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Etiqueta: Macv Chávez

La mejor escritura es la acción de los pensamientos

Macv Chávez

Esta mañana mi pensamiento decidió cambiar un verso de Leiva, acompañado de otros, para decirme que es tiempo de resurrección y no “de autodestrucción”, cosa que venía haciendo durante un tiempo, desde la inacción y el silencio, pero ya no más, porque es tiempo de reconstrucción, así que ahora no dudaré en “disparar sin adornos”, en prenderle “fuego al colchón que reventó nuestros otoños”, en “rematar sin adornos”, porque hoy me “agarré de la inspiración” para no estar más en esta fosa en la que me introduje luego de una profunda decepción cultural que acumulé con todos los fracasos que he obtenido durante tantos años por andar queriendo hacer algo grande y bueno en la ciudad que me vio abrir los ojos a este mundo por primera vez, porque me niego a aceptar una ciudad tan mediocre (ubicada en el penúltimo lugar en comprensión lectora y último en matemáticas) y peor aún vivir en ella sin hacer nada para mejorarla, así que mientras esté en ella no me quedaré con los brazos cruzados ni los ojos vendados.

Soy consciente de que el mundo gira en los mismos círculos viciosos a lo largo de la historia y que quizás eso nunca cambie, pero también soy consciente que hay sociedades que al menos han podido elevar la dignidad de la vida de su gente a través de la cultura, porque un pueblo culto exige mejores condiciones de vida para toda la población, y para eso no es necesario ser de izquierda o de derecha ni de centro, sino ser humano, tener conciencia, ser persona, y aunque en lo particular yo siempre digo que soy de centro, porque las mejores cosas de la vida se hacen por el centro, pero aun así detesto cualquier bando político que sea miserable y de ejemplos mediocres, como suele ser la izquierda, derecha y centro en el Perú, claro, no puedo esperar más de ellos porque sus ejemplos políticos suelen ser países tiranos, siendo esa una muestra más de su mediocridad. Por ende, si me creo un ser consciente no puedo quedarme de brazos cruzados en la fosa de la depresión social, esa que me ha envuelto desde hace años, pero más profundamente desde aquel lunes 22 de abril, donde la vida me mostraba que tenía que dejar de preocuparme por la masa de esta población ucayalina, porque la masa siempre viene contra la razón, tal cual venía aquel individuo que se metió cual mono que no entiende de carriles ni de respeto a la dignidad de los demás, por ende, aceleraba su motokar en el carril contrario, en contra, a tal velocidad –como una maldita camioneta anoche en Tarapacá- que creo que sí hubiera terminado mi secundaria en la ciudad de Pucallpa sería parte de ese último lugar de comprensión en matemáticas y por lo tanto no hubiera sido capaz de calcular el tiempo y la distancia a tiempo para evadir el inminente choque con el perjuicio de mi persona y no de otras personas, y quizás no estaría contando esta historia que pide salir de mí como una ametralladora, porque como ya lo dije: “es tiempo de resurrección”, debido a que aquel día morí y me quedé en silencio, sin ganas de hacer absolutamente nada por esta ciudad, gracias a la realidad que te da contemplar como las cosas se hacen por acto de corrupción y no por amor a la cultura o a ser mejor persona, logrando llevarme una profunda decepción de personas que pensé que eran más conscientes con la sociedad, con la realidad nacional, con la vida y la necesidad del pueblo, creyendo vital e importante la necesidad de formar a la población de manera intelectual, con dignidad humana y no a través de actos de corrupción, pero no el hambre es más poderoso que es mejor quedarse callados y de brazos cruzados.

Desde ese momento entré en un serio conflicto con todas las ganas de hacer eventos culturales en esta ciudad, al punto de que la muerte era más dulce que la realidad, tanto que casi decido quedarme profundamente en silencio, como quién espera la muerte, recordando que desde que anuncié que en las Olimpiadas Literarias somos anticorrupción, luego de que algunos directores y profesores se atrevieron a insinuar a terceras personas que las Olimpiadas Literarias era un negociado con la DREU o la UGEL, dando como resultado que nadie más volvió a preguntar sobre ella, dejándome con el penoso resultado de más de miles de estudiantes en ocho grados solo 4 estudiantes de dos grados distintos inscritos, o sea, las Olimpiadas Literarias fue un fracaso, cosa que me dio una profunda pena y me llevó a la decepción total de mi lugar natal, donde he vivo perdiendo tiempo, dinero, pero sobre todo vida, una vida absolutamente desperdiciada al enfocarme en las masas, desperdiciada en un deseo de cambiar esta lamentable realidad cultural de los estudiantes, donde nos encontramos con directores que no saben ni leer bien o expresarse, con profesores que andan pidiendo coimisión por venta de libros, donde nos encontramos con maestros casi analfabetos, que no leen, que no piensan, que no razonan, que su palabra no tiene ningún valor, que dicen que hacen leer libros a sus estudiantes, pero cuando uno visita a esos estudiantes no tienen capacidad neuronal, menos intelectual, donde no aprenden ni las más mínimas reglas de urbanidad, o sea, con una realidad que uno dice: “comprendo perfectamente por qué ocupan esos últimos lugares en las encuestas”, quedándome de esa manera repugnado de los título universitarios, más que antes, porque lastimosamente el problema de la educación no solo es del ministerio de educación, ni de la DREU, UGEL, directores, profesores, estudiantes, dueños de colegios,  sino también de la casa más importante de la intelectualidad nacional: la Universidad, esa que me hace preguntar: ¿Qué carajos de intelectuales está pariendo? ¿De esos que se quedan callados antes las injusticias educativas y protestan para que les suban el sueldo sin elevar la intelectualidad educativa? ¿De esos que permiten que los mediocres tomen el poder de las escuelas y que se creen mafias donde se hacen destrozos a las arcas estudiantiles? ¿De esos que piensan en terminar las clases y liberarse de los estudiantes? ¿De esos que llenan papeles tras papeles para justificar el pago mensual, cual máquinas que ingresan órdenes de compras a dedo? ¿De esos que reciben capacitaciones de los amigos de los amigos que trabajan en las instituciones competentes de la educación y que no son más de su mismo nivel intelectual, e incluso peor que ellos? ¿Qué clase de malditos intelectuales estamos teniendo en las universidades que cuando salen terminan siendo parte de la larga lista del yoísmo de la estupidez y no ese Yo universal que nos coloca en igualdad a todos por cuestión de dignidad humana? ¿Qué nos está pasando a los seres humanos que nos estamos quedando de brazos cruzados ante tantas injusticias sociales y robos a la dignidad humana?

Debo confesar que esta depresión social me estuvo matando silenciosamente, porque el silencio ante la realidad es una muerte profunda y despreciable, sobre todo cuando no es un silencio de ocio o meditación, sino de profundo silencio, como la muerte, de plena inacción, porque  sí nos queremos llamar persona nos podemos quedarnos jamás de brazos cruzados antes la lamenta realidad de la dignidad humana, sino que debemos luchar para que sea para todos y no para unos pocos, por eso, es importante hacer algo para las próximas generaciones no crezcan con mayor mediocridad que la nuestra, porque ser persona es más que ser un animal racional (ya sea un animal de costumbre, animal salvaje o animal doméstico) que cuenta con la capacidad de razonar pero que no la usa, o sea, ser persona es ser alguien que tiene y vive desde la conciencia, y la conciencia es esa acción que trasciende entre el bien y lo mejor, por ende, elige siempre entre el bien y lo mejor y jamás entre el bien y el mal, porque el mal por conciencia, por vida, por dignidad, queda siempre descartado, por ende, se es consciente no como la imagen de la justicia que se venda los ojos para no mirar a quién juzga, cosa que me parece una profunda hipocresía y estupidez humana, como la que contemplé en la panda intelectual de mi ciudad natal, donde quizás unos cuantos, que no son tan famosos como otros, pueden salvarse; pero es minoría cansada y de brazos cruzados, así que creo que lo mejor es que llegó el tiempo de revivir las palabras de Gonzales Prada: “Los viejos a la tumba y los jóvenes a la obra”, porque nos encontramos -en mayoría- con una “intelectualidad” jubilada, impotente, incapaz, que ya solo piensa en beber, comer, algunos placeres de la vida y cuidarse de los achaques de los años, porque ya no se les para el sueño de la revolución, sino el corazón, quedándose sin pensamientos para un aporte real al cambio cultural de la ciudad, por ende, esos jubilados seguirán haciendo lo mismo de siempre, como una forma de recordar que alguna vez hicieron algo, casi como suelen contar sus historias: la misma historia sin recordar que es más de lo mismo, recordando su vida como grandes hazañas para no sentirse muertos, cosa que carece de análisis, porque sí hacemos un profundo análisis podremos ver que no tiene ningún fruto, porque se convirtieron en árboles estériles, en ídolos venerados por nada, cosa que me causa preocupación y pena, porque es una mayoría intelectual fracasada, egoísta, sobreviviente, pero tan soberbia como para reconocerse conformista como la idiosincrasia ucayalina, y por eso es que seguimos teniendo tanto estiércol que nos gobierna a lo largo de tantos años, desde los gober-adrones hasta los alcaldes que terminan pasando por las arcas del pueblo para vaciarlas en sus bolsillos; y ni qué decir de tantos esclavos bajo el poder de la formación educativa y cultural de la población, esos que obedecen a sus amos del poder y todo para que sigan formando en ese conformismo de mediocridad y corrupción, dándonos como resultado ese indiscutible penúltimo lugar en comprensión lectora y último en matemáticas, así como una sarta de profesionales y educadores más mediocres que uno que no tiene título universitario, o sea yo y otros tantos que he conocido con más honor que un titulado, por ende, pienso que es indispensable que se levanten las nuevas generaciones y que den de baja a los que han intentado hacer muchas cosas sin lograr nada, ya tuvieron su oportunidad pero deben jubilarse, porque es tiempo de lograr cosas reales y no sueños ni fracasos, esos que solos los mediocres no son capaces de decir tal cual es: “he fracasado”, y que se refugian en un “al menos hemos hecho algo”, sin importar que sea un fracaso, cosa que me parece repugnante, porque siempre me puse a pensar en esa frase que dice: “de buenas intenciones está lleno el infierno”, claro, porque son esas mismas buenas intenciones que se escuchan en los discursos políticos en tiempos de postulación y que nos tienen en tan miserable realidad nacional, y por eso digo que necesitamos urgentemente crear una movida cultural, una verdadera movida cultural, una que siembre y dé buenos frutos, porque es tiempo de salir de este círculo vicioso que nos tiene tan sumidos en la mediocridad y corrupción; por ende, es tiempo de exigir a los profesores y directores que dejen de hacer leer obras solo porque se ganan su coimisión o porque son obras que no necesitan leer, porque alguna vez ya lo leyeron, o porque consideran que un libro de autoayuda o extranjero les puede ayudar más que uno que pueda crearles identidad o –como a mí- que les haga decir que hay buenas ideas todavía en obras mediocres y por ende todavía tenemos que seguir exigiendo cosas mejores, para tener mejores intelectuales, así que por eso también es tiempo que los profesores dejen de andar generando desesperación y pérdida de dinero innecesario en los padres, a quienes mandan a buscar de un lugar a otro obras que están fuera del mercado, obras que hace años no se publican, obras que solo se pueden encontrar en piratería, incentivando así la delincuencia, introduciendo la corrupción, la deformación humana en el subconsciente de los estudiantes, cosa que me parece preocupante y me hace decir dejémonos de prácticas mediocres y aterricemos más en nuestra realidad para analizarla, cuestionarla, mejorarla, tengamos más conciencia de la realidad, porque necesitamos leer, pensar, analizar y debatir más para cambiar ese conformismo intelectual en el que nos encontramos sumergidos, y para ello también es indispensable exigir a la Dirección Regional de Educación de Ucayali (DREU) que se deje de hipocresía, fanfarronería y esclavitud, así como de espectáculos baratos o mediocres para decir que hacen algo a favor de la educación ucayalina, porque el principal problema de la educación es su anemia mental y no la anemia física de los estudiantes, por ende, necesitamos que los estudiantes dejen de perder clases por cosas estúpidas, por pan y circo, por cosas superficiales que no les beneficia en nada su intelecto, está bien que el ministerio de educación tengan anemia intelectual, porque no puede hacer nada trascendental para la educación, pero no sigan derramando ese fruto en las escuelas, son tiempos donde se pueden cambiar las cosas sí tenemos voluntad, pero no, eso jamás va a pasar, jamás vamos a poder decir “Ucayali Lee” con orgullo, porque son esclavos de la autoridad de turno y deben obedecer a sus amos y por ende cumplir con esas órdenes que suma a más mediocridad y corrupción, pero bueno, no espero que ustedes cambien, pero sí los estudiantes, para que sean ellos los que hagan la lucha que ustedes no pueden, por ende, seguiré apuntando cada día a esa movida cultural, porque esta es una guerra contra la anemia intelectual, contra la mediocridad, y sí, yo dije que me jubilaba, pero hoy decido hacer de mi jubilación algo productivo para las siguientes generaciones intelectuales, y por tal razón convoco a todos aquellos estudiantes que llaman “Mal Educados” a unirse a este proyecto que busca desde las escuelas hacer críticas, denuncias, comentarios, exposiciones y más de las cosas buenas y malas de sus instituciones educativas de forma anónima para que otros sepan que ustedes podrán no tener una buena educación, pero los pocos que resaltan intelectualmente tienen voz, saben protestar, saben querer algo mejor, porque saben despreciar la mediocridad instauradas en sus escuelas, así que les invito a este proyecto cultural que se llamará: “Mal Educados”, y pronto daremos noticias; así que autoridades educativas creo que ya es tiempo que se dejen de andar refugiarse bajo las faldas de los padres irresponsables que no aportan a la formación de su hijo y de que los estudiantes no leen, así como de andar diciendo que está prohibido obligar a los estudiantes a comprar libros porque los padres les pueden denunciar, cuando existen instituciones educativas donde profesores que han publicado libros realizan esta práctica sin ningún problema (así que les invito a visitar el blog de Los Mal Educados que pronto saldrá); y nadie les dice nada, nadie les sanciona, de lo contrario, muestren al público en general esas sanciones, porque claro, la coimisión silencia tanto como el yo no te jodo ni tú me jodes, prácticas que se han instaurado en las instituciones educativas como normas de buena conducta, así que es tiempo que depuren estas prácticas y se dejen de hipocresías; y por esto también creo fehacientemente que también es tiempo de exigir al ministerio de educación que se deje de tanta hipocresía y descaro con la lectura de obligatoria de Arguedas en las escuelas, ya son 17 años de plan lector y es infructífera ese amarre con el tema de Arguedas, como sí no existieran otros intelectuales más, cuando hay tantos otros que nos pueden ayudar a ampliar el panorama intelectual y sobre todo que nos invitarán a dejarnos de nutrirnos del odio y resentimiento que genera una constante lectura de Arguedas y peor aún con profesores mediocres que no entiende el sentido de su existencia ni profesión, porque nos muestran una miseria que sigue constante en la sociedad, una miseria que nos produce asco, rabia, cólera, odio, así como también nos conduce a un suicidio colectivo, donde o bien terminas como dicho autor: suicidándote, escapando de la vida, o bien terminas olvidándote de lo social para sobrevivir ante tan deprimente realidad: como termina la mayoría de dizque intelectuales hoy en día, para poder sobrevivir al hambre y la sed de la aceptación y el dinero, cosa que no va a cambiar hasta que nos dejemos todos los intelectuales de ser como la imagen de la justicia: ciega, recordándonos a esa asquerosa gente de pensamiento político de centro, la que debería ser la ideal, porque debería equilibrar ambos pensamientos que no son malos en sí mismos, sino en su mediocridad que las gobierna, pero no, eso no pasa y, por contrario, es la que se acomoda al poder tal cual suelen acomodar la balanza y la espada en la estatua de la justicia: donde la balanza, donde se mide la riqueza, va en favor de la derecha y la espada en favor de la izquierda, o sea, a uno se le entrega riqueza mientras que a los otros se los apuñala o mata de hambre y sed, con pobreza, o viceversa, sí el gobierno es de izquierda, siendo la estatua un mensaje subliminal de la política y por ende de la justicia política que se imparte en un país, por ende, es indispensable que dejemos de hacernos los ciegos para juzgar realmente con objetividad, para dejar de andar con los brazos cruzados ante esta lamentable realidad que tenemos, porque hay que mirar el delito para castigarlo, para sancionarlo, para desaparecer las malas costumbres sociales mirándola de frente, tal cual se enfrenta al enemigo de la lamentable realidad que tenemos, y por eso hoy quiero hacer extensa mi invitación a toda persona que está harta de tanta mediocridad y miseria nacional para que sigamos juntos y separados en este objetivo, porque es tiempo de comenzar una revolución intelectual para cambiar esta penosa realidad, y por eso debemos empezar a formarnos con conciencia, a protestar y denunciar toda la mediocridad y corrupción que no nos permite crecer ni desarrollarnos como persona y menos como sociedad, por eso es tiempo de dejar las viejas prácticas para hacer cosas nuevas, cosas que den frutos, que nos ayuden a mejorar como sociedad y no a vivir esclavos, esclavos como lo está el ministerio de educación por una cúpula de personas de familias aristocráticas que son los que eligen la malla curricular de los estudiantes para seguir creando máquinas y herramientas de trabajo, inutilizando a los buenos maestros, porque su fin es tener mano obrera barata, profesionales borregos, intelectuales putas, esos que finalmente terminan siendo esclavos de los Robiernos de turno, hasta terminar siendo ciegos o cómplices de todos los actos de corrupción que sus amos, sus jefes políticos, les ordenan, simplemente porque no tienen el valor de la dignidad humana, porque el miedo nos gana cuando tenemos mucho que perder, cuando nos sentimos solos en una lucha que no da ningún fruto, porque la revolución no es de una persona, sino de un pueblo, por ende, no podemos permitir que la corrupción y la mediocridad local y nacional se siga expandiendo interminablemente, a tal punto que será necesario la muerte para darnos cuenta que hemos vivido como animales de costumbres, como animales domésticos, como animales salvajes, antes que como personas, porque finalmente solo intentamos sobrevivir a los tiempos duros de la vida, puesto que jamás hicimos nada para cambiarlo, cosa que yo no quiero para mi vida y mi existencia, y por esa razón hoy decido resucitar para juntarme a todas aquellas personas que quieren luchar desde el día a día, desde las cosas sencillas contra toda esa movida cultural de la mediocridad que me hace decir que es tiempo de mandar a la tumba a la viejas prácticas, para hacer nuevas cosas a favor de la dignidad humana, porque mientras todos no hagamos nada, ese quietismo nos continúa asechando como un delincuente lo hace ahora en las calles y en los poderes del estado, esperando nuestro descuido para asesinar nuestros sueños y esperanzas, para matar nuestra razón y conciencia, para acabar con nuestra vida en vida, para dejarnos minusválidos, incapaces de pensar, razonar y protestar, incapaces de decir “los viejos a la tumba y los jóvenes al poder”.

