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La vida de las familias compuestas por miembros con distintas creencias religiosas
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Una investigación ofrece pistas sobre su forma de convivencia
¿Cómo es la vida en las familias compuestas por miembros con distintas creencias religiosas? ¿Es posible para estas familias convivir en armonía? Y si es así: ¿cómo lo logran? Esas y otras preguntas guiaron a Laura Fuentes Belgrave, académica de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión (EECR) de la Universidad Nacional (UNA), en una reciente investigación llamada Retos de la convivencia en familias interreligiosas o interconviccionales.
Durante 3 años, se entrevistaron a profundidad a 21 personas, de distintas familias, tanto hombres como mujeres de zona urbana y rural, entre otros, ateos, cristianos evangélicos, budistas, musulmanes, agnósticos, católicos: “pretendíamos analizar cómo es la convivencia religiosa dentro de estas familias mixtas, qué prácticas desarrollan para vivir juntos teniendo creencias distintas. Fue así como identificamos posibles factores de confrontación y convergencia para definir lo que llamaríamos políticas de la convivencia interreligiosa”, afirma Laura Fuentes, coordinadora de dicho proyecto.
Según los investigadores, se hallaron tres tendencias: la confrontación, la negociación, y la convergencia, todas ellas, estrategias que se despliegan para convivir. La primera implica una ruptura temporal o permanente a lo interno del círculo familiar, lo que erosiona la convivencia, al tiempo que permite la liberación de quienes viven situaciones de abuso. La otra tendencia es la negociación, “donde el diálogo sobresale, y se definen acuerdos conjuntos en cuanto a rituales, y símbolos, siendo clara la transmisión de una ética común a hijos e hijas, así como el respeto por la prácticas y creencias distintas”, sostuvo Fuentes.
Finalmente está la convergencia, que consiste en la imposición de las prácticas y creencias por parte de un miembro dominante y la sumisión de los otros integrantes de la familia.
Los hallazgos del proceso de investigación descrito permitirán concretamente analizar las consecuencias de la convivencia interreligiosa o inter-convicción sobre el tipo de educación y crianza recibida en las familias plurales, así como analizar los elementos que conforman las políticas de la creencia inter-convicción aplicadas en el seno familiar para su empleo en el entorno social. “De modo general, entendemos que es posible encontrar pequeños universos en los que se puede convivir interreligiosamente, sin violencia, bajo el mismo techo. Esto nos permite extrapolar de lo privado a lo público, para imaginar entornos sociales más saludables”, subrayó Fuentes Belgrave.