan de manera periódica diversas actividades y espacios sociales en donde interactúan con sus adultos mayores y refuerzan sus particularidades culturales.

De acuerdo con Sonia Rojas Méndez, directora de este centro educativo, “el 90% de la población estudiantil mantiene su lengua materna y sus costumbres innatas, tanto en sus hogares como en el centro educativo y se aprovechan los conocimientos ancestrales para seguir cultivando en ellos la identidad indígena bribri”.

Entre trillos y montañas, los estudiantes caminan diariamente más de dos horas para llegar a recibir sus clases presenciales a este centro educativo ya que las clases virtuales es bastante complicado debido a que carecen de tecnologías y buena cobertura a internet.

Del total de la matrícula, 72 de ellos reciben clases presenciales y 30 lo hacen a distancia.

Las primeras aulas de este Liceo fueron construidas en el 2014 y eran unos ranchos tradicionales a la usanza indígena y ya para el 2018, la Dirección de Infraestructura de Educación (DIEE) construyó su actual infraestructura que consta de 5 aulas, un área de orientación, una oficina de dirección, un área de comedor estudiantil, un rancho cultural y una cancha techada cuyo costo total osciló en ¢475 millones.

Este centro educativo se ubica en la comunidad de Yuavin de Cabagra, 30 km al norte de Buenos Aires.