Radio Universidad, a través del programa Desayunos transmitido por la 96.7 FM, Canal 15 UCR y Facebook Live, dedicó una reciente edición a profundizar en los alcances y el impacto de la Ley 10.231 de Voluntades Anticipadas. Esta legislación, vigente desde el 5 marzo de 2022, busca garantizar el derecho de las personas a manifestar de forma anticipada, libre y voluntaria, sus decisiones respecto a tratamientos médicos en situaciones de salud límite.
El espacio contó con la conducción de José Carlos Chinchilla Coto y la participación de dos personas expertas en salud mental y cuidados paliativos: el Máster Celso Cruz, psicólogo del Hospital San Juan de Dios y docente de la Universidad de Costa Rica, y la Magister Maritza Rodríguez, psicóloga clínica y académica jubilada de la Universidad Nacional.
Durante el programa se abordaron aspectos fundamentales de la ley, como la posibilidad de que las personas, en pleno uso de sus facultades, establezcan por escrito qué intervenciones médicas aceptan o rechazan en caso de no poder expresar su voluntad en el futuro. Esta declaración no puede ser interpretada como eutanasia bajo ninguna circunstancia.
Se enfatizó que la ley permite designar representantes sanitarios titular y suplentes quienes hablarán en nombre de la persona en situaciones médicas críticas. La voluntad anticipada se formaliza mediante documento legal ante notario, en un centro de salud o en la Dirección General del Archivo Nacional, con acompañamiento de testigos no familiares.
Según lo discutido en el programa, el documento se incorpora al expediente clínico (EDUS) y se renueva cada cinco años. La legislación tiene como finalidad humanizar la atención médica, reducir el sufrimiento innecesario y evitar conflictos familiares y éticos entre equipos de salud y personas allegadas.
El Máster Cruz destacó que esta herramienta representa un alivio para el personal sanitario en contextos delicados, permitiendo centrar la atención en la calidad de vida. La Magister Rodríguez recalcó la necesidad de generar educación social sobre el proceso de morir como parte de la vida, superar los mitos que lo rodean y fomentar la toma consciente de decisiones desde una perspectiva bioética.
Pese a su importancia, se señaló que la ley ha tenido poca difusión: a la fecha del programa, solo 23 personas habían registrado sus voluntades anticipadas. Las personas participantes insistieron en la urgencia de abrir espacios educativos y de diálogo para informar a la población sobre esta posibilidad legal.
El jueves 12 de junio se transmitió en Desayunos, programa radial de Radio Universidad (96.7 FM), un programa sobre la ley N° 10231, Ley de voluntades anticipadas. La discusión al respecto de la ley estuvo a cargo del MSc. Celso Cruz (psicólogo especialista en cuidados paliativos del hospital San Juan de Dios) y Mag. Maritza Rodríguez (psicóloga clínica grupal, y académica retirada), esto bajo la dirección del programa por parte del MSc. José Carlos Chinchilla Coto (sociólogo y académico).
El programa aborda de forma accesible la importancia e implicaciones que tiene la ley, la cual fue aprobada desde mayo de 2022, en temas relacionados con el quehacer médico así como temas de derechos humanos al legislar en favor de la dignidad de cada persona.
Así, en el programa se discute cómo la ley brinda un marco jurídico así como un respaldo para el quehacer de equipos de salud -en especial aquellos de cuidados paliativos- al momento de actuar de una u otra forma ante situaciones de manejo del paciente. De este modo, se tiene seguridad en el actuar del centro de salud al respetar la voluntad expresa del paciente en cuidados paliativos en momentos de alto riesgo para su vida, por ejemplo, por un paro respiratorio. A su vez, la ley declara cómo el actuar del equipo médico ante la voluntad anticipada del paciente no se debe interpretar como algún tipo de eutanasia.
Siendo un avance importante en la materia, también se discute cómo esta ley aún resulta insuficiente al no abordar temas de educación alrededor de la muerte, los cuales resultan un tabú en nuestra sociedad.
Aún así, esta legislación representa un alivio para el equipo de salud debido a que permite les permite actuar de forma clara con base en las intenciones del paciente. Esto resulta importante ya que, actuando estrictamente bajo las preferencias del paciente, no estarían cayendo en encarnizamiento terapéutico; es decir, prolongación innecesaria de la vida induciendo en sufrimiento.
Adicionalmente, en el programa se discute cómo esta ley también pone de manifiesto una responsabilidad del individuo ante decisiones la cuales, similar a otras se les ha tendido a ser socialmente relegadas a otros actores, como puede ser la forma y calidad de la muerte.