NOTA: Quiero recordar que aquí hago mención a la masa de estas nefastas prácticas mediocres cuando critico a los maestros, autoridades e instituciones del estado competentes, y a los intelectuales, así que espero que nadie me escriba con resentimiento ni rabia ni tome a pecho las cosas, porque aquí hablo de forma general de esos seres que son el problema de la sociedad, de los mediocres, de los corruptos, de los ladrones, de los delincuentes, de los descerebrados que tenemos en las instituciones del estado y que debemos depurar, criticar, denunciar, porque solo así podremos mejorar nuestra sociedad a una más digna, así que quien se sienta aludido por esos calificativos no es problema mío, sino de su consciencia y no de mis palabras, porque no estoy sindicando a nadie específicamente, así que, en vez de tu resentimiento, espero tu acción para cambiar esta lamentable realidad cultural que tenemos, antes que una reacción absurda, porque de lo contrario ya sabrás hacia dónde apunta tu pensamiento y por ende tu acción. Así que gracias por leer hasta aquí, y como dijeron algunos poetas que admiro: “¡Qué viva la revolución!”

Compartido con SURCOS por el autor.

Perú: escenario sociopolítico desde mis ojos

Macv Chávez

Esta mañana, luego de tres horas de sueño, recibo una dulce nota de voz que me dice: “Macv, ¿cómo ves el escenario político?” Y empiezo a responder a modo sonámbulo una serie de cosas que pienso, entre ellos que me gustaría ser un Hitler que no persigue judíos sino políticos, pues no tengo ni la más mínima esperanza política en los que ahora andan en el poder, y no sólo del estado sino también de los grupos de “poder”, de opinión y de las alcantarillas políticas, mal llamados partidos políticos, aunque a estas alturas de la vida las ratas son más útiles que la plaga política que tenemos en el país. Es evidente que esta plaga se debe a algo fundamental en la política: la ideología, algo que no inicia con un pajazo mental sino con una profunda reflexión filosófica que busca dar o proponer una solución al sistema de vida social de un pueblo o la humanidad, así es cómo han surgido diversas corrientes de pensamiento y también partidos políticos que han logrado importantes cambios sociales a lo largo de la historia. Pero, como en la actualidad carecemos de ideología política, puesto que la ideología es una práctica filosófica, sufrimos de esa incapacidad mental en los partidos políticos que traduce la ideología en una idetología, o sea, una gran idea de saqueo para idiotas, y por esa razón solo tenemos a máquinas del poder dispuestas de devorarse al pueblo desapareciendo hasta el último centavo de las arcas, directa o indirectamente, sin ningún aporte a la dignidad humana; o sea, siendo delincuentes o vagos del estado, porque penosamente los partidos políticos en el Perú no cuentan con filosofía política, y por esa razón operan bajo el mismo modus operandi todos los partidos políticos en la actualidad; y por ello “si están en el poder saquean las arcas todo lo que puedan malgastando el dinero del pueblo a diestra y siniestra sin productividad política y si no hacen un show de protestas sociales para sacar alguna tajada de la torta y luego dejar tirado y en la misma situación de siempre al tan utilizado e inutilizable pueblo, un pueblo que todavía es lo bastante mediocre como para salir a marchar destruyendo al país sin lograr ningún cambio social real, solo ficticio o de momento, para después volver a votar por la misma calamidad política una y otra vez, hasta elegir a uno peor que el anterior”. Quizás por ahí más de uno dirá que mi voto es responsable o que yo tengo una vida digna que con sacrificio y esfuerzo se pueden lograr cosas en esta vida… y bla, bla, bla.

Si uno tiene dos dedos de frente y es honesto consigo mismo y con la vida, debería preguntarse: “¿Cuántos actos de corrupción vemos a diario y lo permitimos?” Esa pregunta podrá servir como un test de mediocridad, porque ¿cómo es posible que con tantos años de evolución humana el hombre siga siendo carroñero y caballo de carrera al mismo tiempo?

¿Y qué quiero decir con caroñero? Pues que simplemente está en modo sobreviviente y no le importa comer a costa del o los muertos. ¿Y caballo de carrera? Que solo está concentrado en sus dizques objetivos de vida, y digo dizque porque ¿qué persona podría ser indiferente con la realidad y solo centrarse en su propia vida y hacerse el ciego ante las injusticias sociales y la corrupción de un pueblo cuando tiene conciencia de sí mismo, por ende, de la sociedad, sabiendo que todos somos seres sociales por naturaleza? Solo pienso que esto solo lo pueden hacer los Eichmann de la actualidad, porque sujetos cómo estos anulan la conciencia, se consideran personas normales y no sienten el más mínimo remordimiento por haber matado a más de ocho millones de judíos en los campos de concentración, simplemente porque carecen de conciencia, y todo porque han renunciado a ser persona para vivir cómo animales domésticos, salvajes o de costumbres. Y es por eso que en el peruano observamos una gran indiferencia de la gente hacia el pueblo, ese pueblo que muchas veces ha servido de carne de cañón en las protestas sociales, las que últimamente se usan cómo una forma de hacer show político y no de revolución, cómo lo intentan llamar muchos de sus marchantes o revolucionarios hormonales.

Jamás podría ser una revolución semejante daño al pueblo, porque sucede que siempre es el pueblo el perjudicado y no la clase opresora, simplemente porque no hay una ideología a seguir, y por ende no hay una revolución que hacer, salvo la hormonal que ha incentivado prácticamente a canonizar a dos sujetos en una marcha dizque contra una dictadura de ni un minuto de gobierno, donde solo fueron movidos por patrones cómo borregos que son conducidos al matadero, cosa que llegó con el auspicio de la prensa, otro de los grandes culpables de la miseria humana en los últimos tiempos.

Considero indispensable saber identificar a las personas que más daño han hecho al país en estos últimos 36 años de mi vida. Evidentemente el dramaturgo político más representativo de la historia peruana se lleva el primer lugar, seguido por su hija Keiko Sofía Fujimori, la mujer que más daño ha hecho al país y que sigue haciendo daño gracias al auspicios de un pueblo paupérrimo mental que sigue votando estúpidamente por la ola fujimorista, como idiotas o descerebrados, es decir, como un incapacitado para pensar o razonar, y sí, la respuesta es clara: pura mediocridad nacional es el voto al fujimorismo, porque el ignorante es más digno que el mediocre, y si no, habría que preguntarse: ¿Quién en su sano juicio podría votar por un partido que tiene una obsesión con el poder, un partido que en más de 20 años ha tenido el poder sin estar en el poder y no ha hecho nada en favor del pueblo? Definitivamente hay que estar demente o incapacitado para pensar para emitir un voto a favor del fujimorismo, a estas alturas de la vida. Otra de las personas que más daño ha hecho al país es Mario Vargas Llosa, una vergüenza de intelectual, porque para mí es inconcebible que un intelectual de su talla haya podido apoyar a algún partido político nefasto, es inconcebible tan paupérrima conformidad y tan pésimo actuar, cosa que me inspira a seguir más inmerso en mi pobreza lectora, porque me da profundo asco leer o conocer tanto sobre muchas cosas y la humanidad para terminar invitando al pueblo a votar por impresentables políticos, tan impresentables como los que han gobernado durante toda mi vida. Otra persona de los que más daño ha hecho al país viene en grupo, en masa: “los intelectuales”, sobre todo de los que se han convertido en una especie de meretrices de la política, pero también está la gran masa intelectual que solo vive como cualquier animal en estado de supervivencia o sobrevivencia, porque en este mundo intelectual también hay los opresores y los oprimidos, y casi nulos intelectuales de verdad; porque ser intelectual es crear, destruir, construir, reconstruir, razonar, pensar, analizar, tener conciencia y no solo tener o almacenar mucha información para tirarse algunas pajas mentales con ella de vez en cuando, solo para que digan que son intelectuales, cuando en realidad no son más que seres inteligentes, casi como los teléfonos móviles actuales, que no sirven más allá de la función programada, es decir, más que para ser y hacer borregos del sistema; y por esa razón hasta la fecha no ha existido una revolución intelectual hasta la fecha.

Por otro lado, tenemos a los grupos de poder o dizque ricos, aunque yo me atrevería a llamarlos acumuladores de dinero más que ricos, porque para mí la riqueza está ligado a la vida y la naturaleza; porque estos personajes son seres carentes de vida propia, de amor propio, tanto que son incapaces de razonar como lo es un pueblo mediocre, porque también tiene la misma mediocridad que un pueblo pobre e ignorante de conocimiento, simplemente porque desde su estatus de poder económico ha renunciado también a ser persona y por eso es capaz de oprimir al pueblo o masa sin ningún tipo de remordimiento, sin luchar por la dignidad de todos, porque vivir y amarse implica tener conciencia del otro como de uno y de uno como del otro. Y así, finalmente tenemos al máximo dañador del pueblo y es… el mismo pueblo, ese que penosamente ha sido formada por una educación o formación educativa de adiestramiento, de animal doméstico, de borreguismo, donde el estudiante aprender a ser máquina o herramienta de trabajo y no persona, por ende, contemplamos tanta pauperrimidad en este pueblo que se destruye a sí mismo constantemente, y aquí entran tanto los profesionales, artistas y los no profesionales, los que de una u otra forma han aprendido a cumplir una misma función de pueblo, aunque en sí está mal usada la palabra pueblo en los últimos tiempos, en sí, en todos los tiempos, porque significa la agrupación de un determinado grupo de persona, por ende, usar pueblo hablando del Perú es hablar del pueblo peruano, es decir, de todos los que viven o nacieron en el Perú, ricos y pobres, cosa que no pasa en el uso de la palabra pueblo, puesto que en la realidad se usa la palabra pueblo para hablar de la masa, de la multitud, de la mayoría, o sea de la clase oprimida, por ende, en su uso esta palabra es casi racista o clasista, por su mal uso. En fin, volviendo al tema de pueblo, no podemos echar la culpa al sistema educativo de su propia incapacidad de pensar o razonar, es evidente que las escuelas te van moldando a un determinado comportamiento social, sí, al punto de que normalizas la esclavitud o el modelo: opresor-oprimido, por ende, si tienes mayor capacidad o talento para el desarrollo personal terminas siendo un opresor o cómplice del opresor si no eres un simple oprimido, porque no puedes destacar en tu labor o acción.

Entonces, teniendo esta casi apocalíptica realidad nacional, ¿qué debemos hacer para intentar mejorar o cambiar tan lamente realidad?

Pienso que ahora es indispensable que aprendamos a tener conciencia, y para ello necesitamos que los intelectuales se pongan una mano al pecho y aprendan a vivir con dignidad, a dejar de ser meretrices del gobierno, de los partidos políticos, a manifestarse a la talla de sus neuronas contra las injusticias sociales, contra la demanda de necesidades para una vida digna de los pueblos, y para eso deben unirse todos para que juntos puedan combatir la anemia mental en la que nos encontramos cómo país, porque ya debemos dejar de andar siguiendo modelos sociales fracasados, para empezar a crear nuestro propio modelo de desarrollo socioeconómico y sociopolítico, siguiendo o imitando lo mejor que nos ofrece este mundo interconectado o globalizado. Y el primer paso para lograr eso es tener la firme convicción de que en las próximas elecciones no se debe vota por nadie, aunque lo mejor es que todos como pueblo no vayamos a las urnas para nada, declararse en rebeldía política, pero para eso necesitamos mínimamente superar el 60% diciendo: “No quiero más lacra política en el poder”, porque si seguimos yendo a votar en mayoría seguiremos malgastando miles de millones en políticos que deberían ser visto como la lepra en tiempos donde no existe cura, o sea, que debemos apartarlos de todos, por ende, la mejor forma de hacer ello no es salir a las calles a protestar y destruir el país, volviendo más pobre al pobre, porque eso ya es un ejemplo repetido y constantemente fracasado, que no sirve para nada, porque lo que ahora se necesita urgente es vencer en las urnas a los saqueadores del país, y para eso debemos no ir a las próximas elecciones, esa es una forma bastante útil y difícil de sabotear, además de que es la muestra más fiel de demostrar que somos conscientes de la realidad sociopolítica en el que vivimos, porque ir a votar no sirve de nada, porque ir a votar no es hacer patria, no es tener amor al país, sino es ser borrego, masa, animal doméstico, animal de costumbre, animal que da la facilidad al amo para seguir explotándolo, sino miren estos 36 años últimos ¿cómo han sido los gobiernos yendo a las urnas como dizque patriotas?

Pucallpa, 21 de julio de 2023 a las 08:50 horas

 

Compartido con SURCOS por el autor.

Perú: no más sangre e irracionalidades

Macv Chávez

El último y primer mes del 2022 y 2023 hemos visto y observado una serie de manifestaciones contra la “dictadura”, “corrupción”, “marginación o discriminación del pueblo”, “desigualdad social”, entre otras cosas que merecen su indignación y que deben ser depurados de nuestro sistema de vida y también de nuestra sociedad, pero pienso que nuestra manifestación de indignados no debe ser violenta, sino inteligente, puesto que la violencia finalmente no nos conduce a cambios reales, sino solo a estados momentáneos de aparentes cambios y de supuestas victorias, porque finalmente la historia nos demuestra que gracias a nuestras revoluciones hormonales hemos llegado a más injusticias sociales, como la que ahora hemos podido observar con mayor claridad durante estos meses de protestas en el Perú, gracias a las nuevas tecnologías que nos permiten ver más de cerca estos sucesos, aunque jamás nos permiten ver el panorama completo, ya que siempre terminamos con las versiones alteradas o convenientes, acordes al grupo de poder o acordes a las intenciones de los amos que dirigen al pueblo esclavo, puesto que todavía el Perú sufre de esclavitud, gracias a esa sería incapacidad de razonar que tiene el peruano en mayoría, y todo porque seguimos creyendo que el problema del país es un problema político, cuando es más que evidente que el principal problema que enfrenta el país es un problema pedagógico, puesto que solo un pueblo culto puede cambiar su historia para bien de su sociedad; y cuando digo culto no me refiero a que tengan que ser como Mario Vargas Llosa, Dios nos libre de tener más sujetos así, con él nos basta y sobra, porque aquí me refiero a personas capaces de elegir entre el bien y lo mejor sin perder la conciencia ni caer en la esclavitud, es decir, sin perder el honor, buscando siempre hacer las cosas en favor de la vida y la dignidad, por ende no necesitamos un título para ser cultos, ya que la historia nos ha demostrado que hay grandes tiranos que cuentan con muchos títulos y son bien leídos; y por eso digo que todo lo que necesitamos para ser cultos es contar con la capacidad de razonar para saber elegir entre el bien y lo mejor, asumiendo nuestras responsabilidad y errores personales y sociales; porque creo que es así cómo debemos analizar la situación que pasa en el país para poder mirar más allá del histórico vicio social que tenemos, para que no sigan habiendo más muertes por lo que es digno.

Es evidente que ninguna persona en su sano juicio puede justificar los hechos ocurridos a lo largo de estos meses, hacerlo es una falta a la verdad y a la dignidad, porque no es digno ver cómo una tanda de protestantes arremeten contra la dignidad de otros por culpa de su comprensible indignación, dejando varados y bloqueados a otros para hacer sentir su rabia, ira e impotencia ante el olvido de las autoridades nacionales (dizque presidentes y congresistas, olvidándose de los gobernadores y alcaldes, los que creo que finalmente han hecho más daño que los primeros), a los que me atrevo a llamar dizque porque no representan a nadie, bueno, tampoco a nadie, es indiscutible que sí representan a los que con ellos sangran al país, puesto que tanto el político como muchos profesionales han perdido el sentido de su existencia, aunque es más probable que jamás lo hayan tenido y por eso viven actuando como seres que buscan sobrevivir a cualquier costo, sin siquiera detenerse a pensar o reflexionar sobre lo que están haciendo, es decir, si están siendo simples animales domésticos o animales racionales que no razonan, porque penosamente así nos lo exige el sistema de vida que lleva la humanidad en los miles de años de existencia, puesto que la humanidad todavía sigue en pañales, pues todavía no aprende a ser persona, todavía no evoluciona; y por eso vemos que muchos dizque profesionales, o sea, seres dizque capaces e inteligentes, viven con una mente tan Pedro Castillo o tan Mario Vargas Llosa, ambos incapacitados para razonar y arrastrados por el odio hacia un nivel de vida que les da vergüenza tener –en uno- y ver –en el otro-, demostrando con sus acciones que finalmente el país en el fondo les importa un bledo, puesto que solo quieren aprovechar la oportunidad para figurar y creerse “el salvador”, aunque desde perspectivas distintas; y por eso digo que ambos han sufrido del mismo síndrome, el síndrome de “el salvador”, de esos que sufren solo los que son incapaces de salvar su propia existencia; y por esa razón son incapaces de ver el daño que hacen al país con sus obsesiones u odios, al punto de que hacen primar sus ideas u obsesiones sin sentir el más mínimo remordimiento por las inútiles muertes que causan buscando una revolución, por un lado, y persiguiendo la conservación de la clase social, por otro; puesto que finalmente ambos están sometidos a una ideotología que los ciega y convierte en incapaces de ver más allá de sus absurdas ideas, y por esa razón no pueden pensar en maneras trascendentales de lograr cambios en bien de la dignidad.

