En una democracia se cobran las cuentas

Óscar Madrigal

El Presidente Alvarado se reunió ayer con la fracción del Partido Liberación Nacional.

El objetivo de la cita fue ponerse de acuerdo acerca de cómo impulsar más rápidamente y aprobar la agenda con el FMI.

Los diputados de Liberación aprovecharon la ocasión para quejarse de algunos diputados del PAC que estaban diciendo cosas diferentes al discurso oficial. Eso crea, lo que ahora llaman de manera muy raro: RUIDO. En consecuencia, lo mejor para estos señores es el silencio, que nadie, Dios guarde, piense diferente y mucho menos exprese desacuerdos.

Los diputados de Liberación Nacional quieren que todo pase a golpe de tambor, sin discrepancias, sin sorpresas, sin que nadie se dé cuenta.

El Presidente Alvarado, regañado por los mediocres diputados liberacionistas, casi de rodillas, les imploró que “calmaría” a los díscolos diputados o diputadas del PAC. ¡¡Impondría inmediatamente el silencio!!

Los diputados del Partido Liberación Nacional más parecen la fracción oficialista que los del PAC.

En realidad, ha sido la fracción liberacionista la más beligerante, la más intransigente y la más reaccionaria de esta Asamblea Legislativa. Es la fracción liberacionista la que ha propuesto las leyes más antipopulares, más antisindicales, más regresivas tributariamente y más injustas contra los trabajadores del sector público. Si bien todas las fracciones legislativas han contribuido a la aprobación de una legislación anti-trabajadora, la de Liberación Nacional les gana por mucho.

A lo anterior se suma un gobierno dócil, sin carácter y también favorable a todo el conjunto de la legislación retrógrada.

Pero no olvidemos que los diputados del PARTIDO LIBERACIÓN NACIONAL han sido los peores, lo más malvados contra los trabajadores.

Existen 300 mil funcionarios públicos a los que han jodido hasta decir basta, 100 mil pensionados a los que piensan joder más, miles de trabajadores del sector privado a los cuales se les niegan los derechos, que todos pueden sumar unos 500 mil trabajadores. Estos tienen al menos una compañera o familiar, lo cual suma UN MILLÓN DE VOTANTES.

Un millón de votantes que pueden decidir las próximas elecciones, no solo a nivel de presidente sino de diputados.

Pero hay que tener memoria.

En las actuales circunstancias el VOTO es el arma más próxima para cobrar las conductas de esos diputados contra el pueblo.