1 Catedrático pensionado. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad de Costa Rica.
En apariencia los ciudadanos costarricenses estamos tranquilos, como siempre respetando el civilismo heredado de otros tiempos, del equilibrio entre la sociedad civil y el Estado, en una época que confiábamos de la estabilidad laboral, seguridad social, vivienda popular, participación ciudadana, con un Código de Trabajo digno y leyes justas. Nunca imaginamos el incremento de la pobreza, inseguridad ciudadana, precariedad en los servicios de salud públicos ni su atención privada solo para pudientes, además de ser una atención mercantilizada y corrupta. También se tenía un sistema judicial oportuno, consistente y pertinente, mientras que en la actualidad existe una negligente práctica administrativa que absurdamente regula el cumplimiento jurídico y como tal, sometida a las jerarquías y procesos inventados para eludir reglamentos, leyes e incluso la propia Constitución de la República. Así, la Sala Constitucional con cientos de resoluciones contradictorias e inapelables y con muchas otras demandas que esperan años sin resolver, a pesar de las evidencias que violentan el espíritu y letra de nuestra Carta Magna. Ello, viola la democracia, los derechos ciudadanos, al orden institucional, al estado social de derecho y de lo mucho que enorgullece moral y socialmente nuestro pasado.
Tampoco conocimos gobernantes que amenazaran a la ciudadanía y la sociedad con la creación de hordas fascistas entre las fuerzas policiales, ni inducir el descontento social contra la institucionalidad pública, que paradójicamente, el propio gobierno estrangula, agudizando su crisis y liquidación. Los fantoches del poder que transgreden permanentemente las históricas conquistas sociales se creen omnipotentes e inmunes por haberse debilitado y liquidado las diversas formas organizativas defensoras de los trabajadores, de la ciudadanía y de la democracia, efectuada por el poder estatal, los partidos políticos y por la traición y corrupción de quienes los representaban.
Los jóvenes de hoy que no conocieron ese Estado ni sociedad sobre nuestro inédito pasado, en parte, por la precariedad de la educación y porque la historia nacional no es la historia del pueblo costarricense que ha sido invisibilizado e ignorado por los individuos que se han impuesto como los hacedores de la historia nacional. La historia es una construcción por el pueblo, no de individuos de rancias familias ni partidos que se han apropiado del pasado costarricense y que aun gozan de privilegios y monopolizan la vida política. Reivindicar la actuación del pueblo es una necesidad en momentos que otros buscan usurpar y privatizar el futuro nacional.
El poder político y económico oculta y desconoce la voluntad capacidad de actuación del pueblo en la historia, para inventar e imponer que el pasado costarricense fue obra de individuos, nunca de pensamientos y actuaciones concientes y consecuentes de la colectividad popular, al que imaginan, aun en nuestros días, ser solo objetos del poder racista y segregacionista.
La relativa inercia y responsabilidad es de los jóvenes, no los culpabiliza, es el sistema, la educación y de los medios, que sistemática e intencionalmente, nos quieren ignorantes e intentan borrar la historia y cultura de los pueblos, para destacar exclusivamente el amarillismo, el fascismo y el poder geopolítico dominante, como expresión de la tiranía política y delincuencial existente.
Un pueblo que ignora su pasado está condenado a perder su identidad, su futuro y humanidad. Conocer nuestra historia trasciende el ámbito cognoscitivo, porque no se trata solo de conocimiento sobre la verdad de los procesos ocurridos, es la impronta que otorga significación, responsabilidad y compromiso al devenir colectivo del pueblo. Es el sello peculiar y característico que va más allá de los acontecimientos sociales que marcaron, no solo su pasado, también contribuyen a conocer el presente y que guían su futuro. Asimismo, analizar el pasado a partir del presente, nos permite interpretar y descubrir muchos de los dilemas y luchas del presente.
Historia y cultura se confunden en una unidad política identitaria, peculiar e inédita, quizás por ello, la dominación política actual aun lucha contra la legitimidad social del pasado, como un fantasma que amenaza su existencia, no solo como parte de la historia, sino porque los intereses, ambiciones, conflictos políticos y de clase, no han desaparecido, por el contrario, se han radicalizado contra los subalternos, la sociedad y la humanidad. La historia oficial ha formalizado, ideologizado y privatizado el poder del presente en un pasado inventado.
Desde luego, esta reflexión no será comprendida por el gobierno actual, por los liberales empiristas ni por los tecnócratas de la economía, que todo lo reducen a magnitudes sobre las finanzas del estado y de la riqueza privada, nunca sobre las repercusiones sociales que causa el mecanicismo economicista promovido y protegido por las tiranías políticas, tampoco han comprendido que la economía como ciencia es una relación social e histórica, que no son cantidades ni representan realidades complejas. Las tragedias sociales y ambientales ocasionadas por esas técnicas solo son vistas como daños colaterales inevitables, como si la sociedad y el mundo estuviera gobernado por una máquina que no puede ser modificada, reprogramada ni destruida. La estupidez de los tecnócratas económicos y de los funcionarios del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, son máquinas robotizadas con algoritmos, pero no son esclavos del poder, son simplemente cosas sin vida ni conciencia, por ello se sustituyen y se olvidan, por inservibles.
