Sin conocer no se debe hablar. ¡Hasta los asnos rebuznan con razón!

Por Manuel Sandoval

Alguien asoció en las redes las pruebas FARO con un convenio educativo con Cuba; una pose más de este gobierno por el prestigio internacional de Cuba en materia educativa, pero en realidad sin ninguna relevancia práctica.

Las pruebas FARO se inspiraron en las pruebas PISA de la OCDE, con una gran diferencia: las pruebas PISA no son de promoción, son un muestreo de diagnóstico que incluso no es anual. «Los factores asociados» vienen de aquí.

Al inicio de este gobierno, como Costa Riva iba a entrar a la OCDE, los tecnócratas de este organismo internacional recomendaron eliminar las pruebas de Bachillerato y 6° grado de primaria por considerar que pruebas estandarizadas de promoción son un anacronismo. La gente de Control y Gestión de la Calidad en el MEP propuso un híbrido: las pruebas FARO, con un porcentaje para la promoción del estudiante. 

Fueron concebidas como mecanismo de evaluación y represión del docente, que se anunció que iba a ser calificado con un puntaje asignado a los estudiantes a partir de estas pruebas, a lo que se sumaría una calificación de los padres de familia y del superior institucional (los directores), Esto habría el camino a la manipulación de los educandos y los padres de familia por parte de directores y supervisores con fines de persecución política. El sesgo policial de las pruebas arranca de aquí.

Por la imposición de las pruebas de idoneidad del docente y la ley de Empleo Público, que someten a mayor control político a los educadores, al final las pruebas FARO sólo quedaron como un mecanismo para culpabilizar al docente de la crisis del sistema educativo que los jerarcas del MEP han provocado, entre otras cosas con la aplicación de la enseñanza por competencias; UNA POLÍTICA DE LA OCDE que comenzó a implementarse con el ex ministro Garnier. 

Todo esto terminó con un abuso brutal contra las niñas y los niños porque las gentes que elaboraron las pruebas FARO (al igual que el nuevo ministro) son tecnócratas con poca o ninguna experiencia pedagógica. Pablo Mena y su grupo, al igual que la ex Ministra Giselle Cruz, se formaron en la Maestría de Evaluación Pedagógica de la UCR, con una obsesión econométrica (por las mediciones cuantitativas) muy propia de los enfoques neoliberales. Resolver los problemas pedagógicos lo reducen a recoger información que en su óptica es relevante. 

En realidad, si en Costa Rica se aprendiera de la experiencia pedagógica cubana sería una gran cosa. Uno de los colegios de la burguesía de más calidad académica, el de San Antonio de Belén, contrata profesores cubanos por la formación pedagógica que tienen.

EL PREJUICIO Y LA IGNORANCIA NO SON DE GENTE INTELIGENTE. El atropello pedagógico que se cometió se explica por la cuadratura mental neoliberal de sus gestores y el afán de culpar al docente por todos los yerros de los jerarcas del MEP.

 

Compartido con SURCOS por Isabel Ducca.