Es lamentable ver cómo la gente del pueblo se enfrenta contra el mismo pueblo o cómo el mismo pueblo se enfrenta con la gente del pueblo, acto que para mí representa la más clara muestra de irracionalidad, puesto que por un lado tenemos a la gente del pueblo, la que vive en el campo, y por otro lado al pueblo que vive en la ciudad, conformada por la policía y demás profesionales, atacándose constantemente hasta mutuamente destruirse sin llegar tocar a los verdaderos culpables de tanta desigualdad social, esos que principalmente están conformado por las autoridades dizque gubernamentales, esos a los que en más de una ocasión elegimos para que sigan desbaratando las arcas del pueblo, desde alcaldes hasta presidentes, simplemente por no tener conciencia ni memoria histórica, porque si tuviéramos ambas cosas nos dejaríamos de andar cayendo en las mismas órdenes del amo, de ese amo que intenta gobernarnos bajo la ilusión de que nos desarrollaremos bajo su mando, a pesar de estar viendo que no es así en más de una ocasión, ni lo será jamás, porque sus obras dicen todo lo contrario, hecho que no podemos ver por nuestra latente incapacidad de razonar, la que muchas veces nace porque se deposita ciegamente la fe en una ideotología que nos da la esperanza de ser salvados, sin comprender que los únicos que nos salvarán son nosotros mismos como pueblo, si es que dejamos de pelear el uno contra el otro para ponemos a trabajar en conjunto con la intención de cambiar la historia del país, para convertirnos en un pueblo digno de estas tierras, a la altura de la maravillosa y extraordinaria riqueza que posee este país; y por eso considero que no podemos aplaudir ningún acto violento, ni del dizque pueblo ni de los dizque protectores de la seguridad nacional, porque si queremos mejorar como sociedad no podemos seguir apoyando actos fracasados como suelen ser las protestas, puesto que la historia siempre nos demuestra que al seguir en el mismo sistema de elecciones de nuestros políticos caemos en los mismos tropiezos de la vida sistemática del Perú: se levantan protestas, aparecen muertos que son considerados mártires, les conceden el capricho hormonal o se cansan, luego resulta ser todo un engaño porque más adelante se aprueba la misma ley con otras tonalidades para que el pueblo no se dé cuenta, sacan cortinas de humo para tapar el escándalo, sobresalen algunos personas que luego alcanzan un curul para seguir en la misma cadena y se olvidan de andar de capataces o amos de las protestas porque alcanzaron su objetivo; y finalmente todo pasa a la historia del olvido, mientras que los muertos se convierten en tontos útiles, porque pasada la revolución hormonal nadie más allá de sus amigos y familiares los recuerda; y por esa razón considero indispensable detenernos reflexionar sobre ¿qué nos está pasando como pueblo?

Durante las violentas protestas de diciembre y enero hemos podido observar que por un lado el pueblo causó destrozos en algunas instituciones o instalaciones del Estado, como pistas, aeropuertos, entre otros centros, los que fueron construido o arrendados con dinero del pueblo –y que de alguna manera, no de forma ideal, beneficia al pueblo, – y lo hicieron sin el menor remordimiento, con absoluta inconciencia, porque finalmente una vez más continuamos con el vicio de malgastar el dinero en cosas innecesarias, siguiendo el ejemplo de las dizque autoridades, puesto que al destrozar estos espacios del Estado es evidente que es el mismo Estado el que tendrá que arreglarlos y por lo tanto antes de avanzar retrocedemos, cosa que me parece lo más irracional de un actuar revolucionario, ya que el país tiene demasiadas carencias, tantas que no podemos darnos el lujo de destruir espacios públicos, por contrario, necesitamos dejar de destrozar y saquear al país para crecer, y para eso es vital e indispensable que el peruano deje de destrozar espacios públicos, así como también el gobierno debe dejarse de andar arrendando grandes locales por largos años, pudiendo adquirir la propiedad a un precio menor de lo que arrienda por decena de años, cosa que es desleal para la nación y beneficio para unos cuantos mantenidos de la nación. Y viendo esto me pregunto: ¿Cuántas personas se han puesto a analizar o ver cuánto dinero derrocha el Estado Peruano en alquileres de edificios y espacios a terceros durante años de años?

¿Será que algún día este pueblo dizque revolucionario se indigne por estas inútiles formas de malgastar el dinero de los peruanos?

En fin, este grado de irracionalidad me lleva a comparar a ese pueblo “indignado” agresor con los otros agresores de la patria: los políticos y los ricos del país y el extranjero que se siguen enriqueciendo sin dejar de explotar al pueblo para seguir teniendo sus dizque privilegios de vida, a pesar de ser un pueblo opresor minúsculo, porque es minoría popular, pero claro, ellos se consideran de otro nivel y no pueblo, cuando al final son lo mismo que el pueblo oprimido: unos incapacitados para pensar o razonar, puesto que ambos han renunciado a ser persona desde hace mucho tiempo, desde que renunciaron a tener conciencia de la vida, de su ser y de la sociedad, con la intención de no sentir el más mínimo remordimiento por sus irracionales actos, porque es aquí donde se contempla a ese animal doméstico que son, puesto que solo un animal podría olvidarse de su naturaleza y vivir netamente del instinto, solo porque su naturaleza le impide tener conciencia, ya que se supone que el ser humano es el único animal racional, aunque cada día voy pensando todo lo contrario, porque causan destrozos para oprimir al otro con tal de conservar la vida o su nivel de vida bajo cualquier circunstancia, puesto que están incapacitados para distinguir entre el bien y el mal, incapacitados para aceptar los errores y fracasos de la vida diaria, o sea, incapacitados para trascender, para ir más allá de sí mismos, puesto que están domesticados para vivir en la ley de la selva, con distintas posturas de vida y política, pero finalmente adiestrados para vivir en la ley de la selva: donde el débil se somete al poder del tirano; y por eso vivimos en esta constante lucha entre pobres y ricos a lo largo de historia, simplemente porque el ser humano no ha dejado de ser un animal doméstico, y todo porque no ha aprendido a ser persona, y por ende a tener y vivir desde la conciencia. Porque ¿quién en su sano juicio malgastaría millones de millones cuando hay gente que se muere de hambre, cuando hay gente que carece de necesidades básicas, cuando hay gente que carece de atención médica, cuando hay gente que deja de tener vida propia para laborar hasta más no poder, cuándo hay ancianos y niños abandonados, cuando hay mujeres y varones violentados por la malformación humana? Entre tantas cosas en las que se podría invertir el dinero malgastado en la vida diaria de los dizque ricos, así como en las protestas y destrozos del país por parte de los grupos de poder y del pueblo, bandos con supuesta razón para sus demandas y posturas personales, aunque ninguna es realmente personal, puesto que si hablamos desde lo personal habría que hacer un análisis de conciencia y preguntarse: ¿Acaso comprenden que todo ser proviene de una sociedad y por ende el hombre es un ser social por naturaleza, así como también por naturaleza ambos bandos tienen la misma oportunidad ante la vida y la muerte, de la que no te libras ni con dinero? Aunque claro, es evidente que con dinero el sufrimiento psicológico de la enfermedad es menor, puesto que carecer de dinero para una atención digna te consume la existencia atrozmente, te brinda mayores preocupaciones que el yo adinerado, por eso si algún día me enfermo de gravedad, disfrutaré de mi sufrimiento hasta más no poder, puesto que no creo en el suicidio como un acto racional, ya que lo considero un acto intrascendental, ya que lo veo como lo más paupérrimo del ser y hacer, antes prefiero el martirio de la vida diaria o morir a lo Sócrates, eso sí me parece maravilloso y admirable, por lo trascendental que representa su muerte; así que si algún día aparezco muerto por suicidio, es evidente que fui asesinado.

Por eso, pienso que es imperdonable e injustificable las dos acciones realizadas por los protestantes y las fuerzas del orden, aunque sé que ambos son títeres de los bandos sanguinarios de las ideotologías de derecha e izquierda, a las que a partir de ahora me atreveré a llamar libremente las ideologías, aunque creo que también podemos considerar a los paupérrimos de centro, que en el país son lacras porque andan de comodines y no de ideólogos, por razones que se resumen a su silencio en tiempos difíciles, pero bueno, por ahora quiero decir que ambas ideotologías son sangradoras de la patria, delincuentes de las arcas y con un nulo interés por la dignidad de las personas, y por eso ambos son modelos fracasados para la democracia real, porque ambos son extremos de la miseria, miseria con diferentes matices, aunque con la misma acción de gobierno, porque en uno la dictadura se da de manera descarada, porque así es la izquierda socialista de los ejemplos que siguen los dizque pensadores peruanos, puesto que siempre terminan mencionando a Cuba y Venezuela como ejemplos de grandes gobiernos de izquierda, cuando en realidad son ejemplos de la más grande miseria humana, a esa que podríamos llamar el gobierno de la desenfrenada opresión saqueadora del pueblo y no de izquierda, porque si hablamos ideológicamente de la izquierda ahí tenemos a Finlandia, Alemania, entre otros, pero no, estos ideotologizados citan a estos países de izquierda fracasada, gracias a que son incapaces de darse cuenta que sus países ejemplos representan a la miseria, cosa que se comprende por esa incapacidad de pensar más allá del adiestramiento de ideotología política que profesan o a la que se adhieren para protestar.

Por otro lado, tenemos la otra cara de la moneda, la derecha capitalista que se disfraza de democracia, cuando no es más que la misma miseria que la izquierda radical solo que sin ser tan descarada y opresora como esa izquierda, sino más bien como las grandes mafias del mundo, puesto que todo se hace disimuladamente, sino miremos al más atroz ejemplo de esta ideotología política de derecha: EEUU, el país más irracional del mundo, donde se cometen dentro y fuera de su patria las más grandes atrocidades del mundo, siempre buscando una razón para justificar sus barbaridades humanas, cosa que también me parece despreciable, aunque este tipo de ideotología nos hace soñar con la posibilidad de alcanzar una vida digna a través del alcance de un nivel clase media, y por eso se vive soñando con una vida digna siempre de la mano del dios dinero y del poder, sin darnos cuenta que el poder no está en los bolsillos sino en nuestras mentes y acciones que pueden cambiarlo todo si caminamos juntos hacia un objetivo firme y claro, a pesar de las tormentas que significa acabar con las mafias, y para eso es necesario e indispensable que nos dejemos de vicios sociales que nos nublan el pensamiento y nos impiden trascender, es decir, el pueblo debe salir de malgastar el dinero en el alcohol y la ignorancia, esa que hoy en día se puede llamar mediocridad, porque en estos tiempos existen medios para acceder a la información y al conocimiento por voluntad propia; y así también los ricos deben alejarse de la opresión al pueblo, porque no tiene nada de digno humillar a otros para sentirse mejor o – como ellos llaman- superior.

Es evidente que estos dos sistemas provienen de la ambición del hombre, aunque siempre de una minoría de incapacitados para razonar, porque solo los incapacitados para pensar van a querer oprimir al otro, a través del saqueo y de una serie de argucias que “el poder” les permite, puesto que todavía se vive en un sistema de emperadores, reyes, burgueses, ricos, políticos y plebe, pueblo, esclavos, clase obrera, cosa que es lo más descorazonado que puede consentir la descorazonada humanidad dizque racional, porque si estos tuvieran un mínimo de razón o de sentir humano el mundo sería otra cosa, pero lastimosamente no lo tienen, por ende, vemos toda la miseria de su vacío existencial reflejado en la opresión de los más débiles; y por ende es gente que solo busca llenar el hambre de poder que no pueden saciar porque su vacío es existencial es demasiado grande y hambriento, cosa que sucede también gracias a un pueblo que se deja someter ante los amos, ya sea por costumbre o resignación, puesto que no se analiza ni se cuestiona nada, puesto que seguimos siendo esclavos de nuestra propia incapacidad de ser, y por ende vivimos esperando que venga un dizque “salvador” que quiera darse de revolucionario e intente convencernos de levantarnos en martirio para que ellos puedan conseguir sus objetivos sin que nosotros nos demos cuenta jamás, porque conocen bien nuestra incapacidad de pensar, razón por la cual a lo largo de la historia hemos tenido más de un tirano en el poder, luego de librarnos de otra tiranía.

Ahora, si vemos estos casi dos meses de protestas en Perú vamos a poder comprender mejor de lo que comento, porque estos meses nos enseñan de que es más que evidente que en este país tenemos en cancerización un problema político recurrente, aunque yo me atrevo a decir que más que político es un problema pedagógico, puesto que la educación es la que nos permite tener a este pueblo incapacitado para pensar o razonar, y todo porque todavía seguimos siendo un pueblo de supervivencia y ahora trataré de demostrarlo por qué:

1) ¿El pueblo tiene derecho a protestar? Sí. ¿Tiene libertad de elegir protestar o no? Sí. ¿Tiene derecho de joder la vida de los demás? No. ¿Tiene derecho para perjudicar la economía de los demás? No. Entonces, ¿por qué es incapaz de ver que está destruyendo al país sin lograr nada trascendental, es decir, sin lograr nada para que los pobres no sigan sufriendo más penurias? ¿Acaso se han puesto a pensar en cuántos están vendiendo su alma o cuerpo para poder sobrevivir a estos tiempos de elevados precios gracias a sus protestas, la crisis mundial y los desastres naturales? ¿Acaso se han puesto a pensar en todo el trabajo de los agricultores que se desperdicia como si no existiera gente muriéndose de hambre, gracias a los bloqueos de las carreteras?

2) ¿La policía y fuerzas armadas tienen derecho a matar a las personas? No, absolutamente NO. ¿Tienen derecho a proteger al pueblo de la delincuencia? Sí. ¿Hacen un juramento de honor o ético para servir a la justicia? Sí. ¿Entonces por qué están cometiendo tantos atropellos contra la gente del pueblo? ¿Por qué el país está tan cargado de delincuentes? ¿Por qué se quedan atados de manos, como esclavos, obedeciendo órdenes que destruyen su propia dignidad?

Sí, es evidente que ambos bandos están siendo borregos, animales domésticos que han caído en manos de los amos que se dieron cuenta que estos animalitos racionales requieren de un amo que les dé las órdenes para actuar, y por eso son incapaces de ver que ambos están a punto de destruir al país para que gane uno de los dos delincuentes de la nación ideotologizada, es decir, la izquierda o derecha. Sí, es evidente también que no me gustaría respuestas que intenten justificar estos actos irracionales de ambos bandos, quien lo justifica simplemente es un ser ideotologizado, vamos un idiota manipulado, una mente lavada, un incapaz para razonar o pensar, un miserable o simplemente un tirano más que aparentemente piensa en el pueblo o país, cuando en sí solo está pensando en su sobrevivencia, justificando toda violencia según su bando de pensamiento, y digo bando porque sucede que hoy en el Perú no existen partidos políticos, y esto pasa justamente por la misma razón por la cual no es ideología sino ideotología política, puesto que los partidos políticos carecen de filosofía política, por ende, carecen de esa capacidad de pensar o razonar en qué cosas contribuyen a que una sociedad se desarrolle mejor según la ideología política que se pretenda postular en el partido, sea de izquierda, centro o derecha, y por ende son un fracaso de partido político, un fracaso ideológico, porque lo que finalmente existen en esos dizque partidos políticos es la filosofía del fundador del partido, en los viejos partidos, y la filosofía de vida del fundador o dueño del partido, en los nuevos, simplemente porque hoy los partidos han caído en el mundo del hampa, en el sistema de los bandas organizadas, puesto que son casas de organizaciones criminales, porque viven en los grandes y profundos hoyos de la corrupción descarada, tal y como lo vemos en la actualidad, desde los nacionales hasta los locales, es decir, un partido político se ha convertido en una cuna de criminales organizados que roban a la patria como un delincuente simple lo hace en las calles a los ciudadanos, porque estos son ciudadanos que todavía no han aprendido lo que es tener dignidad, simplemente porque no conocen el amor propio ni el amor a los suyos, tal y como lo hace la mayoría del pueblo, y por eso vemos que el pueblo sigue dando oportunidades a través de su voto a las mismas organizaciones criminales de siempre. Por ende, es irracional que alguien esté pidiendo a estas alturas del partido la liberación de Pedro Castillo o que ande haciendo hurras a los actos de dina boluarte o del congreso de la república y toda la lacra fujimorista, así con minúscula, porque ninguno de ellos merece ser tratado con respeto o dignidad, peor después de estos hechos que nos han conducido a la miseria más grande de los últimos 20 años, porque en estos dos meses de protestas el pobre se hace más pobre y los ricos siguen siendo ricos, puesto que el pueblo protestante no ha logrado nada, nada más que perjudicar terriblemente a los otros pobres; y todo por culpa de la maldita mediocridad nacional que nos embarga, razón por la cual no se realizan actos racionales para cambiar la historia del país, para cambiar las cosas con dignidad, puesto que esta mediocridad nacional nos embriaga hasta colocarnos en planos de borregos en un pequeño grupo dizque de poder, los amo de la patria, los nuevos emperadores del siglo XXI, donde prima la indiferencia de unos contra los otros, donde finalmente todos son una sarta de mediocres por esa incapacidad de pensar, inherente al ser que vive como los animales salvajes: buscando sobrevivir ante la realidad existente, sin trascender, sin ir más allá de sí mismo; y es por eso que los ricos solo se preocupan por seguir siendo ricos, como la mayoría de la clase media, los que se creen inteligentes y todopoderosos porque se han hecho de una carrera profesional o una empresa que les da cierto nivel de vida, porque pueden ganar un sueldo dizque digno, mientras siguen buscando salir de la pobreza en la que se encuentran antes de ser pobres y por eso muestran su indiferencia ante los más pobres, debido a que penosamente en este sistema de vida que tenemos es necesario e indispensable oprimir a otros para crecer; dejándonos como resultado final a los pobres que siguen añorando que la pobreza desaparezca de sus vidas en algún momento, mucho antes de que venga la muerte; y por esa razón muchas veces estos viven esperanzados en la venida de un “salvador” que les rompa la cadena de la podredumbre.

Sí, es verdad que el pueblo tiene derecho a protestar y exigir cambio de las autoridades cuando le dé la gana, cuando no está de acuerdo con ellos. Nadie dice que no lo hagan, pero, por favor, sin actos que perjudiquen a otros, porque ya no son tiempos para andar con salvajismos, puesto que son tiempos donde solo la inteligencia podrá liberarnos de la opresión si es que sabemos actuar como pueblo consciente, por tal razón invito al pueblo peruano a ser más inteligente y a protestar estratégicamente para acabar con la plaga de ratas que se ha convertido la política nacional, y empecemos con los gobiernos locales que tenemos, participemos más en las políticas locales, exijamos y supervisemos más las obras de los alcaldes distritales, provinciales y de los goberladrones, perdón, gobernadores, y aprendamos a pensar, porque solo así podremos saber elegir, solo así podremos comprender que jamás vamos a sacar nada bueno de cimientos podridos, es decir, que si el fundador de un partido o el partido está putrefacto jamás vamos a poder cosechar buenos frutos en tierra muerta; por ende, es tiempo de que aprendamos a protestar con razones, con inteligencia, para cambiar esta penosa realidad, porque ya es tiempo de dejar de destruirnos los unos a los otros para empezar a destruir a cualquier pensamiento paupérrimo del opresor.