Una economía sin sociedad, cultura ni historia, nunca podrá ser ciencia. Las mediciones económicas son vacías y superficiales, como el medir el valor de la producción con el Producto Bruto Interno (PIB), o el pseudo equilibrio fiscal, de ningún modo representan la complejidad de una sociedad, como tampoco la riqueza nacional, el bienestar social ni la suficiencia económica estatal. El enriquecimiento privado a través de los bienes y servicios finales en el mercado nacional, generados en un periodo temporal, de ningún modo es progreso nacional ni da cuenta de la situación económica de un país, como fue reconocido por su propio creador Simon Kuznets (1901-1985), a quien el Congreso de EE.UU le encomendó medir la crisis económica mundial de 1929-1932, «… el bienestar de una nación difícilmente puede inferirse de una medida del ingreso nacional» (Kuznets, 1934).
El repetir incesantemente, como verdades absolutas, la situación cuantitativa y las previsiones económicas nacionales de los organismos internacionales, no solo muestra el mecanicismo tecnocrático de la economía, también son evidencias del absurdo desconocimiento del impacto del dinámico devenir político internacional, que inciden en el ámbito económico nacional, a la vez pone de manifiesto el corrupto e interesado compromiso geopolítico, del gobierno y de los partidos del poder, con el cómplice silencio ante la debacle humana con el genocidio contra el pueblo palestino y la confrontación bélica mundial.
Los propietarios del capital ni la jerarquía burocrática estatal crean riqueza ni son autosuficientes, como expresan algunos candidatos, que se disputarán la Presidencia de la República. De este modo, manifiestan su transparente ignorancia e incapacidad previsible, si obtienen los votos de aparente validez.
Explotar a los trabajadores y apropiarse de los recursos del pueblo y de la nación, son auténticos atentados contra la vida y el futuro nacional. Costa Rica nos pertenece a todos, no es un espacio social con dueño, ni el poder estatal es privado. No somos esclavos, somos ciudadanos creadores de nuestro presente y futuro común.
El pasado viernes 23 de mayo se llevó a cabo el Encuentro Estudiantil Intersedes de la Universidad de Costa Rica, un espacio en el cual se discutió la situación actual, las problemáticas y los desafíos del régimen de becas. Durante este evento, las y los estudiantes participantes se reunieron para compartir experiencias y perspectivas evidenciando la importancia de escuchar diversas voces en temas que impactan directamente en la comunidad académica y en el aspecto social de la educación.
El encuentro contó con el respaldo activo de diversas entidades, entre ellas las sedes, la Vicerrectoría de Vida Estudiantil (ViVE) y el Consejo Universitario, cuya colaboración fue fundamental para impulsar un diálogo constructivo. Por medio de la participación se obtuvieron nuevos aportes, ideas y experiencias personales, se enriqueció las conversaciones y ello permitió identificar tanto fortalezas como áreas de mejora en el sistema de becas, subrayando la relevancia de la interacción interinstitucional en la búsqueda de soluciones.
Como resultado del análisis y el intercambio de opiniones, se elaborará un informe final que servirá para alimentar futuras discusiones sobre el régimen de becas. Esta iniciativa fue compartida con SURCOS por la representante de Sedes Regionales en el Consejo Universitario, Esperanza Tasies, reafirmando el compromiso de la comunidad universitaria por transformar y optimizar los mecanismos de apoyo educativo y avanzando hacia un sistema más justo y eficiente.
En su nueva Carta Pastoral, la Conferencia Episcopal de El Salvador levanta la voz contra la pobreza, la violencia y el desajuste en políticas públicas. Un llamado urgente a transformar las estructuras sociales en beneficio de las mayorías más vulnerables.
Vatican News*
En un El Salvador marcado por profundas desigualdades sociales y económicas, los obispos han lanzado un “clamor de esperanza” a la nación. Con su nueva Carta Pastoral titulada “Una voz que con esperanza clama en el desierto”, la Conferencia Episcopal no solo exige la atención urgente de las autoridades sobre los temas más críticos, sino que, con un tono profético, plantea una transformación radical con base en la justicia social, la unidad y el respeto a la dignidad humana.
El documento fue presentado el 29 de mayo, durante la fiesta litúrgica de San Pablo VI. En él, los obispos reiteran la necesidad de que los líderes políticos busquen siempre el bien común, priorizando este sobre los intereses particulares. “El Papa León XIV señaló que hoy vivimos en un contexto de discordia, heridos por el odio, la venganza y los prejuicios, alimentados por un modelo económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres”, apuntan, haciendo un llamado a adoptar un “paradigma de unidad, comunión y fraternidad”, con el fin de sanar las divisiones que atraviesan al pueblo salvadoreño.
Escuchar al pueblo: un imperativo ético
Los obispos subrayan que su objetivo no es contradecir a las autoridades, sino dar voz a los “más pobres y vulnerables”. “Lo que nos mueve es el bien del pueblo. Queremos hacer oír el clamor de los que ven vulnerados sus derechos”, afirman. Este mensaje va especialmente dirigido a aquellos que, pese a ser el motor de la economía nacional, han sido despojados de sus medios de vida. “Es urgente ofrecer alternativas viables para que puedan sostener a sus familias”, recalcan, incitando a la acción política para que no se deje de lado a los sectores más desfavorecidos.
