Ética y religión en la coyuntura política costarricense

Diego José Zárate Montero

Ciudad de México

  1. Los ateos como víctimas de la libertad religiosa del proyecto 19.099

Parece mentira que un ateo haya sido la primera gran víctima de la singular libertad religiosa que promueven ciertas sectas evangélicas en la agenda política nacional través de sus curules legislativa convertidas en púlpitos, y con el apoyo cómplice, tácito y explícito, de una pintoresca élite política que reúne líderes sindicales y gremios empresariales que están dispuestos a sacrificar el estado de derecho con tal de no ver disminuidos sus privilegios.

El problema político en Costa Rica no es entre evangélicos, católicos y no creyentes. Tampoco es entre heterosexuales y homosexuales, ni entre empleados públicos y empleados privados, ni siquiera entre estado y mercado; es entre una élite política que reúne intereses económicos contradictorios, y por tanto actúan para impedir cualquier solución en las que ellas pierden privilegios. Estos sectores son, de hecho, los enemigos públicos de cualquier reforma fiscal.

Entre el culto a la fe evangélica, y su origen protestante, y las prácticas de algunos cultos devenidos en sectas religiosas existen abismales diferencias, la primera y más importante que hay que reconocerles, es reintroducir el tema de la ética y los valores en la política nacional. La época de la tecnocracia en la administración pública, inaugurada en América Latina como reestructuración luego de la crisis de la deuda en los 80’s, ha llegado a su fin, y el variopinto origen de los diputados del bloque evangélico-que ha despertado un elitismo no menos sectario entre partidarios del gobierno-revela el desgaste de ese modelo político en Costa Rica, y la región. Incluso algunos economistas políticos norteamericanos, como Kotz (2017), consideran que la estructura social de acumulación neoliberal en EEUU llegó a su fin con el gobierno de Trump, iniciando una nueva etapa histórica, aunque todavía nos encontremos en el momento de los regímenes de ruptura o anti sistema, pero que apuntan al resurgimiento de regímenes fascistas en potencias mundiales.

Sin embargo, acompañado de esta introducción de la ética en la política, las sectas religiosas reproducen sus propias prácticas organizativas dentro de la vida política, particularmente las relacionadas con el verticalismo (inherente a la teología cristiana) y la represión psicológica y física de la conducta individual. Es decir, buscan replicar sus prácticas de control del recurso humano a lo interno de su secta como mecanismo político de control de la sociedad, y la lucha por la destitución de Edgar Mora como ministro de educación es un ejemplo claro de esta práctica, como se desprende de las declaraciones del trailero autoproclamado “un costarricense más” que participó como representante en la mesa de negociación (Miranda, 2019).

El proyecto de ley 19.009 autoproclama que busca promover la libertad religiosa porque ratifica que la interpretación del artículo 75 de la Constitución Política, de que no se puede discriminar a nadie por sus creencias religiosas. Es promovido principalmente por los diputados del bloque cristiano y minorías conservadoras, así como del apoyo menos decidido de un sector el PUSC, del PLN y del PAC. Sin embargo, es precisamente todo lo contrario a lo que pusieron en práctica en el caso del exministro Mora, quien era estigmatizado por haber admitido públicamente ser ateo, y a quien convenientemente parecen aplicarle las excepciones del 75 Constitucional, (el ateísmo como un culto que se opone la moral universal y o a las buenas costumbres), y por tanto, creer,  en dicho términos del artículo 6 de dicho proyecto de ley: «ideas  puramente  filosóficas  y  humanistas ajenas a la religión» (Gaceta, Alcance 121)

  1. Las sectas y el totalitarismo

¿Qué clase de contradicción gobierna la voluntad de un líder religioso para legislar en favor de la libertad religiosa y al mismo tiempo oponerse a la libertad de no practicar algún credo teológico? Pues lo que pasa es que dicho proyecto de ley lo que busca es otorgarle ciertos privilegios jurídicos a las organizaciones religiosas que hoy no gozan.

No debe quedar duda que cuando existen contradicciones tan hilarantes y desvergonzadas entre el discurso y la práctica, es porque buscan ocultar dobles y hasta terceras intenciones, muchas de ellas tan perversas como las de Nasson García, quien a pesar de predicar la renuncia a los placeres corporales, mantenía esclavas sexuales entre sus fieles, práctica que comparte con la secta laica de Keith Raniere. Lo cual muestra que el problema no es la religión sino el sectarismo, el cual se caracteriza por la hipocresía de imponer reglas morales a otros, que ni su líder es capaz de someterse.

Así el sectarismo es, de hecho, no predicar con el ejemplo, y por tanto absolutamente todo lo contrario al cristianismo. Por lo que a pesar que muchos políticos se autoproclamen cristianos, finalmente son los actos y no las palabras lo que cuenta en la teología cristiana. Por ejemplo, el personaje de A Puerta Cerrada – de J.P. Sartre- va a al infierno, a pesar de argumentar retóricamente que no se puede juzgar toda una vida por un solo acto. Así, para ser cristiano las palabras no bastan, como no le bastan a Dante para entrar al cielo como le hace ver San Pedro (Canto XXIV) cuando le pide mostrar sus actos virtuosos como moneda de cambio para ingresar al paraíso.

