Ensayo sobre la Humanidad Observable: la salud como vocación de servicio o fuente de riqueza

Macv Chávez

 

Recuerdo que cuando era niño me decían en el colegio que una de las profesiones de servicio era la medicina; con el tiempo fui creciendo con ese concepto, aprendiendo que el servicio es brindarse a otros con lo que sabemos hacer para el beneficio espiritual de uno en la atención corporal y espiritual del otro.

Creía ciegamente que la medicina era así, por tanto, empecé a desarrollar una gran admiración por la medicina en general, casi una veneración por su capacidad de salvación, por más que hasta el día de hoy muchos términos llego a entender como entiendo el griego, o sea, nada…

En la actualidad, desde hace ya algún tiempo, en este tiempo moderno, se viene desarrollando una práctica médica contraria al principio de la medicina –el servicio al enfermo en pro de la vida-, a esa vocación de servicio, aun a costa de que hoy en día se han fundado nuevas ciencias para poder comprender mejor el funcionamiento del ser humano con la finalidad de poder curar sus heridas o carencias.

Esta vocación de servicio ya no es más de servicio sino de servirse del paciente que ya no es una persona sino un cliente, a pesar de los cambios modernos gracias a la bioética, razón por la cual la salud pública es despreciable, deplorable, irrazonable; pues no está enfocada al paciente como persona sino al paciente como cliente, como un medio de enriquecimiento, y esto lo podemos comprobar en cómo se encuentra el estado en salud pública, cuál es la atención por parte de las entidades del estado y cuál es la atención de las privadas, algo que lleva a preguntarme: ¿Qué tanto beneficio me puede dar un paciente como cliente y también como persona? Esta será una respuesta que me responderé al final.

Uno de los principales motores de esta tendencia médica es el propio estado, con sus políticas de poca inversión económica, con su viacrucis burrocrático, con su cuasiconvenio estratégico con las morgues para que el paciente sea atendido antes ahí que en los centros de salud pública, con todas esas prácticas deficientes demuestra su incapacidad. Pero ¿por qué razón sucede que el sistema está así? Simplemente porque tenemos una gran deficiencia en la razón sobre el compromiso con la propia humanidad y sobre todo con la representación social que realizan las autoridades del gobierno.

Yo, considero que uno de los principales problemas del mal estado en el que se encuentra la seguridad social o salud pública es la pésima administración de los recursos. Según las autoridades encargadas de la administración de la salud pública dicen que los recursos son insuficientes, que son muy pocos y, por ende, no se puede brindar un servicio de calidad. Algo que desde el análisis externo del sistema en sí, me lleva a pensar que esto es una falacia al 80%, ya que ellos sí cuentan con cierta derivación de recursos económicos para esos fines, recursos que la administración no sabe optimizar debido a que en las instituciones del estado no se administra con eficiencia y eficacia sino que es como la casa de la caridad, de oportunidades de trabajo, es decir, se crean puestos de trabajos innecesarios, llevando así a la burrocracia del servicio de atención al cliente, es decir, que el cliente tiene que pasar por una serie de instancias antes de ser atendido por el médico, no existe una línea de atención directa entre médico y paciente como suele existir en las instituciones de salud privada.

Esta creación de puestos de trabajos innecesarios hace que exista un menor reconocimiento salarial, poca motivación para los médicos modernos, para que mejoren sus servicio de atención, razón por la cual los médicos modernos –no en absoluto pero sí en mayoría- se han convertido en simples máquinas de atención al paciente, cumpliendo la función de atender a la “enfermedad” del paciente desde aquel conocimiento adquirido en la universidad según los síntomas que el paciente les manifiesta más los “resultados” de los “análisis” que realiza el laboratorio; realizando así una atención médica a los pacientes como masa y no como personas únicas e irrepetibles, por tanto, no se hace una historia del paciente, más allá del historial médico, el médico no llega a conocer al paciente en sí, sino a una masa que debe atender según las indicaciones médicas aprendidas como disco rayado.