Sí, definitivamente necesitamos que la actual presidenta del Perú renuncie y que el congreso se vaya, pero que se larguen dándonos cambios constituciones que nos permitan no tener la misma lacra nacional en el poder. En lo particular yo jamás aceptaría que los despreciables políticos se vayan simplemente renunciando o convocando a elecciones, buscaría formas inteligentes de cambiar el sistema y golpear a los ricos, donde sean ellos los que pierdan, más que los pobres más pobres, y me dejaría de andar gritando y muriendo como revolucionario hormonal, dispuesto a liberar a Barrabas, porque esa es la orden que nos dan los amos en medio de nuestra revolución hormonal, puesto que somos incapaces de morir como Sócrates, porque carecemos de ideas para defenderlas, porque si tuviéramos un pueblo indignado de verdad, tendríamos un pueblo que se ha preocupado por leer la constitución y en estos momentos en vez de andar gritando que castillo era inocente, que era el presidente que el pueblo ha puesto, debería estar exigiendo que modifiquen el artículo que impide revisar los contratos ley con las concesiones estatales que se dan a las empresas en el Perú, que modifiquen esa obligatoriedad de ir a votar, que se elimine la multa por el voto, que se modifiquen tantos otros artículos que son necesarios para tener una mejor constitución para una vida más digna, porque es necesario modificar los artículos que no merecen la pena tenerlos, porque gracias a esos cualquier cosa pueda ser presidente, cualquier ser puede ser congresista, cualquier cosa pueda ser funcionario público, y para exigir eso debemos usar mecanismos donde no le damos ni a los ricos ni a la prensa lo que quieren, es decir, sin exponer la vida de inocentes inútilmente y sin la necesidad de causar destrozos. Y esta debería ser la forma de protestar de todos los peruanos, sea de pensamiento de derecha o de izquierda: no más manifestaciones violentas, porque se lo debemos a esas más de cincuenta víctimas que han muerto durante estos días de protestas, tanto a los del pueblo como a los policías, porque ninguna muerte puede justificarse, quien justifique la muerte del pueblo protestante por los disturbios tiene un problema genocida que debe contemplar, y quien justifique la muerte de los policías por la rabia de las otras muertes tiene un problema de conciencia y personalidad, porque estamos justificando atrocidades en cualquiera de los dos bandos y quien dice gozar de conciencia y razón no puede permitir ni justificar estos actos violentos, porque todas estas muertes que se dieron en estas protestas son muertes inútiles, muertes que se pueden evitar sin tan solo aprendemos a protestar con razón, de forma inteligente, como nos lo permite un artículo de la Constitución, esa que nos permite poder eliminar, modificar y crear leyes en favor del pueblo si tan solo recolectamos determinadas cantidades de firmas, cosa que es numerosa, pero no imposible si tan solo nos ponemos la camiseta para hacer historia y armar una revolución de verdad, una revolución acorde a estos tiempos, una revolución intelectual; pero como esto no es lo que les ordena el amo y su mediocridad el pueblo no sabe sobre esta forma de protestar ni lo hará, y mientras tanto esta forma de protestar seguirá siendo un sueño de un adolescente de quinto de secundaria que se enteró de ese detalle de la Constitución Política del Perú.

Por otro lado, pienso que el principal problema del peruano de estos días radica en dos puntos: por un lado tenemos al bando que mueven los izquierdistas, a los revolucionarios hormonales, esos que estos días para mí son como perros rabiosos que están dispuestos a cargarse a todo el país, porque carecen de lógica y razón, de ideas claras, de propósitos reales, simplemente porque sé que la indignación o impotencia cuando estalla es asesina e irracional; y por otro lado tenemos al bando de los que moverían la derecha, los clasemedianos que no quieren perder su estatus social que el sistema de vida o Constitución les ha permitido obtener o desarrollar, quienes también han perdido lógica y razón, solo que de forma no violenta, sino gracias al conformismo y egoísmo de su “individualismo”, ese que de hecho tuvo que hacer sacrificios para alcanzar el nivel en el que se encuentran actualmente; y desde el donde –quizás– están haciendo obras de caridad para intentar sentir alivio ante las paupérrimas realidades de otras gentes que no tienen la misma oportunidad que ellos, ya sea de padres que le brinden la mano para progresar, ya sea de genética que le permita seguir en pie de lucha sin rendirse ante los obstáculos, sin cavar su tumba por depresión, sin matarse por corrupción, sin morir en manos de los que tienen el poder por querer cambiar las cosas con claras ideas, sin ver manchado su imagen por los que no quieren perder el poder de la opresión al pueblo; razones por la cual todavía seguimos teniendo un pueblo dividido que sigue cosechando la misma miseria año tras año, así como la misma revolución hormonal una y otra vez, simplemente porque no hacemos esos cambios Constitucionales necesarios e indispensables para cambiar la historia del país; y por esa razón me gustaría invitar a los peruanos a alzar su voz de protesta contra las autoridades actuales y exigir esos cambios Constitucionales necesarios, esos que realmente terminarán golpeando más a los ricos, más que a los pobres más pobres del país, y esto podemos lograrlo si tan solo nos uniéramos de verdad para ello, cambiando nosotros mismos los artículos de la Constitución usando el artículo que nos da ese poder. Pero como el peruano está acostumbrado al show y la victimización dudo que esto pase, porque gracias a ese show y victimización en los últimos veinte años hemos elegido al mismo prototipo presidencial, al dizque mal menor, yendo cada vez a peor elección, teniendo resultados más degradantes que el anterior, simplemente porque conforme fue pasando el tiempo la mediocridad nacional se fue incrementando, a tal punto de que en estos tiempos está en proceso de metástasis nacional, puesto que son incapaces de comprender que en vez de salvar al país lo estamos destruyendo sin lograr ningún cambio sustancial, algo que no vamos a lograr si nos seguimos manteniendo en esta mediocridad nacional que nos cancerígena la racionalidad y la dignidad, cosa que no nos permite ver más allá de nuestra indignación y esclavitud, esa que no nos permite vivir o estar acordes a las riquezas que poseemos como la nación, desde la tierra hasta las costumbres nacionales que vamos perdiendo por la falta de conciencia y humanidad, por falta de amor propio, por la falta de razón, por falta de educación, por la pésima costumbre de andar esperando un salvador en vez de salvarnos a nosotros mismos y mejorar nuestra forma de vida, dejándonos de los vicios sociales y de la incapacidad de pensar para formar generaciones más conscientes de la vida y de la dignidad.

Pucallpa, 29 de enero de 2023 a las 09:12 horas

Cuánta razón tenía Platón

Macv Chávez

Los últimos y únicos 35 años de mi vida he podido observar y contemplar cuánta razón tenía Platón al plantear que los filósofos deben gobernar, pero los filósofos de verdad, no esos que se hacen profesionales de filosofía y que no van más allá de ser historiadores de la filosofía, vamos, unos sofistas de estos tiempos, puesto que estos son un desastre como los políticos, porque son fáciles de encerrar en una idea de vida, hasta apoyar a ciegas la liberación del pueblo del opresor del sistema sin contemplar que esos modelos de liberación conducen a un viaje de Guatemala a Guatepeor, caso contrario, los llevan a terminar vendiéndose mismos congresistas, políticos o grupos de poder durante la dictadura de Fujimori, tal cual lo intentó hacer hace poco el aspirante a dictador: Castillo, quien no es más que el fiel reflejo de la mediocridad nacional que vive el pueblo peruano, puesto que ya tenemos antecedentes donde más de un congresista se vendió mismos gobernantes del cabaret de las leyes, pues sí, en eso se ha convertido el congreso, el gobierno, la justicia y la política en todos estos años, puesto que la política ha perdido su rumbo, ha perdido razón de ser y se ha convertido en una organización criminal, donde los políticos ya no llegan con ideales para servir al pueblo, sino con ideas de servirse de la comunidad, siendo el más claro objetivo el saquear al país entero, por eso es que apenas entran terminan pagando sus deudas a todos los financistas y colaborares que hicieron posible su llegada al poder, vaciando las arcas cada vez con más descaro, en complicidad de la justicia y de la cuarta puta del poder, perdón, del cuarto poder: la prensa, esa que también ha perdido su rumbo, luego de que Fujimori las prostituyera hasta enviciar y denigrar su imagen públicamente, aunque en sí ellas sola se denigraron cuando se prostituyeron con la corrupción, y todo gracias a la ciega ambición y a que vivimos en tiempos donde es difícil encontrar personas con ideales, con ética y moral puestas en la búsqueda de la verdad y en la solidaridad y comunidad, buscando trascender (ir más allá de sí mismos) entre el bien y lo mejor, porque penosamente hay situaciones donde el mismo bien es malo, por ende, nos toca asumir lo mejor, y para eso se requiere tener personalidad, esa personalidad que te dan las ideas firmes y sólidas, esas que te conducen a un ideal, y ese ideal te hace ser revolucionario en tiempos de borregos, simplemente porque todos son sobrevivientes que no quieren pasar hambre ni hacer pasar hambre a los suyos, ya que, para muchos probos de la intelectualidad moderna, tener ideales en estos tiempos representa ser un político moderno, vamos, un indiscutible fracasado, porque el sistema solo premia a las meretrices del poder y no a los hombres de honor; y por eso siempre se ha descartado que los filósofos estén en el poder, so pretexto de un sinfín de justificaciones, como el que el filósofo no sirve para gobernar sino para pensar, y de ser solo así, al menos serviría de mucho, más que cualquier otro político de mis últimos 35 años, puesto que al menos haría pensar a un pueblo dormido en el sueño profundo de la necesidad del salvador; y creo que ya es tiempo de que despierte para no seguir dejando políticos de burdeles con gestos de Poncio Pilatos o revoluciones hormonales, cosa que nos hace productores o autores de la serie de gobiernos de vergüenza nacional e internacional, con una producción de desastre político en ascendencia, tanto que realidad sociopolítica del Perú y de este hoy es la muestra más clara de que Albert Einstein tenía razón cuando dijo que “la estupidez humana es infinita”, porque con esta realidad sociopolítica que tenemos vamos a darnos cuenta de que las revoluciones que se dan en Perú son producto del borreguismo de los dizque indignados o revolucionarios, esos que no son más que gente sin conciencia humana ni social, vamos de gente sin dignidad, por más que digan que salen a luchar por dignidad del pueblo, no son dignos ni de sí mismos, puesto que están saliendo a las calles como perros rabiosos, tal y cual lo hizo la vergonzosa generación del bicentenario, esa que salió a las calles a luchar contra un dictador imaginario y que descaradamente todavía se siente orgullosa de acto tan borrego, donde cayeron tontamente en la manipulación de la prensa y políticos sinvergüenzas, porque salieron a luchas contra un dictador sin dictadura, al que sacaron del gobierno solo porque fueron manipulados, porque, aunque era un persona vergonzosa para la labor presidencial, asumió el cargo constitucionalmente, y no como se quedó en el poder el dictador anterior, ese que el pueblo de los borregos indignados salió a defender como perro rabioso, tal y como ahora mismo lo hacen, solo que con la diferencia de que con Vizcarra estuvieron psicosiados con la muerte, gracias a las cadenas del encierro de la pandemia, donde día a día contemplaron todas las injusticias sociales habidas y por haber en países donde la dignidad del ser humano se basa en un sistema de vida de supervivencia y sobrevivencia, donde los del poder superviven o viven por encima de los pobres, mientras que los pobres viven luchando contra los pobres para no morir de hambre ni sentirse menos que otros, y así es cómo terminan muriendo en favor de los ricos con estas manifestaciones que no logran más que seguir girando en los mismos ciclos de luchas sociales de siempre.

Realmente es sorprendente la realidad sociocultural del peruano en estos últimos años, donde el pueblo se ha convertido en un experto analítico y visionario político, razón por la cual no han dejado de aducir su voto a una frase tan de mentes brillantemente paupérrimas o de borregos: “hay que votar por el mal menor”, refugiando de esa manera su voto en el comportamiento de Poncio Pilatos, lavándose las manos de cualquier responsabilidad y creyéndose defensores o protectores del imperio de la democracia, porque penosamente hemos tenido una opción más atroz a los delincuentes de los gobiernos de los últimos tiempos, aduciendo a que “gane quien gane es el mal menor y, por lo tanto, el pueblo seguirá trabajando y comiendo con el sudor de su frente”, cosa que es verdad, porque es lo que hace siempre la mayoría en un país con altos niveles de informalidad laboral y con tanto abandono de las autoridades de los pueblos que no están centralizados, y esto pasa por culpa de su misma desidia política, ya que si el pueblo comprendiera que su acción política desde el voto vale más que la obligación de ir a votar para no pagar la multa, se diera cuenta de que las muchas injusticias sociales que todavía se contemplan en la sociedad es gracias a que no dejamos de elegir a los mismos saqueadores de siempre, solo que con otros nombres y otros rostros, porque son parte de los mismos partidos infectados que ya están con anemia para la representación del pueblo, por ende, terminarán siendo mismos enfermos terminales que quieren aferrarse a la vida/poder y usarán todo lo que pueda alargarles el tiempo de vida, sin importar que ello cuesta demasiado dinero al pueblo saqueado, ese que no hará nada por dejadez, ignorancia y mediocridad, simplemente porque ya considera a la política inútil, y por tal razón elige a inútiles para el gobierno, es decir, a seres incapaces de trabajar para y por el bien común, o sea, por el bienestar del pueblo antes que de su bolsillo.

Pienso que si la gente comprendiera el valor que tiene tener buenos políticos para un mejor desarrollo socioeconómico y por ende sociocultural, quizás podría darse cuenta de que debe dejar de estar con los brazos cruzados y tomar conciencia de que no debe andar regalando su voto a casa de timadores políticos, porque el político no solo es quien convence al pueblo para que lo represente, sino quien lo representa e invita a los ciudadanos a ser mejores, mejorando la educación, creando conciencia, social e individual, articulando el desarrollo económico, gestionando el bienestar de la justicia, mejorando los centros de salud, equilibrando la seguridad ciudadana, entre otras labores que son indispensables para una vida digna de la nación y que ahora anda en piloto automático y sin rumbo claro, simplemente porque no existe un ideal de vida ni de sociedad, solo una rabia y odio que ya no pueden ser reprimidos por más tiempo, tal cual sucedió el 14N del 2021, donde terminarán ensalzando la muerte de algunos manifestantes, a los que pondrán como héroes o mártires de la lucha social a lo largo de la historia de los mediocres. Y por eso en la actualidad deberíamos darnos cuenta de cuánto daño nos hacemos como pueblos al quedarnos de brazos cruzados al seguir votando porque tenemos que votar, yendo a votar siempre por ese mal menor que no es más que ir a votar como mediocre; y esta es la razón que me conduce a decir que en sí deberían gobernar los filósofos, porque, en primer lugar, fueron ellos los que idearon los sistemas políticos en los que nos hemos visto envueltos a lo largo de la historia, pero solo los idearon y nunca guiaron su desarrollo y aplicación o ejecución; y, en segundo lugar, porque necesitamos encender esas neuronas dormidas, puesto que ya  muchos años hemos sido gobernados por la ignorancia y la mediocridad: por el pueblo elector que nos da las autoridades acordes a su condición humana, bajo el engaño de la democracia, ya que en un pueblo engañado por sí mismo y por la esclavitud de su propia condición humana siempre va a terminar cayendo en el mismo patrón de mando, puesto que vive esperando que un salvador lo saque de la miseria y la esclavitud, sin darse cuenta que el poder siempre termina en un nuevo amo, ese que continúa burlándose de su ignorancia y mediocridad, solo porque ve al pueblo incapacitado para pensar o razonar, ciego por los sueños del pobrecito, de la víctima, del oprimido, del esclavo, motivo por el cual no se puede esperar más del pueblo ni de la realidad sociopolítica del país, ya que el pueblo es esclavo de sí mismo y por ende de sus amos; y por eso si analizamos la esperanza de su elección política de los últimos 35 años vamos a darnos cuenta de que siempre estuvo esperando en un salvador, en un mesías de la política, esperando que ese mesías le saque de la miseria, sin darse cuenta de que sus acciones diarias son las que pueden cambiar la historia de todo el pueblo, y por eso no dejamos de ver solo actos borreguistas, marchas y protestas de desfogue emocional y de gran show de revolucionario hormonal, puesto que no tiene constancia, ya que los revolucionarios hormonales no son observadores ni críticos de la realidad, por eso su constancia desparece una vez desfogada toda la rabia, ira y odio acumulado. Y por esa razón deberían indudablemente gobernar los filósofos, puesto que el gobierno necesita neuronas activas y no dormidas, neuronas que cuestionen y analicen la realidad para transformarla, para dejar de andar en círculos viciosos que nos atrapan en la mediocridad y pauperrimidad sociocultural;  y esto se puede lograr con el filósofo gracias a que ellos viven en armonía con su alma, razón por la cual no tienen hambre de nada, sino de saber y más saber, y el saber nos conduce a tener conciencia del ser y hacer como también de los otros, conduciéndonos a saber que es necesario e indispensable contratar al personal idóneo para cada área y no al amiguito o socio financista para que me haga una labor mediocre que deteriora la dignidad del hombre y somete al pueblo en actos donde los únicos que mueren son los tontos útiles y algunos inocentes, ya que la estupidez humana no se da cuenta de que los verdaderos opresores o dominadores del sistema de vida no sufren, ya que a ellos no se les daña en lo más mínimo, cosa que sí deberíamos hacer, pero no de la forma que indican la estupidez y las hormonas, sino de formas más inteligentes y sabias; y por eso sigo pensando que deberían gobernar los filósofos, ya que ellos podrían desarrollar sistemas de equilibrios para mantener la estabilidad del poder democrático, para estabilizar hasta desaparecer la desigualdad social, mejorar las estructuras y el sistema de educación, salud, trabajo, alimentación, vivienda, que son indispensables tener al alcance de todos para tener una vida digna y dejar la vida de supervivencia y sobrevivencia.