Así, la contradicción que acompaña la ley de libertad religiosa de las sectas religiosas y el denudo público del exministro Mora por reconocerse ateo, es en realidad una grosera evidencia de que tras los pastores de pueblo que hoy se sientan en la Asamblea legislativa hay una élite política, que como los mercaderes del templo que expulsó Jesús, utilizan la fe de los creyentes para enriquecerse, y buscan proteger y aumentar a toda costa sus privilegios.

La presencia de pastores evangélicos en el congreso costarricense hasta el 2018 podría resumirse en la defensa de los intereses económicos del proyecto 19.099. Sin embargo, su radicalización a partir de entonces no fue una casualidad, ya que como insiste Villalta en hacer notar, se nutre del desamparo y la desigualdad crecientes en el país, por lo que entre más pase el tiempo, su estructura política se seguirá fortaleciendo, ya que además, y contrario a sus valores socialdemócratas fundacionales, hoy el PLN ha decidido seguir la estrategia de aliarse moralmente con los valores de las sectas religiosas, y es evidente que ha decidido que las elecciones municipales sean la primera evaluación de resultados, y dejando claro que lo que le interesa es la disputa por el poder y no el buen gobierno y el bienestar del país.

Sin embargo, todos los aliados políticos de los fundamentalistas cristianos no pueden perder de vista que el carácter sectario de esas estructuras se traduce en regímenes políticos totalitarios y represores, a imagen y semejanza de la gobernanza interna de los cultos, y como lo fuera la Iglesia Católica en la época que se escribió La Divina Comedia. Sindicalistas, estudiantes, pescadores, traileros, desempleados, funcionarios públicos empresarios y partidos políticos, que hoy guardan relaciones cordiales con estos grupos religiosos, serán el enemigo mañana si cuestionan la autoridad religiosa que la secta sigue ciegamente, como sucede con Rony Chaves y Fabricio Alvarado.

Esto pasa en países con regímenes abiertamente teocráticos, como Irán, y por eso es absolutamente irresponsable que Costa Rica salga del periodo neoliberal para ingresar a uno totalitario religioso solo para proteger los intereses económicos de una élite política compuesta de sindicalistas y empresarios incapaces de ceder de sus privilegios, y cuya práctica es cada vez más incompatible con las formas republicanas de estado.

  1. Los adversarios de la política democrática

De esta forma, el verdadero adversario de la democracia costarricense es hoy esa élite política, compuesta por igual de líderes sindicales como gremios empresariales, y no la religión evangélica, ni la católica ni sus cultos. Tampoco lo son los migrantes, ni los funcionarios públicos, ni los pescadores, ni los traileros, ni la comunidad LGTBIQ, ni los campesinos, ni los sufridos emprendedores, ni  los desempleados, ni los estudiantes, ni las familias conservadoras, ni las feministas. El famoso problema de ingobernabilidad que otrora denunciara la tristemente célebre expresidenta Chinchilla consiste en el poder de veto dentro de la política nacional que del que pueden disponer algunas coaliciones lideradas por ciertos sindicalistas y del que gozan algunos gremios empresariales, y cuyo lobby legislativo y en otros poderes de la República ha sido evidenciado y ampliamente documentado por casos como la mina Crucitas,  La Trocha Fronteriza o el Cementazo, por mencionar algunos casos recientes.

Por eso es indispensable aceptar la invitación de los cultos evangélicos para regir la vida política de acuerdo con valores, y no solo por argumentos tecnocráticos cuya eficacia es cuestionable y sus efectos adversos socialmente muy costosos.

Una solución equilibrada entre libertad y justicia, tanto en sus acepciones laicas como seculares, al problema político en Costa Rica permitirá la convivencia pacífica y la prosperidad, pero hay que saber de antemano, que no agradará a la élite política que se fortalece del caos y la desidia, y la cual no solo se apoya en una interpretación maniquea de La Biblia, sino también de La Divina Comedia,  y por eso repiten que cuando San Pedro le pide a Dante sus actos virtuosos como moneda para ingresar al cielo, la moneda es solo una metáfora, sino que hay que pedírsela a los fieles a cambio de la salvación, ya sea individual en diezmo, o pública como en exoneraciones fiscales y remuneraciones laborales financieramente insostenibles para cualquier organización pública.

Kotz, David (2017) Social Structure of acummulation, marxist theory and system information. En «Stability and Change in Capitalism».

Union for Radical Political Economics. Chicago, EEUU: ASSA Convention.

La Gaceta (2017) Proyecto de ley para la libertad religiosa y de culto. Expediente 19.099, texto sustitutivo. Poder legislativo. República de Costa Rica. Diario oficial La Gaceta, Alcance 121. San José: Imprenta Nacional.

Hulda, Miranda (2019) El sacrificio de un alfil sigue sin resolver el caos. Semanario Universidad, San José: Universidad de Costa Rica. Disponible en <https://semanariouniversidad.com/pais/el-sacrificio-de-un-alfil-sigue-sin-resolver-el-caos/> (Consultado 6/7/2019)

 

Enviado a SURCOS por el autor.

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