Educación y salud: pilares del futuro
En cuanto a la educación, la carta es clara: “Es una de las mejores puertas para alcanzar el desarrollo”. Los obispos alertan sobre el riesgo de que, sin una adecuada inversión en este sector, las nuevas generaciones queden rezagadas en la “cuarta revolución industrial, la revolución tecnológica”. Por eso, instan a las autoridades a priorizar la educación como un motor clave para el futuro del país.
El tema de la salud también ocupa un lugar destacado. Los obispos destacan la necesidad de invertir en la construcción de más hospitales y clínicas de calidad. Aunque reconocen que esto implica un alto costo, enfatizan que es una medida esencial para garantizar el bienestar físico y emocional de una población “tan abnegada y sufrida”.
La violencia: un desafío sin solución definitiva
En cuanto a la violencia, la Conferencia Episcopal reconoce los avances realizados hasta el momento, pero destaca que la paz no se logra solo con medidas represivas. “Es crucial ampliar los espacios de esparcimiento e invertir recursos en la atención de niños y jóvenes”, especialmente en las zonas históricamente más afectadas por la violencia. “La pobreza y la falta de oportunidades conducen a la ignorancia, la violencia, el odio de clases y, por ende, a la criminalización”, señalan, llamando a un cambio de enfoque en las políticas de seguridad.
Los obispos también abordan el tema de los migrantes, recordando que “no son delincuentes ni criminales, sino personas que buscan una vida mejor”. Por ello, exigen a las autoridades que no promuevan las cárceles de El Salvador para las víctimas de las políticas antiinmigrantes de potencias extranjeras, y reclaman una política migratoria más inclusiva, que favorezca “fronteras abiertas e inserción de los migrantes en la economía como mano de obra”.
El medio ambiente: una llamada urgente a la acción
Otro de los puntos claves de la Carta es la crisis ambiental. Los obispos instan a “apostar por la reforestación, la limpieza y recuperación de los ríos, lagos y ojos de agua”, además de exigir la derogación de la ley de minería aprobada a fines de 2024. “Es imperativo escuchar las voces de los ambientalistas y evitar su persecución”, afirman, advirtiendo sobre el daño irreversible que la explotación irresponsable de los recursos naturales podría causar al país.
SURCOS publica esta nota del boletín Vatican Newscompartida con nuestro medio por Alberto Rojas.
Puede descargar la Carta Pastoral completa en formato PDF desde este enlace.
La Contraloría General de la República (CGR) revela los resultados encontrados sobre la evaluación de la calidad de la información presentada sobre el cumplimiento de las metas definidas en el Plan Nacional de Desarrollo e Inversión Pública 2023-2026 (PNDIP), y vinculadas al Presupuesto de la República 2024. Este informe es parte del ejercicio de las labores ordinarias de fiscalización de la institución, así mismo se presenta en el marco para asegurar la transparencia en la rendición de cuentas.
El análisis sobre la calidad de la información reportada es un aspecto fundamental, ya que permite fortalecer tanto la gestión pública como el control institucional. Al disponer de datos precisos y bien documentados permite a la ciudadanía y a los entes responsables realizar un seguimiento efectivo del desarrollo nacional, promoviendo así un ambiente de mayor confianza a los procesos de toma de decisión públicas y responsabilidad gubernamental.
La CGR estudió 18 metas, de las cuales 8 presentaron incumplimientos significativos. Estas metas se enfocan en sectores estratégicos como salud, educación, bienestar y medio ambiente, evidenciando la necesidad de robustecer los mecanismos de registro y verificación para garantizar una representación fiel del avance de las intervenciones públicas.
En el sector salud, el informe destaca inconsistencias alarmantes. Se encontró que la Caja Costarricense Seguro Social (CCSS), excluyó a 9,339 personas, en lista de espera para cirugía ambulatoria, en el proceso de estimación del indicador “plazo promedio de días de espera”. Está acción compromete la veracidad de los datos esenciales para evaluar la eficiencia en la atención médica. Igualmente se encontraron deficiencias en el desarrollo del proyecto del nuevo hospital en Limón.
En el ámbito educativo, se identificaron errores en el registro de egresados en programas de formación. Tanto el Ministerio de Educación Pública (MEP) como el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) se duplicaron la cifra de egresados en los programas de formación en inglés, en tecnologías de información y en turismo, generando una sobreestimación que pone en entredicho la metodología empleada para contabilizar estos logros.
El sector de bienestar también mostró fallas en la información reportada. El Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) contabilizó 13,504 beneficiarios más en la meta relacionada con la atención a familias, lo que revela deficiencias en los procesos de registro y una posible distorsión en la medición de los beneficios socialmente otorgados.
En cuanto al sector ambiental, el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) presentó irregularidades en la meta vinculada con la protección del recurso hídrico. La institución no presentó evidencia sobre cumplimiento de las estrategias de Nimboyores y Tiribí. Esta omisión afecta la evaluación del avance en la conservación de este recurso vital, subrayando la importancia de contar con datos precisos para gestionar adecuadamente las políticas ambientales.
Otro hallazgo relevante se relaciona con la educación, específicamente a la meta asociada con la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA). El informe indica que, ante MIDEPLAN, el MEP reportó un avance del 0% en esta meta, lo que sugiere una falta de progreso en una iniciativa educativa crucial orientada a ampliar las oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida.