Puedo decir que hoy estamos viendo que la chispa de la indignación comienza a encenderse con fuerza y de un lugar a otro, y puede que este sea el estallido que necesitaba el desastre para el inicio de una guerra civil que llevo temiendo desde hace 7 años, desde que empiezo a contemplar más crecida la indignación de la gente ante tanta injusticia social cometida por los grupos políticos y de poder económico contra los pobres, cuya chispa en estos años no ha sido más que un proceso hormonal, vamos, como el de la menstruación, donde cada cierto tiempo se derrama sangre porque es necesario, pero que la sangre se olvida una vez terminado el desangrado, y todo continúa como si nada hubiera pasado; pero creo que esta vez la menstruación se ha transformado en un aborto y por ende el sangrado será mayor, puesto que estamos a portas de un estallido de guerra civil, puesto que la indignación de los borregos está a tope, siendo alentados por amos más sanguinarios que en otras ocasiones, amos que ordenan desde el silencio a algunos capataces para que guíen la ira de los borregos indignados hacia la protesta violenta, donde finalmente se volverá a repetir la historia de tantas otras protestas sociales, les darán un pedazo de pan y circo y luego se olvidará toda la revolución y volveremos al mismo ciclo hasta que se carguen la sangre necesaria a ser derramada en la próxima menstruación y finalmente nada cambiará, porque nadie asumirá la responsabilidad del aborto, puesto que todos volverán a embarazarse de la misma clase política hasta querer volver a abortarla, y quizás con más sangre que ahora, simplemente porque son abortistas carentes de ideas, carentes de meditación, reflexión, contemplación, análisis, crítica y búsqueda de la verdad y la dignidad, debido a que son seres manipulables y emocionales que han sentido el estallido de la impotencia una vez más, y por eso solo espero que el pueblo peruano tenga una oportunidad más en la democracia para poder reivindicarse de este graso horror y que los intelectuales asuman su responsabilidad y salgan de esa anémica acción por falta de un ideal, porque es tiempo de que las ideas tomen el poder y no la violencia, porque solo con ideas se cambian las reglas de juego y solo así se evita repetir la misma historia, esa que venimos repitiendo estos últimos 35 años; y quizás cuesta cambiar, pero solo así se puede evitar lo que pinta el panorama actual, porque estamos acercándonos al punto donde ya no se necesita ideas ni ideales para defender la democracia sino las armas para defender la dignidad y la libertad, siempre y cuando la gente no vuelva a elegir levantar la falda de la dignidad para terminar en la esquina de la corrupción o prostitución ideológica como ya lo hizo antes solo para sobrevivir.

Satipo, 05 de diciembre de 2022 a las 08:03 horas

Chiclayo, 12 de diciembre de 2022 a las 14:41 horas

¿Pueblo Peruano 2.0 o Plagio Del 15N?

Macv Chávez

Hace un tiempo le decía a un gran amigo e historiador que “la historia parece una mentira hasta que tienes un amigo historiador, mentira, hasta que mientes”, haciendo mención a las pajas mentales que se tiran los historiadores para hablar de miles de años que no se pueden comprender ni saber a ciencia cierta, y él más o menos me daba la razón cuando le decía que esa gente a mí me parecen literatos de la historia, solo que con unas pajas mentales más científicas que fantasiosas. Hoy me toca decir que solo un buen historiador dará la razón al pueblo peruano, pero no al pueblo resentido ni al manipulado, menos al opresor ni al cojudigno, peor al iluso, sino al pueblo consciente, al pueblo libre, al que decide frenar la violencia, la corrupción y la opresión con su actuar diario para mejorar la sociedad desde su ser y hacer, a esos que el resto de miserables y manipulados deciden insultar de inconscientes y tantas otras vulgaridades que la masa mediocre dispara a quemarropa, las mismas que he recibido de ese resto que son la desgracia de la humanidad o la vergüenza del país, puesto que es un pueblo que anda sumergido en una guerra política entre miserables elitistas y pobres resentidos, ambos bandos inconscientes y ambiciosos, explotadores del pueblo en general; y es a ese pueblo que quiero hablar aquí, desde la percepción que he podido obtener a lo largo de mis cortos viajes por diversas partes del país, porque hoy quiero ponerme nacionalista, aunque me gusta más ser humanista, ciudadano del mundo, que de un pueblo o nación determinada, y peor aún de un pueblo que se mata sin lograr ningún cambio trascendental, ya que este pueblo produce lástima y vergüenza al mismo tiempo, al mismo tiempo que regala orgullo para decir que se tomó una excelente decisión al declararse ciudadano del mundo durante la adolescencia, mucho antes de meterme al mundo dizque intelectual, porque considero que el nacionalismo nos esclaviza y no nos deja ver más allá de la caverna para seguir creciendo y mejorando como personas; y seguro más de uno dirá por qué carajos vas a hablar entonces de los peruanos si no te consideras ciudadano de una nación, y es porque solo un ciego, sordo, mudo, cojudo, muerto y miserable podría no manifestarse ante la realidad que le rodea, más cuando se contempla tanta injusticia.

La realidad nacional hoy nos dice a gritos que en el Perú existe injusticia social hasta para exportar; y eso es porque, en los últimos años de la historia que he vivido, el peruano se ha sumergido en la más grande corrupción o deformación humana, esa que deplora y destruye a un país y la dignidad humana, y que ha logrado alimentar infinitamente el dolor y la impotencia con tantos hechos injustos que hoy se convierten en una bomba de tiempo que está a punto de estallar en más injusticias sociales que representaría una guerra civil, una que dice que quiere acabar con la miseria de la propia miseria humana y que tomo como un mal chiste para descerebrados, porque creen que de esa forma van a lograr acabar con la corrupción, porque lo que finalmente van a destruir es a la economía y la seguridad nacional, cosa que ya podemos ver que está pasando en el país, solo un ciego u obsesivo del poder no podría verlo; puesto que como ya dije desde hace varios presidentes atrás: ¿Cómo puedes pretender acabar con la corrupción desde cimientos corruptos? Yo al menos no lo concibo y cada día compruebo que no se puede, y quizás sea ese no casarme ni conmigo mismo el que me permite no andar de ciego apoyando al nefasto dictador de hecho luego de ser vacado, tal y cual pasó con la generación hormonal el 14N del 2020, que también salió a defender a un dictador, a uno que no se ve como tal porque ya el sujeto fue endiosado como un ser preocupado por el pueblo mediocre, porque ya les dio de comer una falsa idea de su ser; y por eso, por más que sus ídolos sean grandes genocidas, son incapaces para pensar y por lo tanto no se dan cuenta que están en una causa perdida, en un sacrificio inútil, porque tal y cual lo demostró la revolución hormonal del 14N, volveremos a más de lo mismo y seguiremos teniendo más muertos ilusos que caen en el sueño de la revolución donde no revolucionan nada.

Hoy los peruanos se encuentran más dividido que nunca, puesto que finalmente cada uno marcha bajo un concepto paupérrimo de la revolución, bajo sus propios y ciegos intereses, y, aunque quieran hacerlos ver como sociales, no son  más que seres individuales que se suman como borregos a una revolución hormonal, puesto que lo hacen desde esa percepción de la vida y la realidad errada, sin un ideal en concreto, repitiendo lo que les ha enseñado el capataz o amo de turno, demostrando que solo son borregos que escuchan a sus amos, y ese es el fracaso de la revolución y el inicio de más de lo mismo, porque muchos se mueven por la lástima, la rabia, la impotencia, la indignación, entre otros sentimientos que nos impulsan a acabar con el enemigo de inmediato, sin pensar en más allá de lo que vemos y creemos, buscando dizque luchar por la dignidad de los otros, de los más olvidados y discriminados, cosa que es bueno, porque demuestra que hay una conciencia social, solo que toda revolución improvisada, mal planteada, fracasa por más que se logre los cambios superficiales que se quiere, ya que la lucha se convierte en un talk show del pueblo, donde pasa el desgraciado al poder para burlarse de las muertes que lo invitaron a él, tal y cual como lo han hecho todos los presidentes de mi vida.

Las dos más grandes divisiones que contemplamos hoy del peruano está entre la derecha miserable y opresora y la izquierda reprimida y resentida, mientras que los de la derecha gozan del saquear el Perú dizque legalmente, porque tienen el control del poder y se crean leyes al favor de su bolsillo y no del pueblo, y a pesar de ser una masa insignificante es la más peligrosa porque no es una masa manipulada, sino manipuladora y sanguinaria, una masa que siempre busca cometer su genocida actuar a través de las normas y leyes que se deben mejorar o cambiar para que estos descabellados seres no sigan aprovechándose del poder que les da la gente al no poder ser más inteligentes que ellos para destruirlos de formas que les hagan comprender que “el pueblo unido jamás será vencido”, misma arenga que suelen proclamar durante sus protestas dizque pacíficas y que terminan en golpes a causa de las provocaciones de ambos bandos presentes en el campo de concentración, es decir, de la policía esclavizada por el gobierno que le quita la capacidad de pensar y por ende la conciencia social porque es un animal adiestrado para cumplir las órdenes del amo de la ley que lo vuelve máquina de represión, y del pueblo que como generador de la economía para el bolsillo de los policías, políticos y demás trabajadores del estado que se creen superiores al pueblo que les da de comer a través del sueldo que sale de los impuestos del pueblo. Entonces, aquí ya podemos ver lo que el pueblo sonso no es capaz de ver: el pueblo sigue peleando contra el pueblo para intentar destruir a los ricos, mientras que los ricos siguen usando de carne de cañón al pueblo que sigue siendo oprimido, así de sencillo funciona esto, igual que las guerras: los jefes de un país declaran la guerra a otro porque finalmente no son ellos los que se van a morir en ella, ya que están desde sus casas mirando el televisor con un poquito de canchita y disfrutando todas las comodidades del mundo, mientras que el pueblo sonso y esclavo está ahí, incapacitado para pensar o razonar luchando por la incapacidad de conciencia de algunos cuántos pendejos que solo se pelean de palabra para pintar las calles con los cuerpos de la gente que podría ser un peligro si es que usara sus neuronas para pensar y no para obedecer; y por eso es hasta cómico ver las protestas y peleas del pueblo con el pueblo, porque finalmente uno aprende a ser un hacendado ermitaño al contemplar tanta incapacidad para pensar, solo mira, analiza y disfruta de su vida cuidando de no verse afectado por algún delincuente o sonso revolucionario, porque penosamente son dos bandos que también se observa en este tipo de manifestaciones, que a los analíticos siempre nos recuerda a alguna otra, como esta revolución castillista me recuerda la revolución vizcarrista del 14N, “la misma chola con diferente pollera”, diría un dicho popular que muchos solo tomarán como racista, porque para rasgarse las vestidura son buenazos, pero para reflexionar y buscar formas inteligentes del trascender son buenos animales domésticos, animales bien adiestrados.

Antes de ayer leía una mención de algunos personajes de la historia peruana cuya firma era de Hildebrandt, con quien tengo mis discrepancias normalmente cuando leo algo suyo, porque algunas de sus intervenciones intelectuales suelen ser pajas mentales que me recuerdan a Mario Vargas Llosa, puesto que a veces sale con tonterías que dan vergüenza intelectual ya que tiene un rasgo cerrado acorde a su ideología de pensamiento, puesto que hay que conservar ese estilo de vida adquirido con los auspicios ideológicos, y por eso no veo nada más allá de alguien que ha aprendido a ser una mente brillante por la cantidad de información almacenada en su cerebro, pero que es tan poco procesada porque debe mantener la cuadrícula de determinada ideología. En fin, puedo decir que concuerdo con este mensaje que da en el video que encontré después: “Las turbas que intentan imponerse sometiéndonos a la extorsión y el temor no pueden prevalecer. Si ellas deciden nuestro destino es que nos habremos extinguido como sociedad que aspira a la civilización. Las turbas no son el pueblo, el pueblo es el que se queda durante horas y días secuestrado en un camino bloqueado, el que lucha contra el abuso del poder (…). Es cierto que la derecha hegemónica ha hecho muy poco por establecer puentes con ese Perú profundo y olvidado, pero ese Perú profundo y olvidado que viene de Túpac Amaru, Javier Heraud, Vallejo y Mariátegui no es el que estremece hoy al país. Ni Túpac Amaru, ni Heraud, ni Vallejo, ni Mariátegui hubieran alzado la voz por un pícaro que se burló de todos para saquear la hacienda pública y permitir que sus amigotes se repartieran obras y gollerías. El socialismo choro no es una doctrina, es un prontuario”. Este mensaje debería invitar a todos esos peruanos dizques intelectuales que andan ahora mismo buscando la destrucción ciega de la derecha, sin caer en cuenta que destruyen como castillistas al país, porque solo demostrarían que gozan de la incapacidad permanente de pensar al ser reproductores de las órdenes que les brinda su amo al que defienden con su propia vida, solo porque les habló bonito un ratito o los engatusó con un rico banquete de esperanzas que se quedaron ciegos y esclavos por su incapacidad de pensar o razonar. Y sé que más de uno intentará decirme ciego, loco, ignorante, mediocre o idiota desde sus palabas o desde el silencio que también sabe hablar, como aquella conocida que publicó en sus estados del WhatsApp: “¿Cuántas muertes más vas a esperar para indignarte y salir a las calles?”, a lo que respondí: “Hace 7 presidentes, pero no por eso voy a salir como un perro rabioso y a lo bestia a arrasar con todo a mi alrededor, porque ya he contemplado un sinfín de marchas “revolucionarias” a las que no me canso de catalogar como revolución hormonal, porque finalmente la misma historia se vuelve a repetir presidente a presidente y cada vez con mayor deformación y estupidez humana, logrando tener padres de la patria que se aferran al poder mientras el pueblo sonso sigue matándose como un niño esperando un dulce de azúcar, porque finalmente todo termina como la famosa “revolución” del bicentenario, la más grande revolución hormonal que haya contemplado hasta la semana pasada, donde vacan a un dictador que les robó descaradamente en pandemia, piden la renuncia del presidente que catalogan de dictador, y los revolucionarios se calman y olvidan de todo acto de revolución cuando entra otro pendejo que convoca a elecciones para después clavarnos una deuda externa por cien años con un préstamo innecesario, pero se convoca a elecciones y terminamos cayendo en el mismo juego del poder: votando por la misma basura política solo que con nuevos rostros, rostros dispuestos a saquear al país y con mayor incompetencia intelectual para gobernar, mismo presidente electo, dando como resultado el gobierno más representativo de la realidad nacional que debería preocuparnos a los intelectuales horrorosamente, porque es penoso el nivel intelectual que tenemos en el país, como para que un incapaz para pensar sea su presidente, así como una sarta de saqueadores y bestias humanas sean sus congresistas, muestra clara de que el intelectual peruano se ha convertido en un sujeto sin conciencia social y otro actor más culpable de la penosa realidad nacional que tenemos, porque un verdadero intelectual no puede permitir ni ser cómplice de la miseria humana, por contrario, debe luchar para cambiar esa realidad desde la formación hasta la acción, hasta ese cómo lo hicieron Túpac Amaru o Javier Heraud.

