Pbro. Dr. Luis Alejandro Rojas A.*
Don Gilberth Díaz Vásquez, presidente del SEC, estimados integrantes del Directorio Ejecutivo Nacional del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Costarricense, distinguido homenajeado para la presente Asamblea Nacional del SEC, Lic. Eugenio Solano Calderón, (que tanto bien ha hecho en favor de la clase trabajadora en nuestro país), queridos compañeros y compañeras sindicalistas aquí presentes y quienes se unen a nosotros por las redes sociales.
Agradezco la atenta invitación para participar en el acto inaugural de la Quincuagésima Tercera Asamblea Nacional del SEC y rogar a Dios su protección y guía durante el desarrollo de la misma.
Dios les da la oportunidad de volverse a congregar después de haber pasado por momentos muy difíciles con sus estudiantes y familiares durante la pandemia, a consecuencia del SARS-CoV 2, que todavía no termina.
Tenemos en nuestras mentes y corazones a los trabajadores de la educación fallecidos a consecuencia del COVID-19 y a tantos costarricenses en este doloroso episodio de salubridad pública.
El SEC en defensa de la Justicia Social. Que bello, patriótico y comprometedor lema para la presente Asamblea Nacional. Lema que encuentro muy oportuno ante los últimos acontecimientos políticos en nuestra Patria.
Según mi criterio personal, existe en este momento un enfrentamiento de dos grandes bloques económicamente hegemónicos, que desean apropiarse del patrimonio social y económico, que tendrá como consecuencia el desmantelamiento del Estado Social de Derecho. Modelo de Estado que precisamente tutela la justicia social y la seguridad social del pueblo costarricense.
A semejanza de placas tectónicas, que por subducción se mete una entre la otra para imponerse, con el eventual terremoto para nuestro pueblo que asume las consecuencias, estos dos bloques hegemónicos son protagonistas en el escenario nacional, peleando sus espacios de dominio.
Con este lenguaje metafórico, lo que visualizo es la lucha de la oligarquía político empresarial de antaño y de siempre, contra los nuevos ricos, que han amalgamado riqueza con sus negocios atrayendo capitales extranjeros y que ahora se quieren imponer.
Estos “nuevos ricos” son los que pretenden, desde el populismo, cambiarnos espejitos por el oro:
Les rebajo el arroz, pero saco a vender el Banco de Costa Rica.
Les rebajo el combustible, pero vendamos la FANAL.
Les rebajo la inspección vehicular, pero privaticemos servicios del ICE, RECOPE, INS, la Caja y otros.
Basta leer los proyectos de ley presentados hace unos días por el Poder Ejecutivo a la Asamblea Legislativa, para enterarse del botín económico en juego desde el ejercicio del poder político.
De ahí que sean muchos los desafíos para la defensa de la Justicia Social en la presente Asamblea Nacional del SEC, y que desbordan los intereses meramente gremiales.
Por eso, la palabra sindicato adquiere su sentido etimológico: “hacer justicia juntos”. ¿La palabra sindicato significa?: “hacer justicia juntos”.
A propósito, refiriéndose a los sindicatos, el Papa Francisco dijo: “El sindicato es una expresión del perfil profético de una sociedad. El sindicato nace y renace cada vez que, como los profetas bíblicos, da voz a los que no la tienen, denuncia al pobre <vendido por un par de sandalias> (cf Amós 2,6), desenmascara a los poderosos que pisotean los derechos de los trabajadores más vulnerables, defiende la causa del extranjero, de los últimos, de los descartados”. [1]
Compañeras y compañeros, dentro del ideario del SEC se apuesta por “una participación efectiva en las tareas de transformación social, en búsqueda de una sociedad justa y equitativa”. Entonces, encendamos la luz anaranjada y blanca del SEC que ilumine estas realidades y muchas otras.
Hay que levantar la voz por la disminución del presupuesto para educación a un 6,9 % del Producto Interno Bruto, cuando constitucionalmente es un 8 %.
Urge atender el denominado “apagón educativo”, sumando la problemática de la infraestructura escolar; el rescate de la imagen del docente mentor de nuevas generaciones de ciudadanos amantes de su patria.
También, nuestros educandos no son ajenos a la manipulación ideológica de centros de poder y a la ausencia formativa en muchos hogares. Tampoco, a la violencia en nuestra sociedad que se trasladada a las instituciones educativas, manifestada en agresión y acoso escolar.
Ha llegado el momento de empoderar al educador, y que se le devuelva la autoridad para corregir, orientar y formar a sus estudiantes en valores, actitudes, destrezas y hábitos de convivencia.
Nos enteramos por los medios de un lamentable episodio, entre un profesor y su alumno, y no es justo que se exhiba y exponga en las redes a un educador que pide respeto en el aula ante la “malacrianza” de dicho estudiante, con las consecuencias laborales que le trajo por cumplir su misión.
Ante este panorama sombrío, benditos ustedes docentes, conserjes, guardas de seguridad, cocineras de comedores escolares, que día a día, enfrentan la incertidumbre y el temor, ante la falta muchas veces, de respaldo institucional. Gracias aquellos que hacen de su profesión una misión amorosa y respetuosa con sus alumnos.
Y recuerden que “el amor entra por casa”. Es urgente pensar y actuar a favor de los estudiantes y sus familias más empobrecidas de las zonas con menor índice de desarrollo, donde el SEC tiene mayor presencia gremial. Zona Costeras como Puntarenas, el Sur-Sur, la Península de Nicoya, Limón, Zona Norte y otros lugares de nuestra geografía donde los políticos se acuerdan de dichas regiones solo en las giras durante las campañas electorales.
Curiosamente parece que llegan al Gobierno para decir: “si te vi, no me acuerdo”, omitiendo acciones estatales y prescindiendo de políticas públicas reales y eficientes, para generar empleo y sacar de la pobreza a sus habitantes.
Reitero, el momento histórico actual urge al Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Costarricense, pensar prioritariamente en los más pobres y necesitados; en los que no tienen trabajo; en los migrantes que pasan por nuestro territorio nacional; en nuestros agricultores y pescadores; en los estudiantes que están hundidos en la drogadicción y la violencia; en los educandos de las escuelas rurales y en territorios indígenas; en los habitantes en situación de calle; en las mujeres jefas de hogar; en el cuido de nuestros adultos mayores y en la custodia de la creación de Dios. Todo lo anterior es requisito para lograr la defensa de la Justicia Social querida para esta Asamblea Nacional.
Finalmente, deseo felicitarlos por la Quincuagésima Tercera Asamblea Nacional del SEC y encomendar a Nuestra Señora de los Ángeles, Patrona Nacional, las jornadas de trabajo que han programado, comprometidas con la construcción de la paz, como fruto de la justicia social.
Polideportivo de Hatillo,
15 de noviembre de 2022
*Mensaje en la LIII Asamblea Nacional del SEC.
[1] Papa Francisco, Discurso al sindicato italiano CISL. Aula Pablo VI, abril de 2017.