El informe de la CGR pone de manifiesto serias inconsistencias en los registros, deficiencias metodológicas y ausencia de la documentación necesaria para una correcta rendición de cuentas del PNDIP. Estas deficiencias no solo debilitan la fiabilidad de la información, sino que además complican la toma de decisiones públicas y el seguimiento del desarrollo nacional.
Para obtener más información sobre los hallazgos encontrados, se puede acceder al siguiente enlace DFOE FIP IAC-00001-2025
La Ruta Micológica Costa Rica 2025, en su cuarta edición, presenta una invitación para adentrarse en el mundo de los hongos con el inicio de la temporada lluviosa. Durante este periodo, se organizan excursiones a diversas localidades montañosas, entre las que destacan Heredia, Escazú, San Gerardo de Dota, Pérez Zeledón y Monteverde.
La presente edición es organizada por Oropopo Experience y Funga Conservation, bajo el lema ¨Naturaleza Viva, Ciencia y Turismo Sostenible¨. La iniciativa, abierta a personas desde los 12 años en adelante, permite que cada participante se convierta en el protagonista de una experiencia educativa y así mismo se fomenta un turismo rural que respete y conserve los ecosistemas. Dicho esfuerzo ha sido reconocido con la marca país Esencial Costa Rica.
Durante las actividades, se recorrerán senderos llenos de historia natural, guiados por expertos además se tendrá la oportunidad de identificar y fotografiar diversas especies de hongos. Igualmente se discutirán técnicas para registrar datos científicos que contribuyan al conocimiento y la protección de la flora fúngica. La metodología de ciencia ciudadana garantiza que esta experiencia sea accesible para las personas interesadas que no cuenten con conocimientos en el tema.
Entre otras experiencias destacadas se encuentran actividades gastronómicas como la denominada “Cocinando en el bosque: Experiencia Gourmet de Hongos”, donde se invita a degustar platos elaborados a partir de hongos autóctonos. Asimismo, se llevarán a cabo encuentros temáticos en destinos como la Zona Protectora Cerros de Escazú, el Hotel Savegre en San Gerardo de Dota y el Santuario Ecológico Monteverde, donde la aventura se mezcla con el aprendizaje, como en el caso de la observación de hongos bioluminiscentes o la exploración de bosques de corales terrestres.
El cronograma de la Ruta Micológica se extiende desde mayo hasta noviembre, con actividades diseñadas para adaptarse a distintos niveles físicos y fomentar la participación de las comunidades en la conservación de la naturaleza.
Desde su creación en 2022, la Ruta Micológica ha reunido a más de 500 participantes y recorrido 14 destinos, fortaleciendo las redes locales de conocimiento y promoviendo el desarrollo en zonas rurales. Este crecimiento constante refleja el interés y la pasión por descubrir y conservar la biodiversidad única de Costa Rica. El proyecto pretende trascender la experiencia turística y se erige como una herramienta de desarrollo comunitario y educativo. Al integrar la conservación ambiental con el impulso al turismo rural en regiones que, tradicionalmente, experimentan menor actividad económica durante la temporada de lluvias.
Para conocer mas sobre la iniciativa puede consultar las redes sociales de las empresas organizadoras.
En estos momentos críticos para nuestra patria, nosotras, mujeres que habitamos este país, alzamos nuestra voz con firmeza y vehemencia para recordar quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde debemos caminar como sociedad. Costa Rica se ha forjado durante más de 200 años como faro de democracia en el mundo, cimentando su grandeza no en armas, sino en la ley, el respeto irrestricto a la división de poderes y la resolución pacífica de nuestras diferencias. Ese legado nos llama hoy a actuar con responsabilidad.
Rechazamos categóricamente cualquier llamado a la confrontación entre instituciones del Estado o la promoción de acciones violentas que amenacen el orden constitucional. Las declaraciones del señor presidente que incitan al enfrentamiento entre cuerpos policiales, así como, la auto convocatoria de grupos irregulares con entrenamiento militar, traicionan la esencia misma de nuestra identidad: una nación que, desde 1949, abolió el ejército para consagrar la paz, el civilismo y la educación como pilares de su progreso.
La sola insinuación de violencia pone en riesgo la vida de nuestras hijas e hijos y es una afrenta intolerable. Nuestra historia de más de siete décadas ha demostrado que los grandes desafíos se superan con diálogo y respeto, nunca con intimidación ni fuerza. Costa Rica ha optado por resolver sus diferencias con palabras, no con balas; con acuerdos, no con trincheras.
Exigimos el respeto irrestricto a la Constitución Política y a los tres poderes de la República —Ejecutivo, Legislativo y Judicial— garantes del equilibrio democrático. Cualquier intento por quebrar este equilibrio, constituye una amenaza directa a la soberanía popular.