Pienso que si quisiéramos acabar con toda esta farsa de revolución solo hay que comparar esta revolución hormonal con la del 14N, donde terminaron muriendo absurdamente dos jóvenes a los que el beneficiado de la revolución hormonal elevó a héroes solo para justificar su denigrante revolución, esa misma que inició con la protesta de dos oportunistas políticos, a los que la historia debe juzgar como tal, si no lo ha hecho la justicia hasta ahora. Y eso es lo mismo que pasa con esta dizque revolución del pueblo, donde por un sentido de revolucionario hormonal siguen muriendo más personas inútilmente, gracias a que se suman como borregos al deseo del poder de unos insensibles miserables que quieren el poder a toda costa, unos tiranos que quieren el poder sin importarles la vida de los otros, puesto que solo quieren el poder así sea por el caos, aprovechándose descaradamente del deseo revolucionario. Cualquier persona con dignidad y razón no puede sumarse a estos actos donde mueren gente inútilmente, y digo inútilmente porque finalmente no se logra ningún cambio real, solo de personaje para seguir repitiendo la historia, y todo porque los cambios que necesitamos no son los de escándalo y guerras sino de pensamiento y leyes, algo que no existe en estas revoluciones hormonales, porque son cosas que se deben mejorar y supervisar en el tiempo, y para eso debemos enseñar a que el pueblo debe aprender a votar y a tener más conciencia de la realidad, asumiendo su propia vida para cambiar la historia con cultura y conciencia, es decir, no dando un voto a cualquiera solo porque hay que votar por alguien para que no salga lo peor, tal y como lo venimos haciendo en todas las elecciones que me ha correspondido como ciudadano para los políticos. Debemos aprender que finalmente en esta última elección el más votado en primera vuelta no fue Castillo ni Keiko la segunda, porque esa oración es una vil mentira para seguir atrapándonos en el mismo círculo vicioso de siempre, todo porque no se lee, no se piensa, no se analiza, no se cuestiona, simplemente se obedece a los amos y capataces que nos dicen lo que les conviene y no lo que realmente le conviene al pueblo, a ese pueblo que se votó a sí mismo con aproximadamente 23.7% de no quiero más políticos miserables a través del voto en blanco o nulo, ese voto que pudo habernos dado una mejor realidad política, porque nos hubiera colocado como un pueblo más consciente y más digno de buenos representantes, pero no, eso no pasó y dudo que pase, porque estas protestas no hacen otra cosa más que mostrar que la escuela de la población son programas de televisión nacional como Esto es Guerra, Al fondo hay sitio, entre otras porquerías televisiva que son como los libros de autoayuda: te repiten lo mismo una y otra vez hasta que te aprendes el libreto para que puedas ir por la vida en piloto automático, esperando la orden de tu amo para salir a defender sus intereses, tal y cómo está pasando ahora mismo con ese pueblo que jode al verdadero pueblo consciente, a ese pueblo que trabaja, que busca dejar el nombre del país en alto a través de su acción diaria y consciente, esa que sabe que mientras otros destruyen al país, a nosotros nos toca reconstruirlo en el acto para no vivir en el escombro de la mediocridad y miseria nacional. Y por eso creo, pienso, siento y deseo, que quien quiera realmente armar una verdadera revolución debería contribuir con su vida diaria para que el pueblo comprenda mejor la vida, para que tenga mejores herramientas para defenderse de estos miserables manipuladores sociales, de esos amos que solo usan de carne de cañón al pueblo indocto, porque no los ven como personas, sino como ganado que se sacrifica en favor del amo, solo porque no tiene vida ni sueños propios, y por eso estos grupos de poder y los políticos de izquierda o derecha se parecen en algo, ambos aman tanto a los pobres que los multiplican, y todo para qué, para seguir sacrificándolos como carne de cañón en sus luchas de poder que nunca benefician al pueblo, sino que los desaparece por el hambre o las balas, al punto de que no dejan de enfrentar al pueblo contra el pueblo, catalogando a algunos de insensibles si es que no quieren salir a las calles a protestar como lo hace la masa manipulada, al que no se une el pueblo consciente porque reconoce que dicho acto es un suicidio colectivo, al que solo es capaz de apoyar un revolucionario hormonal y no uno de verdad, por más que los revolucionarios hormonales indiquen de que el pueblo consciente no se sensibiliza ante las muertes que parten el corazón, porque por más inútiles que sean duelen infinitamente, pero no por el profundo dolor que nos causen esas muertes nosotros vamos a honrar su muerte con más muertes y menos dejando el poder en manos de unos sanguinarios políticos de derecha o de izquierda, saqueadores de la nación, esos que son los verdaderos insensibles y que festejan que el pueblo anda luchando por ellos o contra ellos para seguir demostrando su poder, su poder de opresión y manipulación, tal y como ahora está sucediendo, donde todo puede estar planificado para alcanzar el objetivo final, aquel que los miembros del lápiz nos lo hicieron saber desde que entraron en campaña con la intención de ser elegidos como presidentes y congresistas por esa apariencia de radicales que quieren terminar con la corrupción en el país, al punto de enamorar a un pueblo mediocre con esa idea, lo suficiente como para que ese pueblo mediocre hoy no se dé cuenta de que estos políticos desde el primer momento han tenido la fiel intención de cerrar el congreso, cambiar la constitución, la asamblea constituyente, al punto de que más de una vez mencionaron que si vacaban a Castillos ellos iban a salir a las calles para liberarlo, cosa que está pasando, y así también indicaron que ellos alcanzarían la asamblea constituyente si es posible a través de una guerra civil, adónde nos estamos dirigiendo silenciosamente, sin darnos cuenta porque tenemos la razón dormida, y todo gracias a la miserable, estúpida y ciega derecha que no deja de caer en los palitos del plan de la izquierda, ese que me atrevo a analizar aquí y ahora todo porque veo que la maldita derecha -que también debe desaparecer políticamente con todos sus partidos actuales- anda cayendo en el juego de la izquierda como meros descerebrados y grandes desesperados por conservar el poder, como siempre lo hicieron, solo que con un pueblo menos indignado y sin líderes que los identifiquen, que los domen y sometan a ideas retorcidas como esa publicidad de campaña: “No más pobres en un país de ricos”, donde solo se enriquecieron unos cuántos, tal y cual suele pasar con los políticos de derecha en el país, porque todo está orquestado dentro de un plan determinado, ese que hoy es continuado por Dina Boluarte al mando de la nación, a quien la derecha cree tenerla como la persona que traicionó a Castillo, cosa que dudo en sí mismo, porque pienso y creo fielmente que esa es la forma de obtener la confianza de la derecha y el desprecio del pueblo para poder continuar con el plan trazado por la izquierda oportunista y maquiavélica, ese plan que en este momento se encuentra en un estado de continua represión y asesinato del pueblo para que ese pueblo revolucionario siga llenándose de odio, rabia e indignación para que al fin estalle la guerra civil, esa que pondría en libertad a Castillo y que nos conduciría a la Asamblea Constituyente que tanto anhelan para alcanzar ese cambio de Constitución que los dejará en la cima del poder, logando perpetuarse en él bajo una dictadura legal, mismo Fujimori en 1992, solo que con un pueblo más dividido, un pueblo más resentido y sobre todo más mediocre, porque penosamente en estos tiempos ya no se puede hablar de ignorancia, porque la ignorancia se soluciona con formación y razón, en cambio, la mediocridad ni con las balas; y es por eso que los dizque intelectuales y el pueblo libre y consciente debe replantearse la vida y la existencia, así como esa indignación que tiene, no para salir a las armas sino para mostrar su indignación ante tantas injusticias sociales a través de acciones que nos ayuden a mejorar la sociedad con conciencia y razones que nos lleven a tener una urna más digna, una urna que represente la riqueza real del país y no de la mediocridad de la población.

Chiclayo, 15 de diciembre de 2022 a las 11:53 horas

¿Descarga o Renuncia Cultural?

Macv Chávez

Anoche –o esta madrugada– escuchaba una entrevista donde el caricaturista ucayalino Carlos Cavero le decía al entrevistador: “Soy pucallpino, aunque me dicen que no parezco de aquí, porque no tengo el dejo”, y me quedé reflexionando en ese “no pareces de aquí” que la gente lanza a cada instante, simplemente por la apariencia o por el sonido de la voz, debido a que el frasco que envuelve el ser tiene genes de algún lugar del mundo o porque uno migró durante un tiempo a otra parte, pues esa es la realidad de los pueblos en estos tiempos: hay una mezcla extraordinaria de genes (al menos en el aspecto físico, ojalá fuera en el mental y en mayoría).

Ahora recuerdo que este vicio del “no pareces de aquí” quizás se deba a que cuando uno era pequeño existía la pésima costumbre de decir o enseñar que los de Pucallpa o Ucayali eran los Shipibos, Cocamas, Chamas (este último término es bastante despectivo, vamos, un insulto)  y algunos otros nombres más que no recuerdo, pero que usaban para decir que eran los oriundo de esta zona de la selva, como si los otros fueran de otra ciudad o del extranjero, algo que quizás lo hacían solo para sentirse diferentes, de otro abolengo, de otro nivel, de otra raza, de otra casta, puesto que a los nativos de la zona se les trataba con cierta discriminación o racismo, porque penosamente todavía somos un país racista, incluso hasta ahora, aunque menos que antes o quizás de otras maneras; y creo que esa es una de las razones que ha llevado a la gente a tratar de conservar lo suyo de tal forma que ha primado el regionalismo como disco rayado, algo con el que también suelen aplicar el racismo, cosa que lo he vivido como dizque escritor, puesto que al no parecer ni pensar ni escribir regionalismo sigo siendo considerado como uno de Lima, solo porque he vivido la mayor parte de mi vida allá, cosa que me parece ridículo, pero bueno, trato de comprender, al mismo tiempo que intento contribuir con el desarrollo cultural de la ciudad, aunque a veces tengo unas profundas ganas de tirar la toalla y decir “no puedo más”, porque es cansado intentar hacer cosas y vivir esta silenciosa o ciega discriminación, fuera de la penosa corrupción que se ha implantado en el mundo de la cultura también.

En el último año he podido observar con más fuerza la virtud de este regionalismo, cosa que no considero malo, porque la identidad y la conservación cultural es imprescindible para el desarrollo de un lugar, solo que no de forma extrema ni paupérrima, puesto que los tiempos modernos apuntan hacia un desarrollo socioeconómico y sociocultural orientado a la globalización del individuo, porque es ahí donde encontramos las falencias del sistema de vida, de la salud, educación, trabajo, seguridad, alimentación, conservación de la cultura y del patrimonio, de la justicia social, de la dignidad del ser humano, de los deberes y derechos humanos, de la explotación del hombre por el hombre, entre tantos otros temas que debemos mejorar para equilibrar la balanza de una vida digna, acorde a la evolución del hombre de estos tiempos, tanto en ciencia, tecnología, conocimiento y pensamiento de y sobre la humanidad, sin encontrarnos con todas esas injusticias o desigualdades sociales que hacen larga las brechas entre unos y otros, colocándonos en niveles de vida de supervivencia y sobrevivencia, donde el ser humano lucha a diario para no dejarse oprimir por nadie pero sin dejar de oprimir a los otros, o simplemente siendo oprimidos pero luchando para que cese la opresión algún día, sobre todo cuando se alcance ese estatus social que permite tener la vida digna anhelada, una vida que no debería ser anhelada sino parte del sistema de vida de las ciudades o pueblos de estos tiempos, puesto que se supone que ya no vivimos en tiempos cavernícolas ni de cazadores y muchos menos en eras imperialistas, razón por la cual no tiene ningún sentido que seamos una humanidad tan paupérrima a pesar de tanta evolución sobre el saber humano, pero como finalmente no sabemos nada, puesto que solo tenemos conocimiento de las cosas, de las ideas de dignidad y de los derechos humanos, no comprendemos el valor del deber, por ende, seguimos en los mismos tiempos cavernícolas o cazadores, donde el vivo o pillo somete o aniquila al otro para la satisfacción de sus instintivos deseos humanos o de animales racionales, mismos animales domesticados.

Hace unos días, una joven amiga me consultaba por algunos personajes del mundo cultural de las letras de la ciudad, a sugerencia de otras personas y comentario mío, así que con la honestidad que corresponde al ser le di mi apreciación sobre cada uno de ellos, descartando a algunos, como también cursando la invitación a uno que otro, donde un sorprendente sujeto me pregunta cualquier otra cosa menos sobre la invitación, pensando solo en la vanidad de sentirse o querer sentirse grande y famoso, me imagino, porque su respuesta fue más ególatra que cultural, razón por la cual le contesté de forma sutil, como quien diciendo camufladamente que su respuesta era irrelevante y que debía contestar si iba a participar o no, porque los demás están sumándose a esta gran iniciativa que es digna de apoyar, y simplemente me dejó en visto, pero como quería, bueno, necesitaba una respuesta para dar fe de que es como es, solo le dejé escrito que confirmara su participación, aunque en sí quería decirle: “Ya no, ahí nomás, gracias.”, pero quedé esperando su respuesta, algo que dio al día siguiente por la tarde o noche creo, aduciendo que ya tenía otros compromisos, pretexto que nace de su tan venerado ego, acompañado de su paupérrima soberbia, evidentemente, de no haber sido por el deseo de esta amiga, jamás le hubiera cursado la invitación, porque ya conozco esa vanidad que me da lástima.

Debo confesar que este es el comportamiento natural en las gentes del mundo cultural, pero no en cualquiera, sino en los que se creen grandes sin siquiera serlo, cosa que me conduce a recordar la pregunta del otro fundador de Los Malditos Puéticos: “¿Habrá algún día en Pucallpa un Borges, Cortázar, entre otros? Dudo que eso pase, por diversas razones, los mayores ya han cumplido una etapa y están casi de salida, pues ya alcanzaron su máximo nivel, son buenos unos que otros, algunos han hecho grandes acciones culturales y se agradece y admira dicha labor, aunque con sus limitaciones, otros simplemente se han colado a lo que ellos hicieron para darse renombre y fama de dizque escritor, otros simplemente se metieron a ese mundo para creerse algo que jamás serán, y otros simplemente se perdieron porque no vieron futuro más bonito que el hambre, y finalmente están los que simplemente se fueron porque vieron que no tenían talento, al menos felicito a estos últimos por darse cuenta de ello, eso es de admirar y por encima de los que se cargan de vanidad solo por tener varios libros publicados y darse de esos “grandes escritores”, cuando solo son un escritor más.

Causa pena ver esta soberbia en el mundo cultural, pero más lástima me causa ver a profesionales descarados, cínicos y miserables, con un bajo nivel de conciencia y humanidad, con una paupérrima visión de la vida, con un orgullo tan falso como las promesas políticas, sobre todo a los que terminaron obteniendo su título en una universidad nacional, beneficiándose del sudor de los otros, de esos pobres a los que no tienen consideración una vez que tienen el cartón de la mediocridad, ese cartón que les hace dueños del derecho para mí y no para los otros, por ende, se convierten en seres inconscientes que no retribuyen nada al pueblo que les mantuvo la carrera con el pago directo e indirecto de sus impuestos, y algunos son más descarados todavía, porque se convierten en trabajadores del estados hasta saquearlo, es decir, gustan de seguir siendo mantenidos por los impuestos del pueblo, y encima envían a sus hijos a las universidades públicas con el mismo pensamiento con el que ellos asistieron, cosa que es penoso ver, y por eso la inconsciencia humana es la que está destruyendo nuestras sociedades, porque la inconsciencia mina profundamente en el ser hasta hacer crecer la deshumanización del hombre, y por ello celebro con alegría cuando encuentro un profesional que tiene conciencia social, casi imposible en estos tiempos, porque la mayoría se ha materializado hasta dejarse envolver por el individualismo de la mediocridad, esa que apunta solo a la dignidad de mi vida y no de la persona en sí  misma.

De seguro, hasta aquí, más de uno ya se ha rasgado las vestiduras sin dejar de inflarse el pecho con grandeza de nada, tildando a uno de resentido, como tantas otras veces ya lo hicieron, sin comprender que lo que tengo es rabia, impotencia y una absoluta decepción por su humanidad, esa que vendría a ser una insulto a la inteligencia, aunque más a la sabiduría, porque el saber nos incita e invita a vivir en conciencia y la conciencia no es ególatra, y por ende si un profesional de universidad estatal no llega a comprender que gracias al sudor del pueblo tiene la oportunidad de gozar del privilegio que es estudiar en una universidad gratuitamente en un país, donde todavía la dignidad humana está en modo de sobrevivencia, está perdido, fuera de sí, lejos de toda razón y evolución humana, porque todavía sigue siendo un animal domesticado, uno que vive luchando por tener una vida mejor que los otros, solo para sobrevivir, porque penosamente, aunque parezca una idea descabellada, estudiar en una universidad pública es un privilegio, puesto que no todos lo pueden hacer; y existen diversas razones por la que grandes talentos intelectuales se ven imposibilitados de hacerse una carrera profesional, pero principalmente es porque una carrera implica destinar tiempo libre a los estudios, sobre todo cuando en la mayoría de las universidades nacionales los horarios académicos son de día, donde la mayoría termina viéndose imposibilitado de postular porque tiene el deber y obligación de trabajar para subsistir, quedando de ese modo fuera del beneficio universitario.

Por otro lado, tampoco hay que sentirse menos porque no se pueda ir a la universidad, puesto que en nuestro país no habría razón de soberbia ni orgullo al obtener un título en una universidad pública, puesto que la mayoría de universidades cuentan con un bajo nivel intelectual en la plana docente, y por lo tanto también en la estudiantil, donde son muy pocos los destacados, y destacar entre desventajados es una muestra clara de que el nivel académico de uno es un espejismo, una falsa soberbia, tan igual como la del escritor que se cree dios cuando no es más que uno más del montón, porque el buen profesional, el que destaca de verdad suele tener esa conciencia social que tanta falta nos hace en estos tiempos, puesto que un profesional con conciencia social comprenderá que su logro es producto del esfuerzo de muchos otros, esos otros que le permiten gozar del beneficio de una universidad pública, porque sin impuestos que permitan destinar dinero a las universidades no existirían universidades públicas, por ende, estos profesionales, si de verdad se hacen profesionales, deberían tener en consideración la responsabilidad social que tienen sus vidas, aportando de alguna forma al desarrollo sociocultural de la nación, para que los otros también puedan contar con una vida digna, es decir, deberían salir de sus burbujas de superiores, porque a lo más que son inferiores, puesto que -como más o menos diría Ramón Pérez de Ayala.: “un profesional que no es más que un profesional es bien poca cosa”.

Por estas razones, muestro mi profundo respeto y admiración a aquella señorita que, siendo tan joven y no beneficiaria de una universidad pública, hoy viene organizando una actividad cultural para la conservación de los espacios culturales, porque comprende que las artes son las que han conservado la sensibilidad humana en el tiempo, esa sensibilidad que nos ha permitido luchar por los derechos humanos, por la salud, la educación, el trabajo, la seguridad, entre tantos otros beneficios que gozamos gracias a la lucha de otros, y que no sabemos agradecer, simplemente porque no tenemos conciencia ni razón de ser, menos de hacer. Y por eso celebro con gran alegría y aliento esta iniciativa cultural que organiza tan joven mujer, así como también felicito a todos aquellos que directa o indirectamente se suman a dicha iniciativa, una que debe ir en aumento, porque la única forma de mejorar las sociedades es a través de un pueblo culto, por ello invito a que los grupos socioculturales se unan para alcanzar mejores resultados, así como también para que los jóvenes talentos del arte y la cultura salgan de sus cuevas a la acción, tanto para hacer obras en beneficio de los pueblos como también la presión sociocultural que se necesita alcanzar para que las autoridades competentes dejen de menospreciar la importancia de la cultura en el desarrollo de los pueblos, para que así una labor cultural deje de ser un martirio, un sueño de algunos suicidas amantes del arte y la cultura, los que muchas veces tienen que luchar contra viento y marea, incluso contra los fuertes golpes que da la vida y la sociedad a cada persona que busca aportar culturalmente, tal y cual ahora lo hace esta señorita de la Cruzada Cultual Amazónica, que a pesar de sus limitaciones personales no deja de pensar en los otros, quienes también son dignos de los beneficios que la vida le dio, admirable labor que celebro con alegría, esperando que no sea la emoción de un momento, sino la acción constante de una ser consciente que ama la vida y por ende también a los otros.

Finalmente, invito a la gente a que deje de andar con actitudes mediocres, esas que oscilan desde esos comentarios que dicen que el arte no te da de comer, que la cultura es para morirse de hambre, entre otros desmoralizadores del estómago, aquellos que muchas veces suelen venir camuflados con un “te felicito por tu labor”, pero que, sin embargo, no es más que mediocridad de vida, porque no mueven ni un dedo ni aportan nada para que las actividades culturales tomen mayor valor y protagonismo en la ciudad, porque esas actitudes no hacen nada más que mostrar la mediocridad y egoísmo en el que vive esa persona, puesto que son palabras vacías, palabras que no vienen con acción, porque mucha de esa gente cuando se le comparte alguna iniciativa cultural, cuando se le pide alguna colaboración, cuando se le invoca a compartir en sus redes sociales el trabajo que uno u otro artista realiza no hacen nada, pues no comparten ni promueven el desarrollo sociocultural de su pueblo ni de sus artistas y promotores culturales, simplemente porque no es la fiesta de fin de semana, ni la chela artesanal que está de moda, cortando el nivel de acción que podría alcanzar una actividad cultural o artista o escritor, con tan solo un simple compartir, con tan solo un grano de arena, uno que muchas veces no supera ni a una chela, pero que contribuye más que una cerveza y más que la mismas empresas que los borreguizan con la política y el alcohol. Pienso que no es nada difícil ni trabajoso compartir un trabajo artístico, un libro, una actividad cultural en nuestras redes sociales, para que los que vean o visiten nuestras redes sociales puedan enterarse de alguna forma que hay gente que intenta contribuir al desarrollo cultural de la sociedad y que necesita manos para hacer de esa obra una que marque historia y un cambio en el pensamiento y actuar de la sociedad en la que vivimos, en esa sociedad que hoy comparte un sinfín de estupideces y cosas absurdas solo para reírse desde el vacío existencial en el que vive.