Por eso, pienso yo, la realidad de la salud pública se ha convertido en un sistema de manipulación de la población, como un medio de ejercer el poder sobre los representados, una manera de someter al pueblo a la desesperación, a mantenerlos entretenidos en los problemas de la supervivencia personal o familiar para que no vean las carencias, los aprovechamientos, los abusos, los derechos sociales que son burlados o violentados por los gobernantes que se aprovechan del poder para enriquecerse de una forma tan descarada, tan improductiva, tan falsa y tan corrupta, hasta el punto de que la salud se ha convertido en uno de los negocios más rentables de la historia, dejando de ser un derecho para convirtiéndose en uno de los terrores más grandes de la canasta familiar del ser humano.

Pero ¿por qué digo que la salud pública pasó de ser un derecho a un terror de la canasta familiar? El derecho es aquel beneficio que tiene el ser humano por el hecho de ser persona, algo que se ha estipulado en la aceptación de las necesidades básicas que tiene el hombre para que pueda vivir dignamente como persona y no como un animal de supervivencia. Entonces, al existir deficiencia y burrocracia en la atención de la salud pública se pierde ese derecho y se crea la gran necesidad de la atención privada para poder conservar la salud según como requiera la enfermedad; pero ¿qué pasa si tu capacidad adquisitiva no es la suficiente como para recibir la atención privada para tu salud? Simplemente el ser humano pasa a sufrir las humillaciones de la salud pública, rebajando su dignidad a la supervivencia animal del sistema de salud pública, donde deja de ser una persona y se convierte en simplemente un paciente y nada más, una herramienta para la sustentación del sueldo de los médicos y trabajadores, en una materia de trabajo médico, en un útil producto médico para la sustentación de los ingresos económicos a la institución.

Entonces, ahora podríamos responder la diferencia del beneficio que te da el paciente-cliente y el paciente-persona. En el caso primero, el cliente-paciente te suele brindar el beneficio económico y también de ego, en lo económico no cabe duda de lo que se gana ni de cómo se gana; pero ¿cómo es que se logra lo segundo? El ego u orgullo o vanaglorización sucede debido al ejercimiento del poder y la veneración a uno mismo que tiene el médico ante sus pacientes, produciendo en él un sentido de superioridad humana y muchas veces un ego hasta el punto de sentirse dios –y vuelvo a decir que esto no es en todos sino en mayoría-. En cambio, cuando el paciente llega a ser para el médico una persona no recibe esta vanaglorización ni soberbia médica sino por contrario recibe la paz de la responsabilidad social de sí consigo mismo mediante sus semejantes al poner al servicio de las personas su conocimiento y sabiduría médica, para cuidar y conservar la vida de aquellas personas que son el reflejo de sí mismo solo por el hecho de ser personas, personas que cuentan con la misma dignidad humana que el médico y cualquier otro ser humano.

Entonces, en la realidad podemos observar y ver que la realidad de la seguridad social o salud pública es decadente, deficiente, razón por la cual existe una gran carencia en la atención gratuita de la salud; por tanto, ¿cómo es que podríamos optimizar el sistema de salud en el país? En primer lugar considero importante una restructuración del sistema de atención, es decir, hacer más eficiente y eficaz, más directa la atención al paciente, es decir quitar los medios burrocráticos para la obtención de una cita, ya que un paciente acude al médico –en su mayoría- cuando siente alguna molestia física o psicológica –aunque a esto último van muy poco, porque la mayoría de personas piensa que esas asistencias sólo es para los enfermos mentales, algo que es normal dentro de tanta ignorancia y mediocridad sobre la función del tratamiento médico de los diversos problemas que aborda cada rama de la medicina. Después, otra de las cosas que se podría hacer es el tema de investigación científica, impulsar a las distintas instituciones públicas y privadas como también a las universidades al desarrollo de nuevos medicamentos en beneficio de la población y no de los laboratorios, ya que en la actualidad y desde hace algún tiempo, desde que la medicina dejó de ser una vocación de servicio, la medicina es una de las grandes empresas de gran poder para el sometimiento de la humanidad. Y en tercer lugar, crear un impuesto para las instituciones privadas de la salud a favor de la salud pública para mejorar el servicio o contar con su colaboración para la mejor atención de los pacientes en beneficio del derecho constitucional y universal de la salud.

 

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