Llamamos a la cordura y a la unidad nacional a quienes ocupan posiciones de responsabilidad: su deber es servir a la Patria, no dividirla. A las instituciones las instamos a reafirmar su compromiso con el diálogo y la solución pacífica de las diferencias, tal como lo exige nuestra Carta Magna. A la ciudadanía le pedimos mantenerse vigilante, defendiendo con serenidad y determinación nuestro Estado de Derecho.
Hoy, como ayer, elegimos la paz. Hoy, como siempre, confiamos en la fuerza de la razón, la educación y la institucionalidad, que no es perfecta, pero sí perfectible por la vía democrática. Somos un pueblo que vence con la ley, nunca con el miedo ni la violencia. Cualquier enfrentamiento armado acaba con vidas, destruye infraestructura y provoca fracturas sociales, con consecuencias psicológicas y emocionales que tardan décadas en sanar.
“El mundo empieza a cambiar cuando quienes lo construyen deciden no callar.”
Frank Ulloa Royo
La educación es la raíz profunda de una sociedad justa y equitativa pero también es una fuente de ideología y discriminación cuando promueve estereotipos. Como un río que nutre la tierra a su paso, la enseñanza debe ser el motor que impulse la construcción de una sociedad verdaderamente multiétnica y pluricultural, cimentada en el respeto y la igualdad. Sin embargo, la falta de representación en los materiales educativos, la criminalización de ciertos fenotipos y la exclusión de voces históricas han convertido el sistema educativo en un espejo deformado, donde muchos no logran verse reflejados.
Recientemente, en una reunión con educadores y educadoras, me sorprendió la indiferencia con que algunos desestiman la importancia del racismo en la educación, tratándolo como un asunto secundario. Fue en ese momento cuando decidí escribir estas líneas, no solo para evidenciar la urgencia del problema, sino también para desafiar la comodidad y la pasividad con la que se sigue ignorando el tema. Por otra parte, en una dirección contraria, el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación fue pionero en plantear el tema, y crear espacios de debate, pero debe continuarse esta propuesta en la vida cotidiana de todos quienes laboran en la educación, debería ser un tema ético ineludible y no una obligación escolar.
Etiquetas que marginan:
Como señala Rina Cáceres, el problema no es el color de piel, sino las etiquetas sociales que se le adhieren. En la educación, el fenotipo se convierte en un marcador que condiciona la percepción y el trato hacia ciertos estudiantes. Fallas (1943) denunció en Mamita Yunai la explotación en los enclaves bananeros, la discriminación contra campesinos mestizos, la marginación de los indígenas perdidos en la selva y la segregación de la fila carbón. Esta historia, que en otro momento fue un referente en las aulas, parece desvanecerse de los programas escolares y las librerías.
Intentar conseguir un ejemplar de Mamita Yunai se ha convertido en una tarea difícil, como lo comprobé recientemente al buscar uno para un conferenciante colombiano. Esta ausencia no es casualidad: borrar estas narrativas es una forma de silenciar la memoria histórica y ocultar las luchas que han denunciado el racismo y las desigualdades estructurales.
La normalización de estas categorías invisibiliza la discriminación y la convierte en parte del paisaje educativo. Como hormigas en el azúcar, los fenotipos dominantes aparecen en los libros de texto sin que nadie cuestione su predominio. Esta falta de diversidad refuerza estereotipos que limitan el desarrollo de una educación verdaderamente inclusiva.
Materiales educativos y enseñanza: ¿quién decide qué historias merecen ser contadas?
Los materiales educativos no son neutrales. Reflejan las estructuras de poder de la sociedad. Como plantea Freire (1970), la educación debe ser un proceso liberador que permita a los estudiantes cuestionar su realidad y transformar su entorno. Sin embargo, los libros escolares muchas veces funcionan como instrumentos de reproducción social, legitimando jerarquías raciales y económicas.
¿Deben los trabajadores de la educación preocuparse por estos temas o se ven como una carga académica adicional? ¿En qué gaveta del escritorio acomodamos la ética? La representación sesgada en los materiales escolares perpetúa desigualdades, mostrando solo una versión parcial de la historia. Como señala Quijano (2000), la colonialidad del poder sigue vigente en la educación, reforzando la idea de que ciertos grupos dominantes son los protagonistas del conocimiento. Si no hay espacio para la diversidad en la literatura escolar, nunca ocurrirá el mestizaje intelectual capaz de romper estereotipos.
Criminalización y prejuicios: el racismo como obstáculo para el aprendizaje
El fenotipo y el lugar de origen pueden convertirse en marcadores de criminalización dentro del sistema educativo. Un estudiante migrante es visto con sospecha, su identidad vinculada a la marginalidad en lugar de sus habilidades o talentos. Como afirma Wacquant (2009), la criminalización de ciertos grupos es una estrategia de control social que se manifiesta en múltiples espacios, incluido el educativo.
¿Tienen las organizaciones de trabajadores una respuesta crítica frente al racismo en la educación? Existe un silencio evidente, pero ¿cómo interpretarlo? Este tipo de prejuicios impide que la escuela sea un espacio de equidad. La ley de carrera docente ha perdido vigencia y, más allá de su propósito original, se ha convertido en otro instrumento de discriminación, imponiendo una visión monocromática de la vida escolar. ¿Podrían los sindicatos aprovechar la convención colectiva para luchar contra el racismo y reformular las normas que perpetúan un poder vinculado al color de piel y el fenotipo?