Pucallpa, 15 de septiembre de 2022 a las 11:21 horas

Defensores de los Saqueadores

Macv Chávez

“Me gustaría soñar con que el pueblo ha aprendido de esta «pandemia» y decir que no volveremos a lo mismo, porque el pueblo se levantará con su acción para ser un mundo mejor. Me gustaría soñar con esta utopía, pero todavía tengo que estar despierto para comer.” – 2020.

Siempre me había preguntado la razón por la cual la policía y demás autoridades del gobierno municipal, regional y nacional golpean desenfrenadamente a los que les dan de comer: al pueblo, cosa que no comprendía por más que le daba vueltas y vueltas, por más que me decían que era porque están obligados a seguir órdenes de sus superiores, entre otras cosas; pero hoy, pude verlo con mayor claridad, cuando en la calle Bolognesi oí un grito desesperado, el que me llevó a dejar el almuerzo para darme media vuelta y contemplar a un señor que se ponía al frente de un carro municipal o policial, abrazando al vehículo para que sienta su dolor, su impotencia, porque los otros no lo sentía, porque penosamente este grupo que andaba en el carro, según mi mala visión, desde policías municipales hasta los de verdad, estaban avanzando con mercadería robada, sí, robada, robada por estas dizque “autoridades”, porque eso de decomisar a la gente que se busca la vida diaria y honradamente no es más que un robo a mano armada de leyes y normas que solo sirven para la opresión y represión del pueblo, tal y como lo hacen las autoridades de gobierno, a las que suelen defender muchos policías y demás sujetos del orden cuando existen luchas por injusticias sociales, donde se oprime al pobre solo por tener el poder, ese poder que el pueblo deposita en ellos para que los representes, no para que le hurten ni los aplasten y menos humillen como muchas veces suelen hacerlo.

Es evidente que tenemos serios problemas sociales, para lo que se requiere la representación de toda esta gente en el poder o gobierno; pero, penosamente, por otra parte, también tenemos serios problemas con las autoridades, porque llevamos siendo conducidos por la sobrevivencia, razón por la cual esta gente del poder en mayoría termina siendo indiscutiblemente ladrona, delincuente, miserable, corrupta, motivo por el cual como sociedades no podemos progresar como corresponde, al punto de vemos forzados -en mayoría- a buscarnos la vida como sea, y esta es una muestra clara e indiscutible de cómo estamos como país, porque hoy por hoy bordeamos un poco más allá del 90% de desempleo, esa que conocemos como la informalidad, donde la mayoría sale a buscarse el día a día, de formas distintas, algunos honradamente porque saben el valor de la vida, del amor propio y el respeto al otro, y otros simplemente van de sabios y grandes en la vida aprovechándose de los más débiles, que en sí yo no lo llamaría débiles, porque en una sociedad tan miserable y corrupta como la que nos encontramos hay que ser bien valiente para vivir honestamente, con honor, don dignidad, sin abusar ni estafar de nadie, cosa que no sucede con muchas autoridades o trabajadores del estado que se prestan o vendan los ojos antes cientos de miles de injusticias sociales que se cometen a diario, simplemente porque tienen su sueldo asegurado, ese sueldo que sale del pueblo, aunque muchos de ellos no paguen sus impuestos directamente, pero son los grandes consumidores de las grandes empresas a las que hacen pagar impuestos aparentemente, pero que en el fondo es el pueblo el que lo paga, porque finalmente la mayoría de productos de estas grandes empresas las consume el pueblo, una cosa curiosa y valiosa de reconocer.

Es un hecho indiscutible que tenemos que entender: el pago de los impuestos es de vital importante para el desarrollo de la sociedad, tan igual como también es imprescindible disminuir enormemente la corrupción, porque eso de desaparecerla en nuestras sociedades paupérrimas es una utopía, simplemente porque el ser humano todavía no ha aprendido a ser persona, y por eso muchas veces contemplamos injusticias sociales como normales o con reacciones de momento, solo para sobrevivir o ayudar a sobrevivir al prójimo, sin lograr ver más allá, en el tiempo, y por eso no dejaremos de seguir contemplando las mismas injusticias sociales constantemente, en la vida diaria, simplemente porque no hacemos o luchamos para cambiarlas de raíz, y la fuente de eso están en las leyes y normas que nos rigen como sociedades, pero también en la formación humana de cada persona; aunque a estas alturas de la vida solo dan ganas de decir suciedades en vez de sociedades y animales domésticos en vez de personas, simplemente porque para haber evolucionado tanto en el conocimiento y los derechos del hombre todavía seguimos siendo un asco de humanidad, y no hablo en absoluto, sino en mayoría, esa mayoría que es la que impone el sistema de vida, sino no tendríamos la miserable realidad que vemos a diario, pues la realidad sería otra si tan solo aprendiéramos sobre la dignidad del ser humano más allá de nosotros mismos, más allá de andar buscando una vida digna en una sociedad tan miserable.

Por otro lado, es evidente que existen muchas personas que estamos cargados de este asco a la sociedad, donde algunos cuantos buscan accionar de alguna forma para mejorarla y otras simplemente se han aislado y limitado a buscar su vida digna para no contaminarse con tanta basura; pero, siento confesar que estas acciones solo son consuelos de momento, mismas acciones revolucionarias hormonales, como el 14N vivido el año pasado, como la que hoy pude contemplar cuando la gente se metió a defender al señor hasta recuperar su mercadería, la cual es una muy valiosa acción, pero también limitada, sin un ideal en sí, porque el carro no solo tenía mercadería de ese señor, sino también de otra u otras personas, porque creo que habían algunos productos más que fueron “decomisados”, vamos, robados, sí, literalmente robados, porque lo “decomisado” ya no es devuelto a su dueño, porque muchas veces se lo reparten entre ellos; cosa que me conduce a preguntar: ¿Las otras personas no tenían la misma necesidad? ¿Ellos no sufrieron el robo solo porque no lucharon a morir como lo hizo el señor al ponerse al frente del carro? Esto es algo que me retuvo en la contemplación, porque mis ganas de subirme al carro y sacarme la M con esos malnacidos de policías o policías municipales era grande, infinita, porque no dejaban de golpear a la gente que quería recuperar lo del señor. Pero, la violencia no se soluciona con violencia, quizás sirva temporalmente para librar a alguien, pero no sirve para acabar realmente con el problema, pensé en ese momento, y simplemente me limité a pensar y reflexionar sobre este hecho que me produce impotencia, una importancia cargada de rabia, cólera, ira, porque no podemos seguir jugando en esta vida al superviviente (al que vive bajo el sudor del otro solo porque tiene poder) y al sobreviviente (al que lucha día a día para salir adelante a pesar de las adversidades de la vida y de forma honrada), porque esas son formas inhumanas de vivir, porque finalmente todos deberíamos tener la libertad de poder trabajar dignamente, para vivir de la misma manera. Por ende, debemos tener conciencia de la realidad para no llegar a niveles de opresión ni miseria, a niveles inferiores a la dignidad del hombre.

Si bien es cierto que la informalidad podría perjudicar de alguna forma a los negocios formales, también es cierto que esa informalidad muchas veces permite que mucha gente pueda atender sus necesidades básicas, por ende, la solución no está en robarles sus productos, ni abusar del poder para formalizarlos, sino buscar formas que permitan convivir a ambos dignamente, porque finalmente en realidades tan atropelladas como la nuestra ambos contribuyen a mantener la economía del país, porque si estos señores no consumieran nada, muchas empresas no tendrían las ganancias que tienen, porque la economía se mueve en todos los niveles sociales, siendo la masa la que más consume, por ser mayoría, y por lo tanto la que más impuestos aporta al estado, indirectamente, porque finalmente el impuesto viene incluido en cada compra que realizamos, no se desprende de las ganancias que tiene el empresario; por ende, creo que es tiempo de que el pueblo aprenda a tener el poder, pero para eso es indispensable tener consciencia, y para ello necesitamos formarnos como personas, en igualdad con el otro, sin distinción de títulos ni clases sociales, sino en unión del derecho y del deber, conociendo nuestros derechos civiles, reformando la educación básica para elevar el nivel de la superior y salir de tanta mediocridad, porque si seguimos estando aislados, seguiremos siendo los oprimidos u opresores de la corrupción, de la miseria.

Finalmente, por momentos pienso que la solución ante tanta miseria humana está en la anarquía, pero en una sociedad tan mediocre como la nuestra vivir en anarquía es imposible, porque eso no sería para vivir en armonía, sino en el caos, donde afloraría de peor forma la miseria humana que llevamos cargando en nosotros solo por el instinto de supervivencia y sobrevivencia, ese que se pervierte constantemente gracias a las constantes praxis sociales, esa que busca justificar la miseria con un “así es la sociedad”, “así es la moda”, “así son las cosas y yo no puedo hacer nada para que cambie”, “tengo que adecuarme a ella”, dichos que no hacen más que mostrar nuestra resignación ante la falta de evolución del ser, ante la propia incapacidad de pensar por nosotros mismos, por reconocernos como seres humanos, como animales racionales, trascendentales, logrando hacer aflorar en el día a día la miseria, esa que nos domina desde el poder político hasta las calles, simplemente porque no nos dedicamos todos a combatirla con un ideal en conjunto, con identidad nacional o humana, tomando el poder para ejercer prácticas de convivencia acordes a la dignidad del ser, sin injusticias sociales, y todo gracias a que seguimos desunidos, aislados, desnutridos del ser, mirando la realidad desde la comodidad de nuestras vidas, desde la paz de nuestros hogares, o simplemente desde el drama de nuestra existencia, buscando disfrutarla con cosas banales o efímeras solo para decir que hemos disfrutado de la vida, sin importarnos los otros, sin ir más allá de los nuestros o de los que son como uno, simplemente porque finalmente el mundo es así durante cientos o miles de años, algo que me parece el pensamiento más fracasado para haber evolucionado tanto en conocimiento en los últimos dos mil años, para haber avanzado tanto en tecnología en los últimos doscientos años, sin llegar a comprender ¿para qué carajos nos sirve tanta evolución del pensamientos si vamos a seguir girando en la misma miseria de siempre, en la del superviviente y sobreviviente, es decir, la del opresor y oprimido?

Arequipa, 19 de mayo de 2021 a las 20:25 horas

Cupido Entre Líneas

Macv Chávez

Mis clases en Cepeban marchaban conforme podía destinar dinero al pago de la media beca del instituto, sin descuidar las cosas del hogar. Durante tres ciclos me tuvo que aguantar dicha institución, aunque en los dos últimos mi paso por dicha institución casi fue de visitador médico, gracias a que había empezado mis dizque prácticas profesionales como asistente administrativo en Solidaridad en Marcha, una ONG, y todo por haber ido a la cena que realizó Rubén Díaz Hartley y su esposa Patricia para ver el video de su boda, junto al Padre Mario y Javier Cusihuamán, los acólitos, con la ausencia de Pablo Contreras, debido a que tenía clases en la universidad.

Recuerdo que cuando empecé a hacer mis prácticas con Rubén, luego de que me preguntó qué hacía por la vida, donde le contesté que estudiaba administración bancaria, mientras le devolvía la misma pregunta, respuesta que adelantó Patricia con un “Tacaño con Título”, por no decir economista; las cosas se complicaron para mis estudios, porque me era un tanto complicado llegar todos los días a tiempo, pues algunas veces llegaba quince minutos después como también a la mitad o pasada la mitad, logrando no entrar a algunas clases, a tal punto que, a finales del segundo ciclo, un viernes falté a clases de contabilidad y el lunes teníamos el mismo curso, algo que me puso en ocio aquel día, cosa que me inspiró en usar ese tiempo para transcribir en un cuaderno mis dizque primeros escritos “poéticos” para dejar de tenerlos en hojas sueltas, hasta que de un momento a otro, como nunca, entró el director académico de la institución para conversar con el profesor, quien le comentó que la clase de ese día era un ponerse al día, porque penosamente la mayoría había faltado el día viernes por razones laborales, dando como resultado a dos alumnos con toda la clase del viernes, sin la que no podíamos avanzar, porque era un ejercicio constante, algo que a él le fastidió un poco, y empezó a mirar las carpetas de todos los alumnos, hasta llegar a la mía, donde enfurecido bramó diciendo que ¿cómo era posible que yo estuviera haciendo otra cosa en clases de contabilidad? Algo que pude explicar de forma sencilla, o sea, con la serenidad del caso, cosa que pude haber mantenido si es que no hubiera continuado con su fastidio diciendo que al menos debería de tener mis hojas contables en vez de estar haciendo otra cosa, algo que me fastidió demasiado, porque el tono de su voz se había intensificado por demás, cosa que me inspiró a mirarle a los ojos y decirle: Y usted, ¿cómo sabe que no tengo hojas? ¿Quiere que las saques y no haga nada? Pues bien, así será; y en ese momento mi cuerpo dio medio vuelta, cogí mi mochila, la puse en mi carpeta, guardé mi cuaderno y hojas sueltas, para finalmente sacar un paquete de hojas contables, las que había comprado el domingo al encontrar a una conocida que vendía las hojas, junto el cuaderno en el que transcribía los dizque poemas, y lo puse sobre la mesa antes de decirle: Está bien, si quiere que no haga nada y que tenga las hojas encima de la carpeta, las tendré, mientras espero que mi compañera termine de corregir algunos errores que había encontrado en su hoja contable. Y dicho esto el director académico se marchó sin decir ni una sola palabra. Acto seguido el profesor me miró fijamente antes de decir: Chávez, te pasaste. Un poco más y le pegas al director; y yo solo atiné a decirle: ¿Quién le manda a hacer juicios que no debe y a hablar tan fuerte? Eso sí que no se lo permito a nadie. Y todos se echaron a reír, y continuamos con la clase.

Después de ese día pasé a ser el Sr. Chávez para el director académico, quien siempre que me veía me saluda con respeto, aunque mi profesor siempre decía que lo hacía con miedo, algo que un día de café con otros profesores lo compartió cuando me vio llegar temprano y se sorprendió por ello, logrando mostrarme como el alumno al que el director lo saludaba con respeto por miedo, cosa que sucedió aquel día, cuando estaba conversando con ellos y el director fue al cafetín a comprar algo para comer, algo que le sirvió al profesor para decir: ya ven que les decía la verdad. Y todos se echaron a reír, mientras que yo me dirigía a mi salón, para una clase que no recuerdo.

Por otro lado, debo confesar que la institución tenía ciertos inconvenientes con algunos profesores, sobre todo con el que nos enseñaba  macroeconomía y microeconomía en el tercer ciclo, quien siempre llegaba pasando los 15 minutos, normalmente, otras veces lo hacía más; y nos tocaba dos veces a la semana a primera hora, los miércoles y viernes; tanto que de ese modo logramos instaurar los viernes de quince minutos de tolerancia o juerga, es decir, lo esperábamos quince minutos y sino llegaba nos largábamos, algo que hicimos cerca de un mes, hasta que un día nos prohibieron la salida, porque hasta ese entonces salíamos con la excusa de que nos íbamos a sacar copia a la vuelta del instituto para la clase del día, algo que se hacía muchas veces para varios cursos, solo que cuando nos tirábamos a la fuga lo hacíamos con la mochila, algo que al vigilante le prohibieron, pero como ese día yo estaba con toda la adrenalina del caso me aproveché de mi fama de achorado o rebelde y me animé a decirle a Williams que me diera su mochila versión mochilero, donde metí 8 mochilas y me dirigí a la puerta, y el de seguridad me dijo que no podía salir con mochila, porque el director académico lo había prohibido, cosa que me dio la idea de decirle que no se preocupe, y que cualquier cosa le diga al director que el Sr. Chávez fue el que dijo que se iba, y que se iba a su casa porque le daba la gana, porque así como pago para estudiar, también puedo decidir pagar para largarme de la clase que me dé la gana; y el vigilante me abrió la puerta y me marché con la mochila de la mayoría, indicando que le haría saber así y yo le dije que estaba bien, porque era la verdad. Los otros salieron con la excusa de sacar copias, y después nos fuimos al billar, donde todos me decían que no creían que iba a salir, y yo les dije que claro que sí, porque tampoco el vigilante me podía retener, más sabiendo que el director me tenía respeto o miedo, y se echaron a reír, recordando ese momento, cuando le puse en su sitio con el mismo tono de voz con el que él me estaba hablando. Y luego de eso, a algunos les entró la curiosidad de saber qué demonios era lo que yo estaba escribiendo en ese momento, como para haberme molestado tanto, pensando que era alguna tarea de algún curso; y les dije que eran mis dizques poemas que tenía en hojas sueltas para que no se sigan perdiéndose ni malogrando, logrando causar gracia en la mayoría; y prácticamente desde ese entonces Erick, un compañero, me empezó a pedir que le ayudara a conquistar a una chica que quería caerle, cosa que en principio lo tomé como una forma de escribir más cosas, algo que luego cambió a que no le iba a escribir todo yo, porque me resultaba falso que le diera como suyo un poema que no tenía nada de su ser, y de ese modo dejó de pedirme. Al poco tiempo se flechó de otra chica y me pidió nuevamente el favor, razón por la cual le dije que no lo haría si es que él no me decía qué cosas quería expresarle, en mayoría siempre terminaba en me gustan tus ojos, cómo me miras, caminas y cosas que son tan comunes como los te amo o te quiero o me gustas cuando intentas decirlo por voz de otros.

