Marcos Chinchilla Montes
Este ha sido un gobierno de mucho efecto, pero poca inteligencia, desde el primer decreto malogrado que solo sirvió para hacer notar la incapacidad que tanto él como su equipo en Casa Presidencial tenían.
Sus errores se han venido acumulando de forma desenfrenada, aunque hay que reconocerle la capacidad que tiene para capitalizarlos, darles vuelta y finalmente invisibilizarlos, con el aplauso sórdido de las mazas que aún lo siguen.
Chaves chavacano ha sido un fiasco; no escucha, no negocia, pero lo mejor de todo es que no le importa: su ego patriarcal y machista se lo impide. Siempre atento a destruir la institucionalidad costarricense que tanto costó construir, que tantos réditos nos ha dejado a lo largo de casi ocho décadas; sin la menor duda, sigue siendo un excelente funcionario del Banco Mundial y su dogma neoliberal.
Chaves, el que casi muere por asfixia con un chop-suey de agricultores, sindicatos y otros actores políticos el pasado 29 de marzo, debe estar pasando esta noche una indigestión severa con la manifestación policial a las afueras de su apartamento en Curridabat y en otros lugares del país.
No se lo esperaba, como muchas otras personas tampoco lo esperábamos: que de pronto la disciplina policial se resquebrajara y exigiera su derecho a tener una vida digna: días de descanso, alimentación sana, equipo de trabajo, lugares decentes de descanso, salarios dignos. Casi en el nivel de insubordinación, varios policías sugirieron que la Fuerza Pública debía de quedar fuera de la Regla Fiscal y de la Ley del Empleo Público; tremenda y osada solicitud.
Conociendo a Chaves, en un primer momento asumió una pose de negación ante las manifestaciones policiales, posiblemente pensó que la policía llegó hasta su apartamento para agradecerle la nueva condición de precariedad en la que les sumió de la noche a la mañana. No obstante, en este momento se encontrará furioso, se preguntará cómo se atreven a contrariar sus decisiones.
Mañana o pasado cuando le toque resolver la compleja bronca que se le está armando, responsabilizará de la decisión al ministro de Seguridad, y en un coqueteo con los cuerpos policiales, procederá a despedirlo.
La policía nos dio una importante lección de movilización social, indisciplina incluida; puede que no tengan conciencia de clase, pero esta clase de luchas permiten avanzar en esa dirección; ojalá sepamos emularla, aunque le duela al exdiputado Carlos Ricardo Benavides.
Al margen. Y la ministra del MEP firmó un convenio con AmChan en la cual su prima, es presidenta de la Junta Directiva, desmiente que exista conflicto de intereses.