Conclusión: una educación sin espejos distorsionados
Erradicar el racismo en la educación requiere acciones concretas. Iniciativas como Centros Educativos Libres de Discriminación Racial, promovida por Rina Cáceres desde la Universidad de Costa Rica a finales de la década anterior, han demostrado que el cambio es posible. Además, Hooks (1994) enfatiza que los docentes deben estar capacitados para detectar y combatir el racismo en las aulas, convirtiéndose en agentes de transformación.
Los sindicatos y gremios de trabajadores de la educación juegan un papel clave en este proceso. No basta con conmemorar el Día del Negro o el Día de los Pueblos Indígenas. Vestirse con prendas africanas durante una jornada escolar es un gesto simbólico, pero insuficiente para desmantelar estructuras racistas. Se requiere una estrategia sindical sólida que transforme el discurso en acción.
La educación debe ser un espejo en el que cada individuo pueda verse reflejado sin distorsiones ni exclusiones. Si sigue reproduciendo estructuras discriminatorias, perpetuará un sistema en el que muchas voces y realidades seguirán en la sombra. Aquí es donde los sindicatos y trabajadores de la educación tienen una responsabilidad ineludible. Su papel es crucial para impulsar cambios estructurales que garanticen una enseñanza libre de discriminación racial.
Los protocolos educativos actuales muchas veces existen solo en el papel, siendo desconocidos y poco aplicados. La lucha contra el racismo en la educación no puede depender de normativas burocráticas ineficaces, sino de acción colectiva y disruptiva que cuestione las políticas imperantes. Si la enseñanza sigue reflejando una versión distorsionada de la sociedad, estamos condenando a las futuras generaciones a repetir conductas racistas y las mismas desigualdades, históricas originadas en la perdida de libertad de los esclavos africanos y repartimientos de pueblos indígenas.
Bibliografía
Fallas, C. L. (1943). Mamita Yunai. Editorial Costa Rica.
Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores.
Hooks, B. (1994). Teaching to transgress: Education as the practice of freedom. Routledge.
Quijano, A. (2000). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina. CLACSO.
Wacquant, L. (2009). Punishing the poor: The neoliberal government of social insecurity. Duke University Press.
Exdirectores jubilados del Departamento de Educación participaron en un conversatorio como parte de las actividades de celebración. Foto Grettel Rojas Vásquez.
Cinco décadas aportando al desarrollo social de la región y del país
“Pertenecer a este departamento es abrazar una misión que va más allá de las aulas, es entender que educar no es simplemente transmitir conocimientos, sino sembrar esperanza, construir puentes y abrir caminos”. Estas palabras fueron compartidas por la joven Sharon Benavides Sánchez, estudiante de la carrera Educación Primaria en Inglés, en la conmemoración del 50 aniversario del Departamento de Educación de la Sede de Occidente.
En el discurso ofrecido en el acto de celebración, realizado el pasado 23 de abril, Benavides de una forma segura, concisa y clara logró expresar la importancia de la educación en el desarrollo social de la región y el país.
“Sepamos que tenemos en nuestras manos una tarea fundamental, ser agentes de cambio y defensores de la dignidad humana, porque cada niña, niño, joven y adolescente merece encontrarse con alguien que crea en su potencial y nosotros estamos aquí para ser esa persona. Porque educar no es sólo una tarea académica, es un acto de profundo sentido humano que implica acompañar, inspirar y abrir horizontes”.
La joven estudiante reconoció la importancia de la regionalización y destacó que el Departamento de Educación de la Sede de Occidente desde el año 1975 forma profesionales capaces de transformar la sociedad por medio de la educación “ha sido uno de los pilares más sólidos, recordándonos que el conocimiento debe nacer y crecer en diálogo constante con las comunidades, porque educar en una región como la nuestra, sin duda, es un acto de justicia social”.
Evolución académica
El Departamento de Educación ha ofrecido una serie de carreras del área en estas cinco décadas. Actualmente cuenta con 4 opciones académicas propias que han sido indispensables para el desarrollo de la región, como los son: Educación Inicial, Educación Inicial en Inglés, Educación Primaria y Educación Primaria en Inglés.
El Mag. Willian Solórzano Vargas, director de este departamento, destacó que “en estos 50 años de historia hemos formado y graduado cientos de profesionales en todos los niveles educativos, para educación inicial y primaria, a través de las cuatro carreras, pero también se ha contribuido a formar docentes en secundaria en diversas disciplinas, como Estudios Sociales, Castellano y Literatura, Inglés, Matemáticas, Ciencias y Enseñanza de la Música”.
Señaló que los centros educativos de la región cuentan con profesionales formados en la Sede, pero que también buena parte de los profesionales retornan a sus comunidades de origen y se ubican laboralmente en escuelas y colegios públicos y privados, distribuidos a lo largo y ancho de todo el país. “Lo anterior hace evidente que el significado e impacto tan positivo que ha tenido este departamento en el desarrollo de la educación no se limita a la región de Occidente, sino que va mucho más allá, abarcando todo el territorio nacional”.