De ese modo empecé escribiendo para otros usando la voz de ellos, aunque simplemente las palabras fueran más comunes de las que yo usaba, porque eran cosas que todo el mundo te decía, pero al menos podía leer en sus expresiones más o menos el cómo él quería decirle o hacerle saber su sentir; tanto que recuerdo que un día, saliendo de clases, mientras caminábamos al paradero, Erick confesaba que ya estaban de enamorados y que quería ahora convencerla para que tuvieran un delirio a cuarto cerrado, evidentemente él lo dijo con palabras más simples, y le pregunté qué quería decirle y no supo decir nada, pero estaba jodiendo tanto que le dije que ya, que lo iba a hacer, y de ese modo escribí una dizque carta de amor, donde los mensajes candentes se manifestaban en varias líneas con diversas frases románticas y eróticas que dejaban el mensaje más que claro, tan claro como que lo habían disfrutado los dos, algo que les llevó a una larga temporada de buen romance, cosa que me alegraba, porque sentía que mis escritos servían para algo bueno, hasta que un día vino a pedirme que le escribiera algo para la reconciliación, cosa que ya me pareció bastante descarado, y le dije que le iba a cobrar 10 soles, algo que accedió, pero que jamás me pagó, cosa que me inspiró para nunca más volver a escribirle algo, haciéndole escribir su propia carta, aquella que finalmente la invitó a dudar de la autoría de los escritos anteriores, restándole punto en su intuición femenina.

Arequipa, 05 de mayo de 2021 a las 19:47 horas

La Responsabilidad Social del Escritor

SURCOS comparte el siguiente texto del escritor Macv Chávez:

Yo miro al cielo porque tú estás abajo
te aplasto el cuello como en el apocalipsis
tú no eres espejo
tú ya eres vida rota y no se te prende el foco
tú no puedes ser mi reflejo
menos el soberbio verso de mi yo

Yo soy el viento que llega a tus oídos para hablar como un dios
para decirte que tengo la razón entre mis calzoncillos
y un ciego mundo que me aplaude por costumbre
porque mi pluma vuela sobre el ego que no tengo a pesar de ser narciso
nada funciona sin uno de mis versos
y nada pasa frente a mis ojos

Puede que el ciego sea yo y tú
al vernos tan distantes de nuestros sueños
respirando este ambiente que sabe a infierno
a un relato de terror y a una constante guerra por la igualdad
donde tú también me quieres aplastar por ser apocalíptico
y por andar en este mundo destruyéndoles a todos que tienen amor propio.

Lima, 21 de noviembre de 2020 a las 11:11 horas

He querido empezar mi dizque ponencia con este poema, porque considero que entrar directo duele, por ende, hay que buscar un estímulo previo al disparo de las ideas, porque pienso que escribir finalmente es una conversación con uno mismo, pero no solo consigo, sino también con la humanidad, porque este diálogo nace de la acción de contemplar y analizar la realidad con intención de transformarla, porque quien escribe de una u otra forma busca acabar con el problema o darle alguna solución, aunque sea solo en la imaginación, y por eso se crea mundos o historias donde de alguna forma el problema se termina, de buena o mala manera, es decir, de cualquier forma la simplificamos a la vida diaria, al hecho de estar vivos, porque la vida continúa sin los personajes que la joden o se joden, sacando de esa manera a flote desde el más esperanzador pensamiento hasta el más criminal de ellos, porque simplemente queremos purificar la existencia de alguna manera; y por eso escribir también es un acto de creación, y por eso creamos personajes para ser salvadores del mundo o simplemente sus detractores, aunque también a veces simplemente somos los del punto intermedio: los observadores, los que solo miramos y no decimos ni hacemos nada mientras el mundo de los otros se cae a pedazos; y todo esto sucede dentro del escritor -como en la vida misma- para luego ser impregnado en el papel y el tiempo, porque es así cómo se expulsa o vomita lo que se lleva dentro, en un texto que directa o indirectamente termina en el otro (el lector); y es aquí donde podemos comprobar nuestra acción social, en el lector, porque finalmente podemos terminar siendo el detonador que despierta los sentires humanos que impulsan o motivan a dar riendas suelta a su ser trascendental o a la deformación del mismo; y por ende, creo que es aquí donde empieza nuestra tarea o nuestra responsabilidad social; y esto no quiere decir que no se escriban todas las barbaries humanas y que debemos empezar a escribir cuentos de flores y mariposas, porque eso cortaría la libertad de la imaginación y del pensamiento; sino, lo que quiero decir es que es importante e indispensable marcar la diferencia que existe entre la realidad y la ficción, invitándolos de una u otra manera a meditar sobre el propio ser de nuestros personajes: el ser humano, porque es el ser humano el personaje principal de todas las obras, habidas y por haber, sea de realidad o ficción, porque no hay otra forma de escribir, por más que el persona sea un chancho que vuela, un mono que fuma o una rata que roba, debido a que finalmente no escribimos para los animales, sino para las personas, para los seres humanos; y por eso debemos tener conciencia de esta realidad irrefutable y empezar a ver las cosas desde un punto de vista más trascendental para el ser, desde ese ser que va más allá de sí mismo para encontrarse en el otro y con el otro, siendo pares, iguales, sujetos de derechos y deberes, logrando tener un encuentro con el bien común, con tu bien y mi bien y el de los otros, porque finalmente nuestra vida queramos o no está ligada a la sociedad, porque procedemos de una sociedad que se llama papá y mamá, aunque muchas veces esta sociedad no suelen terminar armonizada como el ideal de vida lo espera, porque simplemente todavía nos falta mucho por aprender como seres humanos, porque el hombre (varón y mujer) no ha aprendido a ser hombre (varón, mujer y todo lo demás);  y es aquí donde sale a la luz la principal razón de por qué es importante que el escritor asuma su responsabilidad social: la de formación, porque, queramos o no, somos parte principal de los que forman parte del grupo de formación humana, porque influenciamos en la formación del hombre con nuestras ideas, esas que plasmamos en un libro de ciencia ficción como de política o de cualquier otra índole, porque finalmente nada está desvinculado de nada, por más que queramos darnos de ermitaños o seres extraordinarios, porque simplemente todos somos un diente más en el engranaje de la vida; y por ello la riqueza de nuestro ser está en saber ser uno en medio de todos, por ende, debemos dejarnos de creernos dioses, ídolos, seres sagrados, entre tantos otros que he podido contemplar en este tiempo de vida sociocultural, donde siempre terminé haciéndome la misma pregunta: “¿Qué pasaría si tan solo nos dejaríamos de tantas pajas mentales con esto de ser escritor y nos ponemos a escribir de verdad, para lo que realmente sirve escribir?

Finalmente, creo que eso sería todo lo que tendría que decir con respecto a la responsabilidad social del escritor, aunque creo que no he dicho nada, o no sé. Pero bueno, por otro lado, en este momento quiero empezar a citar a Aristóteles con su frase tan usada en las redes sociales en tiempos de guerras intelectuales como en debates escolares: “el hombre es un ser social por naturaleza”, a Marañón diciendo que “la bondad prevalece a la inteligencia”, a Ortega contándonos que “yo soy yo y mi circunstancia y que si no la salvo a ella, no me salvo yo” o simplemente recordándonos que “la claridad es la cortesía del filósofo”, a Sócrates diciéndonos que “yo solo sé que no sé nada”, según la versión de Wikipedia en su cumbia filosófica, para terminar con Sartre que escribe en la introducción de ¿Qué es literatura? “Una función social”, esa que nos sirve de muchas cosas, como un escape, medio de entretenimiento, forma de investigación, entre tantas otras opciones que nos brinda la literatura y la escritura en sí misma, que de mencionarlas no podría terminar nunca, porque tampoco las sé, porque creo que lo que nos falta finalmente a los escritores es tener conciencia de nuestra propia existencia, para dejar de sentirnos dioses intelectuales o mentes brillantes, y descubrirnos igual a los otros, para desarrollar nuestras capacidades en responsabilidad principalmente con nuestras vidas, porque sucede que muchas veces desarrollamos personalidades repetidas, es decir, copiamos clichés, ejemplos de otros para sentirnos importantes y grandes, cayendo en la ceguera o soberbia del conocimiento, cosa que me parece inútil o innecesario, porque finalmente son los escritores o los intelectuales, los que conducen el destino de su nación a buen puerto, porque son los que nutren a su nación, como a los que están más allá de sus límites territoriales, y si no lo creemos así veamos el ejemplo de Grecia en su época o a Alemania, las que fueron cunas de grandes intelectuales: filósofos, literatos, entre otros; y si queremos ir más allá de una nación,  miremos a los judíos, muchos de estos personajes cambiaron la historia; y por eso creo que ahora hay que empezar a preguntarse: ¿Hasta cuándo van a tener tanto protagonismo estos judíos? Claro, sin terminar siendo otro Hitler, ah. ¿Por qué no existe el mismo protagonismo en nuestra sociedad? Y aquí seguro más de uno dirá: no campares a esos con los nuestros, que esos están por los cielos y los de aquí por los suelos, cosa que es verdad, y que no pienso discutir, porque ellos ya están muertos y por eso los he citado, para no terminar peleando en vano, porque esos fueron autores que en su tiempo dieron lo mejor de sí, hasta cambiar el rumbo del mundo o simplemente hasta dejar una huella de su ser para ser recordados, contribuyendo de alguna manera a nuestros sueños o anhelos, como también a nuestras reacciones personales, porque quién va a negar que no ha seguido ejemplos de algunos escritores para hacerse intelectual, ejemplos como el fumar, beber, ir de putas y hasta ese deseo de revolución, entre otros vicios que usan de pretexto para aflorar su pensamiento e imaginación. Pero bueno, creo que los que estamos hoy aquí, de pie, sentado o echado, podemos hacer algo para cambiar esta realidad de alguna forma, tanto desde aquellos que son escritores hasta aquellos que son lectores, porque ambos se nutren mutuamente, el lector se alimenta de lo que escribe el otro y el escritor se inspira para el lector a través de su sed o hambre de conocimiento; y por eso pienso que tendremos mejores intelectuales cuando tengamos una sociedad menos desnutrida mentalmente. Y esta es una tarea que el escritor debe empezar a trabajar con gran responsabilidad, sin esperar ser Alemania o la comunidad judía de la noche a la mañana, sino simplemente siendo persona, teniendo conciencia de su realidad para mejorarla, para hacerla mejor, cada vez más libre, más tolerante, más comprensiva y equilibrada, porque es ahí donde alcanzaremos la igualdad, sin dejar de reconocer nuestras capacidades humanas: la de ser poeta, cuentista, pero por favor, sin venir con cuentos chinos, que ya suficiente tenemos con el cuento chino del 2020, novelista, sátiro o político, al final los dos son unos payasos, filósofo, historiador, entre tantos otros que también son escritores y actores del desarrollo cultural de un país, ese desarrollo que nos hace tanta falta, tanto como a mí me hace falta el café, para despertar y no  dormir sin antes decir gracias por todo, sobre todo por escuchar cada una de mis ideas voladas, esas que no necesitan de marihuana para decir lo que se me venga en gana, como un, chao, adiós, se acabó.

Lima, 21 de noviembre de 2020 a las 15:24 horas

Macv Chávez

La Primavera De La Pendemia

Macv Chávez

Vamos a ponernos masa y decir: septiembre ha llegado susurrándome al oído que hemos fracasado como país, cosa que me conduce a pensar: ¿realmente el peruano ha sabido meditar y contemplar la realidad de la vida sociocultural de su nación durante esta larga pendemia (show mundial que todavía tiene para ratos)?

Debo confesar que la realidad me va a indicar que solo un 3% seguirá siendo el grupo consciente. Un porcentaje que podría hacer mucho, pero que finalmente no hace nada, porque simplemente está cansado de contemplar tan miserable realidad; y digo miserable porque una persona consciente no va a manipular a otra para alcanzar sus fines, porque quien es consciente es libre, y quien es libre busca que las acciones de su vida se den en libertad, y la libertad implica que la otra persona también tenga la misma libertad de ser y hacer, para que sea su decisión personal la que le lleve a actuar, y no las órdenes de un patrón, guía o pastor, esos que finalmente son más de lo mismo: el jefe, dios, patrón, guía u otros que le ordena hacer -directa o indirectamente, debido a que hay gente que no ha aprendido a tomar decisiones por su propia cuenta (existencialmente), es decir, por convicción personal, porque solo saben hacerlo por convencimiento, cosa que sucede a diario en la vida de la masa, puesto que está acostumbrada a comprar las cosas para su vida por floro o publicidad, esa que llega desde el vendedor que viene con labia de orador hasta el presidente pinocho que para en el país de las maravillas, porque de cualquier cosa se puede robar, puesto que todo el mundo solo busca disfrutar el momento (una acción que se basa en una especie de Carpie Diem versión barrio), sencillamente porque no protesta, no razona, no medita; debido a que se deja guiar por lo que le dicen “los que saben”, desde “los profesionales”, “políticos” y “medios de comunicación”, personajes o entidades que solo buscan un interés en común: la prostitución del ser, porque solo les interesa cobrar su dinero por los servicios prestados, misma puta, porque es de este modo cómo la prensa, el cuarto poder, -el más importante según un pensador que en algún momento leí y que ahora no recuerdo, porque no me parece de vital importancia- pasa a ser una de las mayores rameras de la historia, porque la verdad se va a la mierda cuando se la manipula en vez de contemplarla y cuestionarla para buscar su belleza para accionar en pro de ella, y por ende, de nosotros, de todos por igual y sin distinción alguna.

Entonces, si comprendemos que la prensa es una ramera que cobra por sus servicios, debemos saber que lo que consumimos es una efímera información, irreal, realidad maquillada para manipular; o sea, una gran mentira, y por ende, un gran autoengaño, porque finalmente las putas nos muestran aquello con lo que queremos ser engañados, la idea de algo que no es por sí ni en sí mismo, simplemente porque eso es lo que sus parroquianos consumen. Por lo tanto, si queremos cambiar la realidad sociocultural de nuestro país, debemos dejar de consumir la información basura, la que nos limita el ser, es decir, la racionalidad, la capacidad de contemplar la realidad para analizar, aceptarla y cuestionarla; y para eso necesitamos comprender que las putas trabajan para sus cafichos y no para los feligreses, esos cojudos que asisten a su centro de trabajo para disfrutar de sus efímeros cariños, esos mismos que llegan a tener el poder gracias al “vox populi”, porque la gente que la consume es la que la promociona y la convierte en su Dios, al punto de que es incapaz de cuestionar la información que le brinda. Y, por ende, la prensa no es la única culpable de la mierda sociopolítica y sociocultural que vivimos en los últimos tiempos, porque si nos ponemos a contemplar estas dos grandes realidades vamos a descubrir que giran en un mismo círculo vicioso, donde el dueño del burdel es el que tiene el control sobre las putas, quienes sí o sí deben someter a los parroquianos con la idea de felicidad, esa que les brindan en el momento que las poseen, para que finalmente sean estos fieles los marqueteros o publicistas de los efímeros placeres con los que nos alimentan en la vida diaria de un yo escapista, porque la información que nos brinda la prensa solo son comunicados que sirven para escapar de la realidad, para adentrarse en una caverna de miseria de la que no salimos por andar de espalda a la luz, debido a que -como dirían los físicos cuánticos- “la realidad no existe hasta que se la observa. Y por eso me atrevo a decir que es evidente que vamos a tener miseria humana para largo y tendido, simplemente porque la masa, la mayoría de la población, es consumidora de los placeres que nos brinda la puta prensa, esa puta que está controlada por los cafichos del poder, esos dueños de los burdeles económicos que controlan al gobierno, a quien simplemente le pagan su comisión para que se haga de la vista gorda, tan igual como ellos lo hacen cuando al gobierno le toca robar, pagando de ese modo su comisión al gobierno de turno y su porcentaje a la puta prensa por los servicios prestados.

Por eso, desde esta perspectiva o pequeño análisis, podemos contemplar que existe un grave problema de consumo, tan grave como la comida chatarra, porque es así de dañina la televisión basura y la prensa prostituida, porque simplemente son medios de comunicación que contribuyen a la deformación del ser, porque solo se dedican a alimentar la miseria humana, es decir, a seguir en más de lo mismo: mostrando un desinterés por la realidad sociocultural y sociopolítica del país, debido a que no hemos comprendido de que son nuestras acciones miserables, esas que van cargadas de silencio, desinterés, olvido, del mirar para otro lado, para hacernos de la vista gorda, es decir, de una profunda complicidad ante tanta corrupción humana, esa que en alguna ocasión nos ha puesto en el ranking de los más ignorantes del mundo, como también de los más corruptos del planeta, cosa que debería darnos vergüenza, pero ¿cómo avergonzarnos de algo que no tenemos conciencia, de algo que desconocemos simplemente porque tenemos todavía una mentalidad paupérrima del ser y hacer? Por ende, creo que, si estamos pensando que el mundo necesita una revolución, esperemos que el mundo se dé cuenta de que la verdadera revolución de estos tiempos consiste en una reformación humana, para no seguir deformándonos como personas, con esa puta información que nos brindan y enseñan los grupos de poder, porque, de lo contrario, si seguimos en este mismo vivir, pronto podría venir una verdadera Pandemia y no la contaríamos, simplemente porque ni enterado estaríamos o simplemente porque no la contaríamos a falta del vivir, simple y sencillamente porque sería difícil sobrevivir siendo pobre y vulnerable, masa explotada y oprimida, cosa que ya lo hemos visto más de una vez durante estos meses de Pendemia Covid 2.0, y del cual salimos con los brazos cruzados ante tanto robo a la nación, sencillamente porque también haremos lo mismo en algún momento, mientras lo justificaremos con alguna frase de autoayuda, misma prensa nacional, porque el fin justifica los medios -corearían a Maquiavelo, mientras aplastan a algún reflejo del propio ser, solo que del lado opuesto: miserable oprimido y no miserable opresor.

Finalmente, creo que dejaré de ser masa para empezar a parir una nueva pregunta, una pregunta que indudablemente estará rondando en mi cabeza, buscando encontrar la respuesta, porque es una pregunta que busca encontrarse, saberse, porque es indispensable preguntarnos sí ¿aprenderemos algún día a ser personas, para dejar de ser animales racionales cargados de irracionalidad, con la finalidad de trascender como seres humanos, alcanzando el bien común sin la necesidad de oprimir la libertad del ser y quehacer?