Vargas explicó que la evolución académica les ha permitido ofrecer las carreras en los grados de bachillerato y licenciatura, concluir con éxito la acreditación por conglomerado de las carreras en el año 2019 y en el 2024 terminar el proceso de autoevaluación para la reacreditación, así como ofrecer maestrías y la próxima apertura de otra carrera propia denominada bachillerato y licenciatura en Educación de las Ciencias del Movimiento Humano para la Salud y la Calidad de Vida.
Solórzano aseguró que los aportes en investigación y acción social han sido significativos y han beneficiado a diferentes poblaciones como la niñez, personas adultas mayores, docentes en ejercicio, así como instituciones educativas con las cuales se ha trabajado.
El vicerrector de Docencia de la Universidad de Costa Rica, Mag. Jáirol Núñez Moya, destacó la consolidación de proyectos en investigación y acción social. “Su labor (la del departamento) es el resultado de la cristalización de un ideal humanista y visionario, que por medio de la promoción del avance en el quehacer educativo, ha posibilitado el surgimiento y posterior consolidación de proyectos de investigación y de acción social de gran trascendencia para las comunidades. Un acercamiento que desde la regionalización, podemos decir con toda certeza, ha permitido plantear propuestas adaptadas y con mayores posibilidades de éxito, por cuanto son fruto del conocimiento íntimo de las necesidades y aspiraciones locales”.
Núñez indicó que esta celebración es un hito histórico de una universidad que con visión y valentía se atrevió a soñar y a labrar el terreno que le permitiera aportar las respuestas más adecuadas a las necesidades y aspiraciones del país. “Con esta perspectiva, la de una universidad comprometida con la sociedad costarricense, podemos dimensionar el significado de la creación del Departamento de Educación de la Sede Occidente”.
Sharon Benavides Sánchez, estudiante del Departamento de Educación. Foto Juan Gabriel Madrigal Cubero.
Cinco décadas aportando al desarrollo regional y nacional
Para el Mag. Maynor Badilla Vargas, director de la Sede de Occidente, este hito histórico representa cinco décadas de compromiso con la formación de docentes y la mejora continua de la educación en el país. “A lo largo de este medio siglo, el Departamento de Educación ha contribuido significativamente al desarrollo de políticas educativas, a la investigación y a la formación de profesionales en educación inicial, educación primaria y en diferentes especialidades de educación secundaria, que han impactado enormemente el crecer educativo en la región de Occidente y a nivel nacional”.
Participantes en el acto de celebración. Foto Juan Gabriel Madrigal Cubero.
Además de la formación de profesionales de alto nivel, Badilla se refirió a la generación de conocimiento y a la mejora de las prácticas educativas, lo que incluye estudios sobre metodologías de enseñanza, inclusión y desarrollo cultural, así como en la participación en iniciativas de extensión que buscan llevar la educación a comunidades vulnerables, promoviendo la inclusión y generando oportunidades educativas para todos y todas.
“En resumen, el Departamento de Educación de la Sede de Occidente es fundamental para la formación de educadores, la investigación educativa y el desarrollo de políticas que impactan positivamente la educación de la región y del país. Hoy, a cinco décadas de la eclosión de este departamento, tenemos un balance muy positivo en relación con sus aportes e impacto”.
El MSc. Javier Francisco Cambronero Arguedas, jefe Departamento Asesoría Pedagógica de la Dirección Regional de Occidente del MEP, coincide con Badilla sobre el aporte que ha ofrecido el departamento en estos cincuenta años.
Aseguró que para la zona Occidente en Costa Rica, hay un antes y un después con la apertura, en primera instancia, de la Sede Regional de Occidente y del Departamento de Educación. “Hay un antes y un después en el desarrollo humano y sobre todo en el aporte educativo, artístico y cultural, no solamente para los cantones de Occidente y la provincia de Alajuela, sino para los miles y miles de profesionales y que han sido formados acá en San Ramón”.
Destacó que gracias a ello, por todo el territorio nacional, hay profesionales profundamente comprometidos y, sobre todo, con una visión humanista que es la razón de ser de la Universidad de Costa Rica.
Cambronero mencionó que los estudiantes (secundaria) de la región de Occidente se caracterizan por su destacado papel en diferentes pruebas nacionales aplicadas por el MEP, y señala que en Occidente se ha logrado con el paso del tiempo construir una forma de trabajo interinstitucional.
“El MEP desde el año 1979 inició un proceso de regionalización, desde ese momento hay una región educativa para nosotros acá en Occidente, para cinco cantones de la provincia de Alajuela. Históricamente los indicadores de calidad educativa, de excelencia, rigor, nuevas metodologías en el ámbito de innovación, pero también el rendimiento de pruebas nacionales cuando han existido han sido sobresalientes, siempre se ubica en el primer lugar o segundo lugar en el ámbito secundario”.
Grettel Rojas Vásquez Periodista, Sede de Occidente, UCR